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EDUCACIÓN
La educación es un proceso complejo en la vida del ser humano, que ocurre fundamentalmente
en el seno de la familia y luego en las distintas etapas de la vida escolar o académica que el
individuo transite (desde el kindergarten hasta la universidad).
El resultado final del proceso educativo es incierto, ya que el ser humano nunca deja de aprender,
por ende, de cambiar sus conductas y sus preceptos. Sin embargo, las etapas iniciales de
la vida se consideran cruciales para la formación y educación del individuo (tanto en aspectos
formales como en materia afectiva, ciudadana, etc.), ya que serán responsables del modo de
actuar que el individuo presente en su adultez.
Y sin embargo, el acceso a este tipo de educación suele estar restringido a las clases medias y
altas, lo cual supone siempre una dificultad adicional para las clases más desfavorecidas, a
menudo sumergidas en la ignorancia.
El significado vulgar de la educación responde a una apreciación superficial del hecho educativo:
generalmente se concibe la educación como una cualidad adquirida, en virtud de la cual un
hombre está adaptado en sus modales externos a determinados usos sociales. La educación se
toma como resultado de una pulimentación de formas superficiales de convivencia social, cuya
consecuencia es evitar roces y situaciones violentas en las relaciones humanas. El proceso
educativo termina, según este significado, en la posesión de determinadas formas de
comportamiento social.
Parece como si en el concepto vulgar, la educación fuera una corteza o cobertura del hombre. La
etimología nos va a llevar a su aspecto interior. La palabra educación está emparentada en sus
orígenes con el verbo latino educere, que significa sacar afuera, criar. Educación sería acción de
criar. En la crianza hay un doble movimiento: el de alimentar, es decir, proporcionar sustancias
ajenas que se incorporen al organismo, y el de facilitar el desenvolvimiento de las fuerzas o
energías interiores, dando lugar a un desarrollo cuantitativo y cualitativo del individuo. Como se
puede ver, el sentido etimológico de la educación no se queda en la mera superficialidad, sino
que hace referencia a la interioridad del ser humano, de la cual, como fuente, van a brotar los
hábitos o formas de vivir que determinan o posibilitan el que de un hombre digamos que está
educado.
El análisis sistemático del concepto de educación lleva también a la idea de perfección. Una
larga nómina de autores desde la antigüedad clásica hasta nuestros días mencionan
explícitamente la perfección al definir lo que es educar. Otros, sin utilizar este término, incluyen
de hecho el concepto; así los que hablan de la educación como formación, como medio de
alcanzar el bien, como camino para que el hombre alcance su fin, como ordenación de hábitos o
tendencias y, por supuesto, quienes la consideran como un proceso para alcanzar la plenitud
humana.
Se trata de un quehacer intencional, inteligente y voluntario, que abarca todas, y solamente, las
manifestaciones propias del hombre. A la vista de las anteriores reflexiones, puede definirse la
educación como un perfeccionamiento intencional de las facultades específicamente humanas.
El proceso educativo
Entendemos el proceso educativo como el conjunto de actividades que se manifiestan por los
sujetos y/o agentes de la educación, centrados en una realidad educativa concreta.
El educando y educador forman una unidad que no se puede separar, ya sea en forma directa o
indirecta del proceso educativo.
Pueden ser:
Profesionales: Son los que ejercen la acción educativa como actividad profesional, planificada y
permanente.
El educando es todo ser humano que está influenciado por la acción educativa del educador
actuando como sujeto activo. Esto puede darse por autoeducación (por iniciativa propia) o por
heteroeducación (por influencia externa).
En algunas etapas de la vida somos más educandos que en otras, volviéndonos algunas veces
educadores.
El educando es el sujeto principal de la educación y debe entenderse como una realidad social,
biológica y psicológica.
Los agentes de la educación conforman la base por el cual y a través de ellos se realiza el
proceso educativo.
La comunidad la conforman los grupos humanos que están enlazados por la historia de la
tradición de una estructura social.
Los partidos políticos, sindicatos y afines son agentes que ejercen influencia en el proceso
educativo al ofrecer conceptos del mundo y laborales, ideas operativas y prácticas políticas.
Perspectiva de la educación
Dada la complejidad de encontrar una definición única que sea aceptada por la comunidad
científica, Pratt (2002) presenta una concepción de las mismas y utilizan el término “perspectiva
de enseñanza, en lugar de creencia acerca de la enseñanza, y la definen como “un conjunto
interrelacionado de creencias e intenciones que da dirección y justificación a nuestras acciones
(p. 1). De acuerdo con esta definición, la perspectiva es un término más amplio que las creencias,
pues integra en su significación aspectos que se relacionan con las intenciones que se tienen y las
acciones que se realizan para enseñar. En este sentido, una perspectiva acerca de la enseñanza
puede caracterizarse como una lente a través de la cual se puede apreciar y observar tanto la
enseñanza como el aprendizaje. Es oportuno decir que muchas veces los profesores no son
conscientes de la perspectiva que guía y da sustento a su quehacer docente.
Una aportación interesante del punto de vista de Pratt y Collins (2001, 2008) consiste
precisamente en que su definición incluye lo que propiamente serían las 6 creencias, pero les
añade dos componentes como son las intenciones y las acciones que supuestamente conforman
las perspectivas. De este modo, se puede decir que la perspectiva no sólo se queda en el aspecto
conceptual o epistemológico acerca de la enseñanza, sino que pretende mostrar que debe haber
una congruencia entre los tres componentes de lo que ellos llaman “compromiso” (commitment)
y que se refiere a que la perspectiva tiene que mostrarse en los tres componentes: creencias,
intenciones y acciones.
De acuerdo con Pratt y cols. (2001), el componente creencia se refiere a lo que el profesor cree
acerca del la enseñanza; el componente acción, a lo que hacen los profesores cuando enseñan, y
el componente intención a lo que pretende lograr cuando enseña. Cada perspectiva es una mezcla
única de creencias, intenciones y acciones relacionadas con la enseñanza. Es necesario
considerar que intenciones, acciones, incluso creencias, pueden ser encontradas en una misma
perspectiva. Es decir que no hay perspectivas puras. Por ejemplo, dos perspectivas pueden darle
importancia a la técnica de interrogación en clase, y sin embargo, diferir en cuanto a la manera
en que utilizan las preguntas, ya sea por el tipo de preguntas que hacen o por el manejo que se
hace de las mismas. Las perspectivas de la enseñanza surgieron como resultado de una extensa
búsqueda realizada por Kember (1997) entre 1983 y 1996, en donde encontró tan sólo cinco
puntos de vista sustancialmente diferentes con respecto a la enseñanza en educación superior.
Tipos de perspectivas
De acuerdo con Pratt y Collins (2001), son cinco las perspectivas acerca del aprendizaje más
reconocidas, y son la de Transmisión, de Aprendizaje, de Desarrollo, de Acompañamiento y de
Reforma social. Enseguida se presenta un resumen de la conceptualización que dichos autores
hacen de cada una de ellas.
De Transmisión.
De aprendizaje.
De desarrollo.
La enseñanza eficaz asume que el esfuerzo para lograr los aprendizajes, a largo plazo, viene
tanto del corazón, como de la cabeza. Las personas son estudiantes motivados y productivos
cuando están trabajando en asuntos o problemas sin miedo a fallar. Los estudiantes se educan al
saber que (a) pueden ser exitosos en su aprendizaje si se esfuerzan; (b) que su logro es el
producto de su propio esfuerzo y habilidad más que de la benevolencia de su profesor, y c) que
sus esfuerzos para aprender serán apoyados por su profesor y sus condiscípulos. Mientras más
presión haya para tener éxito y mientras más difícil sea el material más importante es que exista
dicho apoyo para aprender. Los buenos maestros promueven un clima de cuidado y confianza,
ayudan a la gente a establecer metas alcanzables, pero desafiantes, y proporcionan apoyo y
ánimo, junto con expectativas claras y metas razonables para todos los estudiantes. No sacrifican
la autoeficacia o la autoestima por el logro. Por lo que la evaluación del aprendizaje considera el
crecimiento y progreso individuales así como un éxito en general.