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Teorías Pedagógicas i.

Unidad 1: La Educación como objeto de estudio


El vocablo "educación" aparece documentado en obras literarias escritas en castellano no
antes del siglo XVII. Hasta esas fechas, los términos que se empleaban eran los de "criar"
y "crianza", que hacían alusión a "sacar hacia adelante", "adoctrinar" como sinónimo de
"doctrino", y "discipular" para indicar "disciplina" o "discípulo". Son términos que se
relacionan con los cuidados, la protección y la ayuda material que dedicaban las personas
adultas a los individuos en proceso de desarrollo. El término "educación" tiene un doble
origen etimológico, el cual puede ser entendido como complementario. Su procedencia
latina se atribuye a los términos educere y educare.

Como el verbo latino educere significa "conducir fuera de", "extraer de dentro hacia
fuera", desde esta posición, la educación se entiende como el desarrollo de las
potencialidades del sujeto basado en la capacidad que tiene para desarrollarse. Más que
la reproducción social, este enfoque plantea la configuración de un sujeto individual y
único. El término educare se identifica con los significados de "criar", "alimentar" y se
vincula con las influencias educativas o acciones que desde el exterior se llevan a cabo
para formar, criar, instruir o guiar al individuo. Se refiere por tanto a las relaciones que se
establecen con el ambiente que son capaces de potenciar las posibilidades educativas del
sujeto. Subyace en esta acepción de educación una función adaptativa y reproductora
porque lo que pretende es la inserción de los sujetos en la sociedad mediante la
transmisión de determinados contenidos culturales. El fundador de la sociología como
disciplina científica, el sociólogo francés Durkheim, es un representante de esta forma de
concebir la educación, ya que para él, la educación se concreta en la inclusión de los
sujetos en la sociedad a través del proceso de "socialización".

Aunque en determinados momentos históricos, ambas posturas, individualización y


socialización, por separado, han sido utilizadas para fundamentar los procesos educativos,
en la actualidad se tiende a la complementariedad, entendiéndose la educación como el
conjunto de influencias externas (socialización, educatividad) que permiten el desarrollo
de las potencialidades internas del sujeto (individualización, educabilidad). Castillejo
(1994) apoya esta idea interaccionista de la educación porque se adecua mejor a las
características de la persona, entendiéndola como un proceso interactivo en el que
intervienen el sujeto con capacidad personal para desarrollarse (educere) y las influencias
que provienen del medio (educare).

EL SENTIDO INTUITIVO O LEGO

Consideramos como conocimiento "intuitivo" o "lego" al que es aceptado por la mayoría


de las personas y que está dotado de un carácter experiencial e intuitivo, en
contraposición a aquel otro que se denomina "técnico" o "científico", propio del mundo
académico. Si analizamos el uso popular y comúnmente aceptado de lo que se entiende
por educación, podemos extraer dos rasgos. El primero se refiere al resultado, a la puesta
en práctica de lo que el sujeto ha aprendido a través del proceso de socialización, para
comprobar si su comportamiento se corresponde con lo que socialmente se considera
como "buena" o "mala" educación. Se hace mención a la madurez o a la formación que el
sujeto utiliza para orientar su integración en la sociedad. Las connotaciones éticas de esta
perspectiva son obvias, dado que si la conducta del sujeto se adapta a las normas
sociales, será considerada como adecuada, o, lo que es lo mismo, el sujeto tendrá
"buena educación". El segundo se fija en el contenido, en lo que se sabe, en lo que se ha
adquirido, pero desde el punto de vista de la urbanidad, de los buenos modales,
hablándose en esta ocasión de "tener poca o mucha educación".

Así el término educación se refiere de manera coloquial como algo que es deseable y que
está dotado de valor, al tiempo que se vincula con los procesos de socialización y de
enculturación propias del grupo social en el que el sujeto está arraigado.

NOTAS CARACTERÍSTICAS DE LA EDUCACIÓN.

1. La primera se refiere las influencias que recibe el sujeto desde su nacimiento para
que se convierta en persona. A este proceso lo hemos denominado humanización
2. La segunda parte de la consideración de la educación atendiendo a dos elementos
básicos de la misma: el sujeto que lleva a cabo la acción de educar (el educador,
el agente o agencias educativas) y el sujeto en el que se concreta el efecto de
dicha acción (el educando)
3. La tercera se interesa por lo que hacen el educador y el educando en situación
educativa, es decir, por la enseñanza y el aprendizaje, respectivamente. Se
destacan de la enseñanza la sistematización y la graduación, mientras que del
aprendizaje se estudia el adoctrinamiento, la manipulación, la instrucción y la
formación, con la intención de establecer límites precisos entre conceptos que son
fácilmente confundibles.
Perfeccionamiento Humano
El ser humano nace inacabado y la educación, entendida como proceso, lo que
pretende es modificarlo para completarlo y optimizarlo, tomando como
referencia un modelo ideal de persona y de sociedad que le sirve de guía. La
educación trata, en definitiva, de hacer a la persona mejor de lo que en un
principio es, en un permanente proceso de perfeccionamiento. Por lo tanto, la
educación es un fenómeno eminentemente humano, al tratarse de una actividad
cuyo destinatario es la propia persona, por encima de lo meramente biológico y
ambiental. La idea de bien se utiliza como sinónimo de perfeccionamiento, al
aludir a aquello que corresponde a la naturaleza humana. El perfeccionamiento
debe atender a todas las características de la persona, aunque hay posturas que
plantean la conveniencia de incidir exclusivamente sobre aquellas que se
consideran específicamente humanas (voluntad, inteligencia, entendimiento, etc.),
olvidando los componentes corporales de la persona, siguiendo la dualidad
escolástica.

Finalidad e Integralidad
Cuando hemos aludido antes a un modelo ideal de persona y de sociedad que guía
el proceso educativo, estábamos mencionando la finalidad a la que se encamina.
En ella está implícito lo que se desea alcanzar, hacia lo que queremos
aproximarnos con el proceso educativo. Para que los fines se consideren como
algo deseable, dado que se trata de hacer más valioso al sujeto, es necesario que
se apoyen en los valores y en las normas sociales. Por eso se dice que la educación
se dirige hacia el perfeccionamiento integral de la persona, no debiéndose
descuidar ninguna de sus capacidades integrantes: cognitivas, morales, afectivas,
éticas, estéticas, sociales, etc. Influencia La educación implica relación social,
influencia humana de unos sobre otros. Ahora bien, a todas las influencias no las
podemos considerar como educativas, ya que deben cumplir algunos requisitos,
tales como el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona.

Intencionalidad.
La intencionalidad es otro de los elementos que caracterizan a la educación, se
refiere a los procesos educativos que se producen en los contextos
institucionalizados (formales y no formales), en los que la voluntariedad, la
planificación y la intencionalidad, son rasgos distintivos. Así pues, todos aquellos
influjos que han sido controlados y organizados por parte del educador de una
forma consciente, deliberada e intencional, para que incidan positivamente sobre
el sujeto, con el objeto de lograr su plenitud, entendida ésta como fin, son los que
deben considerarse como propiamente educativos. Hay autores que para referirse
a las intenciones deliberadamente educativas utilizan el término propositividad.

Continuidad
Hace alusión a las influencias educativas que recibe el sujeto que está en proceso
de formación. Cuando hemos hablado de la actividad y de la comunicación, se ha
planteado la necesidad de que las interacciones entre las personas sean
constantes y permanentes, lo que es aplicable a las acciones educativas, dado que
éstas deben buscar la mejora del sujeto de forma incesante, porque nunca se
alcanza el grado de perfección deseado (como fin educativo). Por ello, la
educación puede, y debe, abarcar todas las etapas de la vida, y no circunscribirse
sólo a las etapas escolares. El concepto de "educación permanente" ha llenado
conceptualmente esta característica de la educación, planteando la constante
necesidad que tenemos de educarnos, y dando lugar a nuevos ámbitos educativos
como la "educación de adultos", la "educación de las personas mayores", etc.

Individualización y Socialización
La individualización y la socialización son dos rasgos que hemos vinculado con el
educando, entendiéndolos como los efectos de la educación. Otros autores los
califican como las funciones de la educación. Desde el punto de vista individual, se
aspira a que el sujeto adquiera las competencias formativas necesarias que le
permitan la comprensión y el manejo de los elementos culturales necesarios para
modificar y cambiar su entorno, identificándose en este hecho la posibilidad
transformadora o innovadora de la educación. Asimismo, logrado un cierto nivel
de madurez y de formación, el sujeto puede trazar sus propias metas educativas y
los medios idóneos para su consecución, entendiéndose en este caso la educación
como autorrealización. Desde el punto de vista social, la educación se concibe
como un proceso socializador, que procura la adaptación y la incorporación del
sujeto a su medio físico y social, a través de la adquisición de los elementos
propios de la cultura (lenguaje, habilidades, costumbres, actitudes, normas,
valores, etc.,). Desde esta óptica la educación se concibe como el medio ideado
por la cultura para insertar al sujeto en su seno. Por ello se dice que la educación
tiene una función reproductora, ya que la selección que se hace de los contenidos
culturales y su posterior transmisión trata de reproducir las condiciones sociales e
ideológicas de la sociedad en un momento histórico determinado.

Enseñanza/Aprendizaje
La enseñanza se predica del agente que influye intencionalmente en el educando
para que aprenda. Ahora bien, para que este proceso se produzca al margen del
azar, es necesario dotarlo de una estructura organizativa, para que los elementos
que lo integran se orienten eficazmente hacia la consecución de los objetivos
educativos. A esta característica se le ha asignado el nombre de sistematismo. La
graduación es otra característica de la enseñanza y se relaciona con la anterior.
Plantea la necesidad de que en dicho proceso exista cierto orden, ya que el
aprendizaje se va estructurando sobre conocimientos previos. De lo general a lo
particular, de lo próximo a lo más lejano, serán principios pedagógicos que se
basan en este tipo de consideraciones. El aprendizaje es el efecto de la educación.
Son los cambios que se producen en el sujeto que se está educando como
consecuencia de las influencias educativas y que son congruentes con las
finalidades propuestas. Cuando se produce el aprendizaje deseado, decimos que
se han alcanzado los objetivos educativos, como consecuencia de la planificación
de la enseñanza. El aprendizaje es un proceso que se produce en el sujeto, que es
el objetivo de la educación, en este caso intencional y planificada; mientras que la
enseñanza, su diseño y puesta en acción, corre a cargo de la persona que educa. El
aprendizaje se puede alcanzar utilizando diversas estrategias. Si en el proceso de
enseñanza se procura presentar los contenidos que interesan al sujeto que enseña
por motivos ideológicos, no dando la posibilidad de crítica o réplica y limitando de
esta forma la comprensión de lo que se aprende, se habla, siguiendo a Esteve
(1983), de adoctrinamiento, que es una forma de manipulación debido a la
intencionalidad, por parte de quien enseña, de sesgar la información, y a la
pobreza intelectual con la que se alcanza el conocimiento. Como es evidente, a
esta modalidad de aprendizaje no la podemos incluir en la esfera de lo educativo.
No obstante hay situaciones en el proceso de enseñanza/aprendizaje en las que el
educador ha de seleccionar los contenidos, pero sin intencionalidad ideológica,
sino educativa. La instrucción es un proceso de enseñanza en el que el educador
elige determinados contenidos educativos para que el sujeto los aprenda con
una escasa participación de la comprensión. Cuando los contenidos de enseñanza
son organizados intelectualmente, llegando al entendimiento completo de los
mismos y estableciendo relaciones cognoscitivas con lo que ya se sabía con
anterioridad, se logra un aprendizaje de más calidad por su significatividad y
funcionalidad, utilizándose para ello el término de formación. Este tipo de
conocimiento le vale al sujeto para seguir indagando, al tiempo que lo puede
utilizar para resolver situaciones problemáticas de su vida cotidiana.

Podríamos pues decir que podemos destacar como notas características de la


educación las siguientes:
 Proceso humano de perfeccionamiento,
 vinculado a determinados valores sociales,
 que utiliza influencias intencionales,
 y que tiene como finalidad la individualización y la socialización del
individuo.

Unidad 2: Teoría Pedagógica- Introducción


Pedagogía proviene del griego: paidos = niño, y de gogía = conducción, es decir
conducción del niño. Etimológicamente pedagogía significa conducción del niño y
pedagogo (paidagogo) primitivamente era el esclavo que cuidaba a los niños, el que se
encargaba de conducirlo al lugar donde lo iban a educar y a traerlo de regreso a su casa.
La pedagogía entonces, era considerada simplemente como una actividad, un trabajo
realizado por los esclavos. Este término con este significado se lo utilizó durante varios
siglos. En los siglos XVII y XVIII aún se lo empleaba para los preceptores de las familias
pudientes. Más tarde, a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, la ilustración
europea otorga un nuevo significado al término pedagogía, paidos (niño), adquiere el
significado de humano e involucra todas las etapas de la vida humana y no sólo a la
niñez, y ago, deja de ser la conducción meramente física del niño para significar
conducción, apoyo personal, vivencial, espiritual, etc., y no una simple conducción de
niños, en el sentido de una simple actividad secundaria, como lo era la función del
pedagogo griego. De esta manera el término pedagogía fue adquiriendo una connotación
distinta a la original, mucho más amplia que aquella, conceptuándola como el estudio y
regulación del proceso de la educación.
Muchos conceptos se han vertido sobre pedagogía por varios autores, modificando en
parte su definición primitiva y excluyendo el planteo de los problemas educativos, el
aspecto tecnológico o reafirmando el teórico-científico. Algunos autores han definido a la
pedagogía como un saber, otros como un arte, y otros más como una ciencia. La
pedagogía como ciencia, al igual que otras, fue objeto de cuestionamiento por mucho
tiempo, solamente en el siglo XVII con los aportes de Juan Amós Comenio, se la empieza
a considerar como ciencia independiente; y a principios del siglo XX, con el surgimiento
de la Escuela Nueva, la pedagogía se desprende definitivamente de la filosofía,
convirtiéndose en una disciplina independiente con pretensiones de cientificidad.

Según Lemus (1973) la pedagogía puede ser definida como el conjunto de normas,
principios y leyes que regulan el hecho educativo; como el estudio intencionado,
sistemático y científico de la educación y como la disciplina que tiene por objeto el
planteo, estudio y solución del problema educativo.

¿Cuántas clases de pedagogía hay?

La pedagogía como ciencia autónoma que es tiene un sistema ordenado según principios,
es decir tiene una división hecha en base a ciertos aspectos y ramas. La pedagogía se
divide en descriptiva y normativa, tomando como fundamentos basamentos teóricos y
prácticos, es decir, teoría y tecnología. Según Nassif (1974), más que hacer propiamente
una división de la pedagogía, se busca combinar la técnica con la teoría pedagógica; no se
trata de dos pedagogías totalmente distintas, la diferencia radica en el objetivo y en el
enfoque que cada una de ellas proyecta. Las dos se complementan mutuamente
Pedagogía descriptiva: La pedagogía descriptiva según Lemus (1973), estudia el hecho
educativo tal como ocurre en la realidad, en tal sentido puede tener una dimensión
histórica si se refiere al pasado y una social si se refiere al presente. La pedagogía
descriptiva es anterior a la normativa y hace relación a los elementos y factores tales
como: biológicos, psicológicos y sociológicos, que interviene en la realización de la
práctica educativa. Pedagogía normativa: La pedagogía normativa es posterior a la
descriptiva y tiene que ver con las normas que regulan la actividad educativa, con los
ideales, fines, estructura de la educación y con la parte tecnológica de la misma como
son los métodos, organización y administración educativas e instituciones escolares. Los
fines educativos son considerados también normas que regulan el proceso educativo.
Leiva (2003), refiriéndose a las diferencias entre la pedagogía descriptiva y normativa dice
que la descriptiva es más dinámica que la normativa, porque los factores que la integran
evolucionan a gran velocidad haciendo que las personas y la sociedad varíen en forma
objetiva, en cambio la pedagogía normativa marcha a ritmo lento, casi siempre a la zaga
de la descriptiva. Por ejemplo en México mientras los factores biológicos y psicológicos
han variado notablemente en los últimos años, las leyes y reglamentos de educación han
cambiado muy poco. También Leiva en la obra citada manifiesta que la pedagogía
descriptiva es eminentemente científica y que la normativa es eminentemente filosófica y
legal y desde este punto de vista las dos se complementan y se incluyen. A continuación
presentamos el siguiente esquema de la división de la pedagogía propuesto por Nassif, R.
(1974, p. 71) en su libro de Pedagogía General

Elementos del proceso educativo

Por elementos de la educación se entiende a las partes que intervienen en el proceso


educativo ya sean estas personas, cosas, actividades, etc. Entre los principales elementos
educativos tenemos: el educando, el educador y materia y otros que caen dentro de
estas divisiones. Educando, es el sujeto de la educación, es decir, la persona que se está
formando, recibiendo los beneficios de ésta. Educador, es la persona que ejerce la acción
educativa, la que influye en otra con propósitos de mejoramiento. Materia, es el
contenido educativo, el acervo cultural que se transmite de generación en generación, el
saber acumulado, ordenado y seleccionado con propósitos de enseñanza y formación
educativa. La materia sirve de enlace entre el educando y el educador. Estos tres
elementos son de suma importancia para que se dé el acto educativo y no pueden existir
el uno sin el otro, si faltase uno de ellos se destruiría el hecho educativo. La existencia
del educando está determinada por la existencia del educador, sea cual fuere éste
(persona, ambiente, fenómeno, institución, etc.); asimismo la existencia del educador se
justifica si hay alguien que pueda ser modificado por su acción educativa; y la materia no
tendría tampoco razón de ser si no existieran el educador y el educando para que le den
vigencia y sentido. Para Leiva (2003), los elementos que intervienen en la educación son:
alumno o discente; profesor, catedrático o docente; materia, asignatura, objetivo;
método, recursos, evaluación, comunidad. Como podemos ver, Leiva añade otros
elementos a los citados por Lemus. Marqués Graells P. (2001), considera que en el acto
didáctico intervienen 4 elementos básicos que son: docente, discente, contenidos y
contexto. El siguiente organizador gráfico hace referencia a los elementos citados por
Marqués

Ciencias de la educación, Pedagogía y Didáctica

Dentro del amplio concepto de Educación existen términos, como Ciencias de la


educación, Pedagogía y Didáctica que suelen confundirse; por ello, es prudente aclarar
cada uno de estos términos y explicar sus alcances.

Ciencias de la educación

Las Ciencias de la educación son un tipo de disciplinas que estudian, describen, analizan,
explican y comprenden los fenómenos educativos en sus múltiples aspectos.
La educación es un fenómeno complejo que tiene lugar en todos los ámbitos de la vida
social en la cual intervienen diferentes disciplinas de las Ciencias Sociales y Humanas como
la Sociología, Derecho, Psicología, Ciencia política, Historia, Antropología, Economía, Filosofía;
que realizan abordajes y estudios específicos por lo que es posible hablar de
una Sociología de la educación, una Historia de la Educación, una Antropología de la
educación, una Psicología educacional, una Política educacional, Economía de la
educación y una Filosofía de la educación. Todas aquellas disciplinas que explican los
fenómenos educativos, que pueden integrarse para realizar estudios sobre el hecho
educativo nutren el campo de las Ciencias de la educación.

Clasificación de las Ciencias de la educación.

El pedagogo Gastón Mialaret propuso en su libro Las Ciencias de la Educación a fines de


los años setenta una clasificación en tres grandes categorías:

1. Las que estudian las condiciones generales y locales de la educación:

 Historia de la educación y de la pedagogía.

 Sociología de la Educación.

 Demografía escolar.

 Economía de la educación.

 Pedagogía comparada.

2. Las que estudian la situación educativa y los hechos educativos:

 Las disciplinas que estudian las condiciones del acto educativo desde los
ángulos:

 De la fisiología.

 La psicología de la educación de la sociología

 Ciencias de la Comunicación.

 Las didácticas y la teoría de los programas.

 Las ciencias de los métodos y de las técnicas pedagógicas.

 Las ciencias de la evaluación

3. Las de la reflexión y futuro:


 La filosofía de la educación.

 La planificación educativa.

Pedagogía

El proceso educativo puede desarrollarse de una manera artesanal, casi que intuitiva,
como lo han desarrollado todos los pueblos en algún momento del transcurso de su
historia. En este sentido existe un saber implícito, no tematizado, en la práctica educativa
de todos los pueblos, que forma parte de su acervo cultural, y que llamaría “saber
educar”. En la medida en que este saber se tematiza y se hace explícito, aparece la
pedagogía. Hay pedagogía cuando se reflexiona sobre la educación, cuando el “saber
educar” implícito, se convierte en un “saber sobre la educación” (sobre sus “cornos”, sus
“por qués”, sus “hacia dóndes”). El desarrollo moderno de la pedagogía como ciencia —o
mejor, del saber pedagógico como saber científico significa adicionalmente la
sistematización de este saber, de sus métodos y procedimientos, y la delimitación de su
objetivo; en una palabra, su configuración como disciplina teórico-práctica. Algunos
limitan el concepto de pedagogía al arte de conducir a los jóvenes en su crecimiento
(físico, mental, emocional, etc.), mientras otros hablan ya de una pedagogía general que
incluye, además de la pedagogía orientada a los niños y jóvenes, la pedagogía de adultos
(o andragogía); Mientras que la educación puede ser conciente o inconciente, la
pedagogía es siempre y necesariamente un producto de la conciencia reflexiva. La
educación es a la pedagogía como la práctica a la teoría. La pedagogía es una teoría
práctica cuya función es orientar las prácticas educativas. Las teorías prácticas son ciencias
aplicadas.

Podríamos decir, para sintetizar que La pedagogía es la ciencia encargada de estudiar la


formación y cómo los seres humanos aprenden. Esto, se relaciona con la educación, es el
proceso de socialización de conocimientos entre individuos, que implica no solo saberes
específicos como matemáticas o lectura, sino también tiene influencia de conductas y
comportamientos culturales. La educación por ejemplo se puede dar en contextos
diversos como el hogar o el trabajo, mientras que la pedagogía tiene una relación directa
con la docencia.

Tenemos entonces que el educar es fenómeno amplio que implica la formación de los
seres humanos. La Pedagogía implica el saber educar. En este saber juega también un
papel importante el enseñar que es una parte del proceso educativo. Antes de explicar
que es la didáctica revisaremos el concepto de enseñanza.

Enseñanza

La enseñanza (o instrucción) representa un aspecto específico de la práctica educativa.


Mientras que la educación se refiere al hombre como a un todo, y su práctica se diluye en
la sociedad en su conjunto, la enseñanza como práctica social específica supone, por un
lado, la institucionalización del quehacer educativo y, por el otro, su sistematización y
organización alrededor de procesos intencionales de enseñanza/aprendizaje (o al menos
de enseñanza...).

Didáctica

El saber que tematiza el proceso de instrucción, y orienta sus métodos, sus estrategias,
su eficiencia, etc., se llama didáctica. La didáctica está entonces orientada por un
pensamiento pedagógico, ya que la práctica de la enseñanza es un momento específico de
la práctica educativa.

Se habla así de una didáctica general, como también de una didáctica de las matemáticas
o de las ciencias sociales, de una didáctica de la enseñanza secundaria o de una didáctica
del trabajo científico. Aunque también podría hablarse de una didáctica de la
sicomotricidad o de una didáctica del comportamiento intersubjetivo, en cuanto que estos
aspectos pertenecen al mundo de lo aprendido y, por lo tanto, de alguna manera pueden
ser “enseñados” sistemática y planificadamente, en la educación institucionalizada.

La didáctica es una rama de la pedagogía que se encarga de buscar métodos, técnicas y


estrategias para mejorar el aprendizaje. Se vale de los conocimientos que ya existen en la
pedagogía pero los concreta a través de recursos didácticos y además, busca monitorear
el éxito o fracaso de dichas estrategias.

Resumiendo:

La pedagogía responde científicamente a la pregunta “¿cómo educar?”. La didáctica lo


hace con la pregunta “¿cómo enseñar?”.
La pedagogía es la ciencia que orienta la labor del educador. La didáctica orienta un
aspecto específico de ella: su labor como docente.

Debate sobre Pedagogía o ciencias de la educación

Dada la complejidad del proceso educativo se ha planteado desde hace muchos años el
interrogante de si existe una sola o varias ciencias de la educación. Sobre el tema hay
respuestas para todos los gustos. De acuerdo con Sarramona, se han planteado las
siguientes posturas:

1. Un primer grupo lo podríamos formar con los absolutos partidarios de la Pedagogía


como única ciencia de la educación merecedora de tal nombre. Todas las demás ciencias
relacionadas con la educación serían simples ramas de aquella y por tanto son
denominadas “ciencias pedagógicas”.

2. Otro grupo de autores, si bien consideran a la Pedagogía como la ciencia general de la


educación, no tiene inconveniente en admitir la existencia de otras “ciencias de la
educación”, pero sin otorgarles carácter independiente respecto a la primera. En realidad,
pues, se trata de una posición muy próxima a la anterior con la única salvedad de la
variante terminológica aludida.

3. En tercer nivel encontramos a quienes admiten la existencia de un conjunto de ciencias


relacionadas con la educación, pero independientes entre si como disciplinas científicas.
El denominador común de las ciencias de la educación sería tener por objeto formal a la
educación, pero atendiéndola cada una de ellas desde un punto de vista especifico
diferente, lo que les proporcionará entidad independiente.

4. En último extremo estarían quienes otorgan el calificativo de Ciencias de la educación a


toda ciencia relacionada con la educación, directa o indirectamente, aunque no la tengan
como objeto específico de estudio.

Por otra parte, algunos autores plantean la necesidad de una ciencia que integre y
unifique el conjunto de las conclusiones alcanzadas por las diferentes ciencias de la
educación. En este sentido se pronuncia Colom (1982), posición compartida por
Sarramona y Márquez (1985), quienes incluso dicen que si tal ciencia no existiera habría
que inventarla. Esta sería una tarea propia de la ciencia de la educación.
Unidad 3: El devenir histórico de la educación como ciencia y/o
pedagogía
La educación ha acompañado al ser humano siempre, al menos desde que este tiene uso
de razón. Las primeras manifestaciones del fenómeno educativo deben ubicarse en el
plano de lo que hoy identificamos como “educación informal”. Más adelante, como indica
Lemus al acumularse gran cantidad de contenido cultural no fue posible que las
generaciones jóvenes lo adquirieran por medio de la simple imitación. Además, cuando
las generaciones adultas tomaron conciencia de la necesidad de conservar, depurar y
transmitir este contenido nació la educación intencional. Según este autor esta
depuración y transmisión fue asumida primero por la familia, pero luego fue necesaria la
participación de personas especializadas, es decir, de los maestros y las maestras,
incluyendo en algunos episodios a los sacerdotes.

Entre los pensadores griegos y romanos de la antigüedad podemos encontrar algunas


reflexiones sobre el fenómeno educativo. De acuerdo con Lemus, se conocen
meditaciones relacionadas con el problema de la educación de Sócrates y los
presocráticos. Los escritos de Platón, Aristóteles, Quintiliano y Séneca, entre otros, son
obras de profundo sentido pedagógico, nos dice este autor. Para Ordoñez (1996), obras
como La República y Las Leyes de Platón contienen explícitamente el diseño de sistemas
de educación.

La educación griega se caracterizó por la gran importancia que tuvo el Estado (estado-
ciudad o polis). El individuo al ser considerado un ciudadano tenía que ser educado por y
para el Estado. La educación romana se distinguió por la importancia que atribuyó a la
familia y por la inmediata y constante conexión con la vida diaria y sus necesidades.

Con la llegada del cristianismo la educación sufrió un cambio profundo. Las primeras
escuelas cristianas tenían un objetivo muy claro: enseñar las verdades cristianas como
preparación para el bautismo. Mientras el estado cuidaba de la instrucción y formación
de las personas, las comunidades cristianas cuidaban de la formación moral y espiritual
de sus miembros. Los padres de la iglesia, con el fin de defender la verdad cristiana contra
el pensamiento pagano y las herejías, intentaron conciliar ambas posturas mediante la
subordinación de la razón a la fe. Durante la edad media Carlomagno, convencido de la
importancia de la educación, decretó en el año 789 que los párrocos instruyeran en las
escuelas a todos los niños de la parroquia, fueran nobles o plebeyos.

A partir del siglo XII nacieron las universidades y adquirió importancia en el campo
educativo la escolástica, enfoque con el que se pretendió conciliar de manera sistemática
la verdad cristiana con el pensamiento antiguo, sobre todo a través de Aristóteles,
subordinando la fe a la razón. Tomás de Aquino (12251274) es el representante por
antonomasia de la escolástica.

Durante el Renacimiento se da un retorno a los estudios clásicos. En nombre de un


nuevo concepto del hombre y de la naturaleza, se produjo una reacción contra la
trascendencia medieval y escolástica. Dentro de los pedagogos importantes de este
período está Vittorio Da Feltre (1378 1446) quien consideraba la educación como alegría
del espíritu, después de una formación rigurosamente religiosa de la personalidad.

Comenio (1592-1670) consideraba que el ser humano como creación divina


tiene en sí el germen de todas las cosas y por consiguiente la función del educador tenía
que limitarse a estimular desde el exterior el desarrollo de estos gérmenes. Derivó dos
grandes principios pedagógicos: debe enseñarse todo a todos y la educación debe imitar
a la naturaleza. Para él las leyes educativas más importantes eran: la enseñanza intuitiva,
es decir, basada en la experiencia y el contacto directo con la naturaleza, y la enseñanza
cíclica en los diferentes grados escolares.

Locke (1632-1704) precisó como principio básico de la sociedad humana el de


la libertad y por tanto, consideró como fin primordial de la educación la formación del
carácter y de la inteligencia libre.
Para Rosseau (1712-1778) la educación era el camino directo para construir al
nuevo ser humano que viviría en una nueva sociedad. El pensamiento pedagógico de
Rosseau se centró en la tesis de la bondad originaria de la naturaleza humana.

Kant (1724-1804) se planteó el problema educativo como problema de


espontánea conciliación entre la autoridad del educador y la libertad del educando. La
pedagogía de Kant se puede definir como la pedagogía de la razón mientras la de
Rosseau podría definirse como la pedagogía del sentimiento.

Para Pestalozzi (1746 -1827) las facultades o fuerzas esenciales que la


educación deberá despertar en el niño son tres: el corazón, la mente y la mano. Como
Kant, Pestalozzi concibió el problema educativo como problema de espontánea
conciliación entre la libertad del educador y la libertad del educando. Pensaba que dicha
conciliación se consigue mediante el amor.

Froebel (1782-1852) concibió la educación como el desarrollo del elemento


divino que hay en el ser humano, aquella función que permite a éste descubrir la
presencia de Dios en su interior. Planteó que a través del juego el educador puede
descubrir los intereses del niño. Podemos considerar que la educación hasta estos
momentos se conceptualizaba como pedagogía.
Con Herbart (1776-1841) nació la Pedagogía científica. Consideró que la
Pedagogía es una disciplina que se desarrolla de manera autónoma sobre la base de la
Ética y de la Psicología. Postuló la necesidad de una Pedagogía científica, dando a la
Didáctica una sólida base psicológica.

Con el positivismo, fundado por Comte (1798-1857), la pedagogía se


transformó en ciencia, no en el sentido que lo entendía Herbart, es decir, sistematización
de conceptos basándose en presupuestos metafísicos; sino que ciencia significó para
Comte la sistematización de conceptos a partir de la experimentación. Para el
positivismo pedagógico la base de la educación y de la escuela es la enseñanza a partir
de los hechos concretos, demostrados racionalmente, verificados en el terreno
experimental.

Kerschensteine (1854 – 1932) pedagogo alemán. Su obra tuvo una importante


influencia durante la primera mitad del siglo XX, orientando sus inquietudes pedagógicas a
la formación profesional. Kerschensteiner, propone una educación espiritual y con
sentido. Entiende al individuo, como ser que organiza y elabora sus propios esquemas
mentales de lo que considera bienes culturales y valores. De igual forma, muestra estos
esquemas como algo que debe ser experimentado más que conocido.
Decroly (1871-1932) hace una propuesta pedagógica basada en el respeto por el
niño y su personalidad con el objetivo de preparar a los niños para vivir en libertad. Se opuso a la
disciplina rígida, apostando por crear un ambiente motivador con grupos homogéneos basados en
la globalización, la observación de la naturaleza y la escuela activa.

Decroly, al igual que María Montessori, comenzó interesándose por los problemas de
aquellos a los que denominaba "débiles mentales". Aplicó el método científico a la
investigación de los factores que puedan modificar de forma favorable, la evolución
intelectual, afectiva y motriz de los niños que sometía a su observación.

Los amargos recuerdos de su paso por la escuela primaria, dejaron una profunda huella en
el ánimo de Decroly, lo que dio origen a que se interesara profundamente por la
educación de la infancia de manera integral.

Maria Montessori (1870 - 1952) defendía que el juego es la principal


actividad a través de la cual el niño lleva su vida durante los primeros años de edad. Por
medio de él, el infante observa e investiga todo lo relacionado con su entorno de una
manera libre y espontánea. Los pequeños van relacionando sus conocimientos y
experiencias previas con otras nuevas, realizando procesos individuales de aprendizaje,
fundamentales para su crecimiento, independientemente del medio ambiente en el que
se desarrolle.

Édouard Claparède (1873-1940) defendía una educación activa de los niños y


apostaba a que el juego permitía el desarrollo de la personalidad, animando a los
profesores a que observaran a sus alumnos y a partir de ahí empezar a construir las clases.
Con el concepto de educación funcional, sostenía que la educación ha de centrarse en
actividades que satisfagan una necesidad. La educación debía preparar para la vida.

Célestin Freinet (1896 - 1966) La base de las técnicas Freinet parten de


un método natural, es decir, ofrecer un ambiente favorable al descubrimiento
continuado, en el que sea posible la expresión libre y el intercambio y contraste de ideas
en una institución que ellos mismos conforman. Otra de las claves del desarrollo de dichas
técnicas es la creación de talleres dedicados al trabajo manual. Todo ello en una línea
pedagógica de actitud investigadora, incentivando la curiosidad por lo que rodea al
alumno, salvaguardando el respeto por las propias realizaciones y las de los demás, y
autogestionando el buen uso de los materiales, como soporte del aprendizaje.

La “Teoría de la Acción Comunicativa” expuesta por Habermas (1929 – )


contempla la sociedad simultáneamente como mundo de la vida y sistema. De esta
manera recupera el papel de la persona por encima de los sistemas o las estructuras,
dándole la posibilidad de desarrollar acciones de cambio encaminadas a transformar la
sociedad. Habermas desarrolla una teoría de la competencia comunicativa; una de las
características de esta teoría es la demostración de que todo intento de explicación de lo
que es la persona conlleva discursivamente hacia lo que debería llegar a ser y en función
de la cual la persona es capaz de generar acciones para su propia transformación. La
“Teoría de la Acción Comunicativa” de Habermas explica la posibilidad de provocar el
cambio social mediante del acto comunicativo y la capacidad discursiva de las personas,
por tanto, le otorga a esta la posibilidad de desarrollar acciones para la emancipación. El
mundo de la vida aparece como un depósito de autoevidencias o de convicciones
incuestionadas, creencias, prejuicios, ideologías sobre las que hay un consenso
generalizado y que pueden tornarse relevantes en una conversación y consiguientemente,
susceptibles de problematización y cuestionamiento, indican Aguilar y otros (1996).
Habermas propone que el interés emancipador da lugar a la acción autónoma,
responsable y basada en prudentes decisiones. La educación desde este punto de vista
puede lograr que la persona se comprometa en una acción autónoma, que surge de
intuiciones auténticas, críticas, de la construcción social de la sociedad humana.

Paulo Freire (1921–1997) para quien la función principal de la educación es


hacer personas libres y autónomas, capaces de analizar la realidad que les rodea,
participando en ella y transformándola.

Unidad 4: Aproximaciones a las posturas actuales en materia de


teorías educativas.
Podemos clasificar las posturas de la educación en dos grandes grupos: aquellas ubicadas
en una concepción "Tradicionalista" o en la concepción "Humanista". Dentro de cada uno
de los grupos nos quedarán ubicadas las muy diversas variantes de modelos educativos y
pedagógicos conocidos.

Para la concepción Tradicionalista, también llamada "externalista" o Escuela Pasiva, la


personalidad es el resultado de la influencia de factores externos al sujeto: el
maestro, la familia, el medio social y el grupo, etcétera. El sujeto tiene un papel pasivo,
como asimilador y reproductor de esas influencias positivas o negativas, por lo que la
enseñanza debe seleccionar aquellas de carácter beneficioso y organizar a todos los
agentes socializadores para la acción sobre el sujeto, de lo que cabe esperar un resultado
positivo, medible en cuanto al grado en que el sujeto reproduce las influencias recibidas.

Para la concepción Humanista, también llamada "desarrolladora" o Escuela Activa, el


sujeto ocupa el primer plano dentro de todo el fenómeno educativo y del proceso
pedagógico. Los factores internos de la personalidad se reconocen como
elementos activos de la educación del sujeto, en particular sus motivaciones, a la vez que
se admite la variedad de respuestas posibles ante las mismas influencias externas.

Desde esta concepción el sujeto se autoeduca mediante la recreación de la realidad,


participa en ella y la transforma. Por esta razón la enseñanza - aprendizaje debe ponerse
en función de las necesidades individuales y no puede aspirar a la reproducción de un
modelo único de individuo, sino a la combinación de la socialización y la individualización
del sujeto de la manera más plena posible.
Tratando de resumir estas ideas en un cuadro comparativo pudieran señalarse tres
aspectos en los que se diferencian notablemente la concepción tradicionalista y la
humanista:

PEDAGOGÍA TRADICIONALISTA PEDAGOGÍA

ASPECTOS HUMANISTA

Concepción de la  Absolutización del  Énfasis en los


enseñanza aspecto externo. componentes
personales.
 Estandarización.
 Flexibilidad.
 Métodos directivos y
autoritarios.  Métodos no directivos,
dinámicos y
participativos.

Concepción del papel  Ejecutor de directivas  Papel activo, creador,


del maestro preestablecidas. investigador y
experimentador.
 Limitación de la
individualidad y  Estímulo a la
creatividad individualidad

 Autoritario, rígido,  Flexible, espontáneo,


controlador. orientador.

Concepción del papel  Sujeto pasivo,  Sujeto activo,


del alumno reproductor del constructor del
conocimiento. conocimiento.

 Poca  Creatividad, reflexión,


iniciativa, inseguridad, intereses cognoscitivos
escaso interés personal. propios.

 No implicado en el  Implicación y
proceso. compromiso.
Dentro de la Pedagogía Tradicionalista o externalista se pueden ubicar todos los modelos
educativos y pedagógicos que, partiendo de una base filosófica idealista asumen los
métodos de la escolástica medieval, perceptibles en muchas de las prácticas pedagógicas
que aún subsisten en las escuelas. También pueden incluirse en este grupo las teorías
pedagógicas conductistas, encaminadas a "formar al sujeto" según el deseo del maestro,
o las derivadas del pragmatismo, preocupadas esencialmente del resultado final de la
enseñanza como reproducción del conocimiento considerado valioso.

En la Pedagogía Desarrolladora pueden ubicarse varias propuestas pedagógicas de


carácter renovador como el proyecto Reconstruccionalista de José A. Huergo,
denominado también Pedagogía de la Emancipación, la Pedagogía Insurgente de Enrique
Pérez Luna, o la Pedagogía de la Liberación de Paulo Freyre.

Lo que se debate actualmente es el paso de la "Pedagogía del Saber" (expresión de la


concepción tradicionalista) hacia la "Pedagogía del Ser", que constituiría el resumen de la
mejor tradición humanista en el campo de la educación y la enseñanza.

Dicha Pedagogía del ser tiene como objetivo la felicidad del hombre, su educación para la
vida plena, su integración armónica al contexto social desde una perspectiva personal y
creadora, en oposición a una Pedagogía del saber aún dominante, que se preocupa por
asegurar la repetición de las normas creadas, de los saberes acuñados por otros, de
la enajenación del sujeto individual en función de supuestos intereses sociales o grupales
que no siempre tienen igual significación para los individuos, puesto que, en última
instancia no han sido elaborados por ellos mismos.

Principios que debe asumir una Pedagogía Humanista y Desarrolladora:

 El educando: elemento activo del aprendizaje, personalidad que se desarrolla a


partir de las posibilidades personales y para la interacción con otros.

 El educador: Coordinador de la actividad educativa, guía y orientador activo del


proceso.

 Los contenidos: Principios generales, campos del saber interrelacionados


en sistemas y estructuras para afrontar el conocimiento como proceso
de cambio y crecimiento.
 Los objetivos: Dirigidos al desarrollo integral de la personalidad, a la adquisición
de conocimientos, hábitos y habilidades reconocidos como necesarios por el
sujeto.

 El aprendizaje: Proceso en que interviene activamente el educando y en el que


influyen la madurez, la experiencia y las relaciones sociales que desarrolla.

 La enseñanza: Dirección del proceso con el uso de las técnicas apropiadas para el
aprendizaje grupal e individual.

 Los métodos: No existe un método único, sino la combinación de técnicas


diseñadas y utilizadas en función de los objetivos, contenidos y sujetos del
aprendizaje.

 Los fundamentos: La autodeterminación, el desarrollo de la personalidad


individual integrada al contexto social, la movilidad social, el crecimiento y la
transformación.

Sin lugar a dudas uno de los críticos más vigorosos de los modelos de educación
tradicionalista es el brasileño Pablo Freyre, fundador de un movimiento que en su época
representó una renovación total de la práctica educativa y pedagógica, contando hoy con
muchos seguidores en todo el mundo: la Educación Popular.

Para Freyre la concepción tradicional o "bancaria" no supera la contradicción educador -


educando, de donde resulta que el educador es siempre quien educa, el educando es
quién resulta educado; el educador disciplina y el educando es disciplinado; el educador
habla y el educando escucha; el educador prescribe y el educando sigue la prescripción;
el educador elige el contenido y el educando lo recibe como "depósito"; el educador es
siempre quien sabe y el educando el que no sabe, el educador es sujeto del proceso y el
educando es objeto.

La modificación de esta concepción a través de la liberación significa que nadie educa a


nadie, que tampoco nadie se educa solo y que los hombres se educan entre sí,
mediatizados por el mundo.

En estas ideas se resume lo que a nuestro modo de ver constituye la esencia del proceso
de educación y la dirección fundamental que deben asumir los modelos educativos y
pedagógicos que pretendan una verdadera articulación entre la socialización y la
individualización del sujeto.

De lo expuesto es sencillo concluir que la práctica pedagógica actual arrastra mucho de


la herencia tradicionalista, incluyendo aquí no solamente a los modelos pedagógicos
occidentales, sino también a las propuestas y prácticas de la pedagogía socialista, que al
nivel teórico declaraba su oposición a aquellos.

El autoritarismo, la unidireccionalidad, la rigidez, la ausencia de creatividad, la


inseguridad, el escaso interés y participación personal son males que pueden detectarse
aún en la práctica de muchas escuelas en nuestro propio país.

Entre los pedagogos han surgido prácticas y modelos pedagógicos de carácter netamente
humanista y transformador, como también dentro de la pedagogía supuestamente
marxista se conservaron prácticas autoritarias y directivas, mucho más emparentadas con
el escolasticismo medieval que con la Dialéctica de Marx.

Esto es notable sobre todo en aquellos países donde el proyecto social asumió un carácter
estatizante y burocrático, muy apegado a los modelos únicos, los productos homogéneos
y las recetas universales, donde, por supuesto, la iniciativa y la creatividad pedagógica no
encontraba muchas posibilidades de desarrollo.

Desde el punto de vista estrictamente sociológico, o sea, lo referente a la socialización del


sujeto, los modelos pedagógicos pueden clasificarse según el énfasis que ponen en la
educación para el reforzamiento de la individualidad o de la integración al contexto social.

Este intento de clasificación, elaborado por el pedagogo E. Planchard, que transcribimos a


continuación, sólo tomó en cuenta los modelos o sistemas experimentales aplicados en
EE.UU. y Europa Occidental, lo que constituye una carencia significativa. Pese a esto
resulta interesante por cuanto establece cierto nivel de generalización muy importante
para cualquier estudio comparativo de los modelos y sistemas pedagógicos.

a) Modelo de educación que hace énfasis en los contenidos:

Se caracteriza por el énfasis en la transmisión de información, asumiendo el profesor el


lugar protagónico, tratando de inculcar nociones e introducirlas en la memoria del
alumno, concebido éste como receptáculo y depositario del conocimiento. Es una
educación vertical y autoritaria o paternalista que predomina en el sistema
educativo formal.

Sustenta su influencia educativa en el modelo de comunicación monológico o transmisor,


basado en la existencia clásica de un emisor y un receptor. La información transita
esencialmente del profesor (emisor) al alumno (receptor), caracterizándose por ser
unidireccional, por lo que no se establece en este caso un verdadero proceso de
comunicación, que implica la alternancia de estas funciones. La participación del alumno
en este modelo de comunicación, se refiere generalmente a la reproducción de las
palabras del maestro o del texto.

En este modelo la comunicación se concibe como un instrumento valioso para la


educación, pero no constituye la esencia de la misma, otorgándosele especial importancia
a las técnicas comunicativas utilizadas por el profesor como emisor; así, todos
los recursos que tienen que ver con el dominio del discurso oral, que permiten contribuir a
la instrucción y educación tal y como son concebidas en este modelo, tributan a los
objetivos propuestos.

La Pedagogía Tradicional constituye la tendencia pedagógica representativa de este


primer modelo de educación. La misma tiene sus antecedentes en la pedagogía
eclesiástica, particularmente en la figura del jesuita Ignacio Loyola. Se pretendía en este
caso afianzar el poder del Papa, a partir de un orden absoluto, disciplina férrea, gran
rigidez y maestros bien preparados para el fin que se proponían. La enseñanza de
los jesuitas se extendió a toda la enseñanza religiosa y se mantuvo con gran auge durante
los siglos XVI y XVII.

En el siglo XVIII comienza a gestarse la tendencia pedagógica llamada tradicional con el


surgimiento de las escuelas públicas en Europa y América Latina.

Los reformadores sociales del siglo XIX consideraron la escuela el más adecuado medio
institucional para la constitución de la nación y para el renacimiento moral y social que
buscaban. A partir de esta concepción la pedagogía tradicional adquiere su carácter de
tendencia pedagógica.

Los ejes centrales de esta concepción lo constituyen el texto y el profesor. Se enfatiza el


contenido, en el texto y en la transmisión de conocimientos y valores a través de la
palabra del maestro. Se pretende la memorización de un gran volumen de información.
Se le exige al profesor una gran preparación académica, con un gran dominio de
su materia; en eso estriba fundamentalmente su autoridad ante los alumnos y la sociedad.
También se le exigen determinadas cualidades personales que le permitan hacer uso de su
autoridad y a la vez mantener el orden y la disciplina deseados. Al alumno le corresponde
obedecer, escuchar y ser depositario del conocimiento. Su actividad se limita en cierta
medida a la memorización sin una debida reflexión crítica.

En el devenir de su desarrollo hasta la actualidad, la tendencia pedagógica tradicional ha


incorporado diversos elementos de otras tendencias: del empirismo, conductismo,
humanismo, por lo que en la práctica pedagógica contemporánea no se manifiesta en su
forma clásica y mantiene gran influencia, no sólo en nuestro país, sino también en otras
latitudes.

b) Modelo de educación que se centra en los efectos:

Este modelo supera al anterior, otorgándole gran importancia a la motivación y plantea


como objetivo "el cambio de actitudes". Algunos lo consideran activo en cuanto propone
la realización de acciones. Tiene su origen en E.U. durante la segunda guerra mundial, a
partir de los entrenamientos militares para el rápido y eficaz adiestramiento de los
soldados.

En 1947 se celebra en Ginebra la X Conferencia Internacional de Instrucción Pública,


donde se emplea el término de "medios audiovisuales", lo cual marcó un momento
importante en el desarrollo de la Tecnología Educativa, tendencia pedagógica
representativa de este modelo.

En los años 55 - 65 se produce un auge significativo en el desarrollo y uso de los medios de


enseñanza como resultado y como demanda de la revolución científico técnica que exige
de la escuela un perfeccionamiento de sus funciones. Detrás del apogeo de los medios
técnicos existen además de los intereses científicos, los intereses mercantiles. De esta
forma se ejerció gran influencia en los países subdesarrollados. La aparente
modernización de la enseñanza resultó seductora para muchos educadores, lo que
provocó en muchos su utilización de forma indiscriminada.

Este modelo llega a la América Latina en la década de los 60, época del "desarrollismo"
dentro de la Alianza para el Progreso, estrategia concebida por E.U. para dar una
respuesta al subdesarrollo de la región.
Teniendo como fundamento psicológico la teoría conductista, en este modelo se asigna
a los hábitos un lugar central en la educación considerándolo como
una conducta automática, no reflexiva, posible de ser condicionada y entrenada.

Educar así no es razonar, sino generar hábitos a partir del mecanismo psicológico
estímulo - recompensa, intentando aumentar la productividad mediante
la introducción de nuevas y modernas tecnologías.

Se da una apariencia de participación a los educandos, en tanto hay una búsqueda de


respuesta por parte del educador, pero siempre a partir de efectos preconcebidos.

En la vida cotidiana, además de constituir una estrategia educativa en la escuela, este


modelo se manifiesta en los medios de difusión masiva, en técnicas publicitarias,
comerciales y políticas, actuando por presión, repetición y por motivaciones subliminales.

A este tipo de educación corresponde el modelo de comunicación "persuasiva" o


"dirigista", en donde el emisor - profesor continúa desempeñando un lugar principal y el
receptor - alumno continúa subordinado.

Se añade un elemento nuevo, la retroalimentación, que actúa como respuesta de retorno,


útil para verificar si la información fue recibida tal y como fue programada y ajustarla a tal
fin.

El profesor programa los contenidos, los objetivos de la enseñanza, concibe la


retroalimentación en forma de estímulo y sanción, dándole una cierta participación al
alumno, en forma de tareas o ejercicios generalmente repetitivos, buscando la
consolidación de hábitos y habilidades.

El proceso de programar el contenido se apoya necesariamente en el uso de medios


técnicos que son los de mayor influencia.

A pesar de las limitaciones que pueda tener este modelo, se considera que ha permitido el
enriquecimiento de la noción de comunicación en su dimensión instrumental, tanto en la
relación directa con el alumno como en la educación a distancia, por una parte, así como
señalar la importancia de los medios y recursos comunicativos como estrategias para el
logro de los fines educativos.

La Tecnología Educativa como tendencia pedagógica representativa de este modelo, se


propone superar el modelo tradicional con la introducción de medios como la TV, el video,
entre otros más variados y sofisticados propios de la tecnología computarizada, los que
sirven de instrumento para alcanzar determinados efectos, propiciar conductas previstas,
persuadir, crear hábitos, manejar al individuo por una especie de "Ingeniería del
Comportamiento", sobre bases psicológicas conductistas.

El centro de esta tendencia lo constituyen los medios, el planeamiento de la instrucción.


En este caso, el rol del profesor se expresa en la acción de programar de determinado
modo la información, el conocimiento, de manera que el alumno ejecute las acciones que
provoquen cambios a partir del desarrollo de hábitos y habilidades.

Si bien es cierto que el rol del alumno es más activo y participativo que en el modelo
anterior, algunos lo consideran "pseudoactivo", ya que los objetivos y contenidos de la
enseñanza están previamente definidos y el educando sólo participa ejecutándolos.

Se critica también esta tendencia pedagógica a partir de la ausencia de elaboración propia


y personal del sujeto en la asimilación de los conocimientos.

La situación de la Tecnología Educativa ha evolucionado en el presente en América Latina


en correspondencia con las condiciones en los diferentes países. Es así que se han
derivado nuevas concepciones, entre ella la tendencia Curricular, en la que se enfatiza en
los procedimientos y técnicas del curriculum, donde se coloca a los medios de enseñanza
como componentes o eslabón del proceso. Nótese que se plantea medios de enseñanza y
no medios técnicos pues en calidad de medios o vías de comunicación se toman incluso
hasta las formas de reflexión, de análisis, de valoraciones tanto por parte del profesor
como del alumno.

A esta tendencia pedagógica se le puede criticar el sentido persuasor y reproductor de


sus propuestas, pero también generó grandes cambios y conformó una etapa necesaria
para que las futuras propuestas puedan ingresar al sistema educativo formal (y a otros
ámbitos y modalidades) sin mayores resistencias.

c) Modelo de educación que enfatiza el proceso

Es un modelo de educación gestado en América Latina, siendo uno de sus autores más
representativos Paulo Freire, de Brasil que concibe la educación como praxis, reflexión y
acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. También Enrique Pichón Riviere
en Argentina es otro de los representantes relevantes de esta concepción que ha
sistematizado la comprensión de los estrechos vínculos entre comunicación y educación.
Estas concepciones adoptan diferentes variantes que enfatizan el proceso transformador
de las personas, su desarrollo personal y social en un contexto grupal, en interacción
dialéctica con la realidad.

El surgimiento de estas nuevas estrategias centradas en los procesos comunicacionales en


América Latina ha estado vinculada principalmente a formas de educación no
escolarizadas tales como la educación liberadora, educación popular entre otras, las
cuales no sólo aportan nuevas concepciones teóricas metodológicas en el ámbito
educativo, sino que están profundamente comprometidas con la realidad económica,
social y política de la región y su transformación.

Se considera en este modelo que en el proceso educativo debe ser el sujeto quien va
descubriendo, elaborando, reinventando y haciendo suyo el conocimiento.

El grupo, ocupa un lugar especial en este modelo, siendo el eje del proceso; sin embargo,
no todo habrá de salir del autodescubrimiento del grupo. Conocer no es adivina", dice
Freire, por lo tanto la información es un momento fundamental del acto de conocimiento.
Hay que tener en cuenta cómo y en qué contexto se proporciona, siendo lo más
importante la actitud crítica frente al objeto y no el discurso del educador en torno al
mismo. De ahí que la información debe ir precedida de cierta problematización.

La participación en la educación que se propone se refiere por una parte a los métodos de
enseñanza - aprendizaje, así como también a la actitud del profesor desde que empieza a
planificar los contenidos sobre los cuales va a dialogar con los alumnos.

Resulta imprescindible partir de las experiencias, vivencias e intereses de los educandos,


de su propio saber.

Sobre la base de esta premisa promueve la participación activa de los alumnos en la


ubicación y selección de los contenidos de aprendizaje, mediante el método de
"investigación temática". Es un modelo autogestionario ya que se basa en la participación
activa del sujeto en el proceso educativo y se forma para la participación en la vida social.

Solo hay un verdadero aprendizaje según esta concepción, cuando hay autogestión de los
educandos.

El modelo de comunicación para este tipo de educación es democrático, centrado en la


participación dialógica, donde se da el intercambio entre docente y discentes en una
relación comunitaria donde ambos sean emisores y receptores de mensajes
indistintamente, interlocutores.

Este tipo de comunicación supone una comunicación que abra múltiples canales que
permitan el establecimiento de diversas redes de relaciones entre educadores y
educandos.

En este modelo de educación los procesos comunicativos no son meros instrumentos o


estrategias del aprendizaje, sino que constituyen su esencia, centrando su atención en el
proceso y no únicamente en sus resultados, basado en la interacción entre los sujetos y el
medio social como un ecosistema.

Frente a la enseñanza tradicional definida por relaciones verticales, de poder autoritario


por parte del docente y subestimación del alumno, en este modelo se insiste en la
democratización, en el establecimiento de relaciones horizontales, de respeto mutuo
entre los participantes, sin que el profesor renuncie a su papel orientador y guía de sus
alumnos.

No se trata de un demagógico igualitarismo entre docentes y discentes, ni de proponer un


no directivismo, sino de asumir un rol profundamente humano, renovador y no
manipulador, respetando la personalidad del otro.

P. Freire, tanto en su obra escrita como en su práctica docente ha demostrado la validez


del diálogo como fundamento de un nuevo tipo de educación. El educador no es el único
dueño del saber, sino quien estimula el proceso de construcción del conocimiento en el
alumno, propiciando el cambio de actitudes del hombre acrítico en crítico, desde la
pasividad y el conformismo hasta la voluntad de asumir su destino humano, desde el
predominio de tendencias individualistas al de valores solidarios.

Los grupos operativos son grupos de discusión y tarea, que funcionan bajo la influencia de
un coordinador que debe crear, mantener y fomentar la comunicación en el grupo para
propiciar su crecimiento, expresado en la autorregulación.

En el área de la educación escolar ha ejercido gran influencia también en la concepción del


aprendizaje grupal en donde se le otorga al profesor un rol de coordinador y opera
estructurando situaciones de enseñanza - aprendizaje que faciliten la producción del
grupo y cada uno de sus miembros. Debe promover los procesos de comunicación y
participación activa de todos, planteando y aclarando los problemas y conflictos que
obstaculizan el aprendizaje.

Para este autor los procesos de aprendizaje y comunicación son coexistentes y


cooperantes.

Este tercer modelo que propugna de forma explícita la educación como proceso
comunicativo, como diálogo entre educador y educandos supone cambios no solamente
en la concepción y organización del proceso pedagógico, sino también en los roles que
tradicionalmente se les ha asignado, sin que desaparezca la autoridad moral y científica
del docente.

Algunas valoraciones:

Estos tres modelos de educación analizados representan un intento válido de recorrido


por las prácticas pedagógicas más significativas en la historia de la educación, desde la
perspectiva de las relaciones entre educación y comunicación.

En la valoración de los mismos se corre el riesgo de una comparación arbitraria que no


tenga en cuenta que cada uno es el resultado de las condiciones socio - histórico en que
surgió y en ese contexto han sido eslabones valiosos en el desarrollo de las Ciencias
Pedagógicas, con aportes importantes para elevar la calidad de su práctica.

El primer y segundo modelo se consideran modelos exógenos que conciben al alumno


como objeto del proceso, mientras que el tercero es un modelo endógeno que coloca al
educando en el centro, como sujeto del proceso pedagógico y se corresponde con una
comprensión dialéctica y humanista del mismo.

Teniendo en cuenta el devenir histórico y por esta misma razón, la práctica escolar
contemporánea está matizada por la interpenetración de estos tres modelos de acuerdo a
las condiciones concretas en que transcurra el proceso pedagógico.

Las demandas de la escuela contemporánea, en correspondencia con las condiciones


socio - económicas y científico - técnicas, exigen trabajar por un acercamiento cada vez
mayor al tercer modelo de educación. Sin embargo, faltan aún suficientes experiencias en
cuanto a la aplicación consecuente de este tercer modelo en el contexto escolar que
requiere de una preparación especial del docente, así como de nuevas actitudes del
discente, entre otros factores.

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