Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
*****
2
Las principales teorías del origen del Estado mediante un contrato social
formuladas durante la Edad Moderna son las de Hobbes, Locke y Rousseau. Por
su parte, las relaciones entre libertad y autoridad fueron abordadas por
movimientos sociales como el comunismo, el socialismo y el anarquismo.
Hobbes considera que, antes de la constitución del Estado, los hombres viven en
un hipotético "estado de naturaleza". Hobbes rechaza la idea tradicional de que el
hombre sea por naturaleza un ser sociable; más bien, en el estado de naturaleza
los hombres son iguales y muestran una clara insociabilidad; al gozar del mismo
derecho natural, es decir, de la libertad de usar su propio poder como quieran para
preservar la propia naturaleza, sin limitación alguna, cada uno actúa de manera
egoísta, buscando tenerlo todo y persiguiendo su propio provecho en perjuicio del
otro. Así, movidos por el afán de competición y la gloria, en el estado de
naturaleza el hombre es un lobo para el hombre (homo homini lupus) y se vive en
permanente situación de guerra de todos contra todos (bellum omnium contra
omnes). En consecuencia, no hay ni seguridad, ni industria, ni justicia, ya que no
hay ley.
Con esta teoría, Hobbes substituye la doctrina medieval del origen divino del poder
por una fundamentación racional; pero la teoría de Hobbes constituye una
justificación de la política absolutista, propia de las monarquias del siglo XVII:
niega la división de los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial, que deben reunirse
bajo una misma persona), y, ademas, la cesión de derechos por parte del pueblo
en el soberano es irrevocable. Por ello, en ningún caso se le podrá retirr el poder
que se le ha conferido, si no se quiere caer de nuevo en el caos del estado de
naturaleza.
John Locke formuló su teoría política en los dos tratados titulados Sobre el
gobierno civil, publicados en 1690. Si Hobbes fue el gran teórico del absolutismo
monárquico, Locke será el gran teórico del liberalismo político.
Para contestar a la cuestión del origen del Estado, Locke utiliza, igual que Hobbes,
la suposición de un estado de naturaleza y la realización de un contrato social.
Según Locke, el estado de naturaleza no se caracteriza por la violencia, ni por la
"guerra de todos contra todos". Es cierto que existe libertad e igualdad de todos
los seres humanos y que cada individuo tiene un poder ilimitado para disponer
sobre sí mismo y su propiedad; pero también es cierto que los seres humanos,
gracias a la razón, están sometidos a la ley natural, cuya norma suprema es la
conservación de la naturaleza y el respeto al derecho natural de los otros
hombres. El derecho natural prohíbe dañar o aniquilar la vida, la libertad y las
posesiones de los otros. Por tanto, el estado de naturaleza es, por lo general, un
estado pacífico.
Sin embargo, siempre hay individuos que ignoran la ley natural. Dado que en el
estado de naturaleza existe igualdad entre todos, cada uno tiene el derecho de ser
juez y de juzgar y castigar por sí mismo a quien ha roto el estado de paz. Pero
como cada uno sería juez de sus propios asuntos, esto conduciria a un estado de
guerra perpetuo, si no hubiera una instancia superior en cuyas manos se pusiera
na administración de justicia. Así pues, los hombres se agrupan formando una
comunidad, en base a un contrato social, con el fin de obtener la paz y la
autoconservación. Mediante dicho contrato, los miembros de la sociedad entregan
el poder legislativo, el poder judicial y el poder ejecutivo a una instancia superior.
Así surge el Estado, cuya misión es defender el bien común, establecer y hacer
4
guardar las leyes y garantizar la libertad y los derechos naturales de los individuos.
Su surgimiento se debe a que, como hemos visto, los hombres ailsados no
podrían defender la ley natural y por ello delegan ese poder en el Estado, que está
encargado de preservarla.
El poder del Estado, con todo, no es absoluto, ni arbitrario, ni ilimitado, sino que
debe estar sujeto a la ley natural, según la cual hay que respetar los derechos del
individuo: su vida, su libertad y su propiedad, procurando el bien de todos. Por
ello, Locke propone la división de poderes dentro del Estado, es decir, el poder
legislativo debe ser independiente del ejecutivo y del judicial: sólo así se podrá
evitar el peligro de un poder absoluto, al sancionar la dualidad monarca-
Paramento, con la que se limita el poder del monarca y se protegen los derechos y
libertades de los individuos. Además, Locke señala que si el gobernante viola las
leyes, el pueblo tiene derecho a deponerlo por la fuerza mediante una revolución.
Locke, por otra parte, defiende un Estado laico, no confesional. Locke defiende
una estricta separación de la religión y del Estado. El Estado deberá garantizar a
los ciudadanos el ejercicio de su derecho a la libre organización del culto religioso,
pero deberá cuidar de que ninguna religión se transforme en poder, capaz de
suscitar discordias civiles por disputas sectarias de carácter religioso. De ahí el
ideal de tolerancia religiosa que Locke formuló en su Carta sobre la tolerancia
(1689), de la cual sólo se excluye a los intolerantes mismos, es decir, a quienes no
reconozcan la libertad religiosa a los demás; en particular a católicos y
musulmanes, que al someterse a un poder ajeno al Estado, constituyen una
amenaza para éste. También excluye a los ateos, de quienes piensa que, al negar
a Dios, disuelven los principios que subyacen a la sociedad civil.
sociedad, el hombre alcanza un estado menos feliz, libre y bueno. Las primeras
sociedades son más felices, por su sencillez y simplicidad, que las sociedades
desarrolladas. En estas se pierde la libertad y surgen las desigualdades en el
momento en que se establece el derecho de propiedad y la autoridad para
salvaguardarlo. La sociedad es un engaño: en ella, los débiles son sometidos a los
intereses de los más ricos, surgiendo las diferencias entre ricos y pobres,
poderosos y débiles, amos y esclavos.
*****