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TEMA TEORIAS CONTRACTUALISTAS

Esquema del tema:

1.-La teoría del pacto social en Thomas Hobbes.

2.-La teoría del pacto social en John Locke.

3.-La teoría del pacto social en J. J. Rousseau.

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En la Edad Moderna, junto con el tema de la racionalidad -de Descartes a Hegel-


se plantearon también las cuestiones de la legitimidad política y del origen del
Estado. Estas cuestiones dieron lugar al surgimiento de las teorías filosóficas del
pacto social y a una reflexión en torno a las relaciones entre libertad y autoridad.

Las principales teorías del origen del Estado mediante un contrato social
formuladas durante la Edad Moderna son las de Hobbes, Locke y Rousseau. Por
su parte, las relaciones entre libertad y autoridad fueron abordadas por
movimientos sociales como el comunismo, el socialismo y el anarquismo.

1.- La teoría del pacto social en Thomas Hobbes (1588-1679).

El filósofo británico Th. Hobbes, mantuvo contactos con Descartes y Galileo,


expuniendo su teoría del pacto social en su obra más conocida: Leviátan (1651);
en ella se aborda seriamente por vez primera el tema de la sociedad y del origen
del Estado. Llevado por el paradigma mecanicista propio del siglo XVII, Hobbes
considera que el Estado es algo artificial, una gran máquina social construida por
el hombre. Y, como toda máquina, en el Estado hay que considerar diversas
partes: la materia de la que está hecho: los seres humanos; la forma: el pacto
social; y, finalmente el resorte que pone en movimiento el Estado: el poder.

Hobbes considera que, antes de la constitución del Estado, los hombres viven en
un hipotético "estado de naturaleza". Hobbes rechaza la idea tradicional de que el
hombre sea por naturaleza un ser sociable; más bien, en el estado de naturaleza
los hombres son iguales y muestran una clara insociabilidad; al gozar del mismo
derecho natural, es decir, de la libertad de usar su propio poder como quieran para
preservar la propia naturaleza, sin limitación alguna, cada uno actúa de manera
egoísta, buscando tenerlo todo y persiguiendo su propio provecho en perjuicio del
otro. Así, movidos por el afán de competición y la gloria, en el estado de
naturaleza el hombre es un lobo para el hombre (homo homini lupus) y se vive en
permanente situación de guerra de todos contra todos (bellum omnium contra
omnes). En consecuencia, no hay ni seguridad, ni industria, ni justicia, ya que no
hay ley.

Esta guerra podría durar eternamente. En ella la vida es solitaria, miserable y


corta, porque nadie puede esperar mantenerse vivo durante mucho tiempo. Por
eso el ser humano, conducido por su razón, comprende que debe salir de dicha
situación y seguir la ley de la naturaleza que le inducen a buscar la paz, si quiere
sobrevivir. Pero Hobbes señala que esa ley de la naturaleza no basta para
garantizar la paz, por lo que los hombres deciden renunciar a sus derechos
particulares y conferir todo el poder y la fuerza a un hombre o a una asamblea de
hombres que pueda reducir todas las voluntades a una sola voluntad. Se
establece así el contrato social que da origen al Estado; éste, a partir de su
surgimiento, monopoliza el derecho a la violencia. El titular del mismo puede ser
una persona (monarca) o una asamblea, pero, en cualquier caso, Hobbes
considera que su poder es ilimitado, inalienable e indivisible. Hobbes compara el
Estado con el monstruo Leviatán de la Biblia, en tanto que simboliza un gran e
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insuperable poder, al que deben los hombres la paz y la protección.

Con esta teoría, Hobbes substituye la doctrina medieval del origen divino del poder
por una fundamentación racional; pero la teoría de Hobbes constituye una
justificación de la política absolutista, propia de las monarquias del siglo XVII:
niega la división de los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial, que deben reunirse
bajo una misma persona), y, ademas, la cesión de derechos por parte del pueblo
en el soberano es irrevocable. Por ello, en ningún caso se le podrá retirr el poder
que se le ha conferido, si no se quiere caer de nuevo en el caos del estado de
naturaleza.

2.- La teoría del pacto social en John Locke (1632-1704).

John Locke formuló su teoría política en los dos tratados titulados Sobre el
gobierno civil, publicados en 1690. Si Hobbes fue el gran teórico del absolutismo
monárquico, Locke será el gran teórico del liberalismo político.

En el primer tratado se ocupa de refutar la obra De Patriarca de Robert Filmer


(1604-1647), en la que éste defendía la idea de que la libertad es ilimitada. Frente
a Filmer, Locke defiende que la libertad tiene límites prescritos por la razón
humana: la libertad de la naturaleza debe estár limitada por la ley natural, si no se
quiere caer en el libertinaje. Asimismo, el derecho del ser humano está limitado a
su persona: implica el derecho a la vida, a la integridad corporal, a la libertad y a la
propiedad de las cosas que produzca con su trabajo.

Para contestar a la cuestión del origen del Estado, Locke utiliza, igual que Hobbes,
la suposición de un estado de naturaleza y la realización de un contrato social.
Según Locke, el estado de naturaleza no se caracteriza por la violencia, ni por la
"guerra de todos contra todos". Es cierto que existe libertad e igualdad de todos
los seres humanos y que cada individuo tiene un poder ilimitado para disponer
sobre sí mismo y su propiedad; pero también es cierto que los seres humanos,
gracias a la razón, están sometidos a la ley natural, cuya norma suprema es la
conservación de la naturaleza y el respeto al derecho natural de los otros
hombres. El derecho natural prohíbe dañar o aniquilar la vida, la libertad y las
posesiones de los otros. Por tanto, el estado de naturaleza es, por lo general, un
estado pacífico.

Sin embargo, siempre hay individuos que ignoran la ley natural. Dado que en el
estado de naturaleza existe igualdad entre todos, cada uno tiene el derecho de ser
juez y de juzgar y castigar por sí mismo a quien ha roto el estado de paz. Pero
como cada uno sería juez de sus propios asuntos, esto conduciria a un estado de
guerra perpetuo, si no hubiera una instancia superior en cuyas manos se pusiera
na administración de justicia. Así pues, los hombres se agrupan formando una
comunidad, en base a un contrato social, con el fin de obtener la paz y la
autoconservación. Mediante dicho contrato, los miembros de la sociedad entregan
el poder legislativo, el poder judicial y el poder ejecutivo a una instancia superior.
Así surge el Estado, cuya misión es defender el bien común, establecer y hacer
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guardar las leyes y garantizar la libertad y los derechos naturales de los individuos.
Su surgimiento se debe a que, como hemos visto, los hombres ailsados no
podrían defender la ley natural y por ello delegan ese poder en el Estado, que está
encargado de preservarla.

El poder del Estado, con todo, no es absoluto, ni arbitrario, ni ilimitado, sino que
debe estar sujeto a la ley natural, según la cual hay que respetar los derechos del
individuo: su vida, su libertad y su propiedad, procurando el bien de todos. Por
ello, Locke propone la división de poderes dentro del Estado, es decir, el poder
legislativo debe ser independiente del ejecutivo y del judicial: sólo así se podrá
evitar el peligro de un poder absoluto, al sancionar la dualidad monarca-
Paramento, con la que se limita el poder del monarca y se protegen los derechos y
libertades de los individuos. Además, Locke señala que si el gobernante viola las
leyes, el pueblo tiene derecho a deponerlo por la fuerza mediante una revolución.

Locke, por otra parte, defiende un Estado laico, no confesional. Locke defiende
una estricta separación de la religión y del Estado. El Estado deberá garantizar a
los ciudadanos el ejercicio de su derecho a la libre organización del culto religioso,
pero deberá cuidar de que ninguna religión se transforme en poder, capaz de
suscitar discordias civiles por disputas sectarias de carácter religioso. De ahí el
ideal de tolerancia religiosa que Locke formuló en su Carta sobre la tolerancia
(1689), de la cual sólo se excluye a los intolerantes mismos, es decir, a quienes no
reconozcan la libertad religiosa a los demás; en particular a católicos y
musulmanes, que al someterse a un poder ajeno al Estado, constituyen una
amenaza para éste. También excluye a los ateos, de quienes piensa que, al negar
a Dios, disuelven los principios que subyacen a la sociedad civil.

3.-La teoría del pacto social en J. J. Rousseau (1712-1778).

Aunque colaboró enla Enciclopedia, Rouuseau fue el gran disidente de la


Ilustración. Nacido en Ginebra, hizo amistad, al llegar en 1741 a París, con Diderot
y los ilustrados, pero sus ideas chocaron pronto con las de estos: Rousseau en su
Discurso sobre las ciencias y las artes (1750), consideraba que las ciencias y las
artes, es decir, la cultura, la razón y la sociedad, lejos de hacer progresar al ser
humano, como creían los ilustrados, corrompen su estado natural y sus
sentimientos.

A partir de aquí, el pensamiento social de Rousseau se construye sobre un


esquema lineal: del estado de naturaleza (simplicidad y felicidad) el ser humano
pasa al estado de sociedad (corrupción e injusticias), por lo que se plantea el
proyecto utópico de regresar al primero sin abandonar el segundo (cosa ya
imposible).

En el estado de naturaleza, el hombre primitivo vivía en aislamiento; no poseía ni


sociabilidad natural ni, como creía Hobbes, vivía en guerra contra los otros. Es lo
que Rousseau denomina "el buen salvaje", individuo en estado de inocencia
natural, ausencia de moral, bondad innata, igualdad, etc. Al pasar al estado de
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sociedad, el hombre alcanza un estado menos feliz, libre y bueno. Las primeras
sociedades son más felices, por su sencillez y simplicidad, que las sociedades
desarrolladas. En estas se pierde la libertad y surgen las desigualdades en el
momento en que se establece el derecho de propiedad y la autoridad para
salvaguardarlo. La sociedad es un engaño: en ella, los débiles son sometidos a los
intereses de los más ricos, surgiendo las diferencias entre ricos y pobres,
poderosos y débiles, amos y esclavos.

Para Rousseau, es necesario regresar a una sociedad que responda a la


naturaleza perdida. El primer paso es la transformación del individuo mediante una
educación natural y no represiva, como propone en su novela Emilio (1762); el
segundo paso es la transformación de la sociedad mediante la idea de un pacto
social, que restaure la igualdad perdida. Esta idea la expone Rousseau en El
contrato social (1762), donde mantiene que es necesario organizar la sociedad de
manera que cada individuo, al asociarse con los demás, se una a todos, pero no
abedezca más que a sí mismo, quedando tan libre como antes. Para lograr este
objetivo, Rousseau propone una nueva forma de contrato social, que no es ni un
contrato entre individuos (Hobbes), ni de los individuos con un gobernante (Locke),
sino que es un pacto de la comunidad con el individuo, y a la inversa, del individuo
con la comunidad. Así cada asociado se une a todos y no se une a nadie en
particular.

Mediante el contrato social se crea lo que Rousseau denomina la "voluntad


general", voluntad que es colectiva, soberana e inalineable. El gobierno no es sino
un ejecutor de la ley que emana de la voluntad general y puede ser siempre
substituido. De este modo, Ropusseau establece la soberanía popular y la libertad
individual, ya que, al hacer el contrato con la comunidad, cada individuo, por así
decirlo, contrata consigo mismo, y al obedecer a las leyes que emanan de la
voluntad general, no obedece más que a sí mismo.

El contrato social inspirará a los revolucionarios franceses de 1789, y a los


comunistas del siglo XIX; también inspiró a Thomas Jefferson (+1826), autor de la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América.

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