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1.

INTRODUCCIÓN
2.HOBBES
3.LOCKE
4.ROUSSEAU

Contrariamente a las teorías organicistas, el contractualismo intenta explicar la legitimidad del


Estado negando que este sea natural. Por el contrario, es fruto de convenciones humanas,
de pactos entre individuos que acuerdan organizar la sociedad mediante leyes (no
naturales) e instituir un gobierno con poder coactivo, legislativo y ejecutivo (el tipo de gobierno
que las distintas posiciones defienden es muy variado, tal como tendremos ocasión de ver en el
cuadro). Al contrario que para la concepción naturalista (organicista) el Estado es una abstracción y
sólo existe por la voluntad de los individuos, es posterior a ellos y está a su servicio, para salvaguardar
los derechos individuales.

Los antecedentes de las teorías contractualistas se remontan a los sofistas y a los epicúreos. Tal
como dice Platón en La República, los sofistas mantenían que los primeros seres humanos llegaron
a la conclusión de que era mejor establecer pactos para defenderse de la injusticia y otros daños.
Sin embargo, las teorías del contrato clásicas son las surgieron durante los siglos XVII y XIII,
cuyos principales exponentes son Hobbes, Locke y Rousseau.
Las teorías clásicas tienen en común los siguientes puntos:
a) Parten de la hipótesis de un Estado de naturaleza, anterior a la constitución de una sociedad
regida por leyes positivas en el que los individuos tenían derechos naturales
b) Sostienen que a través de un contrato social los individuos deciden constituir una sociedad civil
regida por leyes positivas, surgiendo así el Estado, con el fin de solucionar algunos problemas del
estado de naturaleza.
c) El tipo de Estado que se establece es diverso: absolutista, liberal o democrático.
TH OMAS H OBBES, 1588-1679.
EL ESTADO ABSOLUTISTA

El pensamiento político de Hobbes se inscribe en un período de convulsión política y


religiosa en Inglaterra: continuas disputas entre protestantes y católicos, entre
protestantes anglicanos y disidentes. Por otra parte, los Tudor y los Estuardo luchan por la
monarquía. Carlos I, un Estuardo, se enfrenta en 1640 al parlamento de mayoría puritana
y una vez vencido por el ejército parlamentario de Cromwell, el rey es ejecutado. En 1651,
Cromwell reina en Inglaterra, convertida en república. Ese mismo año se publica en
Londres El Leviatán de Hobbes, en donde defiende la causa del absolutismo
monárquico, aunque no en nombre del derecho divino, sino en el del interés de los
individuos, de la conservación y la paz.
En la obra anteriormente citada, Hobbes, siguiendo tesis semejantes a las de Grocio en su
obra Sobre el derecho de guerra y de paz (1621) relativas al derecho natural y su relación con las
leyes positivas, sostiene pesimistamente que en el estado de naturaleza prevalece el estado
de guerra de todos contra todos. Parte de una concepción de la naturaleza humana
malvada: “El hombre es un lobo para el hombre”, es egoísta, agresivo, ambicioso e insaciable y es
capaz de cualquier cosa para conseguir lo que desea, y siempre desea algo más. Como en un estado
semejante no es posible prosperar ya que no hay paz y siempre está en peligro la vida y la
propiedad, la razón sugiere normas adecuadas para hacer posible dicha paz, sin la cual sería
imposible la subsistencia. Estas normas son las que Hobbes llama Leyes de la naturaleza, que
servirán para que el hombre salga del estado de guerra que impera en el estado de naturaleza y
acuerde una sociedad civil.
Aunque Hobbes define 19 leyes de naturaleza, existen, sin embargo, dos
fundamentales de las cuales se derivan las restantes.
1. La primera ley se refiere a que cada hombre debe esforzarse por la paz.
2. La segunda ley dice que el hombre debe acceder ( si los demás consienten también y
mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo ) a renunciar este
derecho de todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad que admitiría para
otro.
Así pues, la misma naturaleza humana guiada por su razón aconseja buscar la paz y limitar los
deseos de poder absoluto sobre los demás. Esto implica la necesidad de establecer
un pacto mediante el cual ceden todos sus derechos a favor de un gobernante (que puede
ser una persona o una asamblea, aunque claramente Hobbes defiende una monarquía absolutista)
de tal manera que el Estado, el Leviatán (monstruo marino babilónico que aparece en la Biblia , y
cuya imagen usa Hobbes para simbolizar el poder arrollador del Estado) ejerce un poder
omnímodo sobre los individuos, que pasan a ser considerados súbditos. Bajo la soberanía de
Estado se garantiza la paz , porque sin Estado no hay sociedad entre los hombres, sino
un mero estado natural de desconfianza y terror mutuo.
El Estado tiene el derecho absoluto a establecer leyes o a incumplirlas. El soberano determina qué
es lo políticamente aceptable y lo moral: lo justo y lo bueno coincide con la voluntad del
soberano. El soberano es el único poder legislativo y el Estado la única fuente del
derecho. Incluso en los asuntos de índole espiritual o religiosa es el soberano quien tiene la máxima
autoridad. Como deducimos a simple vista, Hobbes se inclina por una monarquía absolutista.

JOHN LOCKE (1632-1704)


EL ESTADO LIBERAL

La doctrina política de Locke se encuentra expuesta en sus Dos Tratados sobre el gobierno
civil. El primero de ellos tiene un carácter esencialmente polémico e intenta refutar las
tesis de R obert Filmer, que en su obra Patriarca proponía una fundamentación divina
al poder de los reyes. En el Patriarcha, redactado hacia 1628, y editada por los tories
en 1680 con el fin de presentar ante el público una defensa de la monarquía absoluta,
basada en el principio según el cual el monarca gobierna por la voluntad de Dios,
siendo, pues sus decretos y su autoridad tan indiscutibles como cualquier otro mandato
divino. Contrariamente a lo que Filmer trata de probar, dirá Locke en el Primer
Tratado, la autoridad real no le fue concedida por Dios a Adán, primer padre de la
humanidad; y aunque lo hubiera hecho, tampoco hay evidencia de que dicha autoridad
fuese transmitida por sucesión a sus herederos. Suponer, por tanto, una sujeción
original al primer patriarca es admitir que los hombres no nacieron libres y también,
dado el supuesto sucesorio del poder patriarcal, tampoco podrían serlo nunca en virtud de
su subordinación natural a ese poder que se considera absoluto y arbitrario. Este es el
punto de Filmer que a Locke le interesa refutar antes de pasar a analizar su propia
concepción en el segundo tratado. Locke es el padre del individualismo liberal.
Sin embargo, la obra política más difundida de Locke es el segundo "Tratado sobre el
gobierno civil" (1 690), que pasa por ser la obra en la que Locke condensó lo esencial de
su pensamiento político. Aparece en el momento más oportuno y refleja la opinión de la
ascendente clase burguesa.
Parte de los supuestos generales siguientes:
a) El hombre es un ser razonable y la libertad es inseparable de la felicidad.
b) El fin de la política es la búsqueda de la felicidad que reside en la paz, la armonía y la seguridad
Locke desarrolla una teoría política del contrato para explicar el origen de la sociedad
humana y de dónde procede la legitimidad del gobierno. Al contrario que su compatriota
Hobbes, considera que los hombres no son malvados por naturaleza, y que el
absolutismo es inadmisible, ya que atenta contra las libertades individuales. Los principales
ejes de su filosofía política son:

Estado de naturaleza
Contrato
Sociedad civil
Propiedad privada
• Gobierno: legitimidad del gobierno, división de poderes y derecho de resistencia frente a los
atentados a las libertades individuales
2.2.1. Estado de naturaleza
Al igual que Hobbes, y posteriormente Rousseau, supone como hipótesis metodológica la
existencia de un primer estado de naturaleza, previo a la sociedad civil. Tal estado de
naturaleza es un estado:
"de perfecta libertad para ordenar sus actos y disponer de sus propiedades y de las personas que creen
conveniente dentro de los límites de la ley natural, sin pedir permiso ni depender de la voluntad de ningún
otro hombre" (II, 2, 4).
Contrariamente a Hobbes, Locke estima que el estado de naturaleza es un estado pacífico en el
que rige la ley moral natural en la que los individuos racionales se saben sujetos de derechos y
deberes. Entre ellos, Locke destaca: el derecho a la propia conservación, a defender su vida,
a la libertad, y a la propiedad privada, que es una de las cosas necesarias para preservar su
existencia... El estado de naturaleza se caracteriza por la libertad e igualdad de todos los
hombres y en la ausencia de una autoridad común. La creación de la moneda facilita los
intercambios de bienes. Desde ahora, ya no se contentan, sobre todo respecto a la ocupación del
territorio, con los pocos acres necesarios para la supervivencia de una familia.
2.2.2. La propiedad privada
Contrariamente a Hobbes también, Locke estima que la propiedad privada existe en el
estado de naturaleza, que es anterior a la sociedad civil. Esta teoría de la
propiedad ocupa en Locke un destacado lugar: atestigua los orígenes burgueses de su
pensamiento. La propiedad privada, según Locke no sólo beneficia al propietario
privadamente, sino a todos los hombres: "El que se apropia de una tierra mediante su trabajo
no disminuye sino que aumenta los recursos comunes del género humano".
La propiedad produce felicidad y la mayor felicidad coincide con el mayor poder: "La
mayor felicidad no consiste en gozar de los mayores placeres, sino en poseer las cosas que producen
los mayores placeres". De esta forma queda definido un "hedonismo capitalista".
Un individuo tiene derecho a la propiedad privada de tanta tierra cuanta pueda
labrar, sembrar y cultivar para aprovechar sus productos. La propiedad privada es un derecho
natural tan primitivo como el derecho a la vida, a la libertad, a la salud y a la
integridad.
A causa de la instauración de la propiedad, la sociedad humana se hace más compleja y
aparecen en ella riesgos cada vez más numerosos de conflictos. Los hombres se mantendrán
en ese estado hasta que, por su propio interés, decidan establecer un pacto para garantizar
derechos y libertades frente a los posibles conflictos que en el estado de naturaleza puedan surgir.
2.2.3. El pacto mediante el que se instituye la Sociedad civil
Mediante el pacto, los hombres renuncian a parte de su libertad para hacer lo que le parezca
oportuno para su salvaguarda individual, y renuncian a su derecho natural de castigar las posibles
ofensas. En definitiva, renuncian a cierta cota de poder ejecutivo y legislativo, pero no
renuncia a su libertad. Mediante el pacto surge la sociedad civil. Las ventajas de la sociedad
civil consisten en que los hombres disponen de una ley escrita que define la ley natural, evitando
controversias sobre ella; se establece un sistema judicial que goza del reconocimiento general y
evita arbitrariedades; se crea un poder capaz de castigar crímenes, y de obligar a ejecutar
las sentencias y, por último, se conserva la propiedad privada. Profundicemos un poco:
Conviene, pues, que aquellos que quieren la plena realización de los principios
del derecho natural, es decir, el libre desarrollo de cada uno, formen sociedad y
establezcan una instancia cuyo fin sea organizar la sociedad según reglas comunes, y
utilizar los medios convenientes para hacerlas aplicar.
Los conflictos más graves se originan cunado se atenta contra el derecho que tiene cada
uno a disponer de su vida, de apropiarse de los bienes libres y de exigir el respeto de
los compromisos contraídos
Para garantizar la propiedad, los hombres salen del estado de naturaleza y
constituyen una sociedad civil "cuyo fin principal es la conservación de la propiedad".
“Esto lo lleva a querer abandonar una condición en la que, aunque él es libre, tienen
lugar miedos y peligros constantes; por lo tanto, no sin razón está deseoso de unirse en
sociedad con otros que ya están unidos o que tienen intención de estarlo con el fin
de preservar sus vidas, sus libertades y sus posesiones, es decir, todo eso a lo que doy
el nombre genérico de "propiedad". ((II, 9, 123).
"El gobierno no tiene más fin que la conservación de la *propiedad . Para que
se prohíba a todos los hombres invadir los derechos de otros y "para que sea observada
la ley natural" que aspira a la paz y a la defensa de todo el género humano. La
ejecución de esta ley, en el estado de naturaleza, se ha dejado en manos de todos los
hombres [y] todo el mundo tiene derecho a castigar a los transgresores en grado
suficiente para prevenir su violación"
2.2.4. El poder político
"Lo que origina y constituye de hecho una sociedad política no es sino el consentimiento de un
número de hombres libres capaces de formar una mayoría [...]. Esto y sólo esto es lo que da o
podría dar origen a cualquier gobierno legítimo ".
Para Hobbes el mismo acto del contrato generaba simultáneamente la sociedad civil y el Estado. Para Locke no
es este el caso: la relación entre el gobierno y sus súbditos queda definida como mandato, es decir, como el encargo
de una tarea... Así, mediante el pac to s e c onstituye la s oc iedad c ivil y, posteriormente, el pueblo se
constituye en as amblea y elige un gobierno al que confía una tarea. Ambos momentos constitutivos están
claramente diferenciados.

El pacto de institución del poder político obliga a instaurarlo la impotencia frente a las
amenazas de enemigos interiores y exteriores. Ante tales amenazas los derechos
naturales desaparecen por la imposición de la fuerza, y por lo tanto se hace necesario
instituir un poder capaz de establecer leyes, hacerlas cumplir y castigar su
incumplimiento: hablamos del poder político:
Poder político es: "el derecho a dictar leyes, incluida la pena de muerte y, en consecuencia,
todas las inferiores, para la regulación y salvaguarda de la propiedad, y a emplear la fuerza de la
comunidad en la ejecución de todas las leyes y en la defensa del Estado contra agresiones del
exterior, y todo ello únicamente en pro del bien público." (II Tratado, 1, 3)
La libertad del hombre en el estado civil consiste en: "no estar sometido a más
poder legislativo que el establecido de común acuerdo, ni al dominio de otra voluntad ni a
la limitación de más ley que la que este poder legislativo establezca de acuerdo con la confianza
depositada en él"
La función de los gobernantes consiste en asegurar el bienestar y la prosperidad. La
“propiedad” tal como ha sido definida anteriormente:
“están unidos o que tienen intención de estarlo con el fin de preservar sus vidas, sus libertades
y sus posesiones, es decir, todo eso a lo que doy el nombre genérico de *"propiedad".
Sin embargo, a pesar de que hemos dicho que la libertad es un derecho
natural inalienable, Locke justifica la esclavitud, cuando alguien que puede ser reo de
muerte, en vez de ejecutado es utilizado en su servicio por el ofendido, sin que por ello cometa éste
delito alguno; pues, en todo caso, siempre queda al esclavo obtener la muerte al resistirse a la
voluntad de su amo si considera que las penalidades de su esclavitud superan el valor de la vida.
El poder político lo detenta el gobierno libremente elegido por el consenso de los
ciudadanos. Se trata de un gobierno no centralizado, al contrario de lo que sucedía en el
absolutismo. La garantía de que no se produzca abuso de poder radica en una estricta
división del mismo en tres ámbitos diferenciados que deben ser detentados por personas
distintas. La división de poderes se estructura como sigue:
1. El poder legislativo constituye el poder supremo en sentido estricto (Asamblea.), pero
no es un poder absoluto: tiene que responder de la confianza puesta en él y respetar la ley
moral natural. No es de carácter permanente. Su función legislar igual para todos y buscar
el bien común en el respeto al derecho de todos, a la vida y a la propiedad y las leyes no
pueden ocasionar perjuicio a los propietarios
2. El poder ejecutivo es el encargado de realizar los mandatos del legislativo.
3. El poder federativo encargado de la seguridad del Estado y de las relaciones con el
exterior. (Nota: para Locke el poder judicial no es un poder independiente, siendo sólo un
aspecto del ejecutivo).
El Estado es, pues, necesario y está formado por un conjunto de instituciones tales como
la legislativa, judicial, policial y militar, pero no tiene un poder absoluto, sino que son los
ciudadanos propietarios quienes tienen la última palabra, el régimen depende de ellos, el
gobierno será legítimo durante tanto tiempo como sea capaz de servir al bien
público.
Pero el poder del legislativo no es indefinido; además "el poder político no puede tomar
a nadie parte de su propiedad sin su consentimiento [pues] la salvaguarda de la propiedad
es el fin de un gobierno y la razón por la cual los hombres entran en sociedad."
Para costear los gastos estatales es necesaria la recaudación de impuestos: "Es cierto que
los gobiernos no pueden mantenerse sin grandes gastos y es bueno que quien se beneficia de la
protección del Estado pague la parte que le corresponda para ayudar a mantenerlo."
Es necesario que haya otro poder que se ocupe de llevar a cabo y de hacer cumplir las
leyes que dicta el legislativo: Es el poder ejecutivo y Locke lo distingue de un tercero que
llama:
Federativo (una especie de ministerio de asuntos exteriores) encargado de representar a
la comunidad frente a las demás y ante los individuos ajenos a ella, y que es el competente
para decidir las alianzas, la guerra y la paz, y las transacciones internacionales.
Naturalmente, todos los poderes dependen de la voluntad de los ciudadanos, porque
en ella reside la legitimidad del poder soberano. Y el poder ejecutivo debe dar cuenta
de sus decisiones al legislativo: "Mientras el gobierno subsiste, el poder supremo es el
legislativo , porque quien puede imponer leyes a otro ha de ser, por fuerza, superior."
Si los legisladores son elegidos para un determinado período de tiempo, según Locke
estima conveniente, el poder de elección ha de ser siempre ejercido por el
pueblo, sea en épocas determinadas o cuando fuera convocado. La potestad de convocar
corresponde al ejecutivo, que lo hace a intervalos prefijados en la constitución.
El poder legislativo no es permanente y ni lo es la persona que encabeza el ejecutivo (el monarca),
puesto que si ésta viola la ley ya no tiene ningún derecho a ser obedecida. Esa persona es solamente el símbolo,
la imagen o representante del Estado, que actúa por voluntad de la sociedad, tal como declaran las leyes y no
tiene, pues, otra voluntad ni otro poder que los de la ley. La monarquía c onstitucional ha quedado definida;
lo contrario no es sino tiranía y usurpación de poder.
2.2.5. El derecho de resistencia frente al abuso de poder
Por último, hemos de hacer mención al derecho de resistencia frente a un ejercicio
del poder injusto, arbitrario o ineficaz, muy en la línea de Tomás de Aquino. El
reconocimiento del derecho de resistencia es un medio para que el monarca tome en
consideración la ley como única soberana y para hacerle respetar dicha legalidad.
Permite alejar el peligro de una revuelta popular, pero no constituye en absoluto una
invitación a la sublevación. En definitiva, el derecho de resistencia es para Locke
un medio disuasorio para frenar toda tendencia absolutista del monarca. La rebelión
está justificada cuando el monarca o el poder legislativo actúan de modo contrario
a su cometido. En este caso es la ciudadanía ha de juzgar, porque la soberanía reside
en última instancia en el pueblo.
[...]Pero si una larga cadena de abusos, prevaricaciones y artificios,
convergiendo todos a lo mismo , alcanzan que el pueblo se entere del propósito y
no pueda dejar de percibir lo que por debajo cunde, y advierta adonde va a ir a parar, no
será extraño que se levante e intente poner la autoridad en mano que le
asegure los fines para los cuales fuera erigido el gobierno, y en cuya carencia,
los antiguos nombres y formas especiosas no sólo distan mucho de ser mejores sino
que son harto más graves que el estado de naturaleza o pura anarquía; los
inconvenientes son en ambos casos igualmente grandes y allegados; pero el remedio en
aquél es más arduo y remoto.[II, 19,225]
A esto responderé que el pueblo será juez; porque ¿a quién incumbirá juzgar
si su mandatario o diputado obra bien y según la confianza en él
depositada, sino a quien le diputara y debió guardar, por haberle
diputado, poder suficiente para deponerle si a la confianza faltare? Si ello
es razonable en casos particulares de gentes privadas, ¿por qué habría de ocurrir
diversamente en los de mayor momento, que al bienestar de millones
conciernen, y en que, además, el mal, de no ser prevenido, será mayor, y
el enderezamiento harto difícil, caro y peligroso?[II, 19, 240]
"Para concluir. El poder que cada individuo cedió a la sociedad al entrar en
ella, jamás podrá revertir a los individuos mientras la sociedad durare,
mas permanecerá en la comunidad perennemente , porque sin ello no
habría comunidad ni república , lo que fuera contrario al convenio original; así pues
cuando la sociedad hubiere situado el legislativo en cualquier asamblea de varones, para
que en ellos y sus sucesores prosiguiera, con .dirección y autoridad para el modo de
determinación de tales sucesores, el legislativo jamás podrá revertir al pueblo mientras
tal gobierno durare, pues habiendo establecido el legislativo con poder para continuar
indefinidamente, abandonáronle su poder político y no está en sus manos
recobrarle. Pero si hubieren fijado límites a la duración de ese legislativo, y
dado por temporal este poder supremo en cualquier persona o asamblea;
o bien cuando los extravíos de quienes se hallaren en autoridad, se la
hicieren perder, por incumplimiento, ya ella a la sociedad habrá de
revertir, tras este incumplimiento de los gobernantes, o aquella establecida
determinación de tiempo; e incumbirá al pueblo el derecho de obrar como
supremo, y de continuar el legislativo por si darle nueva forma, o pasarle
a nuevas manos, como por mas apto lo tuviere.[II, 19, 243]

JEAN- JACQUES ROUSSEAU. 1712- 1778.


El ESTADO DEMOCRÁTICO

Ver presentación
El Discurso sobre las ciencias y las artes (1750) obra de gran polémica en su tiempo, parte de
una hipótesis contraria a la mantenida por Hobbes. Rousseau concibe que en el estado
natural, antes de surgir la vida en sociedad, el hombre era bueno, feliz y libre. El buen
salvaje vivía independiente, guiado por el sano amor a sí mismo. Este estado natural es
"un estado que no existe ya, que acaso no ha existido nunca, que probablemente no existirá jamás,
y del que es necesario tener conceptos adecuados para juzgar con justicia nuestro estado presente",
es decir, se trata de una hipótesis que permite valorar la realidad actual: el estado
social, aquel en el que el hombre se aparta de la naturaleza para vivir en comunidad, guiado
por el egoísmo, el ansia de riqueza (propiedad) y la injusticia.
En el Discurso sobre el origen y el fundamento de la desigualdad entre los
hombres (1754), emprende una dura crítica a las instituciones políticas y sociales como
grandes corruptoras de la inocencia y bondad naturales del hombre. Analiza el
tránsito del hipotético estado de naturaleza al estado social como
una degeneración (no un progreso) producto de las desigualdades sociales que
surgen con la propiedad privada, el derecho para protegerla, y la autoridad para que se
cumpla ese derecho.
"El primer hombre a quien, cercando un terreno, se lo ocurrió decir esto es mío y halló
gentes bastante simples para creerle fue el verdadero fundador de la sociedad civil.
¡Cuántos crímenes, guerras, asesinatos; cuántas miserias y horrores habría evitado al
género humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de
la cerca o cubriendo el foso: «¡Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si
olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie!» (Rousseau:
Discurso...Desigualdad, segunda parte)
Las leyes establecidas en toda sociedad son siempre las leyes que defienden al
poderoso, al rico y a su poder frente a los no poseedores de propiedad, a los pobres. La
propiedad privada y el derecho han creado un abismo entre dos clases: la clase de los
propietarios, de los poderosos y de los amos, frente a la clase de los no propietarios, pobres
y esclavos. Esta situación no es superable, según Rousseau, pero puede ser mitigada a
través de una sana vuelta a la naturaleza y una educación que fomente el individualismo
y la independencia del hombre.
En El contrato social (1762), Rousseau manifiesta otra manera de remediar la degeneración
a la que nos ha conducido la vida social: "el hombre nace libre, pero en todas partes se
encuentra encadenado". Las injusticias sociales y las diferencias de clase pueden mitigarse
no sólo a través de la educación, sino transformando el orden social desde el interior de la
sociedad misma, y sin violencia. Los hombres deben establecer un nuevo Contrato
Social que los acerque a su estado natural. Este contrato no es un pacto o convenio entre
individuos (Hobbes) ni un contrato bilateral (Locke). El nuevo contrato social es un pacto de
la comunidad con el individuo y del individuo con la comunidad, desde el que se genera una
"voluntad general" que es distinta a la suma de las voluntades individuales y que se
constituye en fundamento de todo poder político. La soberanía ha de emanar de la
voluntad general, siendo indivisible (contra Locke y Montesquieu, Rousseau no es
partidario de la separación de poderes) e inalienable (la ley procede de la Voluntad
General y sus ejecutores son, por lo tanto, sustituibles). La libertad individual ha de
constituirse, a través de la Voluntad General, en libertad civil y en igualdad.
"el cuerpo político es también un ser moral dotado de voluntad. Esa voluntad general,
tendente siempre a la conservación y bienestar del todo y de cada parte, es el origen
de las leyes y la regla de lo justo y de lo injusto para todos los miembros del estado,
en relación con éste y con aquéllos"

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