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FUNDAMENTACIÓN SOCIAL DE LA INVESTIGACIÓN

Comencemos por definir lo que significa tener un fundamento. Es la razón


principal o motivo con que se pretende afianzar y asegurar una cosa; y social
concierne a una colectividad humana vale decir que vive en una sociedad.

Históricamente el hombre ha vivido en sociedad, desde los más nómadas hasta


los más modernos y muchos son los pensamientos y razones de los grandes
filósofos, pensadores y jurisconsultos que nos han dejado a través del tiempo para
que podamos vivir en una sociedad más equilibrada y justa.

En los últimos cinco siglos se han desarrollado diferentes teorías que aun hoy
tienen su vigencia en algún aspecto, hombres como Thomas Hobbes (1588-
1679) en su obra cumbre Leviatán (1651) en ella define la necesidad de crear un
Contrato Social para establecer paz entre los hombres. El plantea una figura del
poder, porque debe existir y como ha de ser, para responder a estas interrogantes,
la figura del Contrato Social es clave.

Si para Aristóteles el orden político es una continuación del orden natural, para
Hobbes el orden político es el resultado de un contrato por el que se fundamentan
las bases del poder, para Hobbes si a lo último básico y fundamental a lo que se
puede reducir la naturaleza humana es a un instinto de conservación y la
naturaleza humana no hace distinciones sociales y políticas, por tanto los hombres
son iguales por naturaleza.

La naturaleza humana es un instinto de conservación que cada uno tiene el


derecho de conservar, pero la consecuencia de ese derecho es un enfrentamiento
entre los hombres es decir, las guerras.

De esta igualdad de capacidades surge la igualdad en la esperanza de alcanzar


nuestros fines, y por lo tanto si dos hombres cualesquiera, desean la misma cosa,
de la que no pueden ambos gozar, terminan siendo enemigos; y en su camino
hacia ese objetivo (que es principalmente su propia conservación y a veces sólo
su delectación) se esfuerzan mutuamente en destruirse o subyugarse.
Es por ello que durante el tiempo que los hombres viven, sin un poder común que
les obligue a todos al respeto, están en esa condición que se llama guerra, una
guerra como de todo hombre contra todo hombre.

Por lo tanto Hobbes acuerda que si no había normas que regularan la convivencia
entre los hombres, era necesario que el hombre creara un orden normativo. Para
ello nadie podía quedarse sin ninguna partícula de libertad, entendida esta como
la posibilidad de hacer lo que se quiera para conservarse,.

El nuevo orden social es un contrato por el cual los individuos renuncian a ser
naturalmente libres. Así el poder debe ser absoluto para evitar que los integrantes
de la comunidad se enfrenten y no renuncien a su libertad natural y se vuelva a la
naturaleza humana, Hobbes pretende crear condiciones que evite ese
enfrentamiento y que alguien mande por la fuerza.

En el estado natural no hay normas que indiquen el bien y el mal, que si existen en
el orden creado por el hombre, y para establecer esas normas debe existir una
autoridad que dirima sobre lo que está bien y lo que está mal. Lo que la razón dice
que hay que omitir y lo que no hay que hacer es la ley natural, y la razón dice que
hay que buscar la paz ya que es necesaria, abandonando ese modo de
organizarse en el estado de naturaleza, cuando todos estén dispuestos, debe
haber un pacto entre todos para buscar esa paz.

Al aceptar ese orden constituido por el hombre, que establece como necesario la
ley natural, hay una renuncia al derecho natural que marcaba la tradición cristiana.
Para Hobbes, el derecho natural es equivalente a la libertad total que cada hombre
tiene de usar su poder, propio del estado de naturaleza, hecho que lleva
finalmente a la guerra.

Y es por consiguiente un precepto o regla general de la razón, que todo hombre


debiera esforzarse por la paz, en la medida que espere obtenerla y que cuando no
pueda obtenerla, puede entonces buscar y usar toda la ayuda y las ventajas de la
guerra, de cuya regla la primera rama contiene la primera y fundamental ley de la
naturaleza, que es buscar la paz y seguirla; la segunda, la suma del derecho
natural, que es defendernos por todos los medios que podamos.

De esta ley fundamental de naturaleza, por la que se ordena a los hombres que se
esfuercen por la paz, se deriva una segunda ley: que un hombre éste dispuesto,
cuando otros también lo están tanto como él, a renunciar a su derecho a toda
costa en pro de la paz y defensa propia que considere necesaria y se contente con
tanta libertad contra los hombres como consentiría a otros hombres contra el
mismo.

Visión del Contrato Social en su obra “Dos ensayos sobre el gobierno civil”
(1690).John Locke (1632-1704)

La idea de naturaleza humana en Locke es cristiana: el hombre es una criatura de


Dios, por lo que el hombre no puede destruir su vida ni la de los demás, pues no le
pertenece, le pertenece a Dios. El hombre tiene el derecho y el deber de
conservar su vida así mismo el hombre no es súbdito de ningún otro hombre, sino
que es libre si la naturaleza humana lleva inserta el derecho y el deber de
preservar su vida, ¿para qué hace falta vivir en sociedad?

Sin embargo para Locke puede darse que nadie cumpliera ese derecho y ese
deber y en caso de conflicto en su cumplimiento la naturaleza humana no cuenta
con la existencia de una autoridad que lo dirimiera, por lo que la comunidad trata
de suplir esas carencias del estado de naturaleza, es decir aplicar una justicia o
una autoridad que diga, “en caso de choque entre dos individuos qué debe hacer”.

Por consiguiente, siempre que cierta cantidad de hombres se unen en una


sociedad, renunciando cada uno de ellos al poder ejecutivo que les otorga la ley
natural en favor de la comunidad, allí y solo allí habrá una sociedad política y civil.

El pacto social en si es bastante limitado, tratándose de lograr el establecimiento


de un juez que dirima las controversias que vienen de la propia ley natural. Se
dictan unas normas que sean la continuidad de las leyes naturales y que consistan
en el reconocimiento de los fines de la naturaleza de hombres libres e iguales, a
asegurar los derechos de la libertad, la igualdad, la vida y la propiedad.

Solo una sociedad será civil y política cuando cada uno de los individuos renuncia
al poder de ejecutar la ley natural. En la coyuntura lo ejecutará la comunidad y los
órganos de la comunidad, en el estado de naturaleza es cada individuo, y ¿quién
juzga las leyes de la naturaleza? En la sociedad civil, por el contrario, es una
autoridad, un juez quien las juzga y quién dictamina quién se ha saltado las leyes.

Como crítica a Hobbes, si hubiera un poder absoluto por encima de la comunidad


para Locke, realmente no se habría salido del estado de naturaleza, pues en la
monarquía absoluta, al confundirse los poderes, no hay imparcialidad por parte de
este y no hay manera de apelar o recurrir su sentencia con lo que su existencia es
compatible con la existencia de una sociedad civil. Para que haya sociedad civil,
tiene que haber un juez separado del poder ejecutivo (al considerarse todos los
hombres como iguales, se entiende como el poder de ejecutar de cada uno de los
individuos, considerándose al monarca absoluto como otro ejecutor más de poder)
que sea imparcial respecto a los mitigantes.

El fin de la sociedad civil es evitar y remediar los inconvenientes del estado de


naturaleza que se siguen precisamente cuando cada hombre es juez y parte en
sus propios asuntos y ese remedio lo busca en la instauración de una autoridad
reconocida, a la que cualquiera pueda recurrir cuando sufre una injuria, o se ve
envuelto en una disputa y a la que todos los miembros de la sociedad deben
respetar.

A su vez Locke distingue entre dos procesos en la formación del contrato social:

 Contrato de la formación de la sociedad, donde se crea la comunidad que


supera el estado de naturaleza.

 Contrato de la formación del gobierno, donde se crea la relación entre


gobernante y gobernado.
En su influyente tratado EL Contrato Social (1762), Jean-Jacques Rousseau
(1712-1778). Dibujó una versión diferente de la teoría contractual

La teoría de Rousseau tiene muchos puntos en común con la tradición


individualista de Locke, aunque también se diferencia en muchos aspectos. El
postulado de Rousseau, que da nombre a esta teoría emplea el lenguaje jurídico
propio de las relaciones privadas entre los hombres. Este pensador a partir de su
observación de la sociedad, constituida en ese entonces por masas sometidas al
rey, discurre acerca de que el vínculo que existe entre el soberano y los súbditos.
Descarta que el vínculo se halle en la fuerza o la sumisión, sino que por el
contrario, los hombres voluntariamente renuncian a un estado de natural inocencia
para someterse a las reglas de la sociedad, a cambio de los beneficios mayores
inherentes al intercambio social. Este consentimiento voluntario se materializa a
través de un contrato “El Contrato Social” en este caso.

Para Rousseau, el hombre primigenio (el que estaba en estado de naturaleza) es


un ser sin maldad, en el que predominan dos sentimientos básicos; el amor de sí,
es decir el instinto de autoprotección y la piedad(repugnancia por el sufrimiento
ajeno), pero a medida que va creciendo la población se van juntando grupos, esa
unión crea falsas necesidades, para cubrirlas el hombre inventa, la agricultura y la
ganadería, pero cuanto más tiene el hombre, más desea, y ciertas personas
acumulan riquezas, éstos sufriendo por sus vidas y por sus riquezas debido a los
recelos creados promueven un pacto, este pacto será el primer código jurídico

El mayor exponente de la teoría social de justicia John Rawls(1921-2002), en su


influyente libro titulado “Teoría de la justicia” propuso una teoría contractualista
con reminiscencias Kantianas; según Rawls la justicia se entiende como “ la
primera virtud de las instituciones sociales”, en consecuencia su planteamiento no
le concede a las instituciones valor por presentarse ordenadas, estables o
eficientes, sino, porque sean justas o en consecuencia deben ser reformadas o
necesariamente desaparecer. Podemos concluir que el eje central de la justicia
social es la estructura social y de manera especial como las instituciones
distribuyen sus deberes y derechos hacia los ciudadanos.
De esta manera las posiciones en la cual se encuentran los sujetos pudieran ser
favorecidas o también pudieran crear desigualdades que influirán positiva o
negativamente en las expectativas de vida que se tracen los ciudadanos.

Las leyes, la familia, la propiedad privada, la libertad de pensamiento y la


protección jurídica de los derechos fundamentales son algunas de estas
instituciones sociales compuestas por personas que aceptan reglas y pautas
públicas de conducta que son de obligatorio cumplimiento y que permiten la
interacción entre ellas. Estas normas determinan un sistema de cooperación que
estimula el bienestar colectivo. Como resultado, el no cumplimiento de las mismas
conlleva a que las relaciones de la comunidad no son satisfactorias, son
frustrantes, inseguras e inciertas de manera que conflictos que pudieran
resolverse pacíficamente, pueden alcanzar proporciones alarmantes, buscando
resolverlos por vía judicial generando molestias y descontento que no permite
encontrar la solución a los mismos.

Por eso es importante definir el término justicia, el jurisconsulto Ulpiano lo definió


“dar a cada uno lo suyo” término vigente en estos tiempos modernos. Según
Aranguren es ética, equidad y honestidad puesto que es la voluntad constante de
dar a cada quién lo que le corresponde es la conducta recta que nos obliga a
respetar los derechos de los demás.

En consecuencia la justicia nace de la necesidad de mantener la armonía en la


sociedad, entre sus integrantes. Podemos determinarlo como un conjunto de
reglas precisadas para mantener el orden entre las personas y las instituciones.

El escritor uruguayo, pensador y ensayista Eduardo Galeano (1940-2015) en su


rigurosa obra “LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA” (1971) hace una
denuncia de la opresión y las dictaduras en Latino América, allí hace referencia a
una proclama insurreccional que hizo la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz
Bolivia el 16 de julio de 1809.

En su obra reluce su pluma de pensador y haciendo una mirada retrospectiva


evidencia la realidad de nuestra América Latina, donde nuestras sociedades
producto de las injusticias impuestas por los colonos europeos y luego por los
americanos del norte quienes nos “hundieron los dientes en la garganta” cual
Drácula para chuparnos como fuente las reservas del petróleo y el hierro, el cobre
y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a
los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina
gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los
compradores que los precios que reciben los vendedores y al fin y al cabo como
declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la alianza para el
progreso “hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval;
estamos en plena época de la libre comercialización”.

“Se ha oído hablar de concesiones hechas por América Latina al capital extranjero
pero no de las concesiones hechas por los Estados Unidos al capital de otros
países…. Es que nosotros no damos concesiones” Advertía allá por 1913 el
presidente norteamericano Woodrow Wilson.

Por el camino hasta perdimos el derecho de llamarnos americanos, aunque los


haitianos y cubanos ya habían asomado a la historia como pueblos nuevos, un
siglo antes que los peregrinos del Myflower se establecieran en las costas de
Plymouth.

Ahora América es para el mundo, nada más que los Estados Unidos, nosotros
habitamos a lo sumo una sub América, una América de segunda clase, de
nebulosa identificación.

Desde el descubrimiento hasta nuestros días todo se ha trasmutado, siempre en


capital europeo o más tarde norteamericano, y como tal se ha acumulado en los
lejanos centros del poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en
minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos
naturales y los recursos humanos.

El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido


sucesivamente determinados desde afuera, por su incorporación al engranar la
universal del capitalismo. A cada cual se le ha asignado una función, la opresión
de los países pequeños por sus vecinos mayores.

Por todo lo antes descrito por Galeano y que nos pone a pensar por qué vivimos
en una sociedad llena de comunidades donde existen tantos problemas, llenos de
miseria, donde los servicios más básicos no funcionan y donde se manifiesta cada
día una mayor desigualdad, se hace necesario la organización popular a través de
la concientización producto del estudio y la preparación para afrontar los diversos
problemas que nos agobian y es por eso que se hace necesario retroceder a la
historia para poder entender nuestro presente y ver cómo vamos a enfrentar el
futuro. El “Che” Guevara decía que “el subdesarrollo es un enano de cabeza
enorme y panza hinchada; sus piernas débiles y sus brazos cortos no armonizan
con el resto del cuerpo”.

Por último haciendo referencia al Pluralismo Jurídico como la existencia de


múltiples sistemas jurídicos en una misma área geográfica, esta definición implica
tres cosas: primero reconocer que el derecho oficial, el derecho del estado, no es
el único existente. Segundo, que hay distintas prácticas políticas (justicia indígena,
justicia comunitaria), que pueden ser reconocidas como formas de derecho. Y
tercero lo anterior supone por tanto que el reconocimiento de soberanía que
algunos estados establecen, al pretender el monopolio de la fuerza jurídica se
relativiza.

Concluimos que el pluralismo jurídico es la coexistencia dentro de un estado de


diversos conjuntos de normas jurídicas positivas en un plano de igualdad, respeto
y coordinación. El concepto de pluralismo político supone una definición alternativa
de derecho pues si se adopta la definición clásica, el derecho se reduce a las
normas producidas exclusivamente por el estado. Si se acepta la noción de
pluralismo jurídico, se pone en cuestión la idea del monopolio de la fuerza estatal.

Desde una perspectiva socio jurídica, puede entenderse como derecho cualquier
conjunto de normas que regulen la conducta humana, y que sea reconocido por
sus destinatarios como vinculantes. Según Boaventura de Sousa Santos,
cualquier orden social que dé cuenta de retórica, violencia y burocracia puede ser
considerado como derecho. El comercio informal, la presencia de grupos
guerrilleros o paramilitares, o la presencia de etnias o grupos indígenas en un
Estado, son algunos ejemplos de pluralismo jurídico.

Los teóricos del Pluralismo Jurídico desde, Erlich hasta Correas, se encuentran
obsesionados en demostrar que diversos ordenamientos normativos que
tradicionalmente han sido considerados como “sociales” entre ellos “usos y
costumbres” indígenas, son verdaderos “sistemas jurídicos”.

Por ultimo Correas concluye en su libro “Pluralismo jurídico, alternatividad y


derecho indígena”(2003).

“Parece que no habría maneras de escamotearle la juricidad a los sistemas


normativos alternativos, cuando menos en ciertos casos, pongamos por
ejemplo los de las comunidades indígenas sobrevivientes. Se comprende
fácilmente que allí existe un orden normativo, que organiza la violencia,
cuyas normas son producidas por funcionarios autorizados por el mismo
orden y que existe una grundnorm que lo legitima, puesto que es efectiva
en el territorio que pretende obediencia y respecto de los individuos a los
que se dirige. Todas estas, por lo demás son los comúnmente destacados,
como las características de un orden jurídico”.

Ahora bien el estado, a través del soberano nos ha provisto de una Carta Magna,
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y de un estamento legal
para poder accionar la justicia que merecemos, en su preámbulo al refundar la
República afirma que es con el objetivo de “establecer una sociedad…. en un
estado de justicia…. Y en el artículo 2 establece: “Venezuela se constituye en un
Estado democrático, social de Derecho y de Justicia….” Con esta primicia
podemos avanzar hacia una sociedad más justa y equilibrada.

En la comunidad de la Cooperativa, Parroquia Las Delicias, Municipio Girardot del


Estado Aragua, en las actividades que hemos realizado, hemos notado que
muchos de los ciudadanos se sienten frustrados a la hora de intentar resolver
problemas de diferentes índoles, que van desde la inseguridad personal hasta los
problemas de convivencia entre vecinos y la deficiencia en la prestación de los
servicios públicos, puesto que no existe un organismo comunitario que fungiese
como árbitro o medio alternativo para la resolución de conflictos sin necesidad de
recurrir al sistema judicial.

Por lo antes expresado una situación que pudiera tener una solución
perfectamente controlable pudiera convertirse en un gran problema con
consecuencias alarmantes. Para superar las debilidades del sistema y como
instrumento para resolver los conflictos que se generan en la comunidad, La
Justicia de Paz Comunal es una herramienta valiosa y útil puesto que genera un
efecto positivo y trae armonía y tranquilidad entre los vecinos, de allí surge la
necesidad de educar a las comunidades en y con las leyes, especialmente la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal.

La Justicia de Paz como instrumento para resolver los conflictos cotidianos que se
generan en la vida en comunidad, es uno de los procedimientos alternativos que
buscan superar la insuficiencia del sistema de administración de justicia, cuya
importancia y utilidad tienen reconocimiento en las sociedades que han
comprendido el efecto positivo que generan al mejorar el clima de armonía entre
los miembros de la comunidad.

Para el presente, estamos encaminados en un proceso de modificación profunda


de nuestras instituciones jurídicas, políticas y sociales, una de las que está
sometida a reestructuración es la correspondiente a la función judicial.

Trata de alcanzar la paz en la comunidad, el que las partes con intereses en


disputa acepten de buena manera los resultados del procedimiento y la manera
equitativa en que se ha producido una respuesta a su problemática concreta. Sin
triunfador, ni perdedor. Es por ello que se habla de procedimiento alternativo, no
sólo porque viene a resolver el problema de la ineficacia de los órganos judiciales,
sino porque persigue objetivos diferentes que revelan aún más la necesidad de su
creación y promoción en todo tipo de sociedad.
Bibliografía:

HOBBES, T. LEVIATÁN1651.

http://eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/sites/eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/files/Hobbes_-_Leviatan.pdf

LOCKE, J. DOS ENSAYOS SOBRE EL GOBIERNO CIVIL. 1690


http://eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/sites/eltalondeaquiles.pucp.edu.pe/files/Hobbes_-_Leviatan.pdf

ROUSSEAN, J. EL CONTRATO SOCIAL 1762


http://www.enxarxa.com/biblioteca/ROUSSEAU%20El%20Contrato%20Social.pdf
RAWLS, J. TEORÍA DE LA JUSTICIA. 1921
http://www.losliberales.cl/cms/files/TEORIA_DE_LA_JUSTICIA-JOHN_RAWLS.pdf
GALEANO, E. LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA, 1971
http://static.telesurtv.net/filesOnRFS/news/2015/04/13/
las_venas_abiertas_de_amxrica_latina.pdf
CORREAS, O. PLURALISMO JURÍDICO ALTERNATIVIDAD Y DREECHO
INDÍGENA (2003)

Daniel Villalba

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