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Ambos filósofos británicos, John Locke y Thomas Hobbes marcaron diferencia

con ciertas ideas sobre el “contrato social” en su época y que continúan en la plena
actualidad. Existen varias diferencias entre los pensamientos de los filósofos pero la
más relevante a analizar es el concepto del hombre en el estado de naturaleza.

Hobbes nos habla de la importancia del estado en su libro “El Leviatán”, aquí
expresa que sin la existencia de un estado, los hombres vivirían en una situación de
guerra constante, este se encarga de entregar protección a cambio del pacto que tiene el
hombre con el estado y así no da lugar a la posibilidad de que las personas tengan miedo
a que el otro realice un acto violento e injusto hacía él. El pensamiento de Hobbes
está seleccionado por un  pesimismo antropológico. Según él, los seres humanos son por
naturaleza insociables, y tienen una tendencia a desear los bienes de los demás y la
sumisión del otro, para él las personas generalmente son ambiciosas y egoístas con él
otro “Estas son pues las tres principales causas de la discordia entre los seres humanos:
la competencia, la desconfianza y la gloria”(p.40). Esto quiere decir que, el ser humano
actúa según sus propios deseos y la ambición por adquirir poder es una búsqueda
constante en la vida del hombre. Y es por esto que se genera el estado de guerra según
el filósofo, porque todos los hombre quieren obtener sus deseos y gloria según sus
propias pasiones, pero para lograrlo se produce competencia entre los pares y
desconfianza del resto, por lo que se genera naturalmente el estado se guerra.
En este estado, las leyes naturales, que velan el respeto a la vida y generan orden y paz,
resultaran ser ignoradas y vulneradas por las pasiones egoístas, violentas de la casi la
mayoría de los individuos.

Por otra parte, John Locke plantea que el estado de naturaleza es lo opuesto al
estado de guerra, el define el estado de naturaleza como una sociedad donde los
hombres viven en armoniosamente buscando la felicidad y el bienestar, porque
naturalmente son sociables y muchas veces obedecen a los principios de la razón, es
decir, a las leyes de la naturaleza.
Planteaba que todos los individuos están en el derecho y libertad de decidir
como actuar pero siempre teniendo en cuenta que la función no sea la autodestrucción
uno con otros, “siendo iguales e independientes, nadie debe dañar a otro” ya que para él
a diferencia de Hobbes, el hombre es una criatura reflexiva, que logra abandonar sus
libertades propias para vivir en una armonía y no un animal que se basa en la fuerza
para lograr sus deseos como plantea Hobbes.
Locke define que los seres humanos poseen derechos individuales tales como, la
vida, la seguridad y la libertad, por lo que el individuo se siente pleno al tener libertad
pero bajo una ley mencionada, un tratado multilateral con el Estado, que se basa en la
razón, en el que el hombre no renuncia a sus derechos naturales para integrarse en la
sociedad y/o en la política. Este contrato tiene como fin regular la comunidad política, el
cual posee obligaciones para los gobernantes y para los gobernados. Esto implica que
todos los individuos pueden castigar los delitos que no respetan la ley ejerciendo como
jueces, es decir, para el filósofo el ser humano siempre vive y actúa bajo la justicia y la
sociabilidad.
Por lo tanto, el estado de guerra aparecerá solo cuando el ser humano intente ejercer el
poder absoluto sobre el otro en el estado de naturaleza, es por esto que estado de guerra
y naturaleza son considerados como opuestos.

A pesar de las diferencias para ambos filósofos, Hobbes y Locke, los individuos
son esencialmente iguales y libres, por lo que no aceptaran vivir sometidos a un poder
político que no respete su libertad individual. Asumen que la ley natural es el único
sistema de normas apropiado que es capaz de ordenar sus acciones y si los individuos
eligen por su propia voluntad estar bajo el mando de un Estado es para la seguridad de
sus vidas y bienes. En la premisa de Locke tanto como Hobbes, el miedo a la muerte y
el goce de los placeres, es la principal razón que justifica porque el individuo acepta el
pacto político y estar bajo el mando de un Estado. (Hobbes, 43; Locke, 65)
Esto implica que los autores comparten el pensamiento que el poder político no
proviene del mandato realizado por Dios, sino de una acción de voluntad en que los
hombres ceden sus libertades para entregárselas a un Estado, este mismo es una entidad
artificial que se origina a través de un pacto para lograr corregir los problemas que
existan en el estado de naturaleza.

Para Hobbes, el mejor modelo de gobierno es la monarquía absoluta, a partir del


pacto, Hobbes fundamenta los derechos de la soberanía, que gracias a ellos el poder del
soberano se convierte en un poder unitario, ya que lo esencial para Hobbes es que el
poder del Leviatán sea homogéneo, para mantener la paz y seguridad, por lo que
cualquier rebelión de un súbdito es inaceptable, puesto que le daría oportunidad al
estado de guerra, a la violencia y a la incertidumbre de los individuos, es por esto que el
soberano nunca debe permitirse ser relevado y para ello él debe estar por encima de las
leyes civiles.
En cambio, Locke piensa que el gobierno absoluto no puede ser legítimo, ya que
considera según su juicio, que él absolutismo es peor que el estado de naturaleza. Desde
el punto de vista del filósofo, el gobierno tiene que surgir del consentimiento y para eso
existe el contrato social que lo utiliza para asegurarse de que el gobierno legítimo sea
creado por el consentimiento de los individuos libres. Locke busca asegurar un espacio
donde se pueda ser libre mediante leyes políticas de iguales libertades. Por tanto, su
finalidad es la protección de las leyes naturales y de la voluntad de la mayoría, concluye
que solo puede existir un gobierno que este de acuerdo al consentimiento de los súbditos
y en una legalidad estable.

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