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Lógica formal y lógica dialéctica

Análisis critico

Alumno: Charles Sanabria


CI: V-11.499.449

San Cristóbal, 2023


Introducción

Ante la perspectiva del estudio de la Lógica y consecuentemente de la


dialéctica deben considerarse las diferentes posturas de aproximación que
radicaran la escuela que seguiremos, en este caso, poco relacionada aunque
si referida a la lógica tradicionalmente académica, ante la postura marxista
socialista de las relaciones y el estudio del pensamiento que a fines prácticos
es la lógica-dialéctica, y realidad mutable y evolutiva que nos rodea.

En consecuencia, a continuación se procederá a realizar un análisis


de los principales conceptos y posturas establecidos en el libro de George
Novack, Introducción a la lógica: Lógica formal y lógica dialéctica; libro con el
mérito de ser uno de los pocos textos filosóficos y metodológico de
aceptación por parte de estudiantes, profesores y, sectores del movimiento
obrero-socialista por los procesos expositivos y comparativos del tema ya
mencionado, sobre la lógica dialéctica y las posturas revolucionarias que le
acompañan, pero que, dada la extensión del documento, deberá ser breve y
generalizada en atención a su interpretación y análisis.
Interpretación y análisis

Primeramente, antes de abordar el tema de la dialéctica es adecuado


y pertinente que se considere el análisis de la lógica como entidad primaria a
evaluar en consideración de las implicaciones que el término refiere, y cuyo
uso aunque cotidiano, no logra entenderse plenamente. Así pues, para
efectos prácticos, entenderemos a la lógica como la ciencia que describe y
estudia los procesos del pensamiento humano, que derivó de la filosofía
griega, y que es en sí misma una modalidad de análisis del pensamiento a
partir de sucesiones coherentes de acciones-pensamientos bajo estatutos o
normas de análisis normalizadas.

Así, para comprender lo que se denomina un estado superior del


entendimiento de la lógica, la dialéctica, resulta particularmente relevante
considerar el entendimiento de la lógica formal si partimos de la premisa de
que una es una instancia superior a la otra, y para ello hablaremos de las
leyes de la lógica formal, tres en previsión de orden que simplificadas
corresponden a: 1) La ley de la identidad, por la que algo es eso mismo, tal
que A es A; 2) La ley de la contradicción, por la que es imposible afirmar y
negar que una cosa es y no es al mismo tiempo, tal que A no es no A; y 3) La
ley de exclusión, por la que una cosa es o no es, no cabe un término medio,
tal que una cosa es A o B, no las dos.

Y pese a lo complejo que pueda llegar a pensarse que es la


interpretación de estas leyes, lo que la lógica formal pretende explicar u
obtener de la formulación de estas leyes es la capacidad de la lógica para
definir y poder clasificar los objetos, así como discriminar procesos, y a fin de
cuentas ¿no son estas cosas finalmente procesos naturales del pensamiento
humano? ¿no solemos vivenciar nuestros procesos de pensamiento, incluso
sin percatarnos, a partir de las similitudes y diferencias de las cosas que nos
permiten organizar el mundo y darle sentido?

De esta manera, consideremos a la dialéctica materialista, que puede


definirse como la ciencia que estudia las leyes del desarrollo de la
naturaleza, de la Sociedad humana y del pensamiento, y que se fundamenta
en aquello que obvia el formalismo: la contradicción del ser humano, en cuya
concepción filosófica da partido marxista-leninista, creada por Marx y Engels
la oportunidad de trascender y/o desmantelar al formalismo y las limitaciones
del pensamiento capitalista, su “sentido común” y la idea de estaticismo y
perpetuidad o inmutabilidad de los mismos.

Y es que, pese a que las leyes de la lógica formal, y la lógica formal


misma, han facilitado el entendimiento de los procesos de pensamiento, y a
la vigencia de las leyes de la lógica formal hasta hoy día, tras siglos de los
avances de los filósofos griegos, en la praxis se han demostrado, pese a los
defensores de la postura en la cual la lógica formal es la verdad definitiva de
la lógica, limitaciones adaptativas con la realidad y esto es particularmente
cierto con las personas.

Y es que si retomamos sus leyes, consideremos que pese a la ley de


la identidad, y su fórmula: “A es A”, todo objeto y todo concepto siempre son
iguales a sí mismos, inmutable y rígido, la dialéctica materialista muestra la
inconsistencia de tal concepto ya que todo objeto se encuentra en un
proceso de mutación, de desarrollo o cambio, el yo actual es distinto al de
ayer porque somos seres mutables. Por su parte en ley de la contradicción,
proclama: “A, no puede ser simultáneamente A y no A”; por lo que un objeto
siempre posee sólo una identidad, sin propiedades contrarias, y hemos de
preguntarnos ¿no es la contradicción la causa real de todo fenómeno y
pensamiento? ¿No motiva entonces al motor de la aplicación de la lógica o la
dialéctica? Y pese a ello, lo niega el formalismo.

Mientras la tercera ley de la lógica formal, ley de la exclusión del


tercero, proclama: “algo es o A, o no A; el tercero es imposible” a lo que, o
es, o no es, y esto resulta insustancial cuando se piensa en que las cosas no
son inmutable y pueden y han de cambiar y no por ello algo dejara de ser si
mismo aunque ciertas características cambien, A será A pese al cambio.

Por lo que, si contraponemos a la lógica formal ante la lógica


dialéctica, como dos modelos de visión de los procesos de pensamiento, en
la dialéctica no se niega que en un fenómeno se puede y debe decir “o es, o
no es”, sino en que se rechaza la inmutabilidad de los fenómenos y los
considera en su desarrollo, en su cambio, como fenómenos contradictorios
que dan pie a las modificaciones adaptativas del pensamiento y que se
necesitan, según las condiciones concretas y del desarrollo de la realidad.

De esta manera, podemos indicar que la mayor diferencia en la forma


de abordar la realidad entre la lógica formal y la lógica dialéctica es que el
fundamento de la lógica formal, al contrario de la dialéctica materialista, es el
reconocimiento de la inmutabilidad y la negación de las contradicciones
internas de los objetos, desde perspectivas absolutistas y busca así alcanzar
la verdad desde el conocimiento inferido, que se ve contrapuesto a la
dialéctica, que centra su atención desde el paradigma del pensamiento a
nivel teórico, y lo focaliza desde el punto de vista de su movimiento,
desarrollo y contradicción, que va más orientado a la naturaleza y la realidad
humana dinámica y mutable pero que no puede ser tan generalizable, no es
así ¿una dependiente de la otra?

De manera secuencial, la lógica formal evoluciono en la dialéctica, y


para ello, resulta pertinente en primer lugar, dedicar un tiempo a algunas
consideraciones de Kant, fundador de la escuela clásica alemana de
filosofía, no solo para entender como el germen del idealismo alemán traía a
colación la transformación de la lógica, sino por ser Kant un testigo del
“proceso revolucionario” (revolución francesa) y un referente cardinal de
Hegel para pensar la revolución, que a fines prácticos se proyectaría en las
ciencias y la filosofía, manifestaciones del capitalismo, y por ende, espacios
de atención para el marxismo-lenilismo y para el socialismo. Así:

Esto da a la obra de Hegel su importancia histórico-mundial. Está


en la cima más elevada de un movimiento social revolucionario
gigantesco, el mayor en la historia antes del socialismo. Su obra
abarca y sintetiza en una forma teórica concentrada los resultados
de siglos de labor intelectual por los mayores espíritus humanos.
La filosofía de Hegel no sólo expresaba los resultados de esos
vastos movimientos de la sociedad y la ciencia, sino que ella
misma dio un impulso en muchos terrenos a movimientos que
todavía están cambiando el mundo. Entre ellos está nuestro
movimiento marxista. (p.35 y 36)

Y es que, la revolución filosófica de Hegel radicó en la idea de la


sintetización de la lógica y la transformación de esta en la dialéctica desde
los fracasos de sus predecesores, trastornando el concepto absolutista de
fracaso y éxito a estados intermedios o de transformación de estados, con la
“consumación de la filosofía clásica alemana y de la gran filosofía griega de
la Antigüedad” (p.35) sintetizándola en su obra y que vendría a dar pie a
trabajos posteriores, tal es el caso de la revolución marxista en la lógica.

De este modo, consecutivamente, Marx y Engels se ocuparon de la


dialéctica hegeliana y de las ideas progenitoras socialistas para depurarlas
de sus facetas utópicas e idealistas, incorporando doctrinas socialistas y sus
modos de ver a un constructo consistente, con contenido válido a sus ideas
vitales en su nueva visión del mundo, así el idealismo hegeliano se
desprende en el marxismo del materialismo unilateral y se embebe del
materialismo histórico por lo que Marx y Engels señalaron que el verdadero
estado de cosas esta en ver en “los conceptos de nuestro cerebro las
imágenes de los objetos reales, en vez de considerar a éstos como
imágenes de tal o cual fase del concepto absoluto” (p.56)

En donde a la final, la dialéctica queda reducida a la ciencia de las


leyes generales del movimiento, del mundo exterior y del pensamiento
humano, con leyes idénticas en esencia, pero de distinta manifestación
siendo que en el cerebro humano son aplicables conscientemente, mientras
que en la naturaleza son de manifestación inconsciente, procurando
preservar desde el pensamiento de Hegel, el método dialéctico y leyes.

Ahora bien, cabe destacar, desde la ignorancia capitalista a la


ilustración socialista, el manejo de la lógica definió procesos de interpretación
de la realidad, y así mismo, ver como el capitalista no debe ni ha de
desarrollar su capacidad lógica, la que defiende, viviendo en ignorancia,
mientras que el revolucionario socialista debe re-educarse para liberarse de
las doctrinas capitalistas que a fin de cuentas, llevan a una modificación de
sus procesos de pensamiento hacia una aplicación consecuente de la
dialéctica materialista que, en contraposición a posturas pequeñoburgueses,
no se considera total o perfecta, sino incluso hoy día, en evolución, y es esto
en conjunto con la exigencia de constante aprendizaje del revolucionario y
del proletariado lo que conlleva a la ilustración socialista.
Conclusiones

Estamos “acostumbrados” a los razonamientos más clásicos de la


lógica común y tradicionalmente aceptado en el mundo capitalista por el cual
la abstracción de la creencia limitada consiente o subconscientemente por
las leyes formalistas condicionan el pensamiento al “sentido común”, pero
debemos preguntarnos, hasta qué punto, la capacidad de hacer
abstracciones que reflejen correctamente la realidad que queremos entender
y describir no es una simplificación extrema del mundo y nos quedamos
dentro de unos límites bastante estrechos de la postura formal: unilaterales y
estáticas, e inservibles a la hora de expresar procesos complejos,
especialmente los que conllevan movimiento, cambio y contradicciones.

El propósito del conocimiento científico es acercarse lo más posible a


la realidad concreta, y si seguimos a Hegel con la verdad concreta, existe
una contradicción inentendible por la lógica formal pero no para la dialéctica,
tildada de mística, pero que prevé lo abstracto y contradictorio del mundo, sin
recurrir a una masiva abstracción, y buscar un equilibrio en su uso, como
sistema integral que atiende al contexto y variaciones internas, como una
respuesta dinámica en contradicción abierta con las llamadas “leyes” de la
lógica formal, y que investigaciones científicas demuestran que el
pensamiento dialéctico es más cercano de los procesos reales de la
naturaleza que las abstracciones lineales de la lógica formal, así lo
demuestra la evolución y la física cuántica, por lo que el pensamiento y
estructuras tampoco son lineales o estáticas.
Recomendaciones

- Fomentar la enseñanza de la dialéctica y su difusión social.

- Vincular las transformaciones sociales con las transformaciones del


pensamiento social y de la ciencia.

- Establecer el vínculo entre la lógica formal y la dialéctica, como


instancia secundaria (la primera de la segunda) en ambientes de aprendizaje
social, laboral, político, etc.

- Generar espacios de contemplación, estudio y discusión lógico-


dialectico en distintas instancias de la vida de las sociedades revolucionarias.

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