Ante la perspectiva del estudio de la Lógica y consecuentemente de la
dialéctica deben considerarse las diferentes posturas de aproximación que radicaran la escuela que seguiremos, en este caso, poco relacionada aunque si referida a la lógica tradicionalmente académica, ante la postura marxista socialista de las relaciones y el estudio del pensamiento que a fines prácticos es la lógica-dialéctica, y realidad mutable y evolutiva que nos rodea.
En consecuencia, a continuación se procederá a realizar un análisis
de los principales conceptos y posturas establecidos en el libro de George Novack, Introducción a la lógica: Lógica formal y lógica dialéctica; libro con el mérito de ser uno de los pocos textos filosóficos y metodológico de aceptación por parte de estudiantes, profesores y, sectores del movimiento obrero-socialista por los procesos expositivos y comparativos del tema ya mencionado, sobre la lógica dialéctica y las posturas revolucionarias que le acompañan, pero que, dada la extensión del documento, deberá ser breve y generalizada en atención a su interpretación y análisis. Interpretación y análisis
Primeramente, antes de abordar el tema de la dialéctica es adecuado
y pertinente que se considere el análisis de la lógica como entidad primaria a evaluar en consideración de las implicaciones que el término refiere, y cuyo uso aunque cotidiano, no logra entenderse plenamente. Así pues, para efectos prácticos, entenderemos a la lógica como la ciencia que describe y estudia los procesos del pensamiento humano, que derivó de la filosofía griega, y que es en sí misma una modalidad de análisis del pensamiento a partir de sucesiones coherentes de acciones-pensamientos bajo estatutos o normas de análisis normalizadas.
Así, para comprender lo que se denomina un estado superior del
entendimiento de la lógica, la dialéctica, resulta particularmente relevante considerar el entendimiento de la lógica formal si partimos de la premisa de que una es una instancia superior a la otra, y para ello hablaremos de las leyes de la lógica formal, tres en previsión de orden que simplificadas corresponden a: 1) La ley de la identidad, por la que algo es eso mismo, tal que A es A; 2) La ley de la contradicción, por la que es imposible afirmar y negar que una cosa es y no es al mismo tiempo, tal que A no es no A; y 3) La ley de exclusión, por la que una cosa es o no es, no cabe un término medio, tal que una cosa es A o B, no las dos.
Y pese a lo complejo que pueda llegar a pensarse que es la
interpretación de estas leyes, lo que la lógica formal pretende explicar u obtener de la formulación de estas leyes es la capacidad de la lógica para definir y poder clasificar los objetos, así como discriminar procesos, y a fin de cuentas ¿no son estas cosas finalmente procesos naturales del pensamiento humano? ¿no solemos vivenciar nuestros procesos de pensamiento, incluso sin percatarnos, a partir de las similitudes y diferencias de las cosas que nos permiten organizar el mundo y darle sentido?
De esta manera, consideremos a la dialéctica materialista, que puede
definirse como la ciencia que estudia las leyes del desarrollo de la naturaleza, de la Sociedad humana y del pensamiento, y que se fundamenta en aquello que obvia el formalismo: la contradicción del ser humano, en cuya concepción filosófica da partido marxista-leninista, creada por Marx y Engels la oportunidad de trascender y/o desmantelar al formalismo y las limitaciones del pensamiento capitalista, su “sentido común” y la idea de estaticismo y perpetuidad o inmutabilidad de los mismos.
Y es que, pese a que las leyes de la lógica formal, y la lógica formal
misma, han facilitado el entendimiento de los procesos de pensamiento, y a la vigencia de las leyes de la lógica formal hasta hoy día, tras siglos de los avances de los filósofos griegos, en la praxis se han demostrado, pese a los defensores de la postura en la cual la lógica formal es la verdad definitiva de la lógica, limitaciones adaptativas con la realidad y esto es particularmente cierto con las personas.
Y es que si retomamos sus leyes, consideremos que pese a la ley de
la identidad, y su fórmula: “A es A”, todo objeto y todo concepto siempre son iguales a sí mismos, inmutable y rígido, la dialéctica materialista muestra la inconsistencia de tal concepto ya que todo objeto se encuentra en un proceso de mutación, de desarrollo o cambio, el yo actual es distinto al de ayer porque somos seres mutables. Por su parte en ley de la contradicción, proclama: “A, no puede ser simultáneamente A y no A”; por lo que un objeto siempre posee sólo una identidad, sin propiedades contrarias, y hemos de preguntarnos ¿no es la contradicción la causa real de todo fenómeno y pensamiento? ¿No motiva entonces al motor de la aplicación de la lógica o la dialéctica? Y pese a ello, lo niega el formalismo.
Mientras la tercera ley de la lógica formal, ley de la exclusión del
tercero, proclama: “algo es o A, o no A; el tercero es imposible” a lo que, o es, o no es, y esto resulta insustancial cuando se piensa en que las cosas no son inmutable y pueden y han de cambiar y no por ello algo dejara de ser si mismo aunque ciertas características cambien, A será A pese al cambio.
Por lo que, si contraponemos a la lógica formal ante la lógica
dialéctica, como dos modelos de visión de los procesos de pensamiento, en la dialéctica no se niega que en un fenómeno se puede y debe decir “o es, o no es”, sino en que se rechaza la inmutabilidad de los fenómenos y los considera en su desarrollo, en su cambio, como fenómenos contradictorios que dan pie a las modificaciones adaptativas del pensamiento y que se necesitan, según las condiciones concretas y del desarrollo de la realidad.
De esta manera, podemos indicar que la mayor diferencia en la forma
de abordar la realidad entre la lógica formal y la lógica dialéctica es que el fundamento de la lógica formal, al contrario de la dialéctica materialista, es el reconocimiento de la inmutabilidad y la negación de las contradicciones internas de los objetos, desde perspectivas absolutistas y busca así alcanzar la verdad desde el conocimiento inferido, que se ve contrapuesto a la dialéctica, que centra su atención desde el paradigma del pensamiento a nivel teórico, y lo focaliza desde el punto de vista de su movimiento, desarrollo y contradicción, que va más orientado a la naturaleza y la realidad humana dinámica y mutable pero que no puede ser tan generalizable, no es así ¿una dependiente de la otra?
De manera secuencial, la lógica formal evoluciono en la dialéctica, y
para ello, resulta pertinente en primer lugar, dedicar un tiempo a algunas consideraciones de Kant, fundador de la escuela clásica alemana de filosofía, no solo para entender como el germen del idealismo alemán traía a colación la transformación de la lógica, sino por ser Kant un testigo del “proceso revolucionario” (revolución francesa) y un referente cardinal de Hegel para pensar la revolución, que a fines prácticos se proyectaría en las ciencias y la filosofía, manifestaciones del capitalismo, y por ende, espacios de atención para el marxismo-lenilismo y para el socialismo. Así:
Esto da a la obra de Hegel su importancia histórico-mundial. Está
en la cima más elevada de un movimiento social revolucionario gigantesco, el mayor en la historia antes del socialismo. Su obra abarca y sintetiza en una forma teórica concentrada los resultados de siglos de labor intelectual por los mayores espíritus humanos. La filosofía de Hegel no sólo expresaba los resultados de esos vastos movimientos de la sociedad y la ciencia, sino que ella misma dio un impulso en muchos terrenos a movimientos que todavía están cambiando el mundo. Entre ellos está nuestro movimiento marxista. (p.35 y 36)
Y es que, la revolución filosófica de Hegel radicó en la idea de la
sintetización de la lógica y la transformación de esta en la dialéctica desde los fracasos de sus predecesores, trastornando el concepto absolutista de fracaso y éxito a estados intermedios o de transformación de estados, con la “consumación de la filosofía clásica alemana y de la gran filosofía griega de la Antigüedad” (p.35) sintetizándola en su obra y que vendría a dar pie a trabajos posteriores, tal es el caso de la revolución marxista en la lógica.
De este modo, consecutivamente, Marx y Engels se ocuparon de la
dialéctica hegeliana y de las ideas progenitoras socialistas para depurarlas de sus facetas utópicas e idealistas, incorporando doctrinas socialistas y sus modos de ver a un constructo consistente, con contenido válido a sus ideas vitales en su nueva visión del mundo, así el idealismo hegeliano se desprende en el marxismo del materialismo unilateral y se embebe del materialismo histórico por lo que Marx y Engels señalaron que el verdadero estado de cosas esta en ver en “los conceptos de nuestro cerebro las imágenes de los objetos reales, en vez de considerar a éstos como imágenes de tal o cual fase del concepto absoluto” (p.56)
En donde a la final, la dialéctica queda reducida a la ciencia de las
leyes generales del movimiento, del mundo exterior y del pensamiento humano, con leyes idénticas en esencia, pero de distinta manifestación siendo que en el cerebro humano son aplicables conscientemente, mientras que en la naturaleza son de manifestación inconsciente, procurando preservar desde el pensamiento de Hegel, el método dialéctico y leyes.
Ahora bien, cabe destacar, desde la ignorancia capitalista a la
ilustración socialista, el manejo de la lógica definió procesos de interpretación de la realidad, y así mismo, ver como el capitalista no debe ni ha de desarrollar su capacidad lógica, la que defiende, viviendo en ignorancia, mientras que el revolucionario socialista debe re-educarse para liberarse de las doctrinas capitalistas que a fin de cuentas, llevan a una modificación de sus procesos de pensamiento hacia una aplicación consecuente de la dialéctica materialista que, en contraposición a posturas pequeñoburgueses, no se considera total o perfecta, sino incluso hoy día, en evolución, y es esto en conjunto con la exigencia de constante aprendizaje del revolucionario y del proletariado lo que conlleva a la ilustración socialista. Conclusiones
Estamos “acostumbrados” a los razonamientos más clásicos de la
lógica común y tradicionalmente aceptado en el mundo capitalista por el cual la abstracción de la creencia limitada consiente o subconscientemente por las leyes formalistas condicionan el pensamiento al “sentido común”, pero debemos preguntarnos, hasta qué punto, la capacidad de hacer abstracciones que reflejen correctamente la realidad que queremos entender y describir no es una simplificación extrema del mundo y nos quedamos dentro de unos límites bastante estrechos de la postura formal: unilaterales y estáticas, e inservibles a la hora de expresar procesos complejos, especialmente los que conllevan movimiento, cambio y contradicciones.
El propósito del conocimiento científico es acercarse lo más posible a
la realidad concreta, y si seguimos a Hegel con la verdad concreta, existe una contradicción inentendible por la lógica formal pero no para la dialéctica, tildada de mística, pero que prevé lo abstracto y contradictorio del mundo, sin recurrir a una masiva abstracción, y buscar un equilibrio en su uso, como sistema integral que atiende al contexto y variaciones internas, como una respuesta dinámica en contradicción abierta con las llamadas “leyes” de la lógica formal, y que investigaciones científicas demuestran que el pensamiento dialéctico es más cercano de los procesos reales de la naturaleza que las abstracciones lineales de la lógica formal, así lo demuestra la evolución y la física cuántica, por lo que el pensamiento y estructuras tampoco son lineales o estáticas. Recomendaciones
- Fomentar la enseñanza de la dialéctica y su difusión social.
- Vincular las transformaciones sociales con las transformaciones del
pensamiento social y de la ciencia.
- Establecer el vínculo entre la lógica formal y la dialéctica, como
instancia secundaria (la primera de la segunda) en ambientes de aprendizaje social, laboral, político, etc.
- Generar espacios de contemplación, estudio y discusión lógico-
dialectico en distintas instancias de la vida de las sociedades revolucionarias.