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La dialéctica materialista como ciencia

La dialéctica materialista como ciencia de las leyes más generales del


desarrollo de la naturaleza y el pensamiento humano:

El materialismo dialéctico es una corriente filosófica que define la materia


como la base de la realidad, independientemente de si esta es concreta o
abstracta. De esta forma, elimina el factor que concede una superioridad de
la materia frente a la conciencia, declarando la concepción del mundo por su
naturaleza material, aplicando la dialéctica para interpretar, en este sentido,
dicho mundo. Todo ello, tratando de superar el materialismo mecanicista,
que atribuye esa primacía de la materia frente a la conciencia.

En la filosofía, el materialismo dialéctico establece lo que se conoce como


la cuestión básica de la filosofía. Es decir, una cuestión que trata de
establecer la relación existente entre lo material y lo espiritual. En este
sentido, tratando de establecer cómo se conforma la aparición de la
conciencia, en base a la materia.

En primer lugar, una de las cuestiones básicas que establece el


materialismo dialéctico es la esencia del mundo, así como la base de este.
Estableciendo que únicamente se puede desarrollar la ciencia mediante la
percepción de lo material, y no la presunción de lo espiritual.

Por otro lado, en segundo lugar, la cuestión establece si los sucesos que se
dan en el planeta se suceden de forma aislada, o presentan dependencia. En
este sentido, la cuestión establece que, en base a la dialéctica, los
fenómenos que se producen en el mundo no son aislados el uno del otro.
Para ello, Marx cuestiona si el mundo está desarrollándose cualitativamente,
así como de una forma conectada. O, simplemente, si lo hacemos de forma
estática y sin cambios cualitativos.

Dialéctica, lógica y teoría del conocimiento:

La filosofía marxista ha formulado el principio de la coincidencia de la


dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento sobre una base
completamente distinta. Parte de la tesis acerca del carácter primario del
mundo exterior, objetivo. Este mundo encierra actividad en sí mismo, no
necesita de ningún principio “impulsor”, se desarrolla de acuerdo a sus
propias leyes. Estas leyes son estudiadas, principalmente desde el punto de
vista de su universalidad, por la dialéctica. Para realizar su actividad práctica,
el hombre, apoyándose en las leyes del mundo objetivo, transforma a éste,
modifica los objetos basándose en sus propiedades y en correspondencia
con los nexos que los caracterizan. Por eso las leyes de la dialéctica incluyen
asimismo la actividad sensorio-material y, sobre esa base, se convierten en
leyes del conocimiento. En el proceso de la actividad cognoscente el hombre
refleja en forma ideal los nexos y leyes dialécticos que objetivamente son
inherentes a las cosas. El conocimiento mismo opera como un complejo
proceso dialéctico de asimilación cada vez mayor del mundo objetivo, de
ahondamiento en la esencia de las cosas. A fin de que la dialéctica del
mundo objetivo sea comprendida en el pensamiento, en las formas lógicas,
estas mismas formas lógicas (los conceptos por ejemplo) deben ser flexibles,
en desarrollo y convertirse las unas en las otras. En resumen, el principio de
desarrollo se aplica no sólo al mundo objetivo, sino también al pensamiento,
al conocimiento. La unidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del
conocimiento se basa por tanto en que las leyes de la dialéctica actúan no
únicamente en el mundo objetivo, sino asimismo en el conocimiento, en el
pensamiento humano. Esta unidad debe entenderse como proceso, como
coincidencia de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento,
coincidencia que se realiza en el prolongado desarrollo de la actividad
práctica y teórica de los hombres.

Las Leyes de la Dialéctica Materialista:

La percepción marxista del universo parte de la teoría de la concatenación


universal del mundo a través de las concatenaciones particulares y
generales; también afirma que el reflejo de estas concatenaciones en la
conciencia constituye las leyes y las categorías de la dialéctica marxista. Las
tres leyes de la Dialéctica Materialista son: la ley de la unidad y lucha de
contrarios; la ley del cambio de cantidad termina en un cambio de la calidad y
la ley de la negación de la negación

La Ley de la Unidad y Lucha de Contrarios:

Para Lenín, esta ley constituye el núcleo de la dialéctica. Esta Ley establece
que todo lo objetivo se expresa en entidades contra-puestas que luchan
permanentemente entre sí, pero que al hacerlo, constituyen la unidad de los
contrarios. La lucha de contrarios es la esencia del desarrollo de lo objetivo.
En el mundo existen una infinidad de contradicciones, pero la Dialéctica
Materialistas estudiaría las de tipo más general, tales como
las contradicciones externas e internas. Las primeras se expresan en las
relaciones del objeto con el entorno y lo que hay en él; las contradicciones
internas constituyen las tendencias contrapuestas en el objeto dado. Estas
últimas serían las fuentes del desarrollo, dado que determinan la esencia del
objeto mismo; si no fuera por sus contradicciones internas el objeto dejaría
de ser lo que es.

La ley de los cambios cuantitativos a cualitativos:

La calidad es lo que hace que distingue a un objeto de los demás mientras


que la cualidad identifica a cada una de las características de un objeto, de
tal manera que el conjunto de las cualidades determina la calidad del objeto
o fenómeno. El tamaño, el peso, la forma… De una silla determinada es el
conjunto de cualidades que conforman la calidad de la silla en cuestión y la
diferencia de las demás. Por su parte, la cantidad es la característica que
hace que las cosas y sus cualidades sean ponderables y puedan expresarse
en números, tal como se mide el peso, el tamaño o la intensidad del calor o
del frío. La cantidad y la calidad no pueden separarse una de la otra ni
ambas del objeto, sino por abstracción mental; sin embargo, un cambio
constante de la cantidad y que traspase ciertos límites ocasiona un cambio
de la calidad de tal manera que el objeto deja de ser lo que fue para ser otra
cosa, así los cambios cuantitativos se tornan cambios cualitativos, por lo que
la ley sería universal al desarrollo del mundo objetivo. También hay que
tomar en cuenta que los cambios cuantitativos siendo lentos y evolutivos,
dan lugar a los cambios abruptos de la calidad, cambios en forma de saltos
dialécticos.

Ley de la Negación de la Negación:

La dialéctica materialista define el concepto de negación como la sustitución


de lo viejo por lo nuevo; de este modo, lo viejo es negado, se anula, para dar
paso a lo nuevo, que sería la tendencia general del desarrollo, pues se basa
en la existencia de las contradicciones internas del objeto o del fenómeno y
la negación obedece a la acción de las leyes vigentes de transformación y no
por efectos del azar. Sin embargo en la interpretación de esta ley hay
diferencias fundamentales. Por ejemplo, la mayoría dice que la historia de la
realidad constituye una cadena de negaciones de viejos regímenes por
nuevos; así, la sociedad primitiva habría sino negada por la esclavista, ésta
por la feudal, la que, a su vez, habría sido negada por la capitalista, la que
será negada por la socialista. En mi opinión ésta es una interpretación muy
mecanicista de la ley y se parece mucho al concepto mecánico de tesis,
antítesis y síntesis, el que conformaría una cadena interminable para un solo
proceso.

La dialéctica y la lógica formal:

El pensamiento dialéctico da énfasis a la comprensión de los procesos, los


flujos, las fusiones y las relaciones por medio del análisis de los elementos,
las cosas, las estructuras y los sistemas organizados. Hay un principio
ontológico muy profundo implicado acá puesto que, en efecto, los dialécticos
sostienen que los elementos, las cosas, las estructuras y los sistemas nunca
existen por fuera o antes de los procesos, los flujos o las relaciones que los
crean, sustentan o socavan. Por ejemplo, en nuestro mundo contemporáneo,
los flujos de capital (bienes y dinero) y de personas generan, sostienen o
socavan lugares como fábricas, barrios y ciudades, entendidos como cosas.
Epistemológicamente, en el proceso de investigación se invierte
normalmente este énfasis porque buscamos entender los procesos, ya sea
mirando cualquiera de los atributos que en primera instancia nos parecen
cosas autoevidentes o mirando las relaciones entre ellos. Por otra parte, La
lógica formal se manifiesta como la doctrina sobre las formas del raciocinio
humano; doctrina que establece un divorcio entre el estudio de estas formas
y su contenido (la Naturaleza y la Sociedad). A esta lógica no le interesa la
verdad material (el reflejo correcto de los fenómenos de la Naturaleza en el
pensamiento), sino la verdad formal (la consonancia con las reglas de la
lógica). De aquí su denominación de “lógica formal”. La lógica formal se
dedica a investigar las diversas formas de los juicios humanos, de los
argumentos, interesándose sólo por si están o no construidos en
consonancia con las reglas de la lógica. La lógica formal es la base del
método metafísico.

Comparación entre la lógica formal y lógica dialéctica:

Su comparación radica en los siguientes puntos: la lógica formal representa


una herramienta útil a la hora de crear modelos ideales como suceden en las
matemáticas y en las ciencias naturales como la física o la química. Estudia
la estructura o formas de pensamientos como conceptos, proposiciones y
razonamientos, su objetivo es establecer argumentos válidos o lógicos. Por
otra parte, la lógica dialéctica es una técnica de razonamiento que procede a
través del despliegue de una tesis y su antítesis, es aquella que tiene en
cuenta el movimiento. Esta lógica es más cercana a nosotros y se basa en la
teoría de conjuntos difusos, se definen también las operaciones de unión,
intercepción, diferencia, negación o complemento y otras operaciones sobre
conjuntos.

Tema 2. El pensamiento y la experiencia.

El pensamiento y la experiencia sensorial. Lo empírico, teórico,


concreto y abstracto:

El pensamiento es el producto de la mente en el acto de pensar, es decir, las


construcciones mentales elaboradas fruto de las actividad del cerebro. El
objetivo básico de los pensamientos es de dotar de significado el mundo
exterior manipulando la información. Se dice que es el reflejo de la realidad y
se expresa mediante el lenguaje. El pensamiento humano es un
pensamiento verbal. Según Marx: “el lenguaje es la realidad inmediata del
pensamiento”.

Al plantear lo ocurrido en la realidad a través de la palabra, el sujeto va más


allá de las percepciones y de las sensaciones. Con base en lo planteado el
individuo tiende a sacar conclusiones sobre aquello que no percibe
inmediatamente. Aunque en el proceso del pensamiento el hombre va más
allá de la percepción, no altera la realidad, si no que por el contrario, la
conoce con más profundidad y exactitud hasta conocer su esencia.

Aunque el pensamiento va más allá de la percepción y de la sensación, está


ligado inseparablemente al conocimiento sensorial, que es la fuente de
origen principal de los conocimientos sobre mundo exterior. El conocimiento
sensorial es el origen y punto de apoyo de la actividad racional. Es bien
conocido que el sujeto utiliza con frecuencia la percepción directa de los
objetos o su representación objetiva para resolver tareas de carácter
abstracto, también es muy conocido que las tareas racionales se facilitan
cuando se apoyan en modelos objetivos.

El pensamiento no siempre está ligado directamente a la práctica, pero la


práctica humana es imposible sin el pensamiento. El pensamiento se puede
definir como un reflejo generalizado de la realidad en el cerebro humano,
realizado por medio de la palabra, así como de los conocimientos que ya se
tienen ligado estrechamente con el conocimiento sensorial del mundo y con
la actividad práctica de los hombres.

Veracidad objetiva del pensamiento: lo absoluto y lo relativo, lo teórico


y lo práctico.
La verdad, como unidad dialéctica de contrarios, tiene dos aspectos: el
absoluto y el relativo. En un sentido amplio la verdad absoluta es el
conocimiento exhaustivo, fiel, del mundo en su totalidad, conocimiento que
se constituye en un ideal al que la humanidad tiende. La verdad relativa es la
representación correcta, pero incompleta, de la realidad, que se profundiza y
puntualiza con cada avance parcial de la ciencia. En cada verdad relativa hay
elementos de la verdad absoluta; negar el aspecto absoluto de la verdad es
negar la existencia de la verdad relativa, así como negar el carácter objetivo
de la verdad conduce al agnosticismo y el subjetivismo.

Bajo el criterio de la verdad se puede denotar que es la norma para fijar la


veracidad, la certeza de nuestro conocimiento; el testimonio que confirma y
atestigua la justeza de nuestras ideas; el grado de concordancia entre
nuestras sensaciones y conceptos y la realidad objetiva. Para el idealismo, el
criterio de la verdad no se halla fuera de la conciencia humana, en la realidad
objetiva, sino en las sensaciones, en las ideas del sujeto, en la claridad y
exactitud de los conceptos. Desde el punto de vista del idealismo, es difícil
distinguir entre lo veraz y lo falso, entre lo real y lo fantástico. El criterio de la
verdad del materialismo dialéctico es, en cambio, la experiencia, la práctica,
comprendida no sólo en el estrecho sentido del único acto de la
comprobación, del experimento o de la experiencia individual, sino, ante
todo, en el sentido de la práctica histórico-social de los hombres.

Naturaleza social del pensamiento y las creencias:

El ser humano tiene la capacidad distintiva de pensar. Pensar es abrir un


horizonte a una realidad que se nos impone determinada, imaginar
un espacio, y un tiempo de creación que nos permite desembarazarnos de
los hábitos, actitudes e ideas preconcebidas. El pensamiento requiere un
esfuerzo, supone una actitud libre y creadora que está dispuesto a dar un
sentido a lo que pensamos y hacemos. Muchos de los pensamientos que
tenemos están determinados por nuestras creencias, las cuales se
construyen a lo largo de nuestra vida basadas en las experiencias, los
valores, la cultura y las tradiciones.

Las creencias giran en torno a nosotros mismos, a los demás y a cómo ha de


ser el mundo que nos rodea.se denota que muchos de nuestros
pensamientos se basan en creencias, las cuales podrían ser entendidas
como la parte pasiva, y los pensamientos la parte activa. Los pensamientos
van a validar las creencias que tenemos, y en esa validación es donde hay
que considerar a los pensamientos como hipótesis y como supuestos, no
como verdades absolutas. Se estima que cada persona tiene 2 o 3 creencias
irracionales, que determinan su forma de afrontar diversas situaciones
problema manteniendo el malestar. Si los pensamientos son complicados de
modificar, las creencias como supondréis no lo son menos, además de
necesitar más tiempo por estar más arraigadas.

La ideología y su influencia en la investigación científica:

En las ciencias, fundamentalmente en las sociales, las ideologías no pueden


excluirse del proceso de investigación y de los productos del quehacer
científico ya que en ellos está presente la relación sujeto cognoscente-objeto
de conocimiento. La actividad del investigador se ubica en un contexto social
determinado y responde a un interés de clase que pueda ser la de él o la de
otra clase social. Puede decirse que todo hombre tienen una ideología, como
concepción del mundo, de las cosas, y que hay ideologías más científicas
que otras en cuanto se apoyan en los datos provenientes de las ciencias
para tener una visión más completa y correcta de la realidad, y las cuales
orientan a los seres humanos en su práctica diaria, así como dentro de un
campo de la ciencia.

Tema 5:

La hipótesis y el experimento:

En el método científico, un experimento es un procedimiento empírico que


arbitra modelos o hipótesis en competencia. Los investigadores también
usan los experimentos para evaluar teorías existentes o nuevas hipótesis
para apoyarlas o refutarlas.

Un experimento, generalmente evalúa una hipótesis, que es una expectativa


sobre cómo funciona un proceso o fenómeno en particular. Sin embargo, un
experimento también puede tener como objetivo el responder a una pregunta
de "qué sí", sin una expectativa específica sobre lo que revela el
experimento, o para confirmar resultados previos. Si en el experimento se
llevan a cabo los cuidados necesarios, los resultados generalmente
respaldan o refutan la hipótesis. Según algunas filosofías de la ciencia, un
experimento nunca puede "probar" una hipótesis, solo puede añadir apoyo.
Por otro lado, un experimento que proporciona un contraejemplo puede
refutar una teoría o hipótesis, pero una teoría siempre puede salvarse
mediante modificaciones ad hoc apropiadas a expensas de la simplicidad. Un
experimento también debe controlar los posibles factores de
confusión, cualquier factor que estropee la precisión o la repetición del
experimento o la capacidad de interpretar los resultados. La confusión se
elimina comúnmente mediante controles científicos y/o, en experimentos
aleatorios, mediante una asignación aleatoria.

La ciencia como síntesis suprema del saber:

La ciencia es un conjunto organizado de conocimientos que han sido


adquiridos mediante el método científico. La preocupación por la explicación
de los fenómenos, es lo que ha dado lugar a la ciencia. Explicación que se
concreta en el permanente afán por descubrir las leyes de la naturaleza. Un
concepto estrechamente vinculado al de la ciencia es el del conocimiento. De
acuerdo a Luna (1988), tenemos conocimiento cuando nos damos cuenta de
algo. En este proceso participa el sujeto cognoscente, capaz de conocer (la
persona, el observador, el investigador) y el objeto conocido (cosa, evento,
fenómeno) por lo que el conocimiento es producto de la relación que guarda
el sujeto que estudia algo y la cosa que es objeto de estudio. La idea que nos
forjamos cuando observamos un objeto de la realidad se llama conocimiento.
Cervo y Bervian (1988) coinciden con Luna (1988), al definir al conocimiento
como la relación que se establece entre el sujeto cognoscente y el objeto
conocido.

La ciencia es el resultado de la investigación y la aplicación del método


científico; tiene relación con los valores que el hombre da a los distintos
aspectos de la vida. Esta relación entre ciencia y valores se establece
mediante las motivaciones e intereses humanos. Para nadie pasa
desapercibido que el inmenso desarrollo científico y tecnológico es uno de
los aspectos que en mayor medida caracterizan el fin del segundo milenio y
que seguramente marcará el siglo XXI. El nivel de progreso alcanzado por la
investigación científica y las ulteriores aplicaciones tecnológicas durante el
último medio siglo ha sido considerado, con mucho, superior al logrado en
todos los años anteriores. Un crecimiento tan grande ha tenido muchos y
variados efectos no sólo en campos particulares de la investigación y la
industria, sino en una gama enorme de aspectos de la vida cotidiana,
llegando a transformar los hábitos y costumbres de sociedades enteras. En
este sentido, los currículums en general y el universitario en particular, no
han sido ajenos a los cambios y transformaciones que modifican los
contenidos y las prácticas de los establecimientos universitarios.

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