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UNIVERSAL I
Tema 1. Introducción general a la Historia Antigua.
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- El desarrollo en Mesopotamia y Egipto
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Tema 2. Introducción a la Historia Antigua del Oriente
Próximo y Egipto.
El Estado supondrá una transformación social radical, marcada en gran medida por
el surgimiento de élites opresoras que generarán avances tecnológicos con gran
rapidez, habiéndose generado éstos en un inicio dirigidos a dichas minorías sociales. En
el Oriente Próximo, esta situación tiene lugar en un marco espacial concreto, las
ciudades, pues la mayoría de estados surgirán de núcleos de población donde existirá
una minoría gerencial. Durante varios milenios, una parte de los pequeños estados
nacidos en ciudades se convertirá velozmente (imp. en función de la zona) en grandes
reinos que desembocarán en el forjamiento de imperios. Así, éstos se enfrentarán entre
sí hasta el surgimiento del primer imperio universal, el asirio. Aún así, y en líneas
generales, el marco de la ciudad no se abandonará como espacio de control social y
administrativo.
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El final de la Historia Antigua de Oriente Próximo vendrá marcado por las
conquistas de Alejandro Magno. Una vez conquistado el Imperio persa y destruidas
sus estructuras de poder, las nuevas élites serán poblaciones macedónicas o griegas que
se emparentarán con las locales. Esto generará unos nuevos y particulares tipos de
documentos, que manifestarán la decadencia de las lenguas propias de la zona en
detrimento del griego y que requerirán que su estudio sea llevado a cabo por distintos
profesionales. Se trata pues de un límite arbitrario pero también real, porque dichas
sociedades atraviesan un auténtico proceso de cambio.
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- Cronología interna de las fuentes
Dentro del ámbito arqueológico, las cronologías relativas vienen marcadas por
la estratigrafía o la tipología del registro material. Las absolutas, por otra parte,
estarán ligadas a los métodos físico-químicos de datación.
En los textos históricos, los documentos antiguos están fechados y firmados
(imp. a la administración) con una fecha marcada por el propio sistema de
contabilización del tiempo vigente. Éstos sistemas varían en función de los
estados o incluso ciudades, viéndose incluso modificado el concepto de año
(imp. no tenía que ser un año solar de necesaria similar longitud).
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3. Años epónimos. Se nombran los años como los funcionarios de peso en la
sociedad. Se empleará también en documentos griegos, denominándose sistema
de los funcionarios epónimos. En Mesopotamia, se comienza a utilizar en
Asiria a mediados del II milenio hasta el posterior crecimiento y constitución
del imperio.
Por cuestiones prácticas, las oficinas estatales de Oriente Próximo poseían listas con
el nombre y el orden de los años. Dichas listas establecen los acontecimientos con
cronología relativa la sucesión de los años. Sin embargo, las listas eran subjetivas y no
las hay completas en ninguno de los casos. Ej: en Egipto, tras desmembrarse en tres
regiones, será restaurado como una y se eliminará de las listas a los reyes partícipes de
la descentralización, como Amenofis IV o Hatshepsut.
1) Egipto
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variación de entre diez y quince días. Ya que se trata de un fenómeno cíclico debido a
los factores atmosféricos y climáticos, los egipcios pudieron establecer ciclos de 365
días que dividieron en semanas de 10 días (imp. descansando el décimo), con 4
semanas por mes y 3 estaciones. El año en sí tendría 360 días, ya que los otros 5 días
eran considerados "de mala suerte", con explicación mítica.
2) Mesopotamia
Los grandes reinos y los primeros imperios tenderán a dirigirse a los lugares donde
son más abundantes las materias primas de mayor interés, motivándose así los
movimientos de población y tropas por el territorio. El Oriente Próximo se divide así en
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diversas regiones históricas donde los dos grandes ámbitos serán el actual Iraq, donde
se emplazaba la antigua Mesopotamia, y el actual Egipto para el desarrollo de la
civilización egipcia. Destacan así otros ámbitos geográficos, geológicos y climáticos
que participarán en las actividades de las sociedades mesopotámicas y egipcias, como
la meseta del actual Irán, Anatolia, la región Siro-Palestina o la Península Arábiga.
1) Mesopotamia
Se trata de una zona de clima muy árido y, sin la existencia de los ríos, dominaría el
paisaje desértico. Ambos arrastran una enorme cantidad de barro y limo, por lo que el
Delta ha variado constantemente desde los tiempos de las poblaciones antiguas hasta
la actualidad. Antiguamente, los ríos desembocaban en áreas distintas y no ambos en el
canal de Shat-el-Arab. Dicha área se encontraba humedecida constantemente por los
barros y limos, y paulatinamente se irá colmatando hasta constituir el área conocida
como País del Mar.
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área fundamental de presencia y explotación de este animal durante al menos un
milenio.
2) Persia, Irán
3) Área Siro-Palestina
4) Anatolia
5) Arabia
6) Egipto
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dependiente de las lluvias, un área semidesértica, una sabana de matorrales espinosos
y una sabana arbolada. En el V milenio tendrá lugar una fase húmeda neolítica y, a
partir de entonces, el clima comenzará a desecarse. El inicio de la formación del estado
egipcio coincide con el inicio de la generación del desierto del Sáhara, si bien el
ambiente aún será húmedo. El cereal se producirá en el IV milenio en los wadis, y la
historia de Egipto se inicia en un entorno de desierto habitable en el V milenio que
permitía el tránsito de pastores con rebaños de cabras y ovejas. Al disecarse el Norte de
África, será el Nilo el elemento que hará posible la preservación de la vida humana. Su
caudal aumentará en verano y disminuirá en invierno.
Las aguas llegan lentas a Egipto, por lo que la subida del caudal es gradual y la
población puede proteger sus casas y bienes. El río se llevaba los desechos y, en los
momentos más calurosos del año, el país se convertía en un auténtico lago. Al
sembrarse los cereales con la bajada de las aguas en otoño, estos germinaban cuatro
meses más tarde. Los egipcios concebían Egipto como la unión de dos tierras, el Alto y
Bajo Egipto, el valle y el delta. La civilización se originará en los wadis del Valle y no
en el delta, que era una zona menos habitable.
El Valle. El cauce del Nilo, con minerales disueltos, sube en altura, estando
éste más alto que las zonas laterales. Ésto generará que muchas áreas del valle
sean pantanosas, lo que llevará a la producción de papiro y la práctica de la
caza.
El Delta. Estaba atravesado por siete ramas en las que se distribuye el cauce del
Nilo, estando en la actualidad colapsadas por el barro cinco de ellas. Se ocupará
de manera sistemática a mediados del III milenio y comienzos del II. A
mediados del II, la Historia de Egipto se desarrollará casi exclusivamente en esta
área.
La depresión de El Fayum. Comienza a habitarse a mediados del II milenio.
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• Las fuentes específicas de la Historia antigua del Oriente y su
interpretación
Cualquier documento puede ser empleado como fuente por el historiador, ya sea
escrito, no escrito o, en definitiva, material. Una de las labores del historiador consiste
pues en profundizar en la búsqueda de información y, aunque tradicionalmente se
empleaban únicamente los textos, en la actualidad son numerosas las ramas que
intervienen en el análisis de las fuentes.
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La documentación de Oriente Próximo es, a grandes rasgos, una
documentación escrita sobre tablillas de barro secadas al sol o cocidas al
horno. Se aporta documentación burocrática con ciertos añadidos. Se
conserva además una tradición mitológica amplísima, debido a que los mitos
se cantaban con su propio estribillo y sistema de rima. Así, los poetas que lo
componían lo dejaron por escrito, legando un importante corpus documental.
En Egipto los templos y las tumbas, construidas en piedra, permitirán la
conservación de los textos plasmados en sus paredes. Los palacios y las
ciudades de adobe, sin embargo, han desaparecido. Existen numerosos
documentos religiosos, si bien el azar y la conservación (imp. la reserva de la
piedra para edificios religiosos) ha hecho a los egiptólogos estudiar,
tradicionalmente, las inscripciones religiosas. Teniendo en cuenta que los
templos conservados son creados por el propio estado, lo que se plasma son
los retazos de una religión estatal que podía diferir de las creencias populares.
Además, debe tenerse en cuenta que cualquier resto antiguo hallado en Oriente
Próximo puede poseer sesgos políticos actuales que pueden derivar en enfrentamientos
entre los diversos pueblos que habitan la zona, ya que la Arqueología puede tener una
muy problemática lectura política. Además, en Oriente no hay laboratorios que
permitan una investigación sistemática de las muestras, ya que además no suele
permitirse que éstas se saquen del país debido a los reiterados saqueos.
1) Mesopotamia
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triangular. Al llegar a Occidente por primera vez, se
la denominará escritura cuneiforme. En las tablillas
suelen plasmarse textos breves, pero los poemas, de
amplia longitud, necesitan de varias tablillas como
soporte. También son largos los tratados entre
diversos estados. Las tablillas de los estudiantes
serán, sin embargo, más pequeñas. Por lo tanto, estos
soportes pueden medir desde varios centímetros
hasta incluso medio metro, aunque lo más común
son los 10, 15 o 20 centímetros.
Dicha documentación llegará a Europa desde finales del siglo XVII, en reducidas
dimensiones, hasta la primera llegada real alrededor de 1850, de volumen excepcional.
Al descubrirse el palacio de Nínive y la biblioteca de Assurbanipal, numerosas
tablillas serán llevadas al Museo Británico. Se ha conservado la estructura física de la
biblioteca de Ebla, de organización excepcional (imp. las tablillas mayores de y de
mayor importancia se encontraban más abajo en las estanterías). En definitiva, la
documentación escrita cubrirá casi todos los ámbitos de la sociedad, habiendo incluso
copias de inscripciones monumentales en tablillas.
Las inscripciones monumentales son mucho más limitadas y tienen unos objetivos
distintos que requieren un análisis funcional divergente. En Oriente Próximo una gran
parte de las ciudades estaban elaboradas en adobe, salvo en ocasiones dinteles de las
puertas hechos en piedra. Esto explica el límite para la elaboración de inscripciones
sobre esta materia prima y, quizá por dicha carencia, se habría empleado también el
metal como soporte, pues la arquitectura monumental solía recubrirse con planchas de
metal o mediante la incrustación de relieves de metal (ej. alto y bajo relieve, bulto
redondo y excepcionalmente alguna estatua de piedra). Habrá mayores inscripciones
monumentales en las áreas que se encuentran emplazadas en zonas de mayor
abundancia de piedra factible de ser inscrita.
Textos que informan de la acción de los monarcas. Los reyes informan de sus
hazañas, pero se desconoce quién es el receptor. ¿Se limita al grupo de poder?
¿Son las hazañas leídas y comunicadas al pueblo por otros medios? La mayoría
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de la población no sabía leer, por lo que estos textos podrían haberse recitado o
leído en determinados contextos (ej. año nuevo y el mito de la creación).
Anales. Acciones del rey descritas año tras año.
Presagios. Se plasman en las tablillas o soportes de mayor prestigio. Se narra
un acontecimiento sobrenatural que tendrá una consecuencia en el futuro. Eran
textos "científicos" desde el entendimiento de las relaciones de causa-efecto.
Textos cronográficos. Listas de acontecimientos en inscripciones
monumentales del monarca o el estado.
Crónicas. Evolución de las listas de reyes, incorporando narraciones ligadas a
un ritmo periódico determinado.
Inscripciones cortas sobre un objeto donado a la divinidad de mayor o menor
tamaño.
2) Egipto
Lascas de piedra caliza. El papiro era muy costoso y, para los estudiantes de
escriba, para contabilidad y borradores se empleaban lascas de piedra caliza.
Rollos de cuero. Se empleaban cuando se estropeaba el papiro, y serán el
antecedente del pergamino.
Óstraca o fragmentos de cerámica.
Tablas de madero a las que se pasaba una capa de yeso.
El papiro y las tablillas enceradas comenzarán a cocerse por los lados y, así, surgirán
los primeros libros alrededor del siglo VIII a.e.
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Tema 3. El medio natural y sus pobladores.
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tierra surcada por canales. Estas unidades de riego son también el fundamento
administrativo de la Mesopotamia antigua.
Esas prácticas, mejoradas, son las que permitieron la completa explotación posterior
de la Baja Mesopotamia, que proporcionaba una superficie de cultivos enorme, aunque
en unas condiciones de habitabilidad muy difíciles, y del valle del Nilo, cuya ocupación
se hizo imprescindible cuando las condiciones climáticas se hicieron menos húmedas.
Pero el descenso a ambos valles aluviales supuso la tarea formidable de desaguar las
marismas insalubres, talar arbustos y cañaverales y exterminar los animales
peligrosos que se escondían en ellos (ej. cocodrilos, hipopótamos).
Las fuentes para conocer las formas de agricultura y su relación con el uso del agua,
en especial la irrigación artificial, son amplias pero muy parciales y en algunos
aspectos contradictorias:
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pago de los impuestos correspondientes, listas de distribución de trabajos,
pago en raciones, asignaciones de tierras; la correspondencia ha dejado
también importantes informaciones, así como los códigos legales y los textos
léxicos. Sin embargo, apenas se detallan cuestiones cotidianas, excepto en
algunas cartas privadas, ni los procedimientos de trabajo, salvo los que
aparecen en el Almanaque del granjero, un texto escolar sumerio en que un
campesino instruye a su hijo sobre el orden de realización de las tareas agrícolas.
En Egipto el documento más importante es el papiro Wilbour, un registro de
asignación de impuestos entre distintos tipos de asentamientos del valle durante
la dinastía XX; el resto son datos aislados en cartas, registros legales, además
de los textos para aprendizaje de la escritura, en los que se ridiculiza, con
algunos detalles, los oficios distintos al de escriba.
1) Agricultura de secano
El recurso al olivo para tierras pedregosas y secas, no aptas para otros cultivos, se
explica por la proximidad de los grandes estados, que se convirtieron en
importadores de este producto. Así, algunas regiones de Siria y Palestina alcanzaron
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un nivel económico importante gracias a su exportación, pero con la debilidad
inherente a todos los monocultivos enfocados a su venta en el exterior.
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suponer vivir en un enorme lago de unos centenares de metros de anchura y un millar
de kilómetros de longitud. Lavaba las sales del suelo; eliminaba todo tipo de basuras y
desechos; depositaba un estrato de sedimentos fértiles (imp. proceden del macizo
volcánico de Etiopía) que crecía a un ritmo de varios centímetros al año; y llegaba en un
momento en que no molestaba para los cultivos, pues se retiraba antes de que fuera
necesario arar los campos y regresaba cuando la cosecha estaba ya almacenada,
incluidos los cultivos de primavera; además refrescaba el clima y la cantidad de limo
era suficiente para fertilizar los campos pero no tanta como para obstruir canales o
acequias. No era así necesario abonar ni dejar tierras en barbecho.
Las dos zonas geográficas de Egipto eran cultivadas con un sistema idéntico, pero
eran diferentes entre sí. El Valle no ha experimentado cambios notables, salvo una
pérdida de vegetación natural, la desecación de las zonas pantanosas del Egipto
medio y una extensión de los cultivos a las franjas bajas del desierto. El Delta
presenta más dificultades para la agricultura, pues su horizontalidad produce pantanos
y lagunas, donde todavía puede llegar el agua salada del mar. Fueron imprescindibles,
por tanto, trabajos duros de desecación, canalización del río y mantenimiento
permanente de los diques. Pero gracias a ellos y a su capacidad agrícola (imp. la
superficie de sus tierras cultivables dobla a las del Valle), fue dominando
paulatinamente la vida política y económica de Egipto. Existen testimonios de
intercambio entre ambas zonas, lo que indica una cierta especialización.
El propio perfil del Nilo presentaba zonas bajas en las que se acumulaba el agua.
Éstas actuaban de reservas naturales, proporcionando humedad a los campos
circundantes. Bastaba con cerrarlas para evitar que se perdiera su contenido con la
retirada de la inundación. Cuando se iban secando, ellas mismas podían ser
aprovechadas para cultivos de ciclo más corto. Una red natural de canales, reforzada
por los campesinos, permitía el traslado de agua para el riego a zonas más alejadas. La
parte habitable del Valle era las crestas de limo formadas a la orilla misma del río y
los canales y en el Delta las cadenas de dunas situadas entre los brazos del Nilo. En
ambas regiones era también utilizado el desierto más cercano.
El control del agua mediante este sistema era una cuestión de ámbito local. Los
trabajos de irrigación y de control del agua apenas aparecen en los textos, por lo que se
puede deducir que no eran incumbencia del rey ni de la burocracia central. Como
resultado, estamos muy mal informados sobre la modificación de la que pudo ser
objeto la estructura natural del Valle por los trabajos hidráulicos.
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demasiado tarde para las de
primavera. Además, a pesar de la
gran distancia entre Anatolia y la
desembocadura, la altura de la
primera provoca que el descenso de
las aguas se produzca con cierta
velocidad. Pero el Tigris puede
sufrir subidas de nivel
considerables, pues en el verano se
producen precipitaciones de cuantía muy variable (imp. desde nada a torrenciales) en
los montes Zagros, y su peligrosidad se acentúa además por la proximidad de la
cordillera al cauce del río.
El cauce del Éufrates es alto respecto a las tierras circundantes. El agua puede
mantenerse en estanques artificiales adyacentes, lo que permite empapar las laderas,
pero provoca costras de sal por la evaporación. De este río dependía el sistema de
canales fundamental, que se extendía por su orilla oriental. El cauce del Tigris está
muy profundo y al mismo nivel que las tierras de su entorno, de manera que de forma
natural no riega por sí mismo una extensión grande de tierra, pero por la ventaja de su
mayor altura respecto al cauce, las granjas de su lado oriental eran muy productivas.
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Las avenidas impetuosas podían tener el inconveniente añadido de provocar
desplazamientos en el cauce de los ríos, con el consiguiente perjuicio económico a las
ciudades que estaban en sus orillas. La construcción y mantenimiento del sistema de
canales y el aprovisionamiento de agua eran cuestiones de importancia vital y los
textos los presentan siempre como uno de los éxitos fundamentales de un reinado
venturoso.
Sólo una región egipcia tuvo que ser explotada mediante un sistema de riego
semejante al bajomesopotámico, el-Fayum. En época prehistórica, esta depresión debió
de ser un gran lago, alimentado por un régimen de pluviosidad más elevado y por las
propias aguas del Nilo. Sin embargo, tal vez durante el IV milenio a.e., la entrada de
éstas se fue colmatando, lo que provocó un descenso paulatino del nivel del lago. A
comienzos del II milenio a.e., cuando ya los egipcios dominaban su propio sistema de
irrigación, se abrió de nuevo la entrada, sin que sepamos por ahora si fue por accidente
o por voluntad política. De cualquier manera, los egipcios de la dinastía XII ampliaron
el brazo del Nilo llamado hoy Bahr-el Yusuf y construyeron un dique en la zona de
Illahun que regulaba la entrada de agua a la depresión. En ella, la red de canales se
encargaba de distribuir las aguas para el riego de los campos, al tiempo que la altura
del lago se mantenía estable. Con los primeros reyes ptolemaicos, se amplió mediante
un canal que, saliendo de la citada zona de entrada, corría en círculo por el borde
exterior de la región, ampliando considerablemente el área de cultivos. Como no
dependía de la inundación de verano, puede considerarse una variante particular del
sistema de irrigación perenne. Todavía se utilizaba a fines de la dominación romana;
pero unos años de desconcierto tras la derrota del Imperio bizantino provocaron un
abandono temporal que se convirtió en definitivo. Los restos de las activas ciudades de
el-Fayum están hoy en medio del desierto.
Además, una parte del intercambio exterior de mercancías se hacía también por vía
fluvial. Egipto se comunicaba con Kush a través del Nilo, y la Baja Mesopotamia lo
hacía con la Alta a través del Tigris, con Siria por el Éufrates y con Irán por el Diyala
(imp. aunque esta ruta había que terminarla por tierra).
Una importante hazaña de la ingeniería egipcia fue el canal que unía el Nilo con el
mar Rojo. Esta obra, precursora del Canal de Suez, se utilizó durante más de mil años.
Se dividía en dos partes. El tramo oeste-este corría desde Bubastis, en el brazo oriental
del Delta, atravesando la depresión de Tumilat hasta el lago Timsa. Originalmente
pudo haber sido una acequia de riego. La segunda parte corría de norte a sur desde
Timsa, atravesando los lagos Amargos hasta un punto situado en las proximidades del
inicio del canal actual. La longitud total sería de unos 150 kilómetros.
Hay razones para suponer que este canal fue construido por los mismos reyes que
incorporaron el Fayum a su sistema de irrigación. Tal vez existía todavía durante la
dinastía saíta. El rey persa Darío lo hizo limpiar de forma que pudiera servir a su
intento de establecer una corriente de comercio marítimo entre Egipto y la India a través
de la costa de Persia. Según las estelas conmemorativas erigidas a lo largo de su curso,
había una flota de 24 barcos que navegaba regularmente hasta este país. Bajo Alejandro
Magno y algunos emperadores romanos se aumentó su profundidad, pero quedó
abandonado después del siglo IV y, finalmente, el cieno lo obstruyó.
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descenso hasta el fondo, que estaba al nivel de las aguas más bajas de fines de
primavera. En esas mismas paredes se había tallado una escala métrica, de
manera que cuando ascendía el agua del Nilo, podía comprobarse su altura
sobre ella inmediatamente.
En Persia se
documentan los primeros
qanats. Se trata de túneles
abiertos en el interior de
montañas y colinas. El agua
extraída se llevaba por
conductos hasta los campos.
Fueron muy frecuentes en el
Oriente Próximo tardoantiguo.
Conocidos por los árabes, su
expansión en época medieval extendió su uso por toda la cuenca
mediterránea. Jerusalén tuvo un importante servicio de abastecimiento de agua
de esta clase, que jugó un papel importante en el relato del Antiguo Testamento
sobre el estanque de Siloé.
Las vías elevadas para distribuir el agua de los qanats por los campos
circundantes dieron el ejemplo para el acueducto asirio más antiguo, que fue
construido hacia el año 700 a.e. y llevaba las aguas de un río de montaña,
almacenadas por una represa en Bavian, a través de un desagüe de unos 20
metros, hasta Nínive, unos 30 kilómetros al sur. Allí el agua se empleó también
para regar los jardines del palacio y los campos de los reyes de Asiria. Esta
gran estructura es la primera de una serie de ingeniosos acueductos construidos
principalmente por griegos y romanos. Los primeros de estos acueductos,
alzados en Megara y en la isla de Samos, datan de un siglo después,
aproximadamente.
La necesidad de regar zonas más altas que el cauce de los ríos estimuló
también la evolución de la maquinaria. En Oriente se inició el uso de los
balancines (imp. conocidos en Egipto como shaduf, donde aparecen en el Reino
Nuevo), que han sido utilizados hasta la llegada en las últimas décadas de las
bombas de extracción con motor de gasóleo. Se trata de un pilar vertical junto a
un canal o estanque de agua sobre el que se dispone una viga a la que se permite
un movimiento de balanza. En un lado se cuelga un peso y en el otro un
recipiente. Con una sola mano el campesino puede hundir el recipiente en el
cauce y con un ligero golpe de mano, ayudado por el contrapeso del otro lado,
sube el agua una cierta altura, hasta un canal elevado que ha de iniciarse junto a
su cubo.
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de las pirámides, a la cantidad de piedra necesaria para pozos cilíndricos, a las masas de
tierra que era preciso extraer para la construcción de canales, y a cuestiones prácticas
similares.
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En algunos términos para designar productos de la cultura que no están
presentes entre las nuevas poblaciones y son adoptados por éstas con el nombre
que ya tenían.
El Oriente Próximo, al ser una región abierta en sus condiciones orográficas, fue
escenario de movimientos de población, migraciones y algunas invasiones externas.
El planteamiento tradicional es que los textos escritos son una fuente de información
completamente fiable sobre la lengua de estos pueblos y que los cambios lingüísticos
en la documentación escrita serían un reflejo de esa situación. Así, a través de esos
cambios podríamos definir la invasión de un pueblo externo (imp. por la entrada de
nuevas lenguas o al menos palabras) o la expansión militar de un estado (imp. por la
irradiación de su lengua documentada en archivos exteriores). Sin embargo, el cuadro
no es tan claro y las posibilidades son mucho más variadas.
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textos antiguos presentan unas características particulares y, en especial, una finalidad
de propaganda ideológica, que hay que tener en cuenta al estudiarlos pues puede
resultar engañosa.
La población no se mantuvo estable en los más de 3000 años que abarca su Historia
Antigua, pero el aumento de población fue muy lento. Para él se requiere un
incremento en las tierras de cultivo y disponibilidad de agua. Ésta es la que explica que
puedan ponerse en cultivo las primeras. En consecuencia, la roturación de tierras de
secano o, en los valles aluviales, las tareas hidráulicas, son la base para el aumento de
la población. Mientras que la primera de esas tareas puede ser obra de un solo hombre,
la segunda es competencia del grupo, de manera que es el trabajo, individual o
colectivo, el que hace posible el crecimiento demográfico. Y éste es la base para buena
parte de los cambios sociales y culturales que hacen tan significativo este periodo.
Desde esa perspectiva, las invasiones y migraciones pueden no ser tan determinantes
en la evolución de la población. Así, aunque alguna de ellas fuera significativa en el
plano político o cultural, su escasez numérica (imp. no pueden ser muy cuantiosas si
están en desplazamiento) les impide ser algo más que una influencia marginal en el
patrimonio genético. El tipo antropológico debió de absorberlas con facilidad.
Como ya se ha señalado, las poblaciones del Oriente Próximo antiguo han sido
identificadas, básicamente, a través de la lengua documentada en sus textos. La
ecuación lengua = pueblo, que la historiografía de hace unas décadas no se cuestionaba,
en la actualidad ha sido puesta en duda.
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El habla es una capacidad humana. La lengua es una creación cultural de un grupo
concreto, que es utilizada para la comunicación oral entre los miembros de ese grupo
(imp. puede ser muy amplio o muy restringido). Todos los grupos humanos han
desarrollado una lengua mediante la que se relacionan entre sí, lo que significa que ha
existido y sigue existiendo una enorme variedad de ellas. Por el contrario, la escritura
es también una creación cultural pero muy limitada en cuanto a su tipo, número y
ámbito cronológico. Frente a la lengua, puede ser común a grupos humanos que se
diferencian en el resto de sus características culturales. En el mundo antiguo se
produjo ese trasvase de sistemas de escritura desde un núcleo inventor hacia
poblaciones de lengua y cultura diferentes pero que adoptaban ese ingenioso sistema de
transcripción del discurso hablado. En ocasiones, incluso, los documentos eran
redactados en la lengua de la civilización que creó la escritura, aunque no fuera
utilizada por la población receptora (ej. la escritura silábica elamita, usada en Elam en
la primera mitad del II milenio a.e., con la que se escribe en babilónico, aunque los
elamitas no hablaban esta lengua).
Por si este cuadro no fuera ya bastante disuasorio frente a las antiguas identificaciones
de pueblo = lengua = cultura = raza, hoy rechazadas, el análisis de las lenguas del
pasado ha mostrado hasta qué punto es un elemento cultural de enorme movilidad,
mucho más que el propio elemento genético. Esa movilidad se manifiesta en un plano
cronológico, pues las lenguas se transforman y se trasladan en el espacio, sin necesidad
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de migraciones ni invasiones bélicas. Muchas de las supuestas expansiones étnicas que
tuvieron lugar en el Oriente Próximo fueron probablemente fenómenos de difusión
lingüística.
Como testimonio de la amplitud que pueden alcanzar los cambios lingüísticos y los
procesos en los que éstos se producen, véase el esquema siguiente, que reproduce con
ligeras variantes el que ha establecido C. Renfrew.
1) Colonización inicial
Se produce por la llegada de nuevos habitantes a una región deshabitada hasta ese
momento. Ej: la Baja Mesopotamia durante el VI milenio a.e.
2) Desarrollo continuo
3) Sustitución
Consiste en que la lengua hablada en una región es desplazada por otra, venida del
exterior, posiblemente de una zona vecina donde está en uso. Existen sólo unos pocos
mecanismos de desplazamiento lingüístico. Todos ellos dejan restos contrastables en
el registro arqueológico, aunque el método para identificarlos presenta más dificultades
que el procedimiento utilizado por los historiadores del siglo pasado consistente en
localizar nuevos tipos de cultura material.
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Demografía / subsistencia. Modelo de migración.
Hay que tener en cuenta que la difusión de una tecnología (imp. y su hallazgo en el
registro arqueológico) no significa necesariamente un movimiento de población. La
llegada de una nueva técnica por contacto cultural sólo se manifiesta en la incorporación
de algunos préstamos en la lengua receptora.
Los estados iniciales no tuvieron organizaciones sociales estables. Solían crecer con
rapidez y de una forma que a veces producía una hiperespecialización. El aumento de
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la población produce una inestabilidad en el sistema organizativo hasta el punto de
imposibilitar la lucha eficaz contra las adversidades naturales. En ese momento, en
lugar de diversificar de nuevo sus actividades, algunas sociedades primitivas parecen
haberlas intensificado hasta que fueron incapaces de soportar la tensión y el estado se
disgrega. Entonces, los campesinos vuelven a un modo de vida autárquico sin
desplazarse de sus aldeas, mientras que los artesanos emigran con el consiguiente
trasvase lingüístico.
La visión de los nómadas que proporcionan los documentos del Oriente Próximo
antiguo es la de grupos de bárbaros que invaden un territorio habitado por una
pacífica población sedentaria. Su codicia de la riqueza almacenada en las ciudades los
convertía en peligrosos enemigos, de manera que los conflictos que provocaban eran
siempre castigados con gran rudeza, pues suponían "una amenaza para toda la
civilización" según justifican las fuentes mesopotámicas.
Esa imagen es la que ha pasado a los primeros historiadores que trabajaron sobre
este periodo. Desde su perspectiva evolucionista, el sistema de vida sedentario sería
mucho más cómodo y productivo, pues está ligado a la agricultura y, por lo tanto, sería
la última fase de una evolución desde un nomadismo anterior. Los grupos que aún lo
practicaban en la Edad del Bronce serían los epígonos de ese modo de vida más
retrasado. Podían seguir desarrollándolo porque en Oriente Próximo el paisaje es
abierto. Los estados urbanizados presentaban grandes corredores que los separaban y a
los que no alcanzaba el poder de ninguno de ellos; de hecho, todavía en la actualidad,
sobre todo en Siria e Iraq, es posible ver esos espacios vacíos ocupados temporalmente
sólo por algunos beduinos.
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Los egipcios también son muy claros en su valoración negativa del nómada. En el
relato de Sinuhé (imp. cuento egipcio en el que un alto funcionario de la corte huye
del país y es aceptado por una tribu nómada) se presentan con una descripción muy
despreciativa. El desprecio no se debía a una causa de tipo racial (imp. el concepto de
raza en el Oriente Próximo antiguo no existía), sino porque llevaban otro tipo de vida.
El descubrimiento de los archivos del palacio de Mari cambiaría esta visión que
teníamos de los nómadas y de su presencia en la historia del Oriente Próximo. El
estudio de las cartas aparecidas en este centro entre el soberano y los grupos nómadas
de su entorno permitió a Kupper establecer que su presencia en el desierto era
permanente y que no provocaban invasiones rápidas y violentas, sino que había una
relación estrecha entre los habitantes de la ciudad y los trashumantes de las estepas.
Sólo en algunos casos habría una fase conflictiva, que se manifestaría en una
entrada lenta y progresiva de grupos que erraban por los límites de la estepa y
de las tierras cultivadas y que podrían intentar imponer sobre los campesinos
instalados en la periferia una protección temporal, luego permanente, antes de
estabilizarse. Así puede explicarse, por ejemplo, el asentamiento hebreo en
Palestina.
Su origen no es siempre ajeno a la ciudad. Los grupos desheredados de la
población, condenados en ella a la marginalidad, podían autoexcluirse de la
vida urbana, bien agrupándose en bandas de salteadores, bien uniéndose a
grupos de pastores seminómadas. Esta segunda posibilidad les permitía
mantenerse en los límites de la legalidad. Sin embargo, para los estamentos
privilegiados de las ciudades la diferencia entre ambos grupos no siempre estuvo
clara.
Los amorreos son citados ya por las fuentes hacia el 2500 a.e. para referirse a
un grupo originario de las montañas cercanas al Damasco actual, el Dyebel
Bishri, pero son escasos hasta el período de la dinastía III de Ur. La literatura
neosumeria habla de ellos como guerreros extraños, que no practican la
agricultura y que se encuadran en una organización tribal; repite la imagen
tradicional que dan los sedentarios de los nómadas. Pero coetáneamente, en
textos administrativos, son citados como granjeros y, en mayor medida, como
17
mercenarios al servicio del estado, es decir, son poblaciones que están
integradas al sistema social mesopotámico. Su asimilación se evidencia en su
capacidad, unos años después, de erigir dos dinastías: las de Isin y Larsa.
También los antepasados de Hammurapi de Babilonia y de Shamshiadad de
Asiria lo eran. Y éste último fue capaz de crear un imperio que englobaba
muchas de sus tribus nómadas.
La lista real asiria es de gran interés. Asiria podía presentar una línea
ininterrumpida de reyes autóctonos de principio a fin. No obstante, tras el
primer grupo de diecisiete reyes se dice: "total, diecisiete reyes que vivían en
tiendas". El que abre la lista, Tudiya, ha sido documentado por un tratado
comercial firmado en Ebla; y el número dieciséis, Ushpiya, vio confirmada su
existencia al hallarse su nombre en una inscripción que recoge un documento de
Salmanasar I. Estos "monarcas que vivían en tiendas" debían de ser jefes de
grupos nómadas que vivían parcialmente sedentarizados. Y eran miembros de
la ciudad de Assur.
Palmira tiene un recinto urbano inmenso, y, más exterior que éste, un sistema
defensivo paralelo que protege las tierras de labor. E. Frézouls estimaba que
muchos habitantes de Palmira aún no estaban sedentarizados completamente y
plantaban sus tiendas en estos campos, protegidos por los muros más
exteriores de la ciudad
Por otra parte, hay que tener en cuenta que a lo largo de la Edad del Bronce se ha
producido un fenómeno de urbanización y desurbanización de determinadas zonas
(imp. creación y abandono intermitente de ciudades o, al menos, desintegración de su
sistema social). Se debía a la fragilidad de las estructuras urbanas, pues se basaban
en unos recursos naturales muy limitados, integrados en un sistema de relaciones
regionales que a veces fallaba, y por último, a la estructura y la evolución interna de
estas sociedades. Por eso se llega a hablar de "urbanismo migratorio", en especial para
Palestina. El nomadismo, el sedentarismo y la urbanización eran fenómenos y procesos
intercambiables y reversibles.
18
tribu de los benjaminitas, que el Antiguo Testamento define como en parte nómadas y
en parte sedentarios. Rowton ha llegado a hablar también de “nomadismo cerrado”, es
decir, dentro de los límites de un estado sedentario.
Las relaciones son constantes entre las dos comunidades, ya sean de orden
económico o de orden militar. Los nómadas constituyen para los sedentarios una
fuente de reclutamiento de segunda clase. La Mesopotamia antigua no conoce a los
beduinos de grandes distancias, que no aparecen hasta el I milenio a.e. Son
"prebeduinos", que viven en la órbita del mundo sedentario y a veces son absorbidos
por él.
En definitiva, para el III y II milenio a.e. debemos hablar de estados dimórficos para
buena parte de aquellos de los que disponemos de suficientes fuentes escritas en la Alta
Mesopotamia y en Siria. Las sociedades con un sólo tipo de economía no existían. El
nomadismo o seminomadismo se ha originado con la especialización de actividades
económicas propias del medio urbano. El nómada es el encargado de explotar,
mediante el ganado en desplazamiento, las zonas esteparias que rodean las ciudades y
que no eran útiles para ninguna otra actividad.
19
Estas informaciones traducen un nómada de imagen muy distinta a la habitual, bajo
un aspecto pacífico. J. T. Lule estudia en la documentación de Mari la convivencia
entre ambos grupos. Los textos son explícitos. En líneas generales, la ciudad era la que
ejercía cierta violencia sobre las tribus de su entorno, al imponerles tasas,
prestaciones, servicios militares, etc. que podían ser causa de algunos conflictos, pues el
nómada no acepta con resignación (imp. y puede evitar con cierta facilidad) la
imposición de límites a su libertad individual.
El flujo de nómadas del norte del Oriente Próximo hacia el sur fue ininterrumpido.
Tenía su origen en Asia Central. Algunos grupos podían haber entrado por el Cáucaso,
como los indoeuropeos. Sin embargo, la vía más frecuente y de cronología más extensa
pasaba entre el Caspio y el desierto salino de Irán. Desde allí se llega a los Zagros, y
desde éstos se podían alcanzar el resto de las regiones orientales: hacia el sur (ej. Siria,
Mesopotamia), hacia Anatolia. En época helenística se construyó el llamado "muro de
Alejandro". Partía de las costas meridionales del mar Caspio hacia el este, con la
finalidad, si no de impedir, al menos de controlar el acceso de estas poblaciones en la
meseta irania.
20
vencer e imponerse a las estructuras sociales urbanas si éstas estaban ya debilitadas por
alguna causa externa a la propia invasión.
El estudio del pastoreo nómada es un tema difícil, pues los restos que deja su
actividad son difícilmente localizables con las actuales técnicas de prospección y
excavación arqueológicas y siempre son bastante menos sustanciales que los de los
agricultores-ganaderos sedentarios. El trabajo conjunto de arqueólogos y antropólogos
en las estepas de Asia Central ha permitido establecer un esquema evolutivo del
pastoreo en esa región que aquí se presenta, adaptado al Oriente Próximo antiguo:
21
3. Uso de carros con ruedas. El uso de carros de dos o, con más frecuencia,
cuatro ruedas se constatan arqueológicamente antes que el carro de guerra de
dos ruedas radiales. En muchos casos los animales de tiro pudieron ser équidos,
como en la Baja Mesopotamia, donde se usan onagros, pero en otras zonas
también se utilizaron los bóvidos, como es el caso de la civilización del Indo. En
todos los casos, las ruedas eran macizas.
4. Desarrollo del carro de guerra con dos ruedas radiales y tirado por
caballos. No se constata de forma fiable antes del 1800-1600 a.e. Estos carros
de guerra aparecen representados por primera vez en las estelas funerarias
micénicas del Círculo A, en torno al 1600 a.e. En Oriente Próximo se
documentan en los relieves hititas tardíos y en escenas egipcias de batalla del
siglo XIV a.e.
5. Pastoreo nómada totalmente móvil y uso militar de jinetes montados.
Resulta sorprendente que apenas exista evidencia de prácticas ecuestres hasta
mucho después de que el caballo se usara como animal para tirar del carro de
guerra. Casi todas las representaciones antiguas de la práctica de la equitación
son posteriores al 1200 a.e. La única excepción son algunos documentos
egipcios, cronológicamente, los "vasos de caballos" de Thutmosis III, una
estatua funeraria del s. XIV, con el jinete llevando un venablo, y un mensajero
en los relieves de la batalla de Qadesh (imp. comienzos siglo XIII a.e.) con un
arco, seguramente para su autodefensa en caso de necesidad; pero se trata de
jinetes en empleos periféricos, no de guerreros. La representación más antigua
de un combatiente a caballo es un arameo del siglo X a.e. Por otra parte, este uso
sólo fue posible cuando se desarrollaron razas equinas suficientemente grandes
para servir como animal de monta en acciones violentas. El desarrollo del
bocado de caballo parece haber sido una innovación fundamental para la
práctica de montar, e inicialmente no se utilizó para manejar los caballos de los
carros de guerra. Los más antiguos aparecen en las estepas algo antes del 1500
a.e.; por esta fecha se ven en el Oriente Próximo y sólo en torno a 1000 a.e. en
Europa y China. La domesticación del dromedario no está documentada hasta
el siglo XIII a.e., aunque debió de ser algo anterior. A partir del siglo X a.e.,
empiezan a mencionarse en los documentos escritos y, poco después, aparecen
en los relieves los jinetes arameos, a lomo de este animal.
6. Uso militar de la caballería pesada, con estribo. El estribo de metal ha sido
una invención tardía: China, siglo IV d.e. y no llega hasta Europa hasta el siglo
VII d.e. Posibilitó el uso de armas mucho más temibles, sobre todo la lanza,
porque ahora el jinete no se veía obligado a desmontar durante el primer impacto
de la batalla.
Pastoreo como una nueva forma de adaptación a las estepas y zonas sólo aptas
para el pasto (imp. permitiendo su explotación por primera vez).
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Pastoreo nómada totalmente móvil basado en el caballo de montar (imp.
aparece en Asia central) y en el dromedario (imp. aparece en Oriente
Próximo, posiblemente en Arabia).
Comportamiento belicoso y expansionista que solemos asociar mentalmente a
los pastores nómadas. Este comportamiento sólo se convierte en un rasgo
significativo después del 1000 a.e.
23
estacional. Los anales sargónidas los mencionan como "gentes del desierto", detallando
sus victorias sobre ellos. Los más reacios a la sedentarización fueron los nómadas
árabes. Montados sobre sus dromedarios, atacaban con rapidez las pequeñas
poblaciones sedentarias y huían sin poder ser alcanzados. El proceso de integración se
alargará durante todo el I milenio a.e. y no volverán a crear problemas hasta la
expansión del Islam.
24
Tema 4. El Concepto de Civilización. La organización política
y social de las primitivas comunidades urbanas.
1
Debe recurrirse a un material arqueológico escaso, y en ocasiones aparecido en
lugares donde no se puede iniciar una excavación (imp. en Mesopotamia es,
desde hace generaciones, casi imposible llevar a cabo la práctica
arqueológica). Se obtiene con las excavaciones, además, una información que
requiere de interpretación y explicación por parte de los historiadores.
El evolucionismo del siglo XIX implica que, para sus autores, existe un modelo
único de transformación de las sociedades humanas. La forma de transformarse es,
pues, aquella por la que han llegado los autores evolucionistas de la Europa Occidental
hasta su tiempo, organizando la transformación de las sociedades en series continuas
de más simples a más complejas.
Los primeros planteamientos acerca de las diferencias entre culturas son obras de
historiadores del siglo XVIII que vivirán en sociedades de cierto avance tecnológico o
social en relación con aquellas no europeas, con las que comerciaban y que
consideraban de desarrollo cultural inferior. Los autores de la Ilustración se
plantearán el motivo que había llevado a unas sociedades a desarrollarse más
rápidamente que otras, por lo que dan por sentado que todas podrían haberse
desarrollado igual, aunque sólo algunas habrían llegado a hacerlo. Se recurre así a
explicaciones racistas, llegando a afirmarse la existencia de razas superiores e
inferiores.
A mediados del siglo XIX, cuando ya habían surgido los primeros socialistas
utópicos, se refuerza la idea de que la sociedad occidental no evoluciona necesariamente
2
a mejor, sino que se plantea que el desarrollo tecnológico no estaba implicando una
evolución homogénea pero sí diferencias y situaciones negativas dentro de dicha
sociedad. Se considera así que, por lo tanto, su resultado no es siempre positivo.
En Europa central se produce desde comienzos del siglo XIX, por otra parte, el
surgimiento de la idea de nacionalismo para la conformación y unificación de estados
de patrón cultural y lingüístico similar. Los hermanos Grimm compararán sus
tradiciones tras recopilarlas y plasmarlas, lo que dará lugar al surgimiento del Folklore
como una disciplina digna de estudio. Con este énfasis en las tradiciones, surge también
la idea de que si existen dichas tradiciones es porque hay un espíritu común, el
espíritu de los pueblos. Numerosas obras de ya finales de siglo analizan dicho
concepto, tanto en sociedades de la época como en las antiguas de Grecia y Roma.
Una vez instalada dicha idea se iniciará el proceso de búsqueda de una cultura
material que refleje dicho espíritu común. Se potenciará la aparición de museos
locales que recogerán objetos como testimonios de la existencia de raíces culturales. Se
irá reconociendo que existen similitudes formales entre diversas áreas y, por ello, surge
un esquema que defenderá la existencia de áreas culturales divisibles (imp. que
podrán convertirse en estados o no). La cultura material y el folklore serían el
testimonio directo de esta diversidad. Se entenderá que, cuando haya similitudes, no se
deberá al desarrollo de comportamientos semejantes sino a las influencias de unos
grupos sobre otros.
- El difusionismo y el siglo XX
Plantea que, como los seres humanos estamos sometidos a repetir unos
modelos, los cambios son excepcionales y las sociedades, conservadoras. Sólo
cambian cuando se ven motivadas a hacerlo por algo más fuerte que la propia
potencia repetitiva. Así, determinados grupos producen unos desarrollos
culturales que serán observados por los demás, para ser posteriormente
considerados positivos y, por tanto, imitados.
Como inconveniente teórico, defiende que las sociedades modelo son mucho
más activas y "superiores", por lo que las otras estarán culturalmente
subordinadas. Así, se limita a aceptar la existencia de culturas inventivas o más
creativas que otras.
En el caso de la formación del estado egipcio, la teoría difusionista la
desarrollará G. Elliot Smith, un médico que estudiaba anatomía humana
y era profesor de la Universidad del Cairo a finales del siglo XIX.
Coincidirá con el descubrimiento de las momias del Reino Nuevo, por
lo que investigará los cuerpos produciendo un magnífico estudio
anatómico. Se preguntará por qué los egipcios empleaban en la
3
momificación unos determinados materiales, y supuso que éstos habían
viajado por el Mediterráneo para obtenerlos. En dicha búsqueda de
materias primas habrían entrado en contacto con los mediterráneos,
quienes les habrían "enseñado" la civilización y la forma de
comportarse. Elliot Smith no tuvo en cuenta las diferencias presentadas
por el medio (ej. el Nilo y su exclusivo modelo de agricultura).
Para Mesopotamia se desarrollará también un planteamiento ligado a la
idea de viajes.
Así, en su obra:
4
evolución es multilineal, es decir, que cada sociedad puede pasar por distintas
fases que pueden implicar adoptar modos de vida que ya han vivido esas
sociedades antes, para adaptarse mejor así a unas condiciones dinámicas.
En su artículo La revolución urbana de 1950 tratará de ejemplificar cuáles son
las características que un arqueólogo necesita encontrar en el campo para
determinar si un yacimiento pertenece a una sociedad neolítica o urbana. Si
bien no todas se concentran en una única sociedad, sí suelen presentarse en
mayor o menor medida.
1) Características primarias
2) Características secundarias
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planteamientos posteriores serán distintos a los de Childe. Intervendrá la concepción
de clase, concibiéndose que las sociedades estatales son aquellas de población dividida
en dos grandes grupos, una mayoría que produce y una minoría gerencial. El
dominio político de una minoría sobre la mayoría se justificará con la existencia de un
elemento que aunará las poblaciones, la ideología, sustento de la estratificación social
(imp. aunque ese no sea su único ámbito de actuación).
El primero de los teóricos que escribirá una obra relacionada con la formación de los
estados en Oriente Próximo fue el filósofo y politólogo K. Wittfogel, alemán que huirá
de su país en la década de 1930. Siendo materialista histórico, iniciará una crítica muy
dura contra el estalinismo.
6
órdenes dirigidas por el ámbito gerencial agrícola pasarán a ser los grupos
coercitivos de la nueva organización piramidal.
Las características de los grupos de las sociedades hidráulicas coinciden con
la descripción que K. Marx dio respecto al modo de producción de las
sociedades asiáticas.
La teoría comenzará a ser criticada a partir de 1960 (imp. si bien algunos de sus
aspectos siguen siendo valorados positivamente por ciertas escuelas historiográficas):
2) R. Carneiro
7
Plantea a partir del modelo de expansión demográfica de las poblaciones de
los Andes que, cuando la presión demográfica se hace insostenible, la única
forma de adquirir más territorio es hacerlo mediante el conflicto bélico, ya que
las zonas de cultivo que se buscan colonizar pueden estar ya pobladas por otros
grupos.
Entre vencedores y vencidos del conflicto se establecería la estratificación
social propia de las sociedades estatales.
Es cierto que cualquier sociedad crece hasta que encuentra su límite. De hecho,
el aumento demográfico coincide en paralelo con la formación de los estados, si
bien para R. Carneiro esto es anterior.
3) E. Service
E. Service comienza a escribir en 1960, pero sus obras más conocidas son de 1970 y
1980. Se presenta como un autor evolucionista, más adaptado a los planteamientos
8
ideológicos de los Estados Unidos. Comienza por hacer una crítica a los
planteamientos previos desde una perspectiva favorable a la formación de los estados: si
las sociedades antiguas no hubiesen querido que se formasen sociedades desiguales,
habrían buscado vías de escape para evitarlo. Por lo tanto, en el cálculo entre pérdida
de libertad y beneficios, estas poblaciones habrían preferido la pérdida de dicha
libertad. La evolución social de las comunidades que terminan por ser estados implica el
aumento de los grupos y a su vez un aumento demográfico de estos, que se habrían
especializado en una determinada producción. Si los grupos aumentan en tamaño, será
necesaria la incorporación de formas de integración social, como la ideología.
9
Una vez se posea un lugar con una cierta capacidad de protección donde se
intercambia mediante la actuación de ciertos individuos, el beneficio que todos
obtienen del lugar hará que se convierta en un enclave mítico del que se
obtienen riquezas. Así, se sacralizará tanto el lugar como quienes protagonizan
el intercambio. El prestigio del lugar impregnará a quien lo visite.
1. La especialización laboral.
2. El aumento demográfico para el aumento de la producción y el intercambio.
3. Una organización del espacio ligado al aumento demográfico que generará un
urbanismo incipiente.
4) Charles L. Redman
Por lo tanto, todos los aspectos se mueven al unísono y dependen del interequilibrio.
Se trata de un proceso en el que, de forma acelerada, guerra, comercio y agua se
interrelacionarán y moverán desde el inicio, por lo que no se potencia un aspecto
frente a otro.
5) Bruce Trigger
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regiones no en su proceso de formación, sino cuando ya están funcionando, todo ello
desde una perspectiva globalizadora (ej. mayas y aztecas).
Los estados orientales estaban compuestos por una población de productores (ej.
agricultores, pastores, pescadores) que estaban obligados a pagar unos tributos
recaudados por una minoría gerencial y ésta los utilizaba o bien para distribuirlos en
forma de salarios entre la población cuyo trabajo no le permitía procurarse los
alimentos por sí misma y que, de esa forma, dependían para su supervivencia del
centro de poder (imp. todo tipo de trabajadores especializados, que pueden ir desde los
artesanos a los altos funcionarios) o bien para destinarlos al comercio. Sólo desde
mediados del II milenio, y sobre todo en el I, las relaciones sociales se transforman
considerablemente como consecuencia de una evolución hacia un mayor peso de la
11
propiedad privada y de la actividad económica en beneficio personal, sin abandonar la
presencia de la redistribución desde los palacios.
El monarca
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monarcas se arrogaron, desde la fase de formación de sus estados, unas funciones
religiosas exclusivas. El poder autocrático de los reyes se derivaba de las
relaciones únicas, privilegiadas, que mantenía con los dioses, fuera cual fuera la
forma exacta que esas relaciones adquirieran. En la justificación teológica del
poder de estas formaciones sociales, él era el único capaz de hacerse entender
por las potencias sobrenaturales y, por tanto, conseguir la fertilidad y la
fecundidad sin las cuales las comunidades no podrían reproducirse (imp. estas
fuerzas que dan vida al universo son una fe común y muy intensa en todas las
comunidades neolíticas, que fueron mantenidas después por la ideología de los
primeros estados). El rey mismo era un ser casi sobrenatural que sublimaba la
labor de los trabajadores haciéndola eficaz.
13
los ejércitos y su guía en las campañas. En conclusión, poseía todos los poderes
políticos, económicos y religiosos en el seno de una estructura en la que lo
político, lo religioso y lo económico eran realidades homogéneas que no
podían separarse.
La conexión entre las necesidades del estado y sus estructuras sociales, se convierte
en generadora de rápidos progresos intelectuales en las técnicas de gestión de las
comunidades. El clero crea sistemas teológicos que justifican el carácter sobrenatural
de la monarquía y del estado. La administración actúa a través de formas de escritura
previamente desarrolladas y sistemas de archivística complejos.
Algunos autores no dudan en clasificar a los imperios del Oriente Próximo como
sociedades de clases, cuya contradicción fundamental no estribaba en la posesión o no
de los medios de producción, sino en la relación entre los campesinos dependientes y
los agentes (ej. ejército, escribas, clero) que justificaban y administraban el estado al
servicio del déspota y sus intereses. En esas circunstancias, las tareas de defensa del
estado no podían recaer sobre quienes nada poseían y ello obligaba a la creación de un
ejército de profesionales, mucho menos dinámico, socialmente hablando, es decir con
menos posibilidades de ascenso o cambio social que el que se compone con
ciudadanos en armas. Los soldados eran especialistas a tiempo completo, es decir, su
categoría social era idéntica a la de los artesanos o los escribas y eran remunerados de
idéntica manera.
14
Este ejército se ocupaba de garantizar la seguridad interior, es decir, actuaba
como policía, protegía la integridad del territorio frente a un eventual ataque
foráneo y protagonizaba las expediciones en el exterior. Solamente en caso de
necesidad acuciante se realizaban levas entre la población que de modo habitual
se dedicaba a otras actividades. De este modo participan también en la defensa
de los intereses del estado, pero lo hacían como una forma más de trabajo
forzoso. No obstante, estas levas tenían el resultado positivo de servir como
mecanismo de integración y cohesión social. En estos casos de levas forzosas el
personal permanente se convertía en una especie de cuadros de oficiales. De
ordinario esas unidades no eran muy grandes, ya que Sargón consideró digno de
mención el disponer en cualquier momento de unos 4500 hombres que recibían
el suministro del palacio a través de raciones.
Por encima de los especialistas en el uso de las armas se encontraban los
escribas, que se encargaban de todas las tareas administrativas relacionadas
con el mantenimiento de hombres y armamento y que asumían importantes
responsabilidades en las campañas exteriores, pues de ellos dependían la
intendencia y, en cierta medida, el buen resultado de la expedición. Por esa
razón eran funcionarios especializados en el ejército los que ocupaban una
buena parte de los puestos de mando. En origen, muchos habrían iniciado su
carrera administrativa sin buscar a priori esta especialización, como los demás
burócratas.
Este es el nombre que dio M. Oppenheim a los centros de poder desde los que
actuaban el rey y los grupos intermedios, es decir, templos y palacios. Las ciudades
eran asentamientos de población en los que había “grandes organizaciones”, mientras
que las aldeas carecían de ellas. Ellas eran la manifestación física del estado. El
nombre con que se designaba a ambas era idéntico. En sumerio e significaba tanto la
casa del rey (ej. e-gal, casa grande) como la del dios (ej. E-kur, templo de Enlil en
Nippur; E-sagila, templo de Marduk en Babilonia); en egipcio, hwt designaba tanto el
templo (ej. hwt-ntr) como las tierras agrícolas de un alto funcionario, en las que se
hallaba con frecuencia su residencia.
La diferencia entre ambas, evidentemente, es que el templo era la casa del dios
y en ella se realizaban, primero que nada, actividades de culto; a ella acudían los
representantes de la comunidad ante los dioses para rendirles culto con cierta
15
periodicidad (ej. a diario, en las grandes fiestas). El palacio era la residencia
del jefe humano.
Las similitudes radican en que ambas organizaciones tenían oficinas y
archivos, pues en ambas los escribas llevaban actividades administrativas;
almacenes, pues en ambas se acumulaban los excedentes en los que se basaba el
sistema redistributivo; y talleres de todo tipo, pues en torno a ambas se
realizaban actividades artesanales.
Este sistema que para nosotros es de explotación, era presentado a la población como
un sistema de equilibrio, de intercambio, donde los individuos o las colectividades
devolvían al soberano la contrapartida de los dones sobrenaturales de los que suponían
que él les colmaba. Desobedecer las órdenes del rey era, obviamente, cuestionar el
orden del mundo y todo crimen de lesa majestad era, de hecho, un crimen de lesa
16
divinidad. El mismo término se utilizaba para designar la justicia (imp. impartida por
el rey) y el orden del universo, que eran, en consecuencia, idénticos.
Este dominio ideológico daba al sistema una fuerza y una coherencia temibles. En
definitiva, eran sociedades fundadas sobre la realidad de una dura y metódica
explotación por parte del poder. Éste no permitía la más mínima rebelión; si la
ideología no era suficiente, se recurría a la violencia. La única salida para los que
estuvieran descontentos era la huida; en Egipto, al desierto, pero la familia del que huía
sufría las consecuencias en forma de apaleamientos y cárcel; en Mesopotamia, mediante
el paso a la vida nómada o seminómada.
La esclavitud
Existían términos que pueden traducirse como “servidor” o “esclavo”, pero no tenían
necesariamente una carga peyorativa, pues los propios reyes los usaban para definirse
a sí mismos frente a los dioses. Con esta palabra se designaba una situación social muy
diferente de unos periodos a otros. Los esclavos podían pertenecer a individuos o a
templos. Su número era reducido. Nunca quedaban abandonados a los deseos de su
señor, sin derechos personales. Y, desde luego, no se debe a ellos la construcción de los
grandes monumentos de estas civilizaciones; si hacía falta una mano de obra extra
para los grandes trabajos, ya se ha visto, se recurría a los campesinos.
La principal fuente de servidores o esclavos eran las guerras, pero también se podía
caer en la servidumbre temporal por impago de deudas. En general, la situación era
diferente para unos y otros; los prisioneros tendían a tener un destino peor que los
deudores, más ligado a centros estatales que a espacios domésticos, y los segundos
tenían, al menso en teoría, un término temporal fijado a su situación de esclavos:
cuando quedaba satisfecho el monto de su deuda mediante su trabajo.
17
puede empezar a hablar con más propiedad de esclavos estatales, como en las
sociedades posteriores de Grecia y Roma. Pero aún así su situación no era tan
negativa como en estas civilizaciones: bastantes hebreos deportados a Babilonia
no volvieron cuando fueron liberados, pues habían prosperado económicamente
No sabemos nada de revueltas o sublevaciones de esclavos.
La propiedad de la tierra
a) Una parte sigue siendo propiedad de las familias "libres", de las aldeas.
b) El resto pertenece al templo o al palacio, según dos modalidades diferentes:
b.1) Grandes haciendas agrícolas públicas, que se gestionan directamente por la
organización con mano de obra servil. El producto se destina al mantenimiento tanto de la corte
como del templo y los cultos.
b.2) Parcelas de menor tamaño, asignadas en usufructo a los dependientes de la gran
organización a cambio de sus servicios. El tamaño depende del status del individuo.
Para las grandes organizaciones, cada tipo de tierra supone una manera distinta de
obtener beneficios:
De a: un porcentaje del producto de la tierra, pagado como tributo, que según los
autores puede ser muy elevado o no tanto.
De b.1: la totalidad del producto de las tierras explotadas directamente,
descontando lo necesario para la siembra del año siguiente y lo que se dejaba al
campesino-siervo para su mantenimiento y el de su familia, así como para los
animales de tiro.
De b.2: servicios especializados.
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con presencia humana más dispersa, característica de los alrededores de las ciudades
y de los terrenos recién acondicionados. El resultado fue una paulatina marginación de
las aldeas durante el III milenio a.e., pues no hay que olvidar su obligación de prestar
servicios adicionales.
La economía
La moneda (imp. es decir, un bloque de metal con dos cuños que mencionan
respectivamente su valor y qué autoridad lo refrenda) se inventó en la periferia
de Oriente, en Lidia, en torno al 600 a.e., de manera que sólo se introduce en la
economía oriental en las décadas previas a su conquista por Alejandro Magno y
con un uso muy limitado. No obstante, el sistema empleado era casi
premonetal. Se utilizaban piezas de metal, ya fuera cobre, bronce o plata, que
en Egipto se fundían en forma de anillos. Servían como unidad de cambio, pero
era necesario pesarlas cada vez; para evitar fraudes había todo un sistema
burocrático de control de las pesas. El peso estandarizado de un metal servía
como base de cálculo, pero no entendieron nunca el metal como un medio de
almacenar riqueza o de transportarla; se valoraba por los objetos que se podían
hacer con él. En Mesopotamia, para el intercambio y como base de cálculo, se
utilizaron cereales y ovejas durante el III milenio hasta las últimas décadas en
que se introdujeron los metales, sobre todo cobre y plata, para ese fin. No
obstante, la propia legislación acepta que cualquier pago puede hacerse en metal
o en especie.
En el intercambio se buscaba la paridad. No se trataba de trueque. Cada parte
ofrecía algo de valor igual a aquello que deseaba obtener y se sumaban objetos
de menor valor hasta alcanzar la cantidad que igualara el cambio. Éste era sólo
un medio de obtener un artículo de consumo o un servicio. Nunca lo
consideraron una forma de conseguir un beneficio económico mediante una
diferencia que permitiera acumulación de riqueza, aunque es evidente que se
obtiene un producto que se valora o necesita más que aquel que se entrega, en
19
especial en el intercambio con el exterior. Tras el acuerdo, se establecía un
documento con el valor y los términos que se habían pactado.
Los precios se basaban en la tradición y en el trabajo que costase realizar u
obtener el producto.
La única forma posible de enriquecerse consistía en introducirse en el servicio
real o de los templos. Ninguno de los que alcanzaron una situación social
prominente manifestó que hubiera un modo distinto de hacerlo que una buena
posición en el estado y sus remuneraciones correspondientes.
Se supone, más que conocerse, la existencia de pequeños mercados. Podían
ubicarse en plazas públicas o junto a los ríos. En ellos no parecen intervenir
más que productos que cubren las necesidades básicas. En las escasas
representaciones egipcias no parece poder reconocerse más que alimentos; tal
vez eran una forma de crear una cierta variedad en la dieta doméstica.
Por el contrario, el intercambio internacional era un elemento fundamental de
la vida de estos estados. A través de él se obtenían los metales indispensables,
pues el bronce era una de las bases de su cultura material, y objetos exóticos de
puro prestigio, imprescindibles al menos ideológicamente para la imagen de
poder del monarca y los suyos. La obtención de ambos tipos de producto era tan
importante que, si no podían obtenerse por comercio, se recurrirá a las
expediciones militares, con saqueo o imposición de tributos.
Otro medio de obtener materias imprescindibles era mediante los regalos; como
básicamente sólo podía funcionar entre cortes, se ha denominado comercio
diplomático. Se basa en el principio de que la circulación de un objeto de un
individuo a otro establece una relación social entre ellos y compromete a uno
con respecto al otro. Lo esencial era la relación misma, de manera que el regalo
podía ser de naturaleza no económica, sólo un medio. No obstante, lo más
frecuente en Oriente Próximo era que se “regalara” aquello de los que se tenía
en abundancia y faltaba en otros lugares, con la esperanza de recibir los
productos de los que se carecía.
20
Tema 5, I. El Calcolítico en Mesopotamia.
1
El movimiento de los grupos sociales por distintos nichos ecológicos, que
permiten el ensayo de nuevas formas de producción.
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• El Neolítico de la Alta Mesopotamia y las zonas habitadas del
Oriente Próximo
En la Alta Mesopotamia el Neolítico Pleno se desarrolla en varias fases no marcadas
por hitos cronológicos, sino que se trata de áreas culturales diversas que se encuentran
enmarcadas dentro de una tecnología neolítica.
Umm Dabaghiya (6000 – 5000 a.e.). Al sur de Yébel Sinyar. Con ella se
documenta la cerámica en la zona por primera vez, cuya tipología se seguirá
utilizando con posterioridad. Su decoración es llamativa, con espigas que
representan el trenzado de fibras vegetales. Se documenta además la presencia
de hornos. Predomina la actividad cinegética frente a la agricultura o la
ganadería, debido a la aridez del entorno.
Hassuna (5500 – 5000 a.e.). Entre Yébel Sinyar y el Tigris. Es contemporánea a
la primera fase de Samarra y de la primera fase de Halaf, para acabar absorbida
por esta última en sus fases media y tardía. Los núcleos habitados continúan la
tipología de Umm Dabaghiya.
Samarra (5600 – 4800 a.e.).
Probablemente, la fase más llamativa y
relevante por sus numerosas innovaciones
culturales. Desarrolla una cerámica
decorada muy llamativa de alta calidad. En
medio milenio aumenta de manera
considerable la capacidad de cocer la
cerámica. Los motivos decorativos, en
círculo, se relacionan con cultos solares
que implican probablemente una relación
entre la producción de la naturaleza y el Sol.
Se representan también animales y seres
humanos.
Halaf (5600 – 4500 a.e.). Desarrolla una cerámica de decoración geométrica de
alta calidad, debido a que la única actividad en la que se centra el artesanado
es esta producción. En el resto de la historia de Oriente Próximo no volverá a
producirse una cerámica de tan alta calidad como la neolítica de Halaf, pues se
le incorporan, incluso, materias primas de prestigio. La cerámica de uso
común, por otra parte, presenta una calidad buena y adecuada a las funciones
cotidianas.
La región del Elam comienza también a poblarse, con la fase cultural Arcaica
de Susa, con tecnología neolítica. Se emplazan en la zona más baja de los
Zagros, cerca de las áreas aluviales.
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Al final del período se documenta la aparición de santuarios separados de los
espacios domésticos, una aparente innovación en la Alta Mesopotamia.
La cerámica parece indicar la posibilidad de que los individuos portasen
tatuajes o escarificaciones. Al mismo tiempo, en los enterramientos no se
observan diferencias sociales en función del ajuar. Parece haber un reparto
relativamente homogéneo de la producción y de los bienes de consumo, por lo
que a partir del registro arqueológico no puede identificarse una hipotética
diferenciación social.
En el ámbito económico:
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En el Calcolítico serán los lugares que demandan la materia prima los que se
desplacen en su busca a las áreas productoras. Radica aquí una de las
importantes diferencias en la creación del Estado por la complejidad del sistema
social, que permite enviar a grandes distancias poblaciones con la finalidad de
captar materias primas.
Ámbito simbólico:
En la fase Obeid I (ca. 5200 a.e.), si bien era una cultura portadora de una
agricultura sedentaria que conocía la irrigación, tuvo que recurrir a la pesca
como primera forma de subsistencia. En algún yacimiento ésta suponía el 70%
de la alimentación. Cuando comienzan a ser capaces de controlar la irrigación
y la desecación de campos agrícolas con la retirada de las aguas a las zonas
periféricas, inician la práctica de una agricultura de mayor intensidad. Sin
embargo, a partir de los infrarrojos se identifican la presencia de canales que,
por prospección, permitieron determinar la existencia de granjas con cerámica
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de la fase neolítica inicial, por lo que se regaban campos que sustentaban la
supervivencia de familias de dicha fase.
En Eridu (ca. 5000 a.e.), prototipo de yacimiento (imp. que no puede ser el más
antiguo porque está más al sur), se excavan todas las fases del santuario,
correspondiendo los estratos más bajos con la fase cultural neolítica. Se trata de un
edificio muy pequeño, comunitario, donde el culto se hace en un espacio distinto. Para
ello se encuentra un altar frente a la puerta, que no impide la visión del lugar de
ofrendas, y con un pequeño espacio para probablemente representar la divinidad. Se
encuentran en línea la puerta, el altar y la divinidad, y desde el exterior se puede
observar lo del interior sin ningún impedimento. No existe ningún tipo de barrera, por
tanto, en la comunicación entre los fieles y la divinidad. Ésta divinidad se representa
mediante figuras femeninas con cabeza de reptil, probablemente debido a la variación
en el marco mitológico donde los reptiles alcanzan un papel relevante.
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- La Alta Mesopotamia
- La Baja Mesopotamia
1) Obeid III y IV
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que requerían de un espacio concreto. Las ofrendas también necesitaban ser guardadas,
es decir, que no eran perecederas sino objetos manufacturados que van en paralelo a la
aparición de un artesanado que elabora objetos rituales, de valor añadido específico.
Con el tránsito entre las fases III y IV el santuario deja de estar a la altura de la
calle, pues se encuentra encima de una terraza y se accede a él a través de una escalera
monumental. Las actividades rituales ya no son visibles, pues hay que pasar al interior
para asistir a las ceremonias. El complejo ritual incluye algún tipo de actividades de
carácter “secreto”, pues probablemente existía algún tipo de limpieza requerida o rito
de paso que hiciera que quienes entrasen estuviesen en una situación distinta. De alguna
manera, se está impidiendo que todo el mundo pueda pasar. Si esto se da en el
santuario, se entiende que la sociedad se está volviendo mucho más compleja, pues es
en el contexto sagrado donde mejor se focaliza esta complicación. La
ceremonialización parece llevarse a cabo ligada a este templo, ya que no se han
encontrado otros grandes edificios.
Se asiste también a una aparición de objetos para la vida cotidiana elaborados desde
un taller central. En las fases finales del Obeid, por ejemplo, surgen hoces de arcilla
para la siega del cereal, por lo que la recolección se hace con un instrumento cuya
manufactura está centralizada. La vida cotidiana también pasa pues por cierta
centralización. Asimismo, surgen individuos que organizan las actividades de
elaboración de instrumentos y las tareas agrícolas, un grupo que, desde el ámbito
religioso, está organizando la sociedad (imp. un milenio después, el acceso de los
primeros sacerdotes al templo de Uruk se hará por sorteo). Además, la sociedad
produce lo suficiente como para que una parte de la producción se amortice en objetos
rituales, pues se ha superado el umbral de la subsistencia, y surge la producción en
serie.
Desde el inicio del Obeid IV los santuarios empiezan a construirse sobre terrazas de
acceso por vías laterales. El acceso se hace por una rampa de contacto directo del suelo
a la puerta del santuario. Posteriormente se hacen más altas, puesto que los santuarios se
construyen sobre santuarios anteriores, tanto por sacralidad como para aprovechar la
base por la visibilidad.
2) Fase Uruk
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del paisaje (imp. previamente se cultivaba con palos de cavar). Con el requerimiento
de la regulación de los campos de cultivo, que se buscan cada vez más largos, se
sistematiza el paisaje agrario de Mesopotamia con campos longitudinales
perpendiculares a los canales. Los campos cultivados con arado son más fértiles, porque
se da la vuelta a la tierra y la hierba, y los desechos del cultivo anterior actúan como
fertilizantes, lo que hará poco necesario el barbecho. Si no hay periodos de barbecho
se potencia la ocupación del suelo, los individuos se sedentarizan y permite el
aumento de la población porque los campos no se abandonan. Por eso, en pocos
milenios, la Baja Mesopotamia tendrá mucha más población que cualquiera de las áreas
circundantes.
En Uruk, los santuarios tienen rampas laterales para acceder a ellos. Los altares
interiores no están en el eje de las puertas y, desde el exterior, aunque se viese el interior
del santuario (imp. con puertas decoradas), las ceremonias ya no pueden verse. El
grupo social que organiza la sociedad desde los santuarios convierte el acceso a la
divinidad en un privilegio que justifica su dominio sobre el resto de la sociedad. Los
santuarios se decoran de forma novedosa, con conos de arcilla que se introducen en los
muros para hacerlos más vistosos. Pueden tener decoración o no, lo que funciona como
elemento clave para la identificación de las colonias Uruk. Además, se asiste a la
aparición de más de un santuario
en el mismo lugar. En Uruk, en
una región que se denominará
Eanna, se encuentran, al mismo
tiempo, cuatro santuarios, lo que
supone que en las ciudades hay
más de una divinidad con
personalidades diferenciadas.
Aparecen además artesanos
especializados. La sociedad se va
dividiendo por oficios al igual que
el panteón, aunque esto parece
posterior.
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Alrededor del 3300 a.e., durante la fase IV,
hace su aparición la escritura. Los precedentes
de la escritura están en todo Oriente Próximo,
pues desde el Neolítico se conocen una serie de
fichas en espacios domésticos que
probablemente estarían en bolsas de cuero o
bolsas trenzadas para contabilizar la actividad
doméstica. La aparición de los calculii va
ligado al descubrimiento de los sellos, también
neolíticos. Desde la fase Uruk, el uso de
calculii y sellos se sistematiza de una forma: se elabora una bula donde se introducen
los calculii y, al cerrarlos, se añade un sello cilíndrico para identificar, probablemente,
quién ha hecho la entrega. Va paralelo a la entrega de cereales en el lugar de
redistribución. Posteriormente se marcarán en el exterior (imp. pues para poder
sacar los calculii previamente había que romper la bula), y a posteriori se apuntarán
los calculii en el exterior de la bula sin meterlos, por lo que éstas dejarán de ser
huecas. Ello llevará a dibujar directamente en el exterior lo que se estaba pagando.
Así, en un plazo muy corto de diversas generaciones, aparecen las tablillas escritas
que indican quién es la persona que paga, qué paga y la cantidad. Con estas tablillas de
contabilidad se comienza a generalizar la forma de escribir.
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En algunos casos, los asentamientos Uruk se superponen a otros anteriores, de
carácter local. Es lo que sucede en Susa, donde la presencia Uruk Tardío irrumpe en la
secuencia local, superponiéndose a las culturas anteriores para dar paso a la posterior
cultura protoelamita. En otros casos, como en el Éufrates medio, da la impresión de
que las colonias surgen en parajes que antes no estaban poblados, y que de pronto se
ven convertidos en centros urbanos, con toda la complejidad del desarrollo urbanístico
y cultural, trasplantado en plena madurez desde otros lugares. Los casos más llamativos
son Habuba Kebira y Yebel ‘Aruda. El primer yacimiento es una ciudad amurallada
que se extiende a orillas del Éufrates, con un barrio sagrado cerca del extremo sur y un
tejido urbano muy compacto en el resto del asentamiento. Parece responder a una
planificación homogénea, y posee una cultura material y administrativa (ej. cerámica,
sellos, tablillas numéricas y cretulae con contraseñas) que procede directamente del
ámbito bajomesopotámico. Yebel ‘Aruda se encuentra un poco más al norte, sobre un
cerro que domina el valle, y es sobre todo un centro cultural, con varios templos
concentrados en el área sagradas de plantas que repiten las de la Baja Mesopotamia.
Por lo que parece, las colonias Uruk Tardío se propagaron sobre todo con fines
comerciales. Si tenemos en cuenta la distribución de las materias primas y el radio de
distancia permitido por el sistema de transporte, parece claro que estas avanzadillas de
Uruk, unidas al centro por vía fluvial, permiten acceder fácilmente a las zonas de
origen de la madera, los metales y las piedras duras que se necesitan en la Baja
Mesopotamia. En estas colonias se instalan núcleos de población que proceden
directamente del sur, pero entendiendo este sur como Uruk, concretamente. Tampoco
es fácil decidir si la relación política que se instauró era de dependencia directa o
presentaba formas de integración autónoma en un sistema económico interregional más
amplio. La aparición y el desmoronamiento, bastante súbitos los dos, del sistema
colonial Uruk Tardío hacen pensar que en su organización y mantenimiento intervino
una estrategia política consciente.
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Mesopotamia corresponden a un momento en que el sistema comercial y colonial ya se
había hundido, marcando por tanto una tendencia al retroceso. Por otra parte, y más allá
de la zona de difusión de la cultura Uruk, el fenómeno de la primera urbanización
aparece en culturas maduras del Calcolítico Tardío de Siria, Anatolia e Irán, una
penetración que asume dos aspectos distintos: la presencia de pequeñas avanzadillas
comerciales de Uruk en territorio culturalmente indígena y, por otro, centros indígenas
que se dan una organización urbana al relacionarse con Uruk.
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Tema 5, II. El Calcolítico en Egipto.
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creación de un estado perfecto. Hoy se entiende que es un proceso muy largo, que no
se produce por la lucha de dos estados simbolizados por dos dioses. Las condiciones del
Delta no permitían sustentar una realeza ni una estructura estatal. Hasta donde hoy se
reconstruye, parece que el proceso debió suceder en el Alto Egipto, donde existieron
varios estados en el proceso de formación del estado egipcio, protorreinos. No se
posee documentación escrita que lo testimonie, pero probablemente dos de ellos
alcanzan hegemonía hasta formar un estado único (imp. se desconoce si intervino la
fuerza).
El proceso dura varios siglos, pero, aun así, es mucho más rápido que en
Mesopotamia. Se pasa de situación de pastores neolíticos a una sociedad compleja
unificada en un solo estado en un período más rápido, de entre 400 y 500 años. Hay
relativamente pocos yacimientos, y la información procede de menos de una decena. En
los últimos años se está trabajando en otros que, tras prospecciones y ensayos, se han
entendido como yacimientos que pueden ampliar la perspectiva.
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Esta situación se complementa con la información de Nekhen o Hieracómpolis. A
partir de 1960 se empezarán a estudiar técnicas novedosas en este yacimiento, donde no
hubo apenas ocupación posterior. En 1970, todo el wadi fue comprado por el servicio
de antigüedades egipcio para que nadie pudiese establecerse en él, pues había sido el
lugar de formación de uno de los primeros reinos egipcios y de su primera capital, y
en él se puede analizar fielmente el proceso del tránsito de una sociedad neolítica-
ganadera a una estatalizada en el valle del Nilo, con base agrícola. Las prospecciones
se inician en la zona porque años antes se había descubierto en el templo sus estratos
más antiguos, correspondientes a las primeras dinastías, y un enorme depósito de
material con muchísimos objetos fechados desde el Predinástico hasta la Dinastía
VI, regalos de los primeros reyes egipcios a dicho santuario, lo que aporta importante
información acerca de la transformación de la realeza. A partir de ahí se analizará todo
el yacimiento, desde el wadi hasta la ciudad.
El proceso consiste el paso de un hábitat muy diseminado en el wadi a uno cada vez
más concentrado en la desembocadura junto al Nilo, donde se concentrará la población
una vez concluidas las fases previas. Para las culturas predinásticas, el valle no es un
simple lugar de habitación, y, al final del proceso, con la existencia de sociedad
estratificada, se creará la ciudad de Nekhen. A ello se suma la información obtenida de
la necrópolis de Abidos, que se excava por primera vez en el siglo XIX y
posteriormente a comienzos del siglo XX y en la década de 1990, arrojando resultados
impactantes.
Esta información se complementa con los datos obtenidos de otros yacimientos. Con
el crecimiento del Cairo, se excavan Omari, Maadi y otros enclaves. El Delta es una
zona problemática que, aunque crece constantemente, los yacimientos tienen una
potencia muy débil debido a la cercanía de la capa freática, lo que distorsiona la
información que tienen los arqueólogos. En el Delta apenas se puede excavar por
razones metodológicas porque la potencia estratigráfica oscila entre los 30 y los 40
cm, lo que oscurece la posible historia del Delta. Sin embargo, en la última década, el
estudio Predinástico se ha impulsado y se está obteniendo información de yacimientos
que permiten ampliar la perspectiva.
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concentrando en aéreas determinadas. Pero también las nuevas tecnologías pudieron
enfatizar el proceso de concentración social, independientemente de que se produjo en
un desarrollo de la desertización que duró siglos. Sin duda, aumentará la densidad de
población en zonas más concretas y limitadas, y los historiadores sociales enfatizan
más en este factor que en el climático. Además, en este período existía un ganado
trashumante que podía circular por zonas de estepa que hoy son desierto, y los
cereales eran distintos a los actuales, predominando el mijo y sorgo.
- El Neolítico egipcio
Además, en el propio Valle del Nilo se encuentran necrópolis usadas generación tras
generación que testimonian que, aunque no haya lugar de hábitat permanente, sí existe
un marcador territorial como espacio que identifica a la comunidad y el territorio en
el que pastan estas comunidades.
1) El Bajo Egipto
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revestidos de cestería que constituyen espacios de almacenamiento muy cuidados. Su
material encontrado alrededor es variado, siendo en su mayoría elementos de caza,
como arpones en hueso y madera (imp. pues la economía de estas poblaciones tiene un
componente de marisqueo y pesca significativo junto a la caza y la ganadería). Si se
halla el área de almacenamiento se entiende, por tanto, que ahí se guardan bienes para
el paso periódico del grupo, y uno de los elementos que corrobora esta situación es que
el número de elementos de arcilla no es muy elevado, pero sí lo es la presencia de
elementos trenzados con fibras vegetales de sencillo transporte.
Por otra parte, si hubo asentamientos en el propio Valle del Nilo, las inundaciones,
probablemente, se han llevado su rastro. El primer núcleo de asentamiento identificado
hasta la fecha y de carácter permanente es Merimde, que se encuentra en el área del
desierto colindante con el Delta, en la zona alta y fuera del alcance de las aguas. Se ha
podido hallar en él una serie de casas circulares excavadas en el suelo, a las que se
accede a través de un tipo de vano en el muro con una serie de huesos animal (imp. en
algunas casas hay huesos de hipopótamo que forman escalones clavados en la pared).
Su profundidad no es muy alta, alcanzando el medio metro. Una parte de las casas
estaba probablemente construida con tapial y algún tipo de cubierta con tronco, caña
o fibras vegetales. Son muy pequeñas y parece improbable que pudiese habitar una
familia numerosa. También existen líneas de troncos o maderas no muy anchas que
forman vallas, y algunas de las casas parecen estar en torno a una vía de comunicación,
lo que evidencia a su vez cierta estructuración. Algunos autores plantean la posibilidad
de que las viviendas fuesen para grupos polígamos (imp. por comparación
etnográfica) y que en cada casa viviese una mujer con sus hijos, pudiendo funcionar las
vallas como el hábitat de un grupo familiar y su ganado correspondiente. En torno a las
casas hay agujeros en el suelo, como zona de almacenamiento.
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calcolíticas, no neolíticas. La de Merimde parece una cabeza masculina, con orificios
que podrían haber tenido fibras vegetales. También se hallan recipientes de piedra que
diferencian el Neolítico Norte del Sur.
2) El Alto Egipto
El Neolítico termina en torno al 4000 a.e. en la zona del Alto Egipto, con pocos
yacimientos que puedan estudiarse. Algo evidente al plasmarlos en un plano es que
están concentrados en torno a la curva del Nilo, en la zona de El-Badari y entre El
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Fayum y la zona media del Delta, dejando la zona media sin apenas yacimientos. Para
estudiar la fase posterior, Naqada I (4000 – 3800 a.e.), nos basamos en la
transformación de la sociedad a partir de la documentación de Nekhen. La necrópolis
de Naqada, por su material arqueológico, y el wadi de Nekhen, son los dos elementos
que permiten hacer la reconstrucción histórica de esos mil años que se extrapolan al
resto de yacimientos egipcios.
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En el ámbito religioso, parece haber continuidad respecto al período anterior.
pero es mucho más significativa la aparición de figuras masculinas, lo que
indica una mayor complejidad. Se representa a individuos con prestigio,
probablemente al varón tradicional, la pareja mitológica de las figuras
femeninas. También se representan señores con barba en hueso o en piedra.
En definitiva, la sociedad se vuelve más compleja.
Aparecen además elementos aislados que parecen portar un significado que puede
llegar a ser leído posteriormente. También se hallan paletas médicas, de función
protectora, para oscurecer el ojo con minerales mezclados con grasa para protegerlos
frente al sol. En estas paletas, además, se representan escorpiones y elefantes.
2) El Bajo Egipto
Las casas presentan la forma característica de las del III milenio en el Bajo Egipto.
En el Alto Egipto son de postes y trenzados vegetales o de cuero, mientras que en el
Bajo Egipto las casas están hundidas en el terreno. Las casas de Maadi están aún más
hundidas que las de Merimde, pero no las alcanza la inundación del Nilo. Tienen
además un corredor de descenso que desemboca en una cámara. Otras son más
complejas, de mayor espacio de habitación y con un corredor más pequeño y más
inclinado, organizado para que quede cubierto con tres columnas de madera que
sujetan vigas y el conjunto del techo. Se trata de una arquitectura relativamente
cuidada y compleja. Presentan agujeros para sostener recipientes en el interior, y en
el exterior del espacio doméstico se hallan recipientes para almacenamiento con pie.
En esta fase, paralela a la de Uruk, se hace más evidente la aparición del estado en
una fase crítica. La información de la necrópolis de Naqada permite conocer la
existencia de un ajuar más variado que en el periodo anterior, y los enterramientos son
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un tanto distintos, pues existen sectores que diferencian aparentemente grupos dentro
de la sociedad, aunque el ajuar es relativamente homogéneo. Por otra parte, si en
Naqada I las diferencias de la iconografía implicaban estructuración social, esto no se
percibe en el registro funerario de Naqada II y su ajuar.
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elaboran con una técnica específica, pues hay que calentar el sílex, que debe
ser laminar, y desarrollar seis pasos distintos en la cadena productiva para
obtenerlos. En una de sus caras son lisos y pulidos, y en la otra presentan
ondas elaboradas con talla blanda. Se enmangaban con marfil.
Las paletas se vuelven más complejas, y adquieren formas de animales como
peces o tortugas. Algunas son excepcionales, y presentan ya la representación
del cielo como una vaca (imp. algo que continuará vigente), así como trampas
para hacer pescado.
Aquí, por tanto, debe hablarse ya de la existencia de una economía
redistributiva, porque estos artesanos no pueden emplear su tiempo en
producir alimentos.
HK6
- La tumba T24 alberga a una elefanta y una serie de huecos que implicaban la
existencia de postes de madera que rodearían la tumba, probablemente un
pequeño edificio de madera.
- La T23 es la principal, y alberga a una vaca y su cría. Hay además un recinto
para otros animales al norte, con monos, uros, perros y toros.
En HK6 se halla un universo animal que coincide con los animales representados en
las cerámicas, animales de valor excepcional. Además, posteriormente los dioses
egipcios serán representados con cuerpo humano y cabeza de animal (ej. león, vaca,
toro, serpiente, carnero), creándose una ideología que ya florece desde Naqada II.
Además, se encuentran instrumentos de sílex esculpidos con formas de animales.
Todo ello, probablemente, se emplazaba allí para un individuo que requería un especial
tránsito al más allá, que probablemente vivió a mediados de la fase de Naqada II. Para
entonces, el resto de las tumbas tenían ajuar, lo que significa que había un individuo
por encima de los demás, pero todos podían poseer bienes para enterrarse con ellos.
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HK29
Se han excavado cuatro fosas circulares con 1 metro de anchura. Cerca, se han
encontrado lasquitas de madera de cedro de Líbano, lo que indica que se hacen llegar
troncos de cedro de Líbano para crear la puerta monumental de este templo y que, por
tanto, producen los suficientes excedentes como poder importar esta madera. La
entrada desde el exterior al patio central está coronada con cuatro postes que, por la
anchura, si se aplican las proporciones de otros templos, tendrían 13 metros de altura. A
lado de HK29 A se halla un círculo de postes del que se desconoce su sentido, pero que
podría tener carácter ceremonial. Todo el complejo se encuentra rodeado por una valla
que se renovó varias veces. Se desarrolla, sin duda, una arquitectura compleja y muy
cuidada.
Producción material
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1. Al igual que los mesopotámicos navegaban a Barhein para comerciar con la
zona de los Emiratos, algunos autores plantean que circunnavegarían la
Península arábiga llegando al wadi Hammamat.
2. Por el comercio desde Siria, pudiendo haber una posible colonia Uruk en
Buto según determinados autores.
En la actualidad, se entiende que hacia mediados del IV milenio (ca. 3500 – 3400
a.e.), con Naqada II, se forman en Egipto varios protorreinos, como mínimo tres, pues
hallamos tres lugares coetáneos que albergan elementos de prestigio: Nekhen con HK6
Y KHK29, la necrópolis de Naqada y la necrópolis de Abidos, cuyas tumbas aumentan
en complejidad. Más al sur, por debajo de la primera catarata, se desarrollan en Safaga
y Qustul unas tumbas de ajuar impresionante que, aunque son algo posteriores,
parecen responder a protorreinos consolidados.
Por tanto, el proceso de unificación que antes se interpretaba en clave bélica hoy se
entiende como un proceso económico largo, que se inicia en el 3400 a.e. con la
creación de colonias y con la posterior anexión del territorio controlado por las
colonias. Alrededor de Naqada II C e inicios de Naqada III (ca. 3300 a.e.) tiene lugar
la aparición de signos o símbolos de representaciones de una divinidad que está encima
de un templo, Atón. En Egipto los palacios del Predinástico representarán el poder
terrenal del palacio con su puerta monumental y sus entrantes y salientes de adobe.
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• El desarrollo de Naqada III (3300 – 3050 a.e.)
En Naqada III, por tanto, existe ya un estado unificado que desarrolla una serie de
características:
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predomina la divinidad. Generaciones después se empleará el signo para escribir
el nombre del rey.
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Se halla también un objeto que posteriormente los reyes egipcios portarán en sus
manos, identificado con el signo jeroglífico hqa, autoridad. Esculpido en marfil, será
para la posteridad el emblema de los dioses. Además, la tumba real testimonia el
comercio a larga distancia, pues se halla un conjunto de recipientes para vino o aceite
palestino. La cantidad es enorme, lo que testimonia la capacidad de comercio de
Palestina explotado a través de las colonias del Delta. Si esto puede amortizarse en un
enterramiento, probablemente se consumiría un mayor volumen.
La Dinastía 0 será una dinastía real en sentido pleno, que controlará el Alto Egipto
y, al menos económicamente, el Delta, como puede entreverse por las colonias y los
testimonios de comercio. El control político es difícil de establecer, pero posiblemente
estaba en un límite cercano. Los monarcas utilizarán, además, una iconografía
parcialmente tomada de Mesopotamia que a su vez reproduce las tradiciones
autóctonas. La nueva situación social se manifiesta en el registro material, y se
representan imágenes del caos y el descontrol con la presencia de representantes del
control, los monarcas, que permiten el restablecimiento del orden.
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están en el palacio de monarca para manifestar su capacidad de acumular bienes, o se
entregan a los dioses (imp. una parte se encuentra en un depósito en el templo de
Nekhen, donado por monarcas que rendían culto al Horus de Nekhen) haciendo un
regalo descomunal y excepcional.
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Tema 6. El Bronce Antiguo (III milenio a.e.).
1) Baja Mesopotamia
Jemdet Nasr. Surgen edificios de grandes dimensiones que no es un templo,
sino un probable palacio que posteriormente se extenderá por la Baja
Mesopotamia.
Dinástico Antiguo, Protodinástico. Tiene lugar la expansión de las
monarquías laicas, y aparecen por primera vez las dinastías, siglos después
del surgimiento del estado. Este período se divide en tres fases y termina
alrededor del 2330 a.e. con la victoria de un gobernante y la primera
unificación de la Baja Mesopotamia, mil años después que en Egipto.
Reino Acadio. Dura tres generaciones y se resquebraja en la cuarta. Su
prestigio hará que sea la Dinastía que ponga nombre a los años hasta el 2100
a.e.
III Dinastía de Ur. Burócratas capaces de controlar un gran estado que
crearán las bases burocráticas para el futuro y la formación de los imperios.
Se consolidan las organizaciones estatales, las monarquías laicas y los reinos
territoriales.
2) Siria
Surgen diversos reinos, entre ellos Ebla. Queda en el conocimiento de las
poblaciones locales la idea de nuevas organizaciones tras el paso de las
colonias Uruk, y aparecerá un conjunto de reinos mal conocidos porque
siguieron existiendo entre el III y el II milenio a.e.
Ebla resulta excepcional por su archivo, que aporta información acerca de
los demás reinos y de su funcionamiento político y económico.
Los estados sirios adaptan un modelo de funcionamiento adaptado al
medio, que no permitía un sistema redistributivo basado en la producción
intensiva de cereales. La base económica es, por tanto, distinta.
3) Egipto
Dinastías Tinitas, I y II.
Reino Antiguo, Dinastías III, IV, V y VI.
Período Heracleopolitano, Dinastías VIII, IX. Período de
descentralización, sin dinastías fuertes que dominan Egipto.
1
Tema 6, I. El Bronce Antiguo en Mesopotamia.
Entre las décadas de 1960 y 1970 se excavó Shuruppak, ciudad donde se encontró una
biblioteca con textos del Dinástico Antiguo III (2600 – 2500 a.e.). Aparte de documentos
burocrático los había además de carácter mitológico. Estos responden al conocimiento
de la cultura mesopotámica, y se encontraban firmados con nombres de escribas
acadios. Este hecho no supone que estos individuos fuesen acadios, porque los nombres
pueden adoptarse aunque provengan de otras tradiciones. Pero la elección de un nombre
indica una cierta selección a partir de una perspectiva favorable, y si predominaba el
sumerio, pero había nombres acadios, significa por tanto que no eran concebidos de
manera despectiva. El descubrimiento lleva a los historiadores a plantearse el postulado
2
inicial donde se entendía que existía una civilización sumeria y, posteriormente, una
invasión acadia.
• El Dinástico Antiguo
- El Dinástico Antiguo I
Se desarrolla ca. 2900 – 2750 a.e. Se trata de un período para el que hay escasísimos
documentos escritos, menos aún que en la propia fase Uruk, lo que indica cierta
recesión demográfica y económica que algunos autores adjudican a la desaparición de
las colonias Uruk. Éstas habrían supuesto un cierto alivio en su mantenimiento, pero a
la larga llevaría a la reducción de bienes de prestigio, menos poder y menos
redistribución y una cierta crisis.
Al haber muy pocos textos escritos y con una forma de escritura transicional entre
la de la fase Uruk y la cuneiforme, que se conservará posteriormente, la información se
adquiere fundamentalmente del marco arqueológico y de algunos documentos
administrativos. Existen además textos posteriores que aluden a este período y que
hablan de reinados que pudieron existir, contemplados desde una visión ya casi
mitológica. En este período, además, viven una serie de reyes en Uruk de los que se
conservan mitos (ej. luchas contra Elam, Gilgamesh), convirtiéndose más en figuras
mitológicas que reales. Corresponde también a este período en la lista real sumeria un
conjunto de reyes, los de la I Dinastía de Kish, que se convertirán también en personajes
legendarios hasta el punto de que, cuando en períodos posteriores los reyes de
Mesopotamia quieran ensalzar su figura, serán denominados a sí mismos como reyes de
Kish.
- El Dinástico Antiguo II
Se desarrolla ca. entre el 2760 y el 2600 a.e. Las cronologías se establecen a partir de
la variación de las improntas de los sellos cilíndricos, que poseen motivos que
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evolucionan. Son frecuentes en los yacimientos de este período, por lo que es un
elemento diferenciador bastante fiable.
Cronológicamente se divide en Dinástico Antiguo IIIa (ca. 2600 – 2450 a.e.) y IIIb
(ca. 2450 – 2350). A partir del 2600 a.e. aumenta considerablemente la documentación,
y hay un número de doce ciudades amuralladas que funcionan ya durante el IIIa, y sus
reyes están recogidos en las listas reales y documentados en buena parte
arqueológicamente.
Durante el Dinástico Antiguo III hay, al menos, doce estados. Por comparación con
Grecia se tienden a llamar ciudades-estado, pero esto es forzar una comparación no
imprescindible. Por eso se denominan reinos o estados prístinos, aunque G. Roux
plantea que, para hacer más evidente su control territorial, sería adecuado denominarlos
principados.
Las tablillas permiten conocer las transacciones de venta de tierras, lo que determina
la posibilidad de vender el suelo. Además, se recogen relatos mitológicos y canciones,
así como textos léxicos en sumerio y acadio utilizados, indudablemente, para el
aprendizaje de ambas lenguas. Hay además distintos objetos que permiten documentar
a los reyes y su relación con los dioses, como los vasos de ofrenda. Además, destaca la
presencia de documentos que informan de conflictos bélicos y su desarrollo según la
4
perspectiva del observador, como el de Ur contra Uruk o
el de Lagash y Umma, como muestra la estela de
Eannatum. Además, se desarrolla un conflicto
permanente entre la región de la Baja Mesopotamia y
Elam. Elam debió tener un nivel de cohesión social y de
capacidad de organización semejante al de Mesopotamia,
pero la documentación elamita no puede leerse (imp. el
protoelamita no ha sido descifrado). Sin embargo, la
documentación mesopotámica indica la gran fuerza
bélica poseída por Elam.
El conflicto entre las ciudades de la Baja Mesopotamia se justifica en los textos a partir
de los dioses. Se entiende que la realeza surge desde Jemdet Nasr, permitiendo a los
reyes justificar las guerras en términos religiosos. Sin embargo, entre las ciudades
mesopotámicas quedaban espacios para el pastoreo, actividad que conformaba una forma
de vida dentro de su economía y que requiere pastos y espacios sin cultivar. En el caso de
Lagash, Umma tenía alquiladas tierras en la ciudad para que su ganado pudiese
alimentarse. Lagash culpa a la ciudad de Umma de no haber pagado el alquiler, por lo
que la atacan. Según los textos el enfrentamiento dura más de una generación, por lo que
la conflictividad probablemente era previa. Algo que está latente en estos conflictos, con
frecuencia, es la presencia ciudades en el mismo cauce de agua, aguas arriba y abajo.
El control del agua y el beneficio de los de aguas arriba frente a los de abajo debió generar
conflicto, porque seguramente conocían que la productividad de los campos disminuía
o aumentaba en función del regadío.
En este periodo aparece la figura del monarca. Los gobernantes de estas ciudades no
se denominaban siempre igual, no había título común:
5
En: “rey”, “sacerdote”. En Uruk debía significar sacerdote. En el Dinástico
Antiguo fue, probablemente, adoptado por el gobernante laico como título ya
existente.
Ensi: “vicario de dios en la tierra”. Término que posteriormente emplearán los
gobernantes de las provincias. Se trata de un título real donde el gobernante se
presenta como subordinado al dios.
Lugal: el más característico, significa “hombre grande”. No manifiesta relación
con las divinidades, como una reivindicación de la diferencia de este tipo de
gobernante frente a los que existían antes. Se enfatiza su condición de ser
humano.
Posteriormente se emplearán epítetos que insistirán en los aspectos que se quieran
resaltar, insistiendo en la fuerza o la capacidad de administración de los
monarcas de los deseos de los dioses.
El Estandarte de Ur es ejemplo
claro de la posición del monarca. En
sus dos caras se representan los dos
temas que enfatizan a la figura del
rey del período: la capacidad de
vencer en la guerra y la capacidad de
hacer producir bienes para que los
campesinos puedan entregarlos
como tributos.
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donde los gobernantes laicos tienen que ser respetuosos con las estructuras
de poder que ya existían (en, ensi) pero reclaman tierras que permiten
mantener una institución que es muy amplia, el palacio. Al mismo tiempo,
aparece el termino lugal.
- Economía
La forma empleada para poder mantener esta estructura desigual es, probablemente, la
creación de nuevas tierras de cultivo. Frente a la situación del periodo anterior, en el
que sólo puede sugerirse cómo pudieron repartirse las tierras, desde el Dinástico Antiguo
se conoce cómo se mantiene la sociedad y cómo funciona de forma práctica el sistema
redistributivo.
Hay además documentos de venta de tierras entre privados. Por lo tanto, existe suelo
privado, aunque se desconoce su porcentaje o su procedencia. Además, probablemente,
las familias, que querían mantener la tierra y sus beneficios, solían introducir al hijo
primogénito en la administración para heredar el cargo de su padre y hacerse con el
beneficio de las tierras, lo que fuerza a que surjan dinastías de altos funcionarios.
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demanda. Los materialistas históricos defienden un pequeño porcentaje de
tierras en manos privadas.
- Ritual y enterramientos
• El Reino Acadio
Se trata de un período de connotaciones casi míticas para los propios
mesopotámicos posteriores. Se desarrolla entre el 2335 y el 2193 a.e. La
carencia fundamental recae en que se desconoce dónde está Akkad, la
capital del reino, lo que priva de una importante documentación
administrativa a los historiadores. Al mismo tiempo, no obstante,
encontramos numerosas representaciones del monarca y estelas que
ensalzan las conquistas militares.
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el periodo esta importancia ideológica para los reyes posteriores, se convirtieron
también en el modelo seguido por los niños para leer y escribir. Además, la fama de los
reyes hizo crear todo tipo de documentos literarios en torno a ellos en los que se
enfatizan los aspectos que se buscaba resaltar, convirtiendo a reyes que gobernaron de
manera similar como personajes antagónicos, como sucede con Sargón y Naram-Sin,
cuya concepción es obra de interpretaciones posteriores. Además, se crean colecciones
de presagios que, a partir de entonces, se convierten en una especie de ciencia para los
mesopotámicos.
Con el Reino Acadio, por primera vez, se intenta hacer coincidir la esfera política con
la comercial. Durante más de un milenio, los mesopotámicos habían estado comerciando
con regiones distantes como Siria, Anatolia e Irán, conscientes de que sus redes estaban
a distancias descomunales y se dejaba al azar que los productos enviados hicieran
regresar otras materias primas. Además, parece consolidarse la Baja Mesopotamia. Se
plantea la posibilidad de conquistar el territorio por el que circulan sus rutas
comerciales, con un intento de que el espacio controlado se extienda más lejos, y la
dirección de las conquistas militares coincidirá con la situación de las redes y colonias
comerciales.
Los textos tendrán carácter legendario, y narrarán su vida de forma más completa pero
literaria. La tradición oral será incentivada por la propia corte y reflejará determinadas
situaciones, si bien no de manera plenamente fiel. Estos textos aluden a que Sargón es
hijo de una señora “que ha cambiado de estatus”, procedente de las montañas,
transmitiéndose la impresión de que el monarca procedía de una familia desconocida.
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Probablemente se tratase de un deseo voluntario de ocultar su origen. La tradición
literaria narra que la diosa Ishtar se enamora de él, favoreciéndolo hasta llevarlo a la
realeza. Se trata, en definitiva, de documentos valiosos porque testimonian la
importancia de la ideología y de la elaboración de relatos acerca del monarca.
Con ello, crea una nueva concepción de la realeza, justificada por sí misma y no
únicamente por el apoyo de los dioses y enfatizando a su vez el carácter militar del
propio monarca. A través de las titulaturas de las inscripciones, halladas casi todas en el
santuario de Nippur (imp. algo que no parece romper con la tradición anterior, sino
que enfatiza en que el templo siga siendo el garante de la realeza), se testimonia que:
1. En un primer momento se hace calificar como rey de Kish, como el rey de las
ciudades en que se dividía la Baja Mesopotamia. Se desconocen las
circunstancias del momento, cuando el monarca lleva a cabo la toma de poder.
2. Las siguientes inscripciones lo denominan rey de Akkad. Akkad es una ciudad
de nueva fundación para entonces, lo que indica que en cierta manera existía
conflicto con la ciudad de la que Sargón era originario. Quizá en la toma de poder
tuvo lugar alguna interferencia, o quizá sólo buscaba romper con la realeza
anterior de una forma tan drástica que decide crear una nueva capital.
Probablemente se encontraba muy cerca de Kish, pero se desconoce su
emplazamiento exacto.
3. Posteriormente será denominado rey de Sumer y Akkad, momento en que se
produce la toma de la región meridional y el área del río Diyala.
4. Finalmente, los títulos le califican como rey de las Cuatro Regiones. En este
momento, los textos afirman que había conseguido obtener la soberanía del Mar
Inferior al Superior. Sin embargo, esta información no parece confirmarse,
porque la ciudad más lejana documentada es Tutul, cerca del Habur.
Probablemente los textos se refieran a la apertura de las rutas del Mar Superior
al Inferior, porque además se testimonia la llegada de plata de los montes Tauro.
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conquistó un territorio de alrededor de 400 kilómetros, superando cualquier otro
dominio territorial previo.
Sargón es sucedido por sus hijos Rimush y Manishtusu. Al morir Sargón, las ciudades
de la Baja Mesopotamia se autoconsiderarán independientes, porque se habían
declarado fieles al monarca. Así, intentan iniciar una política de autogobierno propia de
períodos anteriores. Los hijos de Sargón, por su parte, buscarán reconquistar las
ciudades que ya había vencido su padre, y en ambos casos atacan, además, al Elam. Con
Manishtusu, las referencias a las conquistas y a los ataques de la región de Irán son
ricas y explícitas en términos geográficos, dando la impresión de que el Elam necesita
una mayor organización para enfrentarse a los acadios en una situación de constante
derrota frente a éstos.
1. A través de los ríos Tigris y Éufrates, hacia el Norte y Noreste para acceder a los
Tauro y al Éufrates a través del Tigris. En ambos enclaves hay testimonios de
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paso y conquista con estelas y fortificaciones. Se trata de una región de
producción de cedro y plata, y en el trayecto el Reino Acadio se enfrentará a
Ebla. Las referencias mencionan explícitamente la victoria sobre Ebla, lo que
permite el control de la zona y de los bienes que produce. Además, consigue el
control del mar Superior al Inferior, con testimonios en Nínive y Ebla,
destruida.
2. Respecto a la expansión hacia Elam, la referencia más explícita es un tratado
con los elamitas por parte de los acadios. Las inscripciones acadias enfatizan la
victoria sobre Elam, pero en elamita se halla un texto del tratado donde éstos son
considerados interlocutores válidos. Sin embargo, no hay muchos otros
testimonios que documenten la continuidad de la dinastía en Elam. En Susa, por
otra parte, se hallan documentos que testimonian la presencia de representantes
acadios en Elam. Por ello, probablemente hubo, al menos, una derrota efectiva
y temporal contra la región.
3. Se desarrollan expediciones hasta el Golfo, y se organiza una flota de saqueros
contra Dilmún y Magán.
- Características generales
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Los únicos testimonios de control efectivo están en la Baja Mesopotamia. En
el resto de territorios los testimonios solamente indican la presencia de
representantes de los reyes. El palacio del Tell Brak conforma un elemento
aislado. La pretensión de los reyes era, seguramente, controlar redes
comerciales sin enfatizar en el control político. Por otra parte, ni la
documentación hallada ni las propias construcciones ideológicas del periodo
testimonian que fuesen capaces de asimilar poblaciones y territorios distintos
a ellos, pues no se documenta cómo se relacionaban, por ejemplo, con la
gente de la Alta Mesopotamia (imp. a pesar de las diferencias culturales, de
lengua y de carácter político). Probablemente se estableció como respuesta
sistemática la fuerza militar.
La Baja Mesopotamia se dividió en provincias, que significativamente
coinciden con el territorio de los estados anteriores, y cada una de ellas tendrá
un ensi. Los nuevos ensi serán llamados “ciudadanos de Akkad”, como
individuos directamente gobernados por el rey de Akkad.
La actividad militar es el único sustento real a la ideología imperialista que
intentan imponer los reyes acadios, y es un argumento para presentar al
monarca, además, como ente novedoso. Por primera vez, se crea un ejército
permanente de cierto tamaño de entre 4000 o 5000 soldados. Durante el
reinado de Naram-Sin estaba más estabilizado, por lo que probablemente se
asiste a una transformación de la organización y el pago del ejército. Las
tropas presentan diferencias respecto a los ejércitos anteriores, con una
distinguida presencia de los arqueros que permite un enfrentamiento
completamente distinto y supone la base de la rapidez de las conquistas
militares.
Se hace un importante énfasis en la imagen de la victoria sobre el enemigo,
con numerosas representaciones de prisioneros maniatados, desnudos,
desprovistos de todo salvo de su propio cuerpo.
Desde el punto de vista cultural, con la victoria de la ciudad de Kish y la
preponderancia de Akkad el acadio se introduce también en la
administración, y supondrá una ventaja cuando posteriormente se aumente
de forma exponencial la llegada de poblaciones de origen amorreo (imp.
Ammanus). Se introducen poblaciones nómadas que se contratan para
actividades concretas, que no hablan acadio, pero sí otras lenguas semitas
que permiten el contacto entre ellas. Así, la administración podrá asimilar a
estos recién llegados.
No sabemos si había más hablantes de acadio que de sumerio (imp. aunque
en el norte parece que es así), pero la oficialización de la escritura y la
capacidad de asimilar a otras poblaciones hará que el sumerio pierda peso
paulatinamente.
En la forma de gobernar y administrar hay diferencias entre la Baja
Mesopotamia y el resto de reinos de Súmer y Akkad, que tienen tratamiento
homogéneo y están divididos en provincias. En las ciudades más
importantes se instala un gobernador que inicialmente es fiel a la dinastía,
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pero paulatinamente se permite que accedan miembros de las élites locales,
siempre dependiendo del nombramiento del rey de Akkad.
Aunque los reyes acadios crean un nuevo ejército, no se plantean la necesidad
de crear una administración relativamente homogénea. Esto será un
elemento de debilidad, porque las órdenes y la economía se transmiten y
funcionan de manera distinta.
El control sobre la Baja Mesopotamia es relativamente laxo, con cierta
autonomía para que siga desarrollándose la vida de las ciudades con
continuidad respecto a los periodos anteriores bajo la nueva dirección del
representante del rey de Akkad. Por tanto, no se intenta que haya una
administración homogénea en el reino, sino que se preserva la previa.
En la periferia, frente a la propaganda imperial que ensalza a los reyes y las
conquistas, se puede identificar a partir de los textos una cierta incapacidad
de imponerse sobre territorios tan extensos. Los reyes acadios necesitan
justificar su presencia, pero el imperio es el control de una serie de rutas y vías
de tráfico comercial a través de los ríos donde se impone una presencia muy
laxa de los acadios, a través de guarniciones militares o tratados. Por lo
tanto, el imperio deja un margen enorme a la posibilidad de debilitarse, pues
no se intenta homogeneizar y está presente la disgregación. Nunca se
compone una unidad integrada.
- Economía
Las tierras nuevas per se y las que cambian de dueño se destinan al monarca o a los
nuevos grupos de poder, fundamentalmente jefes militares. Esto supone una
transformación radical de la propiedad del suelo, porque aparece un gran propietario,
el monarca, que busca su beneficio personal. Se convierten en grandes latifundistas, y
utilizan las tierras políticamente para regalarlas a los fieles en el ejército y la
administración (ej. gobernadores). Probablemente se tratase de auténticas donaciones, no
en usufructo. Todo ello se ve reflejado en la documentación administrativa y en el
obelisco de Manishtusu.
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Desde un punto de vista histórico la transformación es más radical a consecuencia de
la expansión militar, sobre todo en la periferia mesopotámica. Se siguen las rutas
comerciales que previamente se habían seguido, pero las conquistas militares implican
una desestabilización en la zona por donde pasan las tropas. Hasta ese momento, la
periferia se había estructurado socialmente en función de la existencia de determinadas
materias primas que servían como base de la estructuración para que se organizara el
hacer llegar esas materias hacia el lugar donde eran reclamadas. Se estructura la oferta
de la periferia, la sociedad y se crean así protorreinos de base económica en dichas
materias primas en que se especializan por el cauce de venta a través de los ríos hacia la
Baja Mesopotamia.
Pero cuando los reyes acadios buscan obtener de manera muy veloz las materias
primas lo hacen mediante la conquista o el saqueo, y no sólo se llevan el botín antes de
éste ser exportado, sino que desestabilizan la situación socialmente en los reinos
extranjeros, generando pérdidas humanas y de estructuras de producción de materiales
(ej. talleres donde fundir). Por ello, pasada una primera generación, las zonas por donde
ha pasado Sargón de Akkad se convierten en áreas donde ya no se producen estas
materias, por lo que sus pobladores deben irse más lejos. Por eso los hijos y nietos de
Sargón deben expandir el territorio controlado, porque las propias materias primas se
dispersan.
Además, las estructuras sociales y económicas que se habían ido estableciendo se ven
desmanteladas. Durante varias generaciones, los nietos de Sargón consiguen mantener
un sistema redistributivo basado en la existencia de unas élites que reciben bienes del
extranjero, pero Naram-Sin no puede expandir sus fronteras más lejos de Magán. Con
ello, el estado mesopotámico se viene abajo, pues no había sabido estructurarse en la
explotación y organización de la producción. Sin embargo, la tradición considerará que
fueron los nómadas quienes destruyeron el reino de Sumer y Akkad.
• La III Dinastía de Ur
La III Dinastía de Ur se desarrolla durante el último siglo del III milenio a.e., y la
corte se centrará en la ciudad de Ur. Probablemente sea el período con mayor
documentación de la historia de Mesopotamia, sobre todo cuando respecta a cuestiones
administrativas. Se conservan cientos de miles de tablillas, y del reinado de uno de los
últimos reyes se poseen numerosas tablillas en las que se especifican todos los trámites
administrativos.
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Existía un profesor principal, ayudantes y vigilantes. Se organiza así un sistema muy
jerarquizado producto de una sociedad muy jerarquizada.
Resulta llamativo que apenas hay inscripciones reales. La información que no se tiene
por textos enviados a escribir por los monarcas se puede obtener porque los reyes quedan
mencionados en las listas reales de años, y se conservan muchísimas de distintas
ciudades. Normalmente son semejantes, y transmiten actividades que emanan
directamente de la corte, que eran también de tipo religioso cultural y no sólo político.
El siglo de dominio guti lo pone fin Utu-khegal de Uruk, quien inicia una política de
conquista en las ciudades meridionales. Una de estas será Ur, donde gobernará el rey Ur-
Namma, probablemente hijo del Utu-khegal, sin aparente conflicto en la transición. Ur-
Namma no menciona en ninguna inscripción de manera directa quién es su padre, en
una posible situación semejante a la de Sargón donde se busca romper con la tradición.
Durante su reinado parece existir doble capitalidad: el rey gobierna desde Ur, y el
príncipe gobernante y la esposa real viven en Uruk, manteniendo ambas ciudades así su
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prestigio. Ur-Namma menciona como antepasado a Gilgamesh, motivo de más para
pensar que el monarca proviene de Uruk.
Una serie de actuaciones que testimonia el código son la prueba del deseo de eliminar
esa presencia política de las ciudades con normas unificadoras para toda la Baja
Mesopotamia, y plantea un mismo sistema de pesos y medidas para poder regular
fácilmente la actividad económica desde una autoridad central. Además, en las ciudades
se impone un gobernador. A diferencia de los acadios, no gobiernan las dinastías locales,
sino que se accede al poder tras pasar una jerarquía de funcionarios y habiendo
conocido todos los ámbitos de la administración.
- El reinado de Shulgi
El hijo de Ur-Namma, Shulgi, reina toda la primera mitad del siglo XXI a.e. Si el
padre estableció bases políticas de unificación, este lo consolidó mediante la segunda de
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las políticas principales del reinado: crear un sistema burocrático para el control de la
economía del estado desde una autoridad central.
Además, se termina de jerarquizar el panteón, que será unitario para toda la Baja
Mesopotamia. Los dioses de ciudades gobernantes del pasado se convierten en dioses
abuelos, y los dioses de las ciudades activas son los dioses que efectúan las funciones
principales en el panteón. Ello implica la reorganización de la religión y, aunque
existirá el recuerdo de la procedencia de los dioses de ciudades concretas, compondrán
un panteón unitario.
A partir de ahí, uno de los ejes de la política de Shu-Sin y de su sucesor Ibbi-Sin será
ir reforzando esa separación frente a los amorreos. Se refuerzan las murallas de las
ciudades para que estén más protegidas de estas poblaciones. Sin embargo, al mismo
tiempo, la documentación administrativa los sigue plasmando como individuos
contratados (ej. miembros del ejército, de las tropas). La situación llega a cierta crisis
con Ibbi-Sin, porque las ciudades del Norte, en torno al muro de los amorreos, comienzan
a independizarse. Nombra a un gobernador que debería devolverlas a las obediencias,
pero aun así continúan independizándose. No se conoce la causa, pero probablemente se
deba a un desequilibrio económico interno. A esta situación puede sumarse el apoyo de
los elamitas, que aprovechan el momento de debilidad de la Baja Mesopotamia para
apropiarse de la riqueza mediante incursiones que saquean incluso la propia capital. Así,
la dinastía desaparece y las ciudades vuelven a ser independientes alrededor del año 2000
a.e.
- La estructura política
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Irnana que fue ensi de varias ciudades y jefe militar de la zona oriental. No se
sabe si es algo excepcional o si de manera normal se había creado una división en
el estado que dejaba esta parte bajo la influencia del ministro.
Las antiguas ciudades quedaron organizadas en provincias. El control quedaba
bajo las ordenes de un ensi, que asumía funciones tanto civiles como judiciales,
pero no las actividades militares, que estaban controladas por la figura del shagin.
Da la impresión de que el cargo se arrendaba, así como de que conjunto de
gobernadores de las provincias tenía que contribuir al templo de Enlil en
Nippur.
En el tercer nivel de actuación política, encontramos aldeas dirigidas por un
alcalde, hazzanum, que asume funciones como dirigir los consejos de la aldea
para incidir en cuestiones de incumbencia local. Se encargan de la recaudación de
impuestos y nombran a las personas que deben trabajar en los trabajos comunales.
Los sukkal eran comisionados encargados de cualquier aspecto de la
administración que se les ordenase por el rey o el sukkalmah.
El gal-zu-unkina era el jefe de la asamblea de Súmer. No se conoce más de esa
asamblea, pero si existe el cargo y el significado es literal, indicaría la existencia
de otras instancias de gobierno que se escapan de la estructura que conocemos.
Quizá fuesen representantes con un tipo de voz, al menos, como consejeros del
estado.
- Economía
Con la III Dinastía de Ur, la actividad económica supone una transformación del
paisaje humano. Se desarrollan patrones de asentamiento distintos a las fases anteriores,
y las ciudades crecerán de manera muy significativa. Dada la riqueza de documentación,
la impresión que da es que hubo un aumento demográfico amplio, o que en el periodo
anterior había habido también mucha población no documentada. Ahora cualquier
individuo está controlado por la administración, lo que parece testimoniar un amplio
aumento demográfico en la zona. Algunos autores han llegado a plantear que la Baja
Mesopotamia alcanzó, a finales del III milenio, su mayor índice de población. La
población se centra en torno a un número relativamente limitado de ciudades: la costa en
torno a Ur y Uruk, el área norte y por el rio Diyala. Si la documentación disponible es
fiable, algunos autores hablan de entre 200.000 habitantes a los 360.000. Algo
excepcional sucede con Lagash, pues en el período acadio de Lagash dependían 30
aldeas, y en la III Dinastía de Ur casi 100 aldeas.
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suelo. Probablemente fuese una materia prima con la que se comerciaba desde hacía un
milenio y medio.
- Estructura social
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Tema 6, II. El Bronce Antiguo en Siria. La ciudad de Ebla.
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Respecto al origen de la ciudad no hay muchos datos, salvo testimonios de la
existencia de un palacio de comienzos del III milenio, aunque parece haber sido un
enclave habitado desde finales del IV milenio a.e. Probablemente su origen se viese
como lugar de almacenamiento de productos que se intercambian con una colonia Uruk.
A la cabeza del estado está el rey, al que se le denomina tanto con el término
sumerio como con el eblaíta (malkum). Hay diccionarios sumerio – eblaíta,
a partir de los cuales pudo empezarse a leer los signos y a transcribirlos. Se
conocen más de una docena de reyes desde el siglo XVI al XIV, y una buena
parte de los más antiguos no parecen heredar el cargo de padre a hijo.
Desconocemos si es una carencia de nuestra información o si las razones para
la herencia del cargo son distintas a las de otras sociedades. Algunos autores
han planteado la posibilidad de que funcione como una monarquía electiva
inter pares.
La maliktum o reina tiene también un papel importante, tanto a nivel
económico como religioso. Participa en los rituales, pues hay una alta
ceremonialización de la actividad estatal. Al morir el monarca, la esposa sigue
ocupando el mismo cargo hasta que ésta fallece.
Los hijos reales tienen también cierta implicación de gobierno. El hijo
primogénito se encarga de cuestiones administrativas y dirige las actividades
militares. Pero no sabemos si esta situación puede expandirse a toda la
historia de Ebla.
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El m-sita o adamu tiene un cargo similar al de un primer ministro. Se
encuentra por debajo del monarca. Resulta curioso porque, en cambio, cuando
muere el monarca, se elige un nuevo adamu, por lo que probablemente se
tratase de un individuo de confianza, aunque se hereda de padre a hijo.
Además de controlar actividades militares junto a unos de los príncipes, es
el responsable de buena parte de la administración del estado y de las
ciudades subordinadas a Ebla.
Lugal-saza, gobernador del interior de la ciudad. Parece ser alguien
subordinado al monarca que parece ocuparse de la administración especifica
de la zona de los edificios ligados al gobierno.
Consejo de los Abba. Estaba formado por las familias más importantes de
la ciudad. También residen en el palacio, por lo que la institución se presenta
como la sede de un gobierno colegiado, planteándose que este consejo es
quien elige a los propios reyes. Para los autores que plantean que Ebla tiene
un sistema político muy ligado a la división en grupos sería la pervivencia
de la sociedad gentilicia en un estado que, por imitación de Mesopotamia, se
ve obligado a que la población se organice según dónde se asientan las
comunidades. Se mantendría la organización marcada por la pertenencia a
ciertas familias, por lo que Ebla habría sido la unión de unas catorce familias
que serían representadas por los catorce Abbas, aunque en la administración
las familias son referidas según el lugar en el que viven.
Los lugales son directores de un conjunto de individuos dependientes del
estado que pueden variar entre 400 y 800 y están ligados a los distintos barrios
de la ciudad. Junto a ellos existe otro conjunto de lugales, quienes residen en
las ciudades que han firmado algún tipo de tratado con Ebla y que las sitúa en
subordinación (ej. pago de tributos).
Los ugula son los representantes de estas entidades con las que Ebla
establece tratados. Son estados de estructura no sedentaria, por lo que son
representantes de grupos gentilicios que habitan zonas no tan representativas
como las de los lugales. Probablemente se tratase de la población nómada
propia del área de Siria.
A partir de la documentación, parece que Ebla hubiese situado a las ciudades
más cercanas en control directo a modo de provincias, mientras que en las
lejanas se busca favorecer el tránsito de mercancías.
24
Los templos son exclusivamente un lugar de culto, donde puede haber reparto
de bienes coincidiendo con las festividades. No poseen tierras, y su papel en la
redistribución es más limitado que en Mesopotamia.
La estructura de la producción está destinada al comercio. Si se necesita lana,
se imponen impuestos y control en los bienes que producen esta lana y sus
explotadores. Con la agricultura se incide menos, porque la producción de
cereales no está directamente implicada en sus actividades comerciales.
El rey y los ancianos viven en el palacio, y se puede conocer porque se ejerce la
centralización del alimento para todos ellos. Reciben directamente el alimento
sin la entrega de tierras en usufructo.
Las tablillas no informan en las referencias a la redistribución de la relación
directa entre los abba y los distintos distritos de la ciudad, con la estructura
gentilicia. Aunque suponemos que los distintos distritos pueden estar
relacionados con los abba, no hay documentación que lo testimonie de manera
directa.
No se conocen inscripciones monumentales, y aunque hay alguna estatua de
periodos posteriores, del III milenio no la hay. Algún autor plantea que pudieron
existir, pero hechas de piedras de alto valor económico que habrían llevado a su
saqueo.
Salvo en el reparto de ofrendas para el lugar donde se venera a los dioses, se
conocen ofrendas a los altares de los reyes fallecidos. La mayoría, hasta los
últimos, parecían estar enterrados fuera de la ciudad, tras las murallas. La
influencia mesopotámica probablemente lleva a que los últimos reyes se
enterrasen en una cripta bajo el palacio (imp. como el complejo G).
Las únicas referencias a los monarcas suelen ser sin su nombre, porque lo que
reciben lo hacen por ser el monarca, y los representan implicados en actividades
comerciales. Como un comerciante más entre de la ciudad al que el asumir el
cargo del rey le lleva a recibir un porcentaje de bienes en la distribución mayor
que los demás.
La redistribución se organiza de manera muy ceremonizalizada. El modelo más
cercano es el de la Mesopotamia del IV milenio, de ahí que se deduzca que el
modelo parece imitar una colonia Uruk y no la Mesopotamia del III milenio. En
el palacio, a diario reciben el alimento el rey, los abba y unos 800 dependientes
ligados al palacio, tanto varones de actividad no especificada como mujeres que
parecen estar ocupadas en actividades de manufactura de los productos
alimenticios.
A través de más de una docena de distritos el alimento es recibido por entre 400
y 800 individuos, y a diario hay más de 11.000 personas que reciben el alimento
desde distintas instancias. Se calcula que Ebla podría tener entre 15000 y 2000
habitantes, con un alto porcentaje de personal dependiente del estado. En el resto
de las aldeas que dependen de la ciudad, el porcentaje de dependientes puede
alcanzar los 40.000.
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En las festividades de las divinidades el porcentaje de la redistribución aumenta
considerablemente. En estos días el reparto se hace desde los templos, respetando
su influencia ideológica.
El sistema de regalos que profundiza la relación entre los miembros del palacio
y determinados individuos. Al menos hasta donde llega la documentación, y a
pesar del volumen de repartos diarios, no hay pruebas muy claras de que el sistema
evolucionase hacia el reparto de parcelas dadas en usufructo a funcionarios,
aunque hay regalos excepcionales de tierras.
Por lo general, Ebla establece dos tipos de relaciones internacionales con los estados
cercanos:
Con algunas ciudades esto se soluciona por tratados cuyo fin es el respeto del ámbito
de actuación económica. Con las ciudades costeras como Ugarit da la impresión de que
se hacen tratados internacionales con Egipto y alguna ciudad de Mesopotamia,
relaciones pacíficas que se sellan mediante actos matrimoniales.
Lo cierto es que Sargón menciona su victoria sobre Ebla, pero sus textos pueden ser
más criticados. Sin embargo, los textos de Naram-Sin mencionan directamente la
destrucción de la ciudad, aunque al habar de ésta mencionan a Armanum y Ebla, y dan
más importancia a Armanum. ¿Había sido Ebla destruida previamente por Sargón o por
Mari? ¿Había una nueva dinastía en Armanum que fue destruida por Naram-Sin? Lo
único evidente es que los documentos se silencian a partir del 3200 a.e.
26
2. Relaciones comerciales.
27
Tema 6, III. El Bronce Antiguo en Egipto.
1. Dinastías tinitas. Se consideraba por los propios egipcios que era entonces
cuando se forma el estado, pero 250 o 300 años antes de Menes, considerado
primer rey, se había formado ya el estado egipcio. Estos reyes, según Manetón,
proceden de Abydos, de manera que el emplazamiento de las tumbas reales apoya
la información de éste. Dinastías I y II.
2. Reino Antiguo. Primer periodo de centralización completa de la sociedad
egipcia en un único estado con actividad encaminada a realizar grandes obras en
torno a la capital. Se desmorona con la desmembración del estado en varios reinos.
Dinastías III, IV, V y VI.
3. Período Heracleopolitano. Período de descentralización estatal. Se entiende
que es desarrollado por una única Dinastía.
Para este período contamos con información textual, y nos basamos en Manetón para
la estructura de las dinastías. Significativamente, al final de las dinastías IX y X, Manetón
cuenta los reyes que había habido hasta entonces. Se conserva, además, una
cincuentena de listas reales. Destaca el papiro de Turín, lista administrativa y lo más
desprovista posible de carga ideológica, porque pretende establecer una relación
cronológica de los reyes con fines administrativos, aunque está mal conservada. Al
igual que Manetón, después de la dinastía IX presenta una línea y se plasma que “hasta
aquí han reinado estos reyes”.
La forma más común que tenían las listas es similar a la tabla de Abydos, subjetivas y
en las que un rey se presenta haciendo ofrendas a los antepasados que él consideraba
dignos de aparecer en sus listas. Aportan una información fundamental: si faltan los
reyes de todo un periodo nos fuerza a preguntarnos por qué para los antiguos egipcios
estos reyes eran eliminados.
Los anales reales destacan sobre todo en el III milenio, porque se carece de fuentes de
información más ricas de apoyo. El más importante es la piedra de Palermo. Es un sillar
inscrito con un listado de acontecimientos año por año desde al menos inicio de la
dinastía I hasta finales de la dinastía V. Se encuentra fragmentado y el número de
bloques es significativo. Se divide en tres registros:
28
1. Nombre del rey.
2. Lista de acontecimientos año tras año.
3. La subida del Nilo ese año. Registro muy cuidadoso en el III milenio porque a
partir de ahí se calculaban los tributos que debían pagarse al estado.
Dinastías tinitas
Reino Antiguo
El período presenta una documentación bastante más rica, pero no tanta como
supondríamos por la construcción de grandes obras monumentales. La centralización
es el resultado de la necesidad de poner todo el suelo agrícola para tener unos excedentes
que sirvan para mantener una mano de obra amplia para la elaboración de estos edificios.
Período Heracleopolitano
La información disminuye, pero es muy significativa. Hay incluso más
autobiografías que en el Reino Antiguo.
No hay necrópolis real, se supone que los reyes se enterraban en Saqqara. La
sociedad tuvo la suficiente capacidad de acumulación de bienes que lleva a iniciar
29
la costumbre de creación de ajuares específicos para el enterramiento, con una
capacidad de reparto de bienes superior a la del Reino Antiguo.
A partir de la mencionada tablilla del rey Aha, observamos cómo el nombre de los
reyes se incrementa con un segundo término. El primero conocido fue el rey como
representante de Horus, mientras que el segundo nombre hará referencia a la
personificación de dos diosas por parte del monarca, Adjet y Nejbet. Sin embargo, no
siempre figurarán ambos nombres, aunque será desde entonces cuando se pueda afirmar
con seguridad que los títulos de los monarcas se vuelven más complejos. Además, en
estos momentos entendemos que el Estado ya está simbolizado por dos mitades, el Alto
y el Bajo Egipto.
En el cementerio real de
Abydos (imp. sector B), Aha
se encuentra enterrado en el
complejo B15, junto al
complejo B17/18 que
correspondería a Narmer.
Por proximidad, podría
suponerse que Aha fue
sucesor o hijo de Narmer.
Algunos autores plantean que,
en origen, Aha sería Mnj y, por tanto, el fundador de la I Dinastía. Pero también puede
entenderse que el título de las dos diosas no designa al propio rey vivo, sino al que le
30
precede, pudiendo relacionar en un solo reinado las representaciones de Narmer como
monarca del Alto y del Bajo Egipto.
La piedra de Palermo
31
Esto también se ve apoyado por la complejidad arquitectónica de las tumbas. Lo
primero que llama la atención y que indica que el reinado de Aha rompe con el período
anterior está en la radical diferencia de su complejo funerario con el de Narmer, que
posee dos cámaras subterráneas excavadas (imp. en Abydos no se conservan estructuras
amplias, pero se han podido deducir). Con Aha, hay tres cámaras más grandes para su
enterramiento y el del ajuar (imp. lo que indica un aumento de la capacidad de
acumulación de la riqueza), muy cuidadas, cubiertas de elucido y pintadas a color. En el
suelo poseía postes que sujetaban las vigas con las que se cerraba el techo, lo que
implicaba la necesidad de esperar a la muerte del monarca para poder clausurar la
estructura. Hay, además, unas 30 tumbas más pequeñas. En la reciente reexcavación del
Instituto Arqueológico Alemán se han encontrado o huesos de leones jóvenes o huesos
de seres humanos varones de entre 20 y 25 años. Esto presenta una explicación
coherente, pues en comparación con las tumbas de los reinos iniciales, se está enterrando
un pequeño ejército que acompaña al monarca a la muerte.
32
Impronta de sello cilíndrico
El período ocupado cronológicamente por las Dinastías tinitas es poco conocido, pero
su importancia resulta excepcional, pues es con cuando ellas se creará la ideología que
sustentará el Estado egipcio a lo largo de su historia. Sin embargo, existe mucha menos
información sobre los reyes de la II Dinastía (imp. a excepción de los reinados de
Peribsen y Khasekhemuy) y de la III que sobre los de la I Dinastía. Por lo que sabemos
del comienzo del Reino Antiguo en la III Dinastía, durante II Dinastía pudo haberse
desarrollado un proceso mediante el cual se estaban asentando los cimientos económicos
y sociales de un Estado fuertemente centralizado que se desarrolló con unos recursos
realmente vastos. Sin embargo, esta gran transición no puede demostrarse a partir de los
restos arqueológicos de la II Dinastía.
33
de su nombre, “el poder que aparece”, parece apoyar la teoría de que resolvió algún tipo
de conflicto interno.
Los reyes de la II Dinastía parecen mucho más enigmáticos que los de la I, pero se ha
podido recabar cierta información.
Constituía un edificio de adobe de grandes proporciones, situado por encima del nivel
de la ciudad, y caracterizado por una arquitectura de entrantes y salientes. Petrie lo
excavó en el siglo XIX, pero recientes reexcavaciones han sacado a la luz más material:
Sin embargo, tan pronto como se inician los problemas internos la necrópolis es
abandonada, claro síntoma de que se está produciendo una transformación ideológica.
Se trasladan a la necrópolis de Saqqara. Al sur del complejo de la Pirámide Escalonada
de Necheryjet se encontraron dos enormes series de galerías subterráneas, cada una con
más de cien metros de longitud. Asociadas a ellas aparecieron impresiones de sellos de
los tres primeros reyes de la II Dinastía (imp. Hotepsekhemuy, Nebre y Nynetjer). La
superestructura de estas tumbas ha desaparecido por completo, pero entendemos que ahí
fueron enterrados dos o tres reyes de la II Dinastía.
Así, llama la atención las proporciones del complejo funerario. Es posible que algún
pasillo estuviese destinado a miembros de la familia real (ej. rey, esposas reales,
34
príncipes). A pesar de ello, no obstante, las dimensiones son descomunales y manifiestan
la capacidad de acumular bienes para la amortización en el Más Allá. En cada cámara
se almacena aquello que el monarca necesitará en la otra vida, produciéndose bienes,
gracias a la gran capacidad de producción, para el enterramiento del difunto. Aunque
algunas de las cámaras no han sido bien excavadas, podemos advertir que tienen formas
diferenciadas.
Pero en la década de 1950 se halló, frente a la ciudad de Menfis, una necrópolis con
numerosas mastabas de altos funcionarios (imp. las mastabas son tumbas planas que
sobresalen unos metros), de las cuales se excavaron una buena docena de tumbas de
proporciones descomunales, de entre tres y cinco veces mayores que las tumbas de la
necrópolis. A partir de ahí, se ha discutido a quién deben atribuirse, pues, si pertenecen a
altos funcionarios, como tradicionalmente se ha entendido, ¿por qué son mayores que
las reales? Quizá el problema se haya enfocado incorrectamente al focalizar la pregunta
en las proporciones. En la actualidad se defiende la hipótesis de que los reyes fueron
enterrados en el desierto y en los Recintos del Valle es donde tendría lugar el ritual,
pues en su interior no encontramos registro material. Se supone que se elaboraban con
madera y fibras vegetales para recordar la arquitectura tradicional del Alto Egipto.
35
- La estructura del Estado de las Dinastías tinitas
Desde inicios de la Dinastía I se había creado un nuevo nombre para los monarcas,
tradicionalmente leído como rey del Alto y del Bajo Egipto, simbolizado por la abeja del
Delta y la caña del Alto Egipto. Un autor alemán propone que deberíamos traducirlo
como “rey dual”, como convención. Desde la Dinastía II se documentará un cuarto
nombre que se escribirá siempre por delante, “el halcón de oro” o “nombre de oro” (imp.
leído recientemente en una tesis en Madrid). Así, junto a la denominación de Horus y la
de las dos diosas, Selekh-Nebti, queda fijada la titulatura de los monarcas durante este
período.
Además, durante este período se fue fijando la ortografía de las palabras en jeroglífico,
pues hasta entonces no había una escritura completamente estructurada. Sin duda había
sido inventada antes, pero ahora es cuando se origina la ortografía de las palabras que
quedaría fijada para el resto de la historia egipcia.
En el Egipto de las Dinastías Tinitas por debajo del monarca se encontraba su propia
familia. Probablemente no toda la alta administración estaba formada por familiares, pero
el porcentaje de otros individuos sería bajo (imp. debemos entender la familia en un
sentido amplio). Además, los textos lo manifiestan, pues los denominan p’t. A finales
del III milenio termina convirtiéndose en un apelativo, pero hasta entonces los jrj- p’t son
miembros de la familia real. Era excepcional que las funciones no estuviesen fijadas, pues
un miembro de la familia real se veía obligado a desempeñar una función determinada
en el Estado. Además, aún no existía una burocracia establecida. Aun así, existían cargos
especializados:
36
o Ámbito provincial. Durante las Dinastías Tinitas se establecerá el
sistema de provincias en Egipto, que se considera la estatalización del
sistema de regadío, como evidencia un signo jeroglífico que representa
canales de irrigación. La propia estructura de las provincias parece
establecerse en función de las zonas que requieren un control unitario
para el regadío, organización que permite decidir en qué campos se
almacena el agua y qué otros se riegan paulatinamente, pues no hay
presas, sino campos inundados (imp. reservas de agua). Para el Alto
Egipto se establecen 22 provincias, que, con ligeras variaciones,
quedaron fijadas para el resto de la historia del país. Esto supone que
perdurará una división provincial ligada al paisaje, y Egipto se
convertirá en un país de poblamiento disperso. El Delta oriental, por
otra parte, había sido objeto de colonización a finales de Naqada III,
cuando empiezan a consolidar las provincias. El occidental no se utilizó,
pues no era apto para la agricultura y se prefirió que se especializase en
la ganadería, actividad que no requiere de un control tan férreo del
territorio. Quienes lo administraron residieron durante el III milenio en
la capital.
El Reino Antiguo está conformado por cuatro dinastías que no están compuestas por
familias distintas, pues el último rey de cada una de estas dinastías es padre del primer
rey de la siguiente. Dentro de la III sí coexisten varias familias, pero entre la III, la IV, la
V y la VI existe una sucesión patrilineal. Probablemente este corte se deba a cambios
en el sistema religioso que sustentaba el Estado y, aunque no se conservan textos que lo
expliquen, podemos reconocerlo en la forma de las tumbas de los reyes. En función de
la ideología del monarca cada pirámide será distinta.
El complejo de Netjerykhet
La superestructura de la tumba de
Netjerykhet es el resultado de seis
modificaciones en el plano original,
producidas según se fue conociendo
todo el potencial del nuevo
material de construcción, la piedra.
La estructura final fue una pirámide
de seis escalones con una planta de
140 x 118 metros y una altura de 60
metros. Se alza dentro de un recinto
de 545 x 277 metros, cuyos muros
probablemente imiten la fachada
del palacio real. El cuerpo del rey fue depositado en una cámara construida debajo de
la pirámide, bajo el nivel del suelo. Si bien para nosotros la nueva forma arquitectónica
señala el paso a un nuevo período histórico, también guarda una clara conexión con el
pasado. En su diseño inicial era una mastaba de planta rectangular, es decir, una típica
tumba real del Dinástico Temprano.
El gran patio del Sur presenta unos mojones en el suelo con las estructuras dibujadas
en las fiestas Seth. En el espacio abierto se reproducen los pabellones que se utilizaban
en la fiesta Seth (imp. ceremonia de corte), con varios edificios macizos que reproducen
en piedra la estructura (imp. empleados para ceremonias). En el Norte, por otra parte, se
emplaza el templo destinado al culto del monarca.
39
ahora existirán dos ejes fundamentales en los templos funerarios reales:
Este-Oeste, por la calzada, y el Norte, por el que se desciende a la cámara
funeraria.
Sin embargo, Snefru se hace construir una segunda pirámide en Dahshur, la Pirámide
Roja, donde será finalmente enterrado. Se
entiende que buscaba tener una pendiente
muy elevada, pero cuando alcanzó cierta
altura comenzó a resquebrajarse y se decide
cerrarla con una más breve, por lo que se
consolida como una pirámide de doble
pendiente. Las caras son lisas y la pirámide
se conforma con hileras horizontales.
Probablemente el vértice se encontraba
cubierto de pan de oro. Presenta cámaras
impresionantes cubiertas por aproximación de hiladas, algunas alcanzando los 17 metros
de altura y muy bien esculpidas. En algunos lugares se emplazaron vigas de madera.
En torno a las pirámides se encuentra la única necrópolis que se erige en el país durante
la IV Dinastía. Además, se emplaza una barca egipcia que fue descubierta en la década
40
de 1950. Estaba cosida con cuerdas y, al hincharse el esparto en contacto con el agua, las
planchas se fijaban. Presenta la quilla poco arañada, por lo que probablemente fue sólo
utilizada para el enterramiento del monarca (imp. en la actualidad se ha descubierto
una segunda que se está exhumando).
En la Dinastía V se incorporarán
diferencias fundamentales. Los
monarcas de esta dinastía serán, casi
todos, enterrados en la necrópolis de
Abu-Sir, construyéndose en paralelo
a cada uno de los complejos funerarios
un templo solar, con un enorme
obelisco creado a partir de sillares. En
torno al patio se incorporará un
elemento de cierre y un templo
pequeño, repitiendo la idea del templo
bajo y la calzada. Desconocemos por
qué hacía falta que cada rey construyese este nuevo elemento paralelo al complejo
funerario. Algunos autores han planteado que se debe a que el complejo de Abu-Sir no
41
está a la vista de Heliópolis, lo que impediría que éste se viese. Esto implicaría una
situación que afecta a todas las pirámides, entendiéndose que la conexión visual era
imprescindible (imp. con todas las implicaciones que puedan deducirse). Las pirámides
se entenderán como propias construcciones solares.
Mientras que en la Dinastía IV el templo alto variaba, con la V Dinastía quedará fijado
y todos tendrán la misma forma: una parte con un pasillo sin visibilidad, sin ningún tipo
de entrada de luz, que da a un patio abierto en el cielo que lleva a la zona más protegida
del complejo, donde se ejercen las ofrendas al monarca. Por otra parte, las pirámides
variarán sus decoraciones, creando un auténtico juego de colores a partir de los distintos
materiales (ej. diorita, granito de diversos tonos). Se emplearán piedras muy costosas, la
mayoría procedentes de las canteras de Aswan, y se esculpirán y pintarán las paredes.
El énfasis se colocará, sin embargo, en las cámaras interiores. Desde el penúltimo rey
de la Dinastía V todas las cámaras interiores poseerán un pasillo descendiente que
desemboca en una cámara cuadrangular: al Oeste se emplaza la funeraria y al Este tres
cámaras sin decoración, donde se mantiene la piedra rugosa (imp. con un claro valor
simbólico). Se excavaba primero una fosa en el suelo para que en los laterales se
apoyaran las vigas que sustentaban el
techo en el mismo vértice de la pirámide.
La presión recae así sobre el suelo y no
sobre la construcción, siendo éste de
buena calidad y de caliza resistente. La
cámara interior, incluso las piedras que la
recubren, no llegan hasta las propias
vigas, dejando un vacío para que las
piedras de las cámaras interiores no
sufrieran presión (imp. soportando
incluso movimientos sísmicos). Estas paredes se cubrirán con textos, los Textos de las
Pirámides.
42
Estos textos no serán históricos, no informarán de la vida del monarca, sino que tendrán
un carácter exclusivamente religioso. Son los textos religiosos más antiguos conservados
de la Historia de la humanidad. Se conservan en un número altísimo, con un total
actualmente de 800 himnos. Sólo la pirámide de Pepi I posee 200 textos. Cuando se
dieron a conocer se pensó que eran textos reservados al monarca, pero posteriormente se
ha empezado a considerar que pudieron haber sido recitados también en los
enterramientos de particulares. No obstante, en las tumbas de particulares, o bien nadie
tenía la voluntad de copiarlos o había una cierta sensación de que no debían ser copiados.
Por otra parte, sí existen textos exclusivamente reales que aluden incluso a la coronación.
A partir del reinado de Snefru el nombre que aparecía debajo del título del
Rey Dual se rodea con una cuerda anudada en la parte inferior. Los
egiptólogos lo llaman cartucho. Se identificaron a finales del siglo XVIII y
se supuso que designaba el nombre de dioses o reyes, y los científicos
franceses lo vieron similar al cartouche francés. Su utilización coincide con
el momento en que se construyen las pirámides de caras lisas. Si posee forma
circular se denomina shen, entendida como la cuerda que rodea al mundo y
simboliza el circuito del Sol. Se entiende, por tanto, que se trata de otra
simbología solar que se aplica a los monarcas.
A partir del hijo de Khufu, Khafre, aparece el epíteto “hijo del Sol”, “hijo de
Re” encima del cartucho. Aunque durante la IV Dinastía no se usa
regularmente, a partir de la V se establecerá como el quinto nombre de los
reyes egipcios. El cuarto nombre siempre es el nombre real del individuo,
mientras que el quinto designa el programa que desea realizar el monarca en
el gobierno.
A través de la documentación, parece que desde el inicio de la III Dinastía los reyes se
entendían como humanos divinizados, es decir, no eran dioses en sentido pleno.
Mientras que las inscripciones oficiales, textos modélicos del comportamiento del
monarca, siempre aluden a éste como a un dios, en la documentación no oficial se
observa cómo los egipcios lo entienden como a un ser humano. La historiografía había
establecido tradicionalmente que, desde el Reino Antiguo, los reyes eran concebidos
43
como dioses, pero hace 40 años, con la publicación de De la divinidad del faraón, se
desmonta la teoría. Hoy se entiende que ambas consideraciones son correctas: entendían
que el monarca era un ser humano, pero que desempeñando el cargo de rey actuaba en
representación de los dioses.
No conocemos bien la función de las esposas reales. Aunque no existe el título de reina,
tienen función dentro de la propia realeza. Se les construyen complejos funerarios con
estructura idéntica a la de los reyes, pero con dimensiones reducidas, y en los casos en
los que el rey no se presenta a sí mismo como hijo del rey anterior se presenta como hijo
de una mujer de la familia real, por lo que la trasmisión de la línea dinástica también
tiene en cuenta a las mujeres. En ocasiones algunas actuaron como regentes, con tres
casos documentados en el Reino Antiguo, recibiendo culto por un tiempo tan extendido
como los más importantes reyes.
La construcción de las pirámides del Reino Antiguo no puede entenderse sin una
administración bien establecida que permitiese el cobro de tributos y el funcionamiento
de una economía que pudiese mantener el aparato estatal.
44
Desde la III Dinastía se documentan individuos enterrados junto al monarca,
conteniendo los títulos que desempeñaron durante su vida (imp. esto genera una lectura
muy problemática). Hoy entendemos que el conjunto de las titulaturas se puede agrupar
en tres conjuntos distintos:
1. Títulos honoríficos: “el amigo único”, “el conocido del rey”. Si implicaban una
función no lo señala el propio título, pero si desempeñaban alguna actuación
probablemente estaría ligada a las órdenes y a las necesidades puntuales del
monarca. Con estos títulos se insiste en la cercanía de los individuos al rey.
2. Títulos que aluden a una actuación concreta ligada al mantenimiento de la
casa real, en términos amplios: “encargado del guardarropa del rey”, “médico del
rey”, “jefe de los talleres del rey”. Siempre hacen alusión al monarca.
3. Títulos ligados al Tesoro o a las provincias. El cargo más importante es el de
visir o chaty, quien asume todas las funciones principales (imp. de la
administración) por delegación real. Durante las Dinastías III y IV todos son
miembros de la familia real, pero a partir de la V lo ocupan individuos que no
especifican pertenecer a ésta. Esto significa que la administración presenta la
posibilidad de ascenso y, para potenciar esta idea, lo más probable es que se
ocultase que la mayoría ya formaba parte de la élite. El chaty desempeña
funciones ligadas a la justicia y es el jefe de la administración y de los archivos
reales, lo que supone la confirmación de algo que suponemos que existe desde la
Dinastía I, centros de recopilación de los derechos y posesiones de la población
en textos. Por otra parte, al principio del Reino encontramos a un “canciller del
Bajo Egipto” que parece ir perdiendo importancia. También existe el “jefe de los
trabajos del rey”, el individuo que se encarga de la construcción de los complejos
funerarios y, probablemente, de las construcciones estatales (imp. título de
Imhotep).
Al mismo tiempo en que se va incrementando el cuerpo administrativo crece el
cuerpo de escribas. El escriba es un individuo que se ocupa de la administración desde
sus niveles más bajos, realizando registros sobre papiros. El más antiguo conservado
pertenece a la I Dinastía, aunque está vacío y sin texto. Será desde la III Dinastía cuando
surjan los primeros papiros escritos, pero no en escritura jeroglífica (imp. es específica
para monumentos). Probablemente desde la Dinastía I se habría inventado una forma más
rápida de escribir, el hierático.
46
Se crearán fincas agrícolas, hwt,
representadas en los complejos funerarios,
y en cada uno se materializa con figuras de
la fecundidad que portan en sus manos la
palabra “ofrenda”. La producción de la
finca irá encaminada a la construcción y el
mantenimiento del complejo funerario.
Conocemos bien la creación de estas
estructuras tanto en el Alto Egipto como en
el Delta oriental, lo que implica una ocupación sistemática del suelo: allá donde
no había ya una aldea agrícola, el Estado la crea.
Esto requiere de canales de irrigación para las instalaciones, imprescindibles
para aportar vida a quienes explotaban el suelo. Se lleva así a la explotación más
efectiva de los recursos del país, convirtiéndose el Delta en un área de explotación
sistemática.
El principal propietario del suelo es el Estado, quien incluye bajo su control
directo al suelo agrícola más fértil del país. Dentro de estas tierras estatales
algunas se crean para construir complejos funerarios, otras para mantener el
palacio y otras para entregar en usufructo a los altos funcionarios.
El funcionamiento de estas propiedades se conoce a partir de dos conjuntos de la
Dinastía V, entre los que se encuentra el de Neferikare. Probablemente, en los
conjuntos funerarios había un archivo en el templo bajo, en el valle. El control se
registra en tablas mediante un sistema burocrático que posee todo tipo de
modelos necesarios para el funcionamiento de la pirámide: para el control del
ritual diario, del material acumulado, de los alimentos que llegan al templo, del
reparto de los alimentos. Seguramente, en el palacio real se emplearían otro tipo
de tablas burocráticas haciendo referencia a la información que debía manejarse
para el correcto funcionamiento.
Respecto a la política exterior, desde las Dinastías tinitas había habido actuaciones
exteriores, muy puntuales y dirigidas exclusivamente a Nubia. Durante el Reino
Antiguo, las expediciones mejor documentadas son las orientadas a esta región:
Durante las Dinastías tinitas, la isla de Elefantina (imp. que con la VI Dinastía
tendrá a sus propios gobernadores), al final de la primera catarata, conformaba la
47
zona de control del área meridional egipcia y el lugar donde se almacenaban los
bienes del comercio. Era el lugar donde se acumulaban las riquezas de las
expediciones, pues desde las primeras dinastías se inicia una política de saqueo de
Nubia. Con las Dinastías tinitas se ejercía la entrada en Nubia para saquear zonas
de terminadas y, a medida que iban esquilmando las zonas más cercanas las
expediciones se hacían más largas.
Nubia se parece ecológicamente a Egipto, pero es más estrecha, es decir, la
capacidad de producir es más limitada. Las razias de las Dinastías tinitas había
llevado a una paulatina despoblación de la Baja Nubia.
Al inicio del Reino Antiguo parece que el espacio entre la primera y la segunda
catarata había quedado deshabitado. Entre la II y la III Dinastía no era posible
el ejercicio de la agricultura en el área.
Con el comienzo de la Dinastía IV, para facilitar el tránsito de mercancías nubias
hacia Egipto (imp. sobre todo el oro nubio), se establece una guarnición en
Buhen para que los individuos se encargasen de comerciar con los escasos nubios.
Las mercancías llegaban a través del Nilo desde África Central, por lo que se
almacenaban en la guarnición. Además, se encargaba de extraer la materia
prima en los wadis en torno al Valle, especialmente en el wadi Alaki.
Durante la V Dinastía
parece que la presencia
pacífica (imp. aunque de
explotación) y el
comercio permitieron el
aumento demográfico.
Sin embargo, los nubios
eran conscientes de la
opresión de los egipcios,
y se ven obligados en
estos momentos a abandonar Buhen. A partir de entonces, el tránsito entre
Buhen y la primera catarata se convierte en zona peligrosa para los egipcios.
Los gobernadores de Elefantina tratarán de retomar el comercio con Nubia
mediante caravanas y barcos.
Los nubios fueron paulatinamente más conscientes de su capacidad de control
de las riquezas. A través de las autobiografías puede verse cómo se van
reforzando, obteniéndose datos del propio comercio y los productos obtenidos.
A mediados de la IV Dinastía se emprende una expedición de no regreso, y el
hijo del director de ésta asumirá una nueva expedición para recuperar a quienes
se habían internado en Nubia. A partir de entonces se precisará un destacamento
militar.
También hubo contactos con los libios, que serán denominados thn, thnw, thmhw. Son
poblaciones que van desde la actual libia hasta el Delta occidental, ocupando algunos de
ellos los oasis occidentales. Siempre se les presenta de forma estereotipada. Respecto a
los contactos con Oriente, la expedición más conocida es la de Uni. La documentación
no especifica si la expedición es puramente comercial, pero hay zonas como Biblos o el
Líbano que se convertirán en las principales exportadoras de madera y bienes de Oriente
48
Próximo hasta Egipto. También resalta la importancia del Punt, que, aunque se ha
discutido dónde podía emplazarse, hoy se entiende que estaba en Somalia y Yemen.
Sin embargo, aunque conocemos relativamente bien la segunda parte del período
Heracleopolitano, la parte más antigua del período es bastante más oscura, pues
desaparece la documentación menfita. A partir de entonces, las listas reales y Manetón
nos aportan información sobre las Dinastías IX y X, que no habrían tenido su centro de
actividad en Menfis, sino que habrían gobernado desde Heracleópolis Magna. Por
primera vez en casi un milenio, la corte y el lugar de residencia del monarca habrían
dejado de residir en Menfis.
49
y su ciudad, Waset, como sede de gobierno. Estos acontecimientos marcarían el comienzo
del Reino Medio.
50
Además, poseemos material que se ha producido exclusivamente para las necrópolis
de estos individuos enterrados que nos indican que, por primera vez, aparece una
producción artesanal encaminada a crear ajuares para el Más Allá.
Durante los primeros 600 años del Reino Antiguo los muertos habían sido
enterrados sin ajuar. Desde finales de la VI Dinastía comienzan a parecer
individuos con pequeños ajuares compuestos por objetos de la vida cotidiana. A
partir de entonces se incluyen grupos escultóricos portadores de ofrendas que el
difunto consumirá.
Necrópolis y textos
En el tránsito entre la VI Dinastía y el período Heracleopolitano los gobernadores
provinciales se harán enterrar en ataúdes paralelepípedos con paredes de madera de
calidad (imp. generalmente del Líbano). En el interior, con escritura hierática, se
escriben himnos para que se mantengan recitados por la eternidad para el beneficio del
difunto: los conocemos como Textos de los Ataúdes. En ellos están copiados parte de
los Textos de las Pirámides y en torno a 2000 himnos diferentes no documentados en el
Reino Antiguo.
Por otra parte, las tumbas del período presentan una forma diferente: bien porque
existen tradiciones locales o porque se crean específicamente diferenciadas de la
51
tradición y de las tumbas vecinas, buscando
que la arquitectura refleje señas de
identidad, la idiosincrasia de la provincia
frente a las limítrofes. Se crean así nuevas
tumbas que terminarán por tener una
importancia fundamental en tiempos de las
Dinastías XI y XII, las tumbas saff. Éstas
poseen un gran patio con un pasillo
transversal por el que se accede a una
cámara interna. En el área Norte se construirán otro tipo de tumbas a partir de los
modelos del Reino Antiguo, que adoptarán la forma de un pequeño templo y que irán
orientadas a los gobernadores.
Hay diferencias entre unas necrópolis y otras: mientras unas son más deudoras
de las del Reino Antiguo, con relieves organizados en registros que imitan los
temas de las Dinastías V y VI, en otras encontramos nuevas representaciones
con animales diversos e, incluso, sin registros (imp. evitando repetir la tradición
anterior).
Los ajuares insisten en sus éxitos militares y testimonian la contratación de
nubios en el ejército mediante la representación de un destacamento de arqueros
negros (imp. para entonces Nubia era llamado el “país de los arqueros”). Hay
también muchas maquetas con soldados que aluden a éxitos militares contra
extranjeros, fundamentalmente pastores libios. Se documenta la presencia de una
serie de individuos en el Delta occidental, Assyut y el Egipto Medio cuyos cargos
los hacen responsables del pasto, en zonas donde, efectivamente, entraban los
pastores. Probablemente, la “lucha” contra los pastores libios se limitaba a evitar
que cometieran algún pequeño hurto.
A finales del Reino Antiguo se crea un nuevo tipo de texto literario, las
enseñanzas. Se trata de un tipo de obra donde un individuo de cierta edad enseña
a un joven cómo se tiene que comportar para poder tener éxito en la vida, con
enseñanzas de comportamiento que ocupan una estrofa completa. Cada estrofa
presenta un tema distinto con formas de desempeñar cargos determinados. Son
significativas porque es una narración de lo que la élite considera como digno (ej.
hay estrofas ligadas a banquetes, otras al comportamiento de oficina, a cómo
debe comportarse el escriba). Del Período Heracleopolitano conservamos una
muy significativa porque el rey Khety es quien enseña a Merikare,
transmitiéndole el comportamiento propio de la monarquía y la retórica existente
detrás de los actos.
Al mismo tiempo, las autobiografías se mantienen y se convierten en un género
bastante rico y abundante en muchas necrópolis. Nos informan de los altos
funcionarios provinciales y de lo que consideran la forma ideal de
comportamiento. Casi todas se corresponden con individuos que se mantuvieron
52
fieles a los monarcas de Heracleópolis Magna, y engloban temas similares: una
continua afirmación de que en sus ciudades se está viviendo una situación crítica
que, mediante su actuación de gobierno, mejora. Los documentos se utilizan
como testimonio de que la situación era inestable, siendo siempre capaces de
solucionarla.
53
Se conserva una necrópolis muy saqueada en Heracleópolis, pero se considera
que debió ser inmediatamente posterior a la llegada de los tebanos. Por tanto,
seguiría habiendo allí actividad cultural y artística.
54
Tema 7, I. El Bronce Medio en Mesopotamia (II milenio a.e.).
1
La llegada de nuevas poblaciones
A partir de la documentación de Ebla podemos reconocer que los amorreos son una
población marginal también en Siria, pues el núcleo más fuerte es el de los hablantes de
eblaíta. Pero, al caer Ebla, se genera un vacío de poder que será tomado por los amorreos.
Mediante el pastoreo, controlarán la región que había sido gobernada por la propia
ciudad.
2
En un primer momento no parecen ser la población mayoritaria, aunque no sabemos
si se debe a la capacidad de asimilación o de control. Lo cierto es que, paulatinamente,
van arrinconando a otros grupos lingüísticos para terminar siendo mayoritarios. Será a
partir del siglo XX cuando las nuevas élites amorreas intenten reorganizar la sociedad
y presentar la situación como una recuperación de lo previamente existente, para
mostrarse como herederos de la Mesopotamia tradicional.
La Lista real sumeria, que había sido unificada a finales del III milenio, llega a
nosotros a través de las copias de Larsa. En ellas, los reyes de Isín y Larsa se
presentan como claros descendientes de los gobernadores del III milenio (imp.
tanto de los acadios como de la III Dinastía).
4
En algunos templos se inicia una actividad económica independiente,
financiando así otros determinados tipos de actividades. El templo acumula plata
y la arriesga casi como si fuese un ente privado (imp. a pesar de enmarcarse en
una organización estatal).
Esta nueva situación de propiedad del suelo probablemente está ligada a una
transformación en el paisaje agrario a consecuencia de los cambios necesarios que se
habían implantado en la explotación del suelo, aunque no se identifican cambios
tecnológicos. La única solución entendida fue el intento de recuperar el paisaje en una
situación de degeneración de su productividad.
A partir de finales del III milenio, los textos inciden en los tratamientos necesarios
para que el riego del campo impidiese la salinización de las tierras de cultivo, sobre todo
5
las de cereales. Las tierras más meridionales (imp. probablemente por una razón de la
reducción del peso demográfico del sur) que habían sido explotadas desde el V y el IV
milenio habían estado sufriendo un proceso de salinización que las estaba convirtiendo
en inutilizables para la agricultura si no se empleaba un regadío continuo que redujese la
sal e impidiese la formación de costra.
Para solucionarlo, la población que dirige ahora estas ciudades busca un cambio en la
forma de explotar el suelo, pasado de extensivas cerealísticas a explotaciones más
pequeñas que pudiesen regarse con más frecuencia. Se evitan así los cultivos en
barbecho y se pasa a un sistema en que en invierno se cultiva cereal y en verano se pasa
a un cultivo hortícola que requiere regadío continuo (imp. también con leguminosas). La
transformación más drástica, sin duda, es el paso de una agricultura cerealística a una
hortícola, pues requiere de árboles y palmeras que eviten la incidencia de la insolación
y, al mismo tiempo, permitía diferenciar las propiedades.
Comercio
Esto se conoce muy bien en Asiria. Hace dos décadas se publicaron unas tablillas de
Umma que evidencian la capacidad de estos individuos de obtener beneficios en el seno
de la III Dinastía de Ur y convertirlos en plata para acumular bienes. El metal se utilizaría,
probablemente, con la finalidad de obtener beneficio privado, para así poder financiar
producciones de bienes para el intercambio. Esta situación se irá generalizando a partir
del II milenio a.e.
6
cantidad de cobre ya fijada. En el transito al II milenio los textos testimonian que siguen
ejerciéndose los intercambios, pero los mercaderes otorgan parte de su beneficio al
templo de Nanna, como si tuviese el monopolio en la ruta comercial.
En Anatolia se conocen colonias asirias en las que los comerciantes llevan una
economía privada utilizando una red comercial establecida por el estado. Hay
agentes comerciales estatales que se encargan de las relaciones con las autoridades
locales, por lo que el estado se implica en mantener una red comercial en la que
actúan comerciantes privados, en una situación completamente novedosa: el
estado funciona como un agente comercial más.
Toda la documentación procede de estas colonias. Las más importantes son Kül
Tepe y Kanesh (imp. conservándose en esta el archivo más numeroso). Hay
veinte colonas más bien documentadas de las que se conservan tablillas. Por tanto,
la reconstrucción de la Historia de Asiria que podemos realizar es muy parcial.
Como son ciudades que surgen en el III milenio (imp. durante el Dinástico Antiguo, e
incluso antes), en Assur se documenta un gobernador de la III Dinastía de Ur. Assur
funcionaba desde el III milenio como un enclave impulsado por la Baja Mesopotamia.
Nínive, por otra parte, se conforma como centro político y religioso. La economía se
basará en la ganadería y la agricultura de secano, y obtendrán menor productividad
frente a la de la Baja Mesopotamia.
Apenas poseemos documentación directa del III milenio a.e. Las listas muestran
a un rey como su fundador, y mencionan que “hasta aquí diecisiete reyes que
gobernaban desde tiendas”. Probablemente el monarca buscaba identificarse
como diferente de la población nómada, aunque lo lógico es pensar que fue
designado de entre los jefes nómadas existentes por la III Dinastía de Ur.
7
El Reino Antiguo asirio en el II milenio a.e.
El monarca del que poseemos documentación por primera vez es Ilushuma, ca. 1970
a.e. Con frecuencia carecemos de testimonios arqueológicos de los edificios antiguos,
pero en los textos se copiaron en depósitos de fundación que añadían quiénes
elaboraban nuevas obras. Ilushuma habría reconstruido la puerta de Ishtar y habría
creado un sistema de desagüe en la ciudad. Esto quiere decir que con la siguiente
generación a la III Dinastía de Ur ya hay un monarca que gobierna de manera autónoma
y en beneficio propio en Assur, a quien se le achaca una expedición hacia el sur para
“liberar a los acadios”. Con su sucesor se documenta por primera vez la ruta comercial
que vincula al reino con Anatolia, por lo que quizás esta información tenga relación con
la economía y el comercio.
8
Es de origen amorreo, por
lo que su lengua se
introduce como oficial en
la administración. Se
adoptan los formularios y
el sistema burocrático de
origen bajomesopotámico
se introduce en Asiria.
Recibe influencias
meridionales. Assur será
el dios principal, pero se
introducen divinidades del sur como Enlil o Ishtar (imp. se restaura su
santuario) y el rey adopta la titulatura de los monarcas meridionales, sobre
todo de los reyes del período acadio.
Traslada la capital de lugar, puesto que Assur se queda descentrada respecto a la
dimensión del reino. Crea Shubat-Enlil, situada estratégicamente entre las dos
mitades del reino: favorece el tránsito hacia Anatolia, con quien se intenta
recuperar el flujo comercial que unía ambas áreas con Siria.
Se conservan archivos, de los pocos del Reino Antiguo asirio. En Mari hay un
archivo riquísimo del período anterior a este monarca y posterior. Se conservan
las cartas de Samshiadad I a su hijo, a quien dispone como gobernador en Mari
y trata de forma despótica.
En todas las ciudades había guarniciones militares con representantes políticos,
de manera que debió asemejarse al gobierno de Hammurapi en Babilonia.
Se hicieron necesarias, debido a esto, cancillerías u oficinas de escribas. Esto
implicó la expansión de la escritura hacia lugares donde hasta entonces no
existía, empleándose un modelo meridional adoptado por el monarca.
Las estrategias burocráticas de gobierno de la Baja Mesopotamia se extienden
durante este reinado por la Alta Mesopotamia y el Norte de Siria, lo que supone
una homogeneización en la organización de la burocracia. El dialecto se
convirtió en la lengua diplomática de Oriente Próximo durante más de un
milenio.
Las guarniciones servían para ejercer levas y formar ejércitos continuamente.
Cada año se organizaba una tropa. La dirección de las campañas se realiza, sobre
todo, en las fronteras del Norte, para mantener estable la zona y que la ruta
comercial pudiera mantenerse sin problemas (imp. asegurando la fluidez del
tráfico comercial).
Muerto Samshiadad el reino cae tras una generación. Para entonces, se documenta
una inscripción de Hammurapi en territorio de la Alta Mesopotamia. Poco después
desaparece la segunda fase de colonias asirias en Anatolia (ej. Karum I 1800 – 1780
a.e.)
9
El funcionamiento de las colonias asirias
Las colonias se llaman karum, que significa puerto (imp. en lengua semita), término
creado por la preponderancia del comercio en vías fluviales y relacionado con una
entidad física. Hay otras colonias denominadas wabartum, documentadas en la escritura
como colonias secundarias, probablemente sin entidad física.
De Anatolia proceden
materias primas de
interés para la Baja
Mesopotamia: madera,
oro, plata, cobre, piedras
preciosas. Esta riqueza
llevará a que durante el III
milenio se vayan
formando distintos reinos
que se van especializando
en determinados
productos. Ninguno fue capaz de unificar Anatolia, y la información obtenida
de los documentos asirios es que al menos hay 20 reinos ligados a la ruta
comercial asiria desde Assur hasta Kanesh, que actúa como centro político de las
colonias asirias en Anatolia. Probablemente había más formaciones estatales de
escasa entidad política y estatal.
1. Los dominantes son los anatólicos, algo evidente físicamente por las
dimensiones de las colonias, como determina Kanesh, la ciudad central de las
colonias asirias en Anatolia.
2. Los asirios significan riqueza para todos, incluidos los jefes de las ciudades
anatólicas, pero quienes dominan políticamente son los anatólicos. La actividad
comercial será lo que esté en manos de los asirios.
Se establecerá una ruta comercial que va desde Irán (imp. posiblemente no habría
llegado hasta Afganistán) hasta la meseta Anatólica; como mínimo va desde Kanesh
hasta Irán. Aquí tuvo que haber colonias, pero no se han descubierto. Por tanto, o se ha
perdido la documentación o tenían menos peso, porque lo más común para entonces son
las sociedades ligeramente desiguales. Debemos suponer que los mismos
establecimientos anatólicos existieron en Irán.
La ruta comienza por la obtención de estaño en Irán. Desde ahí continúa hasta
Asiria, donde se dejaba parte del estaño, pero otra se llevaba a Anatolia, cargando
con productos textiles. En Asiria, las esposas de los comerciantes dirigían los
talleres de producción de tejidos.
En una segunda época se pasaba por Nínive y Shubat-Enlil, y probablemente
también por el Norte. Luego llegaban a Anatolia y realizaban el intercambio con
10
cada una de las colonias que iba centralizando hacia Kanesh sus productos,
donde se llevaba a cabo el intercambio central.
El ritmo debía ser anual. Los pasos de montaña parecen hacer imposible que el
viaje se hiciera de una sola vez en un solo año, por lo que debían parar
periódicamente.
Nada indica que exista comercio estatal, pero puede que estemos ante la misma
situación que en el III milenio a.e. respecto a la propiedad privada. Probablemente la
documentación del comercio estatal estaría en Asiria, pero no hay archivos que lo
documenten. Las colonias sólo permiten documentar el comercio privado.
El sistema funcionaba como una agencia diplomática. Los karum tenían una casa
del karum donde residía el delegado de Assur. Había una asamblea de
comerciantes que residía en el karum tomando decisiones de incumbencia.
Los archivos permiten documentar las relaciones establecidas con las
autoridades locales. Se conoce gracias a ellos que cada jefe de estos principados,
al tomar el poder, firmaba un nuevo acuerdo con las colonias que duraban la vida
del individuo que había firmado.
Los acuerdos especificaban las obligaciones: los mercaderes imponían a los
asirios tasas sobre las caravanas y permitir el derecho preferencial de compra
por el jefe de la ciudad.
Al mismo tiempo, se restringía la utilización de bienes de lujo para quienes no
fuesen los gobernantes del estado, que querían controlar los bienes que muestran
su estatus. Si esto no se cumplía, los mercaderes podían ser encarcelados.
A cambio de esto, los asirios podían actuar de manera autónoma en sus
colonias respecto a los gobernantes locales.
11
• La Baja Mesopotamia y la I Dinastía de Babilonia
A finales del III milenio a.e. se establece en
Babilonia un grupo amorreo que adquiere peso en
los siglos XX y XIX a.e., creando una Dinastía.
Hammurapi es el sexto de los reyes de la Dinastía y
el primero que ostenta una cierta importancia. En
tiempos de su padre, Babilonia aún no tenía
demasiado peso desde el punto de vista político. El
reino será una obra casi personal de Hammurapi
y, tras su muerte, una generación más tarde, el reino
vuelve a ocupar el mismo espacio que en los reinados
previos.
El gobierno de Hammurapi
12
Es un individuo cuya tradición de grupo
gentilicio se basa en un gobierno en el que el
jefe del clan debe mantener y controlar a los
grupos a los que dirige. Al ascender al gobierno
del Estado, actúa de forma similar.
No se adapta a la forma de gobierno del III
milenio a.e., y probablemente en ello radique la
debilidad de los reinos amorreos: hay muy
poco apoyo en la administración.
13
entrada a los elamitas. Posteriormente, Eshnunna y Lagash se incorporan al
reino de Hammurapi.
Las conquistas se inician 20 años después de la llegada al monarca al trono, lo
que no evidencia ambición de expansión territorial especial.
Había un grupo de ciudades durante su reinado, las del Éufrates, que causaron
una cierta inestabilidad permanente. Buena parte de las medidas de gobierno
fueron encaminadas a intentar reducir las consecuencias negativas de esto.
14
Tema 7, II. El Bronce Medio en Siria (II milenio a.e.).
Los grupos están formados por población sedentaria minoritaria y por grupos
seminómadas, en los que una parte de los componentes suele ser nómada y el
otro no. Están organizados en tribus, basados en clanes y grandes familias en
confederaciones. Los sedentarios están organizados como estados palatinos
(imp. dirigidos por un palacio).
Cada uno posee formas distintas de relación que resultan significativas para
comprender que el seminomadismo no es una evolución hacia otra forma social
distinta, sino que lo desarrollan porque es la forma intrínseca de explotación del
territorio. El pastoreo, en este nicho económico donde no hay forrajes tan
intensos, necesita mover el ganado para alimentarlo.
15
alimenta de los restos de los cereales (ej. paja). Esta es la forma de vida normal de
Siria, pero se impone una situación coyuntural: la imposición de ciudades y palacios.
Como el terreno es menos productivo, las ciudades serán más pequeñas y efímeras
que en Mesopotamia. La documentación evidencia una enorme división territorial, pues
las sociedades estatales controlan territorios muy pequeños. Se encuadran o en la cuenca
del río Balikh y del Éufrates y su meseta cercana o en la costa.
Se tratan con un nivel cercano de respeto, el mismo que se establece con los jefes
de ciudades con los que Mari establece relaciones comerciales y burocráticas. Los
documentos mencionan el reconocimiento de Mari de la investidura como jefes
del clan, y se establece un regalo por parte del palacio al gobernante, y éste regala
a su vez otro obsequio a Mari como un obsequio que deben al estado.
16
todos los grupos de especialistas). La estructura burocrática imita a la de Mesopotamia,
con la escritura ya extensa por los palacios de la región.
Puesto que la agricultura no permite mantener una estructura tan amplia, los
ingresos del palacio se complementan por la explotación de la ganadería (imp.
cobrando el tránsito del ganado por los estados) y la explotación de las rutas
comerciales, pues Siria es una zona en tránsito de materias primas de Chipre,
Anatolia y Mesopotamia.
Siendo estados de estructura social débil, poseen unos artesanos de nivel técnico
excepcional. La Siria del Bronce Medio crea obras de enorme habilidad técnica e
innovaciones de especial calado, como el vidrio. Pero a la relativa debilidad e
inestabilidad contribuye una situación doble:
Siria, Mari, Babilonia y Yamhat serán las ciudades que, por orden, ostenten la
hegemonía. A finales del siglo XVIII, cuando desaparecen Babilonia y Mari, Yamhat se
presenta como el centro hegemónico durante medio siglo y Siria regresa a la situación
de pequeños estados en los que prima el pastoreo seminómada por encima de la
organización sedentaria palatina.
17
hacerse muy compleja, porque en Mesopotamia estaban hechos con lienzos
verticales, pero en Siria son en talud, lo que indica que se habían creado
instrumentos para destruir murallas verticales de 40 metros de anchura (imp.
con barro apelmazado). Esto implica que se protegen del ataque de un ariete.
Para entrar se crea un sistema de protección de la puerta que conocemos en
Ebla. Ebla, en el II milenio a.e., es una ciudad que depende del reino de Yamhat.
Se documentan moldes para hachas, con vías de entrada y de una sola pieza,
sin tapa; se llaman hachas de pico de pato. Se inventan aquí y después se
encuentran importadas en Mesopotamia y Egipto. Son de bronce y muy costosas,
al igual que las mazas y los reposabrazos. Se encuentra una maza importada de
Egipto en Ebla. Además, se crea marquetería con placas.
18
Tema 7, III. Creta y la civilización minoica (II milenio a.e.).
19
El marco cronológico
En el continente: heládico
Islas Cícladas: cicládico. Se considera que son las primeras en desarrollar una
organización social más completa por la producción de materias primas minerales
que ejercen durante el Bronce Antiguo.
Creta: la civilización minoica se desarrolla desde una cronología de Minoico
Antiguo I hasta Minoico Reciente I (Bronce Reciente). El fin de los minoicos
viene marcado por un ataque de la Grecia heládica, de la civilización micénica.
20
La población vive agrupada en
lugares significativos, en torno a zonas
altas junto a la orilla del mar, en
promontorios utilizados para vigilar y
controlar el entorno y defender el
núcleo de población. Las ciudades están
fortificadas, con un primer zócalo de
piedra y el resto de tapial o adobe. Están
protegidas, por lo que entendemos que
se ejercen obras comunales. Dentro del
espacio de la ciudad las casas se
organizan por calles, con un urbanismo
relativamente planificado.
Al menos desde mediados del III
milenio se documentan casas de proporciones significativas para que, o bien sean
lugares de residencia de élite social, o sedes de reunión comunal.
Los enterramientos son distintos: o bien cistas o tumbas algo más grandes,
excavadas en la roca, a las que se las dota de un dromos de entrada (imp. pueden
ser más monumentales), o por aproximación de hiladas.
El registro arqueológico no es está tan documentado como para establecer
relación entre las tumbas, para saber si coexisten. Dentro se entierran en posición
fetal y los individuos van vestidos. Presentan cierto ajuar, evidenciando la
capacidad de desprenderse de determinados objetos.
Las tumbas de cámara, desde la segunda mitad del milenio, tienen un ajuar algo
más rico.
Sabemos que tenían una agricultura desarrollada, con arados documentados
(imp. para cereales, vid y olivo), y complementada con la pesca.
Desarrollan figurillas
antropomorfas excepcionales, aunque
desconocemos su función. Casi todas están
descontextualizadas; las hay abstractas,
tocando instrumentos... Algunas fueron
21
reparadas antiguamente, por lo que no se esculpirían para tumbas, aunque la
mayoría se han encontrado en necrópolis. En algunas islas presentan oro y plata.
No se pueden imaginar con una única función.
Son, necesariamente, obra de artesanos especializados, en una situación
semejante a la del continente (ej. se poseen recipientes cerámicos de grandes
dimensiones que en algunos casos presentan sellos documentados en yacimientos
muy diversos, que se entiende como movimiento de los artesanos). Parecen ser
obra de un número limitado de individuos que se mueven por las islas.
• La Creta Minoica
Creta es una isla muy amplia, y el
macizo central tiene montañas elevadas
que reciben nieve en invierno. La
datación de la civilización minoica se
puede hacer con mucha precisión gracias
a la documentación arqueológica, a
través de la cerámica de lujo. La de
Vasiliki es uno de los primeros
testimonios de esta cerámica (imp.
Minoico Antiguo II), utilizada en
contextos funerarios en tumbas algo minoritarias y en comidas domésticas
excepcionales. Las formas son características, con picos vertedores muy exagerados y
asas complejas, está bruñida y presenta manchas abstractas hechas con pintura.
Los primeros palacios desaparecen en torno al 1700 a.e. y desaparece esta cerámica,
lo que debe de indicar que la producción estaba ligada a talleres vinculados a los
palacios. A partir del 1700 a.e. se inicia una segunda fase, el Minoico Medio II, fase de
los segundos palacios.
22
A partir del Minoico Reciente II se introducen armas en la decoración, lo que se
conoce como estilo de palacio, probablemente correspondiente con los
conquistadores micénicos (imp. que mantienen los talleres, pero introducen su
ideología), dando lugar a la cerámica micénica.
Clasificación histórica
Como no hay textos que puedan leerse, a partir de la arquitectura de los palacios y
las deducciones de la organización social se han establecido dos fases:
Se divide según la destrucción de los palacios. El 1450 a.e. plantea el problema de las
cronologías coincidentes con Oriente Próximo y Egipto.
23
artesano o en términos de distribución palatina. En Malia también se descubre un taller
de producción de un tipo de cerámica que sólo se encuentra en la zona.
Economía y política
Se dice tradicionalmente que la caída de los palacios tuvo que ser producto de un
seísmo, porque al reconstruirlo se reconstruyen como un estilo arquitectónico
24
homogéneo. Pero se piensa que cabe la posibilidad de que esta situación excepcional
provocase competencia e incluso conflicto abierto, porque en Malia se ha encontrado
el inicio de una fortificación (imp. con muralla y torre), cuando la imagen tradicional
era que Creta no tenía murallas. En uno de los estratos del palacio de Festo hay uno
anterior a la destrucción generalizada que presenta fuego. Se piensa, así, que pudo
producirse situación de problema social y conflicto entre estados.
A partir de entonces todos los palacios se reconstruyen con el mismo modelo. Puede
suponer una imposición de modelos por un único centro rector o la homogeneización
por imitación. Al menos en el Minoico Reciente I parece que toda la isla está dominada
por el palacio de Cnosos.
La vida política
En Akrotiri y en algún otro lugar, como Zeos, se han encontrado testimonios que
implican el ejercicio de colonización. En algunos lugares encontramos, incluso, objetos
de la vida cotidiana o religiosos, lo que requiere una población minoica estable. Esto
25
supone la apropiación de recursos por parte de los minoicos en estas zonas por la fuerza.
Arthur Evans hablaba de una civilización pacifica, de un dominio marítimo de tipo
comercial; esta idea se mantuvo hasta que
los historiadores dudaron de dicha tesis.
26
que esto se plasma en la cerámica porque los minoicos se arman contra los micénicos
y lo llevan a sus representaciones.
27
Tema 7, IV. El Bronce Medio en Egipto (II milenio a.e.).
Respecto a las cronologías, todo el Reino Medio se divide en tres dinastías: la XI,
iniciada en el Período Heracleopolitano por Montuhotep II (ca. 2055 a.e.,), la Dinastía
XII, entre el 1985 – 1773, y la Dinastía XIII, entre 1773 hasta después de 1650 a.e. No
se conoce nada de estos últimos reyes, pero sabemos que el país continuó funcionando
como un estado floreciente durante más de un siglo. Cuando finaliza el Reino Medio, se
inicia el Período Hicso o Segundo Período Intermedio.
La transición del Periodo Heracleopolitano al Reino Medio está marcada por las
conquistas de Montuhotep II, uno de los gobernadores de Waset. En una combinación
de política diplomática y guerrera, las provincias que en el tránsito militar aceptaban
abandonar Heracleópolis mantienen su posición política. Desde el punto de vista
arqueológico, la actividad de estas provincias no manifiesta cambios en las necrópolis, el
estilo o la forma de construir.
28
Aparte de la conquista, de
la información del reinado
de Montuhotep II procede
fundamentalmente de su
tumba. Frente a la tradición
que se había iniciado con los
primeros reyes egipcios y
seguidos por los del periodo
Heracleopolitano,
Montuhotep busca
presentarse como un
gobernador nuevo, y no se
entierra bajo una pirámide,
sino que se construye un
complejo funerario
hereditario de la tradición local. Crea un monumento real como ampliación de las
tumbas del Período Heracleopolitano, con un gran patio y una construcción que recuerda
a una colina. De alguna manera, plantea que los primeros reyes del Alto Egipto poseían
estas tumbas y lo junta a la tradición local. Había un bosquecillo a la entrada, poseía
unos pórticos y en el centro se emplazaba la colina simbólica. La tumba de la familia
real se encuentra también en su complejo. Montuhotep II se entierra con mujeres que
cumplen una misión simbólica.
La Dinastía XI
La Dinastía XII
30
En su forma de gobernar se presenta como un individuo que decide imponerse con
cierta fuerza, tal y como manifiestan las representaciones; se le representa como una
esfinge. Amenemhat no actúa contra los gobernadores provinciales, los respeta, y estos
aceptaron la autoridad del monarca. Pero en su nuevo modelo de tumba se excluyen los
miembros de la familia real, lo que se entiende como un nivel de autoritarismo superior
al de la Dinastía XI.
31
egipcia. Es cierto que
inicia una política de
construcción de
templos para las
divinidades del país
por parte del estado,
pero si incluye su
estatua se está
contraponiendo al
dominio de los
gobernadores provinciales, al menos en el ámbito ideológico.
Por tanto, se reduce la autonomía de los gobernadores provinciales,
restándoles poder en la vía religiosa.
Se conserva uno de los templos religiosos más antiguos. Se trata de un
documento de excepcional importancia porque está construido para Amón-Re en
nombre de todas las provincias de Egipto, y en las paredes se recogen las ciudades
de las provincias e información económica (ej. el volumen de tierras y los tributos
que pueden pagar).
32
Los últimos retratos de Senuseret III representan el cuerpo de un hombre joven,
pero el rostro se presenta avejentado. Posiblemente se trate de retratos
ideologizados, repitiendo la idea de un monarca que de tanto preocuparse por el
gobierno no duerme, y es todo orejas para escuchar las necesidades de su pueblo.
Una de las políticas más sorprendentes del reinado, del deseo de control del
espacio que le rodea, es la colonización interior del país. Hace cincuenta años
sólo se conocía una ciudad construida por el estado; en la actualidad se encuentra
un urbanismo planificado de calles hipodámicas en muchísimos yacimientos.
Lahun después se convierte en la ciudad de los campesinos que cultivan los campos
de la región limítrofe, manteniendo el culto funerario al monarca; pasan de
constructores a campesinos. Está rodeada de un muro, pues los egipcios preveían ataques
del exterior: se documenta a finales del Reino Medio un ataque de nubios y nómadas
contra una ciudad del Alto Egipto.
Tiene 390 x 420 metros. Posee una división por un muro interno, y en un lado
de éste se emplazan 400 casas construidas más o menos igual, con una cocina y
dos habitaciones. En el otro lado hay 8 casas, la mayor 2400 m2. Las grandes son
de lujo y separan claramente la zona de cocina con la zona donde viven estas
familias, y posee un gran patio a cielo abierto con columnas a un lado. En ellas
33
existen lugares de almacenamiento de hasta 300 m2 de cereal. Probablemente,
son quienes controlan el alimento de las 400 casas menores, y de éstas se
conserva documentación escrita.
No se conservan palacios del Reino Medio, sólo la descripción de Sinué: “me llevaron
por una avenida de esfinges hasta que llegamos a un porche”. Entendemos que desde los
porches de recepción se entraba a los lugares de recepción del monarca.
El Papiro Boulaq 18, sobre la distribución en el seno del palacio, nos ayuda a conocer
quienes tienen más importancia, así como la propia estructura del edificio palatino:
El Kab es el lugar donde está la escuela de la Corte que admitía niños del exterior,
probablemente de familias seleccionadas. Se introducen niños destinados a ser la
elite de la siguiente generación. Reciben una educación normalizada (imp.
exclusivamente cortesana) y se establecen lazos entre ellos que se mantienen
durante su edad adulta.
El siguiente elemento es el Wahy, la sala de columnas entendidas como plantas.
Se realizan banquetes, según el papiro, y la familia real se reúne para
celebraciones con comidas conjuntas que fortalecen los lazos sociales.
El Khenty es la zona de oficinas y bienes que incumben directamente al palacio,
y es dominio del visir.
El Shena es el espacio que rodea las otras tres instituciones en las que trabajan
todo tipo de dependientes del palacio (ej. cocina, talleres de mantenimiento).
34
incluye templo bajo, ni alto, sino que todos los elementos están alrededor de la
pirámide. A partir de mediados de la Dinastía comienzan a construirlas en adobe, que
era más económico e implicaba menos estructura logística para la construcción. Sin
embargo, requiere el conocimiento de las presiones generadas por un material como el
adobe, que no es pétreo. Destaca la de Amenemhat III en Dashur.
La planificación de
construcciones estatales reducida
en las pirámides se hace más
extensa en la construcción de
edificios para el culto en todo el
país. Se inicia el templo de
Karnak, se amplía el templo de
Heliópolis y muchos otros se
construyen por todo el país. Se
empiezan a crear y desarrollar
los modelos tradicionales que se
convertirán en la estructura
tradicional del templo egipcio.
Las necrópolis provinciales de finales de la Dinastía XII son algo más lujosas y
grandes que las previas. Se representan escenas funerarias bajo el escenario de la vida
cotidiana de los gobernadores, por lo que se puede obtener qué es lo que la élite provincial
consideraba un modo de vida idóneo.
35
Poseemos una documentación muy rica durante el periodo del grupo menos alto de la
administración local. Las necrópolis evidencian que tenían suficientes recursos para
hacerse esculpir una estela. También porque se extiende la costumbre de que los
funcionarios que deben desplazarse hacia el sur por su cargo y pasar por Abydos
encarguen ahí un pequeño monumento, una capilla de adobe donde en una estela se
incluye al funcionario a su esposa y a algún otro miembro de la familia. Una de las tumbas
de la necrópolis real de Abydos se había reinterpretado como la capilla de Osiris, donde
se realizaban festejos al dios por una vía procesional, al lado de la cual se establecen las
capillas del Reino Medio.
Política exterior
36
necesario en la corte en ese momento. No se diferencia mucho del Reino Antiguo,
salvo porque existen casas estables.
Uno de estos yacimientos más importante es Serabit el-Jadim, donde se
construye un santuario longitudinal con estancias dedicado a la diosa protectora
de las turquesas, Hathor. Los egipcios veneraban a su diosa probablemente bajo
la imagen de una efigie, pero la población local veía a su propia diosa en un
fenómeno de sincretismo. Los autóctonos, sobre las ofrendas esculpidas en
estelas o estatuas de la diosa que habían donado los egipcios, escribían
inscripciones que decían “a la Señora”, utilizando la escritura de alfabeto más
antiguo que hoy documentamos como prácticamente completo: la escritura
proto-sinaítica.
A partir de que los egipcios decidieron no continuar avanzando en Siria y
Palestina, lo que hacen es proteger sus caravanas y establecer agentes
comerciales egipcios en algunas de sus ciudades. Los mejor documentados son
los de Biblos, lo que lleva a que los gobernadores incluso utilicen la escritura
jeroglífica y una titulatura heredera, incorporando a su panteón, además, a una
diosa idéntica a Hathor.
37
Se ha conservado excepcionalmente un conjunto de documentos en los
despachos de Sebna: las cartas que envía el gobernador de una de estas
fortalezas en la que menciona día a día quiénes han pasado por delante de la
fortaleza. Indica el control obsesivo que se ejercía en los establecimientos. En
dos fortalezas, entre las que se encuentra Buhen, se reunía el material
intercambiado con los nubios, se introducían dentro de la fortaleza y una vez al
año los barcos desde Egipto lo recogían y lo llevaban aguas abajo hacia Egipto.
Se trataba de un sistema muy bien organizado que permitía el control del wadi
Alaki y de las materias de África Central (ej. ébano, elefante, avestruz).
Además, se realizan rituales en los que un individuo es representado como un
prisionero con nombres de jefes nubios para luego sacrificar al individuo, y se
enterraba con la efigie.
Probablemente lo que mejor testimonia la formación de estas élites es, en primer lugar,
el comercio, y el más relevante, las tumbas. Desde finales del III milenio a.e. se asiste
en una isla en el Nilo a enterramientos en túmulos que arquitectónicamente se hacen más
complejos, y se crean en torno a ellos círculos de cabezas de bóvidos sacrificados. El
volumen puede ser enorme, testimonio de la capacidad de acumular de las élites de
Kerma. Se van haciendo más compleja la necrópolis y aparecen capillas de influencia
egipcia también en los elementos decorativos. Junto al individuo principal se entierran
individuos probablemente sacrificados.
Poco después del Reino Medio egipcio, el reino de Kerma conquista parte del
territorio egipcio en Nubia, y los túmulos alcanzarán los 1500 individuos
sacrificados. A los individuos principales se les enterraba en camas, imitándose
incluso objetos cretenses.
38
conoce a partir de lo que los reyes de Tebas de finales Dinastía XVII e inicios de la
XVIII dicen haber hecho: unificado Egipto.
La documentación procede
mayoritariamente de la lista de reyes
de Manetón. Destaca también
Flavio Josefo, autor latino de
religión judía que habla del período;
es un ciudadano romano que escribe
una historia de Israel para que la
conozcan los romanos. Utiliza
aquello de Manetón que puede
emplear utilizar para sustentar su
hipótesis de que los hebreos tienen una tradición tan antigua como los egipcios en
Palestina. Esto incluye el que cree el termino de reyes pastores para mencionar a los
“primeros judíos” que habían conquistado Egipto a finales del Reino Medio.
Desde un punto de vista dinástico, hoy conocemos más de cien nombres de gobernantes
del periodo. Según Manetón gobiernan tres dinastías en el Delta, la XIV, la XV y la
XVI, y la XVII gobierna en Tebas. Pero a través de la Arqueología se considera que la
XVI serían también gobernantes de Tebas. De este periodo, el Papiro de Turín da casi
cincuenta nombres e incluso menciona la existencia de una laguna.
40
En las tumbas comienza a documentarse la independencia de la ciudad respecto a los
reyes egipcios. Probablemente fue una cierta desconexión que duró varias
generaciones, en un proceso paralelo de desplazamiento de la monarquía egipcia hacia
Tebas al tiempo que el Delta iba ganando independencia. Los gobernantes adquieren la
denominación hega-khasut, título propio de generaciones previas de Palestina.
Avaris fue una ciudad de comercio próspero que podemos identificar a través de las
tumbas. Son pequeñas tumbas abovedadas con una pequeña rampa de acceso donde
puede haber sirvientes o asnos, y dentro de la tumba de adobe se entierran los individuos
principales. Encontramos algunos elementos novedosos, como la espada khepesh que
utilizarán los monarcas egipcios posteriores y que probablemente sea de origen sirio.
41
Avaris, diciéndole que le molesta el ruido de los hipopótamos de sus estanques
y que los sacrifique para dormir.
Probablemente se inicie el conflicto con Sequenenre, pero no conocemos las
circunstancias. Tradicionalmente se relaciona la cabeza del rey momificada,
agujereada por golpes de armas, como muestra de estas malas relaciones.
Con su reinado se entiende que se inicia un
conflicto armado y abierto que dura varias
generaciones, testimonio de que las poblaciones
egipcias del Delta no se sentían como
extranjeros dentro del reino hicso.
El asedio de Avaris duró al menos una
generación, dejando un impacto enorme en
ambos bandos y en la documentación.
No se conserva ningún texto de los vencidos.
Los textos de los vencedores son engañosos y
descaradamente partidistas, y buscan limpiar la
conciencia tras haber asesinado a egipcios. La
Estela de Kamose (ca. 1550) testimonia por
primera vez la concepción de los reyes del norte
como “viles asiáticos” y un “enemigo devastador”. Terminó en convertirse,
desde la perspectiva egipcia, en un conflicto internacional.
- La Dinastía XVIII
Conservamos mucha más información de las esposas reales de la Dinastía XVII que
de los propios monarcas. Parecen tener una presencia muy significativa en la corte que
suele atribuirse a:
42
nombre del rey y encargadas al visir. Intervenían en cuestiones ceremoniales
y, en el imaginario de los egipcios, desde el punto de vista de la propia corte,
adquirieron gran importancia.
Presentan ajuares muy significativos, como el de la reina Ahhotep, donde hay incluso
insignias militares, algo excepcional en una esposa real. Presenta también objetos del
mediterráneo oriental, testimonio de que incluso con el conflicto se mantuvieron
abiertas vías comerciales a través de los Oasis con la región de El Alamein para
comunicarse con el Mediterráneo. También se documentan objetos cretenses.
43
Tema 8. El Bronce Reciente en Oriente Próximo y Egipto
(1575 – 1175 a.e.).
Los monarcas se entenderán siempre como el rey poderoso que vence a sus
enemigos. La consecuencia de la aparición de estos imperios es que los reyes se
presentan como aquellos que mantienen la estabilidad del imperio con las
armas, manifestando su capacidad de guerrear.
Además, aparecen los caballos. A comienzos del Bronce Medio los amorreos y
los indoeuropeos, con su movimiento, permiten la introducción de los caballos
(imp. del Norte del Mar Negro). La primera imagen de un carro con caballo se
1
encuentra en Micenas en torno al 1600 a.e., y poco después aparece en Egipto,
y es en esta fase de tránsito cuando se introducen los caballos en Oriente
Próximo. Sólo hay una imagen de un caballo montado en Egipto y en los
momentos finales de Asiria, porque siempre tiran de carros. En las cartas de
Amarna, cuando los reyes preguntan la situación del reino, entienden como
algo principal conocer la situación de los caballos.
La guerra estará continuamente presente. Con el desgaste buscan establecer
tratados diplomáticos, parte fundamental de la documentación del periodo. Los
ejércitos se institucionalizan, se convierten en permanentes. En Egipto había
20.000 personas en el ejército permanentemente dedicadas a las armas, aunque
probablemente en momentos guerra se aumentaba el número con personal de
apoyo. A los soldados debe pagárseles, por lo que se adopta el ilku, tierras a
cambio del servicio de armas si sobreviven. No es sólo un nuevo grupo social,
sino que tiene prestigio porque posee tierras y bienes. En Egipto llega a haber
un golpe de Estado liderado por generales en tiempos posteriores. La misma
situación tiene lugar en Oriente Próximo.
Una situación endémica durante estos siglos es que la población fue cayendo
en una situación de empobrecimiento paulatino. Se ven privados de tierras, y
además la guerra provocaba destrucción de aldeas y cosechas, y la economía
no podía prosperar. La población desciende frente a los períodos anteriores
(imp. en Egipto no está muy claro), sumado a que en Babilonia el suelo ya se
había ido empobreciendo.
Esta situación tampoco favorece al comercio. No desaparecen las empresas
privadas de comercio previas, pero las que se documentan son diferentes y
basadas en relaciones diplomáticas. La contrapartida es que esto supone enviar
una princesa con los bienes que la acompañan, y el comercio más documentado
es por tanto el que hay entre cortes.
Las cortes del Bronce Reciente tendrán elementos similares entre sí debido a
este tipo de relaciones entre estados. La demanda de objetos exóticos permite
al rey testimoniar que sólo él puede apropiarse de estos bienes. Pero, a pesar de
estos cambios, continúa vigente el sistema redistributivo. La monarquía tiene
más poder económico y social teniendo en cuenta todos estos aspectos.
2
El Egipto Nuevo presenta una
numerosa documentación. Se
conservan listas reales que cubren
también períodos anteriores (ej.
papiro de Turín, tabla de reyes de
Abydos). Se conservan palacios
reales, como aproximadamente
media docena que informa de la
forma de gobierno. Además, se crea
la necrópolis real del periodo, que
rompe con las pirámides, el Valle de
los Reyes (imp. que se sitúa bajo una
estructura piramidal natural), con tumbas muy cercanas que podían ser protegidas. Se
han descubierto hasta 64 tumbas. Algunas de las tumbas son depósitos de momificación,
aunque hay alguna tumba con individuos enterrados que tenían el aprecio del monarca.
Se conserva además dos de las necrópolis fundamentales de los altos funcionarios, por
lo que hay tumbas de visires e individuos que ocupaban puestos de gobierno con
autobiografías que nos informan del desarrollo de sus actividades. La más conocida es
la de Tebas, pero ahora se está excavando otra en Saqqara, donde se ha encontrado más
de una tumba de alto relieve, como la de Horemheb. Se conservan además bastantes
templos, aunque destacan los templos de culto a los monarcas en torno a la necrópolis,
muy específicos para venerar al monarca vivo y muerto (imp. mansiones de millones
de años), como en Medinet Abu. Hay además templos de culto a los dioses que, en
Luxor, poseen arquitectura muy semejante de templos procesionales.
En el ámbito cultural, se copian documentos del Reino Medio. No hay sino un nuevo
género literario, pero lo específico del momento son los cuentos populares que se copian
de manera excepcional. Se conservan papiros como el de Edwin Smith o el de un médico
que especifica cómo tratar las heridas.
3
Además, se conservan las momias de prácticamente todos los monarcas, con toda una
fase histórica con cuerpos reales, fuente de información fidedigna y diversa. La técnica
de la momificación había avanzado mucho. Los primeros cuerpos momificados se
conservaban de mediados del Reino Antiguo. En el Nuevo la técnica ha permitido la
conservación excepcional, pues era un proceso costoso que requería, además, de
productos costosos.
Toda la región de Nubia se dirige como unidad por un único funcionario, el Hijo Real
de Kush, lo que no quiere decir que sean príncipes de sangre, aunque la terminología
manifiesta su importancia para el reino. Nubia no está densamente poblada, pero los
egipcios la urbanizan, clave del control que ejercerán en la zona. Se convierten en
núcleos económicos que centralizan la producción agrícola y ganadera del entorno y
núcleos religiosos con templos que actúan como elementos de refuerzo ideológico del
nuevo estado. Se fuerza la adopción a los locales de las divinidades egipcias y acaban
por tomarlos como parte de sus dioses, como demuestra la presencia de Amón y la
egiptización de la religión nubia.
El templo de Napata se construye junto a Gebel Barkal, una montaña con una
pitón rocosa entendida como una serpiente protectora en donde residía Amón. En
algún momento fue esculpido con la forma de una serpiente.
En la zona asiática, las primeras campañas de Akhmose son hasta Shanukhen. Una
generación después se realiza una campaña por tierra hasta el Éufrates. La estela a orillas
5
de este río marca el inicio de un nuevo
mundo para los egipcios, y a lo largo de los
siguientes 400 años esta trasformación
cultural es palpable con la introducción de
divinidades asiáticas en su panteón.
Tutmosis I desembarca en Biblos y reabre la
ruta comercial de tradición del IV milenio.
Las campañas militares en Asia se retoman
con Tutmosis III en 1450 a.e., con el
desarrollo de 17 campañas sobre Siria y Palestina que permite crear el imperio asiático
egipcio. Amenhotep II continua la política de campañas relativamente sistemáticas en
territorio Palestino y zona meridional de Siria. Se controla así una zona relativamente
amplia, pero a partir de entonces los reyes, cuando inician su reinado, desarrollarán una
o dos campañas militares para mostrar en Siria y Palestina de manera simbólica que el
poder está en manos de un personaje enérgico que puede pacificar el área.
La zona asiática se divide en tres provincias con tres capitales: Amurru, en Siria
central, Upi, en Siria meridional, y Canaán, en Palestina, administrados desde los centros
de Sumur y Kumidi. Para los egipcios, el territorio tiene como finalidad el tránsito de
las caravanas comerciales entre Egipto y Oriente Próximo, y se evita una frontera
cercana al propio Egipto respecto a los estados colindantes que pueda desestabilizar la
situación. Pero los egipcios no se involucran en la política de los estados. Dentro de estas
provincias hay reinos muy pequeños que compiten entre ellos y ni siquiera cuando
luchan se involucran, quizá únicamente lo hacían con pequeños destacamentos
militares cuya finalidad será de mantener la prosperidad comercial. Por otra parte,
cuando muere un rey local, se enviaba un tributo y vasallaje al rey egipcio. En la
provincia norte varió la extensión y la política debido a los imperios cercanos, Mitanni
y los hititas.
- Política internacional
6
hacerse, estos piden moderación al monarca y el rey elabora un discurso donde opta por
la opción de la fuerza, apoyado por los dioses, y contra todo peligro sale bien protegido
gracias a Amón.
Se entiende que se trata de una forma canónica de presentar estas campañas que
no se corresponde con la realidad de las circunstancias. Las batallas abiertas
eran probablemente pocas, y quizá había algún asedio, como el de Megido. Los
textos presentan lo que importa a la monarquía egipcia, mostrarse como los que
ejercen el poder de los dioses egipcios. Buena parte de estas narraciones
enumeran el botín obtenido en las campañas, y muestran las victorias del rey
representadas de manera muy estereotipada.
Se han conservado carros excepcionales (ej. Tutankhamon) pero que demuestran que
no es la forma de desplazamiento de los monarcas en estas campañas. Por otra parte, el
botín, una parte muy sustanciosa, sumada a los tributos de los estados vasallos y las
relaciones diplomáticas, procuran al tesoro egipcio los medios para construir templos y
muy especialmente los templos de Amón, específicamente el de Karnak. Se convierte
en el templo más grande de Egipto, aunque el de Ra en Menfis debió ser similar.
- La monarquía y la corte
Cuando se produce la victoria de los reyes tebanos sobre los hicsos y luego sobre
los nubios, los monarcas se presentan como continuadores de una tradición
política del Reino Antiguo en la que tienen todo el poder. Pero la realidad es
que la situación entonces ya se había transformado considerablemente.
Desarrollan una política muy centralizada desde el punto de vista económico,
por lo que no hay una continuidad tan clara con el Reino Medio. Se impone que el
monarca tenga que presentar una dimensión guerrera, unido al ejército. Tiene que
mantener el orden, y necesita utilizar las armas.
8
El palacio de Malkata era uno de los más
grandes de Waset, en el que para refrescar el
ambiente se crea un lago descomunal que
dulcifica el clima. Del Reino Nuevo conocemos
unos 14 palacios, testimonio de que la corte era
itinerante. Sorprendente es además el de Buro,
que funcionaba como harén principal del rey.
Ahí se hallan muchos papiros que tienen una
función insospechada, pues se trata del lugar a
donde van a parar las princesas sirias, palestinas y nubias acompañadas de un pequeño
séquito en función del poder que tuviese el estado del que procedieran. No tenían otro
destino que estar recluidas en un palacio, donde tejían continuamente. La documentación
escrita plasma fundamentalmente cuánta lana entra y cuántos tejidos salen.
La necrópolis real presenta tumbas muy características. Las de la XVIII son acodadas
salvo de la Hatshepsut, que es circular. Las de la XIX tienen un único eje que, a partir
de la sala de columnas, que se desplaza a un lado, y las de la XX tienen un eje y único
pasillo que terminan con sala de columnas donde están los sarcófagos. Todas ellas se
encuentran cubiertas de textos cosmográficos. Al otro lado del valle estaban los lugares
para el culto de los reyes, con las mansiones de millones de años.
A partir del siglo XVII la presencia se hace mucho más intensa en la región siria hasta
que se produce el ataque hitita contra Babilonia en torno a 1598 y 1595 a.e., llegando
desde Hattusa hasta Babilonia, ciudad que destruyen para regresar al Norte en una
campaña militar de significado desconocido. El Imperio hitita se desintegra poco
después. Esto desestabiliza la población de Siria, lo que llevó a las élites locales a
reconocer su debilidad:
9
Se inicia un proceso de federación y acuerdos entre estas élites que acaban por
conformarse en un estado común, Mitanni. Es el término con el que
denominamos al Estado como entidad política, como imperio, porque llega a
serlo controlando regiones que habían formado parte de estados anteriores. La
población son los khani, aparte de los hurritas, y la región geográfica se llama
Khanigalbat. Se desconoce en qué proceso se realiza la unificación, porque uno
de los graves problemas es que no conservamos fuentes directas. Crearon una
capital desde un momento relativamente temprano, Washukanni, y se había
identificado en Tell Fekhariya. Se han encontrado varias tablillas que indican
que tuvo que haber archivos, pero no han podido localizarse.
En la unificación interviene el factor externo del ataque del Reino Hitita contra
Babilonia, que en su paso se vio obligado a destruir las ciudades que se encontraban en
su camino, como Yamhat.
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En Anatolia, desde que tenemos
textos escritos (ej. cartas de los
comerciantes asirios) se documentan
nombres indoeuropeos en la
población local y la élite. Poco más
avanzado el Bronce Medio se
documentan algunos textos hititas
(imp. la mayoría es del Bronce
Reciente) del 1650 a.e., donde se
intenta interpretar la presencia de los
indoeuropeos en Anatolia y las
regiones del Norte de Siria e Iraq. La hipótesis tradicional es que las lenguas indoeuropeas
se habían desarrollado a partir de uno o varios núcleos al Norte del Mar Negro, en una
zona que se conoce como la cultura de los kurganes, zona donde se domesticó los
caballos. Pero no se sabe si hay un tronco común desde donde surgen las lenguas, porque
también pueden moverse según la utilización por parte de distintos grupos. Esto da origen
a la otra interpretación: las lenguas van extendiéndose y surgiendo otras en un modelo
de ondas.
El problema está en que, si se originan realmente al Norte del Mar Negro, ¿cuándo
entran los hablantes o las lenguas en Anatolia? Tradicionalmente se entendía que
entraban entre el III y II milenio, porque la documentación hitita testimonia la presencia
de poblaciones que hablan una lengua distinta a los indoeuropeos en la península, los
hatti. Son probablemente las que desarrollaron estos estados, alcanzando al menos la
veintena y desarrollando una cultura compleja que ha dejado textos religiosos. Los
hititas, cuando copiaban la mitología, copiaban textos de origen indoeuropeo con raíz
cultural idéntica a la lengua que ellos hablaban, y textos de características distintas
que permiten diferenciarlos (ej. desaparición de algún elemento de la naturaleza). Se
sabe que hay dos grupos lingüísticos diferenciados. Los hatti y los hablantes de
indoeuropeo con tres dialectos, nesita, lusita y palaíta, que se saben diferenciar en su uso.
¿Vienen del exterior o eran originarias de allí? Tradicionalmente, se entiende que vienen
desde el Mar Negro por los Balcanes o por el Cáucaso, y la fecha es problemática, porque
aparentemente es una migración en búsqueda de alimentación y riqueza y, por tanto,
lenta.
Renfrew plantea que son originarios de Anatolia, que desarrollaron una cultura
neolítica y que son autores de la expansión de esta cultura por los Balcanes. Luego
habrían adoptado otras técnicas, con la migración lingüística y cultural. Los grupos de
Anatolia intervienen en igualdad con los hatti, que no parecen mostrarlos como recién
llegados. Se atribuye a la posesión del caballo el movimiento migratorio más rápido de
los indoeuropeos en la primera mitad del II milenio a.e. Está documentado por la
presencia de indoeuropeos que intervienen en Mitanni y porque se documenta la entrada
del caballo en Irán, donde se desarrollan culturas en el I milenio ligadas a un pastoreo
que les proporcionan movilidad ligada la invasión indoeuropea en el valle del Indo.
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La posibilidad de la cercanía entre Indoeuropeos de Mitanni y los del Indo se
encuentra en nombres de divinidades bélicas documentadas en las divinidades
veneradas en Mitanni. Esto requiere cercanía en el momento de división entre
ambos grupos: los indoeuropeos de Mitanni y los indoeuropeos del Indo.
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- La estructura social y administrativa
Las tierras de Nukhi son de secano, por lo que la producción es menos eficiente
y de menor productividad. La mayoría son tierras cerealísticas, en función de la
lluvia y de rendimiento no muy amplio, de aparentemente 1/5 o 1/8. En las
cláusulas jurídicas y penales el cálculo se hace sobre 1/10, lo que no beneficia al
campesinado.
Sabemos que son parcelas no muy grandes, cuadradas, y que dependen
exclusivamente de la lluvia.
La documentación está ligada con frecuencia al pago de préstamos. Cuando un
campesino pide un préstamo a un propietario privado el interés que se exige es
del 50% anual, y así retrasan la pérdida de tierra y de su propia libertad. Si no
consiguen pagarlo se les exige al siguiente año una fianza, sea personal o
territorial: la entrega de tierras en propiedad privada o el trabajo con el
endeudamiento (imp. y la consecuente cercanía de la esclavitud), lo que con
frecuencia supone una servidumbre vitalicia de difícil superación. El tercer paso
se basa en perder las tierras a través de un sistema que consiste en la adopción: el
prestamista es adoptado por el campesino propietario, y cuando éste muere la
tierra pasa a su adoptado. Como el porcentaje de pago es imposible, el
campesinado se convierte en servidor permanente y cuando mueren los
13
descendientes no tienen el derecho a la tierra, sino que será de los prestamistas en
el plazo de una generación. Se documentan también adopciones reales, porque la
mortalidad infantil era muy elevada y, además, muchos matrimonios sin hijos
adoptaban, fijándose clausulas concretas beneficiosas para los padres.
• El Imperio de hitita
La documentación que poseemos
acerca del Imperio hitita está muy
focalizada en un gran archivo, el
archivo de Hattusa, que cubre
desde la formación del reino hitita
en el Bronce Medio hasta su
destrucción en torno al 1200 a.e.:
14
Primero se dirige hacia el Norte, pero se encuentran con los Pónticos, medio que
favoreció la defensa de estas poblaciones que se mantienen independientes del
Imperio.
Luego se hace con la región de Khayasa mediante una boda diplomática,
aunque, a pesar de esto, los hititas les mostrarán desprecio.
Posteriormente la zona de contacto entre Kitsuwana y Oriente Próximo, y a
partir de ahí, el área siria se conformará como el eje político, la clave de las
actuaciones.
Sin embargo, ahí se emplazaba Mitanni, lo que lleva al conflicto abierto. Con
ello, los hititas destruirán algunas ciudades de Siria y justificarán las masacres con
la religión. El objetivo político era claro: subordinar al resto de poblaciones
sirias al Imperio.
En Alepo y Carguamesh se disponen dirigentes hititas, a diferencia de lo que
sucedía en el resto de ciudades.
Por último, destruyen Mitanni accediendo a la capital. El Imperio mitannio se
convertirá así en un reino de escaso peso político.
El final del reinado de Supiluliuma I vendrá marcado por las epidemias, algo que se
convertirá en problema estructural hitita. Éstas se atribuyen a la deportación de
población siria hacia Anatolia central, donde había personas ya debilitadas tras el largo
reinado de Supiluliuma I. Los sirios probablemente estaban malnutridos, lo que puede
explicar que ellos portasen estas epidemias (imp. tal y como los textos muestran
indirectamente).
15
Con Muwatalli (1310 - 1280 a.e.) a final del siglo XIV a.e. se abre conflicto abierto
con Egipto. Previamente los egipcios habían estado en su propia crisis política, por lo
que no se habían relacionado especialmente con el Imperio hitita. A partir de Muwatalli,
en Egipto toma el poder una dinastía militar (XIX), implicados en la densa armada del
estado, y esto desembocará en la batalla de Qadesh a inicios del siglo XIII a.e. Al mismo
tiempo, la destrucción de Mitanni supone un paulatino reforzamiento de Asiria que los
hititas no podían controlar. Se crea un problema fronterizo con una potencia emergente y
con otra muy reciente. Esto desemboca en que, con Hattusili IIII, se fije qué estados
sirios quedan bajo control hitita o egipcio. Además, se produce el matrimonio de una
princesa hitita con el monarca Ramsés II, quien traspasa la frontera en una acción
pacífica. Las relaciones quedan fijadas por el resto del siglo hasta la destrucción del
Imperio hitita y el debilitamiento del Imperio egipcio, lo que permite a los hititas
focalizarse en las otras fronteras. Hay potencias regionales también en Anatolia que
requerían establecer relaciones para fijar las fronteras.
- Aspectos político-culturales
16
Se han excavado estructuras que pueden responder a palacios o templos, con
arquitecturas muy distintas que recuperan los modelos del lugar de procedencia
originario de las divinidades.
La zona no permite producir alimentos para una población elevada que requiere
manutención (imp. dependientes del palacio, constructores y quienes mantienen
los edificios de adobe). Por ello, se alimentaba desde grandes distancias, lo que
supone el coste de movimiento para los bienes de consumo y para los objetos de
lujo empleados en rituales.
Como los textos están en cuneiforme, se podría pensar que son herederos de la
tradición de Mesopotamia. Sin embargo, sólo adoptan esta parte del
funcionamiento estatal. Crean un Imperio que, para algunos autores, no se
corresponde con los del III milenio (imp. no se trata de un área de
aprovisionamiento de bienes excepcional).
Parece que el primer elemento en la articulación del estado es el control de un
territorio extenso en torno al propio poblado, con el control de la tierra a partir
de una ruta comercial específica y asemejándose así a los imperios del I milenio
a.e.
Esta nueva forma de Imperio parece no tener antecedentes, pero se intenta hacer
funcionar a partir de las estructuras de administración heredadas de imperios previos:
Desplazan una parte de las élites locales a la capital, junto a los dioses. En
ocasiones permiten que una parte de los dioses permanezcan en su lugar de
origen, pero, en ese caso, se llevan a una parte o a la totalidad de las élites locales.
Así aseguran una cierta pacificación del lugar, porque las integran en la corte
de Hattusa. En ocasiones se establecen matrimonios con las princesas de estos
lugares sometidos, lo que permite la paz en la periferia.
No obstante, en el palacio surgen problemas al haber élites de orígenes distintos
e intereses contrapuestos. Surgirán así grupos de poder dentro de la corte con
vástagos nacidos de las princesas locales y de la realeza hitita.
Las relaciones en el interior se establecen mediante juramento, asegurándose
mediante fórmulas muy específicas que se redactaron antes de la época de
Supiluliuma I (imp. antes del imperio) y que se mantuvieron sin variaciones
hasta la caída de los hititas.
El texto varía en función del grupo al que pertenezcan las personas que lo
pronuncian, sea la aristocracia, “los grandes”, o los miembros de la familia real,
los “hijos reales”. Ambos grupos serán los que ocupen todos los cargos del
Estado, que son muy arcaicos y carecen de una burocracia impersonal.
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Otra forma de cohesionar la corte es mediante las actividades militares y rituales del
monarca. Éste debía presidir los rituales, que con frecuencia se desarrollaban en la
capital. Era la dignidad merecida por los dioses hititas y los dioses adoptados de los hattis
y los pueblos conquistados lo que exigía que fue el propio rey el que los presidiese.
Debido a que se documenta la presencia del rey en lugares muy específicos del reino,
entendemos que se desplazaba continuamente debido a estas ceremonias (imp. y la
misma situación debía estar vigente con las campañas militares).
El ritual de la guerra está bastante bien documentado. Para los hititas, la guerra supone
un juicio de los dioses que darán la victoria a quienes defiendan la causa más justa y,
siendo un juicio divino, se debe realizar de acuerdo al ritual preestablecido. Los hititas
llevan esta situación al extremo, pero probablemente esta concepción se había creado con
el Imperio de Mitanni:
18
Política exterior
Podemos establecer dos tipos de tratado y uno excepcional (imp. pero para un
número muy pequeño de acuerdos):
1. Tratados con antiguas potencias imperiales (ej. Mitanni). Se respeta más a los
gobernantes en recuerdo del fuerte Estado al que pertenecían.
2. Tratados con grupos de poblaciones sin estructura social de estado (ej. todas
las tribus del Noreste del Imperio hitita). Son más extensos, y se comprometen el
líder de la región y los distintos cabezas de familia entendiendo que todos podían
llegar a convertirse en líderes.
3. El único tratado de igualdad se establece con Egipto. En éste, la fórmula de
subordinación es redactada por ambas partes, por lo que ninguno venció la batalla
de Qadesh. Tras 80 años del conflicto, los egipcios aún seguían enviando remesas
de cereal.
• El fin del Bronce Reciente y la invasión de los Pueblos del Mar (ca.
1200 a.e.)
El fin del Bronce Reciente ha sido unificado tradicionalmente
por los historiadores bajo la denominación de Crisis del 1200 a.e.
Bajo ella se ha homogeneizado todo aquello que se entiende que
forma parte de un único proceso: la destrucción de Troya y de
los estados micénicos, de varias ciudades como Mileto, del
propio Imperio hitita, de la isla de Chipre y de buena parte de las
ciudades costeras de Siria y Palestina y una serie de ataques
dirigidos a Egipto durante los reinados de Merenptah y Ramsés
III. De hecho, será Ramsés III quien, en uno de sus textos,
mencione que Egipto había sido atacado por unos pueblos
procedentes de las “islas del mar”.
19
A partir de las evidencias arqueológicas, parece que las destrucciones acontecen
en torno al año 1200 a.e. En ocasiones es complicado de establecer, pero el
Imperio hitita sí parece haber caído alrededor del 1200 a.e., y los ataques a
Egipto parecen haber sido entre 1190 y 1185 a.e.
En Egipto el ataque no está únicamente protagonizado por los pueblos de las “islas
del mar”, sino que éstos parecen actuar junto con las poblaciones libias. La
población más rica al respecto procede de los textos de Ramsés III.
20
La hipótesis que se sostiene es que, al ser expulsadas estas poblaciones, terminan
por alcanzar lugares muy lejanos. Sin embargo, en Egipto sólo logran entrar los
libios, pero no en estos momentos. Habrían habitado el oasis hasta finalmente ser
contratados por los egipcios como mercenarios. En el I milenio, varias de las
dinastías serán líbico-bereberes.
Hay una crisis social que lleva germinándose siglos, pues los reyes se habían
ocupado de la corte y del palacio y no de la grave situación que se estaba
produciendo.
El problema migratorio, probablemente, más que ser el causante de la crisis, se
presenta como un elemento provocado por ésta. Para entonces ya había una
situación muy tensa en el Mediterráneo Oriental.
Con esta situación desaparecen todos los imperios, salvo el egipcio. El Imperio hitita
se desintegra en los reinos neohititas, el Reino Asirio queda relegado a sus fronteras
tradicionales y los casitas son destruidos por los elamitas. Todos los estados caen a
consecuencia de una crisis generalizada y, cuando Oriente salga de ésta, se presentará
como un Oriente distinto. El bronce dejará de ser importante debido a la producción de
hierro, y el comercio no se basará en los metales; en Siria-Palestina se crearán varios
estados y en Mesopotamia un imperio.
21
LA BABILONIA CASITA
El vacío de poder que se produjo tras la caída de Babilonia en 1595 a.e. permitió,
finalmente, la subida al trono de una dinastía casita. Ignoramos si estos reyes eran los
mismos que se habían apoderado finalmente del trono de Hana, reino castigado por cierta
inestabilidad política y cuyos monarcas llevaron tanto nombres semitas como hurritas, o
si procedían directamente de su país originario, posiblemente de las regiones montañosas
de Irán.
La situación interna
El primer rey casita que se sentó en el trono de Babilonia en torno a 1571 a.e. fue
Augum II, lo que sugiere que la monarquía era originaria de algún otro lugar. Su reinado,
al igual que los siguientes, es muy mal conocido. Sabemos que la presencia de la dinastía
casita en el trono de Babilonia no supuso en modo alguno una ruptura ni cultural, ni
ideológica, ni política con la tradición anterior. Cuando se hubo restaurado el orden
interno, los reyes adoptaron muy pronto la civilización de raíces sumerio-acadias de la
Mesopotamia centro-meridional, así como los rasgos y las prácticas de gobierno
características.
Los reyes casitas tuvieron que afianzar su poder en un trono que no les pertenecía
por derecho dinástico, lo que distrajo por algún tiempo su atención de una política
exterior más activa. Aquel aislamiento, favorecido también por la posición periférica de
Babilonia y su alejamiento geográfico del escenario de la contienda internacional, llegó
a su término cuando se inician las relaciones diplomáticas con Egipto en tiempos de
Karaindash.
Pese a las crecientes dificultades, el complejo sistema de irrigación agrícola fue
cuidadosamente conservado, lo que requería continuas obras para su mantenimiento
(mediante trabajos comunales). Se construyeron y reconstruyeron templos y palacios,
destacando en el primer tercio del siglo XIV a.e. la enorme actividad de Kurigalzu I,
quien erigió una nueva capital, Dur-Kurigalzu, y el territorio del país fue protegido con
obras de fortificación contra posibles ataques del exterior, si bien la diplomacia constituyó
la mejor arma de Babilonia en el terreno de las relaciones internacionales.
- Una relativa prosperidad parece haber impulsado el florecimiento de las artes
y la literatura, síntoma de un gobierno estable y eficaz que poco tiene que ver
con el carácter de gobernantes mediocres que con frecuencia se ha venido
atribuyendo a los reyes casitas al no haber participado en grandes guerras ni
conquistas.
o El babilonio se utilizó en todas partes como el idioma de la diplomacia
y el comercio, mientras los médicos y los astrónomos de Babilonia
eran solicitados en las más importantes cortes de la época.
- Pese a ello y al activo comercio exterior, la creciente despoblación y el
descenso de la población terminaron por restringir la extensión total de las
tierras agrícolas explotadas en favor de la ganadería, lo que llevará a la
degradación económica.
1
Diplomacia y conflicto
En el ámbito de la política exterior, las relaciones amistosas fueron frecuentes con
el lejano país hitita, mientras que, con Egipto, de donde se buscaba sobre todo oro,
prosiguieron con una fortuna desigual, debido fundamentalmente al creciente desinterés
de los monarcas egipcios. Amenhotep III desposó a una princesa casita hija de Kurigalzu
I, pero después Burnaburiash II no pudo obtener una esposa egipcia, por lo que finalmente
se casó con la hija del monarca asirio, en un momento en el que Asiria, tras un prolongado
eclipse, comenzaba de nuevo a emerger en la escena internacional.
Gobierno y administración
Los reyes casitas conservaron en sus grandes rasgos el sistema administrativo de
Babilonia. Igual que antes, la presencia del Estado, encarnado por el palacio, sus
dignatarios y funcionarios, se proyectaba por todas partes, a excepción de las
propiedades de los templos, que recobraban cierta autonomía. Lo nobleza casita, que
asimiló muy pronto la cultura babilónica, ocupó, sin apenas modificarla, la más alta
jerarquía administrativa. Las innovaciones, como el sistema de tenencias de tierras con
el que se beneficiaba a los colaboradores más directos del rey, eran más un producto de
la época, que también se dio en otros lugares del Oriente Próximo, que el resultado de un
cambio introducido por los nuevos gobernantes.
Economía
Los templos comenzaron a recibir de los reyes casitas importantes donaciones de
tierras, con lo que lograron el apoyo de la clase sacerdotal para legitimar su presencia en
el trono. De este modo se formaron “señoríos sacerdotales”, cuyos dominios cada vez
más extensos quedaban exentos de impuestos y otras prestaciones, junto a las tierras de
la nobleza casita, convertida en una clase de grandes propietarios a cambio de los
servicios militares y burocráticos prestados al palacio.
- La propiedad privada subsistió en las ciudades y en la campiña inmediata a
ellas. Pero donde las tribus casitas se asentaron con sus rebaños, esta fue
sustituida por la propiedad comunal de la tierra.
- Una vez sedentarizados, los casitas formaron comunidades de pueblos o
aldeas y la tierra fue repartida para su explotación entre las distintas familias
que las integraban, surgiendo la propiedad familiar hereditaria en manos de
los jefes patriarcales de las familias que termina por convertirse en patrimonio
individual al cabo de generaciones.
Aunque los reyes casitas prestaron especial atención a la agricultura, ésta
experimentó una progresiva decadencia debido a tres factores determinantes: la
despoblación, la nomadización, la salinización y el empobrecimiento de los campesinos
“libres”. También el comercio, por otra parte, gozó de protección con el establecimiento
de acuerdos diplomáticos con estados como Egipto o Hatti.
Sociedad
La diversidad de formas de organización social es una de las características más
notorias del período casita en Babilonia. Coexistían tres sistemas de organización
socioeconómica:
2
- Uno basado en la propiedad privada y en las normas del derecho
individualista babilónico.
- Otro vinculado a formas de propiedad de tipo patrimonial y a una
servidumbre atada a la tierra, propio de las vastas posesiones de las tierras y
de los asignatarios de tierras reales.
- El tribal, introducido por los casitas. Este último evolucionó lentamente,
transformándose, hasta llegar a aproximarse a los rasgos más característicos
de las sociedades de la época, lo que trajo consigo la desaparición de la
pequeña propiedad familiar campesina y la formación de un sector de grandes
propietarios vinculados al servicio especializado.
EL REINO MEDIOASIRIO
Después de un largo eclipse de cuatro siglos, en el que se había visto reducida a
sus dimensiones originarias – aunque la continuidad dinástica se había mantenido, como
regla general –, Asiria resurgía favorecida, en parte, por el cambio experimentado en la
situación internacional.
La recuperación política, económica y militar de Asiria, sometida durante mucho
tiempo al poder de Mitanni, no fue sólo una consecuencia del declive político y militar
hurrita, sino una combinación afortunada de factores internos: signos evidentes fueron
la reconstrucción de las murallas de Assur, los acuerdos fronterizos alcanzados con
Babilonia y el inicio de una pretenciosa política exterior que incluía las relaciones
diplomáticas con Egipto.
Assur-Uballit I fue el primer rey asirio de importancia tras Samshiadad I, y
quien confirmó el renacimiento de Asiria como potencia internacional. Su política te
emancipación fue posible gracias al aniquilamiento del poderío hurro-mitánnico por parte
3
del rey hitita Shuppiluyuma I. El vacío dejado por Mitanni en el norte siro-
mesopotámico y la zona su subcaucásica fue aprovechado en adelante por los monarcas
asirios para sentar las bases de un estado territorial sólido y con clara vocación
expansionista, toda vez que Babilonia, la rival potencial en el sur, se ausentaba en la esfera
internacional, y que los hititas debían contener a Egipto.
Las directrices de esta política expansionista fueron sobre todo dos, a las que se
suma la crónica rivalidad con Babilonia:
- Al norte y nordeste, la contención y aculturación de las tribus montañesas
subcaucásicas e iranias.
- La expansión hacia el Mediterráneo. A comienzos del siglo I a.e. sólo
quedaban por conquistar en Siria y Palestina el reino arameo de Damasco, un
cierto número de reinos diminutos como Israel y Judá y las ciudades estado
más fuertes de la costa fenicia, todos ellos apoyados por Egipto.
No obstante, Asiria padecía un mal endémico: la inestabilidad interior, que solía
aflorar a la muerte de cada rey con el planteamiento de fuertes conflictos sucesorios. Por
lo general, la muerte de un monarca implicaba una época larga de inseguridad política,
que era aprovechada por los vasallos para reclamar su independencia. Con frecuencia
bastaban expediciones de castigo muy severas para recuperar la normalidad; en
ocasiones, sin embargo, estas épocas de luchas interiores fueron más largas, lo que facilitó
la independencia de los estados periféricos.
La cultura palatina y la propaganda política
El estado medioasirio ha dejado de ser un importante centro de tránsito entre el
sur mesopotámico y la “periferia” montañosa del norte para situarse en el centro del
mundo, tanto en su visión ideológica como en las ambiciones políticas imperialistas.
Assur ha tenido la oportunidad de sumar su red comercial a la riqueza agrícola y
demográfica del triángulo asirio y de expandirse en la Alta Mesopotamia. La lengua y la
cultura acadias diferencian claramente a los asirios de sus vecinos.
La cultura asiria consta de elementos de antigua tradición local que se remontan
a la matriz de ciudad-estado protodinástica. También hay aportaciones mitannias
(tecnológicas, sociales), que se remontan a la fase de formación del reino medioasirio, así
como influencia babilonia (económica, política), algo que se agudiza en períodos de
mayores ocntrastes.
- Está bien situada en su tiempo y asume los rasgos característicos del
ambiente internacional de la época, y a su vez se adelanta a la cultura asiria
imperial del I milenio a.e.: uso de carros y caballos como núcleo funcional
dentro del conjunto del ejército, que comienza a convertirse en el mortífero
instrumento de expansión del imperio.
- Está totalmente en función del control político, de la justificación ideológica
necesaria para que Asiria se lance a una serie ininterrumpida de guerras, sin
que desaparezcan nunca las tensiones ni la movilización nacional. Los dos
sectores más típicos de la cultura palatina medioasiria son la arquitectura
monumental y la literatura política. Sus destinatarios son todos los súbditos.
4
o La arquitectura monumental no tiene igual en su tiempo – salvo en
Egipto – por la grandiosidad y el número de los monumentos. Sólo
conocemos bien el caso de Assur, gracias a los datos arqueológicos y
epigráficos. Junto a otras estrictamente funcionales, como las murallas
o los muelles del Tigris, hay otras de similar envergadura: la
restauración y nueva fundación de los palacios reales, los templos de
Assur, Ishtar y otras divinidades, proyectados y realizados con una
grandiosidad que claramente pretende impresionar. A esto se une el
efecto ideológico de los nombres de las puertas de la ciudad, los
epítetos de los templos y las ceremonias de los distintos santuarios.
La sociedad medioasiria
El paso de las actividades comerciales a las agrícolas, las conquistas y el
crecimiento del estado llevan a la formación de una clase de grandes terratenientes que
reciben tierras por concesión real. Son los miembros de la aristocracia militar y
administrativa, base de la expansión medioasiria: las tierras se pueden vender
libremente, y el rey no hace nada para detener el proceso de endeudamiento de los
campesinos.
- La población se divide en dependientes de palacio, campesinos “libres” de
las aldeas y los beneficiarios de tierras del rey.
- El ejército está formado por miembros de estas tres categorías, que tienen
distintos títulos de posesión de las tierras.
- Los campesinos “libres” atraviesan un proceso de empobrecimiento y
esclavización que desemboca en la formación de una “servidumbre de la
gleba”, vinculada a tierras que ya no son suyas.
El palacio es grande y posee un numeroso personal, pero sus competencias no son
tan amplias como en otros estados. Es, ante todo, la residencia del rey, sólo que muy
extenso. El palacio es una especie de prisión, y sus residentes (mujeres y siervos) están
estrechos a una estrecha vigilancia por una red de delatores, que pagan caro el no
denunciar al culpable.
- Los eunucos son los funcionarios típicos del palacio asirio, tanto por las
garantías que ofrecen en la gestión del harén como por la relación de estricta
dependencia y fidelidad que mantienen con el rey.
- Destaca la importancia de los vínculos de fidelidad que mantienen la
cohesión del sistema político, algo típico de la época.
SIRIA Y PALESTINA
Babilonia, el núcleo de la cultura mesopotámica, se hallaba ausente de la escena
internacional desde ca 1500 a.e., y la iniciativa política la habían tomado Mitanni y
Hatti, interesados ambos por el control de Siria. Desde el Sur, Egipto presionaba
igualmente con fuerza para hacerse con el control de esta región. Siria, desde siempre un
ámbito cultural de fuerte personalidad y cruce de las rutas comerciales más importantes,
y ahora disputada por tres potencias, se convirtió en un campo de batalla.
5
Las ciudades-estado del norte entre los siglos XIV y XIII: Ugarit
Pero las diferentes unidades políticas que la formaban – ciudades estado o
estados territoriales menores –, lejos de sucumbir a la tentación políticamente plausible
de identificar en bloque todos sus intereses con los de una de las tres potencias, prefirieron
un régimen flexible de alianzas ocasionales o vasallajes más o menos onerosos que les
permitieran una cierta supervivencia política y el viejo ejercicio de la actividad comercial.
Culturalmente, Siria participaba con intensidad de la cultura babilónica, tanto en el uso
de la escritura cuneiforme como de las estructuras mentales básicas. Junto a lo babilónico,
las influencias hurrita e hitita se hacían más patentes en las ciudades estado del norte:
Alalah, Alepo, Emar y Ugarit compartían destinos políticos y culturales.
El centro sirio más importante de la segunda mitad del II milenio a.e. fue
precisamente Ugarit, ciudad de la costa siria con puerto internacional y abundante
documentación epigráfica en sumerio, acadio, hurrita y chipro-minoico. Aquí se
desarrolló, entre los siglos XIV y XIII, el primer alfabeto conocido, compuesto de treinta
signos y de factura cuneiforme, destinado sobre todo a escribir la lengua semítica
autóctona, el ugarítico. En algunas tablillas escolares los escribas anotaron 30 signos de
este alfabeto en una secuencia muy semejante al orden actual.
Siria – en especial sus puertos del Norte y entre ellos el principal, Ugarit – fue el
puente entre las culturas minoicas y chipriotas del Egeo y las asiáticas, babilónica,
hurrita o hitita. Las tablillas recuperadas en las excavaciones llevadas a cabo en la antigua
Ugarit desde 1929 abarcan todos los campos del antiguo saber próximo-oriental: además
de cartas, documentos jurídicos y administrativos y manuales escolares, se ha descubierto
un gran número de tablillas de tema mitológico, épico y cultural, y que, de esta manera,
nos dan acceso a la literatura siria del II milenio. Los mitos más importantes – relativos
al dios sirio Baal – están íntimamente relacionados con segmentos poéticos del Antiguo
Testamento.
Palestina bajo control egipcio (Época de Amarna)
El sur siro-palestino caía plenamente en la esfera de la influencia egipcia. Las
diferentes ciudades-estado mantenían correspondencia con la corte faraónica del Reino
Nuevo en cuneiforme y lengua babilónica; 382 de estas cartas, destinadas a la cancillería
faraónica y dirigidas sobre todo a Amenhotep III y Amenhotep IV han sido excavadas en
la ciudad egipcia de Tell-El-Amarna, la antigua capital de Akhenatón. Las cartas de
Amarna proporcionan información abundante sobre la situación política y social del
ámbito siro-palestina de la primera mitad del siglo XIV: demuestran que el control egipcio
sobre la zona era ya más nominal que real, y que el país se encontraba permanentemente
amenazado por bandas de habiru.
6
TEMA 9
EL ESTADO DE ISRAEL (I MILENIO A.E.)
1
La presencia de zonas de colonización, las aldeas nuevas y las ciudadelas de
los montes son resultado de la “sedentarización” de los grupos pastorales. El
sistema guarda un equilibrio complejo, sin un centro de poder que lo unifique
(aparte del intento filisteo).
Es posible que hubiera coaliciones entre tribus (como las que se conocen en el
Bronce Medio), y que se firmaran acuerdos entre tribus y ciudades para regular
unos derechos de pastoreo, matrimonio y comercio.
En esta época premonárquica en la que se forma la entidad etnopolítica “Israel”
es donde su propia tradición historiográfica sitúa todas las historias que poseen un valor
“fundador” de las realidades y de los problemas posteriores. Ante todo, se forma el árbol
genealógico que sirve de “carta fundacional” de las relaciones intertribales:
De un solo tronco salen los patriarcas epónimos de la unidad nacional:
Abraham, Isaac y Jacob. También los epónimos de las tribus y de los clanes-
aldea hasta llegar a los cabeza de familia, con los que empieza el árbol
genealógico familiar.
Las genealogías van acompañadas de todas las historias etiológicas que
explican el porqué de ciertos ritos, confines o instituciones que debemos situar
en la época de su formulación.
Sin embargo, puede observarse cómo la divergencia entre el relato bíblico y la
realidad histórica es prácticamente total por la falta de fuentes creíbles, la distancia en el
tiempo y la fuerte interferencia de las intenciones “fundadoras”. A fin de cuentas, nuestra
documentación arqueológica y contextual referente a este período es más fiable que la
que los autores del siglo VI tenían a su alcance: antiguas historias de cariz legendario,
genealogías transmitidas de memoria y etiologías.
LA UNIFICACIÓN POLÍTICA
La historiografía israelita sitúa en el período de los Jueces la consolidación de la
nueva entidad etnopolítica (imp. la coalición de tribus), que se formó en las tierras altas
cisjordanas y en parte de la meseta trasjordana: su lucha contra las ciudades-estado
cananeas y otras entidades ascendentes, la aparición de magistraturas colegiadas o
individuales temporales, la experimentación de procedimientos de decisión no
burocráticos (ej. oráculos) y, por último, la progresiva formación de un estado de nuevo
tipo con los primeros intentos de implicar el elemento tribal en las formas de poder
centralizado.
El paso del período de los Jueces, de fuerte herencia tribal, a la monarquía unida,
está personificado por Samuel y Saúl (ca. 1000 a.e.). La investidura de Saúl es similar a
la de los Jueces por la ocasión en que se realiza, de necesidades bélicas, y su forma, divina
a través de un profeta; pero su autoridad posee un peso y unas implicaciones muy
distintos.
Estamos en un momento en que la coalición tribus, unida por la comunidad de
sangre y culto y el enfrentamiento a los reinos ciudadanos, aúna tribus y
2
ciudades y su razón de ser ya no es la oposición al orden establecido, porque
ella misma es ese orden.
La autoridad debe entonces adquirir consistencia, continuidad y funciones
múltiples. Según la historiografía, el pueblo aspiraba a un nuevo tipo de
realeza: el rey como juez de su pueblo, como jefe en las guerras del pueblo,
como expresión misma de su individualidad política.
Tras la derrota de Saúl en un ataque filisteo, la muerte de éste llevará a que toda
Palestina caiga en manos del pueblo vencedor. Pero no se vuelve a la desorganización
política anterior, porque las tribus del norte (Israel) reconocían como rey al hijo de Saúl,
y el sur (Judá) era el núcleo de un reino formado por David. Pero al morir Ish-Ba’al, hijo
de Saúl, los ancianos de las tribus le proponen a David que reine en todo Israel.
David (ca. 1000 – 960) es un hito decisivo en el terreno institucional. La base del
reino no es sólo la coalición de tribus, sino que se añaden otros elementos para formar un
conjunto unificado. La llegada de David supone la vuelta del estado territorial
aumentando su la expansión, pues ocupa toda Palestina, y además con permanencia del
carácter nacional. Esta superación del estado tribal se lleva a cabo gracias a una política
de expansión y consolidación militar muy notable.
Administración, política exterior y economía:
Comienzan las grandes obras de prestigio y se funda una clase de funcionarios
administrativos y una milicia mercenaria distinta del ejército, que era reclutado
entre las tribus.
Vuelve a darse una situación en la que el núcleo del Estado está representado por
el palacio y sus dependientes, mientras que el resto de la población es marginada
de la política y relegada al pago de impuestos, contribuciones y el desarrollo del
trabajo. Este aspecto se acentúa con Salomón (ca. 960 – 920).
A partir del reinado de Salomón se sustituyen las guerras y la política
expansionista por relaciones políticas basadas en la diplomacia, y el
emparentamiento con Egipto conferirá al reino un gran prestigio.
También hay un importante auge del comercio en asociación con los fenicios de
Tiro, y se potencia la ruta comercial con el sur de Arabia, de donde llegan el oro
y el incienso.
Las grandes obras públicas reciben un gran impulso con Salomón. Se concentran
sobre todo en la capital, Jerusalén, donde se construye un palacio real y el templo
de Yahvé.
En época salomónica, el sacerdote es dependiente del rey, y el culto en el templo
palatino es una expresión oficial que en nada se diferencia de otros cultos del país.
Los hechos posteriores harán, sin embargo, que el templo salomónico alcance una
preponderancia absoluta en el territorio, y una independencia y autoridad incluso
superiores a las del palacio real.
Además, en estos momentos el reino se divide en 12 distritos fiscales que engloba
a tribus, cananeos e israelitas. A todos por igual se les pide una contribución en
bienes y trabajo a la que ya estaban acostumbrados los campesinos y ciudadanos,
pero no las tribus, que se adaptan mal a ella. Eso explica el surgimiento en el Norte
3
de movimientos rebeldes contra la “casa de David”, que había abandonado “la
línea de los antepasados” en el ámbito político y religioso.
4
igualar etnias y culturas, el babilonio era más suave y permisivo. No obstante, también se
desinteresa más por la situación de las regiones conquistadas.
Pero la conquista asiria y el dominio babilónico llevan a la población palestina a caer
en picado, llegando, probablemente, a su nivel más bajo en toda la edad preclásica. Justo
cuando el “rodillo” de los imperios universales reduce Palestina a una sustancial
uniformidad, privándola de sus centros de producción cultural e identidad política, se dan
las condiciones para la aparición de “fronteras invisibles” en el tejido social y étnico
basadas en las formulaciones teológicas, las convicciones y el comportamiento personal.
LA RELIGIÓN EN ISRAEL
El principal legado de la antigua cultura de Israel es la religión monoteísta, que se
ha transmitido hasta nosotros tanto en su rama directa del judaísmo como en la colateral
del cristianismo. Nuestra cultura ha estado marcada por mucho tiempo por la “unicidad”
de la experiencia religiosa de Israel, hecho que tiene una explicación histórica que recae
en los momentos de unificación estatal iniciales en tiempos de David y Salomón.
5
LA ESTRUCTURA DEL IMPERIO NEOASIRIO (I
MILENIO A.E.)
ADMINISTRACIÓN
Con el Imperio neoasirio se asiste a la formación de un estado fuertemente
centralizado que parte de una situación inicial de descentralización, y la figura del
monarca cobrará una relevancia clave en el desarrollo de la política administrativa local.
Además, se desarrolla una organización territorial basada en provincias; en Asiria se
diferencia entre provincias centrales y periféricas, siendo estas últimas las que habían
pertenecido previamente a antiguos estados que se incorporan a la órbita del Imperio.
En el Imperio neoasirio los escribas juegan un papel fundamental y el monarca se
ve apoyado por una amplia y compleja plantilla administrativa, siendo los sectores más
cercanos a él los pertenecientes a la administración central y los dignatarios de la corte.
Dentro de este grupo más cercano al monarca, encontramos, en orden de
importancia, el turtãnu, que suele traducirse como “general” o “generalísimo”.
Realmente significaría “segundo (en rango)”, “vice”, es decir, el principal colaborador
del rey. Posteriormente se encuentra el nãgir ekalli, “heraldo de palacio”, rab saqe,
“gran copero”, el abarakku, “intendente”, y el sukallu, “mayordomo”. Todos estos son
funcionarios del círculo palacial, pero sus funciones se ampliaban hasta abarcar los
aspectos necesarios de la administración del estado, de nuevo con una importante
impronta centralista.
Son estos administradores del círculo palacial relacionado directamente con el rey
los que gobiernan las provincias más antiguas y codiciadas, las de la franja
altomesopotámica, siendo la más importante de todas, Kharran, otorgada al
turtãnu, y el resto son gobernadas por otros funcionarios nombrados directamente
por el rey, lo que permite al monarca controlar personalmente todo el aparato
administrativo.
Se añaden además nuevos cargos, como los rabani (príncipes) y los sut-resi
(eunucos), que además cuentan con el favor del rey por su fidelidad al éste, pero
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no transmitirían su posición ni sus bienes de manera hereditaria. De hecho, los
funcionarios asirios establecen una relación muy directa y personal de fidelidad
con el monarca, que se expresa en un juramento y coloca al funcionario
completamente a la valoración que el rey haga de su propio trabajo.
Parece que no existen, al menos en los niveles directivos, ramas fijas o
especializadas en la administración.
Respecto a la administración local, ésta se diferencia de forma clara de la
regional. Hay un alcalde o hazanu, así como un sibuti (“consejo de ancianos”) que se
encargan de la justicia, las cuestiones fiscales y la relación con la administración central.
ECONOMÍA
En el Imperio neoasirio se desarrolla una economía redistributiva a escala enorme,
en la que una vez centralizados los bienes y las mercancías, la capital dirigía hacia los
grandes centros de provincias los productos importados que allí fueran necesarios.
En el Imperio neoasirio las ciudades jugarán un papel fundamental, pero se
enfrentarán a problemas demográficos. Las ciudades eran numerosas y estaban separadas
entre sí por unas pocas decenas de kilómetros. Las más amplias y habitadas eran Kalkhu
y Nínive. Estaríamos hablando de una población elevadísima e inusual para la época, y
las ciudades planteaban así graves problemas de aprovisionamiento.
Estos grandes centros urbanos asirios alteraban la relación de los campos y las
ciudades. Ello se ve agravado debido a la paulatina despoblación de los campos,
consecuencia tanto a las guerras como de la movilización de mano de obra destinada a
realizar construcciones en las ciudades. Sin embargo, los reyes asirios tratan de
compensar estos vacíos enviando grupos de personas deportadas a las amplias zonas de
conquista y promoviendo el colonato militar. Pero la despoblación se presentaba como
una tendencia imparable que, junto a la salinización de las tierras perjudicaría el ejercicio
de la agricultura.
La agricultura y la arboricultura se practicaban alrededor de las ciudades, en un
radio de pocos kilómetros, gracias a las obras de canalización. Los aperos y los útiles
agrícolas se ven potenciados gracias a la implantación del hierro, y se desarrolló una
agricultura experimental que trató de aclimatar especies vegetales no adaptadas a la
región, como la mirra y el algodonero. Respecto a la arboricultura, destaca la palmera
datilera y la vid. Sin embargo, la producción de estos campos no será suficiente, lo que
requerirá la importación de alimentos de distancias lejanas por vía fluvial. La ganadería,
por su parte, experimentó un importante desarrollo debido a la implantación del camello.
Las vías fluviales jugaban por tanto un papel fundamental en el ámbito comercial, al
igual que las terrestres. En el caso de las campañas de los monarcas asirios, éstos buscaban
controlar la “ruta del estaño y del hierro”, y toda la actividad comercial convergía en los
palacios. Éstos organizaban el comercio junto a los tamkaru, que compraban y vendían
las mercancías y actuaban por cuenta de la administración palatina, dirigiendo las
caravanas hacia sus almacenes.
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A nivel técnico no se registran grandes cambios, pero cabe destacar los cortes de
rocas y la excavación de túneles. El sistema de irrigación capilar se ve mejorado con la
construcción de canales, acueductos y la introducción de nuevos modelos de elevadores
de agua.
Respecto a la propiedad de la tierra, hay varios tipos de contribución fiscal para
cada tipo de estatus de tierras. Se podrían reducir a tres: tierras del rey que estarían
directamente gestionadas por la administración central o por los palacios periféricos de
las provincias; tierras del rey cedidas a funcionarios que pertenecen a la corte; y por
ultimo las tierras privadas que se pueden adquirir por compraventa.
SOCIEDAD E IDEOLOGÍA
Tanto la política como la administración y la economía influyen activamente en
la estructura de la sociedad del Imperio neoasirio, sociedad que a su vez se mantiene
cohesionada gracias, en gran medida, a la fuerza de la ideología imperante. Además, si
bien se mantiene la división tradicional de clase entre libres o poseedores de los medios
de producción, dependientes palatinos como los artesanos y los miembros de la
administración y los esclavos, éstos adquieren un matiz diferenciado por la incidencia de
la riqueza o pobreza de cada individuo.
Estructura de la sociedad:
La clase privilegiada dentro de la estructura social la conformaban los
dependientes del palacio, en su mayoría altos funcionarios miembros de la nobleza. En
Asiria son denominados ilku, entendidos como los grandes propietarios del Imperio que
disfrutaban frecuentemente de concesiones y franquicias que se sumaban a sus previos
privilegios, donde destacan en el período los miembros del ejército. Junto a los ilku se
encuentra la población urbana, que constituía uno de los sectores sociales más favorecidos
y privilegiados debido a la dispensa de las prestaciones personales y del pago de
impuestos. Frente a esto se encontraban las gentes humildes o nishe, que no sólo
soportaban una pesada carga de imposiciones fiscales y prestaciones militares y
personales, sino que la tendencia del período era la de un empobrecimiento ascendente
de los campesinos libres que, perdiendo sus propiedades, quedaban convertidos en siervos
rurales de una nobleza militar y agraria de poder creciente.
La situación de los esclavos o urdani en era bastante dura: trabajaban en la
explotación de las tierras de los palacios, de los grandes templos o en propiedades de la
nobleza. El esclavismo alcanzó un importante desarrollo, lo que condujo a su vez a que
los esclavos tuviesen derecho de usar y poseer sus propios bienes, tener su propia familia
casándose incluso con un individuo libre y pudiendo promover acciones jurídicas, aunque
el propietario seguía poseyendo el poder total sobre el esclavo. Podía dejarlo en herencia,
comprarlo, venderlo, intercambiarlo, prestarlo y arrendarlo. Aunque podían recobrar su
libertad con el paso del tiempo, aunque cabe destacar que la ley no establecía
diferenciación clara entre hombres libres, esclavos y siervos. Además, la esclavitud podía
deberse a la contracción de deudas o, en el caso más duro y extremo, a ser un prisionero
de guerra.
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La ideología estatal:
El Imperio neoasirio se basó en la explotación de las diversidades, donde un
núcleo reducido de individuos somete a grupos mayores tanto en el interior de su propio
territorio como en el exterior. La ideología es capaz de ofrecer a los miembros de los
grupos explotados (a su vez empleados para explotar a terceros grupos) unas
motivaciones para aceptar el desequilibrio, para convencerles de que a ellos también les
conviene.
El monarca asirio se presenta como victorioso y omnipotente, pues se relaciona
de manera directa y especial con el dios Assur, y, frente a esto, los enemigos del Imperio
son entendidos como individuos que están “sin dios”, que han sido abandonados por sus
divinidades o que son apoyados por dioses inferiores. Ello implica que los asirios deben
confiar en su rey, y el rey asirio sólo tiene que confiar en una divinidad que le inspira
confianza y elimina sus posibles temores. Frente a esta concepción de una confianza
correcta se encuentra la confianza ilusoria del enemigo, que debe apoyarse en la ayuda de
los demás o en elementos de carácter material. Sin duda, se trata de una concepción que
no sólo permite cohesionar el interior del Imperio sino también a las poblaciones
conquistadas por parte de los monarcas asirios.
En el Imperio neoasirio destacan, dentro de su aparato celebrativo, los templos
y palacios. La función de mensaje ideológico del aparato arquitectónico queda de
manifiesto por los nombres que cada uno de los mismos portan, con indicaciones
celebrativas, como indican las puertas de Nínive o Kalkhu al incidir en la afluencia de
bienes y la sensación de seguridad y defensa frente al mal exterior. La planificación
urbanística buscaba transmitir mensajes de perfección cósmica, relegando a lo caótico lo
que hubiese existido previamente. Y todas estas realizaciones arquitectónicas se
encuentran en lo que los asirios consideraban el centro del mundo, la capital, y en menos
medida en otras ciudades asirias.
Todo ello se relaciona directamente con la concepción asiria donde la esfera del
correcto funcionamiento del mundo está limitada en el tiempo, en una fase donde
existe el desorden y después de la cual el caos podría regresar. Se entiende que el
mundo está ordenado porque los dioses o los héroes fundadores han fundado cada
una de las partes que lo constituyen, por lo que la culminación de la función
creadora-fundadora del rey reside en la construcción de la capital en el centro del
mundo hacia la que se orienta todo el universo.
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LOS FENICIOS (I MILENIO A.E.)
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2. Una serie de inscripciones de reyes locales revelan la nueva imagen de la
monarquía. Algunas de ellas se encuentran en monumentos faraónicos, lo que
confirma las relaciones con Egipto.
3. El antiguo predominio de Sidón, del que existen algunos indicios, cesa
probablemente hacia el año 1000 en beneficio de Tiro. Las noticias de Tiro
se remontan al Antiguo Testamento: una serie de ciudades independientes,
muy activas en el ámbito comercial y artesanal, mantienen relaciones de igual
a igual con los estados del interior y con los grandes reinos lejanos de Asiria
y Egipto.
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región cayó en manos de los persas, pero entonces también las ciudades fenicias
conservaron o restablecieron unas dinastías autónomas locales, aunque sometidas al
emperador aqueménida.
COMERCIO Y ARTESANÍA
La economía fenicia se basaba en la elaboración y comercialización de
productos originarios de otras zonas, más que en los recursos del pequeño territorio.
Para ello contaba con una posición ventajosa: entre el país interior de Oriente Próximo,
con sus antiguos centros de cultura y sus grandes mercados, y el Occidente mediterráneo,
con sus recursos mineros y agrícolas que aún estaban por descubrir y explotar.
- Desde 1200 existía ya cierta actividad de comercio marítimo, paralelo al de
tierra firme, ejercido por las ciudades costeras. Así pues, el comercio fenicio
se basa en una larga tradición e incorpora numerosas novedades importantes.
o La crisis de los palacios reales conlleva una nueva organización del
comercio: los comerciantes tienen que ejercer su actividad sin contar
con apoyo organizativo y financiero.
o Los mercaderes deben buscar mercados más desperdigados y menos
oficiales que el palacio.
o La actividad mercantil es más arriesgada y estimula la piratería. A su
vez amplía los horizontes del comercio fenicio.
A través del relato de Wen-Amun podemos obtener una visión del comercio
marítimo en el Mediterráneo oriental a mediados del siglo XII.
- Con la crisis del siglo XII, donde Egipto estaba en una situación compleja y
Micenas se encontraban fuera de la escena política, las naves fenicias no
encuentran obstáculos y pueden dirigirse a metas lejanas, aprovechando la
experiencia que en siglos anteriores habían adquirido con la navegación
egipcia en el mar Rojo y la micénica en el Mediterráneo.
- En el litoral siropalestino actúan varias flotas pertenecientes a casas
comerciales privadas, más o menos vinculadas al poder político local y
protegidas por él. Las represalias, la competencia y la piratería están a la orden
del día.
- Es posible que ya en la primera fase (siglos XI – IX) el comercio fenicio se
aventurase muy lejos, surcando las viejas rutas egipcias y micénicas. En el
caso de las rutas más meridionales, antes egipcias, tenemos una
documentación explícita y fiable pero referida a episodios aislados. A través
de los datos de las campañas que emprenden conjuntamente el rey de Tiro y
el de Jerusalén, observamos:
o Que el comercio tiene un ritmo trienal, en el sentido de que se emplea
un verano para el viaje de ida y el verano siguiente para el de vuelta.
o Que el comercio posee un claro carácter estatal y no hace escalas
intermedias, yendo directamente a la meta lejana, rica en materias
preciadas, donde lo más probable es que los recursos locales estén
gestionados por una organización política embrionaria.
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o La misma situación parece tener lugar en las expediciones comerciales
al lejano Tarshish, el extremo occidente mediterráneo o sur de España,
también rico en metales como el estaño y la plata.
Durante los siglos posteriores, del IX al VII, la presencia fenicia en el
Mediterráneo es más intensa y deja huellas arqueológicas. Las regiones más
frecuentadas son las mineras: Cerdeña, sur de España, Chipre, Túnez o Sicilia. Se advierte
una competencia con los griegos, dotados de medios técnicos y objetivos similares que
desemboca en una tendencia a repartirse las rutas y los mercados. Poco a poco, en los
países del Mediterráneo occidental van apareciendo interlocutores locales cada vez más
válidos desde el punto de vista organizativo.
- En este marco, la presencia fenicia se señala sobre todo por las exportaciones
de productos artesanales característicos. Entre los productos más preciados
están: los objetos de bronce, las tallas de marfil, las telas bordadas y teñidas y
los objetos de vidrio. La difusión de estos productos da lugar a la moda
“orientalizante” que se extiende por todo el Mediterráneo, incluyendo Grecia.
- En los talleres fenicios este patrimonio iconográfico acoge generosamente los
motivos egipcios, añadiéndolos a los siropalestinos. Luego aparecen
influencias asirias y urarteas. Cuando este patrimonio es asumido en los
talleres chipriotas, anatólicos occidentales y egeos, cada vez resulta más difícil
distinguir entre tantas aportaciones e influencias, directas o indirectas. En este
mundo “orientalizante” los fenicios son los protagonistas, pero no los únicos
actores, dentro de una complicada red de relaciones y competencia con los
griegos y las culturas locales.
- Estos productos orientalizantes se difundieron también en Oriente,
concretamente en Asiria. La difusión de los productos fenicios hacia el Este
se realizó, sobre todo, en el marco de la presión imperial asiria y de su
correspondiente drenaje económico. La propia demanda imperial de estos
productos presupone que en Asiria son conocidos y apreciados.
LA EXPANSIÓN COLONIAL
Chipre es la única tierra “colonizada” realmente por los fenicios, con
asentamientos fijos y constantes, ya en los siglos X y IX, mientras en el resto del
Mediterráneo actuaban como mercaderes sin bases de apoyo consistentes y sin provocar
ningún flujo migratorio. Esto cambia en el siglo VIII, cuando en varias zonas del
Mediterráneo comienzan a aparecer “colonias” fenicias, cuya “fecha de fundación” nos
ha llegado a través de la tradición griega o la documentación arqueológica que revela el
establecimiento fijo de grupos de Fenicia. Es un fenómeno paralelo, en su cronología y
formas, al de la colonización griega, y el resultado de ello es un verdadero reparto de las
costa y zonas de influencia en el Mediterráneo.
- Se trata de una nueva manera de estar comercialmente presentes en el
Mediterráneo.
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- Las causas del cambio debemos buscarlas en la situación de las tierras de
origen de los colonos, en la situación de la tierra de destino y en los recursos
con los que se comercia.
o Dado que en el siglo VIII los reinos indígenas en ascenso son
interlocutores mucho más consistentes, y los fenicios requerían una
capacidad de intervención y presión directa en los terrenos
económico, político y, en última instancia, militar que la arribada
estacional no permitía establecer.
o La aparición de colonias señala el paso de un estadio en el que se
demandan sobre todo metales a otro en el que se aprecian los recursos
productivos agropastorales y la disponibilidad in situ de recursos de
tierra y mano de obra.
o En el país de origen debió haber algún motivo que indujera a los
colonos a dejar sus tierras y lanzarse a unas empresas prometedoras
pero arriesgadas (se conoce mejor en el caso de Grecia). Por lo que
sabemos por las relaciones entre Tiro y Cartago, la colonia no es una
entidad política independiente a la metrópoli, sino una dependencia:
no posee rey sino jueces, como los centros subordinados. Esta
relación de dependencia originaria implica una fundación oficial.
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