Está en la página 1de 2

Instituto Nacional de Educación Básica

Experimental Lo de Coy, Mixco


Estudios Sociales III
Unidad I
REGIMEN DE TRABAJO Y PROPIEDAD DE LA
TIERRA DURANTE LA COLONIA

Para comprender la dinámica colonial se hace necesario tener presente y la claridad suficiente en
cuanto a dos elementos claves como son: el régimen de trabajo y la propiedad de la tierra en dicho
momento histórico, en tanto que vinculados la fuerza de trabajo y la tierra como el principal medio
de producción, constituyeron los factores fundamentales de la producción durante la colonia.

Al hablar de Régimen de trabajo colonial, necesariamente tenemos que hacer referencia a los
famosos repartimientos a través de los cuales se reguló el trabajo forzado durante la colonia y aún,
más allá de la Independencia. No obstante. Vale la pena mencionar que no todos los repartimientos
se refieren estrictamente al trabajo forzado. Para tener mayor claridad sobre estos aspectos,
vamos a referimos brevemente a las cinco formas típicas de dichos repartimientos.

La primera forma de repartimiento se dio prácticamente a partir del momento de la conquista y se


le denominó repartimiento de tierras y significó el hecho de repartir y distribuir las tierras entre los
conquistadores, con el fin de establecer sus estancias y haciendas y así poblar y colonizar las
tierras americanas.

Aparte de este repartimiento de tierras, existió también el llamado repartimiento y encomienda de


nativos, propio del primer período colonial o de la tiranía de los Conquistadores. Esta forma de
repartimiento consistía en que el capitán de conquista entregaba o daba a un español determinada
cantidad de nativos, con el objeto de que este los protegiera, los cristianizara y les enseñara el
castellano, a cambio de los cual dichos nativos quedaban obligados a tributar y a trabajar para el
conquistador, sin embargo, lo que menos hicieron los españoles, fue proteger y cristianizar a los
nativos, sino más bien aprovecharon dicha situación para explotarlos en forma arbitraria, excesiva
y basada en el terror, reduciendo en la práctica a estos nativos repartidos, a la condición de
esclavos virtuales.

No obstante, con la promulgación de las leyes nuevas de 1542, tal como ya es de nuestro
conocimiento la esclavitud fue abolida y por consiguiente esa forma de repartimiento y encomienda
de nativos dejó de existir, lo cual significó que los españoles no iban a poseer más a los nativos
en calidad de esclavos, pasando a ser estos, vasallos libres tributarios del Rey. Sin embargo,
dadas las constantes y fuertes protestas de los conquistadores al quedarse sin fuerza de trabajo
se busca un mecanismo a través del cual los nativos trabajen para los conquistadores, pero sin
regresar a ser esclavos, pero tampoco trabajadores libres asalariados, y es aquí precisamente
donde surge el tipo de repartimiento más importante en tanto que va a regular todo lo
correspondiente al trabajo forzado durante la colonia y va a ser denominado como repartimiento
feudal el cual consistía en el envío de grupos de indios a trabajar a las haciendas de los españoles
semanalmente y a lugares a no más de diez leguas de distancia de los pueblos de indios,
recibiendo a cambio un real por día trabajado. Es una forma de trabajo forzado en tanto que los
indios no estaban en libertad de elegir si asistían al repartimiento, sino que era prácticamente
obligación so pena de recibir crueles castigos o de .ir a parar a la cárcel si no asistían. A este tipo
de repartimiento se le denominó en México Cuatequil y en el Perú Mita, y constituye una de las
características fundamentales del ser llamado indio. Con el transcurso del tiempo esta modalidad
de repartimiento se le denominó Mandamiento, y perduró en nuestro país hasta poco antes de la
Revolución de octubre de 1944.

Las otras dos formas de repartimiento fueron el de Mercancías y de Hilados, los cuales no eran
más que negocios exclusivos de los corregidores funcionarios bajo cuya jurisdicción se
encontraban varios pueblos de indios. El primero consistía en obligar a los indios a comprar
supercherías que no necesitaban tal como: medias de lana, espejos, baratijas, etc. Lo que hacía
que los pobres indios se endeudaran y los corregidores se enriquecieran. El de Hilados se dio en
el departamento de Totonicapán, Quetzaltenango y Huehuetenango y consistía en repartir a las
mujeres indias grandes cantidades de algodón que debían de entregar convertido en hilo, de lo
contrario corrían el riesgo de ser azotadas y castigadas.

De una u otra manera, los repartimientos no fueron más que la expresión de la explotación del
indio y en lo que al trabajo forzado probamente se refiere, no fue abolido sino hasta el año de 1945.
Es sabida por nosotros que uno de los principales problemas actuales de la sociedad
guatemalteca, es la desigual distribución de la tierra. Para entender las causas de este fenómeno,
es necesario que nos remontemos a sus orígenes en el pasado colonial, por lo cual a continuación
vamos a hacer una breve referencia a los principios básicos que caracterizaron la política agraria
y la propiedad de la tierra durante la colonia.

En primer lugar, vamos a referirnos al Principio de Señorío, que no era más que la expresión legal
de la toma de posesión de las tierras conquistadas por la Corona o mejor dicho en nombre de la
Corona, lo cual implicaba que todas las tierras conquistadas pasaban a ser propiedad del Rey, y
únicamente este podía disponer de las mismas, en tal sentido, este principio no implicaba la
apropiación automática de la tierra por los conquistadores, ya que toda propiedad de la tierra
provenía de una concesión real o mercedes, sujetas a confirmación. Puede decirse que este
principio sentó las bases legales para el desarrollo de los latifundios y el Rey se convierte en el
primer latifundista en tanto que tenía el dominio de toda la tierra conquistada.

Sin embargo, como los conquistadores necesitaban de un estímulo para incentivarlos a realizar
las empresas de conquista, surgió el principio de la Tierra como Aliciente, el cual estuvo,
determinado por la necesidad de consolidar y expandir el imperio sin hacer gastos a expensas de
los conquistadores. Esto se relaciona con el repartimiento de tierras, las tierras que el Rey otorgaba
a los conquistadores, no le habían costado nada y por lo tanto podía cederlas en grandes
cantidades. Este principio, constituyó el punto de partida efectivo del latifundismo en Guatemala.

Otro principio fundamental es el de la Tierra como Fuente de Ingreso para las Cajas Reales. La
base de este principio fue que el Rey a partir del año 1591 exigió que la tierra que estuviera
ocupada sin los respectivos títulos (tierra usurpada), se le restituyera de manera inmediata, sin
embargo, otra disposición de ese mismo año establecía que el Rey estaba dispuesto a ceder
dichas tierras siempre y cuando los usurpadores se avinieran a pagar alguna cantidad de dinero
por concepto de COMPOSICIÓN, siempre y cuando no fuera, tierra de indios. O sea que lo que la
Corona quería era que no le devolvieran las tierras, sino que se las compraran a través de la
Composición, porque estaba urgida de obtener dinero. De esta manera, la Corona española obtuvo
ingresos a través del mecanismo de la composición durante toda la colonia, lo cual dio lugar a la
conformación de otros latifundios, sino fundamentalmente a la ampliación y consolidación de los
que ya existían.

La Preservación de las Tierras de los Indios fue otro de los principios importantes dentro de la
política agraria colonial, en lo cual la corona española puso especial atención, al extremo de que
antes de cometer tierras a composición, se averiguaba si estas no pertenecían a los pueblos de
indios, esto se hacía con la finalidad de que los indios tuvieran la tierra suficiente para su
subsistencia en los pueblos, así como para que tuvieran de donde sacar el tributo. Vale la pena
hacer mención de que este fue el único principio que no contribuyó al incremento de los latifundios.

Finalmente, el Bloqueo Agrario a los Mestizos fue otro de los principios de la política agraria
colonial, el cual funcionó al margen de la ley en tanto que los mestizos legalmente sí podían adquirir
tierras, sin embargo, se les negó esta posibilidad hasta donde se pudo, con el fin de obligarlos
indirectamente a establecerse en las haciendas de los criollos, en donde a cambio de una parcela
de tierra estos se convertían en fuerza de trabajo permanente al servicio de los hacendados. Este
principio estimuló el incremento del latifundismo para los hacendados terratenientes, ya que no
había competencia de los mestizos en cuanto a conseguir la tierra, y además se aseguraban la
fuerza de trabajo de estos para latifundios, aparte de que los terratenientes también contaban con
los repartimientos de los indios. De acuerdo a lo antes expuesto, nos podemos dar cuenta que el
origen del latifundismo en nuestro país, tiene sus raíces a partir de la colonia, sobre la base de los
principios antes mencionados, y que orientaron dentro del régimen de propiedad, el predominio
del latifundismo incluso hasta la actualidad.

Las formas de propiedad durante la colonia y que se mantuvieron hasta la Reforma Liberal en
1871, fueron en primer lugar, la propiedad privada latifundista de los grandes terratenientes
(criollos) herederos de los conquistadores y colonizadores, seguidamente las tierras comunales
de los pueblos de indios, tierras que pertenecían al pueblo, para la subsistencia y el tributo de los
indios, y finalmente la pequeña y mediana propiedad en manos de los indios ricos y de algunos
mestizos que dentro del bloqueo agrario al que estaban sometidos, habían podido obtener algunas
tierras. Sin embargo, las formas de propiedad predominantes fueron básicamente, los latifundios
y las tierras comunales.

También podría gustarte