Naturalismo y Realismo

En 1868 se produjo la gloriosa una revolución burguesa de carácter liberal que destronó a Isabel segunda.
Esto llevó a la instauración de la primera República que finalizaría con la llegada de Alfonso XIII, que
restauró la monarquía. A finales del siglo, España perdió sus últimas colonias en 1898 (Cuba, Puerto Rico
y filipinas). En este contexto surgió el realismo y el naturalismo.

En cuanto al Realismo, fue un movimiento cultural y artístico nacido en Francia a mediados del siglo 19
que pretendía reproducir con exactitud la realidad contemporánea, y que además se centraba en los
problemas sociales derivados de la revolución industrial. Este se caracterizó por su descripción minuciosa
y detallada de la realidad, conseguida a partir de la exactitud geográfica y la pintura de costumbres y
caracteres. Asimismo, la literatura gozaba de verosimilitud por medio del decoro poético (teatro) y
presentando una crítica social y política.

En cuanto al Naturalismo, se presenta y busca una cruda descripción de la sociedad mediante la

exposición de las posiciones humanas y la degradación social, ya que lleva el realismo al extremo. El
naturalismo fue creado por Emilio Zola, quien destacó por la concepción determinista que tenía, también
es conocido por optar de apoyos como teorías filosóficas o científicas que utiliza para sus obras. Las
técnicas utilizadas eran realistas de observación y documentación el naturalismo en España no tiene un
gran esplendor, puesto que solo aparecían algunos fragmentos.

Respecto al Realismo en España, llegó de forma tardía, empezando a utilizarse en 1868, tratándose de un
género formado por parte del costumbrismo romántico. Las diferentes novelas que aparecen son la novela
de tesis (intención didáctica y desarrollado por autores tradicionalistas como Alarcón y Pereda y por
autores progresistas como Galdós o clarín); la novela naturalista (tiene influencia en autores como Galdós
o clarín); y la novela espiritualista (misticismo y espiritualismo). De la misma manera, los temas tratados
en esta corriente eran el amor coma la política y el anticlericalismo, así como el enfrentamiento entre el
campo y ciudad y sus diferencias sociales.

Los principales autores respecto de la novela son Pedro Antonio de Alarcón (corte conservador y autor de
sombrero de 3 picos), José María Pereda (corte costumbrista y autor de novelas de tesis como Sotileza) Y
Juan Valeva que asume rasgos particulares como la eliminación de aspectos desagradables o la capacidad
de retratar el alma femenina (Pepita Jiménez). Otro autor muy importante es Benito Pérez Galdós, que
representa la figura de 1 de los mejores autores del siglo 19. El estilo de Galdós se caracterizaba por tener
un estilo ágil y sencillo con intención crítica y de humor, también coma decidió implementar una técnica
caracterizada por el narrador omnisciente, descripciones realistas y el retrato de personajes. Entre todas
sus obras, podemos encontrar las novelas de la primera época (novelas de tesis (Doña perfecta y
Martinela); las novelas contemporáneas (ofrecen un análisis crítico del Madrid de la época por medio de
elementos naturalistas y técnicas narrativas como el monólogo interior (Fortunata y Jacinta como obra
maestra)); y las novelas espiritualistas (Misericordia). Además, se encuentran sus episodios racionales
formado por 46 obras distribuidas en 6 de 10 novelas (última inacabada), que ofrecen una visión de
historia de la España del siglo 19.

A pesar de ser Benito Pérez Galdós el protagonista del realismo en España, surgieron otros autores
importantes como Emilia Pardo Bazán que pretendía defender la condición femenina y que es autora de
cuentos y novelas (Los Pazos de Ulloa), y Blasco Ibáñez un novelista fecundo de gran éxito en el
extranjero. En sus obras se caracterizaban por un tono naturalista (pesimismo, crudeza, violencia),
destacan Arroz y tartana. Otro autor a destacar en la novela es Leopoldo alas clarín quien tuvo gran
relevancia con su mayor obra la regenta u otras obras como ¡Ádiós cordera! o Su único hijo.

Finalmente, en la poesía y el teatro realista a pesar de recibir menos desarrollo y quedar como algo
secundario, aparecen autores como Núñez de Arce (poesía) o López Ayala y Echegaray (teatro).