Está en la página 1de 5

MILEI Y LA BATALLA CULTURAL.

13.Agosto.2023

Javier Milei ya ha inscripto su nombre en la historia electoral argentina.

La vehemencia de su comunicación, lo disruptivo ideológicamente de su mensaje y un entorno


socio histórico que jugó a su favor lo han convertido en un fenómeno digno de análisis.

Cuando hablamos de entorno, lo primero que hay que indicar es una disclaimer de que no
caeremos en la trampa en que cayeron todas las dimensiones que conviven con el este
fenómeno, sean periodistas, políticos, analistas e incluso académicos: subestimarlo y
ridiculizarlo. El candidato, supongo, habrá disfrutado de toda esta dinámica semana a semana
mientras veía ondas positivas crecientes de todas las clases sociales y de un nicho crítico: la
juventud.

No deja de impresionar como se insiste en las interpretaciones basadas en el eje izquierda –


derecha cuando claramente ha sido insuficiente la aplicación de ese criterio. Útil, pero
insuficiente.

El escenario electoral.

Si bien se trata de Internas de cada partido, hay un ingrediente que las transforma en un
interesante indicador de la primera vuelta: son obligatorias. Es cierto que sobre todo en algunas
provincias se adelantó que no habría sanciones por no ir a votar y ese 68% es bajo comprándose
con PASO anteriores, también es cierto que es un interesante porcentaje para poder extrapolar
a Octubre.

Los porcentajes sumados por cada partido entonces se vuelven representativos de un humor
electoral. Esa foto, aunque no se han cerrado aún los números oficiales finales, muestra un 30%
de Milei, un 28,27% de Juntos por el Cambio y un 27,27% del oficialista Unión por la Patria.

Ganó en 16 provincias, arrasando en dos de ellas. En Salta arañó el 50% mientras que en San
Luis redondea un 48%. Solo en una de esas provincias bajó del 30%. Impresiona además Jujuy
con 40% de votos de Milei.

Las conclusiones sobre los números son obvias.

Por un lado, Milei aparece como un líder nacional dominando en forma pareja todo el escenario
electoral provincial.
Por otro lado, dadas las duplas de candidatos en los otros dos partidos importantes, los votos de
Libertad Avanza son exclusivamente de Milei, convirtiéndolo en el candidato individualmente más
votado.

Estas dos conclusiones son un capital político muy importante para octubre y un aura política
que empuja a Milei a ser atractor de votos ajenos.

Milei llegó a las PASO sin control en los distritos, sin aparato propio, con malos antecedentes en
las elecciones provinciales (con excepción de Chubut y La Rioja) pero lo mediático es poderoso
y si se articula un discurso transversal apuntando a jóvenes menos ideologizados, la cosa es
distinta. Hay cansancio allí con el peronismo, pero Bullrich y Larreta no se dieron cuenta que
ellos, para esa franja etaria, son parte del problema también.

Las estrategias fallidas.

La política argentina, como lo fue la inglesa hace décadas, es una biblioteca abierta de ensayos
de ciencia política. El federalismo empuja a los líderes regionales a ser parte de la ecuación
electoral y por ello, protagonistas del juego de alianzas. Los candidatos tienen un ida y vuelta
con los gobernadores y sus aspiraciones de poder propias. Todo eso juega y decide en estos
juegos provinciales.

Al final del día, sin embargo, también la corriente se lleva las aspiraciones de gobernadores
buscando la sombra del liderazgo que aparece como ganador.

Cabe mencionar las voces que entendieron un doble juego de Macri, permitiendo un
protagonismo de Milei en los medios sobre la base de mencionarlo, no criticarlo. Pero ese
crecimiento funcional de Milei a Macri quitándole votos de peronistas de derecha a Massa en
algún momento del camino obtuvo vida propia.

De igual manera, Cristina Fernández de Kirchner como figura de consulta y de referencia en el


oficialismo, alimentó la idea de darle alas a Milei para dividir los votos de la derecha. También en
este caso debemos decir que el águila abrió alas y voló sola.

Ya otro economista liberal, José Luis Espert, había intentado domesticar a Milei y capitalizar su
carisma en los nichos iniciales de intelectuales dogmatizados contra la visión socialista. Pero a
él también se le voló el pájaro antes de poder atarlo.

El oficialismo, dominado por el kirchnerismo y pulseando con el peronismo que lo integra, debió
articular un candidato que no es ni lo uno ni lo otro. Massa, un gran prestidigitador, militó en filas
macristas, luego kirchneristas y dio un paso al frente cuando los demás se escondían. Sus
números son malos, pero ese “cuarto tercio” que fueron los que no acudieron a votar contiene
seguramente votos del oficialismo. Parece otro perdedor, sobre todo por el insistente discurso
de que todos los demás partidos son anti peronistas. Si eso es así, se puede decir con propiedad
que dos tercios del país rechaza esa corriente política, y nadie podría desmentirlo.

Los protagonistas políticos que aparecen como ganadores serían un Milei exultante y Macri que
impuso una candidata a contra natura de las encuestas cuando Rodríguez Larreta adoptó la
actitud de morderle la mano al lider para intentar volar sólo.

Los análisis de las causas.

Hay dos cifras paradigmáticas que no paran de ser mencionadas: 40% de pobreza y 115% de
inflación. Los números son muy claros y a la vez malos. Más allá de herencias macristas, la
gestión económica se puede resumir como una peripecia al estilo de Alicia en el País de las
Maravillas, llena de conejos que aparecen y desaparecen, el futuro jugado a un ejército de naipes
bajo el bastón de mando de una reina de corazones.
El desfile de economistas por los estudios de televisión anunciando cosas que luego se cumplían
fue arrollador. Inflaciones crecientes, consecuencias dañinas de la emisión, tipos de cambios
múltiples, gasto público desenfrenado amparando funcionarios y acoso a sus propios
exportadores fueron el telón de fondos de innumerables entrevistas que anunciaron un caos
económico previsible.

Alberto Fernández fue una mala elección para fungir como Presidente a la orden, pero no es el
epicentro de las tormentas. Animales políticos acorralados por la poca liquidez disponible, el
oficialismo empezó a delegar las decisiones económicas en los funcionarios profesionales de
turno en el Ministerio. Todos tuvieron corta vida, dándose contra la pared de la política populista
cuando querían implementar ajustes que ordenaran por lo menos las cuentas.

Avances del poder narco en Capital, pero sobre todo en provincias, empezaron a tensar las
costuras de un sistema de seguridad frágil y propenso a corruptelas.

La gente debió recibir la influencia permeable de todo esto, alejándola de la racionalidad y


acercándola al materialismo que pide a gritos soluciones a sus problemas. La pobreza, la
violencia, la droga no se iban por más que Cristina apareciera en la TV. Los discursos de Alberto
se hacían tan soporíferos como poco creíbles.

La pandemia, con escándalos incluidos y una cuarentena obligatoria dejó además un sentimiento
que considero muy importante. Cada argentino se sintió frágil, desposeído, sin protección.
Argentina había dejado de ser aquel país relevante en su cabeza para ser un lugar del cual huir,
un país subdesarrollado con aires de grandeza. Sus líderes políticos, influencers, artistas y
deportistas empezaban a hablar de otros países a los que se empezó a envidiar. Ese es un
veneno para la más importante fuerza ideológica de la historia, que es el nacionalismo. El orgullo
argentino se había quebrado.

Milei ofrece trabajo duro y una seguridad en los resultados en lo que solo cree él, pero es una
seguridad al fin y perdido por perdido, valía la penar intentar. No me animo a utilizar la palabra
mesiánico porque de hecho hay muchas voces que hablan de que no llegará a hacer realidad la
mayoría de sus ideas.

Ya hay voces instalando la idea de que esa imposibilidad hace inútil ese voto y volvemos a la
noria de la descalificación y subestimación de ese ¨voto bronca¨.

La ciencia política y sus fronteras

Los politólogos y analistas en general se han mostrado sorprendidos en general. Confieso que
me han dado la impresión de seguir atados a preconceptos teóricos (que me superan) y una
vaga sensación de incomprensión de porque la gente votó lo que votó. Siendo más sincero aún,
creo que no lo saben.

Sumada a la tradicional postura de la ignorancia popular sobre los programas de gobierno,


maximizando la bronca y minimizando la racionalidad se llega fácilmente a las conclusiones
emparentadas con un menosprecio cultural del votante.

Adam Berinsky, estudiando las motivaciones del voto, hacia ver la importancia de “cues” (señales
o pistas como percepción económica) , las interacciones sociales, las emociones y otros
aspectos que inciden en la decisión electoral.

Pero sobre todo hace hincapié en los atajos cognitivos. Son reglas generales, reducciones que
ayudan a la simplificación de la toma de decisiones en elecciones complejas. El votante simplifica
el mensaje recibido y lo valora en su versión más reducida, minimalista, blanco o negro.

Allí es donde Milei empezó a reinar. El mensaje es claro. Es blanco y negro. Hay malos y buenos.
Hay causas para lo malo y números que avalan al bueno. Hay etiquetas (minarquista, anarco
capitalista) que pueden fácilmente ser buscadas en Intenet y contrastadas con una realidad
miserable y deprimente por la falta de perspectivas.
En ese grado de estadio emocional, vale aquello que se decía de Bolsonaro:” no se lo vota porque
sea misógino, machista, fascista, anticuado…. Se lo vota a pesar de todo eso… “

Es decir, los defectos son menos importantes que la coyuntura. No importan los aspectos
negativos porque la balanza ya se inclinó por lo más urgente que los demás candidatos parecen
no ver.

Los sociólogos también han caído en la trampa de identificar a los votantes con el candidato.

Milei, se dice, representa el grito destemplado, la actitud agresiva, la mala educación y su voto
se limitará a los nichos sociales conflictivos y violentos. No crecerá, auguran, hacia sectores más
tendientes a reflexionar, a moderados.

Esto también es desmentible: Morris Fiorina nos habla de la Teoría de la desconexión, destaca
la discrepancia entre la polarización política expresada en el discurso público y las actitudes
políticas más moderadas de muchos votantes. Según Fiorina, muchas veces la polarización esta
en la boca del candidato y allí se queda. Los votantes tienden a ser más pragmáticos y están
dispuestos a comprometerse en lugar de adherirse rígidamente a posturas ideológicas extremas,
por lo que Milei tendrá su confianza, no su compromiso ideológico.

Por último, desde el fondo de la historia y la dinámica caudillista, con su posterior pase de testigo
a los Doctores, sigue viva una de las causas más poderosas de la decisión del voto: la confianza.
Tiene la gente que lo votó confianza en que Javier Milei cumplirá lo que promete? Ya vimos que
no, que no cree que lo dejen. Pero confían en que les dice la verdad, que hay caminos posibles
y que la casta existe y es egoísta y ladrona de las esperanzas del pueblo.

La ideología y su influencia.

El discurso de Milei en la noche del 13 de Agosto repite su apuesta doctrinaria y su resumen en


pocas frases permite valorar la muy interesante situación de que pone sobre la mesa un
desafío cultural importante.

Aquí voy a ser un poco provocativo. Antes hablé de los atajos cognitivos, de la materialidad de
la decisión de voto. Parezco estar dando la sensación de que los votantes de Milei no ven
complejidades o no son capaces de hacerlo.

Creo que, con distintas capas de comprensión, siempre hay una elaboración del voto por parte
de la gente. ¿Entonces, porque no pensar que hay una parte del electorado de Libertad Avanza
que compró efectivamente la ideología, la idea libertaria?

Milei dice que existe una casta política. ¿Puede ser tan irreal? ¿No hay en todo Occidente un
descreimiento de lo político amparado en un distanciamiento de las esperanzas de la gente
priorizando sus parcelas de poder?

Milei dice que es atroz que donde haya una necesidad haya un derecho. Parece poco empático,
¿pero no es acaso el mensaje de la derecha internacional que se basa en que los derechos son
limitados y la meritocracia nos invita a conseguir el resto?

Es tan ilógico pensar que, en el acierto o en el error, haya quienes elaboraron una posición
ideológica que no es nueva pero que refleja una forma de pensar. Milei ha sido votado por
empleados públicos a sabiendas de su prédica anti-estado. En Ushuaia, plagada de empleados
del Estado que viven de subvenciones, Milei termina imponiéndose por más de 7000 votos.

En esa línea, la Justicia Social aparece como un gran cascaron sin contenido que opera como
un canto de sirenas para hacer caer incautos votantes socialmente sensibles. Un puje igualitario
que políticos liberales de todos los países condenen porque implican discriminaciones positivas
que están en la olla hirviendo de los debates en Estados Unidos y Europa. ¿Nuevo? Tampoco.
¿Irreal? A discutir en una Argentina que no discute doctrina.

Dejo de lado los números económicos, que son comodines utilizados por cualquiera.
Quiero ir al fondo de ese debate que se trae sobre la mesa. Ya no importa si Milei triunfa o muere
en la orilla (es posible). Hay una generación de votantes que como leche hervida se afilió a
pensar en términos de teoría económica. Ese debate por ahora está en los discursos, pero suma
a aquellos que se están instalando en Europa ante el ascenso de la derecha (así se describe)
cuando la cosmovisión progresista parecía haber ganado la batalla cultural sometiendo al silencio
a sus adversarios ideológicos.

No hay en este autor el ánimo de generar una épica ni poner el dedo sobre ninguna balanza.
Solamente buscar aristas interesantes que sin dudas esta elección y las dos que siguen
(octubre y noviembre) aportan.

Hay indicios ya en muchos ecosistemas electorales entonces de una derecha que quiere dar
una batalla cultural. Hay también indicios de que el progresismo está encontrando algunos
límites y ya no es una fuerza en expansión planetaria, sobre todo por contenedor , Occidente,
ve irse reduciendo su habitab geográfico.

Cuando analizamos el avance de derecha en Europa hicimos cuestión de una población


envejecida que no vería con buenos ojos la velocidad de la nueva agenda de derechos y la
cosmovisión woke. Parecía algo generacional. Pero en continentes más jóvenes, los sub 30 ven
limitado su acceso a una calidad de vida anhelada y prometida.

Argentina es en el 2023 un país cuasi subdesarrollado con una pirámide de población de país
desarrollado y un gran debate ideológico en este momento. Hay una sensación de que esta
elección está poniendo límites a esa visión dominante hasta ahora.

Podría haber un cambio de era o simplemente una disrupción en el camino político de Argentina.
Teniendo en cuenta que los dos tercios (como dije) se consideran abiertamente antiperonistas,
lo único que se me ocurre cierto es que el Kirchnerismo se ha agotado.

El futuro? Tres tercios muy emparejados y un “cuarto tercio” que no votó y que puede dejar fuera
a Milei dela segunda ronda, por ejemplo. De todas formas, como ya hemos dicho muchas veces,
ganando o perdiendo ya marcó este tiempo político.

GUSTAVO A. CALVO

Conductor de La Hora Global

Integrante de la Mesa Internacional de En Perspectiva.

También podría gustarte