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Feminismo y Libertad

Una coincidencia conceptual y una confrontación empírica

“No tengo que pedir perdón por ser un hombre blanco de ojos claros” decía Javier Gerardo Milei
(diputado nacional por la CABA) hace pocos días, en vísperas del séptimo Ni Una Menos, en una clara
intención de generar una confrontación de sus ideas y sus intereses contra los del movimiento
feminista.

El retorno de las ideas liberales al primer plano de la política pueden interpretarse como un
desencanto o una falla en el proceso de persuasión de las fuerzas políticas, sumado a un descrédito
de la población para con la política en general causada a partir de varios años de esperanzas no
retribuidas y expectativas incumplidas provocadas por las dos principales fuerzas políticas
competitivas a nivel nacional, provocando una fuga de interés y de fotos al sistema político, recayendo
en propuestas rimbombantes de achicar -o destruir- el Estado y hacer volar todo por los aires,
literalmente, fogoneando la idea de que una total desregulación económica, financiera y social en
general por parte del Estado puede funcionar como un ordenador natural frente a la no poco cierta
ineficacia del mismo y de los gobiernos que lo administraron para atacar los principales problemas y
preocupaciones de los argentinos y las argentinas.

En este contexto pareciera que rivalizar con todo movimiento y toda idea que represente un ideal
político es un abono de primera calidad que hace crecer a las fuerzas de la antipolítica para moverse
por el suelo fértil que genera el descontento generalizado en la sociedad del que veníamos hablando,
y el enemigo de turno, aunque sea por un rato, pareciera estar encarnado en el movimiento feminista.

Partiendo de esta idea surgió la pregunta acerca de si existe una disputa política entre las fuerzas del
odio y de la antipolítica alineadas detrás del diputado anticasta y el movimiento feminista como un
todo comprendido por una masa de mujeres y diversidades que es transversal a todo el arco político
y trasciende los partidos políticos. Como ha dicho algún joven intelectual peronista de pelo
improbable, el movimiento libertario está en el centro de la escena, quizás antes de tiempo para lo
que son sus propios intereses.

Como decíamos al principio, el pasado viernes 3 de junio se cumplieron 7 años desde la primera
marcha del Ni Una Menos, y son 2000 (quizás al momento de leer estas líneas sean más) los femicidios
desde aquella fecha. Hoy hay una fuerza política -sí, política, por más anticasta que se digan- que
atenta contra los derechos adquiridos y por adquirir del movimiento de mujeres y diversidades y es
deber de quienes nos sentimos parte o de quienes creemos en esas días de repudiar estas amenazas,
tanto desde el discurso como desde la acción.

Bienvenidos, bienvenidas y bienvenides a una nueva Reunión General de Nexo.

Preguntas disparadoras

¿Las ideas liberales de las que hablamos son insanablemente excluyentes de las ideas feministas?

¿Existe un liberalismo feminista? ¿Y un feminismo liberal? ¿Qué características tienen o deberían


tener?

¿El peronismo, como eje ordenador de la política argentina, es parte natural en este conflicto? ¿Es
parte por elección? ¿O es un mero espectador?

¿El peronismo es feminista? ¿Pueden coexistir en un frente político como el FDT un peronismo
feminista y uno que no lo es? ¿Hay lugar para el antifeminismo?
¿Las políticas emitidas por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades son efectivas?

Frente al ataque de las fuerzas liberales a las políticas emanadas de organismos como tal Ministerio,
si las concebimos como ineficaces, ¿Cómo se las defiende si “tienen razón”, por más que su
contrapropuesta sea, a priori, peor?
OPINIÓN

LA POLÍTICA FRENTE AL LIBERALISMO


Por Santiago Mitnik

18/05/2022

Un repaso histórico.
El primer mito a derribar es que el liberalismo como un actor político es algo nuevo en la historia
argentina. Desde nuestro origen como Estado, e incluso antes, el liberalismo es una de las
identidades fundantes de la nación. Los revolucionarios de Mayo eran liberales, también los que
escribieron nuestra constitución y consolidaron el estado. La argentina del modelo de la
industrialización dirigida, que precede a Perón pero no lo sobrevive mucho, es el gran corte
histórico. Más en la actualidad, el kirchnerismo logró, post 2001, romper políticamente con el
ciclo anterior, denominado neoliberal. Si pensamos en 2006, la definición política “liberal” era
totalmente inerte. Hoy, 2022, el liberalismo es un actor político realmente existente. Esta caída y
auge y su desarrollo hacia adelante es algo que se nombra mucho pero se explica poco, en gran
medida porque su existencia solo termina de entenderse sobrevolando la “grieta”.
Más allá de cualquier juicio positivo o negativo, el ciclo kirchnerista toca techo en algún
momento cerca de 2011 y desde ahí comienza a debilitarse. Los políticos que van a poder
capitalizar este desgaste son Massa y Macri. El primero, ex UCeDe, dirige una ruptura por
derecha, con discurso más liberal, del partido gobernante. El segundo viene con una estructura
política nueva, el PRO, en la cual el viejo liberalismo noventista es parte integral. El propio
candidato del entonces oficialismo, Daniel Scioli, también tenía un pedigree de esa nueva
política surgida en el menemismo. La izquierda muy acertadamente hizo referencia en la
campaña de 2015 como los tres principales candidatos eran “hijos políticos” de Menem.
Por esto es que no debería sorprendernos la aparición política del liberalismo en la escena
pocos años después. Pero si bien hay mucho para discutir sobre la vigencia política del
menemismo (tratado mejor hace poco en estas columnas), hay que mirar con más atención
para encontrarlo con estructura propia. Durante el período de oro menemista el liberalismo es
una corriente ideológica y económica, pero es justo antes y justo después cuando lo
encontramos como actor político-electoral. En la elección de 1989, Alsogaray saca el 7,17% de
los votos. En 1999, luego de romper con el PJ, Cavallo saca un considerable 10,22%. Pero su
pico máximo estará en el 2003, con Lopez Murphy y su 17%, aunque su pasado radical hace
difícil sostenerlo en la misma genealogía.
En esta perspectiva, podemos ver cómo el liberalismo como actor político electoral tiene más
explicación en virtud de la desorganización de la estructura política general que con la vigencia o
no de las ideas liberales en la sociedad.
Unidos y desorganizados
En el campo del peronismo, el gran desintegrador está en la interna. Una interna que tiene
varios años y que resulta más de una falta de posibilidad de diagramar un rumbo estratégico que
de una disputa puntual entre dos facciones. Sin dar vueltas, es claro que a Cristina y a La
Cámpora, adentro del peronismo, no le gana nadie una interna. Ni hoy, ni en los últimos 20
años. Pero tampoco está pudiendo este sector conducir un proceso de transformación virtuoso
respecto a los problemas que tuvo al final de su primera gestión. Ese deseo de no cambiar no es
reprochable en sí, pero simplemente implica que todo desarrollo político novedoso se termina
dando o canalizando por fuera de esa estructura política. Una gran excepción a esto, en donde
si hay un fuerte cambio y acoplamiento a las nuevas tendencias sociales, es en la cuestión
feminista. Y es justo en esta cuestión donde se da uno de los principales choques en el ámbito
cultural con el nuevo libertarianismo, única fuerza política real con discurso antifeminista.
Adaptarse a las nuevas corrientes no quiere decir que se pueda contentar a todos tampoco. De
cualquier forma, el plano de los derechos de las mujeres y minorías es uno de los puntos más
débiles del discurso libertario, especialmente entre la juventud, sector al que se apunta como
estratégico.
En el frente del pro, radicalismo y otros grupos periféricos, el núcleo del desorden no es una
cuestión de discusiones internas, sino su fracaso económico y político. Digámoslo claro, si el
macrismo hubiera sido un gobierno aceptable, el libertarianismo no existiría. Solo hay que
pensar en que sus figuras eran macristas en su momento. Milei defendiendo el fiasco de las
LEBACS, bonos de deuda pública y emisión cuasifiscal; ahora parece historia antigua, pero
sucedió. Después de la implosión económica del 2018 (sin pandemia, ni crisis internacional, ni
guerras) se abrió la oportunidad perfecta para que surjan rupturas. Por “izquierda” (centro,
digamos) se rompió el colaboracionismo de ciertos sectores de la oposición. Por derecha hubo
no una sino dos rupturas políticas, minoritarias ambas, pero importantes. La primera
conservadora y liberal, Centurión (ex funcionario macrista); la segunda liberal y conservadora,
dirigida por Espert con la figura en ascenso de Milei.
La figura de Larreta, candidato natural de Juntos por el Cambio, con una
retórica bastante más estatista e institucional alimenta esa ruptura generada.
Los intentos de los “halcones” de JxC, como Patricia Bullrich de canalizar el
discurso libertario hacia adentro del frente parecen estar triunfando en Espert
pero no en Milei y el núcleo mayoritario. Quién sí aparece como posible
reunificador sería Macri, si es que juega y conduce.
La no conducción del libertarianismo por parte de los dos bloques mayoritarios se da, entonces,
en uno porque no quieren y en el otro porque no pueden.
Fear is the mind-killer, the little-death that brings
total obliteration
De cualquier forma, cualquier persona metida un poco en el mundo político puede apuntar muy
fácilmente que el peligro no es Avanza la Libertad o Espert o Milei sino sus ideas, su retórica
agresiva, sus políticas. Pero la cuestión va un paso más allá. Las ideas no surgen por
generación espontánea sino que tienen bases y fundamentos materiales y culturales.
Esta diferencia explica ese diálogo entre sordos en el que suele transformar cualquier discusión
sobre “qué hacer” frente al fenómeno Milei. El periodista Tomas Rebord cuestionaba en su
programa MAGA “¿Cómo le vas a tener miedo a Milei?”, palabras más palabras menos:
“goberná bien y hacé buena política y listo».
El miedo es una reacción instintiva, y como toda cuestión instintiva tiene su profunda sabiduría.
Te tensiona, te alerta y te señala un peligro. Pero es mal consejero para definir un rumbo
complejo. En El Conde de Lucanor se aconsejaba nunca entrar en combate movido por el
miedo, que siempre vence el que aguanta. En todo caso la emocionalidad es una cuestión
interna e individual, lo importante es vislumbrar un rumbo político colectivo.
JxC tiene una apuesta clara. Encarando las elecciones en unidad no parecen temer la
dispersión del voto. Si la polarización triunfa quizás puedan simplemente absorber y canalizar el
descontento en su propia oferta electoral. No sería la primera vez que una tercera vía se
disuelve en el bloque mayoritario de la oposición. Siendo casi imposible un resultado de victoria
en primera vuelta, a menos que suceda un resultado catastrófico para alguno de los grandes
frentes, el ballotage con su lógica de uno u otro es casi inevitable.
El FdT tiene de nuevo más complejidades para abordar el fenómeno. En primer lugar porque
Milei impugna más directamente las bases morales de la Argentina Kirchnerista.
Posiblemente la “monstruosidad” de Milei surge en gran medida de cumplir con las “órdenes” del
kirchnerismo. Me explico: así como el PRO y Cambiemos fueron de alguna manera la respuesta
al “armen un partido y ganen las elecciones”, Milei y el fenómeno libertario de alguna manera la
respuesta a la crítica contra los “apolíticos”. Hace mucho no se escucha ese discurso dando
vueltas, posiblemente porque quedan más claras sus consecuencias, pero hasta hace unos
años era muy común escuchar una y otra vez el problema de la gente apolítica y neutral, cómo
en realidad eran otra cosa y que esa postura era de alguna forma “dañina” para la sociedad.
Bueno, nos hicieron caso y se politizaron. Ahí los tenemos.
En el plano de la política el Frente de Todos se conforma con confrontar públicamente con Milei
como un modo cómodo de mostrar un rival tan lejano que obligue a diferenciarse y cerrar filas.
Otra esperanza subterránea es que el voto libertario, que es entendido como voto “natural” de la
coalición antiperonista, permita que el macrismo llegue más débil a la elección que si todo el
bloque fuera unificado.
Si bien estas ideas utilitarias están, no considero que sean la clave para entender la relación
entre el peronismo y el libertarianismo hoy.

La peronización
Desde la aparición del peronismo se dio un fenómeno de incorporación al movimiento de fuerzas
sociales surgidas en el “llano”, a veces incluso en las antípodas de la forma que tomó el
justicialismo en el período anterior. Sindicalismo, nacionalistas, dirigentes conservadores,
radicales, la juventud católica, la izquierda universitaria, los pobres organizados en el
movimiento piquetero, el movimiento por los derechos humanos, sectores importantes del
feminismo. También muchísimo del liberalismo terminó en el peronismo en los 90 (Massa y
Boudou, por poner dos ejemplos). La capacidad de digerir los cambios en el mundo, tanto en la
cabeza de los dirigentes como en la composición interna, está casi en el ADN peronista.
Entonces cabría pensar si hay alguna posibilidad de que suceda lo mismo con esta nueva
oleada libertaria.
En primer lugar veamos qué lo impide en la actualidad. La vigencia de la “batalla cultural”
respecto a ciertos temas de agenda pone al FdT y a los libertarios consistentemente en veredas
opuestas y hace difícil encontrar marcos de paz para generar acuerdos en común. La otra pista
clave es que con la interna a flor de piel, cualquier acercamiento o incorporación va a estar
correlacionada a esa cuestión. Con el cristinismo corriendo a Kulfas y Guzman como si fuesen
super liberales no parece muy viable un giro a la incorporación de esos discursos. No con
Cristina siendo la figura con peso real propio dentro de la coalición. Pero bueno, Menem en
1989 era el candidato populista del “salariazo”, contra el liberalismo: los caminos de la política
argentina son siempre misteriosos.
Por último veamos que elementos afirman que se puede y se debe incorporar desde el
peronismo ciertos elementos del discurso libertario.
El éxito del discurso de Milei en la juventud y en el pequeño comerciante no se explica sin un
agotamiento de la vieja retórica, luego de una década sin crecimiento y con alta inflación que no
parece que vaya a cambiar. Es un eco actualizado del agotamiento que llevó a la derrota en
2015. La defendidísima “presencia del estado” parece ser ya más un estorbo real que una
esperanza futura para un gran sector de la población. El discurso de la “cultura del trabajo”
contra la “cultura del plan” permea en las clases populares en donde se ve al asistencialismo
más como status quo que como victoria propia. El discurso contra el déficit fiscal y la inflación
que daña irremediablemente la estabilidad económica argentina, etc.
Racionalización económica, reducción del déficit, modernización real del estado, regeneración
de las condiciones para el desarrollo de una clase media, ordenamiento impositivo. Son todas
soluciones a problemas que un gran sector del peronismo no quiere enfrentar, o peor todavía,
milita que no existen. Todo este viento de cola que disfruta el libertarianismo no puede ser
ignorado como simple propaganda del enemigo, sino que tiene que forzar a la modernización y
actualización del acervo político peronista. Todos estos reclamos deben ser retomados,
digeridos, canalizados, transformados. No para “sumar libertarios” sino para ganarles y
anularlos. Porque es correcto y necesario para el país y para la supervivencia política del
peronismo. La peronización de los mejores elementos externos viene después y viene sola, pero
solo si hay algo interesante que ofrecerle a la sociedad. Y sólo si el peronismo está dispuesto a
continuar con su más sagrada tradición, que es tener siempre un oído puesto en el pueblo.
OPINIÓN

El liberalismo y la defensa de las


libertades LGBTQ+
La homosexualidad ha sido penada durante siglos a lo largo de nuestro mundo. No
obstante, todavía hoy, en pleno siglo XXI, las relaciones sexuales entre personas
adultas del mismo sexo siguen siendo atrozmente perseguidas, condenadas y
castigadas en más de setenta países

Por
Antonella Marty
28 de Junio de 2021

Licenciada en Relaciones Internacionales y Ciencia Política. Escritora

Cada junio se celebra el mes del orgullo LGBTQ+ a lo largo del mundo. Pero,
¿sabemos por qué? En los Estados Unidos de 1960, los gays, lesbianas y personas
trans eran prácticamente forajidos, vivían en secreto y con miedo. Eran etiquetados
de locos por los médicos, de inmorales por los líderes religiosos, y de criminales
por la policía. Los rastreos postales se hacían con frecuencia a fin de detectar
dónde había homosexuales, los locales frecuentados por homosexuales eran
allanados y clausurados y a un sinfín se los intentaba “curar” con descargas
eléctricas y otras aberrantes prácticas.

Miles de personas eran arrestadas cada año en ciudades en las que hoy no
podríamos ni imaginarlo, como es el caso de Nueva York, por lo que las
autoridades llamaban “crímenes contra la naturaleza”. Y precisamente allí, en
Nueva York, ocurre un importante hecho en el famoso barrio de Greenwich
Village, aquella noche de verano, el 28 de junio de 1969 en la que gays, lesbianas y
personas trans se rebelaron en el famoso bar Stonewall Inn (hoy todavía abierto,
bar muy típico y recomendado para los que visiten Nueva York), frente al
recurrente hostigamiento policial, cambiando millones de vidas hasta el momento
de hoy.

Este fue el primer momento oficial en la historia del país en el que las personas
LGBTQ+ pelearon contra un sistema legal hostil que los perseguía por sus
orientaciones sexuales. Así, la famosa Revuelta de Stonewall significó una serie de
manifestaciones espontáneas en protesta contra la operación policial en los Estados
Unidos de Richard Nixon, donde las personas LGBTQ+ se encontraban en pleno
ojo del huracán, donde toda persona que se saliera de la estricta normatividad era
perseguida por la ley, golpeada por las fuerzas policiales y castigada con prisión
por aquel Escuadrón de la Moral. Estos disturbios sirvieron para infundir la fuerza
necesaria a las personas oprimidas y perseguidas, comenzando un levantamiento
contra la homofobia.
Desde ese momento, las protestas y marchas que se llevan adelante a lo largo de
las próximas décadas, desde los años sesenta y setenta en adelante, son las que se
rebelan contra un sistema inquisidor. Estas protestas han estado amparadas en el
concepto liberal de la igualdad ante la ley y son las que ponen sobre la mesa una
libertad y una igualdad ante la ley que han sido negadas durante muchos siglos y
que todavía hoy son negadas en cuantiosos países de nuestro planeta.

Sobre este asunto el gran interrogante que esbozamos es el siguiente: ¿a quién daña
la homosexualidad, la transexualidad, el poliamor o incluso la prostitución,
siempre que estas relaciones, al igual que las relaciones heterosexuales, por
ejemplo, ocurran en el marco de decisiones o relaciones consentidas, voluntarias y
adultas? La respuesta es simple: a nadie. Tu cuerpo, al fin y al cabo, es tuyo. Ni al
Estado ni a nadie le corresponde dictaminar cómo debe ser tu conducta en la cama
o en tu vida. Es que lo que dos adultos (o más) hagan manera voluntaria es asunto
de ellos y de nadie más.

¿Por qué hacemos alusión a esto? Porque el Estado no puede tener lugar en tu
cama y, si de conservadores se trata, no se puede utilizar al Estado (ni a nadie) para
organizar las camas ajenas de acuerdo con la propia idea de “cama correcta”. Tú,
como adulto, tienes todo el derecho de ir a la cama con el adulto que quieras
(siempre que se cuente con la voluntad de todas las personas involucradas) y de
amar a quien quieras libremente. Como bien nos explica Deirdre N. McCloskey en
esta obra, el liberalismo es ser adulto: nadie puede decirte cómo debes vivir tu
propia vida.

Pero vayamos a la historia. La homosexualidad ha sido penada durante siglos a lo


largo de nuestro mundo. No obstante, todavía hoy, en pleno siglo XXI, las
relaciones sexuales entre personas adultas del mismo sexo siguen siendo
atrozmente perseguidas, condenadas y castigadas en más de setenta países. Durante
siglos la homosexualidad fue penada en todo el mundo, pero la gran pregunta es
qué daño les hace a estos conservadores (que hoy día muchos de ellos se llaman -
de manera falsa- “liberales” o “libertarios”) que alguien tenga sexo con alguien de
su mismo sexo. O por qué no, preguntarnos qué daño les hace que Juan quiera ser
Juana en vez de Juan porque así lo desea, porque así lo quiere y porque ese es su
propio cuerpo, su propia propiedad. ¿La respuesta? Ninguno.
Lo único que les hace a esta derecha y a estos conservadores y falsos liberales es
que les toca su moralidad personal encabezada por su inquisición religiosa, basada
en su modelo de vida “perfecto”, donde constantemente hablan de amor al prójimo
pero, evidentemente, aquel “amor al prójimo” no es más que puras palabras de
relleno, que solo quedan en palabras y ninguna en acción.

Luego se suman a la discusión aspectos como lo “antinatural”, buscando la


imposición de la “familia natural” o la “familia tradicional” que para ellos es la
familia únicamente compuesta por mamá, papá e hijos (la familia heterosexual) y
todo lo demás es una aberración.

Es que no hay falacia más grande que la de “familia natural”. Las familias a lo
largo de la historia de la humanidad, desde que éramos unos cavernícolas, eran
tribales: mujeres cuidando a los niños de la tribu, hemos tenido y tenemos familias
de mamás solteras, papás solteros, viudas, viudos, tíos cuidando sobrinos, abuelos
cuidando nietos, dos padres e hijos, dos madres e hijos, etc. ¿Es que todas esas no
son familias?

A todo esto, la izquierda ha alzado las banderas de la defensa de las libertades


sexuales cuando, en realidad, y esto lo vemos históricamente, la izquierda en el
poder ha detestado la homosexualidad, la ha perseguido, la ha prohibido, ha
asesinado homosexuales como sucedió en la Unión Soviética o, por qué no, en
Cuba, tierra de sanguinarias aventuras de Ernesto “Che” Guevara, un homófobo y
asesino que se refería a los homosexuales -en sus propias palabras- como
“pervertidos sexuales”.

En cambio el liberalismo, y como permanentemente lo ha señalado el libertario


norteamericano del Cato Institute, Tom G. Palmer, ha sido pionero en la campaña
por la liberación de las personas LGBTQ+ frente a la injusticia y la opresión. Los
primeros argumentos a favor de que el comportamiento consentido mutua y
voluntariamente entre adultos no le incumba a nadie más que a esos adultos, fueron
formulados por autores como Montesquieu, Voltaire, Beccaria y Bentham durante
la Ilustración.

Si recurrimos a los índices y números, contemplaremos que los países con mayores
libertades para las personas LGBTQ+ son aquellos con mayores grados de libertad
económica, los más capitalistas y los más libres. ¿Qué hay en la otra cara de la
moneda? Los declarados países socialistas se ubican últimos en cada ranking de
libertades para las personas LGBTQ+. Una vez más: el dato mata al relato, incluso
para aquellos que llaman “marxismo cultural” a la defensa de estas libertades.

Hoy la homosexualidad se castiga con pena de muerte en once países. En más de


treinta -si eres homosexual- debes cumplir una condena de diez años de prisión. Ni
hablar de la cantidad de aquellas aberrantes y monstruosas “terapias de
conversión”, todavía vigentes en tantos países del mundo, y defendidas por
partidos políticos como Vox en España.

Y sí, orgullo. La palabra es orgullo. Se celebra con orgullo. Hace tan solo cuarenta
años ser homosexual era un motivo por el que ibas preso o por el que incluso los
gobiernos te daban pena de muerte (y todavía sigue siendo así en decenas de
países). A fin de cuentas, hoy más que nunca y en pleno siglo XXI, después de
tantos siglos de crueldad, ha llegado la hora de que la humanidad entienda que
nadie es dueño de los demás, que nadie tiene el derecho a imponerle a otros su
“modelo de vida perfecto”. Somos adultos. De eso se trata el liberalismo, de eso se
trata la libertad.
SOCIEDAD

¿SON LOS LIBERALES VERDADEROS ALIADOS


DE LAS PERSONAS LGBT? SPOILER, NO
Los liberales apoyan discursos de odio, porque lo consideran un
derecho fundamental para el individuo, sin importarles el daño social
que causan. Por lo tanto, no son verdaderos aliados de la población
LGBT como afirman algunos activistas liberales.
Por Marlene C. Velásquez

• 02-09-2020

(Fuente: ТheDailyBeast.com)

¿Se imagina uno ser acusado de manera injusta por algo que no cometió? Sería algo muy
fuerte de soportar para cualquier persona. Esa es la dura realidad que deben soportar
las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT) día a día debido a los
discursos de odio que los acusan de ser enfermos hasta promover la pedofilia. Ambas
acusaciones evidentemente falsas o mentirosas, hechas solo por el prejuicio contra la
homosexualidad y la transexualidad.
Para los liberales, las personas que promueven estos mensajes prejuiciosos que derivan
en odio, tienen todo el derecho de realizar su difusión libremente —sin ninguna
restricción—. Es más, indican que tienen la el derecho a ofender. Esto se debe a que uno
de los preceptos que indica tener el liberalismo es la libertad de expresión al extremo,
es decir, sin importar si al hacer uso de esta libertad se cae en discursos de odio contra
sectores históricamente vulnerados en sus derechos, como la población de personas
LGBT. Por lo tanto, si bien existirán liberales que no difundan discursos de odio
homofóbicos y transfóbicos —otros, la gran mayoría, sí lo hacen —, sí defienden la
existencia de los mismos a pesar del daño social que causan.
Mira:
Europa, sus “bárbaros” y sus “indios”
Una de las consecuencias que tienen los discursos de odio son la segregación familiar. Es
decir, que las personas LGBT, sobre todo adolescentes y jóvenes son echados fuera de
sus hogares cuando sus familias se enteran de su orientación sexual o identidad de
género fuera de la heteronormatividad impuesta por la sociedad. Este tipo de
situaciones bastante trágicas se dieron incluso en plena pandemia de COVID-19. E
incluso, existen padres de familia que asesinan a sus hijos solo por ser homosexuales.
Otra consecuencia que tienen los discursos de odio es la segregación social. Esto es
observable en los elevados índices de desempleo en trabajos formales, precariedad
laboral y pobreza en las personas LGBT, sobre todo, en hombres gais y mujeres
transgénero y transexuales. En este sentido, la Declaración de expertos en Derechos
Humanos en el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia del 17 de
mayo de 2020 señala: “En todas las latitudes, las personas LGBT están
desproporcionadamente representadas en los índices de pobreza, falta de acceso a la
vivienda y falta de atención médica (…)”.
“Uno de los preceptos que indica tener el liberalismo es la libertad de
expresión al extremo, es decir, sin importar si al hacer uso de esta libertad
se cae en discursos de odio contra sectores históricamente vulnerados en
sus derechos”
Asimismo, el liberalismo defiende que se despida a una persona LGBT solo por el hecho
de serlo. Es decir, que defienden la discriminación y segregación por homofobia y
transfobia. Porque para la doctrina liberal, lo más importante es la santidad de la
propiedad privada individual del empresario sobre su empresa —sus privilegios— que
el bienestar social y la inclusión de las personas transgénero y transexuales.
La discriminación en el ámbito de la salud es otra de las consecuencias de los discursos
de odio contra las personas LGBT. Según la Red Latinoamericana y del Caribe de
personas trans (Redlactrans), al menos 52% de personas transgénero y transexuales
sufrieron discriminación en centros de salud y hospitales debido al estigma que tienen
contra ellas. Esto lleva a que las personas trans se automediquen o recurran a centros
de salud no autorizados, lo que pone en riesgo su integridad e incluso su vida.
Por último, pero no menos importante, una de las terribles consecuencias de estos
discursos de odio son los crímenes de odio y la impunidad de los mismos. Afrontar toda
esta violencia hace que “(…) la esperanza de vida promedio de mujeres trans a 35 años”
en el continente americano, según señala la Organización de Estados Americanos (OEA)
en un comunicado de prensa del 29 de marzo de 2018.
En base a todo lo expuesto, se puede concluir que los liberales no son verdaderos
aliados de las personas LGBT, porque no les interesa luchar contra los discursos de odio
que se impusieron desde el prejuicio religioso y la heteronormatividad. Y al no hacerlo,
apoyan de manera indirecta la segregación social y discriminación que sufren las
personas LGBT como consecuencias de los mismos. Por lo tanto, los discursos banales y
superficiales de activistas u organizaciones liberales (que creen que por publicar un par
de veces en redes sociales que no son homofóbicos) solo buscan atraer la atención de
las personas LGBT hacia su ideología, y así debilitar la lucha por los derechos plenos de
esta comunidad —esto incluye a vivir sin tener que escuchar discursos de odio ni sufrir
sus consecuencias—. Si realmente desean ser verdaderos aliados, deberán despojarse
de sus prejuicios, y combatir los discursos de odio y la discriminación contra las
personas LGBT de manera activa y proactiva en la sociedad.
Pliego de demandas colectivas

El documento completo que se


leyó hoy en el Ni Una Menos
Desde el cumplimiento efectivo de la Ley de Educación Sexual
Integral, hasta la aplicación de la Ley de Cupo Travesti y Trans a
nivel nacional, pasando por la denuncia de la feminización de la
pobreza, los efectos de la justicia patriarcal, la violencia contra
las comunidades indígenas y el derecho a vivir infancias libres
de abusos. Todas esas reivindicaciones son parte del grito
colectivo que hoy tomas las calles.
3 de junio de 2022 - 20:43





. Imagen: Guadalupe Lombardo


A siete años del primer Ni Una Menos, el movimiento feminista
argentino, sus aliados y diversas organizaciones políticas, sociales y
gremiales volvieron a tomar las calles para denunciar las formas en las
que persiste la violencia machista, desde la de criminalización del aborto
que persiste en distintos territorios sobre todo contra niñas y
adolescentes, hasta la aparición con vida de Tehuel de la Torre, el joven
trans cuyo paradero se desconoce desde marzo de 2021. Aquí, el
documento que se leyó durante la movilización.

El documento completo

A 7 años de nuestra primera movilización, volvemos a confluir en esta


jornada de lucha contra los fundamentalismos reaccionarios, misóginos
y racistas para decir #NiUnaMenos #ElEstadoEsResponsable
#VivasLibresyDesendeudadesNosQueremos

Reafirmamos el carácter internacionalista, plurinacional, antiracista,


antiimperialista, antibiologicista, transfeminista, antiespecista,
anticapitalista, antigordofóbico, anticarcelario, anticapacitista, migrante,
trasfonterizo, antifascista, antiedadista y transgeneracional del
movimiento.

Desde nuestras divergencias y distintos espacios de militancia,


asumimos el compromiso de seguir creando consensos feministas para
frenar el avance de la derecha, del poder reaccionario y patriarcal sobre
las conquistas que logramos juntes en las calles y en la lucha. Acordamos
conjuntamente el siguiente pliego de exigencias y reivindicaciones:

1. ¡Basta de Justicia patriarcal! Por una reforma judicial feminista que


garantice el acceso al sistema de justicia para mujeres, lesbianas,
bisexuales, travestis, trans y no binaries.

2. Exigimos el cumplimiento de la ley de patrocinio jurídico gratuito


sancionado en 2015 con perspectiva de género. Los procesos legales no
deben revictimizarnos.

3. Por un sistema judicial que no invisibilice la realidad de niñeces y


adolescencias víctimas de abuso sexual. Basta de la aplicación del falso
SAP y de la persecución a las madres protectoras.
4. Justicia por Arcoiris en La Rioja. Defendamos infancias libres de
abusos. Basta de complicidad del poder judicial. Libertad para su madre.

5. Búsqueda y aparición con vida de Tehuel ¡YA!

6. Esclarecimiento inmediato del asesinato mafioso, misógino y patriarcal


de Claudia Benítez en Misiones, creadora de la red de taxis ENTRE
NOSOTRAS.

7. Justicia por Luna Ortíz: fue FEMICIDIO. Justicia por el femicidio de


Lorena Franco. Justicia por Milagros Santos. Justicia por Santiago
Cansino, por Araceli Moreno y por Nicolás Cristal. Justicia por Diana
Sacayán, aún seguimos diciendo FUE TRAVESTICIDIO.

8. En Febrero del 2023 comenzará un nuevo juicio oral por Lucía Pérez:
una vez más exigimos ¡JUSTICIA!

9. Basta de persecución a profesionales que asisten en casos de violencia


a víctimas y familias. Exigimos se desestime la denuncia contra Romina
Doncel por su intervención en la detención de los familiares de los
violadores de Paula Martínez, quienes no cesaron de hostigar a la madre
de Paula en todo el juicio.

10. Sobreseimiento YA para Miranda Ruíz, médica presa por garantizar


un aborto en Tartagal, Salta. Protección para todes les profesionales que
garantizan en tiempo y forma el cumplimiento de la Ley de aborto legal,
seguro y gratuito. Liberen a Ana Velezquez YA, presa en Corrientes.
Emergencia obstétrica no es delito.

11. Exigimos se garantice la aplicación de la Ley de interrupción


voluntaria del embarazo en todo el país. ¡Niñas, no madres!

12. Efectivización de la Educación Sexual Integral ¡YA! Por una ESI con
perspectiva de discapacidad, educación inclusiva y feminista.

13. Separación de la Iglesia y el Estado.

14. ¡Fuera violentos de nuestras escuelas! Les secundaries exigimos


medidas concretas para erradicar los abusos y el acoso que realizan
adultos mayores tanto dentro como fuera de los establecimientos
educativos. No hay Ni Una Menos sin la aplicación inmediata de la ESI.

15. Exigimos políticas públicas no cisexistas y un sistema educativo y de


salud que proteja las niñeces y vejeces Travestis Trans No Binaries.

16. Por la autonomía de nuestros cuerpos y territorios. Basta de


extractivismos, contaminación, incendio y privatización del territorio. No
hay supervivencia posible para la especie humana aniquilando las demás
formas de existencia. Exigimos una Ley de acceso a la tierra y de
soberanía alimentaria sostenidas en un modelo productivo no extractivo
y comunitario.

17. Derecho a la vivienda como algo sustancial para nuestras


autonomías. Exigimos urbanizaciones con perspectiva feminista e
interseccional para los barrios populares, asentamientos y villas.
Exigimos el cumplimiento de la Ley de Alquileres.

18. Tierra, techo y trabajo.

19. Salario básico universal que garantice dignidad y derechos laborales


para las trabajadoras comunitarias. Cuidar, alimentar y construir es
trabajar. Trabajadoras somos todas, todes y todos. Reconocimiento
económico de promotorxs territoriales de géneros y diversidad.

20. Autonomía económica para mujeres y diversidades. Exigimos trabajo,


salario y jubilaciones dignas. Basta de precarización. Por un mundo del
trabajo sin violencia y acoso. Aplicación del convenio 190 de la OIT.

21. Sanción de la ley integral de cuidados que ya fue enviada al congreso.

22. Emergencia nacional en violencia por motivos de género.

23. Mayor presupuesto para el Ministerio de Mujeres, Géneros y


Diversidades y la extensión del Programa Acompañar y cese de las
incompatibilidades.

24. Libertad a quienes sufren violencia institucional, política y mediática


del poder judicial misógino y racista. Exigimos la liberación de Milagro
Sala y lxs presxs en Jujuy.
25. Excarcelación a todas las personas privadas de libertad por ser
pobres, migrantes, o por estar en situación de prostitución y/o
trabajadoras sexuales. Libertad a las presas por abortar o por eventos
obstétricos. Libertad a lxs presxs por la actual ley de drogas.

26. Derecho al trabajo y estudio para las mujeres con arresto


domiciliario.

27. ¡Ni una más víctima de las redes de trata y proxenetismo! Las pibas
desaparecidas son para ser prostituidas. Basta de complicidad policial,
judicial y política.

28. Contra el capital concentrado, decimos distribución de la riqueza YA.


Recomposición de los salarios y garantía de acceso a los alimentos.

29. La deuda es con nosotrxs y no con el FMI. Que la paguen quienes la


fugaron. Basta de patriarcado financiero.

30. Exigimos la continuidad de la moratoria jubilatoria y aumento de


emergencia para las jubilaciones.

31. Cumplimiento de la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans a nivel


municipal, provincial y nacional. Ley Trans integral.

32. Derogación de los códigos contravencionales en todo el país.


Derechos laborales para las trabajadoras sexuales. Basta de violencia
institucional.

33. Reconocimiento, reparación y políticas públicas transversales para


quienes estuvieron o están en situación de prostitución y quieran salir de
ella. Para muchas de nosotras la prostitución es violencia.

34. Exigimos que dejen de criminalizar a las mujeres migrantes,


trabajadoras de la economía popular. ¡Ni Una Migrante Menos! Protestar
es un derecho, criminalizar es un delito: repudiamos la criminalización
por parte del gobierno y el sistema judicial de San Juan contra activistas
que se movilizaron el 8 de marzo en el marco del Paro Feminista.

35. Reclamamos se extienda la Ley Micaela al ámbito sindical, a las


organizaciones sociales y políticas, a los medios de comunicación,
agencias publicitarias y en todas las categorías y divisiones del fútbol
nacional. Ley Micaela al Poder Judicial y Legislativo ¡YA!. No se puede
tolerar que la Corte Suprema se haya negado a su cumplimiento.

36. ¡Basta de discriminación y violencia hacia los cuerpos gordos! La


gordura no es una enfermedad. ¡Despatologización ya! Sin gordes no hay
feminismo.

37. Exigimos la sanción de la nueva Ley de VIH, Hepatitis virales, otras ITS
y tuberculosis.

38. Exigimos accesibilidad en todos los ámbitos, públicos y privados.


Basta de barreras que impiden el libre ejercicio de los derechos.
Exigimos que dejen de criminalizar las maternidades discas, las mujeres
con discapacidad maternamos. ¡Basta de separar a las familias por
prejuicios capacitistas! Por una salud integral, sexual, reproductiva y no
reproductiva anticapacitista y accesible, que contemple a la diversidad,
que respete la capacidad jurídica de las mujeres y disidencias con
discapacidad. Exigimos la reivindicación del goce del colectivo de
mujeres y LGTBIQ+ con discapacidad y la puesta en marcha de políticas
que acompañen en el desempeño y desarrollo del mismo. Exigimos el
cumplimiento y aplicación de la convención por los derechos de las
personas con discapacidad.

39. Basta de violencia física y simbólica a las identidades indígenas.


Abolición del chineo: violación sistemática de niñes de las comunidades
indígenas. Es un crimen de odio y el Estado está siendo cómplice de esa
práctica perpetuada por policías, gendarmes y militares.

40. Nos solidarizamos con las mujeres y niñas Villalba ¡Ni una compañera
Paraguaya menos! El Estado paraguayo es Femicida, Infanticida y
terrorista, mantiene desaparecida a Carmen Villalba “Lichita” desde el 30
de noviembre de 2020. Asesinó a María Carmen y Lilian Mariana, niñas
de 11 años el 2 de septiembre de 2020. Actualmente Laura Villalba está
presa por portación de apellido y por maternar bajo acusaciones
misóginas e infundadas. En octubre enfrentará un juicio totalmente
ilegal, arbitrario, violando todos sus derechos. Libertad a Carmen Villalba
presa con condena cumplida.
41. A Larreta y a la derecha le decimos ¡BASTA! No pasarán sobre
nuestras conquistas, ni sobre nuestro futuro. En la Ciudad más rica del
país y laboratorio de expresiones políticas misóginas, transodiantes y
racistas, desde el feminismo popular nos organizamos para frenar la
reorganización de la derecha local, federal y continental.

#NiUnaMenos #ElEstadoEsResponsable

#VivasLibresyDesendeudadesNosQueremos

FIRMAS:

Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora) / Colectivo Ni


Una Menos / Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y
Gratuito Regional CABA / Asamblea Feminista de la Villa 31 y 31 bis, CABA
/ CEB - Coordinadora Estudiantil de Base / Campaña internacional Eran
niñas Aparicion con vida de Lichita - Libertad a Laura Villalba /
Socorristas en Red (feministas y transfeministas que abortamos) /
Socorristas La Revuelta GBA / Mujeres Trabajadoras de la Tierra / MTL
Movimiento Territorial de Liberación - PC / Corriente Lohana Berkins -
Partido Comunista / AMMAR – Sindicato de Trabajadorxs Sexuales de la
Argentina / Agrupación Violeta en Suteba / Espacio de Géneros Centro
Cultural de la Cooperación / G.R.A.S.A (Grupo de resistencia artística
social autogestivo) / Trans Argentinas / Red de Psicologxs Feministas /
Cooperativa Flores para Eva / La Revolución de las viejas / Mama Cultiva
Argentina / El Hormiguero / CGAA Colectivo de Gordes Activando / Mala
Junta - Frente Patria Grande / Asociación civil Arco Violeta: Ayuda y
prevención en violencia de género / Adherimos desde Reddy Redd por
los derechos de las personas con discapacidad y desde el Consejo de
género de FAICA federación Argentina de instituciones de ciegos / Frente
de Mujeres y Diversidad PSol / Unidxs y Organizadxs / Veinticinco de
Mayo José c Paz / Frente de Mujeres y disidencias / Corriente villera
independiente / MP La Resistencia / Movimiento Popular Liberación /
Movimiento Mayo / Organización Político Social 25 de Mayo / Secretaria
de mujeres y diversidad. UTEP / Descamisadxs / Feminismo Popular
Lealtad / La Pingüinos / Nuevo Encuentro - Frente de Géneros y
Disidencias / La Revolución de las Viejas / Centro social comunitario la
matera / Liberación popular / Niñez y Territorio / FTV / Aquellarre -
Facultad de Filosofía y Letras / Feminismo Popular y Disidente. La
Dignidad / BARDO CONTRACULTURAL / Corriente insurrecta / Corriente
nacional René Salamanca / Movimiento popular liberación / Comunismo
revolucionario / CTA Autónoma Nacional / HIEDRALIBRE / 25 de mayo
Ituzaingó regional oeste / Organización 25 de mayo nacional / Frente de
mujeres e igualdad de géneros La Cámpora / CTD Aníbal Verón.
Corriente nuestra Patria / Ivanna Rezano / Géneros Micaela García -
Grupo Bicentenario / Barricada TV / Asociación Gremial de Trabajadores
del Subte y Premetro (AGTSyP/Metrodelegades) / Paritaria social / ATE
NACIONAL / La Corriente Nacional de la Militancia / Casa Joven Diana
Sacayán / ATE Capital / APA ASOCIACIÓN PERSONAL AERONÁUTICO /
Kolina Feminista / La Mella - Poder Popular / Corriente villera 21-24
Zavaleta / Corriente Insurrecta - Mujeres y disidencias / MP La
Resistencia Frente AzucenaVillaflor / Vamos - Frente Patria Grande /
Espacio puebla / ESPACIO POLÍTICO AIRES / Frente de mujeres y
disidencias azucena villaflor / Nuestramérica Feminismo Popular y
Disidente / Lxs Irrompibles / Corriente Nacional de la Militancia
/Emergente - Poder Popular / Géneros y Diversidad PM / Feminismo
Paritaria social y popular / Frente Social Peronista / Corriente Lohana
Berkins – Partido Comunista / Instituto de la economía popular. Escuela
nacional de cuidados / CONTRAGOLPE - EDUCACIÓN SOBERANA / Frente
Popular Darío Santillan - FPG / Todas con Cristina / Peronismo x la
Ciudad / Asambleas De Géneros FOB / MALA JUNTA - SOBERANA /
Buenos Aires 3D / CTA Autónoma Capital / Identidad / La Colectiva.
Corriente Política y Social / FRENTE GRANDE NACIONAL / Corriente
Militante Lealtad / Proyecto Generar / INQUILINXS AGRUPADXS / Centro
de Estudios Legales y Sociales CELS / Secretaria de DDHH y Género. ADAI
/ Asociación Docentes Artistas Investigadores (adai) de la UNA/ CTA Y
Género Corrientes / SUTEPA / Agrupación Enfermería Federal / Comisión
Libres Las Queremos / Campaña por el Derecho al aborto / UOLCRA
Ladrilleras / Mujeres Auto convocadas de Alberti / Red de autocuidado
feminista / Espacio de género Udocba Campana
Los orígenes del feminismo marxista
GIULIA LONGONI

Fueron Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo y Aleksandra


Kollontaj quienes inauguraron un pensamiento capaz de
analizar la explotación de las mujeres, incluso en el trabajo
de cuidados. El feminismo actual puede seguir inspirándose
en ellas.

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• La pedagogía socialista de Clara Zetkin


CORNELIA HUBER, FABIÁN CABALUZ Y STEFFEN BROCKMANN

En su texto The Rise of Neoliberal Feminism (El auge del feminismo neoliberal),
Catherine Rottenberg define el fenómeno que a partir de la segunda década del
siglo XXI ha supuesto la reinserción popular de los temas feministas en el
imaginario dominante. Movimientos como MeToo y Time’sUp han permitido la
máxima difusión de un mensaje emancipador que ha llegado a un público tan
amplio como heterogéneo. Al mismo tiempo, sin embargo, la popularidad
alcanzada por el feminismo contemporáneo exige a menudo la simplificación de
las diversas y complejas cuestiones que atraviesan la teorización feminista,
corriendo el riesgo de reducir este movimiento político a meros eslóganes.

La corriente neoliberal del feminismo contemporáneo defiende la posibilidad de


lograr la emancipación permaneciendo dentro del sistema capitalista mediante el
ascenso al éxito de un número creciente de mujeres en el mercado laboral. Este
planteamiento de la cuestión de la emancipación ha provocado, en el lado opuesto,
un resurgimiento de la crítica feminista al capitalismo, históricamente vinculada a
la necesaria erradicación de lo que se considera un sistema de producción
económico, social y cultural que, para su propia supervivencia, necesita perpetrar
mecanismos violentamente excluyentes y discriminatorios. Esta posición teórica ha
sido seguida por una serie de prácticas para la resignificación política del 8 de
marzo por parte de movimientos como No Una di Meno.

En momentos en que la cuestión de los derechos de las mujeres es utilizada cada


vez más por la extrema derecha y el sistema capitalista en su forma neoliberal,
proporcionando una nueva justificación a las perspectivas políticas nacionalistas y
racistas, resulta útil recorrer la vida de tres «damas de la revolución» que, entre
fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, vincularon la cuestión
feminista a la lucha de clases.

Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo. Las mujeres y


el Partido Socialdemócrata Alemán
Las divisiones internas del feminismo no deben considerarse una novedad. El
movimiento siempre ha estado atravesado por profundas divergencias, pero
cuando en el siglo XIX el «feminismo burgués» reivindicó la inclusión de las mujeres
en la economía productiva sin considerar las injusticias perpetradas por el sistema
capitalista contra las mujeres trabajadoras, se produjo una importante escisión en
su seno. Por un lado están las feministas «liberales» y por otro las feministas
«marxistas», para las que el trabajo asalariado constituye una situación más de
explotación que nivela la condición de hombres y mujeres frente al mismo enemigo:
el capital.

Lo que distingue a la corriente feminista marxista desde sus inicios es


precisamente el intento de analizar la relación entre la opresión de género y el
capitalismo. En las últimas décadas del siglo XIX, Clara Zetkin propuso el
desarrollo de prácticas político-organizativas específicas capaces de responder a las
necesidades de las mujeres trabajadoras en el seno del Partido Socialdemócrata
Alemán (SPD) que, hasta entonces, había ignorado los problemas específicos de
las mujeres pertenecientes a la clase obrera. Zetkin señala, en cambio, que aunque
todas las mujeres están oprimidas como «mujeres», la forma de esta opresión se
manifiesta de manera diferente según la clase a la que pertenecen.

Una posición apoyada por otra protagonista de la entonces socialdemocracia


alemana, la pensadora polaca Rosa Luxemburgo, que se unió al partido a su
llegada a Alemania en 1898. Luxemburgo expresó inmediatamente su apoyo a una
visión internacional de la revolución proletaria, y cuando en 1914 el Partido votó a
favor de la guerra se puso del lado de la capitulación del movimiento socialista
ante el imperialismo. En 1916 Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, Clara Zetkin y
otros formaron la Liga Espartaco, desde la que se inició una campaña ilegal contra
la guerra que preparó el terreno para la huelga general por la paz de enero de 1918,
de la que participaron millones de trabajadoras y fue un «ensayo general» de la
revolución alemana de noviembre de 1918. De la Liga Espartaco nacerá el Partido
Comunista Alemán en diciembre de ese mismo año.

Luxemburgo sería asesinada junto a su camarada Liebknecht el 15 de enero por


tropas pronazis armadas por el gobierno. Su vida y su muerte hablan de su
dedicación a la causa de la revolución, así como de su coraje para intentar ponerla
en práctica y, gracias a sus escritos, sigue siendo hasta hoy la teórica femenina más
conocida del marxismo.
Crítica del capitalismo entre el patriarcado y el
imperialismo
Durante muchos años, los estudiosos han descrito a Rosa Luxemburgo como poco
implicada en los asuntos de las mujeres. Sus textos atacaban a menudo el
feminismo burgués contemporáneo a ella, y nada más llegar a Alemania se negó a
dedicarse (como su amiga Clara) a la sección femenina del SPD para evitar la
marginación dentro del partido que habría dejado el debate sobre las cuestiones
centrales a los dirigentes masculinos.

Sin embargo, investigaciones más recientes de la filósofa Raya


Dunayevskayan han puesto de relieve la dimensión feminista que atraviesa tanto la
vida como el pensamiento de la revolucionaria polaca. Además de apoyar el
trabajo de su compañera Clara Zetkin en su intento de proyectar la emancipación
de la mujer como una dimensión integral de la transformación socialista, Rosa
Luxemburgo apoyó abiertamente el derecho al voto de las mujeres en un
documento de 1902, explicando cómo la emancipación de la mujer debía
considerarse un elemento indispensable para reformar la socialdemocracia y
derrocar el capitalismo.

En 1912 defendió la necesidad de separar el movimiento feminista de las mujeres


de la clase obrera de las reivindicaciones de los movimientos femeninos burgueses
y fue la propia Luxemburgo quien, en 1918, instó a Clara Zetkin a crear una
sección femenina de la Liga Espartaco.

Raya Dunayevskaya desafió las premisas del marxismo establecido al promover


una alternativa humanista a las innumerables formas de alienación que definen la
sociedad moderna.

En su texto principal La acumulación del capital, Rosa Luxemburgo retoma y


amplía las categorías conceptuales marxianas y desarrolla su «teoría del
imperialismo» basada en el análisis del proceso de producción y acumulación
social del capital realizado a través de diversas formas excluidas del sector
reconocido de la producción de mercancías, entre ellas el «trabajo de cuidados» y
la colonización de «países no europeos».

La pensadora polaca pone de manifiesto en la teoría lo que para la mayoría de las


mujeres proletarias de su época representaba —y sigue representando— un
riguroso problema real: la falsa creencia en torno a la improductividad del «trabajo
de cuidados» de las mujeres en el hogar y en el espacio público.

La obra de Luxemburgo pone de manifiesto la necesidad de entender la cuestión de


la opresión de las mujeres como un producto histórico del antagonismo entre el
capital y el trabajo, lo que nos permite vincular la liberación de las mujeres y la
crítica a ese sistema de producción que, para sobrevivir, requiere mecanismos de
subordinación, explotación y discriminación que actúan tanto sobre la categoría
identitaria de género como sobre las de clase y «raza».

Describiendo el imperialismo como la estructura central del funcionamiento del


sistema de producción capitalista en todas sus fases, subraya que la opresión de los
sujetos «colonizados» no debe considerarse como una simple consecuencia del
capitalismo, sino que constituye su fundamento. De ello se desprende que mientras
exista el capitalismo no puede haber lugar para ninguna forma de emancipación, ni
para la clase obrera ni mucho menos para la feminidad oprimida. La única solución
esbozada por Luxemburgo al problema de la opresión de los sujetos subalternos es
la revolución proletaria, participada por todos y extendida internacionalmente.
Aleksandra Kollontaj y la revolución rusa
Atenta estudiosa de las obras de Luxemburgo, otra revolucionaria de orientación
marxista, Alekandra Kollontaj, estuvo entre los obreros que marcharon al Palacio
de Invierno en 1905. Al igual que Zetkin y Luxemburgo, la vida de Alekandra
Kollontaj es un testimonio de su lucha política. Nacida en el seno de una familia de
la nobleza rusa —su padre fue general del Zar—, Kollontaj optó por alejarse de ese
entorno casándose con un ingeniero.

Tras una visita a la fábrica textil en la que su marido trabajaba en el sistema de


ventilación e impresionada por las inhumanas condiciones de trabajo y de vida de
los trabajadores, decidió dedicarse al estudio de la economía política en Zúrich. La
educación de Kollontaj la llevó a considerar la liberación de la mujer como parte
integrante de la lucha por la construcción de una comunidad socialista, por lo que
dedicó su vida a la lucha por una mejor comprensión de los problemas de la mujer.

En los primeros años de la Unión Sovietica, Kollontái encabezó la Comisaría del


Pueblo para la Asistencia Pública. Al crear los llamados hogares infantil, Kollontái
intentó poner en marcha la socialización del cuidado de los niños.

Obligada a abandonar Rusia por haberse opuesto a la Duma zarista, Kollontaj


migró a Alemania y fue allí donde entró en contacto directo con la
socialdemocracia e inauguró una colaboración con Clara Zetkin y Rosa
Luxemburgo, profundizando en la cuestión de las mujeres y participando en la
primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Stuttgart. Cuando
Alemania declaró la guerra a Rusia en 1914, Kollontaj tuvo que abandonar el país;
en 1915 se afilió al Partido Bolchevique.

Tras los acontecimientos revolucionarios del 23 de febrero de 1917 (8 de marzo,


según el calendario occidental), regresó finalmente a Rusia, donde fue recibida
como una heroína y se convirtió en miembro del ejecutivo soviético.
Inmediatamente después de la Revolución de Octubre, Kollontaj fue elegida
Comisaria del Pueblo para la Asistencia Social. Fortalecida por su posición, pudo
participar en la redacción de normas que reconocían a las mujeres como
ciudadanas con igualdad de derechos en el nuevo Estado obrero.

Se introdujo el matrimonio civil, se facilitó el divorcio y se declaró la igualdad de


los hijos legítimos e ilegítimos ante la ley. Se concedieron a las mujeres plenos
derechos civiles, se protegió su trabajo y se estableció también el principio de igual
salario por igual trabajo. En 1918, tras concluir una gira de conferencias entre las
trabajadoras de la zona de hilanderías del este de Moscú, Kollontaj se convenció de
la necesidad de un Congreso Panruso de Mujeres. El 16 de noviembre de 1918 se
inauguró el primer Congreso de Mujeres Obreras y Campesinas de Rusia, del que
participaron 1147 delegadas.

El floreciente periodo de innovación social finaliza en 1921 con la aprobación de la


NEP (Nueva Política Económica), que prevé la reintroducción de la propiedad y la
iniciativa privadas en la economía. La vuelta a las relaciones de mercado hizo que
se redujera el número de personas que dependían directamente del presupuesto
público y en las ciudades las condiciones de vida se hicieron más difíciles. Esto
tuvo dos consecuencias: que la construcción de guarderías, escuelas y residencias
de ancianos deba posponerse y que la presión para reconstruir la familia como
unidad central del bienestar conduzca a abandonar cualquier debate sobre la
cuestión de las mujeres. Este es el contexto en el que madura el texto más conocido
de Kollontaj, ¡Abran paso al Eros alado! (una carta a la juventud obrera).

Aleksandra Kollontaj fue la única revolucionaria rusa que se replanteó no solo la


economía y la política, sino también la moral y, con ella, las costumbres. La autora
subraya cómo en una sociedad comunista es necesario abandonar la idea de
propiedad incluso en el ámbito del amor, contrastando con el individualismo de la
sociedad burguesa que prefería la competencia al valor fundacional de la amistad.
Para Kollontaj, la nueva sociedad comunista debe basarse en el principio de
solidaridad, ya que está compuesta por sujetos capaces de sentir auténtica simpatía.
El respeto y la comprensión recíproca y la conciencia del vínculo que une a todos
en una dimensión colectiva son los rasgos que distinguen la capacidad de amar en
el sentido más amplio que atribuye al término.
Esta idea del amor estaba en la base del nuevo concepto de familia promovido por
Kollontaj, que la llevó a obtener importantes victorias en el ámbito legislativo
(como la legalización del aborto en 1920 y la despenalización de la sodomía en
1922). Sin embargo, dada la profunda crisis económica que tuvo que atravesar
Rusia en estos años, en el ámbito más cercano al corazón de Kollontaj, la
construcción práctica de alternativas a la familia a través de la subvención de
organismos estatales que compartieran las responsabilidades del cuidado con los
ciudadanos, así como una concepción de esta responsabilidad que implicara a
ambos géneros y no solo a las mujeres, nunca encontraría una formalización
efectiva.

El aislamiento de Kollontaj dentro del Partido será cada vez más significativo.
Aunque nunca se opuso directamente a Stalin, practicó una especie de resistencia
pasiva al régimen y en 1940 consiguió mediar en la paz entre Finlandia y la Unión
Soviética. En 1945 dimitió como embajadora en Estocolmo y regresó a Moscú,
donde murió en 1952.

Feminismo y marxismo, entre la lucha de clases


y la emancipación
Esto es solo un extracto de la vida y el pensamiento de las que fueron, sin duda,
tres mujeres extraordinarias. A pesar de que se resistieron a presentarse como
heroínas aisladas de una revolución que, en realidad, contó con la participación
activa de miles de trabajadores y, sobre todo, de mujeres trabajadoras, tanto en el
caso alemán como en el ruso, quizás hoy más que nunca es importante recordar
sus luchas y reflexiones.

Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo y Aleksandra Kollontaj inauguraron una nueva


corriente de pensamiento en el ámbito filosófico-feminista. No solo hay que
considerar el trabajo asalariado como un posible campo de explotación del trabajo
de las mujeres, sino también y sobre todo el trabajo relacionado con el ámbito de la
reproducción social y los «cuidados». En un mundo en el que las mujeres todavía
no tenían ni siquiera derecho a voto, Clara, Rosa y Aleksandra ocuparon cargos
oficiales, fueron embajadoras de su partido en el extranjero, inauguraron lugares de
resistencia activa al poder dominante y vivieron con la convicción de contrastar
siempre las posiciones contemporáneas del partido con sus propias convicciones.

Una reflexión compleja que se refleja en una vida dedicada a la revolución une a
estas mujeres en su militancia contra un sistema de explotación: el capitalismo, que
combina la discriminación de género, «raza», clase y orientación sexual. Una lucha
que el feminismo contemporáneo no debe olvidar y de la que estas «damas de la
revolución» siguen siendo hoy un símbolo en el que inspirarse.

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