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SOBRE LAS CAUSAS DEL TRIUNFO DE JAVIER MILEI: BALANCE PROVISIONAL


Y RECOMENDACIONES.
1. Introducción.

La victoria de Javier Milei implica, antes que nada, una profunda crisis de la

representación política en Argentina. Crisis de los mecanismos institucionales

de la democracia liberal (nada menos que a 40 años de su restablecimiento en

el país austral) para procesar y encauzar las demandas de nuevos sectores

sociales (como veremos particularmente jóvenes menores de 30 años i) los

cuales ya no se identifican con los dos polos que han predominado en la

política argentina al menos desde el 2007: el kirchnerismo y el macrismo.

También es una crisis de las formas de concebir la política: obviamente no es

nada novedoso dividir el campo político en amigos y enemigos. Pero cabe

hacerse la pregunta en torno a cómo se representan o imaginan una “política

alternativa” los jóvenes votantes de Milei, particularmente a partir del hecho de

que su líder ha caracterizado al Estado, al “populismo”, a lo “clientelar”, a la

perspectiva keynesiana, como “enemigos” de la “libertad”. Una “libertad”

concebida en los términos más individuales o atomísticos, sin obviar que se

trata de añejas ideas del liberalismo decimonónico empacadas como algo

“nuevo” o “disruptivo”.

En el triunfo de Milei incidieron una multiplicidad de factores que van desde los

efectos del confinamiento colectivo durante la pandemia, pasando por una

aguda crisis económica, hasta llegar a la ya referida crisis de representación. A

lo anterior habría que sumar un manejo muy efectivo de los medios digitales

con un especial énfasis en emociones como la ira y el odio. Por si fuese poco

todo lo anterior, habría que agregar la influencia del fenómeno global de la

“nueva derecha”, obviamente con las particularidades propias de Argentina: su


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penetración no sólo en los jóvenes sino en sectores populares, previamente

hegemonizados por el peronismo, factor sobre el cual gravita eso que la “nueva

derecha” ha caracterizado como “batalla cultural”.

Antes de proseguir nos detendremos, brevemente, en la correlación entre la

crisis de representación política y la creciente influencia de Milei en sectores

pobres de la población, algo que ya había sido destacado, en septiembre

pasado, por el analista Carlos Pagni, del diario “La nación” (de orientación

conservadora) partiendo de una serie de encuestas realizadas por el Centro de

Investigación y Acción Social (CIAS), dirigido por Rodrigo Zaragaga ii. Es un

dato que vale la pena subrayar ya que se cruza con elementos (precarización

laboral, desempleo, percepción de falta de oportunidades por parte de los

jóvenes) que cuestionan profundamente al kirchnerismo en particular y a la

izquierda más ortodoxa en general:

La línea verde del gráfico anterior recoge la línea ascendente de Milei, entre los

pobres, dos meses antes de la segunda vuelta electoral que le dio la victoria.
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Se trata de una intención de voto que, junto con el enorme descontento

colectivo por la crisis económica, expresa las transformaciones que se han

producido en el mundo del trabajo, pero también en el ámbito de las ideas en

torno a la política. Tal y como lo expresa Pagni:

“¿Es gente que lo escucha porque habla de la escuela austríaca, porque


defiende el mercado como una especie de religión, porque cita libros de
autores casi filosóficos? Probablemente no. Tal vez lo vota porque lo ve
enojado y dice “éste está enojado como yo”, “éste quiere prender fuego
todo como yo”, “este le echa la culpa a la casta, como yo”. “La política
me hace bullying y él lo entiende”iii.
Junto a todo lo anterior, conviene hacer referencia a estudios que han

abordado, de manera explícita, el asunto de los motivos detrás del voto a favor

de Milei. El primer estudio, publicado poco antes de la realización de las PASO

(Primarias, Abiertas, Simultáneas y obligatorias) del pasado 13 de agosto, fue

llevado a cabo dentro del marco del proyecto “Identidades, experiencias y

discursos sociales en conflicto en torno a la pandemia y la pospandemia” de la

Universidad Nacional de Córdoba. El estudio tiene su fuente en dos encuestas

nacionales, hechas a 3.296 y 7.130, votantes de Milei, sondeando, en ambos

casos, sus concepciones sobre la política:


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Puede apreciarse, en lo anterior, el amplio rechazo a la clase política (la “casta”

según Milei), también al cobro de impuestos y a las demandas del movimiento

feminista (el cual tuvo un momento de gran protagonismo en el 2018 con la

llamada “Marea Verde”)iv. Un mes más tarde, ya en plena campaña

presidencial, en el ya citado estudio del Centro de Investigación y Acción Social

(CIAS), encontramos este recuadro con las motivaciones del voto por Milei:
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Como puede apreciarse el 60% por ciento que lo valora con “esperanza” casi

se corresponde con el 63% del estudio de la Universidad Nacional de Córdoba

que rechaza al liderazgo político tradicional. Se trata, en el recuadro de arriba,

de un voto ya consolidado de cara a la primera vuelta electoral de Milei contra

Patricia Bullrich y Sergio Massa.

En lo que sigue intentaremos visibilizar la multiplicidad de factores que llevaron

al triunfo de Milei partiendo de una aproximación transdisciplinaria, vale decir,

combinando elementos de las ciencias políticas, la política comparada, los

estudios de medios y redes sociales, los estudios culturales, relaciones

internacionales, geopolítica y marxismo crítico. Es la intersección de todas

estas perspectivas la que nos puede ofrecer un panorama, lo más completo

posible, del llamado “fenómeno Milei”, un hecho que antes de ser electoral fue

un “fenómeno” de las redes y de los medios de comunicación: desde 2015

hasta la llegada de la pandemia Milei no era otra cosa que un economista

extravagante, relativamente desconocido, que comenzaba a hacerse notar por

sus histriónicos estallidos de furia (gritos e insultos contra sus adversarios) en

los programas de televisión a los que era invitado con regularidad crecientev.

2. Sobre la oferta electoral de Milei y la viabilidad de su aplicación.

Jorge de Asís, reconocido analista, escritor y ex diplomático, ha insistido, una y

otra vez, que la clave para entender a Milei no está en “lo que propone, sino en

lo que genera”vi. Asís logra captar algo de suma importancia: capitalizar la

“bronca” (furia, ira y odio) contra “la casta” (la clase política tradicional, desde el

peronismo, la izquierda progresista y la derecha macrista) fue el motor

fundamental de la campaña de Milei.


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Este uso político de semejantes emociones no es, desde luego, para nada

innovador: es un rasgo ampliamente conocido del fascismo en todas sus

variantes. Sin embargo, en el caso de la oferta electoral de Milei, resulta útil

situarla dentro el contexto del “voto bronca”. Este uso político de la furia o del

odio podemos graficarlo, para sólo citar un ejemplo, viendo el cierre de su

película propagandística “Pandenomics”vii, hecha dos años antes de que su

candidatura presidencial fuese viable. Precisamente en la sección “La batalla

cultural”: lo vemos rodeado de jóvenes que lo aclaman mientras recibe un

mazo dorado y procede a destruir una maqueta del Banco Central en medio del

júbilo de sus seguidores. La apreciación de Asís sobre “lo que Milei genera” no

sólo enfatiza el hecho de que el liderazgo carismático parece haberse

desplazado, en un lapso de dos o tres años, a la extrema derecha sino también

recoge la posibilidad de que muchos votantes del “libertario” ni siquiera se

hayan tomado la molestia de tratar de comprender su propuesta programática o

incluso que algunos estuvieran convencidos de que Milei no llevaría a cabo su

programa económico: en ambos casos lo fundamental habría sido el

enfrentamiento a la “casta”.

Tomando en cuenta lo anterior, pasaremos a enumerar los elementos que

constituyeron la plataforma programática de Milei durante el extenso y complejo

proceso electoral argentino: dolarización de la economía, privatización de las

empresas del Estado, cierre del Banco Central, eliminación de la contratación

de obras públicas, liquidación del salario mínimo y porte libre de armas. Todo

lo anterior habría que agregarlo a los elementos que ya forman parte del

recetario de la “batalla cultural” que libra la extrema derecha global: el

enfrentamiento al progresismo, a las políticas de inclusión, el feminismo, el


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comunismo y, como elemento especifico de Argentina, la negación de los 30

mil desaparecidos por la última dictadura.

En lo que tiene que ver con lo cultural habría que subrayar, por parte de la

“nueva derecha” global, un uso perverso de la noción de hegemonía elaborada

por Gramsciviii. En este punto conviene recordar algo planteado por Pablo

Stefanoni y glosado por González en su estudio sobre Milei:

“El historiador en su libro ¿La rebeldía se volvió de derecha?, hace


hincapié en lo que sucedió dentro del campo de la cultura. Estudia cómo
la nueva derecha logró imponer la idea de que la izquierda había perdido
la batalla política y económica, que había visto caer a la Unión Soviética
y al Muro de Berlín, pero que había ganado en un frente crucial: según el
relato que empuja este novedoso campo político “el marxismo cultural”
se quedó con el monopolio de todos los ambientes de debate, discusión
y ampliación de ideas. Por lo tanto, lo nuevo, lo que viene a sacudir el
escenario, lo que enciende los corazones rebeldes de los jóvenes, es la
némesis de este socialismo que conquistó la mayoría de las mentes. ‘La
transgresión cambió de bando. Es la derecha la que dice ‘las cosas
como son’, en nombre del pueblo, mientras que la izquierda —
culturizada— sería solo la expresión del establishment y del status quo.
La derecha vendría a revolucionar, la izquierda a mantener los privilegios
vigentes’ (194,195).
Lo anterior, desde luego, tiene significativos antecedentes en el

neoconservadurismo norteamericano (intelectuales como Kristol, Mansfield,

Kagan, entre otros) que adquirió cierta notoriedad en la academia de los

Estados Unidos desde fines de los 80 hasta las dos presidencias de Bush hijo.

Otro precedente, mucho más reciente (y, como el de Milei, ligado al uso de las

redes sociales) se encuentra en el movimiento nucleado en torno a Donald

Trump, aunque la versión argentina combina la autodefinición de su líder como

“anarco capitalista”, “anti Estado”, con una relectura del pasado de la dictadura

militar, sobre esto volveremos más adelante.

Retomando el asunto de la oferta electoral en lo económico, cabe destacar que

desde su alianza con “Juntos por el Cambio” (la fuerza liderada por Macri) tras
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la primera vuelta electoral, en octubre pasado, las dos propuestas centrales de

Milei (dolarización y cierre del Banco central) se han diluido. Esto ya venía

ocurriendo antes de dicha alianza. De hecho, uno de los énfasis recurrentes

durante la campaña electoral fue el de la carencia, por parte de Milei, de un

partido con verdadera implantación territorial, a escala nacional, junto con un

congreso controlado por las fuerzas políticas tradicionales. Son esas carencias

las que vino a suplir el macrismo colocando en puestos claves a tres de sus

cuadros: Patricia Bullrich como ministra de Seguridad, Luis Petri en la cartera

de Defensa y Luis Caputo en el ministerio de Economía. Como sostiene el

analista Luis Bruschtein:

“Tras la campaña y antes de asumir, Milei relegó a quienes lo rodearon al


principio. La mayoría de los nombramientos provienen de la gestión de Macri y
de Carlos Menem. Hay privatizadores, endeudadores y ajustadores. El
desplazamiento de sus colaboradores iniciales produjo ruido al comienzo y
luego acatamiento o resignación. Pero por alguna razón, desde Victoria
Villarruel, que se quedó sin los dos ministerios que reclamaba, hasta Carlos
Rodríguez y Roque Fernández, que no fueron contemplados en el manejo de la
economía, mantuvieron la calma o se corrieron a un lado sin hacer mucho
ruido”ix.

Esta presencia del macrismo en el gabinete, aparte del significativo apoyo que

le brinda a Milei en el congreso, a nivel de intendencias (alcaldías) y

gobernaciones, ha llevado al analista Alfredo Jalife-Rahme a hablar de un “Milei

deslactosado” o diluido por Macri: de sus ofertas electorales más

“espectaculares” (para llamarlas de un algún modo) lo que quedaría es la

restricción a la emisión de dinero por el Banco Central x. Ya con anterioridad

distintos voceros del neoliberalismo, a escala global, de tanta influencia como

el Financial Times (para sólo citar uno) habían enfatizado la inviabilidad de la

dolarización en Argentina.
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Este Milei “deslactosado” o descafeinado, entregado por completo a la “casta”

que prometió combatir, puede ejemplificarse muy bien en las negociaciones

que tuvo que llevar adelante, muy poco antes de su toma de posesión, para

enfrentar la debilidad numérica que tiene en el Congreso. Dado que Milei

solamente cuenta con 7 senadores y 39 diputados de su partido, ha buscado

apoyo no solo en “Juntos por el Cambio” sino entre sectores del peronismo no

kirchnerista. Se supone que alrededor de 150 diputados y 50 senadores han

expresado su disposición a llevar adelante una "oposición constructiva" para

facilitar la gobernabilidad, incluyendo la aprobación de la llamada “Ley

Ómnibus”.

Se trata de un paquete de legislación que regula materias múltiples, en

principio conexas con la política económica. Entre los ámbitos cubiertos por

ese paquete de leyes estarían: la reforma del Estado, la emergencia

económica, las privatizaciones de empresas, la ley de Ministerios, la reforma

laboral y la desregulación de los sectores económicosxi.

A pesar de estas negociaciones con la “casta” y fiel al histrionismo que lo

caracteriza, Milei acaba de hacer su discurso de asunción del mando

presidencial fuera del congreso, dándole la espalda al edificio del parlamento y

frente a sus seguidores. Su política económica no se aparta, en lo absoluto, de

la ortodoxia del “paquetazo” neoliberal incluso haciendo referencia, en el ya

citado discurso, a la política de “shock” económico:

“No hay alternativa al ajuste y al shock. Impactará de modo negativo


sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá
estanflación, pero no es algo muy distinto a los últimos 12 años. Este es
el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”xii.
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Para concluir este apartado nos referiremos a una comparación muy frecuente

pero que arroja luz sobre las razones que podrían tener los ya citados sectores

del peronismo para colaborar, al menos en esta etapa inicial de su mandato,

con Milei: Carlos Menem, presidente entre 1989 y 1999, con su mezcla de

neoliberalismo y populismo. De hecho, tal y como sostiene González, en su

biografía de Milei, se produjo un encuentro entre ambos, a mediados de 2019,

facilitado por un sobrino del ex presidente, en el que Menem lo habría

proclamado su “heredero”:

“—Javier, vos no tenés que aflojar. Vos podés ser presidente de este país.
Y te digo una cosa: vas a ser mejor presidente que yo. Sos mi heredero —le
dijo, con el acento riojano claro a pesar de sus 88 años.
Era mediados de 2019 y el Turco todavía se encontraba lúcido. Milei,
entonces un miembro más de la fauna mediática local, estuvo varios meses
haciendo lobby para conocer a quien considera ‘el mejor presidente de toda
la historia’”xiii.

Esta comparación, con su mezcla de liderazgo carismático populista y ajuste

neoliberal, probablemente obedezca a la agenda de la “nueva derecha global”.

En este sentido vale la recordar la visita que hizo a Argentina, a mediados del

2020, Steve Bannon, asesor clave de la victoria electoral de Trump, ex

banquero de Goldman Sachs, ex presidente del portal Breitbart News y uno de

los principales ideólogos de esa derechaxiv. Según lo reseña, en su crónica de

hace tres años, el periodista Aldo Duzdevich, Bannon habría ido a Argentina

con la tarea específica de encontrar a un peronista de derecha:

“Todavía no tenemos el representante de Bannon, pero sí su discurso


muy instalado en las redes. Y no es casualidad. Estamos observando el
despliegue armamentístico de Bannon que busca su Bollonado
argentino. Que, sin ninguna duda, deberá tener un perfil de origen
peronista. Ya hay varios anotados de ese lado, haciendo campaña por
Trump. Hasta algunos “loquitos sueltos” posaron en el obelisco con un
cartel “Soros o Perón”. Pero, cuidado Bolsonaro también era un “loquito
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suelto” y allí lo tenemos de presidente del país más grande de América


del Sur”.

Luego retomaremos esta conexión con Bannon, ahora pasaremos a abordar

algunas de las consecuencias del triunfo de Milei.

3. Impacto sobre la viabilidad de los proyectos de izquierdas en


América Latina y el Caribe.
Cabe esperar que el triunfo de Milei tenga un impacto negativo para la

izquierda latinoamericana y caribeña. De hecho, se aproxima toda una etapa

de confrontación, cuya intensidad no es muy difícil prever, con la izquierda

argentina durante la aplicación de las medidas económicas de ajuste. Sin

embargo, cabe aclarar que el margen de maniobra de Milei, desde el punto de

vista de los recursos económicos, va a ser muy limitado como para intentar

involucrarse en una especie de cruzada de extrema derecha contra la izquierda

regional, más allá de su retórica virulenta o incluso de alguna que otra

provocación en los foros regionales. Milei, en principio, tendrá que centrarse en

la ejecución de su programa económico, aunque su gobierno, sin lugar a

dudas, va a ser una especie de “cabeza de playa”, a favor de Bolsonaro y

contra Lula en Brasil, lo cual ya resulta, en sí mismo, bastante negativo para las

fuerzas de izquierda en toda la región.

4. Posible impacto en otras elecciones de América Latina


Sin lugar a dudas tendrá un impacto, en términos de un paradigma de campaña

electoral, para la derecha regional. Seguramente tendremos imitadores de Milei

en todo el ciclo de elecciones que vendrán durante el 2024. Pero cabe agregar

que hay tomar en cuenta el factor del desempeño del presidente argentino

durante los primeros meses de su gestión. Aparte de la obviedad de que cada


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país tiene su propia cultura política, sus dinámicas que le resultan intrínsecas,

sus tradiciones de partidos políticos y de estilos de liderazgo, el “modelo Milei”

va a ser “exportable”, desde el punto de vista del marketing electoral

derechista, solamente en la medida en que el recién juramentado presidente

tenga gobernabilidad y capacidad de sostener, en medio de todos los conflictos

latentes en el tejido social argentino, el liderazgo tanto sobre sus votantes

como sobre la alianza (en la que coexisten ambiciones e intereses

contradictorios) que lo sostiene en el gobierno. Todo está por verse y la sombra

de un estallido social, semejante o peor al ocurrido en el 2001, gravita con

mucha fuerza sobre el presente político argentino.

5. Elementos externos han influido para esta victoria (económicos,


políticos, ideológicos, religiosos, etc.)
Retomando el significado de la visita de Bannon a Buenos Aires, no hay dudas

del rol de elementos externos en el triunfo de Milei. Hemos insistido en la

agenda cultural de la “nueva derecha” y la convergencia del discurso de Milei

con dicha agenda nada tiene de casual. Sin embargo, sobre este punto, habría

que hacer algunas precisiones.

La pregunta inicial sería: ¿cómo pueden converger un nacionalista de extrema

derecha, supremacista y anti globalización, defensor a ultranza del Estado

norteamericano como es el caso de Bannon con un autoproclamado “anarco

capitalista” del Cono Sur? En principio esa aparente contradicción también

estaría presente dentro de la alianza que llevó al poder a Milei. Victoria

Villarroel, su vicepresidenta defensora de la última dictadura, pareciera tener,

desde un punto de vista ideológico, mucho más en común que el nuevo

presidente argentino.
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Sin embargo, la clave pudiera estar en el hecho de que el nacionalismo y las

posiciones anti-globalización de Bannon y de los sectores sociales nucleados

en torno a Trump, no sólo valoran positivamente un alineamiento de Argentina

contra China (y esto, como veremos, habría que relativizarlo o matizarlo con

Milei atendiendo al tema de la soya pero también a la competencia china por el

control del litio argentino) sino que un Estado débil y al mismo tiempo abierto a

los flujos de capital transnacional, maximizando la tasa de plusvalía con

medidas anti obreras y profundizando la precarización laboral, les resulta

perfectamente funciona. Al fin de cuentas se trata de partidarios de un Estado

fuerte en los Estados Unidos y esa fortalece implica, en gran medida, la

debilidad de los Estados “periféricos” o del “Sur Global”.

6. Escenarios de relaciones con China, Rusia y Medio Oriente.

La felicitación de Xi Jinping

https://www.infobae.com/politica/2023/11/23/xi-jinping-le-envio-una-carta-a-

javier-milei-para-felicitarlo-por-el-triunfo-electoral/

Geopolítica del litio y Milei.

Presencia de Volodímir Zelenski en la toma de posesión, alineamiento con la

OTAN en la guerra en Ucrania.

Israel, judaísmo proclamado de Milei

7. Escenario de las relaciones con Venezuela.

En lo que se refiere a las relaciones diplomáticas con nuestro país resulta

prudente esperar un poco y no “jugar posición adelantada”, evitando polarizar

con Milei a la espera de los resultados negativos de la aplicación de su paquete


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de medidas neoliberales. Confrontar con Milei, en esta etapa de “luna de miel”

con sus electores podría darle proyección regional mientras todavía goza de un

amplio mandato y de innegable popularidad dentro de Argentina. Como

siempre en la política hay que saber calibrar los tiempos de la acción y

particularmente no ofrecerle elementos discursivos que puedan servir de

distracción, ante la ciudadanía argentina, ante los gravísimos problemas

sociales y de gobernabilidad que pudiera generarse, durante los próximos

meses, en el país austral.

Dicho esto, a la luz de las alusiones, hechas por Milei durante su discurso de

asunción, entorno al Comandante Chávez y al Presidente Maduro, es muy

probable que las relaciones diplomáticas sean llevadas por la Casa Rosada a

un mínimo nivel: sin embajador en Caracas y manteniendo una representación

con un encargado de negocios y/o una sección consular. Sobra añadir que en

las relaciones diplomáticas prima la reciprocidad y cabe esperar que el

gobierno venezolano actúe en consecuencia. Pero creemos que vale la pena

evitar, hasta donde sea posible, la ruptura de relaciones.

8. Conclusiones y recomendaciones.

En los próximos meses se pondrá a prueba el mandato recibido por Milei. Hay

que recordar que su “piso” de respaldo militante es de un 30% mientras que el

resto de su votación se puede desglosar adscribiéndolo a Juntos por el Cambio

(una alianza no exenta de fuertes contradicciones internas), el descontento

generalizado y sectores del peronismo de derecha que lo encuadran como una

especie de nuevo “Menem”. ¿Se sostendrá semejante alianza en medio de los

embates de la crisis económica? ¿volverá a polarizarse Argentina entre

kirchnerismo y macrismo de surgir nuevas convulsiones sociales?


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Otras fuentes:

https://www.civicus.org/index.php/media-resources/news/interviews/6696-argentina-mileis-

victory-expresses-the-rejection-of-the-previous-governments

https://www.marxist.com/argentina-far-right-milei-victory-reveals-crisis-of-bourgeois-

regime.htm

https://www.eurotopics.net/en/311016/argentina-what-does-milei-s-election-victory-mean

https://www.clarin.com/politica/acuerdos-secretos-javier-milei-peronismo-

kirchnerista_0_tlr6C4CO76.html
i
Sobre los jóvenes y Milei ver: https://www.bbc.com/mundo/articles/c1w2j5wj8gxo
ii
https://fund.ar/equipo/rodrigo-zarazaga/
iii
https://www.lanacion.com.ar/politica/javier-milei-inesperado-verdugo-del-pj-nid12092023/
iv
https://unciencia.unc.edu.ar/politica/cuales-son-las-razones-que-impulsan-el-voto-a-milei/
v
Para una detallada descripción de la construcción del personaje mediático de Milei, antes de dar el salto a
la política, ver: González, Juan Luis: El loco. La vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina.
Editorial Planeta, 2023, particularmente el capítulo 5.
vi
https://jorgeasisdigital.com/2023/09/03/la-invencion-de-milei/
vii
https://www.youtube.com/watch?v=lkW9QHDCsEI
viii
En torno a recuperar a Gramsci para la derecha vale la pena recordar lo que sostiene Álvaro Zicarelli, un intelectual
que fue discípulo de Juan José Sebreli y trabajó para Gabriela Michetti y Elisa Carrió, ambas de larga trayectoria en la
derecha argentina: “Yo propongo que recuperemos las herramientas gramscianas para imponer la cultura de la
libertad. Que se instale que tu pensamiento vale, que ves el mundo distinto a ellos y que tus ideas son más prácticas
solo por no haberse probado aún. Las de ellos ya fracasaron. Busco que demos la batalla cultural en los medios, en las
redes, en el campo electoral, en el sistema partidario y en el ejercicio del Gobierno” (citado en González, 199)
ix
https://www.pagina12.com.ar/693320-estanflacionados
x
Ver: https://sputniknews.lat/20231201/milei-deslactosado-por-macri-dolarizacion-detenida-1146186417.html
xi
https://www.lanacion.com.ar/politica/javier-milei-busca-votos-en-juntos-por-el-cambio-y-el-peronismo-no-
kirchnerista-para-debutar-con-su-nid05122023/
xii
https://www.pagina12.com.ar/693656-asuncion-presidencial-el-discurso-completo-de-javier-milei
xiii
González, 160.
xiv
Sobre Bannon vale la pena el documental de Morris “American Dharma”: https://theflixer.tv/movie/watch-
american-dharma-full-60214

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