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TEMA 1: LA NOVELA ESPAÑOLA DESDE LA SEGUNDA MITAD DEL

SIGLO XX

1. LA NOVELA EN LOS AÑOS 40


Fruto del contexto social de posguerra, surgen dos tendencias destacables: el tremendismo y
la novela existencial.

 El tremendismo se inicia en 1942, con La familia de Pascual Duarte, de C. J. Cela y


se caracteriza por ofrecer una visión gris y angustiada de la realidad, por su falta de
intención moralizante y por la recreación de personajes incomprendidos, solitarios
y frustrados; todo ello con una estética cuidada. Esta obra ofrece una visión realista
de la España del momento, a pesar de la censura.

 La novela existencial plasma la incertidumbre de los destinos humanos y la ausencia


o dificultad de la comunicación personal, desde una postura negativa, como un reflejo
amargo de la vida cotidiana. Sus temas son la soledad, la inadaptación, la frustración,
la muerte… La pueblan personajes desarraigados, desorientados, angustiados. En
cuanto a los aspectos técnicos, tienden a la reducción del espacio; los personajes
sufren presiones insoportables en un ámbito enrarecido, irrespirable. La obra inicial de
esta corriente y más emblemática es Nada, escrita por Carmen Laforet en 1944.

2. LA NOVELA DE LOS AÑOS 50

Aparece una nueva tendencia: la novela social, que busca la denuncia de la pobreza, la
persecución y la injusticia, la solidaridad con los humildes y oprimidos, el inconformismo social y el
deseo de cambios sociales. Predominan sobre todo dos enfoques: el realismo testimonial y el
realismo crítico. Cabe destacar nuevas técnicas narrativas:

 La narración suele ser lineal, aunque la historia ocurre en un tiempo reducido.


 El montaje de la trama se realiza en secuencias, como en el cine.
 El autor mantiene un punto de vista objetivo.
 El narrador queda oculto tras los hechos y las palabras de los personajes; por eso, los diálogos
son omnipresentes.
 Las historias que se cuentan en las novelas se ambientan en la época a la que pertenece el
autor que las escribe.
 Aparece un personaje tipo que representa a una clase social o a un grupo determinado (el
obrero, el campesino, el empresario…)
 En cuanto al lenguaje, se emplean coloquialismos propios del habla popular, el estilo directo
y se realizan descripciones de los ambientes y paisajes.

Destacan La colmena (1951) de Camilo José Cela, precursora de la novela social, El Jarama
(1956) de Rafael Sánchez Ferlosio y Entre visillos (1957) de Carmen Martín Gaite.
3. LA NOVELA EN LOS AÑOS 60

A partir de 1960 el agotamiento de la estética realista es patente. Los novelistas van a centrarse
ahora en la renovación formal y en la experimentación técnica y estilística. De entre sus rasgos,
destacamos las siguientes novedades y procedimientos narrativos:

- Perpectivismo o narrador múltiple, combinándose las tres personas gramaticales: primera,


segunda y tercera. Se incluyen comentarios del narrador.

- Se mezclan los modos del relato: estilo directo, estilo indirecto libre con el que se nos
presenta cómo brotan los pensamientos en la mente del personaje, diálogo y monólogo
interior el flujo de la conciencia. Aparecen continuas referencias intertextuales: citas de otras
novelas, alusiones a canciones. Se renueva el lenguaje completamente: aparece el lenguaje
poético en la novela, se producen rupturas sintácticas, se incluyen artificios tipográficos…

- El argumento queda muchas veces en un segundo plano y la acción se construye desde una
sucesión de anécdotas, muchas veces insignificantes, a través de las que se construye la
mínima acción.

- Se emplea el contrapunto que va combinando diversas historias y se evita el relato lineal.

- Vuelve el protagonista individual, si bien el personaje no va a tener los rasgos propios


del protagonista tradicional. Es más bien un antihéroe en conflicto consigo y con el mundo
que le rodea, tratando de buscar su identidad.

Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos, Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo
Cinco horas con Mario de Miguel Delibes y Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé son las obras
más significativas.

4. LA PRODUCCIÓN NOVELÍSTICA DE MIGUEL DELIBES (1920-2010)

En sus novelas se repiten unos ejes temáticos fruto de su preocupación por el hombre y de sus
convicciones cristianas que le llevan a defender la dignidad y la justicia social. Así pues, su obra
tiene un compromiso ético.
 La muerte, el miedo a la propia muerte, a la de los seres queridos, a la pérdida de lo que
se tiene, al desamparo y a la enfermedad.
 La infancia. Aparecen niños en la mayoría de sus obras.
 El prójimo. Es recurrente en sus novelas la relación del ser humano con los demás, visto
desde diferentes aspectos: la soledad en Las ratas, la incomunicación en Cinco horas con
Mario.
 La naturaleza es una de las principales preocupaciones de Delibes. La naturaleza cumple
una función regeneradora del individuo frente a la deshumanización y desarraigo de la
ciudad. En sus novelas no muestra una naturaleza idealizada, sino que aborda los
problemas del mundo rural, especialmente de Castilla, el abandono de la tierra y la
pobreza.
Su obra refleja las distintas tendencias de la novela durante los últimos sesenta años:
- La novela existencial de los años cuarenta con La sombra del ciprés es alargada (1948), novela
con la que ganó Delibes el premio Nadal, construida sobre la preocupación, obsesiva y angustiosa,
por la muerte.
- La novela social de los años cincuenta con El camino (1950) y el espeluznante cuadro de miseria
de Las ratas (1962) con la que denuncia los problemas del campo castellano.
- La experimentación formal de los años sesenta y setenta con Cinco horas con Mario y la
tremenda crítica al caciquismo de Los santos inocentes. En esta última narra en seis capítulos el
dominio que una familia rica y poderosa ejerce sobre sus criados, a los que trata abusivamente.
Frente a este trato a menudo inhumano y vejatorio aparece la solidaridad de los humildes para
ayudarse mutuamente. La novedad de esta novela consiste en que cada uno de los seis capítulos está
escrito como una sola oración, sin puntos y aparte. En la novela aparece el pensamiento dominante
de los señores y el fragmentario y primitivo de algunos personajes directamente, sin guiones, trabado
en la voz de un narrador que es el hilo conductor de todo el relato.
- La novela histórica con su obra El hereje.

5. LA NOVELA DE LA ESPAÑA DEMOCRÁTICA


La muerte de Franco supone la recuperación de una NORMALIZACIÓN de la literatura: Lo
más significativo es la variedad de géneros y estilos: obras más intimistas y/o realistas;
simplificación de las estructuras narrativas: se eliminan aspectos complejos, como saltos temporales
o diversos puntos de vista; recuperación del argumento: se recuperan personajes y tramas; uso de las
personas narrativas tradicionales; fusión de géneros; abandono de la intencionalidad ideológica y el
compromiso social.
Los géneros más relevantes son estos:
- Novela policiaca y de intriga. En esta tendencia podemos destacar a Eduardo Mendoza y su
serie de novelas negras humorísticas protagonizadas por un estrafalario detective (la primera
de las cuales fue El misterio de la cripta embrujada. También a Manuel Vázquez Montalbán,
autor de una serie protagonizada por el detective privado Pepe Carvalho. Otros autores son:
Arturo Pérez Reverte (La tabla de Fandes, El club Dumas o La reina del Sur), Juan Madrid
(Días contados), Antonio Muñoz Molina (Beltenebros, Plenilunio), José María Guelbenzu
(con la serie protagonizada por la jueza Mariana) y Lorenzo Silva (con la serie protagonizada
por los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro).
- Novela histórica. Obras como El hereje, de Miguel Delibes y la saga que inaugura El
capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte; La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza.
Son frecuentes las novelas históricas contextualizadas en la Guerra Civil, como la serie de
Almudena Grandes “Episodios de una guerra interminable”; Soldados de Salamina, de Javier
Cercas, Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez o la serie Falcó, de A. Pérez Reverte.
- Novela intimista en la que la reflexión cobra importancia, así como lo privado y el análisis
psicológico de los personajes. Obras representativas son: El desorden de tu nombre, de J.
José Millás o La lluvia amarilla, de J. Llamazares
- Novela de la memoria y del testimonio. La memoria de una generación y el compromiso
son los temas básicos de esta corriente en la que se encuadran novelistas como Rosa Montero
con Te trataré como a una reina, Luis Mateo Díez, con La fuente de la edad y Rafael Chirbes
con Crematorio.
- Novela culturalista: son novelas eruditas, reflexivas, con elementos intimistas y un uso
barroco del lenguaje, por lo que se dirigen a un lector minoritario. Destacan Javier Marías,
con obras como Corazón tan blanco, Álvaro Pombo con El metro de platino iridiado o Juan
Manuel de Prada con La tempestad o Las máscaras del héroe.
- La metaficción, es decir, la literatura que elige como tema la propia literatura. Es la
narración del proceso de la narración. Destacan El cuarto de atrás, de C. Martín Gaite y
Soldados de Salamina, de Javier Cercas.
- La novela sentimental y erótica, como reacción contra los tabúes del régimen franquista.
Entre ellas, destacan Las edades de Lulú, de Almudena Grandes y La regla de tres, de
Antonio Gala.
- Otra tendencia en la novela de autores más jóvenes es la de hacer una novela que trate los
problemas de la juventud urbana con una estética muy cercana a la contracultura. Destacan:
Historias del Kronen, de José Ángel Mañas, Héroes, de Ray Loriga o Amor, curiosidad,
prozac y dudas, de Lucía Etxebarría.

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