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LA NOVELA DESDE LOS AÑOS 70 A NUESTROS DÍAS

La crítica considera 1975 como el inicio de una nueva etapa de la narrativa española. Las nuevas
condiciones sociopolíticas y culturales ( la democracia, el desarrollo económico y social) se
reflejarán en la producción literaria, sobre todo, en las relaciones entre libro y mercado, y en la
expresión de una nueva mentalidad.

1. La experimentación extrema. La antinovela.

El experimentalismo llega en la década de los setenta a extremos insospechados, llegándose a


decir que la novela tradicional había muerto. Es una novela fundamentada en la técnica, que
destruye el personaje tradicional, la acción, la trama y hasta el argumento. El resultado es un
nuevo manierismo formalista, opaco por la acumulación de técnicas, que conduce a la redacción
de textos incomprensibles y al consiguiente alejamiento de los lectores.
Sólo perviven en la actualidad las novelas de un experimentalismo moderado o que realizan una
parodia del mismo con humor e ironía. De esta línea son El mercurio (1968) de José Mª
Guelbenzu, Si te dicen que caí (1973) de Juan Marsé, La saga/ fuga de J.B. (1972) de Torrente
Ballester y Escuela de Mandarines (1974) de Miguel Espinosa.

2. El neorrealismo. La novela en las últimas décadas.

2.1 El panorama general de la década de los ochenta es complejo y en él se puede destacar:

a. La publicación de obras censuradas en España (editadas en el extranjero con


anterioridad) o la reedición de textos íntegros. Se recupera, por ejemplo, la narrativa de los
exiliados.

b. Coexistencia de distintas generaciones de escritores: novelistas del realismo social


(Miguel Delibes, Camilo José Cela, Carmen Martín Gaite, El cuarto de atrás), experimentalistas
(Juan Marsé y Juan Benet) y las nuevas generaciones de escritores, que se dan a conocer
después del franquismo (Julio Llamazares, Antonio Muñoz Molina, Juan José Millás, Javier Marías,
Rosa Montero, Arturo Pérez-Reverte, Soledad Puértolas,…)

c. Expansión de los grupos editoriales y de los premios literarios que propicia la promoción
de autores y obras.

d. Incorporación de numerosas mujeres escritoras que aportan nuevos enfoques a la


literatura. Conviven escritoras de distintas generaciones desde Ana Mª Matute y Josefina Aldecoa
hasta Rosa Montero, Almudena Grandes o Dulce Chacón.

2.2. En general, los autores rechazan el experimentalismo último y vuelven a la tradición.


Sobresale la frecuente presencia de temas relacionados con la intimidad, la memoria del pasado,
la identidad personal y, sobre todo, los sentimientos. Recuperan muchos de sus procedimientos
narrativos y escriben historias que conectan con los lectores, que reclaman una historia bien
escrita, con intriga y misterio. La novela que inaugura esta nueva etapa es La verdad sobre el
caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza, novela de corte policíaco que atrae al lector. En obras
posteriores, Sin noticias de Gurb (1992), El laberinto de las aceitunas (1998) y El misterio de la
cripta embrujada (1995) parodia los tópicos de tres géneros consagrados: la novela de misterio,
la novela negra o policiaca y la novela de ciencia ficción.

Entre las características de la novela de las últimas décadas se pueden señalar:

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a. Variedad temática y estilística: los autores vuelven al intimismo o al realismo, distinto del
decimonónico o de los años cincuenta. Ahora cabe también la fantasía, el humor, las aventuras
(El maestro de esgrima, de A. Pérez Reverte o La sombra del viento de C. Ruiz Zafón), el relato
policiaco (El invierno en Lisboa de A. Muñoz Molina, El bandido doblemente armado de Soledad
Puértolas), la mitificación y el relato fantástico ( El oro de los sueños de J.M. Merino, El espíritu del
páramo de Luis Mateo Díez) la introspección psicológica ( Antes de la batalla de Lourdes Ortiz )…

b. Simplificación de estructuras narrativas: se elimina el ritmo discontinuo, las rupturas


temporales, los puntos de vista múltiples y se prefiere la estructura lineal.

c. Recuperación del argumento: los autores quieren crear y contar historias.

d. Uso de las personas narrativas tradicionales: primera y tercera, sin mezcla de ambas.

e. Resurgimiento de las novelas de género: policiacas, sentimentales, históricas, de


aventuras,…

f. Abandono de la intencionalidad ideológica y el compromiso social, si bien las hay que


recrean situaciones cotidianas y reales (Historias del Kronen, de José Ángel Mañas, Crónica de
desamor de Rosa Montero) o las hay de realismo crítico y social como las que plasman el conflicto
entre los personajes y el mundo; (La conquista del aire de Belén Gopegui, Juegos de la edad tardía
de Julio Llamazares).

g. Fusión de géneros y construcción de textos que rompen la tradición reescribiendo textos


conocidos, como La monarquía de Quim Monzó, en la que se recrea la historia de la Cenicienta.

Tres son, en resumen, los aspectos más significativos de la narrativa actual:

• El carácter aglutinador que acoge todas las tendencias, estilos y experiencias


personales.
• La individualidad creadora por lo que cada novelista busca su propio estilo y su
visión personal del mundo.
• El triunfo de la novela de género, entre ellas destaca la novela policiaca y la
histórica.

En cuanto a las tendencias dominantes y, aunque no resulta fácil discernir en la nueva narrativa
unas corrientes o escuelas definidas, sí es posible, identificar ciertas tendencias temáticas. Las
más relevantes son estas:

• Novela policiaca y de intriga. Este subgénero resurge con especial fuerza. Entre sus
cultivadores destacan Manuel Vázquez Montalbán, autor de una serie protagonizada por el
detective privado Pepe Carvalho. A esta tendencia pertenecen también algunas novelas de
Antonio Muñoz Molina, El invierno en Lisboa, Beltenebros, o Plenilunio. Sefarad ha sido
definida por el autor como "novela de novelas" y supone la recuperación de historias de
destierros y desarraigos acontecidos durante el siglo XX.
• Novela histórica. que irrumpió con fuerza tras el éxito de escritores extranjeros como
Umberto Eco (El nombre de la rosa). En esta línea están El hereje, de M. Delibes
(ambientada en los tiempos de la Inquisición), El oro de los sueños, de José María Merino
así como la saga protagonizada por el capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte, ambientada
en el Siglo de Oro. En los últimos años son frecuentes las novelas históricas contextualizadas
en épocas cercanas, especialmente en la Guerra Civil, como Soldados de Salamina (2001),
de Javier Cercas; La voz dormida (2002), de Dulce Chacón, o los relatos breves que
componen Los girasoles ciegos de Alberto Méndez.
• Novela de la reflexión íntima. Este tipo de narrativa se centra en la búsqueda personal y la
reflexión sobre la propia existencia. Obras representativas de esta tendencia son Mortal y
rosa (1975), de Francisco Umbral, sentida reflexión sobre la muerte escrita con brillante
estilo. En La lluvia amarilla (1988), Julio Llamazares narra el abandono de los pueblos a
través de un largo y emocionado monólogo.

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• Novela de la memoria y del testimonio. La memoria de una generación y el compromiso son
los temas básicos de esta corriente, en la que se encuadran novelistas como Rosa Montero,
con Te trataré como a una reina (1981), defensa de la condición femenina, y la producción
novelística de Luis Mateo Díez.
• Novela culturalista. Son novelas eruditas, reflexivas, con elementos intimistas, que se dirigen
a un público minoritario, como Javier Marías en Corazón tan blanco o Mañana en la batalla
piensa en mí; Juan Manuel de Prada, con Las máscaras del héroe, que recrea el ambiente
literario español de principios del siglo XX.

Para concluir, el término de ”posmodernidad” se ha utilizado para caracterizar la mentalidad


propia de las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI, en una sociedad gobernada por
la tecnología y los medios de comunicación.

Básicamente incluiría el rechazo de los sistemas de pensamiento anteriores y de los discursos


trascendentes, así como la consecuente desideologización, el escepticismo, el hedonismo, el
individualismo y el consumo. Esta visión ha influido en la preeminencia de la subjetividad, de la
conciencia que se pregunta sobre el mundo ( por la falta de certezas), y en la preferencia por
ciertos géneros, como las novelas históricas.

Bibliografía:
Lengua castellana y Literatura, 2 Bach, ed. Casals
Lengua y Literatura, 2 Bach, ed. Anaya
Lengua castellana y Literatura, 2 Bach. ed. Oxford

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