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PLATÓN

1. BIOGRAFÍA Y ÉPOCA

Platón ( V a.C. – IV a.C. ), nacido en una familia aristocrática con 2 tíos que formaron parte de los 30 tiranos del
gobierno ateniense instaurado en Esparta, fue uno de los 3 grandes pensadores de la antigua Grecia, junto con
Sócrates (su maestro) y Aristóteles (su alumno).

2. OBRA

Se divide en 3 periodos:

1. Periodo Socrático: trata las ideas de Sócrates, sin aportaciones propias.


2. Periodo de Transición: comienza a aportar pensamientos propios.
3. Periodo de Madurez: escribe “La República” y desarrolla sus teorías.
4. Periodo de Vejez: reescribe algunas de sus teorías porque ve que fallan.

3. INFLUENCIAS

Aunque si por algo se caracteriza Platón es por todo lo que ha influido en autores posteriores, también él se inspiró
en quienes le precedieron: los presocráticos. Según [1] Pitágoras, las matemáticas eran lo más importante, pues
creía que el mundo estaba ordenado por números. Además, seguía un pensamiento dualista (alma y cuerpo
separados), valoraba como superior al alma, y creía que se reencarnaba cuando el cuerpo moría (consideraba al
cuerpo la cárcel del alma). La aportación más relevante de [2] Anaxágoras fue que decía que hay una razón que ha
ordenado la realidad, que el mundo, por dentro, no es el caos que aparenta. Por otro lado, [3] Parménides y [4]
Heráclito, le influyeron con sus teorías contrarias. Parménides, tras enunciar 4 leyes del pensamiento de carácter
lógico, dedujo que el Ser es eterno, continuo, único e inmóvil. Sin embargo, Heráclito pensaba que la realidad fluye,
que está en permanente cambio. También destaca una de las aportaciones de los [5] Sofistas, que además de ser
partidarios de la división social del trabajo, dividen el mundo en dos partes: la Physis (naturaleza) y la Nomos
(cultura). Por último, [6] Sócrates, su maestro, criticará especialmente el relativismo cultural de los sofistas, según
el cual las cosas son de una forma u otra en función de quién las mire. Él dice que hay que adoptar definiciones
comunes y justas mediante el diálogo.

4. PENSAMIENTO

4.1. TEORÍA DE LAS IDEAS

A raíz de las opiniones opuestas entre Heráclito y Parménides, y basándose en la crítica de Sócrates hacia el
relativismo cultural de los sofistas (que hay una idea dentro de todo), Platón formula su teoría de los dos mundos
tratando de dar una respuesta intermedia al debate de los dos presocráticos. Dice que hay 2 mundos, el Ideal (el
de la razón: eterno, único, continuo, inmóvil), formado por las Ideas, y el Sensible (el de los sentidos: cambiante,
material), formado por copias imperfectas de las Ideas, moldeadas por el Demiurgo (un ser divino inventado por
Platón). Además, Platón jerarquiza las ideas, valorando mejor las que estén más alejadas del mundo sensible. Entre
ellas, destaca las 3 que coronan la pirámide en que él organizaría todas: la Justicia, la Belleza, y sobre todo, el Bien.
El Bien (lo bueno), tiene que ver con la perfección; es la idea por excelencia del mundo ideal (representada con el
Sol en el mundo sensible); es la última idea que se alcanza, a la que aspiran el resto. Inmediatamente debajo del
Bien, en un segundo nivel, y entendiendo el significado según las acepciones de la época, se encuentran La Justicia
(lo justo, que tiene que ver con el equilibrio político), y La Belleza (lo bello, que tiene que ver con la moral).

4.2. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Platón distingue 4 niveles del conocimiento humano, que agrupa en 2 fases representativas de los 2 mundos: la
Doxa, que representa el mundo sensible (la conjetura, la opinión), y la Epistéme, que representa el mundo ideal (el
conocimiento verdadero, la ciencia). Dentro de la Doxa, en nivel ascendente, se encuentran la Eikasía (el nivel de
quienes creen fielmente en el mundo de los sentidos), y el Pístis (el nivel de quienes al menos saben diferenciar
las cosas, sirviéndose de las matemáticas, aunque sea en un nivel muy simple). Dentro de la Epistéme, también en
nivel ascendente, se encuentran la Diánoia (el nivel de las matemáticas como antesala del saber, aunque se basen
en axiomas), y la Nóesis (el nivel del conocimiento dialéctico, donde se buscan los fundamentos que lo
fundamentan todo para conseguir alcanzar la idea de Bien). Platón refleja estos 4 niveles en el mito de la caverna
que cuenta en el capítulo VII de “La República”, el texto estudiado. En ella, el hombre liberado parte de la Eikasía,
la ignorancia absoluta, y asciende de niveles al tiempo que descubre el mundo exterior, contemplando finalmente
el Sol como la idea de Bien tras la Nóesis. Este proceso se conoce como dialéctica ascendente. Tras esto, el
hombre debe regresar a la cueva para sacar de su ignorancia al resto, por lo que regresa de la Epistéme a la Doxa,
recorriendo lo que se conoce como dialéctica descendente.

4.3. ANTROPOLOGÍA

Platón, influido por Pitágoras, es un claro dualista que considera superior al alma. Respecto a cómo se unieron,
Platón recurre a un mito para explicarlo: dice que el alma se encontraba en el mundo ideal, pero que en un
momento dado se cae y toma contacto con el cuerpo. Es ahí donde a causa del choque, olvida todo lo que sabía
y queda atrapada en su cuerpo. Por esta razón, cuando creemos estar aprendiendo lo que realmente hacemos es
recordar lo olvidado (teoría de la reminiscencia). Tras unirse con el cuerpo, el alma, que antes únicamente debía
ocuparse del razonamiento y del estudio, ahora debe desdoblarse en 3 funciones:

• Alma Concupiscible: Sus virtudes son la templanza y la moderación. Es mortal (producto del cuerpo) y sus deseos
son la supervivencia y la reproducción. Se representa desde el diafragma hasta los pies del cuerpo.

• Alma Irascible: Sus virtudes son la fortaleza y el valor. Es mortal (producto del cuerpo) y su deseo es el
reconocimiento de gloria, de prestigio. Se representa desde el cuello hasta el diafragma del cuerpo.

• Alma Racional: Sus virtudes son el equilibrio y la prudencia. Es inmortal (producto del alma), y como tal, carece
de otro afán que el estudio. Se representa con la cabeza del cuerpo.

Para demostrar que el alma racional es inmortal, Platón expone el argumento de la simplicidad: como la muerte
consiste en la disolución de los cuerpos divisibles, y el alma es simple (no está formada por partes, no puede
descomponerse), no puede morir, al contrario que el cuerpo.

4.4. POLÍTICA

Para introducir su programa político, con el objetivo de construir una ciudad estable en la que cada uno trabaje en
lo que sabe para servir a los demás, Platón establece un símil con el esquema ya utilizado en la antropología: divide
las clases sociales en 3 grupos (como las almas), influido por el pensamiento sofista:

• Gobernantes (alma racional): Es la clase esencial, de la que no encargará a la nobleza de sangre (como pensaba
en un principio, antes de presenciar el desastre de los 30 gobernantes de Atenas en Esparta), sino a la nobleza del
saber. Los gobernantes no tienen que tener propiedad privada, viven mantenidos por la ciudad.

• Guardianes (alma irascible): Su objetivo es defender la ciudad del exterior y en el interior. No tienen propiedad
privada, y entre quienes además de fortaleza y valor tengan interés por el saber, se elegirán a los gobernantes.

• Productores (alma concupiscible): Esta clase se divide en 2 sectores: “Producción” y “Distribución”. Su función
es nutrir de bienes a la ciudad. Lo que les motiva a seguir produciendo es que sí tienen propiedad privada, pues
su objetivo es la supervivencia individual.

Además, el Estado ideado por Platón se encargaría también de la educación (aparece la primera educación
colectiva): en principio se educa a todos los niños por igual, y si un niño se interesa especialmente por las
actividades intelectuales se le enfocará hacia un posible gobernante; si lo que quiere el niño es ganar en los juegos,
hacia un posible guardián; y si lo que le gustan son las manualidades, hacia un futuro productor. Merece una
mención especial esta idea, ya que en ella incluye también a las mujeres en el trabajo. Sin duda todo un
pensamiento revolucionario para la época, que tardaría demasiados siglos en llevarse a cabo… Platón cree que
cualquier otra organización política no funcionaría, y enuncia una lista de otros tipos de organizaciones
demostrando cómo están condenadas a nacer y a morir: Partiendo de una aristocracia en la que gobernaran los
magistrados, sus descendientes tratarían de alcanzar el prestigio de sus padres (dominio del alma irascible) a
través de aventuras militares (timocracia). Irían adquiriendo riquezas en estas aventuras (dominio del alma
concupiscible), y obteniendo un afán por incrementarlas muy alto (oligarquía). La ciudadanía se dividiría en 2
clases: ricos y pobres. Poco a poco habría más pobres y menos ricos, hasta que el gran número de pobres se
revelaría y tomaría el poder (democracia). En este sistema cobraría importancia el interés individual y habría un
exceso de libertad. El pueblo, harto del peligro que supondría esa situación, confiaría su poder a un hombre
(tiranía). Este hombre decidiría conforme a su interés personal y a sus caprichos, manteniendo en constante
movimiento a la ciudad para que no tuvieran tiempo de conspirar contra él. Finalmente, los hombres se revelarían
de nuevo e instaurarían la aristocracia. El ciclo comenzaría de nuevo.

CONCEPTOS PLATÓN

Idea: es un objeto que existe en un mundo separado del material, y se caracteriza por ser universal, eterno, único,
perfecto e inmaterial. Esta realidad ideal es la que serviría como modelo al demiurgo (inteligencia ordenadora) en
el acto de creación de la realidad material: cada cosa material imita o participa de su Idea correspondiente.

Mundo sensible: Se corresponde con la realidad material, y es el mundo que conocemos a través de los sentidos.
En este mundo no es posible llegar a la verdad, pues está sometido permanentemente al cambio. Con todo, dentro
del mundo sensible, Platón distingue dos tipos de conocimiento: imaginación, centrado en la imagen de las cosas,
su apariencia y creencia, que implicaría un conocimiento del objeto material.

Mundo inteligible: Es la realidad a la que accedemos por medio de nuestra razón, y sería el mundo de las Ideas.
Por tanto, es un mundo de verdades abstractas, y universales, en el que Platón señala otras dos formas de
conocimiento: inteligencia discursiva y ciencia o pensamiento. La primera de ellas se ocuparía de los objetos
matemáticos y serviría de preparación para el mayor conocimiento al que puede aspirar el ser humano, que
consistiría en la contemplación intelectual de las ideas.

Bien: tal y como nos lo presenta en la República, el Bien es para Platón la Idea más alta a la que puede aspirar el
ser humano, y también la más difícil de conocer, accesible solo para el sabio. El filósofo griego estima que la Idea
de Bien sería la Idea suprema, y que, similar a la luz del sol, confiere inteligibilidad al resto de Ideas, que de una
forma más o menos directa participan del Bien. Esta Idea de Bien es el objetivo último del sabio o dialéctico, y
aquel que la conozca será la persona más adecuada para gobernar.

Razón: Es para Platón la mayor capacidad de conocimiento del ser humano, y sería la encargada del conocimiento
del mundo inteligible. Es por tanto el rasgo distintivo del ser humano, y lo que nos permite llegar a la verdad, que
Platón sitúa en el mundo inteligible. El conocimiento racional será para Platón siempre superior al empírico.

Doxa: término griego que suele traducirse como opinión y hace referencia al conocimiento del mundo sensible.
La doxa sería el medio natural de los sofistas: si se trata de un conocimiento no verdadero, todo será objeto de
opinión, y el lenguaje podrá orientarse en una u otra dirección para conseguir que las cosas parezcan lo que más
pueda interesar en cada caso. En consecuencia, la doxa será un conocimiento falso, centrado en lo sensible, y
dependiente siempre de intereses ajenos a la verdad. Se divide en imaginación y creencia.

Episteme: es el conocimiento propio del mundo inteligible, por lo que es superior a la opinión y nos conduce al
descubrimiento de la verdad. La episteme, habitualmente traducido como ciencia, incluiría la inteligencia
discursiva (conocimiento de los objetos matemáticos) y el pensamiento (conocer las Ideas directamente con
nuestra razón). En consecuencia, la episteme apuntaría a la mayor abstracción que puede alcanzar el conocimiento
humano.

Universal: Es uno de los rasgos de las Ideas platónicas, quizás el más importante de ellos y consiste precisamente
en que una sola Idea sirve para comprender una pluralidad de realidades materiales, que se caracterizan
precisamente por ser concretas, particulares. Con este concepto, que Platón hereda de Sócrates, comienza una
larga búsqueda filosófica de un concepto verdadero, que no dependa de circunstancias sociales, culturales o
históricas, con el que poder comprender la realidad. La buscada universalidad es tan importante que, por ejemplo,
en la edad media se desatará la “polémica de los universales” que versa precisamente sobre la existencia o no, de
realidades universales, similares a las Ideas platónicas.

Absoluto: características de las Ideas y, en consecuencia, también de la verdad. Las Ideas no son relativas, no
dependen de un contexto social o cultural, sino que existen por sí mismas en un mundo separado del material.
Están, por así decirlo, “sueltas de” cualquier condicionante. Por ello, el sabio que logre alcanzarlas poseerá también
un conocimiento absoluto, independiente de cualquier condicionante.

Dualismo: Es una de las tesis generales del pensamiento platónico que consiste en afirmar la existencia de dos
mundos distintos, el material y el de las Ideas, estableciendo entre ambos una relación de participación e imitación.
Este dualismo defiende por tanto que el mundo material en que vivimos no es el único existente, sino que hay otra
realidad de abstracciones de la cual esta nuestra depende. Este dualismo se extiende también a la concepción
del ser humano, que para Platón es un compuesto de cuerpo (mundo material) y alma (mundo de las Ideas).

Reminiscencia: este concepto es el más importante de una de las tesis centrales de la teoría del conocimiento
platónica, y se podría entender como “recuerdo”. En el Menón, Sócrates defiende que “conocer es recordar” y que
el conocimiento implica un “reconocimiento”, es decir, un recuerdo de las Ideas que el alma conoció antes de
encarnarse en un cuerpo. Implícitamente, Platón defiende la existencia de ideas innatas a través de este concepto
de reminiscencia, pues lo que se está afirmando también es que el ser humano cuenta con conocimientos previos
a la experiencia.

Transmigración: transmisión del alma de un ser vivo a otro más allá de la muerte. Esta es una de las tesis centrales
de la antropología platónica y aparece recogida en varios de sus mitos. Con todo, no es una idea original, sino que
habría llegado hasta Platón desde las religiones órficas a través del pitagorismo. Nos encontramos así ante una de
las pocas ideas puente entre oriente y occidente. Si seguimos la descripción platónica, al morir el alma vuelve al
mundo de las Ideas si se ha llevado una vida sabia y orientada al bien. Pero si no es así, el alma pasaría a otro ser
vivo y comenzaría un ciclo de sucesivas “transmigraciones” hasta que volviera a tener la oportunidad de volver a
existir como un ser humano.

Mímesis: Concepto griego que se traduce por imitación. Desempeña un papel importante en dos terrenos de la
filosofía platónica. En primer lugar, y con caracter general, las cosas guardan con las Ideas una relación de mímesis,
pues imitan a las Ideas, son una copia material de las mismas. Por otro lado, esta misma idea de mímesis caracteriza
según Platón lo que hoy llamaríamos artes plásticas: la pintura y la escultura con una realidad de segundo nivel,
pues son una imitación de la realidad material, y en este sentido serían una copia de copia, una imitación de una
imitación.

Methexis: Platón utiliza esta palabra griega para referirse a la relación de participación que hay entre las cosas y
las Ideas. Según la methexis, las cosas participan de las Ideas, pero al ser materiales lo hacen de un modo
imperfecto. La methexis, que es un concepto clave para sostener el dualismo platónico, se va a poner en duda en
los llamados diálogos críticos, pues la participación parece entrar en contradicción con el carácter “separado” y
“absoluto” de las Ideas.

Virtud: el concepto de virtud aparece caracterizado en varios diálogos, por lo que es muy difícil dar una única
definición del mismo. Es posible encontrar al menos tres caracterizaciones, no distintas, sino complementarias:
sabiduría, purificación, armonía. El virtuoso es el sabio, aquel que empeña su vida en el conocimiento de las Ideas.
Esto nos lleva casi de un modo natural al segundo significado: la virtud implica una renuncia a los placeres
corporales en favor del cultivo del conocimiento. Y finalmente, quien haya alcanzado la sabiduría, quien conozca
el Bien, tiene necesariamente que ser alguien armónico, cuyas “almas” estén en equilibrio, cumpliendo cada cual
con la función que le corresponde.

Justicia: La justicia es la virtud fundamental de la polis y el tema central de la República. Será justa aquella polis
en la que cada cual se ocupa de aquella función para la que está mejor preparado, sea gobernante, guardián o
productor. El equilibrio de estas tres clases sociales y el hecho de que estén integradas por las personas más
adecuadas para cada una de estas tareas es lo que provoca que surja la justicia, que igualmente puede entenderse,
en el terreno ético, como un equilibrio entre las tres partes del alma que señala Platón (pensamiento, sentimientos
e institutos o impulsos).

ARISTOTELES.

TEORÍA DE LA CASUALIDAD Y CLASES DE CAMBIO.

Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de la antigüedad, desarrolló una teoría detallada sobre la
causalidad y las clases de cambio que ha tenido un impacto significativo en la filosofía. Su enfoque sistemático
busca comprender las causas y los diferentes tipos de cambios en el mundo.

1. Teoría de la Causalidad: Aristóteles identifica cuatro tipos de causas, cada una contribuyendo a explicar por
qué algo es como es:

• Causa Material: La sustancia de la que algo está hecho.


• Causa Formal: La forma o estructura que define la esencia de algo.
• Causa Eficiente: La fuente de movimiento o cambio.
• Causa Final: El propósito o fin para el cual algo existe.
Estas causas trabajan de manera conjunta para proporcionar una explicación completa de un fenómeno.

2. Clases de Cambio: Aristóteles distingue entre dos clases principales de cambio:

• Cambio Sustancial: Implica la transformación de una sustancia en otra. Este tipo de cambio afecta la
esencia misma de la cosa, como la germinación de una semilla en una planta.
• Cambio Accidental: Se refiere a alteraciones en las propiedades externas de una sustancia sin cambiar
su naturaleza esencial. Un ejemplo sería el cambio de color de una fruta madura.
3. Influencia en el Pensamiento Filosófico: La teoría de Aristóteles sobre la causalidad y las clases de cambio ha
tenido una influencia duradera en la filosofía. Muchos filósofos a lo largo de la historia han utilizado y adaptado
estas ideas para abordar cuestiones ontológicas y epistemológicas.

4. Críticas y Desarrollos Posteriores: Se pueden explorar posibles críticas a la teoría aristotélica y cómo se ha
desarrollado a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la revolución científica de los siglos XVI y XVII planteó desafíos a la
visión aristotélica del cambio y la causalidad, dando lugar a nuevas concepciones en la filosofía de la ciencia.

5. Conclusión: En resumen, la teoría de Aristóteles sobre la causalidad y las clases de cambio proporciona un
marco conceptual rico que ha influido en la filosofía durante siglos. Su enfoque sistemático ha sido objeto de
estudio, adaptación y crítica, lo que destaca su relevancia continua en el pensamiento filosófico.

TEORIA DEL CONOCIMIENTO.

Aristóteles, discípulo de Platón y uno de los filósofos más influyentes de la antigüedad, abordó la teoría del
conocimiento en su obra filosófica. Su enfoque, aunque sigue algunas ideas de Platón, también presenta
innovaciones significativas en relación con la epistemología.

1. Teoría de la Experiencia y Sensación: Aristóteles destaca la importancia de la experiencia y la sensación en el


proceso de adquirir conocimiento. Argumenta que todo conocimiento comienza con la experiencia sensorial. Las
percepciones sensoriales proporcionan la materia prima para el conocimiento.

2. Abstracción y Acto/Potencia: Aristóteles introduce el concepto de abstracción, destacando cómo la mente


puede separar y abstraer las formas y cualidades de los objetos percibidos. Además, desarrolla la noción de acto
y potencia, donde el conocimiento se mueve de la potencia a la actualidad a medida que la mente actúa sobre la
información sensorial.

3. Jerarquía de las Ciencias: Aristóteles clasifica las ciencias en una jerarquía según su grado de universalidad y
certeza. En la cima se encuentran las ciencias más generales y fundamentales, como la metafísica, que busca
conocer la realidad en su totalidad.

4. Racionalidad y Conocimiento Intelectual: Aristóteles distingue entre el conocimiento sensible y el


conocimiento intelectual. Mientras que el conocimiento sensible está vinculado a la percepción, el conocimiento
intelectual implica la capacidad de razonar y comprender las esencias y las causas de las cosas.

5. Críticas a la Teoría de las Ideas de Platón: Aristóteles critica la teoría de las Ideas de Platón, argumentando que
las formas universales existen en las cosas individuales y no en un mundo separado de las Ideas.

6. Influencia en la Epistemología Posterior: Explora la influencia de la teoría del conocimiento de Aristóteles en la


filosofía posterior, destacando cómo sus ideas han resonado a lo largo de la historia y han influido en pensadores
como Tomás de Aquino y filósofos modernos.

7. Conclusión: En resumen, la teoría del conocimiento de Aristóteles aborda la importancia de la experiencia


sensorial, la abstracción y la razón en la adquisición de conocimiento. Su enfoque ha dejado un impacto duradero
en la epistemología y sigue siendo objeto de estudio y debate en la filosofía contemporánea.

ANTROPOLOGÍA.

Aristóteles, discípulo de Platón, desarrolló una antropología que aborda la naturaleza humana, el alma y la ética en
su obra filosófica. Su enfoque antropológico influyó significativamente en la filosofía y la ética posterior.
1. Naturaleza Humana y Finalidad: Aristóteles sostiene que la naturaleza humana se realiza a través de la búsqueda
de la excelencia (arete) y el desarrollo de las virtudes. La finalidad del ser humano es alcanzar la eudaimonía, una
vida plena y feliz.

2. El Alma: Aristóteles introduce la idea del alma como la forma de un cuerpo viviente. Identifica tres tipos de
almas:

• Alma Vegetativa: Responsable de las funciones vitales básicas.


• Alma Sensitiva: Encargada de las percepciones sensoriales y las emociones.
• Alma Racional: Distinta de las otras almas, es única para los humanos y les permite razonar y pensar.
3. Desarrollo de las Virtudes: La ética aristotélica se centra en el desarrollo de las virtudes como medio para
alcanzar la excelencia moral. Aristóteles divide las virtudes en éticas y dianoéticas, relacionadas con la acción y la
razón, respectivamente.

4. Relación entre Cuerpo y Alma: Aristóteles aborda la relación entre el cuerpo y el alma, destacando la unidad
sustancial de ambos. A diferencia de Platón, no separa radicalmente el cuerpo y el alma, sino que los ve como
interconectados y mutuamente dependientes.

5. Ética de la Virtud y la Excelencia: La ética aristotélica se enfoca en la formación de hábitos virtuosos que
conducen a la excelencia moral. La virtud se encuentra en el equilibrio y la moderación, evitando los extremos.

6. Críticas y Desafíos a la Antropología Aristotélica: Considera posibles críticas a la antropología de Aristóteles,


como las que surgieron en el pensamiento medieval y moderno, y cómo estas críticas han influido en la evaluación
de su teoría antropológica.

7. Legado y Relevancia: Explora cómo las ideas antropológicas de Aristóteles han influido en la ética y la filosofía
posterior, señalando su legado y su relevancia en la discusión contemporánea sobre la naturaleza humana.

Conclusión: En resumen, la antropología de Aristóteles ofrece una visión integrada de la naturaleza humana, el
alma y la ética, centrándose en la consecución de la excelencia moral y la eudaimonía. Su enfoque ha dejado una
huella duradera en la historia de la filosofía y continúa siendo objeto de estudio y reflexión en la actualidad.

ONTOLOGÍA.

Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de la antigüedad, desarrolló una ontología que busca comprender
la naturaleza de la realidad y la existencia.

1. Sustancia como Fundamento de la Realidad: Aristóteles postula que la sustancia es el fundamento de la


realidad. Examina cómo las sustancias individuales son entidades concretas y particulares que poseen una
existencia independiente.

2. Hilemorfismo: Introduce el concepto de hilemorfismo, que sostiene que las sustancias están compuestas por
materia (hyle) y forma (morfé). Explica cómo la materia es la potencialidad para la forma, y la forma es la actualidad
de la materia.

3. Acto y Potencia: Desarrolla la noción de acto y potencia como elementos fundamentales de la realidad. La
potencia representa la capacidad de cambiar, mientras que el acto es la realización actual de esa potencia.

4. Categorías y Predicables: Aristóteles clasifica la realidad en diversas categorías, desde sustancias hasta
cualidades y relaciones. Examina cómo estos predicables describen las diferentes formas en que las cosas existen
y se relacionan.

5. Causalidad: Explora las causas como principios explicativos en la ontología aristotélica. Identifica cuatro tipos
de causas: material, formal, eficiente y final, cada una contribuyendo a la comprensión de por qué una cosa es lo
que es.

6. Metafísica: La obra "Metafísica" de Aristóteles es fundamental para su ontología. Analiza cómo en esta obra
explora cuestiones fundamentales sobre la realidad, la causalidad y la existencia.

7. Críticas y Desafíos a la Ontología Aristotélica: Considera posibles críticas y desafíos a la ontología de


Aristóteles, examinando cómo sus ideas han sido interpretadas y debatidas a lo largo de la historia.
8. Legado y Relevancia: Explora el legado de la ontología aristotélica y su relevancia en la actualidad, destacando
cómo sus conceptos han influido en la filosofía y en la comprensión de la realidad.

Conclusión: En resumen, la ontología de Aristóteles proporciona un marco conceptual para entender la realidad,
basándose en la sustancia, el hilemorfismo, el acto y la potencia, y las causas. Sus ideas han tenido un impacto
duradero en la filosofía y continúan siendo objeto de estudio y reflexión en la actualidad.

POLITICA.

Aristóteles, uno de los pensadores más influyentes de la antigüedad, desarrolló una teoría política que aborda la
organización de la sociedad, la naturaleza del poder y la búsqueda del bien común.

1. La Polis como Unidad Política: Aristóteles considera la polis como la unidad fundamental de la organización
política. Explora la relación entre el individuo y la comunidad, destacando cómo la polis es esencial para el
desarrollo de la vida ética.

2. Virtud Cívica y Ciudadanía: El pensamiento aristotélico enfatiza la importancia de la virtud cívica para el
bienestar de la polis. Examina cómo la ciudadanía activa y virtuosa es esencial para la estabilidad y prosperidad
de la comunidad política.

3. Formas de Gobierno: Aristóteles clasifica las formas de gobierno en tres categorías principales: monarquía,
aristocracia y politeia (gobierno constitucional). Analiza las virtudes y defectos de cada forma y destaca la
posibilidad de que degeneren en formas corruptas: tiranía, oligarquía y democracia desenfrenada.

4. La Política como Ciencia Práctica: Aristóteles sostiene que la política es una ciencia práctica que busca
alcanzar el bien común. Explora cómo la ética y la política están interconectadas, con el objetivo de promover la
felicidad y la realización plena de los ciudadanos.

5. La Mejor Forma de Gobierno: Aristóteles reflexiona sobre la mejor forma de gobierno, argumentando que la
politeia, o gobierno constitucional equilibrado, es preferible. Considera cómo esta forma de gobierno puede evitar
los excesos y las injusticias inherentes a otras formas.

6. La Importancia de la Educación: El pensamiento político aristotélico destaca la importancia de la educación


en la formación de ciudadanos virtuosos. Analiza cómo la educación contribuye a la creación de una sociedad
justa y equitativa.

7. Críticas y Desafíos a la Teoría Política de Aristóteles: Considera posibles críticas y desafíos a la teoría política
de Aristóteles, examinando cómo las ideas aristotélicas han sido interpretadas y debatidas a lo largo de la historia.

8. Legado y Relevancia: Explora el legado de la teoría política de Aristóteles y su relevancia en la actualidad,


destacando cómo sus ideas han influido en el pensamiento político y ético a lo largo de los siglos.

Conclusión: En resumen, la teoría política de Aristóteles ofrece una visión integral de la organización política, la
virtud cívica y la búsqueda del bien común. Su enfoque ha dejado un impacto duradero en la teoría política y ética,
y sus ideas siguen siendo objeto de estudio y reflexión en la actualidad.

CONCEPTOS.

Sustancia: es el tipo primordial de ser, de existir, el primer sentido y el más auténtico en el que utilizamos la palabra
ser. Para Aristóteles es sustancia la cosa concreta, lo más próximo a nosotros, marcando así distancias respecto
al dualismo platónico. A través del concepto de sustancia Aristóteles devuelve a la realidad material el valor que
le había quitado Platón, entendiendo que es digno de estudio y atención. En el libro V de la Metafísica, Aristóteles
distingue dos sentidos principales de la sustancia: “el sujeto último que ya no se predice de otra cosa”. Sería
entonces la sustancia el sujeto mismo, siempre que éste sea una cosa identificable, que se pueda señalar con el
dedo. En segundo lugar, es también “lo que siendo algo determinado es capaz de existencia separada” (forma).
Esto dará lugar a la distinción entre sustancia primera (cosas particulares) y sustancia segunda (forma o esencia
de las cosas).

Ciencia: Combinando diversas ideas de Aristóteles sobre la ciencia, podríamos definirla como conocimiento
universal y necesario de principios y causas. La ciencia, entonces, se encarga de lo universal, es decir, de lo que
vale para todos los casos particulares y esto marca una distancia muy grande respecto a la mera opinión, que
suele girar precisamente respecto a alguna circunstancia concreta. Igualmente, aspira a conocer los principios y
las causas, moviéndose en el terreno de la abstracción. Aristóteles distingue además tres tipos de ciencias:
teóricas, prácticas y productivas.

Metafísica: podemos tomar una definición del Libro IV de la Metafísica, donde dice Aristóteles que “hay una
ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es, y los atributos que, por sí mismo, le pertenecen”. Conviene
en todo caso advertir que esta definición sirve para lo que Aristóteles denomina “filosofía primera”, pues él no
utilizó la palabra “metafísica”, que es posterior. Esta filosofía primera sería entonces la ciencia que estudia el ser,
sus tipos, causas y significados, centrándose por tanto en la única característica compartida por todo lo que
existe: el ser. Esta filosofía primera es entonces el más universal de los saberes, pues no estudia un aspecto
particular del ser. Por ello Aristóteles la denomina “la ciencia buscada”.

Materia: la materia sería aquello de lo que está hecha la sustancia. Coincide por tanto con la causa material. La
materia es uno de los componentes necesarios para que haya sustancia: no existe sustancia sin materia, por lo
que de una forma indirecta Aristóteles está afirmando frente al desprecio platónico el valor de la misma como
objeto de conocimiento. o Forma: es la esencia de cada cosa, aquello por lo que es lo que es y no otra cosa distinta.
Esta presentación del concepto puede parecer abstracta y confusa, pero esto se debe precisamente a que la
forma no se da separada de la materia, sino precisamente unida a la misma, dando lugar así a la sustancia. Es decir,
las formas no existen separadas de las cosas, tal y como había afirmado Platón.

Potencia: es el conjunto de capacidades o posibilidades de cada realidad. Para Aristóteles, una cosa no se agota
solo en lo que es en el momento actual, sino que encierra de si un cúmulo de opciones, que pueden realizarse o
no en el futuro. Estas posibilidades existen “en potencia”. Aristóteles distinguía dos tipos de potencia: activa y
pasiva. La activa es aquella cuya realización depende de una acción emprendida por el sujeto, mientras que en la
pasiva el objeto recibe la acción. Para referirse a la potencia Aristóteles utiliza la palabra Dýnamis, que también
nos evoca el concepto de “fuerza”.

Acto: es el conjunto de cualidades del objeto que están realizadas en el momento presente. Acto es entonces
sinónimo de realización, perfeccionamiento: sería una potencia que deja de serlo para constituirse en realidad
palpable. Aristóteles utiliza dos palabras griegas que suelen traducirse como acto: energeia y entelequia. Esta
segunda nos da una pista para comprender aún mejor el concepto de acto: sería aquello que ha alcanzado su fin,
que se ha realizado en el sentido pleno de la palabra.

Causa: Aristóteles distingue cuatro sentidos en los que se puede utilizar la palabra causa. Serían los siguientes:
material, formal, eficiente y final. Él mismo va desgranando estos sentidos en el libro V de la Metafísica. Es causa
material “aquello de-lo-cual se hace algo”. Es causa formal, “la forma y el modelo, es decir, la definición de la
esencia y los géneros de esta. Por su parte es causa eficiente “aquello de donde proviene el inicio primero del
cambio y del reposo”. Y por último sería causa final el “fin, y éste es aquello para-lo-cual: por ejemplo, el del pasear
es la salud. ¿Por qué, en efecto, pasea? Contestamos: para estar sano, y al contestar de este modo pensamos que
hemos aducido la causa.”

Efecto: Es aquello que sigue a la causa, el resultado de la interacción de los cuatro tipos de causa que distingue
Aristóteles y que acabamos de describir.

Teleología: es una de las ideas centrales de la biología Aristóteles, con ramificaciones en la metafísica, la ética y la
política. Este concepto hace alusión a la finalidad que, según Aristóteles, sería inherente a todo ser vivo. Todo en
la naturaleza tiende a alcanzar un fin, por eso denomina entelequia al ser vivo ya adulto, maduro, que ha alcanzado
todas sus potencialidades. La idea se aplica después a la ética y la política: la primera es una reflexión sobre el fin
último de la vida humana, que no es otro que la felicidad. Igualmente la política ha de centrarse en su fin específico
que es la felicidad dentro de la polis.

Lugar natural: es el espacio propio, particular de cada objeto y es uno de los conceptos centrales de la física
aristotélica. Para el pensador griego, lo natural es el reposo y cualquier movimiento implica que se aplique una
fuerza: el movimiento es antinatural, va asociado a una cierta violencia. Todos los cuerpos que reciben un impulso
tienden, antes o después, a buscar su lugar natural. Esto nos da una imagen de la naturaleza basada en el reposo,
por lo que la física debe ocuparse de explicar el movimiento. Concepción opuesta a la que dominará en la física
moderna: el principio de inercia nos recuerda que “lo natural” sería el movimiento y que nada está en reposo si no
hay una fuerza que lo atrae (la gravedad).
Inducción: es un tipo de razonamiento que va de lo particular a lo general. Aristóteles le daba mucho valor pues
el conocimiento por inducción requiere de la participación de los sentidos para elaborar las experiencias
particulares y poder alcanzar un conocimiento universal. Hay que tener en cuenta todos los trabajos biológicos
llevados a cabo por Aristóteles, que tienen precisamente un carácter inductivo. Igualmente, la inducción aparece
también en sus escritos de ética y política que en muchas ocasiones se refieren a casos particulares que nos
sirven de trampolín para reflexiones de un carácter mucho más general.

Deducción: es un tipo de razonamiento que opera con principios generales, a partir de los cuales podemos extraer
nuevos conocimientos, sea combinándolos con otros principios generales o con datos extraídos de la experiencia.
La deducción tiene una presencia muy importante en todos los escritos lógicos de Aristóteles, y es el motor
principal del silogismo y todas las conclusiones que extrajo el pensador griego alrededor del mismo.

Abstracción: esta palabra resume el proceso de conocimiento del ser humano, tal y como lo concibe Aristóteles.
La abstracción es la formación de conceptos que nos sirven para comprender y explicar mejor la realidad. Estos
conceptos han de ser tan generales como sea posible, para que de esta forma tengan más capacidad explicativa.
El conocimiento parte siempre de lo particular, pero los objetos “imprimen” su forma en el entendimiento del
sujeto que se encarga después de construir los conceptos correspondientes. El conocimiento humano es
abstracción, pero esto no implica dejar de lado la experiencia empírica que es el punto de partida para la misma.
Igualmente, las ideas abstractas de la filosofía aristotélica tienen sentido en la medida en que nos sirven para
comprender las cosas. Si no es así, han de verse sometidas a la misma crítica que el estagirita formuló contra las
Ideas de Platón.

Alma: principio de actividad. El concepto de alma en Aristóteles está muy influenciado por sus escritos biológicos
y llegó a diferenciar tres tipos de alma, fijándose precisamente en el tipo de funciones que van asociadas a cada
una de ellas: vegetativa, sensitiva y racional.

Monismo: teoría aristotélica que se enfrenta al dualismo de Platón, especialmente dentro de la antropología. Para
el maestro de Aristóteles, el ser humano era un compuesto de dos fuerzas en lucha: cuerpo y alma. Con el monismo,
el estagirita afirma que no hay separación entre alma y cuerpo, que estas no son dos sustancias, sino una sola,
pues no hay ser humano sin cuerpo ni alma. La unión de ambos, materia y forma, es lo que da lugar al ser humano,
por lo que hemos de huir de cualquier clase de dualismo. Se trata por tanto de una explicación más realista del
ser humano y que compromete por otro lado la posibilidad de la inmortalidad del alma.

Felicidad: Aristóteles nos ofrece una definición sencilla de felicidad, que sería la “actividad del alma dirigida por la
virtud”. Obrar bien nos hace felices, viene a decirnos Aristóteles. Posteriormente, continúa su reflexión
completando esta primera aproximación, y concretando la felicidad en una vida guiada por la virtud, centrada en
el logos y acompañada de los suficientes bienes externos (salud, posesiones indispensables, etc).

Virtud: “disposición permanente a obrar bien, tal y como haría el hombre prudente”. Esta expresión de Ética a
Nicómaco ya nos dice que la virtud consiste en el hábito de hacer el bien, poniéndonos la prudencia como uno de
los mejores ejemplos. Esta concepción de la virtud como hábito se completa en la misma obra con alusiones al
término medio: el virtuoso acierta al elegir el término medio, un punto que no es geométrico, sino ético, ajustado
a las circunstancias que rodean cada caso. Cuando se acierta una y otra vez en las decisiones y acciones de la
vida cotidiana, decimos que hemos alcanzado la virtud.

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