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ACTIVIDADES PROPIEDADES DEL TEXTO II

7. Corrige este texto para que no haya tantas repeticiones.


El empleado no le dejó entrar. El empleado de la discoteca ya les había mirado
mal antes y por eso Juan estaba seguro de que no les dejaría entrar. Y efectivamente no
les dejó entrar. Juan iba con su grupo de amigos y algunos habían bebido más de la
cuenta. Habían estado antes en un bar, en el bar había una promoción y regalaban una
copa por cada copa que pedías. Acabaron bebiendo demasiado. Por eso tenían sus
amigos tenían mal aspecto y el empleado de la discoteca no les dejaba entrar. Juan no
había bebido nada aunque había una promoción en el bar de la esquina porque tenía que
conducir y llevar a sus amigos a casa. Juan había dicho a sus amigos que no bebieran
tanto o el empleado no les dejaría entrar en la discoteca. Juan pensó que como mínimo
sus amigos podían dejar de cantar a gritos, así quizá no fuese tan evidente que iban un
poco borrachos y el empleado no les miraría tan mal. Se volvieron a casa antes de la
hora planeada porque no les dejaron entrar en la discoteca y no sabían qué más hacer.
Por el camino de vuelta a casa, en el coche de Juan, Juan y sus amigos estuvieron
insultando al empleado aunque Juan pensaba que el empleado tenía razón porque sus
amigos habían bebido mucho.

8. Corrige este texto para que no haya tantas repeticiones.


Pedro y Juan eran dos amigos. Eran amigos desde la infancia. Juan y Pedro no
se separaban casi nunca, iban siempre juntos, pero eran muy distintos. Eran diferentes
físicamente y también eran diferentes en el carácter. Las diferencias no eran obstáculo
para su amistad. Juan era alto y delgado. Pedro era bajo y le sobraban algunos kilos.
Pedro decía que no estaba gordo, que estaba fuerte y Juan decía que él sí que estaba
fuerte y además no le colgaba la barriga. Juan era moreno, llevaba el pelo corto y tenía
los rasgos de la cara muy marcados, casi afilados. Pedro tenía el pelo rizado, más rubio
y más largo. La cara de Pedro era redonda y con los mofletes salidos y redondos. Juan
siempre se reía, aunque cuando estaba deprimido podía estar días sin hablar casi con
nadie. Pedro estaba serio y observaba su alrededor. Pedro animaba a Juan cuando Juan
tenía un mal día. Pedro trabajaba en una empresa grande y tenía una novia desde hacía
años. Juan era muy diferente. Cambiaba mucho de trabajo y de novia, decía que
le gustaban los cambios, que necesitaba cosas diferentes o se aburría. Juan no estaba
nunca quieto. Pedro decía a Juan que debía parar y pensar en su vida. Juan se reía y
terminaban abrazados hablando de otros amigos en un banco del paseo.
9. Convierte todas estas secuencias en un texto cohesionado (haz todas las
transformaciones que consideres oportunas)
Las turistas estaban preocupadas
Las turistas iban en coche
El coche tenía poca gasolina
La gasolina no parecía suficiente
Las turistas miraban el mapa
Las turistas no encontraban en el mapa ninguna indicación
Las turistas no tenían suficiente luz para ver bien el mapa
Era invierno
Hacía mucho frío
Las turistas hablaban entre ellas y se reían
Las turistas estaban preocupadas
Apareció un policía
Las turistas se asustaron mucho
Las turistas dieron un grito
Las turistas se fueron sintiendo cada vez mejor
Una de las turistas preguntó al policía
El policía no contestó
El policía las miró
El policía les pidió los pasaportes.
El policía les contestó.
La gasolinera estaba a un par de millas al otro lado de la frontera
Las turistas necesitaban dinero del país para comprarlas
Las turistas le preguntaron al policía qué podían hacer
El policía se encogió de hombros
10. Reconoce y clasifica los elementos deícticos del siguiente texto (personales,
espaciales o temporales). Luego señala si son anafóricos o catafóricos.

PAN Y CINE
No se puede vivir sin comida, claro. ¿Y sin fábulas? Quizá tampoco. Los periódicos
llevan hablando con auténtica alarma de la huelga de guionistas que comenzó el lunes
pasado en EE UU. Se refieren a ella como si fuera a provocar la falta de un producto
esencial para la vida cotidiana. Algunos, para explicar su magnitud, recuerdan la de
1988, que duró 22 semanas y costó a la industria norteamericana 350 millones de euros.
La actual podría duplicar esa cifra. Pero los números siempre esconden, o disimulan, un
pánico moral. ¿Qué ocurriría si esa panda de locos -los guionistas- se pasaran un año sin
inventar historias? ¿En qué nos afectaría a usted y a mí? ¿Será verdad que esta gente, al
urdir los argumentos de las series de televisión, escribe también, sin que seamos
conscientes de ello, el argumento de nuestra vida?
¿Es imaginable un mundo sin ficción? Definitivamente, no. Somos tan hijos de la carne
y de la sangre como de las “caperucitas rojas”, de las “blancanieves”, de las madrastras,
de los pulgarcitos, de los gatos con botas, pero también de las “madames bovarys” y de
las anas ozores y de los raskolnikofs y de los batlebys, por no hablar de los soprano y de
los fraziers, de los seinfelds, o de los doctores houses. Desde que el mundo es mundo,
mientras unos amasan el pan que comemos por la mañana, otros urden las historias que
devoramos por la noche. Estamos hechos de pan y de novelas. El problema no son,
pues, los millones de euros que podría perder la industria, sino las disfunciones que en
el cuerpo social provocaría un desplome brusco de la ficción. Imaginen un mundo sin
cine, sin novelas, sin cómics, si series de televisión, sin culebrones; sólo realidad a palo
seco, o sucedáneos de las fábulas como los que nos sirven los políticos. Ese señor tan
raro que se acuesta cuando usted se levanta es guionista. Un respeto.
Juan José Millás, El País, 9 de noviembre de 2007

11. Pon en el orden correcto y contesta.


La explicación más habitual de la fascinación de los británicos por la
meteorología es que es muy cambiante.
En conclusión, “estos hallazgos demuestran que somos realmente una nación
obsesionada por nuestro clima”, declaró uno de los autores del sondeo.
Los británicos pasan, en promedio, el equivalente a seis meses de su vida
hablando del tiempo, según una encuesta publicada el viernes.
Este tema de conversación sale más a menudo que el trabajo, la televisión o los
cotilleos.
a. ¿Era coherente el texto como estaba anteriormente? ¿Por qué?
b. Señala su tema.
c. Busca en el texto sinónimos de:
• meteorología • sondeo
d. Señala palabras que se repitan para dar cohesión.
e. Busca algún marcador o conector y señala su valor.

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