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TEMA 2.

EL DINÁSTICO TEMPRANO (I-II) Y EL REINO ANTIGUO (III – VI)

2.1. La unificación de Egipto: Dinástico Temprano o Dinastías Tinitas: dinastías I-II (3100-
2700 a.C.).

2.2. El Reino Antiguo (2700 – 2150 a.C., dinastías III – VI)

Con el nombre de Predinástico se conoce la época anterior a la unificación del Antiguo Egipto. En
este periodo se establecieron las convenciones artísticas y se pusieron los fundamentos políticos que
estructuraron posteriormente el Egipto faraónico. Es la época de los primeros asentamientos con
características urbanas (ej. Thinis, Hieracómpolis).

Dinastía 0: desestimada durante años por los egiptólogos. Enterrada en Abydos. A esta dinastía
pertenecería el así llamado Rey Escorpión (¿figura legendaria o real?), cuyo nombre figura en una
maza ceremonial encontrada en Hieracómpolis. La representación parece sugerir la existencia de un
proto-reino del valle (corona del Alto Egipto)  Maza del Rey Escorpión.

2.1. La unificación de Egipto. Dinástico Temprano o Dinastías Tinitas: dinastías I-II (3100-
2700 a.C.)

Durante el Dinástico Temprano es cuando se produce la unificación de las “dos tierras” de Egipto
(es decir, el Alto y el Bajo Egipto). Según Manetón, este acontecimiento habría ocurrido hacia 3180
a.C. Este periodo se conoce también como “Periodo Tinita” por la ciudad que dio origen a las
dinastías (I-II). La capital del reino se encontraba en Menfis.

Si bien en el Periodo Tinita Egipto estaba ya unificado, no puede considerarse todavía en esta fase
un reino totalmente centralizado, ya que los monarcas no tenían el control absoluto del Valle. Sin
embargo, fue ahora cuando se logró una cierta estabilidad que permitió la fundamentación de la
realeza: en esta fase se crearon títulos protocolarios como “las Dos Tierras” o alusiones
administrativas a “El Doble País”. También, se fue gestionando el conjunto de epítetos de los reyes.
En primer lugar, aparece el nombre de Horus, seguidamente el nombre de nebti, o de las “dos
Damas”, una alusión a las diosas buitre Nekhbet (Egipto Meridional, Alto Egipto), y cobra Wadjet
(Egipto Septentrional, Bajo Egipto), protectoras del territorio.

Los faraones de la I Dinastía fueron enterrados en Abydos. Abydos


estaba cerca de Thinis. Las sepulturas subsidiarias de los servidores
reales (en ataúdes de madera) revelan la posibilidad de sacrificios
humanos ¿herencia tribal africana?

Según Manetón fue Menes el unificador e instaurador de la I Dinastía y


el fundador de Menfis. Se identifica con Nar-Mer; probablemente luchó
por la unificación del país y por su pacificación. Sucesivamente, hubo
otros 6 o 7 monarcas de quienes se conoce poco más que su nombre.

Fuentes para la I Dinastía: Piedra de Palermo, Manetón, Paleta de Nar-Mer.

Paleta de Nar-Mer: encontrada en Hieracómpolis, hoy en el Museo del Cairo. Paleta cosmética con
función ceremonial-votiva. Es realizada en una placa de esquisto verde entallada que presenta bajo -
relieves en las dos caras. En el anverso figura el faraón llevando la corona del Alto Egipto. En el
reverso, el mismo faraón (su serej aparece en la parte alta, entre las representaciones de las diosas
Bat), lleva la corona del Bajo Egipto.
II Dinastía

Enterrada en Saqqara. La necrópolis de Saqqara, cerca de Menfis, tiene varios tipos de


enterramientos: los pertenecientes a la realeza (II dinastía), a la nobleza (I y II dinastía) y los
pertenecientes a los servidores cercanos al entorno cortesano. Los faraones están enterrados en
mastabas (de la palabra árabe que significa “banco”), edificios de sencillas líneas formados por una
superestructura a modo de túmulo regular, al principio de adobe, luego con piedras. En este cuerpo
compacto se abría una capilla funeraria y una pequeña cámara en donde se situaba n una o varias
esculturas del difunto a modo de su doble (ka). Un pozo vertical comunicaba la superestructura con
el subsuelo en el cual estaba la cámara funeraria con el correspondiente sarcófago.

Sociedad y Estado

A lo largo de las dinastías tinitas se perfeccionó un sistema de gobierno y se hicieron esfuerzos para
demonstrar los beneficios de una autoridad central, justificando el control sobre los dos países como
el resultado de una intervención de los dioses. Los nombres de Horus asociados a los faraones
servían para dar prueba de la trascendencia del dios a la monarquía. En esta fase, los cultos
fundamentales ya estaban constituidos, estando atestiguados tanto el culto a Horus, “el Rey Vivo”,
como lo de Osiris, “el Rey Muerto”.

Otro ritual que aparece ya asentado es lo del Jubileo Sagrado (Sed), rito de rejuvenecimiento del
monarca que en principio tenía lugar el año 30 de su reinado. La función simbólica de esta
celebración era la de la renovación del poder, de la energía y de la capacidad del rey para gobernar
de forma efectiva. A través de este ceremonial, el monarca demostraba su vitalidad, tal vez como
fórmula para evitar la inmolación ritual que probablemente tenía lugar en tiempos anteriores. Es
posible que ya existiera el cargo de visir. Se documentan relaciones comerciales con Nubia (oro);
expediciones al Mar Rojo y a la Península del Sinaí (cobre y turquesas). Se reciben tributos desde
Libia

2.2. El Reino Antiguo (2700 – 2150 a.C., dinastías III – VI)

La capital durante el Reino Antiguo fue en Menfis. El “Reino Antiguo” se considera “el tiempo de
las pirámides” por excelencia. La justificación principal con la que contamos para diferencias el
Dinástico Temprano del Reino Antiguo radica en los grandes proyectos constructivos organizados
por el Estado. Fuentes para el conocimiento de esta etapa: Piedra de Palermo, Textos de las
Pirámides, Enseñanzas, Anales de Saqqara sur. Enseñanzas: conjunto de máximas de tipo
moralizante. Son testimonios de las ideas de la clase dirigente.

III Dinastía

Explotación directa de las minas de cobre del Sinaí. El faraón Djoser


construyó la pirámide escalonada de Saqqara (Imhotep fue el arquitecto,
una figura con un papel quizás similar al que será lo de los visires de
épocas posteriores), el primer edificio monumental construido totalmente
en piedra. También a el se atribuye la primera estatua de un faraón con
tamaño real. Antes de Djoser la piedra sólo se había utilizado en un
número limitado de elementos de las tumbas de adobe. El cuerpo del rey
fue depositado en una cámara construida por debajo de la pirámide, por
debajo del nivel del suelo. La pirámide escalonada fue adoptada como
norma para las tumbas reales, pero ninguna de las que los sucesores de Djoser planearon llegó a
terminarse, probablemente a raíz de la brevedad de sus reinados. Desde la III dinastía se atestigua la
figura del visir.
IV Dinastía

Snefru: ordenó construir la primera pirámide de planta romboidal, que sería imitada a partir de
entonces y se convertirá en la tumba característica de los faraones. No se sabe si fue realmente el
primero de una nueva dinastía, o si bien hay continuidad entre la III y la IV dinastía. Quizás el
criterio que Manetón eligió para esta división fue la presencia de cambios arquitectónicos.

A la actividad constructiva se acompañaron expediciones comerciales hacia Nubia (Oro) y Canáan


(madera). “Esnefer” significa “hacer bello”.

Khufu, Khafra y Menkauré (Keops, Kefrén y Micerino para Herodoto) construyeron asimismo
sus propias pirámides en Gizeh, las más conocidas de la cultura egipcia.

Khufu: de él tenemos una imagen que lo acerca a la figura de


un déspota, un personaje de poco escrúpulo. No se sabe si la
Esfinge se tiene que atribuir a él (y si es él quien representa) o a
su sucesor Khafra (Kefrén).Pirámide de Khufu. La cámara
funeraria está situada, de forma inusual, en el corazón del
edificio, y no a nivel del suelo o bajo tierra. El cuerpo del rey y
todo su ajuar fueron depredados y han desaparecido.

Khafra: no fue el sucesor inmediato, pero era hijo de Khufu


(Keops). Puede que la Esfinge represente su imagen. La Esfinge
simboliza la fusión del monarca, tras la muerte, con el dios
Atum, el dios alfarero que da forma a los hombres. La pirámide
de Kefrén es la segunda más grande de Egipto, pero gracias a su
emplazamiento en un terreno ligeramente elevado, parece del
mismo tamaño que la de Keops. Delante de la Esfinge hay un
edificio con planta inusual interpretado como templo solar.

Menakura: no fue el sucesor inmediato. Fue autor de la tercera


pirámide de Gizeh, quizás para legitimar su posición en la
dinastía. Su pirámide es la más pequeña, pero aquí la atención a
los detalles es máxima: el revestimiento (hoy en parte perdido)
era de granito rojo y piedra calcárea. La muerte del rey tuvo que
ser repentina porque algunas estatuas del rey presentan diferentes grados de acabado, lo que indica
que su confección se paró de golpe.

Las pirámides

En Egipto se creía que el monarca había sido elegido y aprobado por los dioses y que, tras su
muerte, pasaba a acompañarlos. Su papel no terminaba con su muerte, si no que continuaba, y por
eso era necesario salvaguardar su posición. Esta idea quedó reflejada en la monumentalidad de sus
sepulturas.
El número de personas empleadas en la construcción de las pirámides es asombroso (extracción,
transporte, construcción, logística, suministros de comida y agua). La construcción de las pirámides
supuso unos cambios en la organización del país, ya que ahora se tenían que mantener los
trabajadores y también había que suplir la labor de quienes habían dejado de colaborar en la
producción de alimentos. Así se ampliaron los terrenos cultivados y el país entero se organizó de
manera más eficaz para recaudar impuestos, con los grandes centros que se convirtieron en capitales
de distritos.
Aumentó el número de funcionarios, quienes eran remunerados con el usufructo de tierra real. En
teoría, esta tierra revertía al rey después que el funcionario cesara con el cargo. Cada pirámide era el
centro de un culto del rey fallecido, que se suponía debió continuar (ej. presentación de ofrendas).

V Dinastía

Se produce un cambio que se queda reflejado en los “Cuentos del Papiro Westcar”, redactados
durante la Dinastía XII y conservados en una copia de la Dinastía XV. La Dinastía V nace
probablemente de una rama colateral de la familia real de la Dinastía IV. Para justificar este cambio,
los cuentos del Papiro Westcar se refieren a una filiación divina de los reyes, hijos de Radjedet y del
propio dios Ra. Según este documento, Radjedet, esposa de un sacerdote del dios Ra, se unió al dios
sol y parió tres trillizos. Estos niños estaban destinados a remplazar a los descendientes de Keops en
el trono de Egipto. Durante este periodo, el clero de Heliópolis (dios Ra) parece tener una situación
privilegiada; levantamiento de templos solares; doctrina heliopolitana. Se llevan a cabo
expediciones comerciales al país del Punt, al Sinaí, Nubia y a las costas del Líbano.

Al final de la dinastía cambian las costumbres funerarias. La pirámide del último faraón, Unas,
contiene el primer testimonio de los Textos de las Pirámides, los que mejor nos informan sobre la
religión funeraria del Reino Antiguo. Los Textos de las Pirámides son extensas colecciones de
preces o conjuros con notables referencias mitológicas, transmitidos por tradición oral desde los
tiempos remotos predinásticos y de los que es posible pensar que en su momento se integraron
como libro sagrado para uso de los sacerdotes. A partir del faraón Unas se encuentran inscritos en
las paredes de la cámara funeraria o en otras zonas del interior del edificio.

VI Dinastía

El primer rey de la dinastía es yerno del monarca anterior, lo que supone una ruptura en la dinastía
que justifica el cambio. En esta etapa crece el papel de las élites sociales y el poder se descentraliza.
La nobleza de las provincias (nomos) se concentra en manos de las mismas familias, que disponen
cada vez de mayores poderes y gozan de mayores privilegios. El poder económico de la casa
reinante se debilita; la figura del rey deja de ser intocable hasta el punto que los textos mencionan
conjuras (sin éxitos) contra los faraones (Pepi I) instigadas por sus esposas. El sistema fiscal se
queda al borde del colapso.

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