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BASES CONSTITUCIONALES Y PROTECCION DE LOS DERECHOS HUMANOS

Tradicionalmente el Sistema Penal se lo piensa integrado, desde el punto de vista normativo, por
el derecho constitucional, el derecho penal, derecho procesal penal y el derecho penitenciario.
Desde el punto de vista funcional, el Sistema Penal es entendido como un medio de evitar la
violencia social (o minimizarla), de proteger a la sociedad del conflicto y preservar los intereses
y bienes jurídicos más preciados de los seres humanos.
Ese control social ejercido a través del derecho penal y reconocido como tal, debe y puede ser
ejercido eficazmente sin lesionar los derechos humanos que los sujetos a él sometidos
directamente o indirectamente, pues estos son los ciudadanos que gozan de las garantías
establecidas para someterse a ese control social.
Repercusiones en el Derecho Penal Sustantivo
El Derecho Penal como forma de control social, entra en función y adquiere razón de ser cuando
se prohíbe a los miembros de la sociedad, desviar su conducta, y reaccionar directamente contra
la conducta agraviada. Siendo el Estado el único competente para enjuiciar conductas tipificadas
como ilícitos, aplicar las sanciones correspondientes y ejecutar las penas por medio del Órgano
Administrativo o Judicial encargado para ello.
El Derecho Penal moderno informado por ideas humanistas y democráticos ha postulado el
principio de “mínima intervención” el cual propone al Sistema Penal como un último reducto del
Control Social y sea la extrema reacción de la que se puede y se debe valer el Estado, para
prevenir, controlar y sancionar las conductas ilícitas.
Este es un postulado del Derecho Penal de mucha importancia pues lleva implícita la idea de ser
más respetuosos de los derechos humanos, al pretender reducir la intervención en los conflictos
innecesarios que pueden tener otra alternativa y lograr un importante descongestionamiento
penitenciario.
Repercusiones en el Derecho Penal Adjetivo.
En el proceso penal es donde se manifiesta si un Sistema Judicial es consustancial y respetuoso
de los Derechos Humanos, dado que el ciudadano que es llevado a juicio debe contar con las
garantías constitucionales de un debido proceso y sólo puede ser declarado culpable después de
un proceso tramitado con arreglo a esas garantías.
El imputado se ve amparado en el juicio por el Principio de Culpabilidad (NULLA POENA
SINE CULPA) que significa que la pena sólo puede fundarse en la constatación de que puede
reprochársele el hecho de que se le imputa y del Principio de Inocencia, conforme al cual ese
imputado de un ilícito penal debe ser considerado inocente mientras no exista sentencia
condenatoria firme en su contra.
Ésta última y otras garantías básicas se encuentran consagradas en instrumentos internacionales
entre los cuales cabe destacar La Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de
San José de Costa Rica) de cual Honduras es parte.
La Libertad durante el Proceso Penal
El hombre necesita su libertad para desenvolverse plenamente, siendo la libertad la esencia de
todo ser humano, por tanto, él requiere para su autodeterminación individual, la preservación y
respetado de cierta esfera de intangibilidad para que el valor contenido en el derecho libertad no
se le desfigure en su contenido esencial por intervención del Estado o particulares.
Consecuente con el derecho a la libertad personal, el ciudadano debe contar con la defensa del
ordenamiento jurídico frente a la intervención del Estado en el proceso penal, asegurándole todas
las garantías procesales para su detención, determinación de plazos máximos de incomunicación,
medios para su defensa, etc., pues nadie puede ser privado de su libertad si no es con la
observación de determinados requisitos previamente fijados en la Constitución y la Ley.
Es en el proceso penal donde más se lesiona el derecho a la libertad, algunas veces
innecesariamente y cuando ya no es pertinente para los fines del proceso, podemos definir la
prisión preventiva, como la privación de libertad ordenada antes de la existencia de sentencia
firme, por el tribunal competente, basada en el peligro de fuga para pretender evadir el juicio oral
o en el peligro de poder obstaculizar la averiguación de la verdad.
La prisión preventiva debe verse como la excepción y no como la regla en el proceso, esto debe
entenderse así precisamente por que el proceso penal trata de que la persecución se desarrolle
dentro del respeto a los derechos humanos, para esto deben existir mecanismos que garanticen
que se respetará el debido proceso, cuando se decrete encarcelamiento ya sea preventivo o en
cumplimiento de una pena privativa de libertad, si no es así, tendríamos un Estado
Las garantías representan las seguridades que se otorgan para impedir que el goce efectivo de
esos derechos sea conculcado por el ejercicio del poder estatal, ya en forma de limitación de ese
poder o de remedio específico para repelerlo (Ej. CN: Art. 94).
En este sentido puede decirse que ningún habitante de la nación puede ser penado sin juicio
previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o
sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado
a declarar contra si mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente.
Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable
(Arts. 82,84,88,89,90,94,95,99 de la Constitución de Honduras).
Defensa En Juicio. Artículo 82 Constitucional.
Se puede sostener que la inviolabilidad de la defensa en juicio es la garantía procesal más
genérica e intensa de la Constitución, constituye el centro del sistema de garantías
constitucionales.
Está directamente vinculado y apuntalada por el juicio previo y el juez natural (Arts. 82, 90 y 94
CR), constelación de garantías que configuran el debido proceso legal.
El art. 82 de la Constitución declara enfáticamente que es inviolable la defensa en juicio. Se
refiere a la defensa de la persona y de los derechos, comprendiendo no sólo el procedimiento
penal, sino también el extra pena (civil, laboral, administrativo), aunque existen mayores
exigencias para el procedimiento penal que para los demás, en razón de la mayor importancia
política del proceso penal que actúa un derecho sancionador.
La inviolabilidad de la defensa en juicio se le garantiza a toda persona que hace valer
suspretensiones ante un tribunal de la República, sea que lo realice como actor penal o civil actor
penal privado, querellante particular, o como demandado civilmente o
acusado penalmente.
El actor penal público (Ministerio Público) actúa por expropiación
de los derechos de la víctima del delito de acción penal pública y sometido a las reglas propias
del organismo estatal (Ley Orgánica del Ministerio Público), por lo que susfacultades y deberes
no se identifican con los que surgen constitucionalmente para el
particular (parte privada) en juicio.
Defensa en Juicio
Cláusula constitucional se refiere a la defensa en el juicio, es decir que presupone el proceso
regular y legal en el cual no puede condenarse a quien no ha sido oído.
En ese proceso ante el juez natural está en juego la defensa de la persona y de los derechos, lo
que comprende tanto la que proviene directamente del sometido a proceso (activa o pasivamente)
como la de su asistente jurídico.
Ello se concretiza a través de diversas manifestaciones del derecho de defensa en juicio, que
pueden exponerse del siguiente modo:
Derecho de intervención en juicio: se trata de la posibilidad sin restricciones de comparecer
ante el tribunal, por parte de cualquier habitante de la nación o persona jurídica, para hacer valer
sus derechos como pretendiente activo o pasivo, directamente o por representación legítima:
actor y demandado (acusado).
Garantía de Audiencia ante el Tribunal: es el derecho a que se provean las condiciones para
ser oído como presupuesto de toda privación de un derecho constitucionalmente reconocido
(condena): nadie puede ser condenado sin ser oído.
El derecho a ser oído tiene como contrapartida la prohibición de imponer una declaración en
contra de sí mismo: nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; por otra parte,
presupone rodear la actividad de una serie de exigencias que la posibiliten plenamente:
Prueba de las cuestionen planteadas: Como consecuencia del derecho a alegar que poseen,
todas las partes deben tener también la posibilidad de acreditar los extremos fácticos que el
Tribunal habrá de asumir en el juicio para la aplicación del derecho, esto es la fijación de los
hechos que el Tribunal estima acreditados por las partes en el debate.

DEFENSA MATERIAL Y DEFENSA TECNICA


Defensa Materia: Es la que realiza el propio imputado; es por ello que se establece que la
naturaleza jurídica de la declaración del imputado, es la ser un medio de defensa.
Defensa o Asistencia técnica: Es el derecho de las partes de hacerse asesorar durante el juicio
por asistentes técnicos, mediante el patrocinio letrado y de los peritos consejeros o controladores.
El defensor cumple una función técnica en favor de las pretensiones de su cliente y a la vez una
función política al legitimar el procedimiento oficial que no objeta desde su condición de
profesional del derecho no dependiente del estado que gozada de la confianza del imputado, a
quien debe su lealtad profesional.
Debido Proceso Legal
El artículo 90 de la Constitución consagra el principio - derecho al debido proceso, al preceptuar:
“Nadie puede ser Juzgado sino por Juez o Tribunal Competente con las formalidades, derechos y
garantías que la ley establece”.
Para la concurrencia de este Principio – Derecho, es necesario que en el proceso de cualquier
naturaleza que sea, esté presente: 1- Juez natural, 2-Juicio Previo, 3- Trámite ante el Tribunal
previamente establecido y legalmente constituido, 4- Respeto de las Formalidades procesales
establecidas, 5- Aplicación de las leyes que antes del caso en contienda sean vigentes.
JUEZ NATURAL
 La segunda cláusula del art.90 de la Constitución sienta el principio que se conoce por “juez
natural” “juez propio”, o “tribunal propio” . Expresa que ningún ciudadano puede ser sacado de
los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa, prohibiendo en forma particular que
alguien sea “juzgado por comisiones especiales” directamente vinculado a los principios de
organización judicial, especialmente en lo concerniente a la imparcialidad,independencia e
integración del tribunal.
Lo que realmente se prohíbe son los jueces ex post facto, cualquiera que sea la cuestión y la
persona sometida a juzgamiento; ésta prohibición rige para todos los procesos y durante toda su
tramitación.
Es una garantía resultante de la exigencia de que para cada causa y para cada perseguido
judicialmente solo debe haber UN Tribunal, con competencia determinada de antemano, objetiva
e imparcial.
El ciudadano es retirado de sus jueces naturales cuando se le someta a juicio ante un juez
nombrado sin observancia de la Constitución y las leyes, o que se mantenga como juez de la
causa, no obstante deba apartarse. Lo que se impone es el tribunal permanente aunque se
sustituyan los jueces que lo personifican, y el tribunal competente aunque su integración puede
ser modificada.
Juicio Previo
Enfoque procesal: la Constitución mediante el artículo 95 impone otra garantía específica al
principio de legalidad material (nulle poena sine lege), en cuanto somete a los Tribunales a la
obediencia de la ley procesal para aplicar la ley sustantiva, y no al criterio de los individuos que
ejercen actos de gobierno en nombre de la ley.
El acceso a la solución jurisdiccional del conflicto social no es disponible por las partes ni por el
Tribunal; tampoco el legislador puede imponer cualquier sistema de enjuiciamiento penal, sino
uno que se compadezca con el diseño constitucional de enjuiciamiento penal.
Esto implica la necesidad de una ley del Estado que lo establezca y el deber de los órganos
legislativos competentes de dictar una ley adecuada para llevarlo a cabo, organizando la
administración de justicia penal y estableciendo el procedimiento penal que los órganos públicos
de persecución y de decisión deberán observar para cumplir su cometido.
Enfoque cronológico: la sucesión cronológica de los diversos elementos que contiene la fórmula
del juicio previo, y conservando la terminología de la Constitución, aparece de la manera
siguiente:
La ley del congreso que prevé y sanciona el hecho descripto en abstracto;
El hecho concreto que es captado (típico) por la ley y que provoca el proceso.
El proceso que contenga la imputación o atribución responsable de ese hecho concreto y la
audiencia del perseguido; prueba, juicio y sentencia.
La sentencia condenatoria conclusiva de ese proceso que fije los hechos que el tribunal estima
acreditados y actúe en derecho;
La ejecución de la pena impuesta en esa sentencia condenatoria una vez que haya quedado
firme.
Esta es la contención que, organizada secuencialmente, limita el desfogue del poder punitivo del
estado contra una persona, mediante un vallado de protección.
Esta secuencia, enfocada como proceso, se combina con el resto de las garantías, como requisitos
constitucionales previos a la eventual condena, sólo así se está enfrente a lo que se conoce por
“debido proceso” o ”debido proceso legal” (nulla poena sine processu).
In Dubio Pro Reo
La exigencia de que la sentencia de condena y, por ende, la aplicación de una pena, sólo puede
estar fundada en la certeza del tribunal que falla acerca de la existencia de un hecho punible
atribuido al acusado, así como su participación en el mismo.
Precisamente, la falta de certeza representa la imposibilidad de los agentes estatales de destruir la
situación de inocencia construida por la Constitución que ampara al imputado, razón por la cual
ella conduce a la absolución.
Cualquier otra posición del Tribunal respecto de la verdad, la duda o aún la probabilidad,
impiden la condena y desembocan en la absolución. Por tanto, debe probarse más allá de toda
duda razonable.
Non Bis In Idem. Artículo 95 Constitucional.
No dos veces sobre lo mismo, es decir, ninguna persona puede ser perseguida penalmente más de
una vez por el mismo hecho. Ésta garantía limita el poder de persecución y de juzgamiento,
autolimitándose el Estado, prohibiendo el constituyente al legislador y demás poderes estatales la
persecución penal múltiple, y consecuentemente, que exista un plural juzgamiento. Exige tres
aspectos de análisis:
Identidad personal.- Sólo protege a la persona individual que ya ha sido o está siendo
perseguida penalmente por quién está facultado para hacerlo. Se trata de una garantía individual.
Por lo tanto, sólo ampara a la persona que, perseguida penalmente, haya o no recaído sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada, vuelve a ser perseguida en otro procedimiento penal, que
tiene como objeto la imputación del mismo hecho.
La identidad física de la persona perseguida penalmente en varios procesos es, pues, una
condición necesaria para evitar una persecución nueva, cuando la anterior ya ha terminado o se
inicia una nueva durante la tramitación de otra a un mismo tiempo.
Identidad objetiva.- Para que la regla funcione y produzca su efecto impeditivo característico,
la imputación tiene que ser idéntica, y la imputación es idéntica cuando tiene por objeto el
mismo comportamiento atribuido a la misma persona (identidad de objeto - eadem res). Se trata
de la identidad fáctica, con prescindencia de la calificación legal (nomen iuris) atribuida.
No cuenta el hecho de que, en el primer procedimiento, no se agotara el conocimiento posible,
pudiendo agotarse. La identidad se refiere al comportamiento y, eventualmente, a su resultado,
como acontecimiento histórico.
Basta, entonces, que ese acontecimiento sea el mismo históricamente, en el proceso anterior y en
el posterior, aunque las circunstancias imputadas o conocidas en el segundo sean más o distintas
de las conocidas en el primero.
Identidad de causa.- Aquí no se trata de una "identidad", ni tan siquiera de una comparación,
como en las exigencias anteriores, sino, de delinear ciertos límites racionales al funcionamiento
de este principio, en el sentido de permitir la múltiple persecución penal de una misma persona
por un mismo hecho, cuando la primera persecución, o una de ellas, no haya podido arribar a una
decisión de mérito o no haya podido examinar la imputación (objeto de ambos procesos) desde
todos los puntos de vista jurídico-penales que merece, debido a obstáculos jurídicos; es decir,
cuando una regla jurídica impide agotar el caso, bien inhibiendo la sentencia de mérito, o
impidiendo unificar procesalmente la pretensión punitiva.
Se trata de de reconocer excepciones a la aplicación de la regla, cuando están presentes las
identidades requeridas por ella (eadem persona -eadem res). Significa que estos casos
constituyen un permiso excepcional del orden jurídico, para perseguir más de una vez, a una
misma persona y por un mismo hecho que transgrede normas legales cuyo juzgamiento no se
agotan en un único juez, un único juicio, por existir vicios u obstáculos que jurídicamente
impiden conocer plenamente todos los costados penalmente relevantes, debido a obstáculos
jurídicos. 
Ej: Un hecho constituye delito y también puede ser visto como una contravención susceptible de
juzgamiento por la autoridad administrativa; o cuando concurren formalmente dos infracciones a
la ley penal perseguibles de distinto modo (acción pública y acción privada) que son con
procedimientos distintos.

FINES Y PRINCIPIOS DEL PROCESO PENAL HONDUREÑO


El artículo 8 del Código Procesal Penal establece que la finalidad del Proceso Penal, es la
realización pronta y efectiva de la justicia penal.
De lo anterior se desprende que el fin del proceso, es buscar la verdad real o material, es decir,
que fue lo que realmente aconteció.
Esto implica que los fines del proceso son:
1-Condenar al verdadero culpable, y con ello, combatir la criminalidad.
2-Evitar que se condene a una persona inocente, garantizándole el debido proceso legal, para
limitar el jus puniendi del Estado.
PRINCIPIOS DEL PROCESO
PRINCIPIOS RELATIVOS A LAS PARTES:
a-Dualidad de Posiciones
b-Contradicción y defensa.
c-Igualdad

PRINCIPIOS DEL PROCESO PENAL EN SI:


a-Legalidad Penal y Garantía Jurisdiccional (Principio de Necesidad, obligatoriedad del Estado
de perseguir y castigar todos los delitos)
b-El Debido Proceso
c-El Principio Acusatorio
d-El Principio de Oportunidad Reglada
e-Investigación oficial
F-Prueba Libre (presunción de estado de inocencia)
g-Motivación de las sentencias.
PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO
a-Necesidad de la forma procedimental
b-La forma de los actos procedimentales (oralidad y escritura) art. 310 CPP. Art. 311 CPP
C-Principio de Concentración. art. 306 CPP.
d-El Principio de Inmediación. Art. 306 y Suspensión (312) cpp
e-Publicidad. Art. 308 CPP.
F-Inmediación art- (306).
LOS SUJETOS PROCESALES
1-EL JUEZ ( Juzgados y Tribunales)
2-El MINISTERIO PUBLICO
3-EL IMPUTADO/ DEFENSOR
4-LA VICTIMA/ ACUSADOR PRIVADO
DE LA JURISDICCION
Art. 54 DE LA JURISDICCION PENAL.
ARTICULOS DEL 54 AL 91 CPP.
EL MINISTERIO PUBLICO
ART. 92 FUNCION DEL MP-
ART. 93- PRNCIPIO DE OBJETIVIDAD
ART-94- ILEGALIDAD DE LAS PRUEBAS
EL ACUSADOR PRIVADO
ART. 16 Y 17 CPP.
ART. 96- EL ACUSADOR PRIVADO Y LOS DELITOS DE ACCION PUBLICA.
ART. 97-PROPOSICION DE ACTUACIONES POR EL ACUSADOR PRIVADO.
ART. 98-REPRESENTACION DE LA VICTIMA POR UNA ASOCIACION.
ART- 100- SEPARACION Y ABANDONO DE LA ACCION PRIVADA.
DEL IMPUTADO
ART. 101- EL IMPUTADO Y SUS DERECHOS
ART. 103-IDENTIDAD FISICA DEL IMPUTADO Y EL PROCESO.
ART. 107- EXAMENES CORPORALES Y EXTRACCION DE MUESTRAS
ART- 108- REBELDIA DEL IMPUTADO
ART. 109- EFECTOS DE LA REBELDIA
ART. 110- PRESENTACION VOLUNTARIA DEL REBELDE.
LOS DEFENSORES
ART. 112- NOMBRAMIENTO DEL DEFENSOR Y ACEPTACION
ART- 113- EFECTOS DE LA ACEPTACION
ART. 116-SUSTITUCION DEL DEFENSOR
ART. 117- RENUNCIA DEL DEFENSOR
ART. 118- ABANDONO DE LA DEFENSA. DEFENSOR EMERGENTE.
ART. DEFENSOR PUBLICO Y DE OFICIO
ART. 120-DEFENSOR COMUN
ART. 121. NUMERO DE DEFENSORES
ART. 122. DEFENSOR SUSTITUTO
ART. 123. ASISTENTES NO LETRADOS
ART. 124. CONSULTORES TECNICOS.
DE LA CLASIFICACIÓN Y EJERCICIO DE LAS ACCIONES PENALES
Clasificación de las Acciones Penales
“Las acciones penales son públicas y privadas.” (Art. 24 CPP)
Se entiende por acción judicial en sentido amplio, aquel derecho subjetivo deducido en juicio y
puesto en movimiento por medio de una demanda o una querella, según el caso.
En derecho civil el derecho de acción se ejercita por quien tiene un derecho de carácter subjetivo
y se encuentra legitimado activamente para hacer la reclamación contra otro por medio de la
demanda.
En derecho penal el derecho de acción nace de la violación de la ley penal y esa violación da
derecho al ofendido por el ilícito a poner en movimiento el aparato jurisdiccional del Estado para
el castigo del culpable.
Es un principio del derecho penal que de todo delito o falta nace acción penal para la sanción del
culpable, y la acción civil para las restituciones, reparaciones o indemnizaciones.
Concepto de Acción Penal.-
Existen muchas definiciones del término acción, no obstante y de acuerdo con Gimeno Sendra
se dice que “el derecho de acción penal es un derecho fundamental que asiste a todos los sujetos
de derecho, y se ejercita mediante la puesta en conocimiento del órgano investigador de una
noticia criminis, haciendo surgir en éste la obligación de dictar una resolución motivada y
fundada sobre su admisión a trámite o su desestimación.
Se puede decir entonces que originariamente tienen acción penal todas aquellas personas
directamente ofendidas por la infracción, quienes la ejercen desde el momento en que se
presentan ante el Ministerio Público o ante una dependencia de la Policía Nacional a poner en
conocimiento la noticia criminis, es a partir de este momento, que el Ministerio Público en
nombre de la sociedad se convierte en titular de la acción penal quien tiene la obligación
ineludible de ejercitarla ante los tribunales de justicia.
La Acción Penal como Derecho Fundamental.-
El derecho de acción penal es un verdadero derecho fundamental previsto y consagrado en el
artículo 82 de la Constitución de la República, el cual establece en su párrafo segundo que los
habitantes de la República tienen libre acceso a los tribunales para ejercitar las acciones en la
forma que señalan las leyes.
Mediante este derecho fundamental del libre acceso a los tribunales, los ciudadanos pueden hacer
uso de la acción penal y obtener de aquellos una resolución motivada, fundada en derecho,
congruente a la petición.
Por ser un derecho fundamental, el derecho de acción conlleva importantes consecuencias
prácticas. La más significativa es la que, su infracción abre las puertas al recurso de amparo, que
puede ser interpuesto por aquellas personas que no estando de acuerdo con lo resuelto por el
tribunal en cuanto no se les concedió el derecho a ejercitar la acción penal, por habérseles
cerrado el paso desde el inicio del procedimiento por una inadmisión indebida de la querella,
recurso que también puede ser interpuesto por el Ministerio Público en nombre de la sociedad
según lo ha estimado la Corte Suprema de Justicia, según reiterada jurisprudencia sentada en
varios fallos.
Acciones Penales Públicas. -
Las acciones penales públicas son aquellas que se derivan o se originan de infracciones de
carácter público, denominadas así porque la infracción al bien jurídicamente tutelado es de
interés común, es decir no solamente interesa a las personas directamente lesionadas por la
infracción sino también a toda la sociedad.
Por lo anterior, las acciones penales de orden público, en un inicio pueden ser ejercitadas por
cualquier ciudadano para el solo efecto de poner en conocimiento del Ministerio Público la
noticia criminis, a partir de ese momento, su ejercicio corresponderá a éste órgano (MP), o la
persona o las personas directamente ofendidas.
De acuerdo con el presente Código, las acciones públicas se dividen en acciones públicas de
ejercicio público y las acciones públicas de ejercicio particular.
Las primeras son aquellas derivadas de delitos que por su naturaleza y el impacto social que
producen en la comunidad no pueden ser ignorados, de donde se deriva que el Ministerio Público
puede ejercer la acción con la sola noticia de la comisión de los mismos obtenida por cualquier
medio, ya sea por delación de un particular, por la noticia difundida por un medio de
comunicación, o incluso una llamada de carácter anónima.
Las segundas son aquellas que se derivan en la comisión de delitos que no obstante ser de
carácter público, el impacto social que producen es menor con relación a los señalados
anteriormente. El bien jurídico tutelado puede ser el mismo que se protege en los delitos de
acción pública de ejercicio público, pero el daño producido en los mismos es de menor
intensidad, por esta razón el Ministerio Público solamente podrá ejercer la acción penal si el
directamente ofendido lo solicita, de ellas se ocupa el artículo 26 del CPP.
Acciones Penales Privadas.-
Las acciones penales privadas son aquellas que se derivan de infracciones penales de naturaleza
privada, es decir, ante la comisión de una infracción de este carácter solamente el directamente
ofendido puede poner en movimiento el aparato jurisdiccional.
Por regla general, las acciones de orden privado se derivan de delitos que afectan el honor y la
honra de las personas, es decir, se trata de hechos que por su naturaleza solamente interesan a los
directamente ofendidos.
Ejercicio de la Acción Pública.-
“El ejercicio de la acción pública le corresponderá al Ministerio Público, el cual podrá proceder
de oficio o a instancia de parte interesada. En los asuntos de su competencia, tal acción será
ejercitada por la Procuraduría General de la República, sin perjuicio de la intervención del
Ministerio Público. También podrá ser ejercitada por las víctimas del delito, en su caso. Serán
perseguibles de oficio por el Ministerio Público, todos los delitos, excepto los comprendidos en
los artículos 26 y 27 de éste Código.” (Art. 25 CPP)
De acuerdo a lo expresado en este precepto en relación con el ejercicio de la acción penal
pública, rige en el sistema procesal penal hondureño los principios de oficialidad no exclusiva, y
el principio de oportunidad o de discrecionalidad.
El principio de oficialidad no exclusiva, consiste en que el ejercicio de la acción penal se le
confía a un órgano independiente, objetivo e imparcial, distinto de los tribunales de justicia, en el
caso de nuestro es el Ministerio Público, pero no en forma exclusiva, pudiendo la víctima, en el
sentido que le da el artículo 17, ejercer la acción penal al constituirse en querellante particular
según lo expuesto en ese precepto y en el 16 del presente Código.
El principio de oficialidad no exclusiva de las acciones penales se contrapone el principio de
oficialidad exclusiva o de monopolio de la acción penal, como ocurre en otros países como por
ejemplo Estados Unidos, en el cual se le niega a los particulares el ejercicio de la acción penal
pública.
Este principio se funda en el hecho de que, los particulares ofendidos por ser partes interesadas
no tienen objetividad, y al ejercer la acción penal no lo harán para salvaguardar la legalidad, sino
que por motivaciones no acordes a la justicia, el deseo de venganza por una parte, o bien la
obtención de una indemnización.
Ejercicio de la Acción Pública.-
No obstante, el Ministerio Público por ser un ente estatal, dotado de autonomía funcional,
además de objetivo e imparcial, perseguirá el delito y al delincuente alejado de aquellas
motivaciones.
El sistema seguido por nuestro Código, parece ser el más adecuado para un país como Honduras,
pues no se puede excluir del ejercicio de la acción penal de manera absoluta a la víctima, ya que
es sabido que el órgano estatal, que por regla general se encuentra recargado de trabajo, no le es
posible perseguir la totalidad de los delitos que se cometen, y por ende no pondrá en la
persecución de los mismos, el mismo empeño que la víctima, de ahí la necesidad de que la
víctima colabore con el Ministerio Público ejerciendo ella por su cuenta la acción penal pública.
Dicho todo lo anterior, de conformidad a lo establecido por este artículo 25, son titulares del
ejercicio de la acción penal pública, el Ministerio Público en todos los delitos, excepto en los
señalados en el artículo 27; las víctimas, en aquellos delitos de orden público cuando sean
ofendidos, y la Procuraduría General de la República en los asuntos de su competencia.
El Ministerio Público.-
Es el representante de la sociedad, por ende le corresponde representar, defender y proteger los
intereses generales de la misma; colabora y vela por la pronta, recta y eficaz administración de
justicia, especialmente en el ámbito penal.
La misión de este órgano es de velar por la legalidad, por esta razón el ejercicio de la acción
penal pública implica para el mismo, más que un derecho una obligación, nos encontramos ante
un derecho-deber, y esto es lo que de acuerdo con Gimeno Sendra, diferencia el derecho de
acción de los particulares con el del Ministerio Público; mientras la víctima tiene el derecho de
acusar, aquel órgano tiene además de la obligación de acusar, deberá hacerlo de acuerdo al
principio de objetividad, no como un “acusador a ultranza”.
La Procuraduría General de la República.-
Este órgano por ser el representante del Estado, deberá ejercer la acción penal pública cuando el
Estado resulte directamente ofendido. De conformidad a lo establecido por el artículo 230 de la
Constitución, la Procuraduría General de la República (PGR) deberá ejercer las acciones civiles
y criminales que resultaren de las intervenciones fiscalizadoras de la Contraloría General de la
República, exceptuando aquellas que tengan relación con las Municipalidades.
En la Práctica, el Ministerio Público, y la PGR, han firmado un convenio, mediante el cual se
acordó que el ejercicio de la acción penal corresponderá al Ministerio Público, y la PGR,
únicamente se persona como coadyuvante.
Las Víctimas.-
De acuerdo con el artículo 16, la víctima de una infracción penal tiene el derecho de constituirse
en acusador privado o en querellante particular, y así intervenir como parte en el proceso de
conformidad a lo que establece el presente Código. El artículo 17 ya comentado se encarga de
establecer a quienes se debe considerar como víctimas, resulta así que son víctimas las personas
físicas y las personas jurídicas.
Forma de Ejercitar la Acción por el Ministerio Público.-
De acuerdo con el artículo 25 del CPP, el órgano estatal de persecución penal, podrá proceder de
oficio o a instancia de parte interesada. Procede de oficio cuando ejerce la acción sin ser
requerido para ello, basta que tenga conocimiento de la perpetración de un hecho de apariencia
delictiva para que ponga en movimiento todo el mecanismo investigador. Lo anterior es producto
de la obligación que le impone su ley orgánica.
La segunda manera de proceder, se da cuando es requerido por la víctima de la infracción, tal es
el caso de los delitos señalados en el artículo 26, en este caso no es necesario que el requirente
constituya en parte, basta con que ponga en conocimiento la noticia criminis, para que el
Ministerio Público ejercite la acción penal.
Acciones Públicas Dependientes de Instancia Particular.-
“Los siguientes delitos sólo podrán ser perseguidos por el Ministerio Público a instancia de la
víctima:
1) Las lesiones leves, las menos graves y las culposas;
2) Las amenazas;
3) El estupro, el incesto, el rapto, los abusos deshonestos, cuando la víctima sea mayor de
catorce años. Antes de esta edad el delito será perseguible de oficio por el Ministerio
Público;
4) El hurto de bienes cuyo valor no exceda de diez veces el salario mínimo más bajo vigente
en la región del país en que se haya cometido el delito;
5) La estafa y otros fraudes, excepto cuando el sujeto pasivo sea el Estado, en cuyo caso la
acción puede ser ejercida igualmente por la Procuraduría General de la República;
6) La usurpación;
7) Los daños; y
8) Los relativos a la propiedad intelectual o industrial y a los derechos de autor, excepto por
lo establecido en el artículo 26-A.
De los casos determinados en los numerales 1) y 2) se exceptúan los de violencia intra familiar,
definidos en el Código Penal, que podrán ser perseguidos por el Ministerio Público sin que
preceda instancia de la víctima. Con todo, el Ministerio Público ejercitará la acción penal sin
necesidad de requerimiento de parte interesada, cuando el delito haya sido cometido contra un
menor o incapaz. Formalizada la acusación, el desistimiento de la víctima no impedirá que
continúe el proceso.” (Art. 26 CPP)
Acciones Públicas Dependientes de Instancia Particular.-
En este precepto se regula la manera de ejercitar la acción penal por parte del Ministerio Público,
respecto a aquellas infracciones que si bien es cierto son de carácter público, el impacto social de
las mismas es de menor importancia que las demás infracciones, por lo general se trata de delitos
leves en los que se aprecia un grado de antijuricidad menor.
Es importante recordar que el Ministerio Público tiene entre sus atribuciones, la de presentar
querellas y formalizar acusación en representación de los menores que habiendo sido sujetos
pasivos de delitos de acción privada, no recibieren la protección de la justicia por negligencia, o
pobreza de sus padres o representante legales.
Delitos Perseguibles Sólo por Acción Privada.-
“Sólo serán perseguibles por acción de la víctima los delitos siguientes:
Los relativos al honor;
La violación de secretos, su revelación y el chantaje;
La estafa consistente en el libramiento de cheques sin la suficiente provisión.” (Art. 27 CPP).
Este artículo establece las infracciones que solamente pueden ser perseguidos por la acción
privada de la víctima, en donde por lo general la sociedad como tal no tiene nada que ver, por lo
tanto el agravio causado sólo afecta a la víctima.

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