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SALA CIVIL SEGUNDA

Expediente Nº LP-129-06-S
AUTO SUPREMO Nº 53 Sucre, 04 de agosto de 2009
DISTRITO: La Paz Proceso: Ordinario Civil
Partes: Ursic Motors Ltda. c/ Banco de la nación de la Argentina
MINISTRO RELATOR: Dr. Julio Ortiz Linares

VISTOS: El recurso de casación de fs. 521 a 528 vlta., interpuesto por José Antonio Ursic
Versalovic por sí y en representación de URSIC MOTORS Ltda y Davor Juan Ursic
Versalovic, contra el Auto de Vista (Resolución) Nº 135/06 de fs. 500-501 pronunciado por
la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, dentro del
proceso ordinario de revisión de proceso ejecutivo y pago de daños y perjuicios seguido por
Banco de la Nación Argentina contra URSIC MOTORS Ltda. Y Otros; la respuesta de fs.
531 a 533, el auto concesorio del recurso de fs. 533 vlta., los antecedentes procesales, y

CONSIDERANDO I: Que, tramitada la causa, el Juez Undécimo de Partido en lo Civil de


la ciudad de La Paz, en 21 de julio de 2004, pronunció la Sentencia Nº 306/2004 de fs. 461
a 464 vlta., por la que declara improbada la demanda de fs. 191 a 202, con costas.

Apelada la sentencia por José Antonio Ursic, por sí y en representación de URSIC


MOTORS Ltda y Davor Ursic, la Sala Civil Segunda de la Corte Superior de La Paz, por
Auto de Vista Nº 135/06 de fs. 500-501 de 18 de abril de 2006, la confirma, con costas.

Esta resolución dio lugar al recurso de casación en el fondo que nos ocupa, en el que se
acusa: 1) La violación del art 1319 del Código Civil por no aplicarse la cosa juzgada
material y formal, puesto que probaron legalmente que por Auto de Vista Nº 40/95, dictado
en un primer proceso ejecutivo, se estableció de manera clara y contundente que el único
acreedor legítimo para cobrar la obligación contenida en la Escritura Pública 32/79 de fs.
362 a 372 es el Banco de la Nación Argentina de Nueva York; 2) La violación del art. 7
Inc. a) de la Constitución Política del Estado y/o la seguridad jurídica, con relación al art.
1319 y otras normas del Código Civil, porque no se han respetado las decisiones judiciales
de cosa juzgada material y formal contenidas en el citado Auto de Vista Nº 40/95; 3) La
violación del art. 1360-I con relación al art. 1319 del Código Civil, porque no se tomó en
cuenta que en el presente caso la hipoteca se encuentra registrada a nombre del acreedor
legítimo, el Banco de la Nación Argentina Sucursal Nueva York y que el citado Banco
jamás ejercitó el derecho de cobro (del crédito otorgado); 4) La violación del art. 519 con
relación al art. 1319, ambos del Código Civil, la Sala Civil II de la Corte Superior de La
Paz ya definió que el legítimo acreedor para cobrar las obligaciones contenidas en la
Escritura Pública Nº 32/79 era el Banco de la Nación Argentina Sucursal Nueva York y que
dicho fallo adquirió la calidad de cosa juzgada material, porque ya tenía la formal mediante
resolución emitida por el Juez Segundo de Partido en lo Civil, y que al dictarse el auto de
vista de fs. 500-501 se consintió el cobro de una obligación por un acreedor que no es el
titular violando el principio de legalidad, el derecho a la seguridad jurídica y la cosa
juzgada formal y material del Auto de Vista Nº 40/95 dictado en un primer juicio ejecutivo.

Finaliza solicitando se le conceda el recurso ante este Tribunal Supremo, se case el auto de
vista de fs. 500-501 y se declare probada su demanda de fs. 199 a 202, manteniendo
subsistente la cosa juzgada formal y material del Auto de Vista Nro. 40/95 de fs. 322 a 325
de obrados y nulo y sin valor legal alguno el segundo proceso ejecutivo y, sobretodo, el
Auto de Vista Nº 108/2000 de fs. 425.
CONSIDERANDO II: Que antes de ingresar al análisis de fondo de recurso de casación, en
primer término es pertinente realizar las siguientes puntualizaciones:

1.- En primer término, de manera breve, diremos que las excepciones son, según lo ha
establecido la doctrina, formas de defensa que puede adoptar el demandado frente a las
pretensiones del demandante sea para dilatar o enervar la pretensión demandada; de ahí que
se distinguen dos clases: las previas, dilatorias o procesales y las perentorias o de fondo.

Las primeras se denominan previas, dilatorias o procesales, porque con su oposición se


pretende afectar la relación procesal en sí, impedir su desarrollo normal y el
pronunciamiento sobre el fondo de la pretensión demandada; en otras palabras, impiden
entrar a resolver el fondo de la causa por la inexistencia de alguno o algunos de los
presupuestos procesales que condicionan la admisibilidad del proceso, no atacan el derecho
sustancial demandado.

Las segundas, es decir la perentorias, atacan el fondo de la demandada y tienden a destruir


el fundamento de derecho de la pretensión que se demanda.

2.- En segundo lugar, refiriéndonos a la cosa juzgada, diremos que ésta se da, de acuerdo
con la doctrina, cuando se han agotado todos los recursos ordinarios y extraordinarios que
concede la ley para impugnar una decisión judicial definitiva (sentencia) o cuando han
transcurrido los términos para hacerlo y no se lo hizo, en otros términos cuando la
resolución se ha ejecutoriado. Su fundamento es la necesidad de certeza y seguridad
jurídica; su finalidad, la paz social, evitando que las contiendas se prolonguen
indefinidamente y que sobre el mismo conflicto recaigan resoluciones contrarias o
contradictorias, creando un ambiente de incertidumbre e inseguridad jurídica.

Asimismo, la doctrina ha establecido que la cosa juzgada toma dos formas o cumple doble
función, así la cosa juzgada formal y la cosa juzgada material o sustancial. La cosa juzgada
formal produce la inmutabilidad de lo resuelto intra proceso, es decir, que dentro del mismo
proceso no puede volver a discutirse una cuestión que ya obtuvo decisión por parte del juez
de la causa; sin embargo, queda abierta la posibilidad de que pueda ser revisada en nuevo
proceso. En tanto que la cosa juzgada material o sustancial, determina la inmutabilidad e
inimpugnabilidad de la sentencia no sólo dentro del mismo proceso, sino también, respecto
a cualquier otro posterior; dicho de otra manera, lo resuelto en un proceso no podrá ser
revisado en ningún otro proceso posterior, porque tiene fuerza vinculante para todo proceso
futuro sobre el mismo objeto, por la misma causa y entre las mismas personas.

CONSIDERANDO III: Hechas las consideraciones anteriores y en base a ellas,


corresponde ingresar al análisis y compulsa de los fundamentos expuestos en el recurso de
casación que nos ocupa y de los antecedentes cursantes en el cuaderno procesal, dejando
claramente establecido que el fundamento principal del recurso de casación se refiere a la
violación del art. 1319 del Código Civil, relativo a la cosa juzgada, y de otras normas pero
siempre en relación al precitado art. 1319. En ese contexto, tenemos:

En un primer proceso ejecutivo seguido por el Banco de la Nación Argentina,

representado por el Gerente de su Agencia de la ciudad de La Paz, Ricardo Marcial


Cabrera, contra la empresa Ursic Motors Ltda. y Otros, persiguiendo el cobro de la suma de
$us. 700.000.-, se pronunció sentencia por la que se declaró probada la demanda e
improbadas las excepciones opuestas por los ejecutados, entre ellas la de impersonería de la
entidad ejecutante. Apelada dicha sentencia, el tribunal de apelación, mediante Auto de
Vista Nº 40/95 la revocó en forma total y declaró probadas las excepciones de falta de
personería en el ejecutante y en el representante del ejecutante; no habiéndose emitido
resolución alguna sobre el fondo del proceso ejecutivo.

En casación, el recurso interpuesto por la entidad ejecutante fue declarado improcedente.

Posteriormente, en febrero de 1998, la entidad ejecutante, esta vez representada por Juan
Jorge Barcelona e Iván Arana Bustillos, en virtud a nuevo poder otorgado por el Presidente
del Banco de la Nación Argentina con sede en Buenos Aires-Argentina, inició nueva
demanda ejecutiva contra la misma empresa Ursic Motors Ltda. y Otros (fs. 63-65 y
aclaración de fs. 78) persiguiendo el cobro de la misma obligación y sobre la base del
mismo documento de crédito. Notificados los ejecutados con el Auto Intimatorio,
interponen nuevamente las excepciones de falta de personería, de cosa juzgada y de
prescripción, luego de lo cual y tramitadas que fueron aquéllas, el juez de la causa emitió
sentencia por la que se declaró improbada la demanda, probada la excepción de falta de
personería e improbadas las demás excepciones (fs. 124-126). En apelación, formulada por
ambas partes, la sentencia es revocada en parte por Auto de Vista Nº 108/2000 y,
resolviendo en el fondo, se declaró probada la demanda ejecutiva e improbada la excepción
de falta de personería opuesta por la parte demandada, confirmando la sentencia en cuanto
a las demás excepciones opuestas (fs. 166-167). Esta resolución dio lugar a que los
ejecutados inicien proceso ordinario cuyo recurso de casación ahora nos ocupa,
demandando la revisión del fallo pronunciado en este segundo proceso ejecutivo, siendo
uno de los principales fundamentos argüidos, el hecho de que en el Auto de Vista Nº 40/95,
pronunciado en el primer proceso ejecutivo, quedó definido que el titular del derecho
perseguido es el Banco de la Nación Argentina - Sucursal Nueva York, fallo que tiene la
calidad de cosa juzgada por tener carácter inimpugnable.

Ahora bien, es cierto que existió un primer juicio ejecutivo en el que en resolución se
declaró probada la excepción de impersonería en la entidad demandante como en su
representante, pero no es menos cierto que al haberse resuelto sólo lo que hace a la
excepción de impersonería opuesta por los ejecutados, tal decisorio no adquiere ni puede
adquirir la calidad de cosa juzgada formal y material, en razón de que sólo se decidió sobre
un aspecto meramente formal o procesal, como es la capacidad legal de la entidad
ejecutante y de su representante para intervenir en el caso concreto que nos ocupa, falta
procesal que de hecho es subsanable.

No se trata entonces de una sentencia definitiva que haya resuelto el fondo del proceso, que
es la única resolución que puede adquirir la calidad de cosa juzgada, de ahí que fue el
mismo Auto de Vista Nº 40/95, de 3 de febrero de 1995, que se ocupó de dejar claramente
establecido que "la falta de personería en el ejecutante o en sus representantes, por carecer
de capacidad civil para estar en juicio o de representación suficiente, no ataca al título
ejecutivo sino a la personería de quien lo presente a juicio por no ser titular del derecho que
reclama, o por carecer de representación suficiente quien lo hace a nombre de otro".

Asimismo debemos recordar que el art. 338 del Código de Procedimiento Civil, referido al
trámite y resolución de las excepciones, en su parágrafo II claramente establece que "La
resolución que declare probadas las excepciones previstas por los incisos 7,8,9,10 y 11 del
mismo artículo, tendrán el carácter de sentencia" de cuya inteligencia se infiere, como se
tiene dicho antes, que la resolución de las excepciones previstas en los incisos 1 al 6 de la
citada norma, entre ellas la de impersonería, no constituyen sentencia y, por tanto, no puede
adquirir la calidad de cosa juzgada porque no se refieren al fondo de la demanda interpuesta
sino solamente un aspecto procesal subsanable.
Es más, hay que tomar en cuenta que de hecho ni siquiera la sentencia de fondo dictada en
juicio ejecutivo, que defina sobre la pretensión misma del ejecutante, adquiere la calidad de
cosa juzgada material, sino simplemente la calidad de cosa juzgada formal, toda vez que lo
resuelto en dicho proceso puede ser modificado a través de un proceso ordinario posterior,
conforme establece el art. 28 de la Ley 1760 de 28 de febrero de 1997, sustitutivo del art.
490 del Código de Procedimiento Civil, en razón de la naturaleza sumaria de aquellos
procesos. He ahí, precisamente, la razón y el fundamento legal por el que los ejecutados,
ahora recurrentes, hicieron uso de la vía ordinaria persiguiendo la revisión de lo resuelto en
el segundo proceso ejecutivo, lo que no hubiere sido posible si el fallo emitido en el
proceso ejecutivo adquiriese la calidad de cosa juzgada material.

Ahora, una vez ordinarizado el proceso ejecutivo, tramitado el mismo, pronunciada la


sentencia correspondiente y agotadas todas las instancias procesales, es decir una vez que la
sentencia dictada en este proceso ordinario se haya ejecutoriado, entonces y sólo entonces
se puede hablar de una resolución con calidad de cosa juzgada material o sustancial, de
carácter definitivo, inmutable e inimpugnable.

2. Así definida y aclarada la figura respecto a la "cosa juzgada", insistentemente


argumentada por los demandantes -ahora recurrentes-, se ingresa a realizar el análisis sobre
la capacidad legal de la Casa Matriz del Banco de la Nación Argentina para perseguir el
cobro del crédito otorgado a favor de los demandantes, por la vía ejecutiva.

Los recurrentes insisten una y otra vez, en sentido que la única entidad con capacidad legal
para perseguir el cobro del crédito que les fuera otorgado mediante escritura pública Nº 32
de 30 de enero de 1979 por ante el Notario de Fe Pública Aquiles Echenique de la ciudad
de La Paz, es el Banco de la Nación Argentina - Sucursal Nueva York y no así su Sucursal
(Agencia) La Paz ni su Casa Matriz con domicilio en Buenos Aires, República Argentina.

En ese sentido, primeramente diremos que en cuanto a las sucursales, la doctrina ha


señalado lo siguiente: "La apertura de toda sucursal implica la creación de un domicilio
secundario de la sociedad en determinado ámbito espacial para realizar total o parcialmente
las actividades que constituyen el objeto de la compañía. A esta característica se suma la
existencia de un órgano de administración y representación, llámese gerente o factor, con
facultades suficientes para comprometer la responsabilidad de la compañía (...).Por
consiguiente, si el establecimiento de comercio de la sociedad está administrado por una
persona facultada para obrar en su nombre, habrá una sucursal. Por el contrario, cuando al
frente del establecimiento de la sociedad hay un administrador y ejecutor de órdenes del
gerente de la principal, sin facultades para obrar en representación de ella, será una agencia.
(...).

"Claro que ni la sucursal ni la agencia son sociedades distintas de la principal, a diferencia


de lo que acontece con las filiales, subsidiarias o cualquier subordinada, que son entes
jurídicos individualmente considerados. En verdad, el concepto de sucursal supone
dependencia económica y jurídica de la principal, y existe titularidad de una misma persona
jurídica con tratamiento legal unitario" (NARVAEZ GARCÍA José Ignacio, TEORÍA
GENERAL DE LAS SOCIEDADES, Legis Editores, octava edición, Bogotá, 1988, Página
477 - Cita recopilada del Boletín Informativo de la Superintendencia Financiera de la
República de Colombia Septiembre-Octubre 2008) (Las negrillas son nuestras).

Por otro lado, la Ley de Bancos y Entidades Financieras de nuestro país, en su art. 1º
referido a las Definiciones, dice: "Sucursal de Banco Extranjero: Oficina autorizada,
perteneciente a un Banco constituido y radicado en el exterior, sometido a la autoridad
administrativa y dependencia organizacional de su oficina central".

En el caso que nos ocupa, la Sucursal Nueva York del Banco de la Nación Argentina fue
creada por el Directorio del Banco de la Nación Argentina con sede en Buenos Aires -
Argentina (que es una entidad autárquica del Estado argentino), le asignó el
correspondiente capital económico y su funcionamiento está regido por el Directorio del
Banco, la representación legal la ejerce el Presidente del Directorio, representación que, por
lógica legal, abarca tanto a la oficina central como a todas sus sucursales o agencias, todo
ello en base a su Carta Orgánica. Es decir que el Banco de la Nación Argentina Sucursal
Nueva York no es un ente ajeno a su oficina central o ente matriz, no tiene individualidad
legal propia, no se trata de otro banco con personalidad jurídica ni con normas internas
propias que regulen su funcionamiento, ambas, central y sucursal, son una misma persona
jurídica con tratamiento legal unitario, como se ha referido anteriormente.

Por ello, siendo que la doctrina y la normativa reguladora de las entidades bancarias de
nuestro país, reconocen y admiten, como no puede ser de otra manera, que las sucursales de
bancos están sometidos a sus entes centrales tanto administrativa como legalmente, no es
posible admitir la errada posición e interpretación de los recurrentes, en sentido de que
aquéllas (las agencias o sucursales) sean consideradas personas jurídicas diferentes a su
central y que su representación legal también sea diferente, y que, en el caso, el Presidente
del Directorio del Banco de la Nación Argentina no tenga representación legal para
intervenir en un proceso ejecutivo persiguiendo el cobro del crédito impago que fuera
otorgado a través de su Sucursal en Nueva York con intervención de su Agencia en La Paz.

A contrario sensu, no sería posible la existencia de la Sucursal del Banco de la Nación


Argentina en Nueva York o de cualquier otra agencia, si la entidad matriz del Banco de la
Nación Argentina, con sede en la ciudad de Buenos Aires de la República Argentina, dejara
de operar o desapareciese. Conclusión, no existe una sucursal sin su ente central.

Las disgresiones realizadas precedentemente, ya las hizo de manera adecuada y con


acertado criterio el Juez a quo al emitir la Sentencia Nº 306/2004 de fs. 461 a 464,
confirmada de la misma forma por el Tribunal ad quem medianteAuto de Vista
(Resolución) Nº 135/06 de fs. 500-501, quienes resolvieron la causa sometida a su
conocimiento en estricta observancia de la normativa legal vigente, la jurisprudencia y
doctrina aplicable, interpretando la ley de manera correcta, sin violentarla o inobservarla,
apreciando la prueba conforme a la valoración legal y a su prudente arbitrio, facultad
otorgada por ley que es incensurable en casación, a menos que se demuestre por
documentos o actos auténticos la equivocación manifiesta del juzgador.

Consiguientemente, no siendo evidentes las infracciones acusadas en el recurso,


corresponde emitir resolución en la forma establecida por el art. 273 del Código de
Procedimiento Civil.

POR TANTO: La Sala Civil Segunda de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con la
facultad contenida en el numeral 1. del art. 58 de la Ley de Organización Judicial, declara
INFUNDADO el recurso de casación de fs. 521 a 528 vlta. de obrados. Con costas.

Se regula el honorario profesional de abogado en la suma de Bs. 500.-, que mandará pagar
el Tribunal ad quem.
Para resolución, según convocatoria de fs. 573, interviene la Sra. Ministra Beatriz Sandoval
de Capobianco de Sala Social y Administrativa Primera.

La Sra. Ministra Rosario Canedo Justiniano de Sala Civil Primera, convocada a fs. 571 para
el sorteo y resolución de la causa, fue de voto disidente, opinando por la anulación de
obrados.

Regístrese, notifíquese y devuélvase.

MINISTRO RELATOR: Julio Ortiz Linares

Fdo. Dr. Julio Ortiz Linares

Fdo. Dra. Beatriz Sandoval de Capobianco

Fdo. Dra. Rosario Canedo Justiniano

Proveido Dra. Gladys Segovia García

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