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¿Cuál es tu apreciación referente a los modelos de acreditación que se brindaban a las

universidades del Perú?

Según, Paz y Collado (2020) en un principio, el enfoque de los modelos de acreditación tiene a
la formación profesional como un elemento esencial para el estudiante y al egresado como un
producto. Sin embargo, restaba importancia a la relación dialéctica entre la universidad como
agente social y sus grupos de interés. Incluir la investigación, la extensión universitaria y la
proyección social como procesos fundamentales a nivel macro resultaba apropiado, pero no se
alineaba coherentemente con la estructura de estándares, ya que se encontraban dispersos
entre las dimensiones de "formación profesional" y "docentes". Asimismo, se evidenció que los
criterios de acreditación, es decir, los estándares establecidos, estaban diseñados
exclusivamente para cumplir con los requisitos establecidos, sin proporcionar un estímulo para
la mejora. Esto resultó en que los evaluadores asumieran más el papel de contrastar la realidad
que de evaluar el impacto de las acciones implementadas por la universidad. Por lo que
resultaba crucial llevar a cabo la capacitación nuevamente de los evaluadores, modificando la
perspectiva de su tarea. Sin embargo, la medida esencial que se debía llevar a cabo consistía en
orientar los requisitos de acreditación de manera que se adecuaran a la diversidad de las
instituciones evaluadas y estimularan su progreso constante.

¿Consideras que la Acreditación afianza el proceso de mejora continua?

Al respecto Venegas, Balcázar, Zárate y Esquivel (2022) señalan, según lo indicado por Sineace,
que el modelo actual de acreditación y evaluación de la calidad educativa adopta una
concepción significativa que se basa en diversos conceptos. Por ejemplo, sostiene que la
evaluación de la calidad es un "proceso formativo que brinda a las instituciones la posibilidad
de examinar su desempeño, implementar cambios para mejorar de manera gradual, constante
y sostenida, reforzar su capacidad de autorregulación e instaurar una cultura de calidad
institucional mediante la mejora continua". Además, es importante destacar que esta
perspectiva sostiene que el proceso de acreditación no se enfoca únicamente en alcanzar
estándares de calidad, sino que, por el contrario, se vincula directamente con la mejora
continua. Esto implica un enfoque diferente tanto para aquellos que son evaluados como para
los evaluadores en términos de sus acciones y valoraciones, así como el desarrollo de
habilidades. Así pues, la calidad no debe ser solo asociada a productos o servicios, sino
también al compromiso e implicación de las personas que trabajan en las organizaciones,
exigiendo las competencias necesarias para afrontar los desafíos específicos.

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