TEMA 2.4.

EL TEATRO EXPERIMENTAL: ARRABAL Y NIEVA

Tras el teatro comprometido, de protesta y denuncia, de los años 60 cuyos máximos exponentes son Buero
y Sastre, se produce un movimiento de renovación teatral en los años 70 que se opone a la estética realista,
bajo la influencia del teatro experimental europeo ( el teatro de la crueldad, inspirado en las ideas de
Artaud, intenta sorprender a los espectadores con situaciones inesperadas e impactantes o el teatro del
absurdo, que expresaba las ideas de Camus sobre lo absurdo de la existencia). Además, aparecen grupos
de teatro independiente que buscan nuevas formas teatrales al margen de los grandes circuitos
comerciales, por lo que tropiezan con bastantes dificultades para salir adelante. En este contexto de
vanguardia teatral tenemos que situar a Francisco Nieva y Fernando Arrabal.

El teatro experimental es un teatro crítico e innovador en sus formas, este es su valor diferencial. Se
caracteriza por el humor absurdo y la visión crítica de la realidad, las innovaciones técnicas, los personajes
simbólicos y la presencia de elementos no verbales como la música, los efectos escénicos o la expresión
corporal. El tema central de este nuevo teatro es la crítica del sistema político y social del franquismo, así
que sus autores fueron sistemáticamente ignorados hasta los años 80, cuando la situación política y social
ya había cambiado. Fernando Arrabal y Francisco Nieva representan este teatro.

Francisco Nieva no consiguió ver estrenadas sus obras hasta la muerte de Franco en 1975, aunque comenzó
a escribir en los años 40. Su obra se caracteriza especialmente por su lenguaje valleinclanesco y la
escenografía barroca. Destaca su teatro furioso, crítica de la España autoritaria, en el que se agrupan
dramas- como Pelo de tormenta (1961)- cercanos al esperpento, con un lenguaje barroco y personajes
prototípicos.

Fernando Arrabal inicia su trayectoria dramática en los años 50 con Pic-nic (1952), obra en la que denuncia
el absurdo de la guerra a través de dos soldados enemigos que confraternizan hasta que un proyectil acaba
con ellos. Más tarde, en El cementerio de automóviles (1957), presenta la vida de unos seres condenados a
una difícil convivencia puesto que únicamente se preocupan por sus funciones vitales más primarias
mientras intentan sobrevivir a la represión a la que se ven sometidos por la policía. La obra, plagada de
crudeza y violencia, trata temas como el miedo, la complejidad de las relaciones humanas, la carencia de
valores…

En 1962 crea una propuesta renovadora radical y provocativa, el teatro pánico, muy influida por el
Dadaísmo y el Surrealismo. Se caracteriza por su pesimismo existencial y plantea la representación teatral
como una especie de ceremonia ritual para contactar con una realidad superior . En realidad, lo que hace
Arrabal es unir el absurdo con la crítica social. Las obras más representativas de esta etapa son: La gran
ceremonia y ¿Se ha vuelto Dios loco? Su trayectoria teatral no se agotó en el siglo XX, sino que se prolongó
hasta la primera década del siglo XXI.

Arrabal destacó por su originalidad, sus propuestas fueron tan arriesgadas que tuvo problemas para que
estas llegaran a las tablas.

En la misma línea de renovación que los anteriores, destacaremos el protagonismo que cobraron en los 70
los grupos de teatro independiente, que realizaron espectáculos de gran impacto social en un intento claro
de revitalizar las artes escénicas y convertirlas en espectáculos populares. Para ello, los nuevos grupos
apuestan por los happenings o improvisaciones, las funciones al aire libre, la espectacularidad circense, los
pasacalles... Todo vale para llegar a un público que empezaba a dar la espalda al teatro tras la llegada de
otros medios de entretenimiento como el cine o la televisión. Algunos grupos importantes son: Els Joglars,
Els Comediants, La Fura dels Baus, Tricicle, Teatre Lliure o La Cubana.

En definitiva, por muchas razones, el teatro en España se ha transformado profundamente durante los
últimos treinta años. La competencia con otros medios de entretenimiento ha servido de estímulo para que
el teatro haya evolucionado con rapidez bajo el influjo no solo de los sistemas de producción y distribución,
sino también de los gustos y expectativas del público, del papel de los medios de comunicación, y, por
supuesto, de la propia escritura dramática.

(Información extraída de Wikimpace y del blog Diente de león)