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EL TEATRO DESDE 1939 HASTA NUESTROS DIAS.

AUTORES Y
OBRAS

El teatro es el género más negativamente afectado por la Guerra Civil: han muerto los grandes
renovadores (Valle- Inclán y Lorca), se imponen mayores restricciones de posguerra que en otros
géneros Con la democracia se estrena de todo según dos tendencias: la neorrealista y la
neovanguardista.

- En primer lugar, hay que decir que el teatro español durante la Guerra Civil, como la
literatura en general, se puso al servicio de las ideologías en conflicto. Por una parte, el
republicano que tuvo como centros Madrid, Barcelona y Valencia, era un teatro de
“urgencia”, politizado, con autores como Max Aub, Alberti y M. Hernández.
- El teatro nacional tuvo como centros San Sebastián, Sevilla y Zaragoza, de Falange, con
autores como José María Pemán, Agustín de Foxa y Luca de Tena.
- En cuanto al teatro de los exiliados se contemplan tres posibilidades: reflejar la situación
española del momento.

En la década de los 40 predomina un teatro conservador que pretende entretener y moralizar. Se


cultiva la alta comedia benaventina, el sainete costumbrista y el drama burgués. La crítica de las
costumbres es muy superficial, Títulos como ¿Dónde vas Alfonso XII? De Luca de Tena-

Cierta innovación representa el teatro cómico cuyas características son la renovación temática,
(Eloísa está debajo de un almendro). Por su parte, Miguel Mihura escribió Tres sombreros de copa y
si no hubiera tardado 20 años en estrenarla, habría sido considerado un revolucionario del teatro del
absurdo europeo.

El teatro de compromiso o realista de los años 50 se abre en 1949 con Historia de una escalera de
Buero Vallejo. Sus características son la ruptura con la comedia burguesa anterior y argumentos de
la realidad cotidiana la obra de Buero evoluciona desde esta línea realista (de enfoque existencial)
con elementos simbólicos. Este desarrolla, en el teatro de posguerra, un papel parecido al de Cela en
la novela; siendo el más importante de las tres etapas del teatro español desde 1939: existencial,
realista y experimental. Su lenguaje es sencillo y creíble; incluye elementos no tradicionales; y sus
obras procuran crear el efecto de la inmersión del público, utilizando técnicas de Pirandello y Brecht.

A pesar de tan severo juicio, encontramos en esta obra un fiel y descarado retrato de la sociedad
actual.

Alfonso Sastre es el creador del “Teatro de agitación social”, lo importante es el tema, la denuncia y
no la forma; pretende actuar sobre la realidad española de la época para modificarla.

Durante los años 60 se profundiza en el teatro realista de los 50, en sus temas denuncia social. se
inician corrientes experimentales que continuarán en los 70. Con autores como Lauro Olmo (La
camisa, sobre el paro y la emigración al extranjero), Martín Recuerda o Antonio Gala.

A finales de los años 60 hay una ruptura con el teatro realista y se desarrolla el teatro vanguardista y
experimental. Estos intentos de renovación se caracterizan por: la desaparición del autor, a favor del
“creador de espectáculos”.
Así durante la década de los 70, estas tendencias cristalizan en compañías de teatro independiente y
un grupo de autores llamados “teatro subterráneo”.

Las características fundamentales del teatro independiente son: el texto es solo un apoyo para el
espectáculo; es un trabajo en grupo y el espectáculo nace de reuniones.

Destaca Fernando Arrabal que se exilia voluntariamente a Francia para dar rienda suelta a su
creatividad y escribe un teatro absurdo, después pánico. Este concibe el espectáculo como rito de
purificación colectiva. Con obras como Pic-Nic o El Cementerio de automóviles.

A partir de 1975, confluyen todas las tendencias: hay un teatro underground y alternativo, Clásico;
se adaptan novelas conocidas (Cinco horas con Mario de Delibes) y surgen nuevos autores-actores
(Fernando Fernán Gómez con Las bicicletas son para el verano) o se recupera a los exiliados (Alberti,
Arrabal) u olvidados (Lorca y Valle- Inclán). Los realistas consagrados siguen teniendo éxito. También
tiene éxito la comedia burguesa. el teatro español desde 1975 se puede sintetizar en los siguientes
puntos: mayor dotación presupuestaria de la administración; creación de la Dirección General de
Música y Teatro; creación del Ministerio de Cultura y el Centro Dramático Nacional; triunfo del
teatro pseudo-erótico y político; vuelta a la representación de autores “prohibidos”

En nuestros días, no hay novedades significativas salvo que se revaloriza el texto y se produce un
boom del musical. Hay dos líneas diferenciadas: la realista (teatro asunto) y (teatro imagen), van más
allá de la performance. y, sobre todo: La Fura dels Baus.

El teatro del siglo XXI ya no intenta retratar la realidad sino ser, en sí misma, una realidad
alternativa. Además de incluir los autores más jóvenes y obras de nueva creación, nuevas voces que
cuentan historias contemporáneas con ingenio, estilo y pasión.

Por último, destacamos como fenómeno escénico actual la performance en la que la provocación o
el asombro, así como el sentido de la estética, juegan un papel principal.

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