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La península griega es muy montañosa, por ese motivo las poblaciones se concentraban en
los valles, separados por montañas, eso favoreció la autonomía de cada polis o
ciudad-estado, las cuales tenían un sistema propio de gobierno. Esto dificulta la aparición
de un único poder sobre toda Grecia.
Todos los lugares de la península tenían el mar a menos de 90 km, lo que facilitaba la
navegación y el comercio. Pese a pertenecer a una polis, los griegos comparten una misma
lengua y cultura, vigente por ejemplo en los juegos olímpicos o las creencias religiosas.
- La navegación y el comercio
Antes del nacimiento de la filosofía, la sociedad griega era aristocrática, rural y guerrera.
Los ideales morales eran tradicionales, basados en el linaje, el prestigio y el éxito. La
nobleza se consideraba heredera de los héroes griegos, hijos de la unión entre dioses y
mortales. El pueblo no tenía ningún papel especial.
- La religiosidad griega
Las divinidades griegas no son tan lejanas como las de otras culturas, solamente tienen
más poder que los humanos y son inmortales. Tampoco había libros sagrados ni una casta
sacerdotal que diviniza el poder político. Esta semejanza entre lo divino y lo humano,
llamado antropomorfismo, favorece el humanismo propio del discurso racional. El poeta
Hesíodo (VIII a.c.) refuerza en su obra, la Teogonía, este antropomorfismo, y favorece que
los mitos se abrieran a interpretaciones lejanas de contenidos religiosos.
- El arte en grecia
Al humanismo griego también contribuyen el arte (estudio de las proporciones del cuerpo
humano), la literatura (sentimientos presentes en el teatro) y la educación física (gimnasia y
juegos olímpicos valoran las capacidades del cuerpo humano). La Iliada y la odisea del
poeta homero (VIII a.c.), el teatro y los festivales religiosos, muestran a un humano
protagonista de su propia vida, con carácter y voluntad.
El discurso racional se interesa por lo que permanece inalterable respecto a los cambios,
más allá del mundo sensible, se distingue el ser y la apariencia, lo que las cosas son y lo
que parecen. Los sentidos muestran fenómenos que nacen y desaparecen, pero la razón
busca lo que permanece siempre, el ‘arkhé’, el principio elemental de todo.
El arkhé abre un campo de estudio sobre la phýsis o naturaleza, que incluye el origen del
universo. Este concepto se refiere a todo el conjunto del cosmos y el proceso por el cual
una cosa se desarrolla . El estudio de la naturaleza supone la existencia de un orden
comprensible para la razón humana, el término orden o cosmos, se opone al desorden o
caos.
Era filósofo, astrónomo, matemático y legislador, para él el arkhé es el agua. Esto se puede
explicar a partir de la observación, el agua está presente en el principio y final de la vida, así
como en el continuo movimiento del mar, generador y destructor de innumerables vidas, y la
encontramos en los tres estados. Al parecer, Tales observó en Egipto como los
desbordamientos del Nilo fertilizaban los campos. Esta idea impulsa el discurso racional.
Era amigo y discípulo de Tales, fue astrónomo, geógrafo y geómetro. Para él el arkhé es
algo indeterminado, llamado apeiron (el todo infinito en el espacio y el tiempo, eterno y sin
ninguna determinación cualitativa), todo lo concreto es incompatible con el apeiron. Este
pensador promulga que en el discurso racional todo el mundo tiene derecho a revisar y
cuestionar las razones de una concepción.
Para este discípulo de Anaximandro, el arkhé es el aire. Esta idea puede parecer un
retroceso, ya que vuelve a utilizar un elemento concreto para describir el arkhé. Pero
también puede significar un avance, ya que el aire en perpetuo movimiento es único,
ilimitado y dinámico, es decir, capaz de auto desplegarse a través de condensación y
refracción.
Anaxímenes no se aleja tanto de la explicación de Anaximandro, ya que el aire no tiene
determinaciones (olor, gusto, figura), está presente en todo y su retirada supone la muerte.
LOS PITAGÓRICOS: MATEMÀTICAS Y ARKHÉ
Pitágoras (580-497 a.c.), nace en Jonia y huye a la Magna Grècia, donde funda una
comunidad filosófica elitista orientada a la salvación espiritual mediante el conocimiento.
Cautivado por las matemáticas, afirma que el arkhé es el número, dice que los números
designan la ratio y la realidad del todo. Los pitagóricos creían en la realidad aritmética de la
phýsis y estudian los números.
Los pitagóricos descubrieron que un punto da un lugar en el espacio, dos la longitud, tres la
superficie y cuatro el volumen. Esto muestra la conexión racional entre los números y las
figuras geométricas de la forma de un cuerpo. Los enteros 1,2,3,4 forman la tetraktýs, la
perfección que suma 10, simbolizada con un triángulo equilátero.
Los pitagóricos pensaban que el firmamento también mostraba que los principios de la
realidad son numéricos. En un cielo con astros fijos (Saturno, Júpiter, Marte, Venus,
Mercurio, el Sol, la Luna y la Tierra), cada astro está inscrito en una esfera cristalina que
gira alrededor de un foco central. Añadieron una decena esfera, el antichton o la antitierra,
para conformar la explicación del cosmos con la perfección de la tetraktys. Este conjunto se
mueve en una armonía cósmica, lo que provoca una música celestial que no escuchamos,
ya que nuestro oído se ha acostumbrado a ella.
La música purifica el alma, la desvincula del cuerpo y lo abre a la armonía, la cual está en la
escala musical, pero se acaba buscándola en toda la realidad. Así se relaciona el sonido
con la longitud de las cuerdas de una lira, lo que explica las razones numéricas de la
realidad.
La distinción entre razón y sentidos, permite hacer compatibles el cambio que muestran los
sentidos y la existencia de un orden racional supremo. La auténtica sabiduría es aceptar la
razón cósmica que explica el cambio.
La dinámica de la realidad
1. Las mismas cosas causan respuestas contrarias en los diferentes seres vivos.
(El agua del mar es potable para los peces y mortífera para los humanos)
2. Aspectos diferentes de la misma cosa pueden justificar descripciones
opuestas. (Un camino hacia arriba y hacia abajo es el mismo camino)
3. las cosas buenas y agradables solo son posibles porque se reconocen gracias
a sus contrarios. (la enfermedad hace buena la salud)
4. Hay opuestos que forman un todo enlazado. (contraposición de diurno y
nocturno, juntos forman el día).
El camino de la verdad
(CONTEXTO)
Los cuatro elementos y el cambio en Empédocles (483-430 a.c.)
Este pensador admite la realidad del movimiento a partir de cuatro elementos originarios o
arkhaí: la tierra, el agua, el aire y el fuego, las raíces del mundo. Estos elementos
combinados componen todos los seres. El cambio se explica con la desaparición de una
combinación de elementos y la aparición de otra. No hay nacimiento ni desaparición de
ningún principio, sólo mezcla y división de elementos.
Las combinaciones de los elementos se explican por la acción de dos fuerzas físicas
opuestas: el amor (junta y mezcla los elementos) y el odio (los separa).
Explica la aparición y desaparición de las cosas mediante dos principios, uno activo y otro
pasivo. El pasivo corresponde a las semillas o arkhaí spérmata, imperceptibles e infinitas.
Hay semillas de todos los seres y estas están en todos ellos (en cada uno predominan las
propias). Todo existe desde siempre.
La base de esta propuesta, que es la más elaborada, son los átomos, el vacío y el
movimiento mecánico. Conciben el átomo como una partícula material indivisible, y es el
sustrato eterno, inmutable, innumerable, imperceptible y en movimiento en el espacio vacío
infinito. Los diferentes átomos difieren entre sí, y al colisionar en el espacio, algunos dan
lugar a los diferentes compuestos.
Los diferentes átomos dan lugar a diferentes cosas, difieren en figura, orden y posición.
Los átomos de Demócrito explican la sensación, los cuerpos desprenden una imagen o
‘efluvio de aspecto semejante a la cosa representada’ que afecta a los sentidos a través de
los poros. Las características de los átomos originan eso que percibimos como cualidades
sensibles, como el color, el gusto, el olor, que son realidades convencionales o subjetivas.
MECANICISMO Y MATERIALISMO
El mecanicismo surge del interés científico de establecer las causas naturales materiales de
todo, lo que lleva a una concepción mecanicista y materialista, que difiere completamente al
amor y el odio de Empédocles o el nous de Anaxágoras.
El mundo consta de átomos, espacio vacío y movimientos:
Los átomos son automotores, (no requieren ninguna fuerza externa para moverse).
Las cosas son el resultado mecánico (mecanicismo) de la interacción de las causas
(determinismo) y de elementos naturales materiales (materialismo): el materialismo
proviene de la suposición de que solo hay materia, y el mecanicismo, de la idea de que solo
el movimiento causa el cambio. También afirman que hay una pluralidad de mundos, tanto
en el presente como en el futuro.
ÉTICA
Todo sofista es un ‘antilogikós’ que vive de las técnicas de ‘antilogikaí’,es decir, de defender
profesionalmente una tesis, y si es necesario, razonar también la negación, para enseñar a
razonar.
Los puntos débiles de un discurso se detectan analizando los razonamientos, y de aquí
nace que la actitud crítica y el trabajo retórico se dedique a hacer más fuerte la causa más
débil. Según el arte de la erística, el objetivo es convencer a un auditorio, con la verdad o
sin ella.
PHÝSIS Y NÓMOS
Los sofistas representan una actitud, no una escuela. Proceden de muchas polis, se sienten
ciudadanos de la Hélade, no de una ciudad concreta. No se sienten identificados con las
tradiciones y normas establecidas y gozan de una gran libertad de espíritu. Conocen una
gran variedad de costumbres y creencias de otros pueblos, lo que favorece el relativismo.
Además, tienen un interés menos por la phýsis y se ocupan del nómos o lei convencional y
arbitraria de la ciudad.
Los sofistas defienden que cada polis se organice como quiera. En cuanto a la religión, el
relativismo cultural favorece el ateísmo (no existe ninguna divinidad) y el escepticismo (es
imposible saber si existen divinidades). Esto muestra la contraposición entre nómos y
phýsis, ya que las leyes de la phýsis no se pueden cambiar, pero las de la polis si.
EL RELATIVISMO DE PROTÁGORAS
Para los sofistas, la educación incluye el arte de hablar en público. Protagoras afirma que
sobre cualquier tema se pueden hacer dos discursos opuestos. Esta afirmación fue criticada
con el argumento de que si se puede fortalecer cualquier discurso, también se pueden
defender las injusticias.
Su obra ‘Discursos demoledores’ empieza así: El hombre es la medida de todas las cosas,
de las que son, porque son, y de las que no son, porque no son’.
El relativismo expresado en este fragmento depende de la interpretación de los términos:
hombre y cosas. El hombre puede representar el humano o la humanidad. Las cosas se
pueden interpretar como un objeto sensible, o como valoraciones éticas y estéticas. Per a
Protágoras, cada comunidad determina el bien y el mal. El relativismo descalifica toda
verdad permanente y universal. nada es, de manera absoluta, cierto o falso, bueno o malo,
depende de la percepción.
Si no hay una verdad absoluta, solo queda guiarse por la conveniencia del momento.
Protàgoras defendía el agnosticismo, la imposibilidad de saber si existe una divinidad, pero
admitía la religión como una salida a una tendencia natural y como una institución útil
socialmente. La idea del agnosticismo es que el saber está relacionado con la experiencia
humana del mundo. Es necesario limitarse a los problemas de la realidad que nos rodea,
como los relacionados con el derecho, la vida política o la educación.
LA RETÓRICA EN GORGIAS
Gorgias mostraba interés por el arte de la palabra, decía que los buenos políticos y
ciudadanos debían de ser expertos en el arte retórico de conmover y persuadir. También
usa la fuerza de su discurso para defender la concordancia entre todos los filósofos.
EL PESIMISMO DE TRASÍMACO
Trasímaco tenía una visión pesimista de la humanidad. Creía que la retórica tenía que
conseguir la compasión de los tribunales, ganar su simpatía y obtener una sentencia
favorable. Si un razonamiento resulta psicológicamente convincente, no importa lo demás.
hace notar que somos desiguales por naturaleza, y en la práctica, lo que se presenta como
justo suele ser la imposición de los poderosos.
Antifonte insiste en defender el humanismo y afirma la igualdad entre todos los hombres. Su
humanismo promueve una actitud ética moderadamente hedonista, que busca la obtención
natural de la alegría, la evitación del dolor , la solidaridad y la ayuda mutua, y señala la
absurdez de la avaricia. Si una ley humana es antinatural, no se ha de respetar, ya que
causa sufrimiento.
Según Antifonte, no vale la pena obedecer las leyes civiles, ya que no protegen al
ciudadano que las respeta y tampoco nos salvan de la injusticia. Si denunciamos una
injusticia, el tribunal debe darnos la razón, el discurso retórico gana por encima de la
verdad. Antifonte plantea una crítica al nomos, ya que obstaculiza la espontaneidad de la
vida y porque no garantiza una mínima justicia elemental.
SÓCRATES
Del interés de Sócrates por el lenguaje nace el diàlogo socràtico, según el cual, solo con
una buena definición, se supera el relativismo que la devalua según la convención de cada
polis.
La segunda fase es la mayéutica, la fase constructiva que hace sacar la verdad objetiva del
interior de cada uno. Se compara con las matronas, ya que ayudan al niño a nacer.
mediante preguntas sócrates ayuda a la persona a dar a luz a los conceptos de su interior.
El diálogo avanza hasta llegar a la definición universal, conocido como inducción, pero
Sócrates también piensa que a veces el diálogo permanece abierto sin llegar a ninguna
definición universal.
EL INTELECTUALISMO MORAL
Socrates creía que el verdadero conocimiento comportaba el bien, la virtud. Saber implica
conocer lo correcto, lo justo. Nadie con auténtico saber puede actuar incorrectamente, si se
obra mal, es por ignorancia, por desconocimiento del bien.
Socrates identifica el saber con la virtud y la maldad con la ignorancia, esto es conocido
como intelectualismo moral. Subraya la importancia de la educación, de promover la virtud o
areté. Dice que no hay culpa por haber escogido el mal, solo desconocimiento del bien y
que nadie que conozca la virtud escogerá libremente actuar contra ella.
En cambio, existe una debilidad que nos inclina hacia el mal, aun conscientes de que no
estamos actuando correctamente. Por esto Socrates propone la práctica del autodominio,
para luchar contra esta parte irracional del alma.
La razón es para este filósofo, el don humano más excelente, la fuente del saber, de la
virtud, del conocimiento del bien, de la felicidad durable, que no se basa en la riqueza, la
belleza o el poder, sino en la paz del espíritu y la satisfacción íntima. la persona virtuosa es
feliz porque obra según el bien mostrado por la razón.
LA ÉTICA OBJETIVA Y AUTÓNOMA DE SOCRATES
Sócrates llega así a una ética objetiva, autónoma y autárquica. Objetiva, porque todos
encontramos el bien si usamos adecuadamente la razón. Autónoma, porque cada uno basa
su conducta en este bien, idéntico en todos. Autárquica e independiente, porque la razón no
se somete a nada diferente de la racionalidad propia de cada uno. Lejos de la dependencia
de la religión, de la tradición y de la sofística, se alza el conocimiento racional y la moral
objetiva. Se culmina así el objetivo socrático.