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3.2. Anaximandro.
Arjé: apeiron (lo indeterminado, lo que carece de límites). Es un
elemento material del que están compuestas todas las cosas que existen,
pero no es ninguna de ellas. El apeiron es indestructible y gobierna
todas las cosas, pero no puede ser observado por los sentidos. Cuando
las cosas se destruyen o mueren vuelven al apeiron del que salieron.
S VI a.C.
Es monista y tiene solo un arjé material.
3.3. Anaxímenes.
Arjé: aire (mismas propiedades que el apeiron). Características:
Carece de límites.
Es divino.
Capacidad inagotable de mover y cambiar cosas que gobierna.
Se cambia gracias a la condensación o rarefacción.
Es un elemento vivificador: ningún ser vivo puede vivir sin él.
Se mueve por el viento.
Rarefacción: el aire se vuelve más ligero y se convierte en fuego.
Condensación: se condensa y da a lugar a nubes, lluvia, viento…
3.4. Pitágoras.
Arjé: el número. Cada uno seguía una jerarquía. Todos los pitagóricos
vieron que en la naturaleza siempre hay números. A pesar del caos en
los fenómenos naturales todo tiene un orden en los números.
Los pitagóricos era muy importante el problema de la salvación. Ellos
creían en la rencarnación (el cuerpo muere, pero el alma transmigra a
otro cuerpo). Por eso era bueno purificarse en la vida corpórea.
3.5. Heráclito.
Arjé: fuego.
“Todo fluye”, “nadie se baña dos veces en el mismo río”.
Todo está en constante movimiento y transformación. Todo es un
devenir (proceso en el que todo se encuentra en constante
transformación). Nuestros pensamientos cambian y los cambios se
producen por una constante oposición (enfriamiento necesita frío y
calor).
El mundo cambia y sigue un orden. Existe una ley universal (logos) que
ordena el mundo y la mente humana. El logos nos se muestra con
claridad porque “solo da señales”. Las personas observadoras y reflexivas
consiguen comprender los cambios de su alrededor.
3.6. Parménides.
Nada cambia. Existen muchas cosas diferentes que están en
transformación. Parménides dice que no debemos fiarnos de nuestros
sentidos. La verdad solo se conoce a través de la razón y nos muestra
que nada cambia.
Arjé: ser. “El ser es lo que es y es imposible que no sea. Y lo que no es, es
imposible que lo sea”. Lo único que existe es el ser, la nada no existe.
Características del ser:
Es uno.
Es indivisible.
Es inmóvil.
Es inmutable.
Es homogéneo: no existe ninguna razón para que una parte sea
más real que el ser.
No existe el vacío.
El ser es una esfera porque es una forma perfecta.
Parménides y sus discípulos pusieron en contra a los pensadores con el
problema de la explicación del movimiento en la naturaleza.
S V a.C.
3.7. Empédocles.
Arjé: agua, aire, fuego y tierra. A estos elementos los llama raíces y
tendrán algunas de las propiedades del ser (no tienen movimiento y
son eternos, no se generaron). Todo lo que existe en el mundo está
compuesto en distintas proporciones por estos cuatro elementos.
Cuando un ser moría estos elementos se separaban o disolvían. Son
inertes y no tienen vida.
Para que se unan o se separen hay dos fuerzas cósmicas (AMOR Y
ODIO). Ambas están en constante lucha. El Amor será la fuerza que une
y el Odio separa.
Si existimos es porque el Amor está ejerciendo un dominio sobre Odio y
mantiene estos elementos juntos para que continuemos siendo la misma
persona. Cuando muramos el Odio ha ganado el pulso y separa los
elementos (agua: te secarás. Fuego y aire: se escaparán de tu cuerpo.
Tierra: lo único que queda.
3.8. Anaxágoras.
Arjés: infinitos (semillas o homeomerías). Todos los objetos estarán
compuestos de distintas proporciones de ellas. Cada cosa tiene una
especie de ADN (hace que sea lo que es). Cada objeto tiene las semillas
de todas las demás cosas, pero hay una que predomina sobre el resto. Si
nos alimentamos de vaca no nos convertimos en vaca ya que
absorbemos las semillas en la proporción justa y lo que sobra lo
desechamos.
Estas semillas eran inmóviles e inertes. Se combinan y se disgregan.
También recurrirá a un elemento activo (NOUS) que será la inteligencia
ordenadora.
3.9. Demócrito.
Arjé: átomos. Las propiedades de cada átomo son:
Indivisible.
Eterno.
Sólido.
Homogéneo.
Inmutable.
Todo está formado por ellos. Muy pequeños (no los podemos ver a
simple vista).
Hay infinitos átomos de diferente forma y con diferentes movimientos.
Lo que delimitará el espacio entre átomo y átomo será el vacío. El vacío
produce el movimiento de ellos. Toda la materia se compone de átomos,
vacío y movimiento y funcionamiento mecánico.
Los cuerpos se producen porque existe un encuentro casual de diversos
átomos que se encuentran en movimiento por una especie de simpatía
entre algunos átomos (no rebotan).
Se da un paso a la concepción mecanicista de los procesos naturales y
la concepción de una materia desprovista de vida. (Tardará hasta
principios de la Edad Moderna)
4.3. Sócrates
Se preocupa por el ser humano en la polis y el problema del
conocimiento y la educación de los jóvenes atenienses.
Él tiene unas diferencias con los sofistas:
1. Era ciudadano ateniense y amaba su ciudad.
2. Dedicaba el tiempo a hablar con los jóvenes y no cobraba.
3. Se opondrá al relativismo de los sofistas y buscará verdades
universales.
Sócrates amaba su ciudad y no le gustaba que cualquier cosa pudiese
ser válida (eso podría conducir a Atenas a la ruina). Pensaba que
cuando se debatía para convencer, no se estaba dialogando porque no
se pretendía aprender. En la asamblea se debatía para ganar.
Él decía que no era sabio, sino una persona ignorante y de ahí viene su
famosa frase de “solo sé que no sé nada”.
Sus diálogos intentaban encontrar una definición y tenían un esquema
(EL MÉTODO SOCRÁTICO). Se dividía en dos fases:
1. La ironía: preguntaba de algún tema a su interlocutor y lo dejaba
hablar siguiéndole la corriente para intentar que dijera todo lo que
sabía. Sócrates le hacía más preguntas para que cayera en
contradicciones y terminara aceptando su error. El objetivo era que
hacer que la otra persona reconociera su ignorancia.
2. La mayéutica: una vez de haber entendido sus errores, intentaba
ayudar al interlocutor a sacar su propia verdad que se encontraba en
el alma. Lo que pretendía era que pensara por sí mismo y fuera
coherente en sus actos.
Sócrates era muy religioso y para él, el ser humano es un ser privilegiado
que puede permitirse conocer. Diferencia entre el cuerpo mortal (que se
preocupa por el placer, la riqueza y la fama) y el alma inmortal (que
conoce el bien y la verdad).
Hacía una reflexión de la virtud (el bien) conocida como el
intelectualismo moral. El bien y el conocimiento se identifican y son
necesarios para obtener la felicidad. Para hacer el bien es necesario el
conocimiento y el conocimiento hace que actuemos bien. El mal es la
ignorancia. Quien hace el mal es porque no conoce el bien. Nadie hace
el mal voluntariamente. Saber y virtud coinciden.