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El tracto genial femenino esta tapizado, por un epitelio escamoso no queratinizado que
reviste vulva, vagina y exocérvix, un epitelio cilindrico simple endocervical y un epitelio
endometrial. Durante el ciclo menstrual, el epitelio escamoso de la vagina y el epitelio
glandular endometrial se verán sometidos a distintos cambios por influencia de las
hormonas esteroideas. Celularidad que podemos observar en una citología normal:
Células escamosas:
Células superficiales:
Se originan de la capa superficial del epitelio escamoso no queratinizado, son las más
comunes de la fase preovulatoria y reflejan el mayor grado de madurez. Las células son
grandes, poligonales, de bordes citoplasmáticos bien definidos e irregulares. El citoplasma
es translúcido, homogéneo y preferentemente eosinófilo. El criterio decisivo para la
identificación de la célula superficial es la picnosis, independientemente de la tinción del
citoplasma.
Células intermedias:
Se originan en el estrato medio del epitelio y son las células más frecuentes en la fase
postovulatoria. Representa la célula más constante y numerosa en el frotis vaginal. Son
células grandes, aunque algo menos que las superficiales con citoplasma transparente,
poligonal y de bordes plegados. Los núcleos son redondos u ovales, mayores que los de las
células superficiales, de apariencia vesicular y cromatina fina. Las células intermedias
tienden a mostrar histólisis en la fase progestacional por acción de la flora lactobacilar
(bacilos de Doderlein). El glucógeno contenido en las células intermedias es convertido en
ácido láctico por acción de la bacteria vaginal. Este ácido láctico provoca un Ph bajo que
servirá de protección contra otras bacterias e infecciones. Para que este efecto se
produzca, las células intermedias son destruidas por el bacilo provocando un frotis
citolítico. Este frotis se caracteriza por la presencia de abundantes bacilos y células
intermedias, muchas de las cuales sufren un grado variable de disolución de su
citoplasma, mostrándose como núcleos desnudos.
Células parabasales:
Las células son pequeñas, poliédricas o elípticas, con citoplasmas cianófilos y bordes
celulares muy bien definidos. Los núcleos son redondos u ovales.
Células basales:
Las células básales no aparecen en los íf otis a menos que exista una hiperplasia de las
mismas. Son las células más pequeñas del epitelio vaginal. El citoplasma es escaso e
intensamente cianófilo con bordes lisos y definidos. El núcleo es central, redondo,
relativamente grande e hipercromático.
Células endocervicales:
En los extendidos, las células del epitelio cilindrico endocervical pueden disponerse
sueltas o formando hileras, empalizados, grupos acinares o conglomerados. La morfología
depende de la perspectiva desde la que se las observe. Como consecuencia de su marcada
fragilidad citoplasmática, las células endocervicales aparecen frecuentemente como
núcleos desnudos.
CITOLOGIA CERVICOVAGINAL
El aparato genial femenino, al tener una parte importante de sus órganos en contacto con
el medio externo, presenta con frecuencia procesos inflamatorios e infecciosos. Desde el
punto de vista clínico, suelen manifestarse por prurito, leucorrea, irritación y dolor local.
Células inflamatorias:
Los histiocitos también son elementos inflamatorios, y su presencia es normal durante los
días menstruales y en algunos frotis atróficos de la menopausia.
Hay procesos inflamatorios que, por ulceración de los estratos más superficiales de
epitelio, ponen en contacto directo las células profundas con la superficie, y este hecho se
manifiesta por la existencia en los frotis citológicos de gran cantidad de células básales y
parabasales.
En los procesos inflamatorios, las células escamosas presentan cambios degenerativos que
afectan a su citoplasma y núcleo. En cuanto a su citoplasma va a adquirir un aspecto
eosinófilo. En otras ocasiones la tinción es anfófila, de tal manera que la misma célula
presenta áreas con tinción eosinófila y áreas con tinción cianófila, además de la existencia
de halos perinucleares. En cuanto al núcleo, puede presentar un aumento del tamaño
nuclear con presencia de nucléolos, aspecto borroso de la cromatina. También pueden
aparecer fenómenos de bi y multinucleación en respuesta a procesos inflamatorios.
3.- ¿QUÉ SON LAS LESIONES ESCAMOSAS INTRAPITERIALES?
Tanto los del virus de papiloma humano, los asociados con el cáncer y los de bajo riesgo,
pueden causar el crecimiento de células anormales en el cuello del útero, pero
generalmente sólo los tipos de virus de papiloma humano asociados con el cáncer pueden
llevar al desarrollo del cáncer del cuello del útero. Las células cervicales anormales pueden
detectarse cuando se realiza la prueba Pap, o Papanicolaou, durante un examen
ginecológico. Se han utilizado varios términos para describir las células anormales que
pueden verse en las pruebas Pap. En el sistema de Bethesda (el sistema principal que se
utiliza para informar los resultados de las pruebas Pap en los Estados Unidos), las
condiciones precancerosas son divididas en lesiones intraepiteliales escamosas (SIL, por
sus siglas en inglés) de bajo grado y de alto grado.
Las células escamosas son delgadas, planas, y se encuentran en el tejido que forma la
superficie de la piel, en el revestimiento del conducto superior de los tractos respiratorios
y digestivos, y en la vagina y la parte exterior del cuello del útero. Otros términos que a
veces se utilizan para describir estas células anormales son neoplasia intraepitelial cervical
(CIN, por sus siglas en inglés) y displasia. Las lesiones intraepiteliales escamosas de bajo
grado (displasias leves) son una condición común, especialmente en las mujeres jóvenes.
La mayoría de las lesiones intraepiteliales escamosas de bajo grado vuelven a la
normalidad pasado unos meses o unos pocos años. A veces, las lesiones intraepiteliales
escamosas de bajo grado pueden convertirse en lesiones intraepiteliales escamosas de
alto grado. Las lesiones intraepiteliales escamosas de alto grado no son cáncer, pero
eventualmente pueden convertirse en cáncer.
4.- ¿MENCIONA Y ESPLIQUE LAS TECNICAS DE LABORATORIO?
Tras la fijación, las muestras se lavan convenientemente para retirar cualquier resto de
fijador, y seguidamente se deshidratan, se aclaran y se infiltran en parafina. El objeto de
este proceso es embeber las muestras en una sustancia como la parafina, que tiene una
densidad parecida a la de los tejidos y, a temperatura ambiente, es sólida y lo
suficientemente, consistente para confeccionar bloques que pueden ser cortados con un
micrótomo.
La imbibición en parafina se realiza calentando ésta por encima de su punto de fusión para
que esté en estado líquido y pueda infiltrarse en el interior de la muestra. Al enfriarse, la
parafina se solidifica y el bloque adquiere una dureza adecuada para ser cortado con el
micrótomo de parafina.
Esta tira de tejido se depositará sobre un baño de agua a 40° se sumergirá un porta para
colocar el tejido sobre el porta, posteriormente estas secciones se introducirán en una
estufa para desprender el exceso de parafina.
A continuación para teñir cortes en parafina, debe proceder en primer lugar a eliminar la
parafina puesto que no existe ningún colorante que pueda teñir a través de ésta. Para ello
se recurre al proceso inverso al utilizado durante la elaboración de los bloques de
parafina. Es decir, en primer lugar se procede a una desparafinación mediante el empleo
de un disolvente de la parafina como pueda ser el xilol.
Una vez teñidos, para observar adecuadamente estas preparaciones con el microscopio
óptico, se ha de proceder a cubrir las preparaciones mediante un cubreobjetos. Para ello
se requiere la utilización de una sustancia cementante o medio de montaje. Si se quiere
asegurar la estabilidad de la tinción histológica, se utiliza un medio de montaje
permanente que se ha de elegir en función del tipo de técnica de tinción empleada. Si
durante la técnica de tinción se han empleado colorantes hidrosolubles, deben utilizarse
medios de montaje noacuoso, es decir hidrofóbicos.