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DISERTACIÓN: EL PROBLEMA DE DIOS EN KANT

Para Kant el tener conocimiento sobre algo ya no es la simple abstracción que se realiza sobre
una forma de la realidad, sino para él el verdadero conocimiento se produce en el encuentro
entre las categorías a priori del entendimiento y la experiencia de las intuiciones sensibles.
Para kant la forma ya no es algo que pertenezca a la realidad que el sujeto descubre, sino algo
del sujeto de sus estructuras a priori que el sujeto impone sobre los datos de los sentidos. La
condición, por tanto, para que haya conocimiento es que las formas a priori del sujeto puedan
aplicarse a los datos de la experiencia. Y estas condiciones planteadas es cuando aparecen
algunas ideas que no siguen estas normas dentro de la Metafísica tradicional, entre ellas la
idea de Dios. ¿Guarda alguna relación el problema de Dios en Kant con la Crítica
trascendental a la metafísica? ¿Hasta el momento la metafísica había conseguido seguir el
camino seguro de la ciencia, produciendo de este modo conocimiento verdadero de aquello
que trata? ¿Cuál es el motivo por el cual la Metafísica no sigue este camino?¿Guardan un
papel muy importante los juicios analíticos a priori en cuanto a la problemática que se
presenta? ¿Está este problema relacionado con los conceptos que se tienen acerca de
fenómeno y noúmeno? Ante esta problemática ¿cuántos niveles de formalidad propone Kant
en la formación del conocimiento?¿A qué hace referencia “ilusión trascendental”?¿Es la idea
de Dios una ilusión trascendental?¿Qué son las ideas trascendentales?¿Es Dios una idea
trascendental? Además de ésta ¿existen otras ideas trascendentales?¿Cómo agrupa Kant las
pruebas que la Metafísica tradicional propone ante la existencia de Dios?¿Cómo solucionará
Kant esta problemática?

En esta disertación voy a hablar sobre cómo la idea trascendental de Dios influye en la
problemática que había presentado la metafísica tradicional hasta ese mismo momento.
También hablaré sobre cómo funcionan las ciencias y cuáles son los efectos producidos por
los juicios analíticos a priori sobre ésta y como los aplicará en la metafísica. Además hablaré
sobre los distintos niveles de formalidad que explican el funcionamiento de la metafísica y
como intervienen las ideas trascendentales en esta problemática.

El problema de Dios en Kant está muy relacionado con la misma crítica trascendental de la
metafísica, ya que la idea de Dios es una de las ideas que no permiten a la metafísica obtener
el camino seguro que sigue la ciencia debido a que éstas exceden los límites de la
experiencia, y que por tanto hasta el momento no había conseguido funcionar de manera
correcta ya que cada autor proponía cosas totalmente diferentes.

En cambio, en la ciencia, siempre ceñida a la experiencia, no ocurría lo mismo. Kant


comprendió que ésta hacía generalizaciones de los resultados empíricos que obtenía a partir
de un plano que ya se había planteado con anterioridad; que construía leyes que describen el
comportamiento de los objetos del mundo pero generalizando sobre los acontecimientos y
estableciendo un nexo de “necesidad” entre determinados acontecimientos, es decir sometía
las experiencias contingentes a las exigencias de la razón. Dicho de otra forma, la ciencia
utiliza los juicios sintéticos a priori para verificar que en ellas existe conocimiento. Estos
juicios reúnen las características que poseen los juicios sintéticos con las de los a priori, y
son éstos los que fundamentan las bases de las ciencias. Por un lado, los juicios sintéticos son
aquellos juicios que provienen de la experiencia y además son ampliativos, es decir, el
predicado aporta información nueva respecto al sujeto. En cuanto a los a prioris aportados por
el mismo sujeto nos darán las características de universalidad y necesidad tan importantes en
el conocimiento.

En cambio, en la metafísica tradicional todo el conocimiento que se obtiene es a posteriori,


es decir, es consecuencia de la experiencia, pero a la vez afirma tener conocimientos a priori
en determinada cosas (que son independientes o previos a la experiencia), en forma de ideas
innatas, de manera que se contradice. Para Kant este planteamiento es contradictorio ya que
dice conocer a priori lo que es conocido a posteriori, y dogmático, ya que al no poder
justificar sus fallos los determina como principios indiscutibles, apartados de cualquier tipo
de crítica.

Frente a esta situació, Kant decide preguntarse qué es lo que puede extraer de esta metafísica
que pueda conocerse a priori. Por tanto, establece una distinción trascendental entre los
objetos: por un lado Kant presenta los fenómenos que son los objetos conocidos bajo una
forma específica de conocer que poseen los seres humanos, estos fenómenos son el resultado
de la combinación de los objetos externos al sujetos con el espacio y el tiempo; y por el otro
lado presenta las cosas en sí o noúmeno que es la parte del objeto que nosotros no percibimos
ya que nosotros únicamente percibimos las impresiones que son los fenómenos, es decir son
como la esencia de los fenómenos que nosotros percibimos. Por lo tanto, en toda cosa
conocida hay que distinguir entre la materia captada por los sentidos y la forma humana de
percibir esta materia. Sin la combinación de estos elementos no hay fenómenos ni
conocimiento alguno.

Al hacer esta distinción entre fenómeno y noúmeno Kant muestra que existen distintos niveles
de formalidad dentro del sujeto en cuanto a la formación del conocimiento. En primer lugar
hallamos la Estética Trascendental que está en el nivel de la sensibilidad. A este nivel le
corresponden las formas a priori del espacio y el tiempo que no son algo de la realidad, sino
que son formas con las que el mismo sujeto ordena las intuiciones empíricas que recibe del
exterior, y por tanto es donde se forman los fenómenos. En segundo lugar tenemos la
Analítica Trascendental y ésta pertenece al entendimiento. En este nivel lo que nos
encontramos son las categorías de entendimientos que al igual que el espacio y el tiempo, son
formas que el sujeto aplica para clasificar de nuevo lo del nivel inferior, es decir, los
fenómenos . Por último tenemos el nivel de la Dialéctica Trascendental que es en el cual se
centra Kant para poder averiguar cuales son los motivos por los que la metafísica no consigue
seguir el camino que llevan a cabo el resto de las ciencias.
De este modo, se puede definir la metafísica como la disciplina que busca un conocimiento
metaempírico, es decir, el conocimiento que va más allá de la experiencia. Esta es la primera
equivocación que lleva a cabo la metafísica, ya que pretende tener conocimiento de las cosas
en sí o noúmeno, saltándose el proceso de conocimiento que llevan a cabo todas las ciencias y
confundiendo los términos de noúmeno y fenómeno. Para Kant las impresiones sensibles sin
conceptos son ciegas, y los conceptos sin impresiones son vacíos. Esto significa que al
entendimiento humano no le es lícito traspasar los límites de la experiencia ya que más allá
no hallará conocimiento alguno, y es esto lo que justamente hace la metafísica al intentar
justificar algunas cosas de las cuales no tiene ninguna experiencia sensible. Por lo tanto, Kant
llega a la conclusión que la verdad queda delimitada por la experiencia y que todo concepto
será válido y admisible siempre que se pueda remitir a lago de la realidad.

La segunda equivocación que llevará a cabo esta metafísica tradicional será creer que la razón
puede franquear aquello sensible y conseguir aquello absoluto e incondicionado. Esto se debe
al aceptar acríticamente la existencia de seres suprasensibles de los cuales no se posee ningún
tipo de conocimiento, ni se puede remitir a ningún tipo de intuición sensible. Al no saber
distinguir entre fenómeno y noúmeno, no podrá diferenciar entre el plano de la realidad y el
plano de lo moral, en consecuencia hace depender los valores morales de las consecuencias
metafísicas.

A esta pretensión de estar constantemente rebasando los límites de la experiencia Kant la


denominará ilusión trascendental y esta ilusión es la que fundamenta la metafísica tradicional
por el hecho de que ésta intenta contínua mentes hacer una teoría acerca de las cosas en sí o
noúmenos. La metafísica al intentar llevar el entendimiento más allá de la experiencia está
incumpliendo el primer principio del conocimiento científico, y por lo tanto no puede
considerarse como una disciplina científica. Según Kant esta ilusión para el ser humano es
inevitable, por lo que lo importante ya no es eliminarla totalmente sino tratarlo como una
simple ilusión y trasladarla fuera del saber para situar en la misma fe.

Para saber qué es exactamente lo que falla en la metafísica tradicional Kant introduce las
características propias del conocimiento científico en ésta, que son la necesidad, la
universalidad y la experiencia. De este modo, Kant consigue saber que lo único que no
conecta con estas características son las ideas trascendentales en las cuales se incluye Dios.

Las ideas, producidas por la razón, son conceptos necesarios de los cuales no podemos
prescindir pero esto no quita que sean ilusiones, en resumen, no se puedo evitar tener la
ilusión pero lo que sí que se puede evitar es creerla o no. Kant nos dice que tenemos que
actuar con esta misma suspicacia en lo que respecta al uso metafísico de la razón. Kant
identifica tres ideas trascendentales: el yo, el mundo y Dios. El problema que presentan estas
ideas trascendentales es que ninguna puede remitirse a nada de la que se pueda extraer una
experiencia, por lo que son ideas vacías sin correlato sensible.
El metafísico caracteriza al yo, por ejemplo como una alma simple, sustancial y por eso
inmortal, pero haciendo esto está abusando de las categorías del entendimiento porque se está
aplicando al sujeto cuando en realidad no tenemos ninguna realidad sensible de cómo es ese
sujeto. Esto es hacer un mal uso de las categorías porque éstas están destinadas a lo
insensible, por ellas mismas no dicen nada. También cuando quiere hablar del mundo, el
metafísico no deja de caer en antinomias que es la dualidad de una tesis y una antítesis en la
que tanto la tesis como la antítesis son igualmente demostrables por lo que es una aporía.

Por último hallamos la idea trascendental de Dios que es la que propone en cuestión. Kant
encuentra en las pruebas que tradicionalmente se vienen dando de la existencia de dios un
error de razonamiento: la razón elude las condiciones de todo conocimiento posible, de toda
objetividad posible. Kant agrupa las pruebas tradicionales de la existencia de dios en tres
argumentos principales.

El argumento ontológico: Dios es un ser perfecto, porque si no existiera le faltaria la


perfección de la existencia y no sería un ser perfecto. Kant discute este argumento y muestra
que ’existencia’ es una categoría formal que sólo podemos aplicar legítimamente a las
percepciones sensibles. De modo que para afirmar que algo existe, no basta con tener la idea
de ese algo, sino además hay que tener la percepción sensible correspondiente. Por tanto,
como de ’dios’ no tenemos la percepción sensible correspondiente, tampoco podemos afirmar
su existencia.

El argumento cosmológico consiste en ir enumerando serie de causas hasta tener que llegar a
detenerse en una causa incausada, que es dios. Pero esto es fácil de refutar. El error del
razonamiento consiste en que se cesa de pronto de aplicar la categoría de causalidad sin
motivo alguno.

El argumento físico-teológico, que es el de la finalidad. Es el de describir y descubrir en la


naturaleza una formas reales de cosas adecuadas a un fin, como, por ejemplo, la estructura del
ojo humano para ver, ), cuyo funcionamiento no podemos explicar sin acudir a la existencia
de una inteligencia creadora. Kant muestra que el concepto ’fin’ es uno de esos conceptos
metódicos que utilizamos para describir la realidad, pero del cual no podemos sacar ninguna
otra consecuencia, sino que tal o cual forma es adecuada a un fin. No podemos, sin salirnos
de los límites de la experiencia, sacar de esa adecuación a un fin conclusiones referentes al
creador de esas formas.

En definitiva, El problema de Dios está englobado dentro de la problemática de la metafísica


tradicional, ya que es uno de los factores que provocan que esta no funcione de manera
correcta. Kant tiene claro que la metafísica no funciona correctamente debido a que cada vez
se plantea de manera distinta. Además considera que en muchas ocasiones se contradice ya
que califica conocimientos a priori cuando en realidad son a posteriori, y cuando no sabe
explicar algunos conceptos los denomina ideas innatas. Kant propone que para solucionar
esta problemática, la metafísica debe seguir el camino que llevan cabo todas las ciencias, y
para ello deberá aprender a diferenciar entre noúmeno y fenómeno que es el problema que la
aboca a no poder concebir nocimiento verdadero. Kant propone la existencia de tres niveles
de entendimiento: la Estética Trascendental ( el de la sensibilidad), dónde se producen los
fenómenos por combinación de las experiencias de la intuiciones sensibles con el espacio y el
tiempo; la Analítica Trascendental (en el nivel del entendimiento) donde se forma el
conocimiento a partir de la fusión del fenómeno y las categorías; y por último hallamos la
Dialéctica Trascendental, donde se encuentra la metafísica. Kant no considera a la metafísica
como una ciencia igual a las matemáticas o la física ya que en muchas ocasiones excede los
límites determinados por la experiencia.Cuando Kant nos habla de ilusión trascendental se
refiere a la pretensión que tiene la metafísica de estar constantemente sobrepasando los
límites de la experiencia y por ello no puede ser una ciencia. Por ello, Kant intentará aplicar
los juicios sintéticos a priori a la metafísica para que esta pueda seguir el camino seguro que
siguen todas las ciencias. Es decir, Kant buscará aquello que es independiente y previo a la
experiencia, el resultado de la aplicación de los juicios sintéticos a priori serán las ideas
trascendentales que construirán la ética dentro de la misma metafísica. Las ideas
trascendentales serán aquellas ideas que sobrepasan la experiencia después de haber aplicado
los juicios sintéticos a priori en la metafísica tradicional, y son el yo, el alma y Dios. La idea
de Dios la metafísica lo intenta justificar con tres argumentos distintos: el argumento
teológico, el cosmológico y el ontológico, pero para Kant ninguna de las tres pruebas es
válida con la suficiencia exigida con la nueva ciencia para demostrar la existencia de un Dios
personal y creador del mundo, porque todas ellas rebasan de lejos el límite de la experiencia,
lo mismo pasa con las otras dos. En resumen, las ideas trascendentales son el culmen de una
megaconstrucción racional con el único inconveniente de que son ilusorias. Frente a esta
situación, Kant decide reagrupar estas tres ideas trascendentales dentro de la ética ( la moral),
para después ser expulsada de la metafísica. De esta forma la metafísica ya podrá seguir el
camino seguro que siguen todas las ciencias, ya que no rebasará los límites de la experiencia.
De este modo el conocimiento quedará dividido en dos tipos: por un lado el conocimiento
teórico formado por las ciencias i la metafísica, y por otro el conocimiento práctico
constituido por la ética, fundamentada en la fe y la creencia.

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