Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Repercusiones
I. SIGLO XIX
1. El idealismo alemán: (Fichte, Schelling y Hegel). Siguen a Kant en algunas de
sus tesis principales, radicalizando sus planteamientos:
potencian el papel activo del sujeto: para Kant el sujeto es activo pues
influye en lo conocido a partir de sus estructuras aprióricas, pero mantuvo,
además, que en el sujeto había también una dimensión de pasividad, que
cifró en el hecho de que el sujeto elabora el fenómeno con el material bruto
de la sensación; para los idealistas absolutamente todos los aspectos de la
realidad conocida son una consecuencia de la actividad del sujeto
cognoscente,
lo que les llevará a mantener que la Razón (que Hegel identificará con lo
Infinito o Dios) carece de límites (todo lo real es racional),
y a negar la noción de noúmeno o cosa en sí: no existe nada que esté más
allá de la realidad conocida, no hay distinción entre la realidad pensada y la
realidad en sí misma.
2. Marx:
Tomó conceptos importantes de Hegel (alienación, dialéctica,...),
interpretándolos en sentido materialista.
La visión kantiana de la libertad y, más aún, el imperativo categórico en la
fórmula general que describe al hombre como un fin final, y que prohíbe
tratarlo como mera cosa, inspiró las críticas del joven Marx a la alienación y
explotación económica como una forma de cosificación del hombre.
3. Schopenhauer, principalmente su distinción mundo fenoménico/cosa en sí, que
este último autor identificará con la irracional “voluntad de vivir”, e indirectamente
también en Nietzsche.
4. La filosofía de Kant conoció aún una cierta renovación en Alemania, a partir de
1860, en el llamado neokantismo, con Cohen y Natorp, autores que influyeron
en la primera etapa de Ortega y Gasset.
II. SIGLO XX
Afinidad entre Kant y Wittgenstein, filósofo interesado también por la
investigación de los límites del conocimiento, aunque en éste último autor
centrada en la comprensión de los límites del lenguaje.
El movimiento neopositivista, y en la línea del empirismo de Hume y el
escepticismo metafísico de Kant, creyó imposible el conocimiento metafísico
y declaró que únicamente cabe el conocimiento, la ciencia, de lo que se
ofrece a la percepción; pero cuidado: Kant no niega lo metafísico (la
libertad, el alma y Dios), sólo su acceso intelectual, y reivindica la vía moral,
la razón práctica, como la experiencia que le permite al hombre vincularse
con lo metafísico, algo rechazado por esta corriente.
ConceptoA Posteriori
Lo “a priori” y “a posteriori” no se limita al tema del conocimiento, también está presente
en la ética kantiana. En general, “a priori” es lo que no tiene su origen ni mediato ni inmediato
en la experiencia, y “a posteriori” es lo que tiene un origen empírico pues descansa en la
experiencia, y en último término en la percepción. El siguiente esquema representa los
elementos a priori y a posteriori más importantes:
en el nivel del razonamiento: las ideas de la Razón (alma, Dios y Mundo);
Imanuel
Kant
(1724-1804)
A PRIORI
Obra en Condición
Se opone
Tipo de hecho Rasgos donde lo de
a
estudia posibilidad
el
el carácter
existencia conocimient
posee subjetivo de
de o empírico
hecho universalida “Crítica de la ciertos
conocimient (validez
teórico dy Razón Pura” elementos
o sintético particular y
necesidad cognoscitiv
a priori contingente
os
)
ANALÍTICA TRASCENDENTAL
VOLUNTAD
Voluntad santa es aquella que sólo puede ser determinada por la razón,
nunca por la inclinación, como ocurre en Dios. Para esta voluntad la ley
moral no tiene la forma de imperativos puesto que inevitablemente, dada su
constitución, cumplirá la ley.
La voluntad humana puede ser determinada, además de por la razón, por
la inclinación. Dado que la inclinación puede movernos a realizar una acción
contraria al deber, en nuestro caso la ley moral tiene la forma de imperativo
(“debes hacer X”).
BUENA VOLUNTAD
Y ello aunque luego las acciones que el sujeto hace puedan verse truncadas
en su intención, o puedan tener consecuencias no queridas por el sujeto e incluso
contrarias a la felicidad de los demás. La buena voluntad es la que interviene
cuando queremos hacer el deber por el deber.
Kant creyó que hacer un juicio es categorizar o conceptualizar (en el juicio "la
mesa de la habitación es negra" conceptualizamos la realidad a la que se refiere el
sujeto –la mesa– como siendo o teniendo determinadas características –como
siendo negra–) y que, por lo tanto, habrá tantas formas puras de categorizar o
conceptualizar, como formas puras de juicios. Dado que existe una relación especial
entre las categorías y los juicios, pensó Kant, podemos averiguar cuántos y cuáles
son dichos conceptos puros utilizando como "hilo conductor" la investigación de los
tipos de juicios. La lógica de su tiempo ya había hecho esta investigación y Kant
acudió a ella para establecer la tabla de categorías.
TABLA DE LAS
TABLA DE LOS JUICIOS
CATEGORÍAS
Universales
Unidad
"Todo A es B"
Según la Particulares De la
Pluralidad
cantidad "Algún A es B" cantidad
Singulares
Totalidad
"Este A es B"
Afirmativos
Realidad
"Es cierto que A es B"
Según la Negativos De la
Negación
cualidad "A no es B" cualidad
Infinitos
Limitación
"A es no B"
Inherencia y
Categóricos
Subsistencia (substanci
"A es B"
a y accidentes)
Hipotéticos Causalidad y
Según la De la
"Si A es B, entonces es Dependencia (causa y
relación relación
C" efecto)
Comunidad (acción
Disyuntivos
recíproca entre el
"A es B, o C, o D, ...."
agente y el paciente)
Problemáticos Posibilidad-Imposibilida
"A puede ser B" d
Según la De la
Asertóricos
modalida modalida Existencia-No existencia
"A de hecho es B"
d d
Apodícticos
Necesidad-Contingencia
"A necesariamente es B"
Las categorías se usan de un modo adecuado cuando las aplicamos a los
objetos que se dan a la experiencia pero no cuando con ellas intentamos pensar
objetos que estén más allá de la experiencia, para pensar objetos trascendentes;
así por ejemplo, el concepto de unidad tiene un valor objetivo si lo usamos para
pensar el objeto que tengo delante como una mesa, pero no para pensar en Dios
como siendo una realidad; o la categoría de causa–efecto tiene valor objetivo
cuando la aplico a la relación existente entre fenómenos (como el fenómeno de
calentar el agua a 100 grados y el fenómeno de hervir el agua), pero no es válida
cuando la utilizo para pensar en un ser trascendente como Dios y decir de él que
es causa del mundo.
DIALÉCTICA TRASCENDENTAL
ÉTICA FORMAL
La ética formal defiende que un criterio meramente formal nos permite decir si
una conducta es buena o mala, nos permite separar o delimitar las conductas
buenas de las malas; este criterio consiste fijarse en posibilidad de
universalización de la máxima. Kant distingue entre la forma y la materia de un
mandato: la materia es lo mandado (por ejemplo, decir la verdad para el mandato
"no se debe mentir"), y la forma, el modo de mandarlo (si se ha de cumplir
siempre, algunas veces o nunca); aquellas máximas de conducta que cumplen el
requisito formal de ser universalizables describen una acción buena, y aquellas
máximas que no puedan ser universalizables describen una conducta mala; así, por
ejemplo, la máxima de conducta según la cual cuando hago una promesa la hago
con la intención de no cumplirla, es una máxima que describe una conducta mala
pues si la universalizamos dejaría de tener sentido proponer y aceptar promesas.
Otras características de la ética formal son lo que se ha llamado rigorismo
kantiano, la defensa de la autonomía de la voluntad en la experiencia moral, y la
propuesta de los imperativos categóricos como imperativos propiamente morales .
el deber por el deber: debemos intentar realizar la conducta que manda el
imperativo moral, pero no porque con ella podamos conseguir algún bien
relacionado con nuestra felicidad, sino exclusivamente por respeto a la ley
(por deber). El cumplimiento del deber es tan importante que incluso lo he
de elegir aunque su realización vaya en contra de mi felicidad y de la
felicidad de las personas a las que quiero;
elcarácter universal de la bondad o maldad de una acción: si una
acción es mala, lo es bajo cualquier circunstancia; aceptar una excepción
implicaría aceptar las condiciones del mundo en la determinación de la
voluntad, y por lo tanto la heteronomía de la ley moral (si está mal mentir
no vale ninguna mentira, ni la mentira piadosa ni la mentira como algo
necesario para evitar un mal mayor).
ÉTICAS MATERIALES
ÉTICAS PARA LAS CUALES EL MANDATO MORAL TIENE SU FUNDAMENTO EN ALGO AJENO A
ÉL MISMO COMO ES EL HECHO DE SU UTILIDAD PARA REALIZAR LO CONSIDERADO COMO
BIEN SUPREMO. ESTAS ÉTICAS SON HETERÓNOMAS Y DAN LUGAR A MANDATOS
MERAMENTE HIPOTÉTICOS.
Las éticas materiales se caracterizan por los dos rasgos siguientes:
Estas éticas sólo pueden describir los mandatos como preceptos necesarios
para la realización de algo considerado como bueno. El carácter de bien que tiene lo
considerado Bien Supremo le viene dado por su dependencia con nuestra facultad
de desear, y por tanto por el egoísmo.
No hay que confundir ética material con ética materialista; la ética
materialista es aquella que identifica el Bien Supremo con un bien material (el
dinero, los placeres sensibles, por ejemplo); lo contrario de una ética material es
una ética formal, lo contrario de una ética materialista es una ética
espiritualista. La ética espiritualista identifica el Bien Supremo con un bien espiritual
(Dios, por ejemplo). La ética de Santo Tomás es ética espiritual pero también
material; la ética epicúrea, al poner el Bien Supremo en el placer corporal (en su
lectura más popular, aunque no la más correcta), es una ética material y
materialista.
Las tres críticas fundamentales que hace Kant a las éticas materiales son:
las éticas materiales son empíricas;
sus preceptos son hipotéticos o condicionales, y
son heterónomas.
Imanuel
Kant
(1724-1804)
TIPO DE HECHO
ámbito al que se
el mundo físico el mundo moral
refiere
la distinción
consecuencias fenómeno/noúmeno
la libertad y la posibilidad del Sumo Bien
de su existencia el Idealismo
Trascendental
tipo de ejercicio
de la razón Razón Teórica Razón Práctica
involucrado
FELICIDAD
LIBERTAD
En este mundo la vida buena no coincide necesariamente con la vida feliz. La
ética formal establece que la conducta buena no puede descansar en la
preocupación por alcanzar la felicidad; sin embargo, Kant no olvida la importancia
de ésta en la vida humana por lo que la introduce en el Sumo Bien. En el Sumo
Bien se reúnen las dos aspiraciones humanas fundamentales, la de la virtud y la de
la felicidad, y Kant creerá que ésta síntesis tiene que realizarse de alguna manera
para que tenga sentido la propia experiencia moral.
Hay que tener cuidado en esta cuestión pues puede parecer que Kant
introduce de forma un tanto sutil la ética material en la reflexión moral; esto no es
así pues el Sumo Bien no puede ser el fundamento de determinación de la voluntad
(es decir, aunque nos cabe esperar ser felices y la inmortalidad, no debe ser la
realización de la felicidad o el cielo lo que nos mueva) sino el deber. No se trata
tanto de ser felices como de ser dignos de la felicidad.
Kant dice que de ellos no cabe conocimiento pero sí un peculiar modo de
asentimiento o creencia que denomina fe racional. Los postulados de la razón
práctica son la existencia de la libertad, la inmortalidad del alma, y la existencia de
Dios.
12. Kant, al igual que Hume, negará que la ciencia natural pueda darnos
conocimiento a priori.F
13. Los juicios sintéticos son aquellos en los que el predicado no está
incluido en el sujeto.V
19. Kant pensó que era posible descubrir el número exacto de conceptos
no empíricos que se encuentran en nuestro entendimiento.V
25. Según Kant, no podemos conocer las cosas tal y como son en sí
mismas.V
31. Kant creyó que cuando se usa la razón con la pretensión de alcanzar
un conocimiento del mundo como totalidad, es posible demostrar con
la misma verosimilitud proposiciones que son contradictorias entre
sí.V
36. Las éticas materiales son aquellas éticas que proponen como Sumo
Bien algo material.F
39. Kant creyó que los fines a los que se refieren todas las éticas
materiales sólo se pueden conocer mediante la experiencia
empírica.V
45. Pensó que sólo la ética formal puede concebir a la voluntad como
dándose a sí misma sus propias leyes y, por tanto, libre.V
47. Kant creyó que era moral mentir si con ello se consigue realizar un
bien.F
Descartes
EL MÉTODO
LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD
ARGUMENTO ONTOLÓGICO
Descartes considera la existencia como una propiedad puesto que puede ser
atribuida a una cosa (tesis con la que no estará de acuerdo Kant); así, la
existencia posible es una perfección en la idea de un triángulo porque la
hace más perfecta que las ideas de todas las quimeras que no pueden ser
producidas. Pero la existencia necesaria es una perfección aún mayor. El
existir realmente hace de algo más perfecto que el existir meramente
en el pensamiento o que la mera posibilidad de existir;
1. la regla de la evidencia;
2. la regla del análisis;
3. la regla de la síntesis;
4. la regla de la enumeración.
1. Regla de la evidencia
Es la primera y más importante de las reglas del método. Consiste en aceptar
como verdadero sólo aquello que se presente con “claridad y distinción”, es decir,
con evidencia. Es el ejercicio de la intuición.
Esta regla da lugar a la duda metódica y, tras su superación, al conocimiento
como ciencia o saber estricto. En los “Principios de filosofía”, Descartes nos dice
que nunca nos engañaremos si nos limitamos a describir en nuestros juicios sólo
aquello que conocemos clara y distintamente. El error tiene su origen en que
juzgamos antes de tener un conocimiento exacto de lo juzgado. La voluntad, que es
imprescindible para que demos nuestro asentimiento a un juicio, pude ir más allá
de lo que se ofrece con claridad y distinción, y por lo tanto llevarnos al error.
Descartes consideró que siempre que nos equivocamos es por mal uso de nuestra
voluntad.
3. Regla de la síntesis
En el “Discurso del método” nos la presenta como la tercera regla del método.
Recomienda comenzar por los primeros principios o proposiciones más simples
percibidas intuitivamente (a las que se llega mediante el análisis) y proceder
a deducir de una manera ordenada otras proposiciones, asegurándonos de no
omitir ningún paso y de que cada nueva proposición se siga realmente de la
precedente. Es el método empleado por la geometría euclidiana. Según Descartes,
mientras que el análisis es el método del descubrimiento, y es el que utiliza en las
“Meditaciones Metafísicas” y el “Discurso del método”, la síntesis es el método más
apropiado para demostrar lo ya conocido, y es el empleado en los “Principios de
Filosofía”.
4. Regla de la enumeración
Descartes la cita en el “Discurso del método” como la cuarta regla. Consiste en
revisar cuidadosamente cada uno de los pasos de los que consta nuestra
investigación hasta estar seguros de no omitir nada y de no haber cometido ningún
error en la deducción.
"Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpa a los vicios, siendo un Estado
mucho mejor regido cuando hay pocas, pero muy estrictamente observadas, así también, en
lugar del gran número de preceptos que encierra la lógica, creí que me bastarían los cuatro
siguientes, supuesto que tomase una firme y constante resolución de no dejar de observarlos
una vez siquiera:
Fue el primero, no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que
lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en
mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mí espíritu, que no
hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda.
El segundo, dividir cada una de las dificultades, que examinare, en cuantas partes fuere
posible y en cuantas requiriese su mejor solución.
El tercero, conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más
simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el
conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se
preceden naturalmente.
Y el último, hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales,
que llegase a estar seguro de no omitir nada."
REALIDAD OBJETIVA
No todas las ideas tienen la misma realidad objetiva: las que se refieren a
substancias tienen más realidad objetiva que las que se refieren a atributos; y, de
las substancias, las que se refieren a las substancias espirituales poseen más
realidad objetiva que las que se refieren a cosas materiales. La idea con más
realidad objetiva es la idea de Dios.
RES COGITANS
DEL LATÍN “RES”, COSA, Y “COGITO”, PENSAR. LA MENTE O SUBSTANCIA PENSANTE.
El atributo por el que conocemos esta substancia, el que constituye su esencia
y del que dependen todas las demás es el pensamiento. Todas las propiedades que
encontramos en la “res cogitans” no son sino diferentes modos de pensar: la
imaginación, el sentimiento y la voluntad, dependen de tal modo de una cosa que
piensa, que no podemos concebirlos sin ella. Recordamos que, en realidad, con
“pensar” no se refiere aquí Descartes al pensamiento en sentido estricto sino
propiamente al “ser consciente de”, a todo aquello que puede estar acompañado de
consciencia. Por esto, como nos dice en las “Meditaciones Metafísicas”, “una cosa
que piensa es una cosa que duda, que entiende, que concibe, que afirma, que
niega, que quiere, que no quiere, que imagina también y que siente”.
La filosofía, entendida como el intento de alcanzar una comprensión racional
de la totalidad y profundidad de lo real, comienza en Occidente con los griegos. En
los siglos VI y V a.C. este magnífico pueblo, desprovisto casi por completo de una
tradición literaria escrita, nos sorprende con una escenario vital nuevo: hombres
como los milesios, Heráclito, Parménides, Pitágoras, los sofistas, Sócrates...
reclaman el uso de la Razón (Logos) y de la Teoría, frente a la imaginación y los
mitos (recursos de la cultura tradicional), para dos tareas fundamentales: la
comprensión del mundo y la guía y disciplina de la conducta para la vida buena y
feliz. Nosotros, herederos de estas pretensiones, seguimos ensayando este
proyecto con mayor o menor fortuna.
Los fines últimos del hombre (el bien y la felicidad) únicamente se alcanzan de
modo adecuado en sociedad. La disposición humana a vivir en sociedad es una
consecuencia de su propia esencia, pues el hombre es un ser social por naturaleza:
los hombres necesitamos de la sociedad para realizar las actividades que nos son
propias y que constituyen nuestros fines y perfección. La ciudad (polis) o
comunidad es un fin natural del ser humano: puesto que la naturaleza no hace
nada en vano, y a los seres humanos nos ha dado el lenguaje, éste ha de tener un
fin: su fin es posibilitar la comunicación, facilitarnos la convivencia al permitirnos
expresar lo justo y lo injusto, el bien y el mal, y el ámbito en el que es posible
desarrollar estas cosas es la ciudad. Además, la ciudad (o Estado) es anterior por
naturaleza al individuo, como el todo es anterior a la parte, o el cuerpo a la mano:
el individuo no se basta a sí mismo y puede desarrollarse sólo en el ámbito de la
sociedad, la polis, como la mano puede ser tal sólo cuando está en un cuerpo. Para
Aristóteles la ciudadanía, el derecho a participar en el gobierno de la ciudad, está
ligado a la posibilidad del ejercicio de la razón. Por naturaleza tienen derecho a
gobernarse a sí mismos los seres racionales; este es el caso de los varones libres,
pero no de la mujer, que no posee de verdad la razón, ni tampoco de aquellos
hombres que por naturaleza son esclavos. Es también la naturaleza la que
establece las distintas formas de convivencia: la familia, primera comunidad
natural, tiene como propósito la procreación y procurar los bienes básicos de
subsistencia; pero dado que la familia no es totalmente autosuficiente, necesita de
la asociación con otras, lo que dará lugar al municipio o aldea; y para la vida más
elevada, la forma social natural superior, al Estado. El Estado, sus leyes e
instituciones, permite la vida humana plena, por lo que tiene primacía sobre el
individuo y la familia. El Estado se puede organizar de formas diferentes y tener
distintas "constituciones": el gobierno puede estar en manos de un solo hombre, de
unos pocos o de la mayor parte de los hombres; las constituciones legítimas, pues
buscan el bien común, son la monarquía, la aristocracia y la república (politeia), o
gobierno de la mayoría dotada de recursos económicos, la clase media, y las
ilegítimas sus degeneraciones: tiranía, oligarquía y democracia (entendida como
demagogia).
NATURALEZA Y ÉTICA EN ARISTÓTELES
Según la ontología aristotélica todas las cosas que podemos percibir, todas las
cosas sensibles (tanto las naturales como las artificiales) están compuestas con la
estructura acto y potencia y, dado que el movimiento es el paso de la potencia
al acto, todas las cosas sensibles tienen el movimiento como uno de sus rasgos
más característicos y definitorios.
La ética aristotélica intenta establecer los criterios que nos permitan dar con el
“hacer” adecuado para el hombre, busca enseñarnos a conducirnos y actuar en
relación a las principales metas humanas: el bien y la felicidad. En el planteamiento
aristotélico, el bien propio del ser humano, como el de cualquier otro ser natural,
estará relacionado con su esencia o naturaleza característica, y dado que la virtud
es la excelencia de lo natural, la ética aristotélica será básicamente una teoría de
la virtud.
Sin embargo, Aristóteles también afirmará que no toda acción ni toda pasión
admite el término medio, pues hay cosas malas en sí mismas: pasiones malas en
sí mismas son la malignidad, la desvergüenza y la envidia, y malas acciones en sí
mismas el adulterio, el robo y el homicidio. Como ejemplos de virtud cabe señalar
el valor (medio entre la temeridad y la cobardía) y la templanza (medio entre la
intemperancia o libertinaje y la insensibilidad); la virtud más importante es
la justicia.
IV.2. El ciudadano
Para Aristóteles la ciudadanía, el derecho a participar en el gobierno de la
ciudad, está ligado a la posibilidad del ejercicio de la razón. Los seres racionales por
naturaleza tienen derecho a gobernarse a sí mismos; este es el caso de
los varones libres. Aristóteles defiende la inferioridad de la mujer frente al varón;
la mujer no posee de verdad la razón, participa de una cierta racionalidad pues es
capaz de escuchar y entender al varón y de ese modo dejarse guiar por él, pero en
ella no está la razón lo suficientemente desarrollada como para que pueda ser
totalmente dueña de sí misma. Algo semejante ocurrirá con los esclavos.
Aristóteles defiende la esclavitud: ciertamente, no en todos los casos pues que un
griego como Platón fuera esclavizado es contranatura, pero que los bárbaros lo
sean no. Hay hombres que por naturaleza son esclavos (otra vez, los que no son
totalmente seres racionales) y otros amos, y en estos casos, esta institución,
común en el mundo antiguo, es justa.
27. Según Aristóteles las acciones tienen fines pero las artes no. F
32. La parte vegetativa del alma está relacionada con las percepciones
sensibles.F
36. Según Aristóteles, sólo los hombres y los animales tienen alma.F
38. La ciencia política tiene que ver más con la prudencia que con la
técnica. V
47. Aristóteles creyó que todo lo que se quiere se quiere por otra cosa.V
53. La areté no es una pasión ni tiene nada que ver con las pasiones. F
63. Aristóteles cree que los bienes están relacionados con los finesV.