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Responsabilidad del Estado por falta de servicio del órgano judicial (Breve comentario al

caso "K., A. O. y otro c. Estado Nacional")(*)(1), Por Villarruel, María Susana - El Derecho
Administrativo 2014-79

Introducción

La responsabilidad del Estado por la actuación u omisión ilegítima de alguno de sus órganos se
encuentra regulada en el ámbito nacional y con carácter general en el art. 1112 del cód. civil(2),
disposición en la que la doctrina ha encontrado la recepción del concepto francés de faute de
service(3). Es éste el factor de atribución por excelencia de la responsabilidad estatal aquiliana y
resulta aplicable al cumplimiento irregular o defectuoso de las funciones encomendadas y llevadas
a cabo por cualquiera de los tres poderes del Estado.

En el caso que nos ocupa, se advirtió la concurrencia de un supuesto de falta de servicio del
órgano judicial, que no cumplió debidamente con el deber de custodia de los expedientes y la
documentación acompañada con ellos, y ocasionó un daño resarcible al justiciable. No se trata de
un supuesto de "error judicial", toda vez que quedan excluidos de tal concepto los errores in
procedendo cometidos por magistrados, funcionarios o auxiliares de la justicia, en los cuales no se
pone en ejercicio la potestad de juzgar y que, en su caso, dan lugar a una responsabilidad estatal
de distinta índole: la responsabilidad por el irregular servicio de justicia, asimilable a la de la
administración por el indebido funcionamiento de los servicios públicos(4).

Hechos

Conforme se desprende del relato de las sentencias que se comentan, los señores S. y K. iniciaron
demanda ejecutiva contra M. M. S. A. con el fin de obtener el pago del préstamo en dólares
estadounidenses que habían otorgado a la demandada y, vencido el plazo, no había sido
reintegrado. En la causa adjuntaron el pagaré original, el que fue reservado en el juzgado. La
ejecutada opuso excepción de falsedad de firma, lo que llevó a que los actores pidieran cotejar la
copia acompañada con ese escrito con el original reservado, y se advirtió entonces que éste había
sido cambiado. Ello dio lugar al inicio de la respectiva causa penal por sustracción y reemplazo del
pagaré, en cuya etapa investigativa se encontró –en el estudio de la demandada– el mandamiento
librado por el juzgado con la copia de la documentación habilitante que coincidía con la del
acreedor.

Con base en esos hechos, iniciaron la acción de daños contra el Estado nacional. El juez de
primera instancia en lo Contencioso Administrativo Federal rechazó la demanda. Consideró,
sustancialmente, que el pagaré original reservado y la copia que se hallaba en el expediente habían
sido sustraídos por una persona ajena al juzgado, y sólo a ella se había atribuido responsabilidad
penal. El hecho de que los documentos se encontraran en la Secretaría no permitía inferir una
imputación mecánica a los agentes judiciales, en tanto no se demostrara que no habían adoptado
los recaudos exigibles para garantizar la seguridad de las piezas en cuestión, y tal extremo no
había sido debidamente probado.

Apelada esa decisión, la sala I en lo Contencioso Administrativo Federal la revocó y, en


consecuencia, admitió la pretensión resarcitoria. En prieta síntesis, sostuvo –atendiendo a las
constancias de la causa penal– que no había dudas de que la autora de la sustracción y reemplazo
del documento había sido una tercera persona ajena a la dotación del juzgado, mas esa
circunstancia no obstaba al reconocimiento de la responsabilidad estatal por falta de servicio. Citó
conocida jurisprudencia del Alto Tribunal en la que se sentaron las bases de la responsabilidad, y
se estableció –aunque con carácter subsidiario, al comienzo– la aplicación del art. 1112 del cód.
civil a estos supuestos (Fallos: 306:2020). Recordó también otros precedentes en los se había
fijado indemnización por irregular prestación del servicio de justicia (Fallos: 307:821; 318:845).

Puntualmente, especificó el tribunal que hubo una omisión en el deber de custodia de la


documentación confiada al juzgado interviniente y que la ausencia de la observancia de ese deber
atribuible al servicio de justicia estaba acreditada.

Contra esa decisión, el Estado nacional interpuso su recurso extraordinario de apelación. En


términos sumamente duros y hasta podría decirse ofensivos, el recurrente planteó la improcedencia
de la indemnización reconocida por no existir daño resarcible. Afirmó que los actores debieron
intentar obtener el cobro de la autora de los ilícitos, condenada en sede penal, pero no del Estado,
y que la decisión de la cámara había creado para los demandantes un título con garantías de las
que carecía el crédito originario.

El recurso fue denegado por el a quo, lo que motivó la interposición del recurso de hecho
pertinente, que fue rechazado por la Corte, con remisión a los fundamentos expuestos en el
dictamen de la señora Procuradora Fiscal. De este modo, la desestimación se basó, ante todo, en
la inadmisibilidad formal de la vía intentada. No obstante ello, se precisó que había habido falta de
servicio en la actuación del juzgado comercial, por incumplir los deberes que surgían del
reglamento para la justicia nacional. Además, agregó que carecían de sentido las afirmaciones del
recurrente acerca de que el fallo apelado había transformado al Estado en obligado al pago del
crédito que los actores no pudieron cobrar de la deudora original o que hizo mutar un crédito
incobrable por otro a cargo del Estado, porque se había juzgado la conducta del órgano judicial y se
había concluido en que había sido deficiente y causa del daño. Finalmente, se desechó la tacha de
arbitrariedad por no advertirse en modo alguno en el caso.

Admisibilidad formal del remedio federal

Coincidimos con la opinión de los tres órganos intervinientes (Cámara, Ministerio Público, Corte
Suprema) en cuanto a que el recurso extraordinario federal intentado por el Estado nacional no era
formalmente admisible. En efecto, no se encontraba en juego la interpretación o aplicación al caso
de una norma de naturaleza federal sino que se disentía con la apreciación de las circunstancias de
la causa que había hecho la cámara. En consecuencia, la decisión pretendida sólo remitía al
examen de cuestiones de hecho y prueba, ajenas –como principio– a la instancia de excepción.
Además, la alegada arbitrariedad de la decisión no había sido demostrada. Veremos que los
fundamentos del fallo de cámara resisten incólumes las críticas del apelante.

Consideraciones en cuanto al fondo

1) Aplicación de las pautas de la responsabilidad extracontractual por actividad administrativa


ilegítima

Se ha expresado al comienzo que el caso que se examina constituye un supuesto de falta de


servicio del órgano judicial. En consecuencia, para el examen de admisibilidad sustantiva de la
pretensión resultan de aplicación los principios y requisitos de la responsabilidad del Estado por
ejercicio irregular de actividad administrativa. Si bien esta afirmación no fue expresamente volcada
en las sentencias comentadas, lo cierto es que subyace en sus argumentos, al justificar la
concurrencia de los presupuestos que la tornan viable y al citar, como fundamento, el precedente
"Vadell".

Por lo tanto, consecuencia, resulta ilustrativo traer a colación que la Corte Suprema, en su actual
composición, ha tenido ocasión de referirse a esta problemática en fecha relativamente reciente en
varios precedentes. En ellos se ha expresado con meridiana claridad y, al reiterarse, ha quedado
evidenciada con firmeza la posición del Alto Tribunal en torno de la responsabilidad extracontractual
del Estado en el ámbito de la actividad administrativa ilegítima.

Así, el Tribunal Supremo enumeró los recaudos que deben concurrir para la procedencia de todo
reclamo fundado en la responsabilidad extracontractual estatal por su actividad ilícita: a) que haya
incurrido en una falta de servicio; b) que la actora haya sufrido un daño cierto; y c) que exista una
relación de causalidad directa entre la conducta estatal impugnada y el daño cuya reparación se
persigue(5). Además, reiteró la inveterada doctrina de que quien contrae la obligación de prestar un
servicio debe hacerlo en condiciones adecuadas para llenar el fin para el que fue establecido y es
responsable de los perjuicios que causare su incumplimiento o ejecución irregular. Y agregó que la
idea objetiva de falta de servicio encuentra su fundamento en la aplicación del art. 1112 del cód.
civil y traduce una responsabilidad extracontractual del Estado en el ámbito del derecho público(6).

En el precedente que comentamos, quedó probada la existencia de falta de servicio por el


incumplimiento de las normas que regulan la actividad y organización interna de los diferentes
órganos del Poder Judicial; el daño –según relatan las sentencias– se probó con las pericias
obrantes en la causa; y la relación de causalidad pareciera concurrir con cierta claridad ante la
omisión de los encargados de custodiar los títulos ejecutivos de crédito.

2) Responsabilidad por omisión

Otra particularidad relevante del caso en comentario es que la responsabilidad del Estado no
provino de una actuación positiva del Poder Judicial, no se trató de un oficio confeccionado o
diligenciado erróneamente ni –quedó claro– de un ilicíto cometido por alguno de los miembros del
tribunal. Por el contrario, el daño fue ocasionado por la omisión de debido control de la
documentación que les fue confiada. Puede leerse en los fallos que el título ejecutivo había sido
reservado por el tribunal y que no había constancias –por no haberse acompañado el sumario
labrado en sede judicial como consecuencia de la sustracción del original y del reemplazo por otro–
de que se hubieran adoptado recaudos eficaces para su resguardo. Aun más, la Secretaría había
admitido en sede penal que si el expediente estaba en letra se debía a un error.

En materia de responsabilidad por omisión, la Corte Suprema, haciendo suya la doctrina del
Consejo de Estado francés, ha establecido cuatro elementos de valoración para facilitar la
determinación de la procedencia o improcedencia de la indemnización. Así, ha dicho: "La falta de
servicio es una violación o anormalidad frente a las obligaciones del servicio regular, lo cual entraña
una apreciación en concreto que toma en cuenta la naturaleza de la actividad, los medios de que
dispone el servicio, el lazo que une a la víctima con el servicio y el grado de previsibilidad del daño
(Répertoire de la responsabilité de la puissance publique, Dalloz, Faute de service, nº 178)" (lo
resaltado no pertenece al texto)(7).

Si analizamos el caso a la luz de estas consideraciones, veremos que arribamos a la misma


solución a la que llegaron la Cámara y la Corte. En efecto, en cuanto a la naturaleza de la actividad,
tratándose de una omisión, es menester tomar en cuenta que no se ha incumplido un deber
genérico indeterminado, que tornaría lejana la posibilidad de resarcimiento, sino una obligación de
carácter reglamentario: las normas que rigen al Poder Judicial le encomiendan la debida custodia
de los expedientes y la documentación que a ellos pertenece.

En lo que respecta a los medios de que dispone el servicio, como ya se indicó, no pudo valorarse
este extremo por la ausencia del sumario administrativo en el expediente judicial, pero es dable
inferir que el Poder Judicial cuenta con elementos adecuados y suficientes para resguardo de los
expedientes, que claramente no fueron eficazmente implementados en el caso.

El lazo que une a la víctima con el servicio alude a la existencia de una relación jurídica previa a
aquella con el productor del daño. Si bien no puede hablarse de una relación contractual entre el
justiciable y el Estado, lo cierto es que el particular que acude al órgano judicial para obtener lo que
es suyo –pues se halla vedado de hacerlo por su propia cuenta, en aras a la pacífica convivencia
en sociedad–, posee un derecho frente a éste para exigir la legalidad de los procedimientos y el
cumplimiento de los deberes y cargas.

Finalmente, no resulta completamente ajeno al devenir judicial, especialmente a los juzgados de


primera instancia en el fuero comercial, la posible sustracción, reemplazo o destrucción por parte de
deudores recalcitrantes o letrados inescrupulosos de los títulos que habilitan a los acreedores a
perseguir el cobro de sus créditos. Por tal motivo, seguramente, la documentación se encontraba
"reservada".

De este brevísimo examen de la cuestión, efectuado desde las pautas de evaluación dadas por el
Máximo Tribunal nacional, se advierte la pertinencia del reconocimiento, en el caso, de la
responsabilidad extracontractual del Estado por su omisión ilícita.

3) Responsabilidad directa, no subsidiaria


El Estado nacional sostuvo en su remedio federal que los demandantes debieron reclamar la
indemnización a la autora del hecho ilícito y no, como lo hicieron, al Estado.

Es cierto que la parte actora pudo exigir, de haberlo querido, el resarcimiento del daño que le
ocasionó la sustracción y el reemplazo del pagaré a la señora A., que resultó condenada en el juicio
penal. Pero la sola existencia de esta posibilidad en nada obstaculiza la pretensión resarcitoria del
Estado en tanto se trata de obligaciones distintas.

En este sentido, es dable recordar que la Corte Suprema ha sostenido que "la responsabilidad
extracontractual del Estado, comprometida por la actividad de sus órganos, genera un daño
independiente de la antecedente relación entre la parte actora y su respectivo deudor" (Fallos:
307:1668, 1942)(8).

No se trata de reconocer al Estado como obligado subsidiario ante el incumplimiento del deudor
original. Por el contrario, con total independencia de aquel, se imputa al obrar u omisión estatal el
perjuicio ocurrido por la falta de cumplimiento de sus deberes, en el caso, de custodia de la
documentación. No se crea una suerte de garantía adicional ni se erige al Estado en pagador por
otros, sino que se lo reconoce responsable por su propia acción u omisión ilegítima que resultó
perjudicial para un tercero que, casualmente, tenía una relación crediticia previa con otro sujeto,
pero que no es la que se endilga al Estado.

Conclusión

Se puede advertir que la decisión a la que arribó la cámara, que resultó confirmada por la Corte
Suprema de Justicia, resulta en un todo acorde con la jurisprudencia tradicional y actual del Máximo
Tribunal, lo que constituye un elemento valorativo de extrema importancia atento a que, como
hemos mencionado, a nivel nacional no existe un régimen normativo general y sistémico sobre la
responsabilidad extracontractual del Estado, contando exclusivamente –hasta el momento– con
una sólida doctrina judicial que hinca sus raíces en la Constitución Nacional, en los Tratados
Internacionales y, sin dudas, en los principios generales del derecho.

VOCES: DERECHO COMPARADO - DAÑOS Y PERJUICIOS - PODER EJECUTIVO -


CONSTITUCIÓN NACIONAL - ESTADO - PODER JUDICIAL - LEGITIMACIÓN - PODER DE
POLICÍA - AMPARO - ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - ACTOS Y HECHOS JURÍDICOS -
JURISPRUDENCIA - EMPLEADOS PÚBLICOS - CÓDIGOS - PODER LEGISLATIVO - RECURSO
EXTRAORDINARIO - CORTE SUPREMA DE LA NACIÓN

(*) Nota de Redacción: Sobre el tema ver, además, los siguientes trabajos publicados en El
Derecho: Responsabilidad del Estado: sobre el obrar de un agente policial en cumplimiento de
servicio, por María Sol Peñas, EDA, 2007-170; La falta de servicio y la falta personal, por Martín
Galli Basualdo, EDA, 2008-653; Responsabilidad del Estado por omisión en el control de seguro
obligatorio, por Fernando Restelli, ED, 245-1389; Responsabilidad del Estado por omisión:
reflexiones a mano alzada, por Mauricio Boretto, ED, 253-229; La responsabilidad patrimonial del
Estado y de los funcionarios públicos es un tema constitucional, por Eugenio Luis Palazzo, EDCO,
diario nº 13.342 del 15-10-13. Todos los artículos citados pueden consultarse en
www.elderecho.com.ar.
(1) La autora es Profesora adjunta de Derecho Administrativo Especial en la carrera de Abogacía
de la Universidad Católica Argentina.
(2) No se desconoce que en el Proyecto de Código Civil se propone una nueva regulación del
instituto en examen, pero hasta tanto aquel sea sancionado y entre en vigencia, sólo se cuenta con
el mencionado art. 1112. El aludido proyecto puede ser consultado en http://www.
infoleg.gov.ar/wp-content/uploads/2013/11/8842012.pdf.
(3) Bonpland, Viviana, Responsabilidad extracontractual del Estado (Análisis exegético de las citas
del artículo 1112 del Código Civil), LL, 87-A-779.
(4) Fallos: 321:1712, voto del Dr. Vázquez.
(5) En "Morrow de Albanesi", del 17-8-10, estos requisitos fueron explicitados en la mayoría
conformada por los Dres. Fayt y Lorenzetti (consid. 7º), en el voto de los Dres. Petracchi y Zaffaroni
(consid. 7º), en el voto del Dr. Maqueda (consid. 7º) y en las disidencias de las Dras. Argibay y
Highton de Nolasco (consid. 7º). Se advierte, no obstante, alguna discrepancia al calificar el daño
(algunos agregan "actual") y la relación de causalidad (para algunos debe ser "directa"). En esa
oportunidad se condenó al Estado a resarcir a la actora y sus hijos por la muerte de su esposo y
padre respectivamente como consecuencia del accidente ocurrido en la República del Paraguay en
junio de 1997, en ocasión en que uno de los vehículos que se dirigía al aeropuerto a acompañar al
entonces canciller Di Tella en una comitiva oficial hizo una maniobra para evitar un animal que
cruzaba la autopista, chocó contra una columna y dio un vuelco mortal. Pocos días después, el
31-8-10, la Corte reiteró la enumeración de recaudos transcripta en "Bea, Héctor y otro" en el
consid. 9º del fallo, que fue suscripto por los Dres. Highton, Fayt, Maqueda, Zaffaroni y Argibay. Por
su voto el Presidente del Tribunal los reiteró en el consid. 6º (agregando el carácter actual que
exige para el daño y quitando la calificación de "directa" para la causalidad). En ese caso se hizo
lugar al reclamo de los padres del menor H. G. B. por el fallecimiento de su hijo en un lago artificial
ubicado en el Complejo Turístico Chapadmalal en ocasión de realizar un viaje de fin de curso
escolar de séptimo grado. Finalmente, el 12-4-11, se dictó sentencia en la causa "Baeza, Silvia
Ofelia", en la que se repitió lo dicho en "Bea" con idénticos firmantes, a los que se agregó el Dr.
Petracchi en el voto del Dr. Lorenzetti. Se trató, en aquella ocasión, de los perjuicios causados por
un oficial de la policía bonaerense al que accidentalmente se le escapó un disparo cuando cruzaba
un molinete de la estación Uruguay de la línea B de subtes.
(6) Fallos citados en la nota precedente.
(7) Conf. Fallos: 321:1142, "Zacarías". Esta pauta de valoración fue reiterada en el conocido caso
"Mosca", del 6-3-07, en el que se evaluó la responsabilidad de la Asociación de Fútbol Argentino,
del Club Atlético Lanús y de la provincia de Buenos Aires por la pérdida de la vista del ojo izquierdo
del actor, de profesión remisero, como consecuencia del golpe con un objeto contundente arrojado
desde dentro del estadio hacia el exterior en el que se encontraba aquel trabajando.
Recientemente se hizo mérito de esta doctrina al resolver el caso "Carballo de Pochat", el 8-10-13.
La demanda, intentada con el objeto de resarcir los perjuicios por la muerte del esposo de la actora
ocurrido en la delegación de ANSeS de la ciudad de Mar del Plata, en la que se desempeñaba
como Gerente de Investigaciones Especiales, fue rechazada.
(8) Conf. "Brumeco", Fallos: 313:907, reiterada luego en "Santa María Estancias Saltalamacchia",
del 5-11-02, y en "Vicente, Adriana Elizabeth", del 30-9-03, entre otros.

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