Dificultades de aprendizaje, el gran reto del docente
Por: Jorge Alfonso Sierra Q.
Má ster en Neuropedagogía Aplicada Director de Neuromatemá ticas JASQ Nota aclaratoria: El siguiente articulo ha sido escrito bajo la realidad educativa de México, donde la gran mayoría de escuelas públicas no cuentan con unidades o personal especializado que apoye la labor del docente ante situaciones de alumnos con “Dificultades o problemas de aprendizaje”, motivo por el cual es el mismo profesorado quien debe hacer frente a cualquier escenario que al respecto se le presente. **
Las llamadas “Dificultades o problemas de aprendizaje” las podemos observar
có mo “generalizadas, en donde afectan a muchas o todas las funciones mentales y producen retrasos en el desarrollo y, específicas, donde perturban sò lo a una o a pocas á reas del funcionamiento mental. En la mayoría de estos casos, la inteligencia no se ve afectada” (Learny 2023). Por ello, para abordar las “Dificultades de aprendizaje”, primero habrà que aclarar varias visiones sobre las mismas. Lo primero, es tener en cuenta las diferentes connotaciones que se tienen de ella, dependiendo desde donde se perciban y afronten. Una es la del Docente, otra la del Padre de Familia y quizá s, talvez, también la del educando, sin dejar jamá s de lado la del especialista clínico que, si bien no participa activamente en la enseñ anza, tiene un peso fundamental en su diagnó stico y recomendaciones de intervenció n. Luego debemos tomar en consideració n las diversas denominaciones que se le dan como son, “problemas de aprendizaje”, “dificultades de aprendizaje”, “disfunciones”, “trastornos”, “discapacidad”, entre otros. Todo deviene, también, desde la especialidad que la aborda: la neuropedagogía, la psicología, la neurología, la neuropsicología, la genética, la sociología, la fonoaudiología, pues cada una de ellas añ ade una visió n parcial a la dilucidació n de la problemá tica de aprendizaje. De igual manera, se hace necesario aclarar o diferenciar lo que es un trastorno y lo que es una disfunción. Un trastorno corresponde a problemas del neurodesarrollo o trastornos del desarrollo neuroló gico, que son condiciones que, debido a una formació n diferente de los circuitos neuronales, causan algú n tipo de interferencia que pueden estar relacionadas con la motricidad, la cognició n, el lenguaje o la conducta del estudiante. Una disfunción, por su parte, es cuando no hay un dañ o estructural, lesió n o deterioro cerebral. Trastornos En los trastornos o condiciones del neurodesarrollo encontramos unas generalidades, sin dejar de lado que cada una de estas bien puede tener especificidades de dificultad. Estas son: 1.- La discapacidad intelectual 2.-Los trastornos específicos del aprendizaje 3.- Trastornos de la comunicació n 4.- Trastornos motores 5.- Trastorno del espectro autista 6.- Trastorno del déficit de atenció n con o sin hiperactividad (TDAH). Cada uno de los trastornos tienen a su vez, como ya acotamos, sub-condiciones, subdivisiones o especificidades de dificultad que hacen má s complejo, aunque má s exactas, sus caracterizaciones, como es el caso de los “trastornos de la comunicació n”. Por factores de espacio y de objetivos, no vamos a detallarlas aquí, pero es necesario que las tengamos en cuenta para efectos de la labor docente. Condiciones Sin entrar a profundizar tampoco en estas, es menester aclarar que aquí podemos hallar la conocida como “constelación DIS”, que tienen que ver con los trastornos del neurodesarrollo que son funcionales, es decir, son disfunciones donde no hay dañ o cerebral. Entre estas hallamos: 1.- Dislexia 2.- Disfasia 3.- Discalculia 4.- Disgrafìa 5.- Disortografía 6.- Dislalia. Igual que los trastornos, las condiciones presentan diferentes sub-condiciones que pueden ser difíciles de detectar por parte del docente, si no es con la ayuda y el apoyo de un especialista clínico. Como podemos ver, las “dificultades o problemas de aprendizaje”, por parte del estudiante, abarcan un amplio e intrincado panorama y, es a este al que se enfrenta el educador. Es una situació n complicada de abordar sobre todo cuando el docente sò lo posee un marco teó rico que ha cimentado sobre la base de inferencias forjadas, casi siempre, en contextos diferentes de donde ejerce su labor educativa y la dura “realidad de un grupo de individuos (estudiantes) condicionado por circunstancias familiares, sociales, económicas, culturales, étnicas, geográficas y, predispuestos por factores biológicos, genéticos, nutricionales, etc.” *¹ Todo este marco, repetimos, nos da una idea de la compleja tarea que le espera al educador, empezando desde el primer momento, cuando percibe que su alumno “no aprende”. ¿de qué manera medita en la situació n? ¿có mo la afronta y se la comunica a los padres? ¿decide primero, antes de concluir cualquier decisió n, buscar apoyo en uno o varios profesionales que le den luces con un diagnó stico? ¿a qué tipo de profesionales recurre si labora en una escuela pú blica, que es distinto a que si lo hace en una escuela privada? ¿Sò lo al psicó logo, el ú nico que normalmente tiene a mano y con su informe ya puede el docente darse por bien servido y afrontar las dificultades con el estudiante? No podemos soslayar el hecho de que toda declaració n que emita el educador y el profesional al respecto implican dos riesgos: Uno, que el diagnó stico no esté sustentado con la solidez suficiente, como suele acontecer infortunadamente con el TDAH y con otras disfunciones y dos, que se encasille con ello al estudiante con una etiqueta que portará como un penoso talismá n a la vista de su familia, de la sociedad y lo peor, la de sus compañ eros. Muchas veces sabemos que el docente, forzado por las circunstancias, arriesga interpretaciones apoyadas en experiencias previas o en supuestos culturales o sociales enraizados en su formació n y no en la evidencia científica. Desde esta visió n, es fá cil caer en la creencia de que las dificultades de aprendizaje del alumno derivan de una sola causa y no de multicausalidades, condicionadas por el “ambiente familiar, social, económico y cultural del alumno” *² *¹ Neuroeducación para educadores. Sciotto, Eduardo Alfredo y Niripil, Elsa Beatriz. Edit. Bonum. 2014.
*² Sciotto y Niripil. Op. Cit.
Recomendaciones de intervención para el docente Visto lo complejo que resulta para el docente el abordaje de las “dificultades o problemas de aprendizaje” que le presenta (n) su(s) estudiante(s) recomendamos lo siguiente: 1.- Recurrir a uno o varios especialistas que le ratifiquen o mejoren ese primer diagnó stico, que suele venir, por su parte, de lo observado en el saló n de clases. 2.- Tener cuidado con el sobredimensionamiento o sobrevaluació n de ese primer diagnó stico. 3.- No dar por sentado, en forma rotunda y “per se”, un solo diagnó stico, sobre todo los concluidos a partir de test evaluativos. 4.- Darle mayor relevancia a los diagnó sticos concluidos a partir de exploraciones cerebrales en los que podemos anotar la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética (RM), la tomografía por emisió n de positrones (TEP) y la tomografía computarizada por emisió n de fotó n ú nico (SPECT) que, aunque muy costosas y difíciles de realizar para el comú n de las personas, nos dan una mayor certeza para la intervenció n. 4.- Tener presente que las dificultades o problemas de aprendizaje son multicausales, no unicausales, por lo que normalmente no corresponden a un sò lo síntoma. Cautela, sensatez, paciencia y mucha reflexió n, es lo que se le recomienda al docente que observa alguna dificultad de aprendizaje en un estudiante, sin dejar de lado la amplia indagació n que debe hacer con los especialistas. ** En teoría, en cada escuela mexicana deberían laborar especialistas que apoye al docente con aquellos estudiantes que muestran alguna de las tantas dificultades o problemas de aprendizaje. Oficialmente existen las denominadas “USAER” (Unidad de servicios de apoyo a la educació n regular), “instancias técnico- operativa y administrativa de apoyo a la atención de los alumnos con necesidades educativas especiales con o sin discapacidad, integrados a las escuelas de educación básica mediante la orientación al personal docente y a los padres de familia, que buscan describir los procesos de organización, intervención y evaluación del quehacer educativo y donde se vinculan las diferentes figuras operativas: directivos, maestros de apoyo y equipo de apoyo (psicólogo, comunicación y trabajo social) al interior de la escuela regular”. Sin embargo, para la gran mayoría de las escuelas mexicanas, esto no existe en la realidad y, es el docente quien debe “agenciá rselas como pueda para abordar cualquier problemá tica de aprendizaje que halle con sus alumnos, empezando - ¡increíble! - por el diagnó stico.
Acerca del autor:
Jorge Alfonso Sierra Quintero es Embajador de Learny para México. Colombiano de nacimiento, tiene también las nacionalidades costarricense y mexicana. Máster en Neuropedagogía Aplicada, certificado en Programación Neurolingüística (PNL), Coach Ejecutivo y Metacoach. Ha sido catedrático universitario en Colombia, Costa Rica y México, así como Consultor de Cerlalc/Unesco en difusión editorial y conferencista para América Latina y el Caribe. Escritor y Editor, es autor de 14 obras entre técnicas, de narrativa y ensayo. También ha publicado artículos, crónicas y reportajes en diarios de Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Cuba y México. Es el creador y codesarrollador del “Método Neuromatemáticas JASQ”, para la enseñanza de esta asignatura. Reside en Guadalajara, México.