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La estructura financiera de cualquier empresa nos da una idea de cuál puede ser su política de
financiación, nos refleja de dónde obtiene la empresa los recursos para financiar las inversiones en
sus activos.
La estructura financiera viene determinada por dos elementos principales, el Patrimonio Neto o
Fondos Propios y la Deuda Financiera. A la hora de determinar la estructura financiera debemos
de centrarnos en estos dos capítulos, determinando la proporción más adecuada de cada uno de
ellos.
La relación entre ellos nos va a proporcionar un indicador muy importante dentro de la gestión
financiera en las empresas, el «endeudamiento», y que viene representado por «e», es decir, el
endeudamiento (e) de nuestra empresa viene determinado por el cociente entre la deuda
financiera en balance y los fondos propios.
Sacando de nuestro balance de situación a 31/12/18 las partidas de fondos propios y deuda
financiera tanto a corto plazo como a largo plazo, y aplicándolos a nuestro indicador obtenemos
un endeudamiento del 0,64.
Si el RESULTADO ES MAYOR A 1, quiere decir que en nuestra estructura financiera tiene un mayor
peso los recursos obtenidos a través de deuda financiera, y por lo tanto, que nuestro activo está
siendo financiado en su mayor parte con deuda financiera.
Si el RESULTADO ES MENOR A 1, quiere decir que en nuestra estructura financiera tiene un mayor
peso los recursos obtenidos a través de fondos propios, y por lo tanto, que nuestro activo está
siendo financiado en su mayor parte con fondos propios.
Si el RESULTADO ES IGUAL A 1, quiere decir que ambas partidas tienen el mismo peso, y por lo
tanto, que nuestro activo está siendo financiado por fondos propios y deuda financiera en partes
iguales.
En las empresas que decidan mantener una política de financiación basada en obtener
financiación, para invertir en sus activos, a través de deuda financiera tendrán un e > 1, por el
contrario, empresas que decidan mantener una política de financiación basada en obtener
financiación a través de los fondos propios, tendrán un e < 1.
Cada empresa calcula y decide su endeudamiento óptimo de acuerdo con su modelo de negocio,
plan estratégico y políticas de la propiedad.
Empresas con similar modelo de negocio pueden tener similares endeudamientos, nunca está de
más analizar los endeudamientos de nuestra competencia, sobre todo de la que desarrolla su
modelo de negocio o actividad con éxito.
En la decisión de qué tipo de estructura financiera es la más adecuada para nuestra empresa
deben influir criterios como:
LA FLEXIBILIDAD
Debemos de elegir el tipo de financiación (fondos propios o deuda financiera) que me siga
permitiendo acceder a la financiación el día de mañana incluso en situaciones adversas.
EL RIESGO
La deuda hay que devolverla y contratar deuda implica que hay que devolverla (principal +
intereses). Debemos de analizar que la empresa será capaz de atender el servicio de la deuda sin
riesgos ninguno.
LOS INGRESOS
LA OPORTUNIDAD
Y OTROS
Dependiendo del tamaño de las empresas y del perfil de la propiedad, se suelen imponer unos
criterios u otros.
Los criterios que más peso tienen a la hora de configurar nuestra estructura financiera son el
CONTROL y el RIESGO.
Para finalizar nombrar algunas de las vías que podemos tener para incrementar nuestra deuda
financiera o nuestros fondos propios:
DEUDA FINANCIERA
Emisiones de deuda
Leasing
Préstamos participativos
Project finance
FONDOS PROPIOS
Ampliación de capital
Beneficios retenidos
Subvenciones de capital
Mercados de capitales
Capital riesgo
II La deuda siempre hay que devolverla, ¿cómo saber si la podremos
devolver?
Índice Cobertura de desembolsos financieros.
Toda estructura financiera básicamente está formada por dos partidas, la deuda financiera y los
fondos propios, dichas partidas nos detallan de dónde obtiene la empresa los recursos para
acometer sus inversiones y desarrollar su actividad.
Pues bien, como todo el mundo sabe, dicha deuda debe ser devuelta a los acreedores, en modo de
devolución del principal y del coste financiero que supone obtener dichos recursos. En el caso de
los fondos propios (la propiedad) vía dividendos, en el caso de deuda financiera, vía devolución del
principal prestado y de las comisiones e intereses financieros negociados.
Para determinar la capacidad que la empresa tiene para atender dicha devolución, podemos
emplear un indicador que nos va a medir la capacidad de generación de fondos por parte de la
sociedad para hacer frente a los fondos que estos recursos obtenidos nos absorben.
El indicador es muy útil ya que de una manera sencilla e intuitiva podemos saber si nuestra
empresa ante un escenario futuro va a ser capaz de afrontar las obligaciones inherentes a la
estructura financiera necesaria, permitiéndonos así tomar decisiones al respecto, planificando y
controlando nuestra estructura financiera.
Es importante establecer un valor a este indicador en función del modelo de negocio, para
anticiparnos a situaciones desagradables y acometer un plan de acción con la antelación
suficiente para remediar una situación de incumplimiento de nuestras obligaciones pactadas.
Hemos extraído de los estados financieros proyectados para el año 2019, de una empresa ficticia,
los datos que son necesarios para aplicar el modelo visto. Igualmente sabemos que estamos
interesados en que nuestro indicador de «cobertura de desembolsos financieros» se mantenga
siempre por encima de 2.
Ejemplo 1
Anotar que el pago de dividendos del 15% está calculado sobre el beneficio del año 2019, para
hacer más sencillo el ejercicio.
Además, como vemos, cumplimos la premisa de que este indicador se sitúe por encima de 2. Por
lo tanto, de esta forma sabemos que la empresa podrá asumir las obligaciones inherentes a su
estructura financiera y políticas propuestas para el año 2019.
A la empresa solo le quedaría hacer un seguimiento de control de los parámetros que componen
el modelo durante el año 2019 para ver que lo real va coincidiendo con lo estimado.
Ejemplo 2
Este ejemplo es el mismo caso de la empresa anterior, pero se contempla un escenario donde la
empresa para el año necesita realizar una inversión en inmovilizado por 225 unidades monetarias
(u.m que puede ser pesos, dólares, uefes) y que ésta va a ser financiada 100% con deuda
financiera externa, ello modifica los resultados de algunos de los parámetros del modelo.
Como vemos, al igual que en el ejemplo anterior, aplicado el modelo la cobertura de desembolsos
financieros, el indicador desciende a 1,62, por debajo de la premisa contemplada por la empresa
de 2.
Éste dato significa que la empresa generará fondos suficientes para atender las obligaciones de su
nueva estructura financiera con motivo de la inversión que necesita realizar, pero no cumple la
premisa inicial impuesta por la empresa de que el valor del indicador sea mayor a 2.
Por lo tanto, la empresa deberá tener en cuenta esta alerta, bien controlando el que siga
descendiendo o bien acometiendo un plan de acción que implique volver a situar el valor por
encima de 2.
¿Qué acciones podemos llevar a cabo para actuar sobre el indicador y situarlo en el valor
requerido por la empresa?
Incrementando el Ebit, actuando sobre las ventas, los costes de fabricación, los gastos
estructurales, etc.
Reduciendo los gastos financieros, renegociando las condiciones financieras actuales con
los agentes financieros externos o buscando financiación nueva a mejor precio.
Reduciendo el pago de impuestos, estableciendo políticas fiscales a tales efectos.
Reduciendo el importe de la devolución del principal de la deuda financiera,
reestructurando la deuda a un mayor plazo.
Se recomienda siempre poner la alerta para valores por debajo de 2 y acometer acciones cuando
el indicador se ponga en «rojo» para tener el tiempo suficiente para reaccionar e implementar
las nuevas acciones.
III ¿Cómo averiguar el número de años mínimo para devolver la deuda de
nuestro balance?
Concepto Cobertura de desembolsos financieros
De esta forma podremos tener una idea del plazo que debemos negociar ante los agentes
financieros externos y no cometer el error de negociar menos plazo para amortizar cuanto antes la
deuda financiera a contratar. Debemos siempre de adaptar el plazo de vencimiento de la deuda de
nuestra estructura financiera a la capacidad de devolución de la misma por parte de la empresa.
Veamos su aplicación en el caso de la empresa vista en el ejemplo anterior, ejemplo 1, para unos
balances proyectados año 2019.
Ya podemos negociar las características de nuestra deuda con los acreedores financieros externos
sabiendo cuál es el plazo mínimo de años que mi estructura financiera va a soportar.
Como conclusión, se puede señalar que a partir del indicador de cobertura de desembolsos
financieros, podemos igualmente calcular:
Existen diferentes formas de estimar el endeudamiento más adecuado u óptimo para nuestra
empresa, o dicho de otra forma, tenemos diferentes parámetros para valorar y controlar nuestro
endeudamiento óptimo dentro de la empresa.
EL APALANCAMIENTO FINANCIERO
⇒Margen financiero > 0 (positivo), es decir, la rentabilidad económica (RE) es mayor que el coste
medio de la deuda (i). En este escenario a mayor endeudamiento (e) mayor rentabilidad financiera
(RF) obtendremos, es decir, a mayor endeudamiento (e) mayor será el impacto positivo del
apalancamiento financiero sobre rentabilidad financiera.
⇒Margen financiero es < 0 (negativo), es decir, la rentabilidad económica (RE) es menor que el
coste medio de la deuda (i). En este escenario a mayor endeudamiento (e) menor rentabilidad
financiera obtendremos, es decir, a mayor endeudamiento (e) mayor será el impacto negativo del
apalancamiento financiero sobre la rentabilidad financiera.
Teniendo en cuenta esta exposición, se concluye que ante un escenario de margen financiero > 0
(RE > i), nos conviene un mayor endeudamiento (lo que implicará una mayor rentabilidad
financiera), y que para tener un mayor endeudamiento (cociente entre Deuda / Patrimonio neto),
debemos de incrementar nuestra deuda financiera, al aumentar el numerador estaremos
incrementando el resultado.
Pero atención, ha aquí una consideración relevante sobre los riesgos a controlar en la empresa,
partiendo de la base que toda deuda hay que devolverla, un alto endeudamiento tiene el riesgo de
que no podamos devolverla el día de mañana ante imprevistos en nuestra gestión, como por
ejemplo pueda ser, una reducción en la cifra de ventas. Aquí entra en juego realizar un análisis
previo a la contratación de deuda financiera sobre la capacidad de generación de flujos de caja
ante diferentes escenarios.
Si volvemos a analizar la fórmula debemos de darnos cuenta de que nuestra gestión financiera
debe siempre estar encaminada a:
Mejora de la Rentabilidad económica (RE) a través del incremento del incremento del
beneficio neto o de una reducción del Patrimonio Neto.
Hasta ahora no hemos hablado del impacto del tipo impositivo (t) sobre la rentabilidad financiera,
podemos observar que la rentabilidad financiera que se obtiene es después de impuestos y que la
rentabilidad económica es antes de impuestos. Analizando la fórmula vemos que también
debemos de trabajar sobre la tasa impositiva para mejorar nuestra rentabilidad financiera. Si
reducimos la tasa impositiva (t), incrementaremos la rentabilidad financiera de la empresa y por el
contrario si incrementamos la tasa impositiva (t) reduciremos nuestra rentabilidad financiera.
Ejemplo 1. Sacamos de nuestro balance y cuenta de resultados los datos que nos interesan para
nuestros cálculos:
Vemos en el ejemplo 1 de nuestra empresa, en la que conociendo todos los parámetros necesarios
de la fórmula de la rentabilidad financiera (coste medio de la deuda, rentabilidad económica,
rentabilidad financiera objetivo, efecto fiscal) podemos calcular su endeudamiento óptimo, que en
nuestro caso sería del 1,5, es decir, cualquier combinación entre deuda financiera y patrimonio
neto que implique un e = 1,5. Si conocemos nuestro patrimonio neto podemos obtener la deuda
necesaria,
Si en nuestro ejemplo el Patrimonio Neto de la empresa fuese de 520, la deuda financiera debería
ser de 780 para obtener un endeudamiento óptimo del 1,5.
Analizamos, por último, otra situación en la que podemos aplicar nuestro modelo de
endeudamiento óptimo:
Ejemplo 2. Sacamos de nuestros balances y cuenta de resultados los datos expresados en miles de
euros, necesarios para los cálculos:
En este caso contemplamos tres escenarios de beneficios de explotación en combinación con dos
escenarios de endeudamiento (e1=0,9 y e2=1,5).
Aplicando nuestro modelo a través de la fórmula de rentabilidad financiera con los tres escenarios
y en cada situación de endeudamiento, las interpretaciones y toma de decisiones pueden ser
diferentes, por ejemplo,
Para un beneficio de explotación por debajo de 80, vemos que la rentabilidad financiera
es menor que la rentabilidad económica y además que en el escenario e2 la rentabilidad
financiera es menor que en escenario e1.
Anotar que igualmente se podrían contemplar escenarios con diferentes volúmenes de ventas y
observar su impacto en el beneficio de explotación de la empresa, para tomar decisiones sobre
nuestro nivel de endeudamiento óptimo que generen una rentabilidad financiera máxima.
Endeudarse no es malo en sí mismo, puesto que hay escenarios donde se incrementa nuestra
rentabilidad financiera. Solo tenemos que acotar parámetros, y asegurarnos que, en condiciones
normales de funcionamiento de nuestra actividad empresarial, podemos asumir las obligaciones
de pago financieras generadas.
En gestión financiera, y de manera generalizada por algunas entidades financieras, se tiene como
referencia que esta relación debe estar entre 2 y 3, es decir, el EBIT debe ser 2 o 3 veces superior a
los gastos financieros, aunque lo más acertado es analizar cada situación económico-financiera
dentro de la empresa y sector que estemos analizando. Hay modelos de negocio o sectores donde
el peso de los gastos financieros es mayor o menor que en otros, de ahí que debamos analizar
cada caso en su entorno económico-financiero.
El único requisito, y sin entrar en otras cuestiones, que se nos exige es que el ratio de cobertura de
intereses sea igual a 2,5.
Con los datos anteriores y este requisito hacemos los cálculos siguientes,
A través de la fórmula Cobertura de Intereses = R.E x [(1 + e)/(i x e)], vista anteriormente, y con los
datos extraídos de la Rentabilidad económica, «i» (coste medio de la deuda) y Cobertura de
intereses objetivo del 2,5, despejamos «e», y obtenemos el ratio de endeudamiento que nos va a
aportar un ratio de Cobertura de intereses del 2,5 (se reitera, sin entrar en otras cuestiones para
no dificultar el ejemplo). En nuestro caso debemos tender a conseguir una e = 0,86 para obtener
un índice de Cobertura de Intereses C.I. del 2,5, requisito mínimo exigido.
Una vez sabido que «e» (deuda financiera / Patrimonio neto) tiene que ser 0,86, para alcanzarlo
debemos hacer que el numerador sea inferior al denominador, es decir, que la deuda financiera
sea inferior al patrimonio neto. Para ello hacemos el cálculo realizado en la imagen de arriba,
donde X sería el importe que necesitamos para reducir la deuda financiera e incrementar el
patrimonio neto, por ejemplo, a través de una ampliación de capital con destino a cancelar deuda
financiera. Y éste importe sería de 310,1 miles de euros.
En definitiva, con los datos financieros proyectados que tenemos, para poder alcanzar un ratio de
cobertura de intereses del 2,5, debemos de obtener un endeudamiento objetivo del 0,86 y para
ello necesitamos realizar una ampliación de capital destinada a cancelar deuda financiera del
310,1 miles de euros.
Podemos obtener con anticipación el endeudamiento financiero óptimo para nuestra empresa,
partiendo de unos parámetros prefijados previamente, en nuestro ejemplo y en este caso, con la
fijación de la cobertura de intereses.
Y como consecuencia de ello, los datos anteriores de nuestros estados financieros proyectados
para el 2019 pasarían a ser,
Lógicamente nuestro ejemplo se puede complicar cuanto queramos, podemos calcular el
endeudamiento óptimo para el caso de reducir la deuda financiera pero con excedente de
tesorería que podamos mantener en balance, y podemos introducir cuantos requisitos queramos,
por ejemplo, podemos acotar la rentabilidad financiera o económica.