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Téc. Agr.

Lisandro Galvez – Producción Apícola – EAC – UNR

PRODUCCIÓN APÍCOLA

Apicultura: cómo manejar las colmenas en el invierno

Artículo INTA informa – 11 Abril de 2016

Las reservas energéticas serán fundamentales para que las abejas sobrevivan durante
la invernada. El INTA Cuenca del Salado brinda recomendaciones para diseñar las
mejores estrategias.

La llegada de la época invernal, para la apicultura, implica el diseño y desarrollo de


estrategias de manejo para evitar la reducción o incluso la mortandad de las colmenas.
Por esto, un equipo de técnicos del INTA Cuenca del Salado –Buenos Aires–
recomienda contar con un plan de alimentación energético y sanitario para arrancar la
primavera con un primer ciclo de cría vigoroso.

“Una colmena bien nutrida le asegurará al productor que la colonia pueda almacenar
las reservas energéticas y proteicas (miel y polen) suficientes para sobrevivir al
invierno”, señaló Daniel Poffer, especialista del programa Nacional Apícola de esa
unidad del INTA, y agregó: “Esto, además, posibilita un primer ciclo de cría vigoroso
para la próxima primavera”.

Para realizar una buena preparación de las colmenas para la invernada, es necesario
definir la estrategia. Esto significa, que será necesario decidir cómo se agruparán las
colmenas: con doble cámara de cría o en una sola. “En general, se recomienda esta
última dado que permitirá reducir la población al mínimo sin perjudicar la
supervivencia de las abejas”, indicó Poffer quien explicó: “Para esto, se debe
incorporar un alimentador tipo Doolittle que permanecerá dentro de la colmena
durante todo el año, más los nueve cuadros correspondientes”.

El ingreso a la invernada requiere contar con ocho cuadros cubiertos por abejas y cinco
o seis con reservas. “Con este esquema, las abejas controlan mejor la temperatura y la

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humedad interior, se logra mayor eficiencia en cuanto a la sanidad y se facilita la


realización de la inspección de las cámaras de cría”, expresó el técnico del INTA.

Asimismo, Poffer aseguró que es fundamental contar con un plan de alimentación


energético y proteico adecuado. “El objetivo de alimentar las colmenas en otoño es
para producir un bloqueo en la cámara de cría lo que genera un corte en la postura de
la reina, o la reduce al mínimo, y permite aprovechar el último flujo de néctar; si con
esto no fuera posible será necesario incorporar alimento en forma artificial”, indicó.

En este sentido, el técnico del INTA recomendó que cada productor se asesore sobre el
mejor producto a utilizar para este fin. “Es importante que conozca las ventajas y
desventajas del uso de los sustitutos que se podrán utilizar, como jarabe de azúcar al
66 % o jarabe de alta fructuosa (JAF) al 55 %”, señaló.

Una suplementación proteica posibilita el desarrollo de colmenas con abejas de


calidad, bien nutridas y con suficientes reservas corporales que les permitan pasar el
invierno.

Por otro lado, Poffer explicó que otro de los puntos importantes en la preparación para
la invernada es el monitoreo y control de Varroa. “Si bien, se sabe que es importante
controlar la carga de este parásito durante todo el año, es fundamental lograr una baja
cantidad luego de la cosecha para evitar que los últimos ciclos de cría se debiliten”.

Una vez realizada la preparación para pasar el invierno, se recomienda realizar una
inspección de otoño. “En esta época, es posible determinar la prevalencia de las
principales enfermedades que pueden afectar a la colmena, como loque americana
(LA), loque europea (LE) y cría yesificada (CY)”, indicó Poffer y agregó: “En el caso que
se detecte alguna, adelantarse le permitirá al productor desarrollar acciones
correctivas”.

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Preparación de colmenas para la invernada y salida del invierno

Artículo infoAgro/Capacitación

Por Eduardo Bustos · 29 Agosto de 2017

La salida del invierno obliga a los apicultores tener en cuenta ciertos aspectos para
lograr en la siguiente campaña buena cosecha de miel

BUENOS AIRES (NAP) En los últimos años los sistemas agropecuarios de la Cuenca del
Salado bonaerense, registraron cambios a partir de un proceso de intensificación que
contribuyó a la expansión de la agricultura, exigió a la ganadería a modificar sus formas
de manejo e incidió sobre la apicultura que se ha visto perjudicada especialmente por
la reducción de la oferta floral.
En este contexto los apicultores debieron planificar cada campaña desarrollando
nuevas estrategias para mantener su productividad. Acompañando a los productores
de miel de la región desde la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA sus
profesionales contribuyen a la planificación de la tarea en los diferentes eslabones de
la cadena de valor.
Como acción de apoyo técnico al final de cada temporada los técnicos repasan las
acciones de manejo que marcarán la diferencia en la productividad del colmenar. Al
respecto los referentes del INTA explican que “el manejo comprende a todas las
operaciones que se realizarán en el apiario, las cuales deben estar previamente
planificadas”.
El manejo del apiario “se basa en tres aspectos fundamentales e igualmente
importantes; la genética, la sanidad y la alimentación estratégica”, señalan los
especialistas. Los tres “deben estar fortalecidos ya que descuidar cualquiera de ellos
seguramente nos impedirá cumplir con nuestro objetivo de llegar al pico máximo de
floración con la mayor cantidad de abejas posibles”. A modo de ejemplo explican que
“se puede contar con una muy buena sanidad pero si las colmenas no están bien
nutridas o no cuentan con una reina de calidad, seguramente las colmenas no
desarrollarán de la manera que se desea”.
En ese sentido, recomiendan contar con un plan de manejo integral en el que se

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incluyan tanto las prácticas en el apiario como aspectos de organización (por ejemplo
la compra de insumos, etc.), favorecerá a consolidar la empresa en su totalidad. Para
ello “es fundamental conocer la curva de floración de cada lugar, ya que en función de
ella se podrá planificar todas las acciones y operaciones”. También es muy importante
que el apicultor observe continuamente lo que sucede en el ambiente, dado que “no
todas las curvas se manifiestan de la misma manera todos los años”. Es en base a estas
observaciones que se podrán hacer los ajustes necesarios sobre lo planificado.

Fin de temporada

Entre las operaciones de manejo que se deben planificar está el recambio de reinas,
monitoreo y control de varroosis, la alimentación energética estratégica, la
multiplicación y la cosecha del apiario.
Sin embargo, según explican los técnicos, “uno de los puntos más importante al que
hay que prestarle mucha atención es al manejo de las colmenas al finalizar la
temporada, por ende la preparación de las colmenas para la invernada será un punto
clave”. El principal objetivo de esta acción es conseguir que las abejas que invernen
estén bien nutridas, es decir, que la colonia de abejas pueda almacenar las suficientes
reservas energéticas y proteicas (miel y polen) como para sobrevivir al invierno y
posibilitar un primer ciclo de cría vigoroso en la próxima primavera. En caso contrario
se corre el riesgo de obtener colmenas chicas e incluso mortandad de las mismas. Para
alcanzar este objetivo es necesario asegurar que los dos últimos ciclos de cría al final
de la temporada nazcan bien nutridos y con suficientes reservas corporales.
Para realizar una buena preparación de colmenas para la invernada es necesario
“Definir la estrategia de invernada, es decir cómo se va a invernar las colmenas, si con
doble cámara de cría o en cámara de cría”.
Al respecto los técnicos sugieren la segunda opción, dado que “permitirá reducir la
población al mínimo sin perjudicar la supervivencia de las mismas”. Para ello se deberá
incorporar a la cámara un alimentador tipo Doolittle que permanecerá dentro de la
colmena durante todo el año más los 9 cuadros correspondientes. Para entrar a la
invernada serán necesarios, el menos contar con ocho cuadros cubiertos por abejas y 5

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ó 6 cuadros con reservas. De esta forma las abejas podrán controlar mejor la
temperatura y la humedad interior, se logrará mayor eficiencia en cuanto a sanidad y
se facilitará la realización de la inspección de las cámaras de cría, tanto a fines de
temporada como en la próxima primavera.
Entre las pautas de manejo de relevancia para obtener abejas de calidad para la
invernada, al fin de la temporada los técnicos del INTA sugieren “realizar un eficiente
control de varroa, implementar un plan de alimentación energético estratégico y
también considerar una suplementación proteica en caso que no se disponga de una
fuente de polen natural en la zona”.
En relación al manejo, los técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado
indican que “en la zona a partir del mes de agosto se deben evaluar precisamente los
resultados de la prácticas realizadas en el otoño”, dado que “los resultados a la salida
del invierno serán consecuencia de las prácticas que se hayan realizado en la
preparación para la invernada”.
Para eso los referentes del INTA destacan como indispensable “determinar la
prevalencia de varroa previo al inicio de la postura de las reinas, categorizar las
colmenas para determinar el nivel de población”, como así también “analizar las
reservas a la salida del invierno”. Estos pasos serán fundamentales para ir planificando
el crecimiento de los apiarios a través de la multiplicación, una vez que las colmenas
lleguen al desarrollo ideal.

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