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EDUCACION COMPARADA
Alumno:
PAULA SELENE PAREDES HERNANDEZ
Proyecto Final
Enfoque de la dependencia. Este enfoque educativo obliga a salir de las escuelas para
investigar las causas de las prácticas que se producen en las clases. Analiza la
dependencia del sistema educativo de los escenarios culturales e históricos en los que se
desenvuelve.
Teoría del neopositivismo. Retoma los principios del positivismo para adaptarlos a la
actualidad priorizando la identificación, validación y medición de las variables que
intervienen en el proceso educativo. De hecho, este enfoque concibe el sistema educativo
como una variable dependiente de los cambios particulares que se producen en otros
sistemas socioculturales.
Enfoque ecológico. Esta teoría es una renovación del enfoque contextual que apuesta
por un modelo de carácter fundamentalmente práctico. Abarca tanto los problemas como
las tendencias en la política educativa para buscar soluciones prácticas que puedan
aplicarse en los contextos reales y sean útiles a quienes toman las decisiones.
Contenido
La educación comparada, como todas las ciencias sociales, se guía por los principios del
positivismo para alcanzar el estatus de ciencia. Posteriormente, la reacción ideológica y
metodológica a estos principios permitió el surgimiento de enfoques relativistas y
cualitativos más cercanos a estas ciencias, por lo que algunos autores la consideran una
ciencia inexacta.
Para ello citaremos algunos importantes autores (aunque no son todos) que nos
describen sus puntos de vista.
Juan Tusquets define la educación comparada como “una ciencia que plantea e intenta
resolver problemas educativos mediante un método comparativo aplicado desde un punto
de vista científico y adaptado a la naturaleza del problema en su conjunto y de cada uno
de sus sectores en particular”.
Nicholas Gans escribió que el sistema educativo mira tanto al pasado como al futuro. Su
pasado estuvo moldeado por factores que eran comunes a muchos países, y debido a
que sus ideales futuros eran el resultado de movimientos globales, los problemas
educativos eran similares y los principios básicos para resolverlos pueden identificarse e
incluso compararse. Analizar estos factores desde una perspectiva histórica y comparar
las decisiones tomadas es el principal objetivo de la educación comparada.
Lauveris cree que deberíamos centrarnos en examinar las tradiciones filosóficas que
explican los fenómenos educativos y explican las diferencias entre países. Apoyo la idea
de utilizar la investigación comparada para encontrar explicaciones a las diferencias entre
sistemas educativos en términos de los factores de los que habló Hans.
Por lo tanto, creemos que la educación comparada no es más que una comparación que
preserva lo más importante que sirve a la educación de un país o región, en nuestro caso
México, que repite o preserva datos adaptados al entorno. … Si no se adaptan, se
adaptan a la sociedad. En comparación, podemos observar dos posiciones. a) Quienes
creen que cada situación es única y conduce a un relativismo que prohíbe cualquier
comparación. b) Hacer comparaciones globales y perder su identidad. Algunas posiciones
implican atribución a una determinada corriente intelectual y metodológica. Epstein (1992)
señala que el origen y fundamento del enfoque mitológico son Julien de Paris y Sadler,
quienes se oponían a las descripciones simplistas de los sistemas educativos y creían
que los comparadores tenían que lidiar con factores más allá de la comprensión de las
escuelas.
Julien de París merece crédito por ser el primero en reconocer la naturaleza relativamente
científica y práctica de la educación comparada, que atribuyó a la autonomía
epistemológica. La obra más importante se titula: "El Esquisse et vues preliminaires d'un
ouvrage sur l'éducation Comparée", publicada en 1817. Julien tenía intenciones prácticas.
Esta tesis se divide en dos partes: la primera parte presenta la justificación del proyecto y
una breve descripción de los objetivos y aspectos generales del proyecto. El segundo
estaba diseñado para proporcionar una herramienta eficaz de recopilación de datos y
constaba de tablas o, como él las llamó, "una serie de preguntas". El siglo XIX, también
conocido como la época de los viajeros, hizo que en el siglo XIX existiera una cierta
tendencia a valorar los logros de los demás, a pesar del ambiente de nacionalismo
reinante. También es cierto que no todos los autores y viajeros aplican todos los modelos
extranjeros que conocen, lo que plantea dudas sobre la validez de comparar viajes y
educación en general. DESCRIPCIÓN DEL PERIODO: Este período pertenece al siglo
XIX y se denomina “época de los viajes”. Se ha desarrollado una descripción de la
educación comparada. Estamos empezando a recopilar experiencias de otros países que
se pueden utilizar aquí.
Las visitas casi siempre se realizan con la noción preconcebida de encontrar experiencias
personalizadas en lugar de descubrir el verdadero valor que pueden tener en sí mismas.
Los turistas, algunos de los cuales recibieron subvenciones de su país de origen, visitaron
el país y observaron los acontecimientos desde su propia perspectiva, aunque también
hubo casos en los que los turistas planearon con antelación para evitar impresiones
subjetivas. Sin embargo, en general, los autores no recopilan datos de forma sistemática y
no siguen las reglas de orden y precisión para poder comparar y contrastar datos de otros
países. Tampoco se dieron cuenta de que estaban contribuyendo al nacimiento de una
nueva ciencia de educación y comparación.
Este período abarca el periodo que va desde mediados del siglo XX hasta la actualidad y
se pueden distinguir dos puntos, uno anterior a los años 1970 y otro desde entonces:
A partir de 1945, las hipótesis en que se basan las investigaciones de la IEA se han
visto cada vez más controvertidas. Por una parte, el modelo que combina las
tradiciones europeas del positivismo y la inducción fue impugnado por algunos
filósofos especialistas de las ciencias exactas y naturales. Influidos por este
movimiento, algunos especialistas de la educación comparada iniciaron la búsqueda
de nuevos modelos. Luego, con el acicate de la obra de Alvin Gouldner The
coming crisis of Western sociology, el positivismo fue objeto de recrudecidos
ataques. Se propusieron nuevos modelos que implicaban un rechazo no sólo de los
hipótesis de filósofos-historiadores como Kandel, Hans y Schneider, sino de las de
científicos sociales empí-ricos como C. A. Anderson, Torsten Husén, Michel
Debeauvais y otros. De los comparatistas posteriores a 1945, ninguno establece
con mayor precisión que George Bereday un modelo para la investi-gación en
educación comparada basado en la inducción como método de investigación
científica. Bereday recogió en forma explícita las hipótesis de los precursores y de
los científicos sociales modernos. Su postulado es que los investigadores en
educación comparada deben aprender a observar objetivamente los hechos, puesto
que toda investigación comparada debe empezar con el acopio y clasificación de
hechos observables. El conocimiento de la lengua y las visitas al país estudiado
son para Bereday requisitos indispensables. Otros pasos ulteriores de su método
son la confrontación de datos, el des-cubrimiento de las "causas" históricas,
filosóficas, económicas, psicológicas, políticas, antropológicas y sociológicas de los
hechos educativos y la comparación simultánea para inducir generaliza dones
sobre la educación. Estos pasos ejemplifican exacta-mente la detallada
exposición del método científico que hace J. S. Mili.29 El método inspiró el
trabajo de investigación de Kandel, que bus-caba causas administrativas, el de Hans,
que hacía hincapié en los factores históricos, el de Schneider, que buscaba las
fuerzas motrices (Triebkräfte), y el de Lauwerys, que aludía constantemente a los
determinantes de las políticas educativas. El libro de Margaret Scotford Archer,
The social origins of educational systems, está dentro de esta tradición.30 Los
especialistas de educación comparada del mundo socialista trabajan dentro del
mismo marco europeo, aunque son los factores económicos los que más les
interesan. Varios autores se han ocupado de la metodología, especialmente H.
Tchakarov de Bulgaria, W. Kie-nitz de la República Democrática Alemana, T. Wiloch
de Polonia y M. A. Skololova, E. N. Kuzmina y M. L. Rodionov de la Unión
Soviética.31 En su mayor parte, los comparatistas de la educación marxistas
aceptan, dentro de un marco positivista, una relación directa entre el paso
progresivo de las sociedades del capitalismo al socialismo y el desarrollo de los
sistemas educativos. Buena parte de su obra refleja las tajantes distinciones que
establecen en la educación entre países socialistas y capitalistas. Los especialistas de
la educación comparada occidentales continúan aceptando teorías bien conocidas
sobre la realidad, la causación, la naturaleza del conocimiento, y teorías políticas y
sociológicas sobre la naturaleza de la sociedad. Se ha abandonado hasta cierto punto
el induccionismo puro como método científico. La posición general —pero
modificada— adoptada por muchos investigadores occiden-tales quedó bien
resumida en el informe presentado en una confe-rencia organizada en el Instituto
de Educación de la Unesco en Hamburgo por Harold Noah, titulado Relevant methods
in comparative education, en el que se declaraba que "un estudio comparativo es
esencialmente un intento de sustituir, en la medida de lo posible, nombres de
sistemas (los países) por nombres de conceptos (las variables)".32 No han faltado
propuestas de innovaciones. Un gran paso adelante lo dio Robert King Hall, del
Teachers College de la Universidad de Columbia, quien inspiró, para el estudio de los
problemas creados por la innovación tecnológica, el marco metodológico fundado en la
"reso-lución de problemas" que se expone en la obra titulada The world year book
of education 1954 (Education and technological develop-ment) preparado
conjuntamente por el Teachers College y el Insti-tuto de Pedagogía de la Universidad
de Londres. A partir de entonces, siguiendo el método de pensamiento reflexivo de
John Dewey y el método crítico de Karl Popper ilustrado en The open society and
its enemies,™ he proseguido en la línea innovadora de Hall. El punto de partida de la
investigación, en mi método, es un problema o pro-blemas de carácter general. Se
analizan luego a fondo distintas solu-ciones (que aparecen claramente en el enfoque
comparativo) en contextos nacionales específicos. La taxonomía de las condiciones
socioeconómicas y políticas concretas que deben tomarse en cuenta para poder
prever el éxito o el fracaso de una política está tomada del convencionalismo crítico de
Popper (dualismo). En mi modelo, la explicación de los acontecimientos no se halla en
sus "causas" ante-riores, sino en nuestra capacidad para predecir acontecimientos
a partir de enunciados hipotéticos (soluciones propuestas) en circuns-tancias sociales
dadas. Pocos especialistas de la educación comparada han aceptado este enfoque
sin reservas, pese a las muchas referencias que a él se hacen en libros y artículos
occidentales y socialistas, quizá por ser tan pocos en este campo los estudiosos que
han recibido una formación en ciencias naturales. No obstante —en una forma menos
técnica de lo que yo considero adecuado—, el punto de partida de buena parte del
trabajo de investigación reciente suele ser un pro-blema educativo o social. El
desencanto que cundió entre los sociólogos respecto al positi-vismo condujo a una
renovación de su interés por la escuela de Francfort. Los neomarxistas han
promovido vigorosamente algunas alternativas al positivismo. Entre los grandes
especialistas e investi-gadores de la educación comparada, sólo Edmund J. King,
Martin Carnoy y R. F. Arnove parecen haber adoptado algunos aspectos de los
enfoques indicados.34 El rechazo del método es radical; el hin-capié que se hace
en la ecología de las situaciones nacionales en las que se introducen innovaciones
tecnológicas es menos significativo que las teorías generales que lo inspiran,
puesto que tales estudios pueden ser integrados en otros modelos. De ahí que las
tendencias metodológicas no aparezcan claras y que impere un cierto caos. Los
cambios en los modelos son poco fre-cuentes, parciales, y sólo unos pocos
estudiosos los aceptan de buen grado. Los modelos creados por Platón continúan
inspirando la labor de algunos científicos sociales, mientras que otros se mueven
dentro de los nuevos modelos legitimados por Marx. En realidad, desde Platón
hasta Marx se ha establecido un sinfín de teorías, creencias, modelos y técnicas.
Todo este arsenal se halla a disposición de los especialistas en educación
comparada, muchos de los cuales llevan a cabo investigaciones apreciables sin
preocuparse de los supuestos teóricos de los que dependen. Hay, pese a todo, una
mayor conciencia de la necesidad de exponer principios metodológicos claros, pero es
probable que los enfoques basados en el positivismo, el pragmatismo, el relativismo y
el neomarxismo sigan inspirando la investigación, en competencia durante algún
tiempo todavía.
El Banco Mundial, la UNESCO, la OCDE y el BID son cuatro de los organismos
internacionales que ejercen una influencia relevante en las políticas educativas de los
países subdesarrollados, especialmente en la educación superior. Para analizar el
impacto de tales agencias, es necesario problematizar sobre sus recomendaciones,
historia y características. La presente investigación ubica cuatro ejes de análisis sobre
política educativa (calidad-evaluación; educación básica vs. Educación superior;
diversificación de opciones educativas y de fuentes de financiamiento) y muestra la
importancia que han tenido las recomendaciones de estos organismos, fundamentalmente
del Banco Mundial, en la determinación de las políticas instauradas en la educación
superior mexicana.
La educación internacional es una realidad porque hoy es más sencillo viajar al extranjero,
pero también porque el desarrollo de tecnologías como internet es tan avanzado que
permite estudiar a distancia con metodologías que no tienen nada que envidiar a la
educación presencial.
Una consecuencia de esto es la democratización de la educación. Gracias a internet,
muchas más personas pueden estudiar, incluso aquellas que habitan en zonas apartadas
donde no hay escuelas o universidades.
De la mano de lo anterior, entre los positivos efectos de la globalización en la educación,
se puede mencionar el aumento de la competitividad en el planeta, pues al haber más
personas con mayores conocimientos, nuestro mundo avanza con más velocidad, lo que
redunda en una calidad de vida superior para los seres humanos.
Asimismo, la internacionalización de la educación superior ha permitido fomentar una
visión global de la realidad, algo clave en una época en la que nos enfrentamos a
problemas de escala planetaria como el cambio climático o el covid-19.
Por último, pero no menos importante, es preciso señalar que la globalización de la
educación tiene beneficios a escala individual, pues además permite que cada persona
pueda estudiar a su ritmo, desde cualquier lugar y en los horarios que le resulten más
convenientes.
Esto ha permitido, por ejemplo, que la ecuación “globalización y educación superior” ya no
sea un impedimento para llevar a cabo otras actividades, como trabajar.
References
Attach, Ph. Issues on Comparative education, 1980
EDUCACIÓN COMPARADA, Agustín Velloso de Santisteban, Editorial UNED
Madrid 2005Ferran
Ferrer Julia (2012). La Educación Comparada Actual, España. (Antología MEB)
García, J. Fundamentos de la educación comparada, 1991
Hernández, Ana Cecilia (2012). (Antología, Educación Comparada, MEB)