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I. PRETENSIÓN IMPUGNATORIA:
La parte demandada apela la Sentencia (Resolución número ONCE), de fecha 26
de febrero de 2020, obrante a fojas 231-244, que declara FUNDADA la demanda
interpuesta por MARIA ELENA HONORIO ABANTO contra DIRECCION
DESCONCENTRADA DE CULTURA DE LA LIBERTAD Y OTRO, sobre PAGO
DE BENEFICIOS SOCIALES Y OTRO; en consecuencia, se declara que la
demandante ha tenido un contrato de trabajo a plazo indeterminado desde el 15 de
abril de 2007 al 27 de diciembre de 2016 bajo los alcances del régimen laboral de la
actividad privada, por haberse desnaturalizado sus contratos de locación de
servicios; ORDENA que la demandada PAGUE a favor de la demandante la suma
de S/ 56,559.65 por concepto de pago de gratificaciones, pago de compensación por
tiempo de servicios, y pago de vacaciones no gozadas más indemnización
vacacional; estableciendo como Costos Procesales a favor del abogado la suma
ascendente a S/ 2,000.00, más 5% de dicho monto, a favor del Colegio de Abogados
de La Libertad. Fundamenta su recurso de apelación mediante escrito de fojas 247-
262 (copia de fojas 264-275), solicitando la revocatoria de la recurrida, alegando lo
siguiente:
a) Vicios de motivación: La juzgadora no realizó una correcta valoración de los
medios probatorios y por ello no ha motivado la sentencia con criterios objetivos
y razonables y de forma errada ha concluido en la continuidad de servicios de la
demandante desde el 15 de abril de 2007 hasta el 27 de diciembre de 2016.
b) La juzgadora ha omitido pronunciarse respecto a lo dispuesto en el Decreto de
Urgencia N.°016-2020, pese a que es de aplicación inmediata aun para los
procesos en trámite; razón por la cual se advierte una evidente falta de
motivación.
c) Desnaturalización de los contratos de locación de servicios: La juzgadora no ha
tomado en cuenta que la demandante nunca mantuvo una relación laboral con
su representada porque prestó servicios suscribiendo contratos de locación de
servicios que tienen naturaleza civil; además, no se ha configurado la
desnaturalización de esos contratos porque no existió subordinación ni
continuidad en la prestación de servicios de la demandante.
d) La A quo al analizar los periodos en que la demandante no prestó servicios solo
se pronuncia respecto al periodo comprendido desde el 21 de agosto de 2008
hasta el 31 de mayo de 2012, pero no se pronunció sobre los periodos en que las
partes se desvincularon por 39 días y más de 02 y 03 meses; interrupciones que al
superar el mes, deben ser consideradas como periodos independientes, respecto
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a los cuales debe desestimarse toda pretensión porque no hubo prestación de
servicios.
e) Pago de beneficios sociales: La demandante no tiene derecho al pago de estos
beneficios porque en su prestación de servicios no se configuraron los elementos
del contrato de trabajo; además, no cumple con los requisitos establecidos en el
Decreto de Urgencia N.°016-2020 para que se disponga judicialmente el
reconocimiento de su vínculo laboral con su representada bajo los alcances del
régimen laboral privado.
f) Costos procesales: La juzgadora no ha desarrollado los motivos por los cuales
corresponde otorgar este concepto a la demandante y no motiva los factores y
criterios para fijar el monto de este concepto, por ende, el monto fijado es
elevado en atención a las incidencias del proceso; además, la juzgadora debió
exigir que se presente el recibo por honorarios y el pago del impuesto a la renta.
g) Retenciones de ley: En el caso de ampararse el pago de beneficios sociales a
favor de la demandante, debe determinarse que su representada efectúe las
retenciones de ley respecto al monto que se orden cancelar y adquiera la calidad
de cosa juzgada.
II. CONSIDERANDOS:
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forme convicción el juzgador, tal como ha sucedido en este caso, porque la
juzgadora en los considerandos n.°04 al 09 evaluó la configuración de los elementos
del contrato de trabajo en la prestación de servicios de la demandante, valorando
para ello la prueba incorporada al proceso como el contrato de locación de servicios,
los recibos por honorarios, la declaración de la demandante brindada en audiencia
de juzgamiento, entre otros, por lo tanto, estamos frente a una decisión debidamente
motivada que es objeto de revisión en esta instancia, quedando así desestimado el
primer agravio nulificante de la demandada.
3. Por otro lado, la demandada denuncia una evidente falta de motivación porque la A
quo no emitió pronunciamiento respecto al Decreto de Urgencia N.°016-2020;
argumento que también es desestimado porque mediante Ley N.°31115 (publicada
el 22 de enero de 2021) se derogó “los artículos 2, 3, 4, 13, la cuarta disposición
complementaria final y la única disposición derogatoria del Decreto de Urgencia 016-2020,
decreto de urgencia que establece medidas en materia de los recursos humanos del sector
público”, por lo tanto, en atención a lo regulado en el artículo 103 de la constitución
que regula la teoría de los hechos cumplidos, no era necesario que la juzgadora
emita pronunciamiento respecto a una norma derogada a efectos de motivar su
decisión respecto a la naturaleza de la contratación de la demandante. En
consecuencia, desestimados los agravios nulificantes de la demandada, se ha
comprobado que la juzgadora al expedir la sentencia impugnada ha observado la
garantía constitucional- contenida en el artículo 139 literales 3 y 5 de la Constitución
Política, atendiendo al mérito del Derecho y a lo actuado en el presente proceso; ello,
al margen de las valoraciones que en revisión puedan recaer sobre su decisión
jurisdiccional en torno a los extremos objeto del grado -y que en modo alguno
constituyen causal de nulidad-, por lo que, se procede a resolver el fondo de la
controversia.
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5. En todos los casos anteriores, la demanda no debería contener como pretensión la
desnaturalización de tal o cual forma contractual, ya que esto es un hecho que se
produce por aplicación del principio de primacía de la realidad y prevalencia del
contrato-realidad, hecho que sustenta la pretensión real de la demandante, sea ésta
la reposición, o el pago de algún derecho por parte de su verdadero empleador.
Como ya se había precisado por la Corte Suprema con claridad en la Casación
Laboral nro. 7358-2013-Cusco, cuando señaló que “(…) la existencia de un contrato de
trabajo de duración indeterminada, cuya verificación es establecida por el Juez, ya sea por la
desnaturalización de un contrato sujeto a modalidad, como ocurre en el presente caso, o por
aplicación del principio de primacía de la realidad, en otros supuestos, como presupuesto
previo al pronunciamiento respecto a la pretensión de reposición, no constituye una
pretensión autónoma e independiente de la pretensión de reposición, sino que forma parte de
la causa petendi de esta última…” (punto 2 del fundamento noveno); es decir que, la
desnaturalización de una contratación “formal” perjudicial al trabajador es un hecho
que debe demostrarse. Constituiría parte de la teoría del caso de la demandada
alegar la validez de dicha “formalidad”, como al demandante la denominada
desnaturalización o invalidez por la primacía de la realidad. En todo caso, es un
hecho de cuya probanza se alcanzará o no el amparo de los derechos pretendidos.
Siendo así, y considerándose que es labor del Juez la declaración del derecho a quien
le corresponda, lo que se ha traducido en las pretensiones de hacer o de pago que se
han formulado conjuntamente (a la desnaturalización) en este proceso, resulta
técnicamente incorrecto formular como pretensión la declaración de un hecho que
constituye fundamento fáctico de las demás pretensiones, por lo cual, habiéndose
analizado la desnaturalización de los contratos de locación de servicios, resulta
innecesario el pronunciamiento en el fallo sobre este hecho.
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autónoma, pues este último se caracteriza por el pago de un servicio específico
en montos que dependen directamente del servicio contratado o el avance del
mismo.
c) Por último, respecto a la subordinación, la propia naturaleza de las labores para
las que fue contratada la accionante, sugieren la sujeción a un horario de trabajo
y un centro de labores, pues según el contrato civil presentado por la
demandante (fojas 03-05), esta última fue contratada como “Auxiliar 2” para la
obra de “Restauración de los Depósitos con Muros Hastiales del conjunto amurallado
XLLANGCHIC-AN (…)”, entonces, como la demandante fue contratada como
“auxiliar” ello desvirtúa de por sí el carácter autónomo e independiente del
servicio prestado porque necesariamente tiene que estar bajo la dirección del
personal a quien apoyaba. Lo anterior explica por qué en el punto 5 del anexo 1
del contrato en el que se estipulan los “Términos de referencia” se indica que las
actividades de la demandante consistían en: “Asistir en las actividades de corte,
acarreo, eliminación de maleza (…); así como otras actividades que el Asistente de
Arqueología, Arqueólogo de Unidad, Arqueólogo Responsable o Arqueólogo
encargado del proyecto lo determinen.”, es decir, las labores de la demandante
eran dirigidas por el personal encargado del proyecto. Aunado a ello, en la
cláusula cuarta del mismo contrato se estableció expresamente que: “LA
ENTIDAD se obliga a pagar la contraprestación a EL CONTRATISTA en forma
mensual, previa presentación de informe de avance del servicio desarrollado,
recibo por honorarios y conformidad del servicio” (resaltado es nuestro), lo cual
pone en evidencia la obligación de la demandante de informar mensualmente
sobre la ejecución de sus actividades, evidenciándose con ello un servicio
subordinado y fiscalizado. Asimismo, en la cláusula quinta se establece que el
servicio de la demandante debía ejecutarse en el horario de 07:00-17:00 de lunes
a viernes, y en la cláusula décima primera se estipula que la demandada podía
facilitar las herramientas de trabajo. Lo anterior nos permite colegir que la
demandada direccionaba, fiscalizaba y controlaba la prestación personal de la
demandante, lo que importa reconocer expresamente indicios de sujeción y
subordinación que prueban la existencia de la laboralidad en la prestación de
servicios, y que refuerza la existencia de un contrato de trabajo.
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8. Ahora, para dilucidar el cuestionamiento de la demandada consistente en los
periodos en que la demandante no habría prestado servicios, debe tenerse en cuenta
que en el régimen laboral peruano opera el principio de continuidad del cual “se
desprende la existencia de una vocación de conservación en el tiempo en la relación existente
entre empleador y trabajador por un periodo indeterminado1”; asimismo, se precisa que
este principio “expresa la tendencia actual del Derecho del Trabajo de atribuirle la más
larga duración a la relación laboral, desde todos los puntos de vista y en todos los aspectos;
siendo por ello una de las manifestaciones del principio de continuidad la interpretación
de las interrupciones de los contratos como simples suspensiones2”, pues según este
Principio el contrato de trabajo es un contrato de tracto sucesivo, es decir, la relación
laboral no se agota mediante la realización instantánea de cierto acto sino que dura
en el tiempo, ello implica afirmar que la relación laboral no es efímera sino que
presupone una vinculación que se le prolonga en el tiempo. Así pues, la continuidad
se impone sobre el fraude, la variación, la infracción, la arbitrariedad, la interrupción
y la sustitución3. Por lo tanto, en base a este principio y a la presunción de
laboralidad, queda claro que, acreditada la prestación personal de servicios,
corresponde a la demandada desvirtuar su continuidad, debiendo en su caso,
acreditar el o los lapsos de interrupción de la prestación de servicios del trabajador;
ello, en virtud a la redistribución de las cargas probatorias consagradas en el artículo
23.4 literal c) de la NLPT, según el cual, corresponde a la demandada probar el
estado del vínculo laboral, debiendo entenderse dentro de éste el acreditar la fecha
de inicio y término de la relación laboral, a fin de desvirtuar la presunción de
laboralidad que la demandante tiene a su favor por todo el periodo que alega ha
laborado a favor de la demandada.
9. Siendo esto así, este Colegiado precisa que para lograr desvirtuar la continuidad de
la prestación de servicios en el marco de un contrato de trabajo como el que se ha
determinado en este caso, el medio probatorio idóneo es la planilla de pago, en tanto
es el documento en que el empleador registra a todos sus trabajadores; sin embargo,
ese medio probatorio no puede ser presentado en este proceso debido a la conducta
fraudulenta de la demandada consistente en contratar a la demandante por más de
nueve años como locadora de servicios, pese a que realizaba una labor personal,
remunerada y subordinada. Sin perjuicio de ello, para desvirtuar la continuidad del
servicio prestado por la demandante, no basta con la presentación de las constancias
de prestación de servicio, sino que la demandada -al menos- debió incorporar al
proceso los contratos de locación de servicios y los recibos de pago que fueron
ofrecidos como prueba exhibicional por la demandante (fojas 76), en tanto vienen a
ser documentos que, por el principio de profesionalidad de la prueba, se encuentran
en poder del empleador; sin embargo, ello no se ha dado en este caso, por lo tanto, el
juzgador está facultado a obtener conclusiones contrarias a los intereses de la
demandada por su conducta probatoria obstruccionista, en virtud a lo regulado en
el artículo 29 de la NLPT, lo cual implica en este caso, concluir en la existencia de un
récord laboral continuo; y, si bien es cierto la demandada se opuso a esta
exhibicional, esa cuestión probatoria fue desestimada (considerando 2) y ese
extremo de la decisión no apelada por la demandada.
1 Jaime Zavala Costa. “El principio de continuidad en los procedimientos de cese o despido colectivo”. Los
principios del Derecho del Trabajo en el Derecho Peruano. Libro homenaje al profesor Américo Plá
Rodríguez (Lima: Grijley, 2009), pág. 344.
2 Américo Plá Rodríguez. Los principios del Derecho del Trabajo. (Buenos Aires: Depalma, 1978). Pág. 154 y
157.
3 Toledo Toribio, Omar. Principios y Competencia en la Nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima 2011.
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10. Por lo tanto, dada la omisión probatoria de la demandada, en este caso no ha sido
desvirtuada la continuidad de la prestación de servicios de la actora; máxime
cuando de la prueba incorporada al proceso se verifica que en los periodos en que la
demandada niega la prestación de servicios de la demandante, existen pagos que
desvirtúan esa tesis de defensa. Así, a modo de ejemplo, la demandada indica que
no existió prestación de servicios desde el 21 de agosto de 2008 hasta mayo de 2012,
pero en autos obra el recibo por honorarios de mayo y octubre de 2009 (fojas 14 y
15), octubre de 2010 (fojas 16), agosto de 2010 (fojas 19) y enero de 2009 (fojas 20);
precisándose que no es necesario analizar cada uno de los periodos de interrupción
postulados por la demandada, en tanto, esta última no incorporó al proceso los
medios probatorios idóneos para desvirtuar la continuidad en la prestación de
servicios de la demandante, y por ello, el análisis respecto a la prueba del pago en
los periodos en que la demandada niega labor alguna de la actora a su favor, solo es
efectuado para dar mayor sustento a la conclusión arribada. Por otro lado, en autos
ha quedado acreditado que las constancias de prestación de servicios no consignan
el periodo laborado efectivamente por la demandante, así, a modo de ejemplo, en la
última constancia emitida a nombre de la actora se consigna que el periodo laborado
fue desde el 18 de abril hasta el 06 de diciembre de 2016, pero en este proceso es un
hecho no necesitado de actuación probatoria que la demandante laboró hasta el 27
de diciembre de 2016, hecho que además encuentra sustento probatorio en la carta
de renuncia de la demandante (fojas 127); por lo tanto, es evidente que la labor de la
demandante se extendió más allá de los periodos reconocidos por la demandada en
los documentos incorporados al proceso. Por estas razones, este Colegiado concluye
en que la demandada no ha logrado acreditar las interrupciones en el récord laboral
postulado por la demandante, y por ello se concluye en que esta última ostentó una
relación laboral única e ininterrumpida con la demandada desde el 15 de abril de
2007 hasta el 27 de diciembre de 2016, sujeta a un contrato de trabajo a plazo
indeterminado y bajo los alcances del régimen laboral privado.
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naturaleza y la complejidad del proceso en sí, debe indicarse que efectivamente se
constata que se trata de un proceso con un relativo nivel de complejidad según se
verifica de la pretensión que ha merecido pronunciamiento jurisdiccional (pago de
beneficios sociales). En cuanto al despliegue profesional del abogado de la parte
demandante, se verifica de autos que, durante el desarrollo del proceso, la
demandante fue asistida por su defensa letrada, apreciándose un aceptable nivel de
diligencia dentro de los estándares mínimos, advirtiéndose además gestión y
actividad orientada a la obtención de un resultado exitoso que ha sido confirmado
en esta instancia, sin modificar el capital sentenciado a favor de la demandante. Y,
respecto a la duración del proceso, se advierte que a la fecha ha transcurrido más de
02 años desde la interposición de la demanda (13 de setiembre de 2018, según cargo
de ingreso de expediente de fojas 66). Por ende, al merituar los factores antes
glosados, este Colegiado, en aras de los estándares de razonabilidad y
proporcionalidad a los que debe atender el Juzgador a efectos de alejar el riesgo de
arbitrariedad en el cual podría incurrir, así como en consideración de los estándares
del mercado profesional abogadil que rigen en nuestro Distrito Judicial, decide
confirmar los costos procesales en la cantidad de S/2,000.00, cuyo titular es la parte
demandante; precisándose que para determinar el quantum de este concepto, no es
necesario contar con el recibo por honorarios del abogado defensor porque este
documento es requerido en la etapa de la ejecución de la sentencia.
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técnicamente incorrecto formular como pretensión la declaración de un hecho, como
lo es la desnaturalización de los contratos de locación de servicios, que constituye
fundamento fáctico de pago de la pretensión de pago de beneficios sociales,
resultando innecesario el pronunciamiento en el fallo sobre este hecho; LA
CONFIRMARON en lo demás que contiene; DISPONIÉNDOSE la notificación de
la presente resolución través de las casillas electrónicas de las partes, así como la
devolución de los actuados al Octavo Juzgado de Trabajo Permanente de Trujillo. -
PONENTE: RODRÍGUEZ CHÁVEZ. –
S.S.
RODRÍGUEZ CHÁVEZ.
CASTILLO LEÓN.
PERALTA GARCÍA.
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