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Endodoncia
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/ 1. Introducción y contextualización práctica 3
/ 12. Bibliografía 15
Sabías que...
A veces, en la cita en la que se diagnostica la lesión pulpar y se planifica el
tratamiento, el odontólogo entrega al paciente una receta de antibiótico
y/o antiinflamatorio para que este comience con la medicación pautada
en los días previos a la cita para el tratamiento.
El acto terapéutico inicia con la técnica anestésica, el aislamiento absoluto del campo operatorio y la apertura de
la cámara pulpar.
En algunos casos de pulpitis irreversible en los que el paciente sigue con dolor a pesar de haber sido anestesiado, el
odontólogo puede recurrir a realizar una técnica anestésica intrapulpar. Es necesario que la pulpa esté expuesta, o
haber accedido con una fresa. En el momento en el que se introduce el anestésico en la cámara pulpar, provoca un
dolor intenso por la presión, por lo que es importante que el odontólogo ponga en preaviso al paciente. El empleo de
esta técnica se limita a los casos que sea necesaria (como última opción), pero no se realiza de forma sistemática
en cualquier endodoncia (es una técnica complementaria).
El aislamiento absoluto se puede realizar antes o después de la apertura cameral, pero siempre ha de ser aislamiento
absoluto.
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La apertura consiste en perforar el esmalte y la dentina para acceder a la cámara pulpar mediante el uso de fresas
e instrumental rotatorio. Una vez en la cámara, se eliminan los restos de tejido pulpar cameral (mediante fresas de
punta inactiva, como EndoZ, y cucharilla de Black), se irriga con hipoclorito de sodio y se localiza la entrada a los
conductos radiculares (con ayuda del explorador DG-16).
Recuerda...
La instrumentación mecánica con limas no logra eliminar todas las bacterias
y el tejido residual de los conductos por sí sola. Debe complementarse con
irrigación mediante sustancias químicas antibacterianas que favorezcan
el arrastre físico y la disolución del tejido.
Las limas se utilizan en orden creciente, pero antes de instrumentar es necesario establecer la longitud de trabajo
(LT). Es la distancia (medida en mm) entre el foramen apical y un punto de referencia en la corona del diente que
elige el odontólogo (por ejemplo, una cúspide). El establecimiento de la LT se denomina conductometría y puede
realizarse mediante radiografía o mediante un localizador de ápices, utilizando limas manuales de pequeño calibre
con tope de goma, y una regla de endodoncia.
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Se comienza permeabilizando los conductos mediante el uso de limas manuales de pequeño calibre (ISO < 20).
Entre el paso de una lima y la siguiente es necesario irrigar con hipoclorito. Una vez introducida la lima de ISO 15
o 20, esta se deja dentro del conducto y se toma una radiografía, o se utiliza el localizador de ápice, para valorar si
la punta de la lima ha llegado al foramen apical, o si falta o lo sobrepasa, y se introduce o saca la lima si es preciso
ajustarla. Cuando se detecta que la punta de la lima está en el foramen, se mueve el tope de goma con unas pinzas,
y se coloca en el punto de referencia elegido. De esta forma, cuando se saque la lima del conducto, se mide con la
regla de endodoncia la distancia entre el tope y la punta del instrumento, estableciendo así la LT. En este punto,
el higienista o auxiliar debe anotar en la historia clínica esta medida y prepara las siguientes limas a dicha longitud
(usando la regla y los topes de goma).
La instrumentación se puede realizar mediante limas manuales (realizando movimientos de rotación horario y
antihorario que facilitan su progresión hacia el interior), o mediante limas rotatorias. En ambos casos se sigue
un orden creciente hasta conseguir el diámetro deseado. La lima utilizada se limpia con una gasa empapada en
hipoclorito y se coloca en un esponjero, y antes de instrumentar con la siguiente lima, se irriga el conducto con
hipoclorito. El higienista deberá estar atento de aspirar la solución, a la vez que el operador está irrigando el conducto,
así como de tener siempre otra jeringa preparada con hipoclorito.
Una vez terminada la preparación biomecánica del conducto, se realiza una irrigación copiosa de los conductos
con hipoclorito de sodio, luego con EDTA, y después, de nuevo, con hipoclorito de sodio (irrigación final).
Posteriormente, han de secarse mediante el uso de puntas de papel. Se introduce una punta de papel en el
conducto, se deja unos segundos y se saca para meter una nueva.
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Se utilizan varias hasta que dejan de salir mojadas. No se puede secar con el aire de la jeringa triple acción.
Sabías que...
Si un conducto supura o sangra tras la irrigación final y secado del
conducto, no debe obturarse en ese momento. Se puede colocar hidróxido
de calcio, una bolita de algodón, material de obturación provisional, y
realizar la obturación radicular en otra sesión.
El cono maestro es el cono o vástago de gutapercha principal, que va a conseguir la obturación a nivel apical.
Para ello, se utiliza un cono del mismo calibre y conicidad que la última lima que se pasó a longitud de trabajo
(lima maestra) y se marca la longitud de trabajo (doblando la gutapercha a ese nivel). El cono preparado
se introduce en el conducto seco (sin cemento) y ser realiza una radiografía para verificar que el cono
maestro se adecúa a la preparación. Tras realizar la radiografía, se retira el cono, y se procede a la obturación
propiamente dicha.
Existen diferentes técnicas de obturación con gutapercha, pero independientemente de la técnica utilizada,
siempre hay que preparar cemento sellador. La mezcla se realiza justo antes de ser usada, en proporción
1:1, y se transporta el conducto con la propia gutapercha o con la ayuda de una lima manual no empleada,
o un léntulo.
Se introduce un cono maestro con cemento sellador, y mediante el uso de un espaciador, se compacta contra
la pared del conducto. Al sacar el espaciador, se introduce otro cono de menor calibre, y así sucesivamente
hasta que no quepan más conos. Se realiza una radiografía periapical final para comprobar el sellado, y si es
correcto, se corta el penacho de conos de gutapercha que sobresale del conducto. Para cortarlo se calienta
‘al rojo’ un instrumento sobre el mechero de alcohol, y con el instrumento caliente, se seccionan los conos a
nivel de la entrada del conducto.
Fig.8. Obturación radicular con conos de gutapercha. Fig.9. Calentando instrumento para el corte de la
gutapercha.
Son técnicas donde se utiliza la gutapercha reblandecida por calor para su relleno. Las ventajas que confieren
las técnicas termoplásticas respecto a las técnicas de sellado en frío es que gracias a que la gutapercha está
reblandecida, facilita mejor la adaptación de esta en las irregularidades del conducto radicular.
» Técnica termoplástica de inyección: Se realiza mediante el uso de unas pistolas de corte e inyección,
espaciadores, cono de gutapercha maestro, pellets de gutapercha y cemento sellador. En primer lugar,
se utiliza un cono maestro de gutapercha con cemento para obturar el tercio apical. Luego se introduce
la pistola de corte para retirar la gutapercha de los tercios superiores, y se va rellenando el conducto
mediante técnica vertical e incremental, con gutapercha procedente de la pistola de inyección, y se va
condensando. La pistola de inyección está precargada con pellets de gutapercha que calienta. Una vez
alcanzada la temperatura necesaria, entrará más fluida en el conducto.
» Técnica termoplástica de vástago: Se utiliza cemento sellador y vástagos recubiertos de gutapercha que se
precalientan en un horno específico, y posteriormente se introduce en el conducto con una ligera presión.
También se utiliza cemento sellador. Los vástagos más conocidos son de Thermafil® o Guttacore®.
Una vez terminada la obturación, se coloca una bolita de algodón o teflón en el fondo de la cavidad, y se
obtura con un material provisional (ej. IRM® o Cavit®) hasta la realización de la obturación definitiva.
• Preparación de la mesa de trabajo: El material e instrumental debe situarse sobre la bandeja de forma ordenada
en función de los pasos de la intervención, para facilitar el trabajo y evitar perder tiempo innecesario.
• Preparación de las soluciones irrigadoras: Para su preparación debe tenerse en cuenta lo siguiente:
» Las jeringas y agujas desechables en las que se prepararan deben tener sistema de rosca y salida lateral.
» Deben diferenciarse la jeringa que tiene EDTA, de las que tienen hipoclorito de sodio.
» La irrigación con hipoclorito es constante durante el procedimiento, por lo que además de las jeringas,
también se deja preparado un vaso con la solución, para ir recargando las jeringas constantemente.
» Conviene disponer de, al menos, dos jeringas para hipoclorito, y asegurarnos que una siempre esté llena,
lista para usarse.
• Aspiración cuidadosa: Recordemos que cada vez que el odontólogo irrigue, debemos posicionar el eyector
sin capuchón lo más cerca posible. Además, debemos estar pendientes del acúmulo de saliva que pueda tener
el paciente en la cavidad oral, y aspirar de vez en cuando dentro, con el capuchón puesto.
• El higienista suele apuntar en la historia clínica la longitud de trabajo, y el número ISO de la lima y el cono
maestro, si el odontólogo se lo indica. Además, puede preparar las limas, las puntas de papel y los conos a la
longitud de trabajo indicada, utilizando la regla de endodoncia y los topes de goma.
• Se aconseja realizar la transferencia de puntas de papel y conos de gutapercha mediante el uso de pinzas
forcipresión para evitar su caída. Además, si se preparan dos pinzas, se agiliza el procedimiento. Por ejemplo:
la higienista entrega al operador una pinza que tiene sujeta una punta de papel, y mientras que el odontólogo
lleva esa punta al conducto, el higienista prepara la siguiente punta en la otra pinza.
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• Protección al paciente y al personal: Se debe colocar unas gafas de protección ocular para evitar accidentes
con los instrumentos o con las soluciones de irrigación. Y se suele colocar un babero doble, o más grueso, por
si cayese solución irrigadora. El operador y el higienista también deben llevar gafas de protección.
• Control de uso y retirada de limas rotatorias: Cada vez que se embolsen, se tiene que apuntar el número de
usos, y cuando haya que tirarlas, se utiliza el contenedor para instrumental corto-punzante.
» El accidente más común en esta fase es la perforación, que puede ser a nivel cameral, radicular o de furca.
» Cavidades excesivamente pequeñas que no faciliten el acceso a los conductos ni la limpieza adecuada de
la cámara pulpar.
» Sobreinstrumentación: Limado excesivo transversalmente, lo que puede debilitar la raíz del diente y
provocar una fractura radicular. Es decir, se ensancha demasiado el conducto.
» Sobreextensión: Limado excesivo en sentido longitudinal, más allá del ápice anatómico.
» Subextensión: Defecto de limado en sentido longitudinal, sin llegar al foramen apical y sin la adecuada
preparación del conducto.
» Falsa vía: Es una excavación lateral al conducto principal con comunicación al periodonto.
» Fractura de instrumentos: Por desgaste o fatiga cíclica del instrumento, o por defectos en su fabricación.
Por eso es muy importante conocer el número de usos que tienen las limas.
• Accidentes durante la obturación: Extrusión de gutapercha y cemento sellador al periápice cuando se utilizan
técnicas termoplásticas.
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Para realizar una reendodoncia, se prepara todo el instrumental y material utilizados en las endodoncias
convencionales y, además, es común utilizar fresas Gates-Glidden y un disolvente de gutapercha (ej. Gutasol®)
que facilitará la retirada de la gutapercha al paso de las limas. La utilización de limas rotatorias también facilita la
eliminación.
Generalmente, si no hay mucha destrucción del tejido duro dental, el proceso de reconstrucción se basa en realizar
una obturación, que devolverá la estética y función al diente. Pero cuando la destrucción de la corona es mayor,
afectando a más de la mitad de la corona dental, se suele optar por otras técnicas de rehabilitación que puedan dar
un soporte extra y favorecer la estabilidad de la restauración a largo plazo. Estos recursos pueden ser indirectos,
como la colocación de coronas o incrustaciones, o directos, como la colocación de postes.
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Los postes sirven de anclaje para el material restaurador. Se introducen en los conductos radiculares (a los que
previamente se les quita para te gutapercha), y sirven como pilar para la obturación. Es decir, solo se puede colocar
un poste en dientes que estén endodonciados, ya que su anclaje se realiza en el interior del conducto radicular. Para
poder colocarlos, se elimina gutapercha del tercio medio y coronal del conducto, mediante el uso de fresas Gate-
Glidden, fresas Peeso y fresas propias del sistema de postes utilizado (del diámetro del poste elegido). Se limpia y
se procede a colocar el perno que va cementado. Se suelen usar cemento de ionómero de vidrio autopolimerizable
o cemento resinoso fotopolimerizable. Los postes más utilizados, actualmente, son de fibra de vidrio. También los
hay metálicos con roscas, pero están en desuso.
Fig.14. Fresas Gate-Glidden, fresas Peeso, fresa del sistema de Fig.15. Reconstrucción alrededor de un poste de fibra de
postes y poste de fibra de vidrio. vidrio. Tras reconstruir alrededor del poste, la parte que
sobresale se corta.
Nudo: La odontóloga observa que falta el receptor radiográfico y los posicionadores. Y a continuación le pregunta:
¿sabes cuántas radiografías son necesarias realizar en un tratamiento de endodoncia y en qué momento del
procedimiento se hacen?
Antes, durante y al finalizar el tratamiento de endodoncia es necesario hacer algunas radiografías periapicales.
Habitualmente, se realizan las siguientes:
• Radiografía de diagnóstico: Se hace antes de comenzar el tratamiento, para conocer el número y la forma de
las raíces, y la extensión de la caries. Se suele utilizar posicionador.
• Radiografía de conductometría: Esta radiografía se hace con la presencia de una lima (provista de tope de
goma) en el interior del conducto, para comprobar si la longitud es la correcta y establecer la longitud de
trabajo (midiendo con una regla de endodoncia). Algunos profesionales no hacen esta radiografía porque
establecen la longitud de trabajo con el localizador de ápices.
• Radiografía de conometría: Esta radiografía se hace con la presencia de un cono de gutapercha en el interior
del conducto, para verificar que el cono principal (llamado cono maestro) se adecúa a la preparación. Se
introduce el cono sin cemento en el conducto (que habrá sido secado previamente con puntas de papel), y
se hace la radiografía.
• Radiografía final: Se hace una vez obturados los conductos para verificar que se ha realizado el tratamiento
con éxito. Se suele utilizar posicionador.
En las radiografías de conductometría y conometría, como el paciente tiene el clamps con el dique de goma, si se
quiere usar posicionador, tiene que ser uno especial con el bloque de mordida más elevado.
Desenlace: El material e instrumental que debe estar preparado en una mesa de trabajo para una endodoncia o
retratamiento endodóntico debería estar compuesto por:
Finalmente, se han identificado los errores más frecuentes que pueden acontecer durante la intervención y que,
en algunos casos, llevará a la repetición del proceso de forma inmediata o diferida en el tiempo, lo que se conoce
como retratamiento.
Con una lima de bajo calibre dentro del conducto, se realiza una
Conductometría (medición de la radiografía y/o se utiliza un aparato llamado ‘localizador de ápices’
longitud de trabajo) para conocer la longitud del conducto y determinar la longitud de
trabajo. Las siguientes limas se preparan a esta longitud.
Obturación provisional
Fig.19. Esquema resumen de la unidad.
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• Espátula de mezcla.
• Cemento sellador. Si el cemento que se va a utilizar se presenta en jeringas preparadas para su aplicación
directa con puntas de automezcla, no sería necesario el uso de la loseta y la espátula.
Para llevar el cemento al conducto, se puede preparar un léntulo, pero no es imprescindible, puesto que el cemento se
puede aplicar con el propio cono de gutapercha, mojando previamente este de cemento sellador y transportándolo
con pinzas.
/ 12. Bibliografía
Cohen, S., y Burns, R. (2011). Vías de la pulpa. 10a ed. Elsevier, Barcelona, España.
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SYL Creaciones Gráficas y Publicitarias, S.A.
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Técnico superior de higiene bucodental. Conservadora, periodoncia, cirugía e implantes. (pp. 92-139). Madrid, España: Arán
Ediciones.