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INCONTINENCIA FECAL

La incontinencia fecal se define como “la pérdida involuntaria de heces,


independientemente de la frecuencia o severidad”. Las repercusiones que
conlleva la incontinencia fecal son similares a las descritas para la
incontinencia urinaria, al condicionar tanto problemas médicos como
psicológicos y/o socioeconómicos.
EPIDEMIOLOGÍA
Al igual que en la incontinencia de orina, resulta difícil precisar la prevalencia
de la incontinencia fecal, porque la gran mayoría de ancianos que la padecen
no consultan por este problema. No obstante, se estima que sobre un 10-15%
de los ancianos que viven en sus domicilios padecen este problema,
incrementándose de forma significativa en caso de incapacidad física o mental
(residencias, hospitales).
REQUISITOS PARA MANTENER LA CONTINENCIA ANAL
La continencia anal se basa en la integridad de dos funciones básicas: por una
parte, de la diferenciación entre sólido, líquido y/o gas, lo cual depende de las
terminaciones nerviosas del canal anal, y por otra parte, de la posibilidad para
retrasar la evacuación hasta que ésta se pueda realizar en el momento y lugar
conveniente, lo cual va a depender fundamentalmente de los músculos
pélvicos, del ángulo recto-anal y de los esfínteres anales. Además de estos
requisitos “locales”, son necesarias otra serie de condiciones generales
(integridad sistema nervioso, nivel conciencia, movilidad, etc) para que la
continencia anal se mantenga. En este sentido, la pérdida de la continencia
anal no se puede relacionar directamente con la edad del anciano, sino que se
asocia a las enfermedades que padece ese sujeto.
Por consiguiente, los principales requisitos son:
– Integridad del intestino grueso.
– Sensibilidad perianal conservada.
– Suficiente movilidad y destreza.
– Suficiente nivel de conciencia.
– Suficiente capacidad mental.
– Motivación para ser continente.
– Ausencia de barreras arquitectónicas.
Causas de incontinencia fecal

En el anciano se distinguen cuatro grupos de causas de incontinencia


fecal:

a) Estasis fecal e impactación fecal: Es la más común en ancianos con


incapacidad física o psíquica, relacionándose casi siempre con
situaciones de inmovilidad.
b) Pérdida del mecanismo normal de continencia:

– Lesión neuromuscular local.


– Patología neurológica central (ACV, demencia, Parkinson).
– Cirugía previa ginecológica o anal que haya podido lesionar los
mecanismos de continencia.

c) Problemas que desbordan el mecanismo normal de continencia,


como diarrea aguda o dificultad para acceder al baño.
d) Problemas psicológicos o conductuales:

– Depresión grave.
– Alteraciones psicológicas.
– Demencia.
EVALUACIÓN
Es importante recoger en la historia general una serie de aspectos
clínicos, como patología digestiva, ritmo intestinal habitual,
intervenciones quirúrgicas previas, antecedentes ginecológicos, tipo de
dieta e ingesta de líquidos, etc., debiéndose completar con una historia
dirigida, en la que nos interesará conocer las características de la
incontinencia (frecuencia, intensidad, presentación, etc.), así como las
manifestaciones acompañantes (urgencia, dolor, sangre, etc.). Se debe
repasar sistemáticamente la medicación utilizada, ya que ciertos grupos
farmacológicos pueden estar relacionados con la incontinencia en
mayor o menor medida (anticolinérgicos, narcóticos, hierro,
calcioantagonistas, laxantes, diuréticos).
La exploración física incluye un examen físico general, un examen
abdominal, un tacto rectal, una exploración neurológica de la que
interesa destacar la marcha, la fuerza, los reflejos y la sensibilidad
perianal. Las exploraciones complementarias podrán ser más o menos
numerosas, según los datos clínicos y los hallazgos exploratorios,
aunque es conveniente disponer de un estudio analítico básico con
hormonas tiroideas, unas hemorragias ocultas en heces, una radiografía
convencional de abdomen, y según los casos, se puede llegar a realizar
una recto-colonoscopia y/o una manometría anal.
TRATAMIENTO
Actualmente es posible curar, o si no, por lo menos, mejorar en
bastantes casos la incontinencia fecal. Las medidas terapéuticas más
comunes incluyen:

a) Corrección de la causa precipitante (estreñimiento, impactación,


diarrea aguda, inmovilidad, psicofármacos, etc.).
b) Impactación fecal: En este caso se recomienda tratar el estreñimiento
con medidas higiénico-dietéticas (fibra, ejercicio, ingesta líquida,
hábito defecatorio); si es preciso, utilizar laxantes de volumen
(lactulosa), debe ser de forma transitoria y a la menor dosis posible.
En situaciones de inmovilidad, puede llegar a controlarse la
impactación mediante el vaciamiento periódico del colon con
enemas de fosfato.
c) Lesiones del plexo o neurológicas: Puede estimularse la evacuación
localmente mediante enemas de fosfato solos o asociados a
antiperistálticos (loperamida, difenoxilato) para controlar así las
deposiciones en sujetos muy incapacitados.
d) Otras medidas: Ejercicios de reforzamiento del suelo pélvico,
estimulación eléctrica, intervención quirúrgica, medidas paliativas
(absorbentes, bolsas colectoras, tapón anal).

DIAGNÓSTICOS E INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA

Diagnósticos de enfermería

• Incontinencia urinaria (total, funcional, refleja).


• Incontinencia fecal.

Intervención de enfermería
1. Valorar los horarios de pérdidas de orina y/o heces y las
circunstancias que las favorecen.
2. Organizar los horarios para la ingestión de líquidos y
alimentos, en combinación con los horarios para la
eliminación urinaria y evacuación.
3. Proporcionar prendas de vestir protectoras y sistemas
absorbentes, de acuerdo con las necesidades, si la eliminación
programada no es eficaz.
4. Extremar las medidas de limpieza de región perineal. Secar la
piel cuidadosamente.
5. Enseñar al paciente y a sus cuidadores las técnicas de
evacuación y métodos de relajación.
6. Enseñar las medidas físicas indicadas para las incontinencias
(ejercicios de fortalecimiento de musculatura pélvico de
Kegel).
7. Valoración del uso de sondas y de las manifestaciones de las
infecciones urinarias.

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