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INCONTINENCIA URINARIA EN EL ADULTO MAYOR

INTRODUCCION
La incontinencia urinaria (IU) se engloba dentro de los síndromes geriátricos.
La prevalencia de IU aumenta con la edad.
Los pacientes institucionalizados, principalmente mujeres, representan un grupo de elevada
prevalencia de IU.
No forma parte del envejecimiento normal, aunque cambios relacionados con la edad pueden
contribuir a su aparición.

Existe una baja demanda de consulta por este motivo, debido a que se asume como un
problema derivado de la edad avanzada, o por prejuicios sociales tienden a ocultarla o creen
que no tiene tratamiento.

Algunos pacientes adoptan medidas para tratar de controlar la incontinencia, que en ocasiones
les causan más daño (P. Ej. La disminución en la ingesta de líquidos), lo que ocasiona
incremento en frecuencia miccional y sobreactividad del detrusor y esto empeora su
incontinencia.

Por esto el Médico Familiar, independientemente de la causa de Consulta, deberá estar


obligado a detectar grupos en riesgo para el desarrollo de incontinencia urinaria.

DEFINICIÓN
Según OMS incontinencia “Es la pérdida involuntaria de orina objetivamente demostrable y
suficiente como para constituir un problema social e higiénico en quien la padece”.
La Sociedad Internacional de Continencia (ICS) la definió en el año 2002 como “toda queja de
pérdida involuntaria de orina”.

EPIDEMIOLOGÍA
La prevalencia de la IU oscila en torno al 15,5%-17,4% y aumenta con la edad, ascendiendo en
los mayores de 80 años a un 53,3%. Más frecuente en mujeres.
En los ancianos institucionalizados la proporción varía entre el 43 y el 77%.
La prevalencia de la IU aumenta en la medida que se incrementa la fragilidad.

FISIOPATOLOGÍA
La continencia urinaria depende del normal funcionamiento de diversas estructuras anatómicas:
sistema nervioso y vías urinarias.
La micción normal es un proceso dinámico en el que intervienen varios procesos fisiológicos
coordinados.
Consta de dos fases: llenado y vaciado reguladas por el sistema nervioso simpático (nervios
hipogástricos), parasimpático (nervios erectores) y somático (nervio pudendo) controlados por la
corteza cerebral que ejerce influencias inhibidoras (favorece el llenado) y el tronco cerebral,
influencias facilitadoras (favorece el vaciado).
En la fase de llenado el tono simpático cierra el esfínter interno vesical, y relaja la cúpula vesical
al inhibir el parasimpático.
La inervación somática cierra el esfínter externo vesical y mantiene el tono de la musculatura
pélvica.
La fase de vaciado la provoca el estímulo parasimpático que produce la contracción vesical y se
inhiben el tono simpático y somático.
La disfunción de los mecanismos señalados ocasionará diversos tipos de incontinencia.
CAMBIOS ASOCIADOS AL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO

Es importante enfatizar que no son condiciones normales de la vejez, pues se presentan en


porcentajes limitados de los ancianos.

ETIOLOGIA
Es multifactorial.

Las causas comunes son:


Agudas o transitorias
• Medicamentos (anticolinérgicos, bloqueadores del calcio, antiinflamatorios no esteroideos
(AINE), esteroides, diuréticos).
• Infecciones urinarias. uretritis, uretritis atrófica o vaginitis
• Difícil acceso al baño.
• Impactación fecal.
• Alteraciones motrices.
• Alteraciones metabólicas (hiperglucemia e hipercalcemia).
• Insuficiencia cardiaca congestiva descompensada.
• Consumo excesivo de bebidas con cafeína.
Persistentes
• Impactación fecal.
• Alteraciones motrices.
• Enfermedad cerebrovascular.
• Lesión espinal.
• Anciano frágil hospitalizado.
• Medicamentos.
• Cirugías previas del aparato urinario inferior.
• Obstrucciones del aparato urinario inferior.
• Neuropatía diabética.
• Enfermedades neurodegenerativas

CLASIFICACIÓN CLÍNICA
En función de su duración, la IU puede ser transitoria o establecida.
En función del nivel de afectación o del mecanismo de producción, se clasifica en:
1.-IU de urgencia: Pérdida involuntaria de orina, inmediatamente después o simultáneamente,
con una sensación urgente de vaciar la vejiga que es difícil postergar (micción imperiosa).
Suele asociarse a síntomas de la fase de llenado (micción frecuente, más de 8 veces/día),
nicturia y en algunas ocasiones micción incontrolada.
Las causas o factores de riesgo son: esclerosis múltiple, accidente vascular cerebral (AVC),
enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, diabetes, infección de orina, cistitis,
neoplásicas, litiasis, hipertrofia benigna de próstata.
2.-IU de esfuerzo o estrés (IUE): Pérdida involuntaria de orina por aumento de la presión
abdominal sin que haya contracción vesical, (P. Ej. toser, reír, levantar peso o al realizar
ejercicio físico). Se produce una incapacidad para mantener cerrado el esfínter de la uretra, No
está asociada a deseo miccional, puede oscilar entre unas gotas o incluso un chorro,
dependiendo del grado de alteración y la intensidad del esfuerzo. De etiología multifactorial.
3.- IU mixta: Hay un componente de incontinencia de urgencia y de esfuerzo (hiperactividad del
detrusor e incompetencia esfinteriana).
4.- IU por rebosamiento o paradójica: Puede ser de causa orgánica o neurológica.
Se produce en personas con procesos obstructivos en el tramo urinario inferior o con alteración
de la contractilidad vesical, que determinan una retención urinaria crónica (vejiga sobre
distendida, con vaciamiento incompleto de la vejiga). Se puede manifestar por síntomas
irritativos, obstructivos, dificultad al orinar, goteo post- miccional o con pérdida de orina más o
menos continua por goteo o en pequeños chorritos y no es excepcional que aparente una IU de
esfuerzo. Es más habitual en varones.
5.- Incontinencia funcional: Diagnóstico de exclusión, una vez descartadas las causas
anteriores. Intervienen varios aspectos funcionales (incapacidad para acceder al baño, falta de
motivación, anormalidades en vías urinarias).

DIAGNÓSTICO
Clasificar en base a su sintomatología.
Valoración multidimensional e individualizada.

Anamnesis
a. Historia médica general: antecedentes personales, historia ginecológica, cirugía pélvica,
patología neurológica, patología osteoarticular, enfermedad cardiaca y venosa y consumo de
fármacos.
b. Historia médica dirigida:
– Frecuencia: se considera normal de 4 a 7 micciones al día, pero en la población asintomática
el rango puede ser mayor. Más de 8 se considera anormal.
Debe valorarse la ingesta de líquidos y el tipo (té, café y el alcohol producen polaquiuria y
tenesmo).
– Nicturia: dos o más veces se considera anormal.
En ancianos que han perdido su variación diurna de excreción normal de orina.
-Incontinencia: si es de esfuerzo, urgencia, mixta o por rebosamiento.
– Síntomas de vaciado anormal: chorro débil, goteo post- miccional, vaciado incompleto,
dificultad para iniciar la micción.
Otros datos: enuresis, dolor y tenesmo vesical, hematuria, disuria, etc.

Valoración funcional
Deberá evaluarse el grado de dependencia para la realización de actividades de la vida diaria,
la existencia o no de deterioro cognitivo y las deficiencias sensitivas (auditiva y visual).

Exploración
1. Examen general: Evaluar presencia de sobrecarga hídrica, detectar alteraciones neurológicas
que puedan sugerir esclerosis múltiple, ACV, compresión medular, estado cognitivo, nivel de
conciencia y patología osteoarticular que limite la movilidad.
2. Exploración abdominal focalizada a hipogastrio: detectar masas abdominales que compriman
la vejiga, globo vesical (volumen mayor a 500 ml, puede indicar retención crónica de orina) y
visualizar cicatrices que nos orientarán sobre cirugía anterior.
3.Exploracion genital (ginecológica/urológica) y rectal: presencia de prolapsos, defectos del piso
pélvico, valorar Inervación y reflejos lumbosacros, Búsqueda de vaginitis atrófica, Valorar
sensibilidad perianal, valorar presencia de impactación fecal.
Para corroborar pérdida de orina, en posición ginecológica, realizar maniobra de Valsalva con la
vejiga llena= positiva si se observa la pérdida urinaria.
4. Medición del residuo vesical post miccional, un residuo superior a 200 ml orienta a una
incontinencia por rebosamiento, normal por debajo de 100 ml.
La medición del volumen residual post vaciamiento debe realizarse mediante ultrasonido
vesical.

Pruebas complementarias
Se solicitarán en función de la sospecha diagnóstica:
1. EGO, bioquímica de sangre, química sanguínea, función renal, sedimento, urocultivo y PSA
en varones (si procede), Electrolitos séricos.
Estudio citológico de la orina: sospecha un proceso neoplásico del tracto urogenital.
Estudios complementarios (ecografía, resonancia magnética, cistoscopia o estudio urodinámico
etc.).

Calidad de Vida de la Paciente con Incontinencia Urinaria

La incontinencia urinaria se asocia con efectos adversos en la calidad de vida, como


aislamiento, tristeza, depresión, vergüenza, estigmatización alteraciones del sueño, relaciones
sexuales e Inclusive se pueden ver afectadas las actividades de la vida diaria.

Se debe utilizar un cuestionario para validar la calidad de vida y severidad de la incontinencia,


además de evaluar el impacto de los síntomas urinarios y la efectividad del manejo.

El ICIQ (International Consultation on Incontinence Questionnaire) es un cuestionario


autoadministrado, con un promedio de tiempo de aplicación entre 3 a 5 minutos.
Identifica a las personas con incontinencia de orina, tipo de IU y el impacto en la calidad de
vida.
Se considera diagnóstico de IU cualquier puntuación superior a cero, a mayor puntuación
mayor incontinencia y peor calidad de vida.

Cuestionario de Calidad de Vida para Pacientes con Incontinencia Urinaria ICIQSF


Estamos intentando determinar el número de personas que presentan este problema y hasta
qué punto les preocupa esta situación.
Le estaríamos muy agradecidos si nos contestase las siguientes preguntas, pensando en cómo
se ha encontrado en las últimas cuatro semanas.
1. ¿Con que frecuencia pierde orina? (Marque solo una respuesta)
TRATAMIENTO
Debe ser individualizado valorando: tipo de incontinencia, repercusión, enfermedades
asociadas, preferencia del paciente, aplicabilidad del tratamiento y el balance entre los
beneficios/ riesgos de cada acción.

Los tratamientos de la IU se pueden clasificar en 5 categorías:


1.- Modificación de los factores favorecedores y hábitos de vida
Suele incluir cambios en el estilo de vida, en la dieta (reducir el consumo de cafeína, ajustar la
ingesta de líquidos), control de la obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol, evitar el
estreñimiento y realizar actividad física.
Valorar tratamientos potencialmente implicados en la aparición de la incontinencia urinaria.
Evitar las barreras arquitectónicas en los aseos y sus accesos, utilizar ropa adecuada con
cierres sencillos.

2.- Entrenamiento del vaciado de la vejiga: Ejercicios vesicales.


Tiene como objetivo reducir la incontinencia, aumentando la capacidad vesical y restaurar la
función vesical.
Son efectivos en las personas sin deterioro cognitivo y con capacidad para ir al baño por sí
solas.
Supone el entrenamiento de la vejiga con horarios de vaciado, para conseguir una frecuencia
miccional cada 3 horas.
Antes de iniciar el Entrenamiento Vesical, es importante contar con un diario vesical o diario de
hábitos de micción, para cuantificar la frecuencia urinaria y los episodios de incontinencia, este
debe contener por lo menos 3 días de sus actividades habituales, tanto en días de trabajo como
en descanso.
Los ejercicios deben iniciarse con base en los registros del diario vesical, se debe identificar el
tiempo promedio entre cada micción o pérdida urinaria, considerando este dato; indicar a la
paciente que orine en lapsos de tiempo más largo para que evite llegar a la pérdida y estos
periodos de tiempo se deben ampliar para incrementar paulatinamente la capacidad vesical,
hasta que la paciente consiga el mayor número de micciones voluntarias. (lograr micciones
cada 3 o 4 horas)
Efectuar la evolución detectando la mejoría con la disminución de episodios de perdida
involuntaria.
El entrenamiento vesical por un mínimo de 6 semanas debe ofrecerse como tratamiento de
primera línea a mujeres con UI de urgencia o mixta.

3.- Rehabilitación de la musculatura del suelo pélvico


Tiene como objetivo fortalecer los músculos que actúan de soporte a las estructuras pélvicas
favoreciendo los mecanismos de contención de la orina.
Son el tratamiento de elección en la IU de esfuerzo en la mujer.
A) Ejercicios de los músculos del suelo pélvico (Kegel): Estos ejercicios mejoran del 70 al 80%
el tono de la musculatura estriada uretral y el control de la micción.
Capacitación: Se le puede indicar que al momento de la micción detenga el chorro por 10
segundos posteriormente terminar la micción, para que la paciente reconozca la sensación y lo
pueda repetir en ausencia de la micción.
Se realizan de 25 a 30 contracciones repetidas del suelo pélvico tres o cuatro veces al día o
realizar 8 contracciones 3 veces al día con duración de 5 a 15 segundos, seguidos de relajación
por 10 segundos, por tres meses.
Se deben evaluar en forma manual la contracción de músculos del piso pélvico mediante un
tacto vaginal mientras la paciente efectúa las contracciones.
Los ejercicios del piso pélvico son la primer alternativa de tratamiento para pacientes con
incontinencia de esfuerzo y mixta.

B) Entrenamiento del peso vaginal mediante conos o bolas vaginales: colocación en el interior
de la vagina de unos dispositivos en forma de cono con peso gradualmente mayor.
Los conos vaginales pueden ser recomendados para fortalecer los músculos de piso de pelvis
en mujeres con IU de esfuerzo.
Para que el ejercicio sea más cómodo y se facilite su cumplimiento, la mujer los introduce en su
vagina, evitando con las contracciones del suelo pélvico que se caigan, durante periodos de 15
minutos, tres veces al día, aumentando gradualmente el peso.
Se considera que son útiles también en la IU de esfuerzo y en la IU de urgencia.
El periodo de tiempo necesario para que aparezcan sus resultados puede ser largo.

C)Asistencia a los ejercicios del suelo pélvico con técnicas de biofeedback o la estimulación
eléctrica.
El biofeedback o estimulación eléctrica no debe ser usado como rutina en el fortalecimiento
de músculos pélvicos.
Deberá ser considerado en mujeres que no pueden activamente contraer los músculos del piso
pélvico para mejorar la motivación y adherencia al tratamiento.

4.- Intervenciones de soporte o medidas paliativas


Incluyen el uso de dispositivos absorbentes, colectores o sondas, el uso de sonda urinaria
permanente está restringido a obstrucción en el tracto de salida.

5.- Tratamiento farmacológico


Tiene como objetivo inhibir las contracciones involuntarias del músculo detrusor de la vejiga.
El tratamiento en la vejiga hiperactiva e IU de urgencia se basa fundamentalmente en bloquear
los receptores que activan la contracción del músculo para inhibir la sensación de necesidad
inminente de orinar. Al relajar al detrusor, disminuyen la presión intravesical, reducen la
frecuencia de las contracciones, y aumentan la capacidad vesical para retener la orina.

- Oxibutinina: es el fármaco del que se tiene más experiencia. Muy efectivo, pero al ser
poco selectivo del tracto urinario, conlleva la aparición frecuente de efectos secundarios.
La dosis máxima recomendada es de 2,5 mg/8 horas.
- Tolterodina: antagonista competitivo con afinidad sobre los receptores muscarínicos del
detrusor. Mejor tolerancia.
- Duloxetina: inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina, que actúa a nivel
de los receptores del nervio pudendo y a nivel de la motoneurona, aumentando el tono a
nivel uretral. Su efecto terapéutico y sus efectos secundarios son dosis dependientes.
Las dosis utilizadas en los estudios oscilan entre 20 y 80 mg/día.
Usado en incontinencia de esfuerzo aislada o asociada a la urgencia.
La clínica irritativa se tratará con fármacos de tipo bloqueadores alfa cuya acción rompe el
incremento de la dinámica miccional.
- Alfuzosina: dosis máxima recomendada: 5 mg/12 horas.
- Doxazosina: dosis máxima recomendada: 4-8 mg/24 horas.
- Terazosina: dosis máxima recomendada: 5-10 mg/24 horas.
- Tamsulosina: dosis máxima recomendada: 0,4 mg/24 horas. Cuando predomine la
clínica de carácter obstructivo.
- Finasteride: inhibidor de la 5-α-reductasa: (inhibe el paso de testosterona a
dihidrotestosterona que provoca el crecimiento hormono- dependiente influyendo
directamente sobre el tamaño de la próstata. Dosis máxima recomendada: 5 mg/24
horas en dosis única), se usa en próstatas de gran tamaño.

Tratamientos quirúrgicos.
Fracaso del tratamiento farmacológico y de reentreno de los hábitos miccionales
Cirugía para la IU
Neuromodulación

OTROS TRATAMIENTOS
Terapia con células madre mediante la inyección de mioblastos y fibroblastos autólogos (ofrece
la posibilidad de regeneración estructural y funcional de la uretra).

PREVENCIÓN
El objetivo es retrasar la aparición de signos y síntomas de envejecimiento del sistema
genitourinario y mejorar la calidad de vida del paciente.
Es fundamental la detección y posterior intervención sobre las situaciones de riesgo que
puedan derivar en una incontinencia de orina.
La prevención de la IU de urgencia se basa en la disminución del consumo de fármacos y
bebidas estimulantes, así como en la reeducación, intentando espaciar los intervalos entre
micciones.
El profesional de la salud debe vigilar y adoptar medidas activas en la atención de pacientes
con factores de riesgo, independientemente del motivo de consulta.

REFERENCIA A 2DO NIVEL


• Obstrucción urinaria aguda.
• Descompensación de enfermedad sistémica (insuficiencia cardiaca).
• Presencia de infección urinaria con compromiso sistémico.

ASOCIACIÓN CON OTROS PROBLEMAS GERIÁTRICOS


Depresión, Aislamiento social, Caídas, Hospitalización temprana, Sobrecarga del cuidador,
Úlceras por presión, Infecciones urinarias, Trastornos del sueño.

CONCLUCIONES
No Considerar la IU un cambio normal del envejecimiento.
La incontinencia urinaria constituye un problema médico y social importante, deteriora
significativamente la calidad de vida de los pacientes, limita su autonomía y reduce su
autoestima.
Afecta el estado físico (infecciones, úlceras cutáneas, caídas y fracturas), psicológico
(depresión, frustración y estrés personal y familiar) y al social (cambios en la vida social,
aislamiento).
En muchos casos es motivo de institucionalización, ya que para el cuidador es una de las
principales causas de sobrecarga.
La incontinencia urinaria frecuentemente pasa desapercibida en las consultas de primer nivel de
atención, su diagnóstico en apariencia es fácil y evidente, por lo que no se le presta
importancia.

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