Está en la página 1de 6

La colitis ulcerosa

La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria intestinal crónica en la que el


intestino grueso se inflama y produce ulceras produciendo recidivas (brotes o
crisis) de diarrea con sangre, retortijones abdominales y fiebre. El riesgo de cáncer
de colon a largo plazo es mayor.

Las zonas que pueden estar afectadas son:

Proctitis. La zona afectada se limitada al recto.

Proctosigmoiditis. Afectación de recto y sigma.

Colitis izquierda o colitis ulcerosa distal. Afectación limitada al colon izquierdo


(hasta ángulo esplénico).

Pancolitis. Afectación que se extiende más allá del ángulo esplénico.

Características:

No se conoce la causa exacta de esta enfermedad.

Los síntomas característicos durante las crisis incluyen retortijones, urgencia de


evacuar y diarrea (habitualmente con sangre).

El diagnóstico se basa en una sigmoidoscopia o, a veces, una colonoscopia.

Las personas que padecen colitis ulcerosa durante largo tiempo pueden
desarrollar cáncer de colon.

La colitis ulcerosa puede comenzar a cualquier edad, pero generalmente se inicia


antes de los 30, entre los 14 y los 24 años. Un pequeño grupo de personas sufren
su primer brote entre los 50 y los 70 años. Por lo general, la colitis ulcerosa
comienza en el recto (proctitis ulcerosa). Puede que permanezca confinada en el
recto o que con el tiempo se extienda y afecte a todo el colon. En algunas
personas, la mayor parte del intestino grueso se ve afectado desde un primer
momento.

La colitis ulcerosa no suele afectar al grosor completo de la pared del intestino


grueso y casi nunca afecta al intestino delgado. Las partes afectadas del intestino
presentan úlceras superficiales (llagas).
Síntomas

Los síntomas de la colitis ulcerosa se presentan en recidivas. Una recidiva puede


ser súbita y grave y producir una diarrea violenta (habitualmente con mucosidad y
sangre), fiebre alta, dolor abdominal y, ocasionalmente, peritonitis.

Con mayor frecuencia, las recidivas comienzan gradualmente, y la persona


afectada tiene urgencia para defecar, retortijones leves en la región baja del
abdomen y sangre y mucosidad visibles en las heces. Una recidiva puede durar
días o semanas y reaparecer en cualquier momento.

Complicaciones de la colitis ulcerosa

La hemorragia, la complicación más frecuente y a menudo causa anemia por


déficit de hierro.

La colitis fulminante (también llamada colitis tóxica) es una complicación


particularmente grave. En casi el 10% de las personas afectadas por colitis
ulcerosa, el primer brote progresa muy rápidamente, llegando a ser muy grave,
con hemorragia masiva, ruptura (perforación) del colon o infección diseminada.
Esta lesión en los nervios y músculos de la pared intestinal causa íleo, un
trastorno en el cual los movimientos de contracción normales de la pared intestinal
se detienen temporalmente, haciendo que el contenido del intestino no se propulse
adecuadamente. Se desarrolla dilatación abdominal (distensión).

El cáncer de colon comienza a ser más frecuente pasados unos 7 años desde
que empezó la colitis ulcerosa en personas con colitis extensa. El riesgo de cáncer
de colon es más alto cuando está afectado todo el intestino grueso y aumenta
cuanto más tiempo se ha tenido colitis ulcerosa. Después de 20 años de
enfermedad, aproximadamente el 7-10% de las personas afectadas desarrollan
cáncer, y tras 35 años de enfermedad, lo habrá hecho un porcentaje de hasta el
30%.

Cuando la colitis ulcerosa causa un brote de síntomas gastrointestinales, la


persona también puede presentar lo siguiente:

Inflamación de las articulaciones (artritis)

Inflamación de la esclerótica de los ojos (epiescleritis)

Nódulos inflamados de la piel (eritema nudoso)

Incluso cuando la colitis ulcerosa no está causando un brote de síntomas


gastrointestinales, la persona afectada puede presentar complicaciones que
no tienen relación alguna con la enfermedad intestinal, como las siguientes:
Llagas de color púrpura oscuro en la piel que pueden contener pus (pioderma
gangrenoso)

Inflamación de la columna vertebral (espondilitis anquilosante)

Inflamación de las articulaciones de la pelvis (sacroileítis)

Inflamación de la parte interna del ojo (uveítis)

Diagnóstico

El médico sospecha de colitis ulcerosa cuando se presentan signos de diarrea


recurrente con sangre, junto con retortijones y una fuerte necesidad de defecar,
especialmente si se tienen otras complicaciones, como artritis o problemas de
hígado, y una historia de crisis similares.

Los médicos examinan las heces para buscar parásitos, descartar infecciones
bacterianas y evaluar la inflamación.

La sigmoidoscopia (un examen del colon sigmoide mediante un tubo flexible de


visualización) confirma el diagnóstico de colitis ulcerosa. Este procedimiento
permite al médico observar directamente la intensidad de la inflamación, tomar
muestras de mucosidad o heces para su cultivo y extraer muestras de tejido de las
zonas afectadas para su posterior examen al microscopio (técnica denominada
biopsia). Incluso durante los intervalos sin síntomas, el intestino rara vez tiene un
aspecto normal y el examen al microscopio de las muestras de tejido recogidas
suele mostrar inflamación crónica.

Los análisis de sangre no confirman el diagnóstico de colitis ulcerosa, pero pueden


revelar anemia, aumento del número de glóbulos blancos, un nivel bajo de la
proteína albúmina o un aumento de la velocidad de sedimentación globular (VSG)
o los niveles de proteína C-reactiva, que indican también una inflamación activa. El
médico también puede hacer pruebas hepáticas.

Las radiografías de abdomen tomadas tras la administración de bario mediante un


enema o enema de bario, pueden indicar la gravedad y la extensión de la
enfermedad, pero no se realizan mientras la enfermedad está activa, por ejemplo,
durante una recidiva, debido al riesgo de provocar una perforación.

Pronóstico

Por lo general, la colitis ulcerosa es crónica, con recidivas y remisiones (periodos


sin síntomas) de repetición. En aproximadamente el 10% de las personas
afectadas, la primera crisis evoluciona rápidamente y da lugar a complicaciones
graves. Otro 10% de las personas afectadas se recuperan por completo después
de una sola crisis. Las personas restantes tienen algún grado de enfermedad
recurrente.

Cáncer de colon

La tasa de supervivencia para las personas con cáncer de colon causado por
colitis ulcerosa es de aproximadamente un 50%. La mayoría sobreviven si el
diagnóstico se establece en las fases iniciales y el colon se extirpa a tiempo.

Tratamiento

El tratamiento de la colitis ulcerosa se dirige a controlar la inflamación, reducir los


síntomas y reponer cualquier pérdida de líquidos y nutrientes. El tratamiento
específico depende de la gravedad de los síntomas. Los complementos de hierro
compensan la anemia derivada de las pérdidas de sangre en las heces.

Por lo general, si el intestino grueso está hinchado, las personas afectadas deben
seguir una dieta baja en fibra (en particular, evitando alimentos como los frutos
secos, la cáscara de maíz y las frutas y verduras crudas) para reducir el daño a la
mucosa inflamada del intestino grueso.

Una dieta sin productos lácteos disminuye los síntomas y vale la pena probarla,
pero no debe continuarse si no se observa mejoría. Todas las personas que tienen
colitis ulcerosa deben tomar suplementos de calcio y vitamina D.

Se toman pequeñas dosis de loperamida para la diarrea relativamente leve. Para


diarreas más intensas, pueden ser necesarias dosis más elevadas de loperamida.
En casos graves, sin embargo, el médico debe controlar muy de cerca a la
persona que toma estos fármacos antidiarreicos debido al riesgo de aparición
súbita de una colitis fulminante.

Aminosalicilatos

Los aminosalicilatos son fármacos utilizados para tratar la inflamación causada por
la enfermedad inflamatoria intestinal. Los fármacos como la sulfasalazina, la
olsalazina, la mesalazina y la balsalazida son tipos de aminosalicilatos, y se usan
para reducir la inflamación de la colitis ulcerosa y prevenir recidivas. Normalmente,
estos fármacos se toman por vía oral, pero la mesalazina puede ser administrada
también en enemas o supositorios (vía rectal).

Tanto si se administran por vía oral como rectal, estos fármacos son, como
mucho, moderadamente efectivos para tratar enfermedades leves o
moderadamente activas, pero son más efectivos para evitar la reaparición de los
síntomas (mantener la remisión).
Fármacos inmunomoduladores

Los fármacos inmunomoduladores modifican la acción del sistema inmunitario del


cuerpo, disminuyendo su actividad. Se han utilizado fármacos, como la azatioprina
y la mercaptopurina, para mantener la remisión en aquellos casos que presentan
colitis ulcerosa que, de lo contrario, hubieran necesitado un tratamiento a largo
plazo con corticoesteroides. Estos fármacos inhiben la función de los linfocitos T.

Se ha administrado ciclosporina a personas que tienen brotes graves y que no


responden a los corticoesteroides. La mayoría de estas personas responden
inicialmente a la ciclosporina, pero en algunos casos es finalmente necesaria una
intervención quirúrgica.

El tacrolimús se administra por vía oral. Este fármaco se ha administrado como


tratamiento a corto plazo a las personas cuya colitis ulcerosa es difícil de manejar
mientras comienzan el tratamiento con azatioprina y mercaptopurina. El tacrolimús
puede ayudar a mantener la remisión.

Cirugía

En torno al 30% de las personas que padecen colitis ulcerosa requieren cirugía. La
cirugía de urgencia puede ser necesaria en brotes agudos potencialmente
mortales con hemorragia masiva, perforación o colitis fulminante.

A veces es preciso recurrir a la cirugía incluso cuando no existen razones para


una intervención de urgencia. Estas situaciones incluyen la colitis crónica que
incapacita o que requiere constantemente altas dosis de corticoesteroides, el
cáncer y el estrechamiento del intestino grueso, o bien el retraso del crecimiento
en niños.

La colitis ulcerosa se cura con la extirpación total del intestino grueso, el recto y el
ano (proctocolectomía total), que permite recuperar una esperanza de vida normal
y elimina el riesgo de cáncer de colon.

Sin embargo, actualmente existen varios procedimientos alternativos disponibles.


El más frecuente es un procedimiento llamado proctocolectomía con anastomosis
ileoanal (IPAA). Este procedimiento consiste en la extirpación del intestino grueso
y la mayor parte del recto, creando un pequeño reservorio de intestino delgado
(bolsa o pouch) que se une a la porción remanente del recto justo por encima del
ano. Debido a que los músculos del ano (esfínter anal) no se eliminan, este
procedimiento permite a las personas afectadas conservar el control de su
intestino (evitar la incontinencia). Sin embargo, debido a que con esta técnica
puede quedar una pequeña cantidad de tejido del recto, el riesgo de cáncer,
aunque disminuye significativamente, no se elimina del todo.
https://www.msdmanuals.com/es-do/hogar/trastornos-gastrointestinales/
enfermedad-inflamatoria-intestinal/colitis-ulcerosa

https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/enfermedad-inflamatoria-
intestinal/colitis-ulcerosa

También podría gustarte