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El vínculo con el Analista en un Psicoanálisis

Si pensamos en el concepto de la transferencia, podemos decir que, como la palabra lo


indica, implica poner en un lugar lo que venía de otro. Es lo que corrientemente
escuchamos y aprendemos hablando sobre una transferencia bancaria, por ejemplo.

Freud tempranamente habló de este fenómeno. En los primeros escritos llega a plantear
que hay un momento en el tratamiento en el que la figura del Analista pasa a ser parte del
contenido psíquico del paciente. Nombra a este fenómeno como “falso enlace”. Es a partir
de algún fracaso clínico que entiende que no puede dejar de lado. Es muy importante en
la clínica porque el analizante llega a plantearse alguna pregunta, a ese lugar al que se
dirige no es un lugar cualquiera, sino que es un lugar que inicialmente fue construido y
desplegado por aquellas primeras formas de relación que el sujeto estableció
tempranamente.

¿Qué significa Transferencia en Psicoanálisis? Que el analizante proyecta en la figura del


Analista contenidos que le son propios. ¿Qué significa que son propios? Que no nos
relacionamos con el mundo de una manera objetiva, sino que nos relacionamos con el
mundo, con las personas y con los objetos del mundo a partir de las marcas que nos
constituyen y en ese sentido la figura del Analista va a estar ligada a ese lugar en el que el
analizante puede depositar, transferir sus propios contenidos.

Una de las primeras nociones que desarrolla sobre esto es que el analizante va a repetir
en la relación con el analista, antiguos esquemas de relación. Por ejemplo, cuando
tenemos que resolver problemas cotidianos, desde los más profundos hasta los más
triviales, la transferencia aparece como el lugar hacia donde suponemos algún saber. Por
ejemplo: queremos dar una rica comida y entonces vamos a ubicar por el saber al
carnicero que tiene la carne, que sabe que es la que nos sirve para la comida rica que
queremos dar. O se rompe el auto y vamos al mecánico que suponemos puede saber
respecto de ello. O tenemos alguna enfermedad orgánica, entonces vamos a un médico al
que suponemos que sabe para resolver el problema que nos aqueja. Todos estos
personajes aceptan ese lugar que les asignan. Entiéndase esto: que se trata de un lugar
asignado, no se trata de saber qué posee efectivamente esa persona, sino que es un saber
que se le supone.

¿Cuál es la diferencia en el Psicoanálisis? El analizante nos supone un saber, aunque la


diferencia fundamental a partir de Freud, una novedad hasta el momento, es que el

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analista se abstiene de responder desde ese lugar. Esto quiere decir que no se trata de
que haga gala de su sapiencia, sino que se trata de que, al abstenerse, justamente en ese
lugar al que es convocado, funciona como un lugar, una superficie donde el paciente
puede proyectar contenidos, para que emerja ese saber no sabido que el analizante porta.
Por supuesto, hay que pensar un posicionamiento distinto y una abstinencia distinta para
cada analizante, no es algo generalizable ni se trata de que el Analista se quede mudo.
Más bien, como dice Juan David Nasio, psicoanalista argentino que hace muchos años
trabaja en Francia, tiene que hacer silencio de sí, tiene que abstenerse de que su persona
haga obstáculo a esa función del Analista y se preste a recibir las marcas de su paciente.
En ese sentido, la transferencia constituye un lugar al que se dirige el analizante y el
analista responde desde la abstinencia, devuelve la pregunta para que responda el sujeto.

Uno de los aspectos a recortar de la transferencia es que se trata de la repetición en la que


el analizante va a proyectar antiguos modos de relación que han quedado en lo
inconsciente. Freud dice que el deseo inconsciente y la pulsión están siempre alertas, en
espera de encontrar un objeto en donde desplegarse y esto es posible en el Análisis, en
tanto el Analista despeje el campo transferencial de los contenidos de su persona. El lugar
de la transferencia también a invita a que las investiduras pulsionales que están en espera
se dirijan hacia el lugar del Analista, como un intento de esperar una respuesta de ese
lugar de semblante de objeto de la satisfacción pulsional. El analizante va a reproducir, a
reeditar clichés de relación como los que tenía con sus primeros objetos. Por supuesto
que esta repetición se produce de una manera inconsciente, es decir, el analizante no lo
hace a propósito, lo va a hacer inconsciente, incluso a veces queriendo evitarlo, porque
nadie puede escapar de sus determinaciones.

Esto constituye el aspecto repetitivo de la transferencia.

Pero el analizante no solamente va a asociar y a rememorar, sino que también va a actuar


frente al analista aspectos inconscientes que muestran cuál es efectivamente la realidad
de su inconsciente, por eso la transferencia viene a hacer la actualización de la realidad de
lo inconsciente. No se trata solamente de aquellos que el analizante dice por el trabajo de
la asociación libre, es decir aquello que convoca a la interpretación, a la revelación de
aquellos aspectos codificados para que venza la represión, sino que también va a actuar
aspectos que no puede recordar. En un texto que se llama “Recordar, repetir, reelaborar”,
Freud plantea que las pacientes histéricas, a veces, en lugar de recordar, actuaban ciertos
aspectos de su realidad psíquica. En ese momento, él lo decía como si las pacientes
actuaran por no querer recordar, pero luego piensa a las repeticiones como una necesidad

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de entender, que ese es el modo que tienen de recordar. No van a recordar por la vía de la
rememoración, por la vía del recuerdo, por la vía de la de la asociación libre, sino que van
a actuar aquellos aspectos inconscientes que no pueden ser recordados. Porque no fueron
olvidados, porque son siempre lo actual. Esa forma paradójica del recuerdo que describe
Freud justamente como recuerdo actual. ¿Cómo un recuerdo puede ser actual? Porque
puede tratarse de un hecho acontecido hace un montón de tiempo, pero el
desprendimiento de afecto que produce es como si fuera simplemente actual. Es aquello
que no ha podido ser historizado y por eso tiene carácter de traumático. Siempre lo actual
(lo inconsciente como atemporal) y sus aspectos no se van a recordar por la vía asociativa,
sino que el analizante va a actuar en transferencia. Freud decía que es la transferencia el
campo de batalla para vencer la enfermedad y que la asociación libre conduce a encontrar
la necesidad de repetición. Un analizante experimentado puede interpretar sus sueños,
sus respuestas sintomáticas o actos fallidos y chistes. En cambio, la construcción es la
operación que el Analista realiza con aquellos elementos que el analizante entrega “entre”
lo que asocia y lo que actúa para el Analista. ¿Qué significa construir? Entre todas aquellas
cuestiones que el analizante entrega por la asociación libre, también muestra fragmentos
de historias, de relatos que aparecen desperdigados entre lo que dice. Con esos
elementos, el Analista construye para restablecer la continuidad de los recuerdos, para
rellenar las lagunas del recuerdo que dan coherencia al restante material psíquico.

Otro aspecto de la transferencia está ligado a la resistencia. Freud dice que a medida que
nos vamos a acercar a ciertos puntos nodales, que tienen que ver con la cercanía a la
resolución de algún síntoma, en el paciente va a aparecer la resistencia. Inicialmente se
pensaba que la resistencia era aquella fuerza que, en el trabajo de la cura, se oponía a la
emergencia de un recuerdo traumático. Sin embargo, luego de muchos años de desarrollo
clínico, experiencia y teorización, entiende que la resistencia es aquello ligado a lo no
simbolizado, aquello que resiste a la significación. En un texto llamado “Inhibición,
síntoma y angustia” se va a desplegar sobre la resistencia del Ello, la resistencia del
Superyó y la resistencia del Yo, que tienen distintas implicancias. Es importante entender
que, en el campo de batalla para la cura de los síntomas neuróticos, que es la
transferencia, también se va a desplegar la resistencia. Al emerger en la cura, esta
resistencia puede tener que ver con distintas cuestiones: resistencia a abandonar ciertas
prácticas estereotipadas, resistencia a soltar modos de satisfacción cristalizados y fijados,
y resistencia del Superyó, relacionada con la cristalización de ciertos mandatos ideales que
llevan al sujeto a una vida miserable, por estar permanentemente pendiente del

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autorreproche, la crítica o la mortificación. Aspectos ligados a una posición subjetiva
masoquista.

Uno de los aspectos importantes de la resistencia que descubre Freud es el amor de


transferencia. Ese lugar se trata de un amor al saber. El amor aparece siendo una de las
palancas más importantes del progreso de un análisis, contrario a la resistencia que
aparece como uno de los obstáculos más grandes. Todo esto se produce en el campo
transferencial, aunque se trata de la repetición de algo que aspira a una nueva forma de
amor. Freud sostenía que la neurosis es aquello que hace obstáculo para el amar y el
trabajar, que quien no puede trabajar enferma y quien no puede amar también. Entonces
se trata siempre del campo del amor, en cuanto a esas formas de amor que, en lugar de
estar conducidas y orientadas por el deseo, están orientadas hacia lo sacrificial, hacia la
satisfacción de la demanda del otro. En lugar de tener en cuenta aquello que nos liga con
el otro, desde el inicio en el análisis llegamos a esos puntos que podrían revelar esa
posición ligada al sufrimiento que no se quiere soltar y pueden aparecer manifestaciones
del amor de transferencia como un obstáculo.

Preguntas orientadoras de la lectura:


1. ¿A qué denomina Freud transferencia y qué características tiene?
2. ¿Qué significa que la transferencia sea entendida como reedición, repetición de
antiguos rasgos infantiles?
3. ¿Por qué plantea Freud que el amor de transferencia funciona como motor de la
cura?
4. ¿Qué significa que el amor de transferencia pueda estar al servicio de la
resistencia?
5. ¿Por qué plantea la existencia de una transferencia positiva y una negativa?
6. ¿Por qué afirma Freud que la cura debe desarrollarse en abstinencia? ¿Qué
significa en el contexto de un análisis?
7. ¿Cuál es el final que propone Freud como terminación de un análisis?
8. ¿Qué recomendación hace Freud para aquellos que se proponen ejercer como
analistas?

Bibliografía de referencia
Freud, S.:

• Sobre la dinámica de la transferencia. AE, XII, 97.

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• Puntualizaciones sobre el amor de transferencia. A.E. XII, 170.
• Sobre la iniciación del tratamiento. AE, XII, 138
• Conferencia 28* La terapia analítica. AE, XVI, 411.

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