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La pleuritis, también conocida con el nombre de pleuresía, es una enfermedad que consiste
en la inflamación de la pleura parietal (cobertura membranosa por encima de la superficie
interna de la caja torácica) y de la pleura visceral (cobertura membranosa de los pulmones),
por lo general como consecuencia de una neumonía. Al encontrarse estas membranas en
contacto con los pulmones infectados, tienden a inflamarse originando un dolor agudo
parecido al de una puñalada, dolor que se intensifica al inspirar profundamente o al toser.2
Causas[editar]
Las causa más frecuente de pleuritis es la infección vírica ( virus coxsackie B ,
HRSV, CMV , adenovirus , EBV , parainfluenza , influenza , COVID-19 ),3 otras causas por
infección pueden ser fúngica o bacteriana, aunque también es bastante frecuente que esta
dolencia se produzca por una causa no infecciosa como una embolia pulmonar, cuando un
pequeño coágulo procedente de las venas profundas de la pierna se desprende y llega a los
pulmones, lugar en el que ocasiona un bloqueo del aporte sanguíneo de una zona del pulmón,
que tiene como consecuencia que la pleura que lo recubre se inflame y se vuelva dolorosa.
Ocasionalmente, la pleuritis se puede originar por neumonía, absceso pulmonar, bronquitis
crónica, reumatismo articular, fiebre puerperal y escarlatina, traumatismos torácicos
y cardiopatías. En muy raras ocasiones el origen de la pleuresía puede hallarse en
un tumor pulmonar que invada la pleura.
Epidemiología [editar]
La pleuresía es una enfermedad que se sobreviene con mayor frecuencia en las estaciones
de primavera e invierno, aunque en algunas ocasiones puede que esta aparezca en el estío.
El que la pleuritis se suceda con más asiduidad en las dos estaciones citadas se debe a las
bajas temperaturas y al elevado grado de humedad que existe en el invierno, así como a los
bruscos cambios de temperatura que se producen en la primavera. Además, la pleuritis que se
da en las zonas de montaña orientadas hacia el norte y de clima extremadamente frío suele
ser endémica, mientras que la que se produce en invierno y en verano es
claramente epidémica.4
El grupo social más propenso a contraer la enfermedad son los adultos; más concretamente
aquellos que son de constitución delgada o enjuta y que realizan ejercicio físico diario (de
hecho esta dolencia es muy propia de los deportistas). Por el contrario y aunque pueda
parecer paradójico, los ancianos y los niños muy raramente padecen esta afección pulmonar.
Otro dato de interés sobre la pleuresía fue aportado por el médico Daniel Trillero, creador
del Tratado de Pleuresía, que dice que cuando la pleuritis ataca a los adultos de género
femenino es mucho más peligrosa que cuando ataca a los de género masculino.4
Clasificación[editar]
En el campo de la medicina se distinguen múltiples variantes de la pleuritis, puesto que esta
dolencia no siempre se manifiesta con un mismo cuadro clínico. A continuación se hace una
exposición de las pleuresías que con más frecuencia aquejan al sistema respiratorio humano.
Pleuritis hemorrágica[editar]
El origen de esta variedad radica en las neoplasias y en los procesos tuberculosos, pero el
trazo más característico de esta variante es la presencia de eritrocitos (también existe fibrina y
líquido) en la cavidad pleural. A diferencia de lo que se conoce con el nombre de hemotórax,
la pleura se ve afectada por el proceso inflamatorio y el líquido se va acumulando lentamente
con el paso del tiempo.6
Otras variantes[editar]
Además de las variantes de pleuresía que se han mencionado, existen otras muchas que se
presentan con una frecuencia mucho menor, pero que no por ello tienen menos importancia:
Sintomatología[editar]
Los síntomas que puede presentar una persona aquejada de pleuresía dependen de si la
pleuritis es seca o húmeda, aunque algunas manifestaciones, como las tos, la fiebre y
el dolor en el costado afectado son compartidas por ambas variantes.
Dolor continuado en los hombros y zonas circundantes, producido por la irradiación del
dolor torácico.
Dolor al variar la posición del cuerpo.
Disnea (dificultad respiratoria) más o menos intensa.
Ligero aumento de la temperatura corporal o fiebre elevada.
Tos seca e irritativa.
Falta de vigor y pérdida del apetito.
Síntomas de la pleuritis húmeda[editar]
Dolor torácico leve o inexistente, puesto que aunque pueda parecer paradójico, la
secreción de líquido provoca que las hojas pleurales se separen y no estén en contacto.
Disnea (dificultad respiratoria) bastante intensa.
Aparición de taquipneas (aceleración del ritmo respiratorio) con regularidad.
Coloración azulada, negruzca o lívida de la piel en algunas partes del cuerpo; es lo que se
conoce con el nombre de cianosis.8
Notable aumento de la temperatura corporal, que puede ir acompañado de crisis febriles
súbitas.
Tos seca e irritativa.
Falta de vigor y pérdida del apetito.
Diagnóstico[editar]
Mediante la aplicación de la pleuroscopia, también conocida con el nombre de toracoscopia, el
facultativo realizará una exploración de la cavidad pleural mediante un aparato provisto de un
dispositivo óptico denominado pleuroscopio. Cuando se trata de pleuritis de etiología
imprecisa, la exploración se completa con una biopsia de la pleura parietal).9
Tratamiento[editar]
El tratamiento de la pleuritis está orientado de cara a la enfermedad subyacente
(véase Etiología), de tal manera que son múltiples las formas con las que se puede atajar
esta dolencia.