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Tallos leñosos: características, tipos y usos

Los tallos leñosos son estructuras vegetales de sostén que desarrollan tejidos
endurecidos que habitualmente se conocen como madera. Estos tejidos están
formados por fibras y haces vasculares con células lignificadas que constituyen
el leño o madera.

Las plantas que desarrollan tallos leñosos presentan entre el floema y el xilema
una capa de células meristemáticas denominada cámbium. El cambium
representa el tejido vegetal meristemático responsable del crecimiento en
grosor de la planta.

Tallos leñosos. Fuente: pizabay.com

Las plantas de tallos leñosos tienen una fase continua de crecimiento donde se
incrementa el peso y grosor del tronco. Esto es debido a que el eje principal de
los arboles desarrolla sucesivas capas estructurales para que la planta pueda
crecer en tamaño.

El tallo leñoso tiene como función servir de soporte a los haces vasculares que
transportan agua y nutrientes desde las raíces hacia las hojas. Así como de los
azúcares generados en el proceso de fotosíntesis desde las hojas al resto de la
planta.

El tejido leñoso se renueva anualmente promoviendo el crecimiento en


diámetro del tronco de la planta. La madera producto del crecimiento
vegetativo se deposita exteriormente debajo de la corteza, en ciertas
monocotiledóneas el duramen o tejido leñoso se acumula en el interior del
tallo.

Características generales

Los tallos leñosos presentan un crecimiento secundario y se encuentran


lignificados, ya que está constituido por xilema secundario -madera o leño-.
Algunos ejemplos de tallos leñosos son las estructuras arbustivas y arbóreas
de las gimnospermas y ciertas angiospermas dicotiledóneas.

El tronco o fuste de una planta leñosa esta constituido desde el exterior por la
epidermis. En algunas ocasiones esta epidermis presenta un fácil
desprendimiento debido al crecimiento en grosor de la planta.

Seguidamente se presenta el meristema secundario más externo denominado


cambium suberoso o felógeno, y a continuación la felodermis. El felógeno es el
tejido secundario que produce hacia el exterior el tejido suberoso que cubre la
planta.

Corte de árbol de Pícea (Picea) de la familia pináceas. Fuente: pixabay.com

La felodermis se forma a partir del felógeno, y constituye junto con las células
suberosas y el felógeno el peridermis. De hecho, la peridermis es un tejido de
protección secundario que sustituye la epidermis en las plantas leñosas o de
crecimiento secundario.

Sigue en este orden el tejido parenquimático y el floema secundario o tejido


criboso originado a partir del cámbium. Todos estos tejidos constituyen la
corteza de la planta delimitados por el cambium vascular cuya función es la
formación del xilema y floema secundarios.

Bajo el cámbium vascular se presentan los anillos de xilema responsable del


crecimiento en grosor de la planta. El número de anillos de xilema determina la
edad de la planta, ya que su formación ocurre de forma anual.

Debajo de la corteza se localiza la albura, tejido activo o madera viva de color


claro cuya función es la conducción de líquidos de las raíces al follaje. La parte
interna del tronco esta constituido por el duramen -corazón de la madera-,
tejido de células muertas de color oscuro.

Tipos
Los tallos leñosos se clasifican dependiendo de la altura en árboles, arbustos y
matas o enredaderas.

Árboles

Los arboles son plantas de tallo leñoso que presentan ramificaciones a


determinada altura del suelo. Para que una planta se incluya en la categoría de
árboles debe presentar en su madurez una altura superior a los 5 metros.

De hecho, los árboles desarrollan de forma anual nuevas ramas secundarias


que se origina a partir del tronco principal o fuste. Se ha establecido un
diámetro mínimo del tronco de 20-30 cm para clasificar una planta como árbol.

En los árboles es evidente la presencia de un solo eje principal o tronco,


constituido por una corteza áspera y gruesa. Algunos ejemplos de arboles son
el roble (Quercus robur), pino (Pinus sp.), samán (Samanea saman), algarrobo
(Ceratonia siliqua) o el cedro (Cedrus libani).

Roble. Fuente: pixabay.com

Arbustos

Los arbustos son aquellas plantas leñosas de porte mediano que se ramifican a
nivel del suelo. La mayoría de los arbustos tienen alturas promedio entre uno y
cinco metros.

Generalmente las ramificaciones son más de una, creciendo a nivel del suelo o
a partir de un tallo corto principal. Son ejemplos de arbustos la lavanda
(Lavandula angustifolia), la hortensia (Hydrangea sp.), y el moral (Morus
nigra).

Matas o trepadoras

Las matas o trepadoras -enredaderas- son aquellas plantas con tallos leñosos
que no llegan a medir más de un metro de altura. El tallo corto de algunas
trepadoras presenta una estructura leñosa a partir del cual se desarrollan las
ramas secundarias.
Entre las trepadoras se puede mencionar la vid o parra (Vitis vinífera), la
clemátide (Clematis sp.) y la madreselva (Lonicera sp.). Así mismo, algunas
plantas aromáticas de porte bajo presentan tallos leñosos revestidos de una
corteza delgada como el romero (Rosmarinus officinalis).

Usos

Construcción

Los arboles constituyen un recurso natural renovable bajo condiciones


restringidas, ya que depende de los programas de reforestación. La madera
obtenida a partir de los tallos leñosos se emplea principalmente para la
construcción de mobiliarios y de viviendas.

Madera para construcción. Fuente: pixabay.com

Industria

A partir de la madera se obtienen productos secundarios como la resina, el


látex y el sirope. El aserrín constituye un subproducto de desecho de la
industrialización, y el corcho proviene de la capa externa de algunas especies
leñosas.

La madera contiene taninos que son aprovechados por la industria textil y el


curtido del cuero. Además, es empleada en la elaboración de papel y como
combustible vegetal.

Medicinal

La corteza leñosa de diversas especies es empleada con fines medicinales para


la prevención y tratamiento de múltiples enfermedades. La corteza de arboles
como el pino (Pinus sp.), el cedro (Cedrela odorata), y el palo santo (Bursera
graveolens) tienen propiedades curativas.
El cocimiento de la corteza del pino sirve para limpiar ulceras; la resina se usa
para aliviar la gota y reumatismo. La infusión o té de corteza y brotes tiernos
alivia resfriados, bronquitis, catarro y tos, además ayuda a disminuir la fiebre.

La corteza del cedro se utiliza como astringente, antirreumático, balsámico,


bronquítico y diurético. El cedro se puede emplear como infusión o té, baños
del cocimiento de la corteza, o como cataplasma de hojas y cortezas.

El palo santo contiene el antioxidante limonene en su corteza, que es utilizado


para disolver cálculos renales y de las vías urinarias. Así mismo, es un
elemento preventivo del cáncer, tumores mamarios y del páncreas; la ceniza
de la madera se emplea para aliviar heridas externas.

Referencias

González Ana María (2002) Estructura Secundaria del Tallo II. Recuperado en:
biologia.edu.ar

Hernández García Alejandra (2018) Albura y Duramen. Saber Más Revista de


Divulgación. Recuperado en: sabermas.umich.mx

Estructura secundaria leñosa del tallo en dicotiledóneas (2018) La Web de


Botánica. Universidad de Granma. Recuperado en: udg.co.cu

Planta leñosa (2018) Wikipedia, La enciclopedia libre. Recuperado en:


wikipedia.org

Raven P. H.; Evert R. F. & Eichhorn S. E. (1991) Biología de las Plantas, 2 vols.
Ed. Reverté, S.A. 392 pp. ISBN: 9788429118414

Valla, Juan J. (1996) Botánica. Morfología de las Plantas Superiores. Editorial


Hemisferio Sur. 352 pp. ISBN 9505043783.

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