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TEORÍA Y PRACTICA EN LA VIDA HUMANA Y SOCIAL

Hablar de teoría es hablar de reflexiones hiladas y organizadas, de


curiosidades puestas a jugar, de hipótesis que se enuncian intentando explicar un
fenómeno, y se exponen a ser contrastadas con la realidad. Es estar ante
especulaciones que buscan ser comprobadas.
La práctica alude a la aplicación de la teoría para comprobar su autenticidad y
validez. Es algo así como poner a funcionar en la realidad aquellos pensamientos
para ver si responden a lo esperado.
Una sin la otra no es mucho. Una sin la otra pierde su razón de ser “Una práctica
sin teoría deja a la gente totalmente desprotegida para pensar”. A lo que
podríamos añadir: “y una teoría sin práctica nos deja limitados a desconocer si hay
alguna verdad o no en la formulación de los planteamientos
El tema de las relaciones entre teoría y práctica es recurrente en todos los ámbitos
profesionales, pero ocupa un lugar especialmente destacado en los cursos de
formación inicial y continua que implican actividades de intervención en algún
aspecto de la realidad -lo que constituye la gran mayoría de los casos-.
El debate sobre este tema se presenta de diversas formas, y quizás sea más
común si se discute la oposición entre los fundamentos teóricos, por un lado, y las
actividades prácticas, por el otro. Se trata de la conocida discusión “teoría versus
práctica”, que contiene la famosa frase “en la práctica, la teoría es diferente” .
En esta línea de razonamiento, lo que uno acostumbra a decir es que la teoría
llevada durante los cursos de formación profesional y de educación continua sirve
de poco –o de ninguna utilidad, según desde el punto de vista que se vea, esto
cuando se lleva a cabo en diversos trabajos, que las personas deben realizar.

En la filosofía griega antigua, se daba el nombre de conocimiento teórico a aquello


que no tenía aplicación práctica; un saber puro y desinteresado, desvinculado de
la experiencia, o sea, de la práctica. La distinción entre teoría y práctica asumió
carácter extremo por intermedio de Platón, para quien teoría se identificaba con la
idea de ‘contemplación’, concepto que expresa la actitud propia del filósofo, aquel
que conoce lo que es siempre y no cambia jamás, lo que permanece,
independiente de las intemperies del mundo concreto.
Platón pensaba que las cosas que habitan en el universo de la teoría son las
verdaderas y, por eso más valiosas de que aquellas que encontramos en la esfera
de la práctica. Para llegar a la verdad, es necesario que el hombre se aparte de
las vivencias de la vida cotidiana, de la experiencia con lo que aparenta ser
verdadero, cuando no es. En esa vía de pensamiento, solo la teoría puede revelar
la esencia de los seres del mundo, incluyendo el propio hombre; solo la teoría
puede guiar la actuación del hombre en este mundo poblado por seres transitorios
e ilusorios que son afectados por el tiempo y por las circunstancias.
Por otra parte viendo lo postulado por Freire (2010), es importante que mediante
la práctica docente el profesor se sensibilice ante las necesidades de educación
de sus estudiantes y a que los esfuerzos docentes vayan dirigidos hacia
planeaciones didácticas que tomen en cuenta las estructuras sociales, culturales e
históricas de los mismos, con el fin de vincular la nueva información con los
conocimientos y experiencias previas, adquiridos dentro o fuera del aula, donde
los conocimientos son derivados de la interacción que se tiene con el entorno, las
experiencias y la vida cotidiana. De acuerdo con lo anterior, este paradigma
educativo propone que la generación de conocimientos se da gracias a la
apropiación de una serie de herramientas físicas y psicológicas que se hacen
presentes cuando el estudiante participa de actividades prácticas e interacciones
con diversa información y con otros individuos, en las que pueda generar
experiencias de aprendizaje En este sentido, a pesar de que el estudiante se
encuentra constantemente rodeado de información, está por sí misma no significa
conocimiento; se necesita que el individuo le dé significación, que se apropie de
ella y tenga la posibilidad darle una aplicación práctica para que sea considerada
como un aprendizaje significativo. De acuerdo con Ausubel (2002), «El
aprendizaje significativo basado en la recepción supone principalmente la
adquisición de nuevos significados a partir del material de aprendizaje
presentado» Atendiendo a este concepto, Díaz-Barriga y Hernández relacionan
las ideas de Ausubel con el paradigma constructivista, dado que conciben que la
construcción de conocimientos se posibilita a través de interacciones sociales
significativas, es decir, relacionadas con las necesidades propias del contexto y la
vida diaria del individuo,

La cultura domina gran parte de nuestras vidas. Nuestro comportamiento necesita


adaptarse a los requerimientos sociales para lo cual debemos incorporar
numerosas habilidades que no se producen en nosotros de modo natural (no
aprenderemos a leer, escribir, sumar, restar, etcétera, si no nos enseñan) El ser
humano ha creado un lenguaje, un sistema numérico, ha desarrollado la ciencia, y
la cultural acumulado a través de su historia requiere ser transmitido a las nuevas
generaciones para que ellas tengan la oportunidad de aprovecharse de él tal como
está, o para transformarlo o recrearlo, apuntando hacia el progreso individual y
social.
Cuando nacemos ya hay un mundo en cuya creación cultural nos insertamos, y el
que se nos impone sin concurrencia de nuestra voluntad, y al que debemos
adaptarnos si no queremos quedar marginados.

La escuela, a cargo de docentes, profesionales especializados en el arte de


enseñar, elige políticamente y de acuerdo a un plan, cuáles son los contenidos
que se deben transmitir y cómo debe hacerse, con una enorme carga ideológica,
lo que resulta inevitable y también útil para crear una sociedad con valores
comunes. A partir del nacimiento de la cultura de masas, la necesidad de que el
pueblo, que participa activamente en la vida política se convierta en una
ciudadanía útil al conjunto, hizo que enseñar sea una tarea muy relacionada con la
política del Estado.
Las teorías educativas tratan de explicar cómo se enseña y se aprende, en sus
distintos aspectos: No hay una sola teoría, sino muchas; y a lo largo del tiempo
van surgiendo nuevas, que quitan valor a las anteriores en muchos casos,
producto de la distinta concepción sobre los roles de los alumnos y docentes,
sobre el modo de calificarlos o sobre cómo se deben aprehender los contenidos,
entre otros casos.

Los docentes en su práctica cotidiana, explícita o implícitamente adhieren a alguna


teoría, y, en ocasiones, la que dicen seguir, no se plasma en los hechos. Algunos
docentes se jactan de ser muy modernos y adherir a las teorías de aprendizaje
significativo y del alumno activo y protagonista, que es lo que les han enseñado
cuando estudiaron para ser maestros o profesores, pero es frecuente que, por
rutina, comodidad o apatía, los encontremos dictándoles los contenidos, durante
prolongados espacios de tiempo, o evaluando solo resultados.

Tampoco saber teorías asegura ser un buen docente, pues es necesario llevarlas
a la práctica, y adaptarlas a cada grupo de alumnos, y a cada uno de ellos en
particular, pues, así como en medicina “no hay enfermedades sino enfermos”, en
docencia, cada educando es único e irrepetible, en su modo de ser, de sentir y de
actuar.

Debemos tener en cuenta que las teorías pueden estar equivocadas, que pueden
estar mal aplicadas o no ser las adecuadas para ese contexto. Si bien es
importante conocerlas, no debemos dejar de evaluar si son las que necesitamos
para el objetivo propuesto. Por eso, un buen docente debe conocerlas, pero
también debe usar su propia experiencia, su lógica y su sentido común, para
verificar, tras su aplicación, si conviene seguir en esa dirección o intentar probar
con otra teoría
La práctica irá desarrollando la intuición para elegir lo que más se adecue a cada
grupo de alumnos, para guiarlos en la búsqueda y descubrimiento del objeto de
conocimiento, convirtiéndolos a los propios educandos en protagonistas del
proceso educativo. Ser un guía es una tarea noble, generosa, que se aprende en
contacto con quienes necesitan ser conducidos, hasta tanto puedan convertirse en
estudiantes autónomos

El docente con experiencia (con mucha práctica) puede controlar mejores


situaciones problemáticas o elegir las estrategias adecuadas, pero, sin embargo,
no debe conformarse con ello, la práctica docente requiere actualización continua,
sobre todo en el mundo cambiante que nos toca vivir, para que la escuela no
quede aislada de los progresos tecnológicos y científico.

De acuerdo al tema que escogí se me hace interesante aplicar esta teoría ya


que la manera en que nos desarrollamos influye mucho en la cultura que
hemos nacido y crecido al igual los diferentes cambios tanto bilógicos y de
aprendizaje por lo que podemos decir que el ser humano está en constante
camio

5. Teoría del desarrollo sociocultural

Es aquí donde Vygotsky se lleva su merecido crédito. Su enfoque permitió que se


incluyera la educación en una teoría de desarrollo psicológico. Como explican en
“Vygotsky: enfoque sociocultural” (9), sus aportes representan una referencia de
gran relevancia a los campos de teoría evolutiva.

Con sus estudios demostró, que un comportamiento solo puede ser comprendido
bajo su análisis, incluyendo sus fases, los cambios que pueden producirse y en
general su historia. La importancia que él le dio a esto, permitió que se dirigiera a
la evaluación de las etapas vividas y la intervención de las mismas durante su
desarrollo sociocultural.

Nota: Menciona sobre todas las cosas tres ideas básicas que tienen gran
relevancia durante la educación y estas serían: desarrollo psicológico de manera
prospectiva, procesos de aprendizaje que ponen en marcha procesos biológicos y
la intervención de grupos sociales como mediadores entre la cultura y el individuo.

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