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La importancia de la epistemología y ética en la educación especial llevado a

la inclusión educativa

El trato a las personas con capacidades diferentes desde el inicio de las


civilizaciones ha sido documentado; en la antigua Grecia se optaba por mejor
desaparecerlos, en cambio en Egipto se entendía la minusvalía. Poco a poco, se
empiezan a agrupar y a separar de la sociedad; se forman instituciones en las que
las personas con capacidades diferentes se agrupaban y aunque recibían cuidados
especiales, en muchos casos el trato no era humano.

Durante el Renacimiento se cree que aún con capacidades especiales, el


hombre puede ser educado, y por lo mismo empieza a gestarse el concepto de lo
que ya a principios del siglo XX se conoce como la Educación Especial.

El surgimiento de la Educación Especial reclama una definición en donde el


análisis epistemológico se involucra al tratar de puntualizar su carácter científico con
una esencia interdisciplinaria, en la que se construye el conocimiento al involucrar
la teoría y la práctica. Distintas corrientes epistemológicas nos permitirán analizar
desde varios puntos de vista el concepto de Educación Especial para llegar a la
inclusión en la educación.

No menos importante es el tema de la ética en la Educación Especial, ya que


se analizará en este ensayo la importancia de seguir el código de ética del docente
para poder garantizar la inclusión total del alumno con necesidades especiales
dentro del aula de clase, lo que implica para el docente el poder ofrecer realmente
una educación de calidad a todos los alumnos, adaptando sus técnicas y
metodología, recurriendo a todas las herramientas a su alcance para lograr así que
todos y cada uno de los alumnos desarrollen sus diferentes potenciales al máximo
dentro del salón de clases.

En este ensayo se analizará a fondo la importancia de conocer las bases


científicas y la ética dentro de la Educación Especial, ya que constituyen la columna
vertebral de esta disciplina, al validar y dar una pauta para que el docente se
desarrolle de manera profesional y completa y sea capaz de ofrecer una verdadera
inclusión en el aula.

La Educación Especial ha tenido un raudo desarrollo durante las últimas


décadas. Esta evolución se ha visto acelerada por los avances teóricos,
tecnológicos y profesionales que a su vez inciden sobre el campo de estudio; otro
aspecto que contribuye son las distintas metodologías, perspectivas de las
disciplinas y la amplitud del campo de estudio, que es infinito. (Torres, 2011)

Desde sus orígenes esta disciplina se ha desarrollado desde múltiples


ciencias que al trabajar de manera interdisciplinaria conforman las bases para
formar la Educación Especial. Cada persona con capacidades diferentes es única,
con necesidades y potenciales diferentes, lo que hace que el campo de estudio sea
infinito en el número de posibilidades y por lo mismo, la gama de opciones que los
docentes pueden poner a la mano de los alumnos se convierte también en ilimitado.

Por lo tanto, la Educación Especial, está conformada por múltiples ciencias y


disciplinas, desde las muy cercanas a ella, como la Didáctica, hasta algunas mas
lejanas como la Neurología, pero a la que se someten los sujetos de estudio, y
explica muchas veces, la razón de sus reacciones.

Ahora se analizará el tipo de conocimiento que se genera a partir de la


Educación Especial. Ésta no se puede definir como una ciencia natural y no todos
sus objetos conceptuales pueden ser verificados por el método científico, sino por
otros más apegados epistemológicamente a la confirmación, que a la veracidad
(Lakatos, 1983 en Torres, 2010). Es entonces, una serie de saberes sobre un ámbito
de estudio delimitado en el que se construye y aplica el conocimiento. Es un saber
pedagógico que se recarga sobre una serie de disciplinas favoreciendo la
indagación; esto hace que esté en constante movimiento porque integra
conocimientos prácticos y teóricos. Su método es hermenéutico porque busca
comprender las acciones humanas y es una actividad práctica, no sólo teórica, ya
que su fin es cambiar a los que se están educando de una manera deseable,
logrando así, la inclusión educativa que se tiene como meta.
La inclusión educativa es una meta que no tiene precedentes. Como se
mencionó anteriormente, la sociedad siempre ha tendido a separar a las personas
con capacidades diferentes; en este segmento puede haber personas con
capacidades disminuidas, o bien, superdotadas. El concepto no sólo de integración,
sino de inclusión se ha ido gestando poco a poco con la concientización de los
profesionales de la educación, de la salud e incluso de padres de familia y de la
sociedad en general. La inclusión lleva consigo cambio y el rompimiento de
paradigmas. Viene a cuestionar todo loque la educación tradicional decía que era
correcto y, por lo tanto, encontrará resistencia por parte de todos los que deberán
de salir de su zona de confort, y ser creativos para poder adoptar nuevas
metodologías, nuevas teorías de enseñanza-aprendizaje, en resumen, nuevas
maneras de hacer casi todo.

El constructivismo que se desarrolló a partir de las posiciones de Piaget


ofrece una epistemología ella que el sujeto participa en la construcción del
conocimiento a partir de los esquemas que guían el aprendizaje. El desarrollo del
conocimiento estará condicionado por las estructuras del sujeto, esquemas y
capacidades que necesitan niveles anteriores de maduración para que las nuevas
aparezcan. Al estar en contacto con lo real, surgen nuevos esquemas, lo que denota
que en el proceso del conocimiento no nada más se construye, también se recaba
información de valor de la experiencia que se acaba de experimentar (Casañas, M.
2015)

El constructivismo social desestima la construcción del conocimiento por el


sujeto. Dice que nada es cierto que no sea construido por el lenguaje y el espacio
interactivo en el que se desenvuelven las relaciones entre los sujetos. Es decir, se
necesita del otro para poder alcanzar los niveles de maduración necesarios para
poder evolucionar al nivel que sigue. El espacio social, es un lugar de producción y
creatividad, la realidad se va desarrollando y se va haciendo el conocimiento en
sociedad, por lo mismo está en una constante evolución. Por lo tanto, la ciencia
resulta de las relaciones y negociaciones del momento actual del sistema de
relaciones de la sociedad, que va evolucionando y va rompiendo paradigmas y
desarrollando otros nuevos, que no necesariamente deben ser mejores o peores
que los anteriores, sino simplemente, diferentes y verdaderos para la realidad que
se vive en ese momento.

Epistemológicamente entonces, la Educación Especial podrá llevar a la


sociedad a la Educación inclusiva, basados en el constructivismo social, cuando el
aula se convierta en un espacio en donde todos los actores en comunidad
construyan el conocimiento, y vayan construyendo y cambiando su realidad,
ayudando unos a otros a ir madurando y con ello, ir subiendo de nivel en su proceso.

Otro gran punto para analizar es la ética dentro de la profesión docente. En


todos los ámbitos se oye hablar de este término que, en pocas ocasiones se define
y analiza a profundidad, puntualizando su inimaginable alcance y haciendo
conciencia que constituye la base de cualquier profesión, pero especialmente en la
docencia, sus alcances pueden hacer la diferencia entre brindar la mejor educación
y lograr el máximo desarrollo de los alumnos, o no hacerlo.

La ética es un elemento crítico en la educación y juega un papel muy


importante en el rol del profesor. Tanto en su vida personal como en su vida
profesional, la postura ética determina como el profesor enseña y evalúa a sus
estudiantes. La ética también juega un papel vital en la manera en que el docente
interactúa con sus alumnos, colegas, administrativos y con la comunidad en general.
Mientras la ética puede no ser tomada en cuenta cuando se piensa en algún
maestro favorito, puede ser que sea esto lo que al final determine que un profesor
lo sea. Se puede identificar al profesor justo por su promoción ética de la igualdad
o por su alto sentido de justicia. Se puede escoger a otro maestro como el preferido
por mostrar un respeto universal por la vida humana.

Es importante para un maestro novato identificar el rol que la ética juega en


la profesión. Es también crítico que reflexione sobre sus creencias y que realmente
considere y pondere si las responsabilidades éticas de la profesión se alinean con
sus creencias y valores personales. La enseñanza puede ser una profesión difícil,
ya que requiere que el individuo sea un ejemplo moral dentro y fuera del salón.
Los docentes deben estar motivados por un respeto universal hacia la vida
humana. Y también deben de guiarse por el principio de cuidar del otro. De hecho,
el maestro tiene el deber de actuar en el mejor interés del alumno. Los maestros
están en una posición de poder en relación con sus alumnos. Dentro de esa esa
relación los estudiantes ponen su confianza en los maestros, quienes son
responsables de cuidarlos y respetar sus necesidades. Esta responsabilidad arco
de los maestros, provee un estándar ético de práctica profesional al cual los
profesionales de la educación deben de apegarse y que tiene puede llegar a tener
implicaciones prácticas y legales muy importantes tanto en su vida personal como
profesional.

Las expectativas profesionales no son distintas cuando el maestro se


encuentra en horas de trabajo o fuera de ellas. Por lo tanto, los docentes deben
actuar en sus vidas privadas de manera que su comportamiento no repercuta en su
eficacia dentro del salón de clases, disminuyendo o dañando su imagen como una
figura pública en la comunidad. Estas expectativas pueden ser difíciles para algunos
nuevos maestros, ya que implica un cambio en la manera de actuar. Es decir, siendo
universitarios podrían actuar de cierta manera, que ya no será aceptable en su
nuevo puesto como profesor, ya que se convertirán en figuras públicas y ejemplo
de calidad moral.

Los docentes se rigen por un estándar moral muy alto y deben de


comportarse de manera consistente con los estándares de la comunidad y del
ámbito profesional. Además de ser ejemplos morales, se espera que los maestros
sigan los principios éticos y morales de la profesión. Al crear un ambiente de
aprendizaje en el que se fomente la cultura del respeto y del cuidado hacia el otro.,
sus decisiones académicas y sus interacciones con los alumnos, colegas, padres
de familia y miembros de la comunidad serán ejemplares.

En ocasiones, los docentes son contratados sin conocer el código de ética d


la profesión; este código debería de estudiarse dentro de la preparación universitaria
para poder ir construyendo su propio código personal de ética y definir los valores
que los guiarán dentro del aula. El docente deberá siempre entender la educación
como un derecho humano fundamental, y brindarla con la mayor calidad (Angulo,
2005).

Es una realidad en México, tanto en el ámbito privado, como en el público,


que muchos docentes no cumplen con este deber básico del docente. El porcentaje
de maestros que brindan una educación de calidad es grande; sin embargo, muchas
profesionales que no lograron tener éxito y desarrollarse en otras áreas, terminan
dedicando su vida a la docencia como último recurso, sin tener la vocación ni la
ética de hacerlo de manera adecuada. Plazas heredadas, necesidad económica,
son algunas de las razones por las que los alumnos muchas veces lejos de ver un
modelo a seguir se conforman con profesores mediocres, que solamente cumplen
con lo mínimo indispensable sin ofrecer una educación de calidad.

El Código de ética de los maestros está diseñado para proteger los derechos
de los estudiantes, todos y cada uno de ellos sin excepción. Es importante que los
docentes entiendan que al obtener una plaza o un puesto frente a grupo deben de
seguir un estricto código de ética en el que no hay medias tintas.

Se espera que los maestros sean justos con todos los estudiantes. Y no
abusen de su posición en ninguna circunstancia. Por ejemplo, un maestro no debe
aceptar regalos caros de parte de los estudiantes porque podría parecer que tuviera
algún tipo de preferencia. Un maestro tampoco debe tratar de imponer sus creencias
ya que los alumnos pueden sentirse forzados por la posición de autoridad que tiene.
Los maestros deben tener una relación profesional con todos los estudiantes y
mantener siempre una línea de respeto. El maestro debe salvaguardar la seguridad
de sus estudiantes en todo momento, sin esperar que otros lo hagan. Al estar
ayudando al proceso de formación de personas, la docencia no es una profesión en
la que se pueda el docente deslindar de los sentimientos tanto suyos como de sus
educandos. Como se ha visto, el objeto de estudio de la Educación Especial son
personas, y por lo mismo, la responsabilidad de ser ejemplo y guía al mismo tiempo
es inconmensurable.

Ahora, si se sigue al pie de la letra el código de ética del docente, habrá


que pensar en la inclusión educativa desde este punto de vista. Al maestro
regularmente le incomoda tener que atender a alumnos con capacidades diferentes
y se escuda de miles de maneras para evitar hacerlo. Hacer ajustes de acuerdo con
las necesidades específicas de cada alumno es una tarea extenuante. Sin
embargo, si se analiza el cuarto objetivo de desarrollo sostenible: educación de
calidad, éste no especifica que sea sólo para los alumnos “regulares”, sea cual sea
el significado de la frase. Tampoco dice que los alumnos superdotados y los que
tienen capacidades limitadas deban de tratar de alcanzar al resto del grupo. Este
objetivo abarca a todos los alumnos dentro del salón de clases. Habrá que dejar de
lado el etiquetado de los alumnos, encasillándolos en roles que se empeñarán en
cumplir, y se deberá de empezar a usar el nombre de cada uno, con sus cualidades
irrepetibles. Y entonces, cuando se ofrezcan modelos flexibles de aprendizaje, se
logrará que cada uno desarrolle al máximo sus diferentes potencialidades,
ayudando a desenvolver el regalo que cada uno posee, y cooperando para que cada
uno se convierta en la mejor versión de sí mismo, con la ayuda del grupo.

La educación inclusiva como meta última de la Educación Especial implica


que todos los profesionales relacionados a la educación se comprometan a
capacitarse para conocer las nuevas metodologías y las herramientas tecnológicas
de punta para poder adaptar y personalizar la educación a lo que cada alumno
necesita para poder potencializar sus capacidades al máximo.

La educación inclusiva es pensar con el corazón; la ética de la educación


inclusiva es la del cuidado del otro, se respeta al otro como otro. Una educación que
lleva a pensar, a un aprendizaje profundo, en donde todas las barreras se eliminan
y al diseñar ambientes adaptables, no rígidos, todos los estudiantes son ellos
mismos, nadie es “normal”. La diversidad enriquece y ayuda a construir el
aprendizaje de los demás (Elizondo, C. 2021)

El código de ética de la educación pide acción, y en pleno siglo XXI, después


de una pandemia que obligó literalmente a todo el mundo a salir de su zona de
confort, el rol del maestro tuvo que dar un giro de 180°. De ser la fuente única y
sagrada de información, se convirtió y debe ser una guía, un facilitador que muestre
la manera en que la información se debe de usar. El maestro y el alumno trabaja
juntos para construir el aprendizaje de ambos.

El nuevo paradigma educativo exige que el docente sea flexible y creativo,


que se prepare y nunca deje de actualizarse; que utilice todas las herramientas que
pueda para poder personalizar la experiencia de aprendizaje de cada uno de sus
alumnos, y que entienda que ya no es el poseedor absoluto de la verdad. Que vea
todo bajo un nuevo punto de vista en donde explote el potencial y desarrolle las
fortalezas al máximo. Que sepa que al crear un ambiente sano, en el que todos
aporten y sumen, el grupo construirá su propio aprendizaje personalizándolo.

La realidad que se vive actualmente exige que el docente se comprometa


más que nunca con su profesión, desde el corazón. Que decida ser parte del cambio
que se está viviendo a nivel mundial, en el que cada uno de sus alumnos sea único,
y basado en esa individualidad, que provea lo que cada uno necesita, dentro de sus
posibilidades. Esas posibilidades serán mucho mejores si se prepara, se capacita,
conoce y explora nuevas metodologías y teorías educativas, utiliza las herramientas
tecnológicas necesarias, especialmente para que la experiencia educativa de los
niños que necesitan más adecuaciones, al utilizar la inteligencia artificial puedan
personalizar su experiencia y adecuar la curricula, desarrollando sus
potencialidades al máximo. Sin duda una tarea titánica, pero realizable.

El salón de clases se convertirá en un lugar seguro en donde al trabajar en


equipo, todos los alumnos tendrán experiencias personalizadas y significativas de
aprendizaje, ya que todos se ayudarán para poder interiorizar y construir el
conocimiento como parte de un grupo que respeta las individualidades, en donde el
maestro es un guía y un facilitador de conocimiento.

No será una tarea fácil, ya que habrá que detenerse muy seguido para
evaluar, corregir el rumbo y volver a empezar, sin embargo, la satisfacción del deber
cumplido será maravillosa.

Ser docente siempre ha sido para los valientes. En las condiciones actuales,
se puede considerar sólo para los lunáticos que se atreven a pensar con el corazón.
Para los idealistas que esperan que la sociedad llegue un día a ver que la
individualidad de cada uno enriquece al grupo, a la comunidad, y ayuda a todos a
ser mejores seres humanos, siendo la mejor versión de cada uno. Sumando para
buscar el bien común.
REFERENCIAS

Angulo, N. y Acuña, I. (2005). Ética del docente. Revista educación en


valores, 1 (3), 1-11. (Lector PDF.)

Casañas, M. (2015). Bases epistémicas de la educación. Revista Integra

Educativa, 4(1), 219-249. http://www.scielo.org.bo/pdf/rieiii/v4n1/v4n1a13.pdf

Elizondo, C. (2021, 14 febrero). Ética en la inclusión –. Mon petit coin

d’éducation.https://coralelizondo.wordpress.com/tag/etica-en-la-inclusion/

Leiva, J. y Matas, A. (2021). Ética e inclusión educativa: retos de la


inteligencia artificial. En Correa, C. (Coord.). Responsabilidad social, ética e
inclusión en los procesos de formación. Ediciones Ocatedro. Pp. 12-32. (Lector
PDF.)

Ocampo, A. (2021). Epistemología de la educación inclusiva. Revista


Colombiana de Ciencias Sociales, 12(2), 438-452.

Pérez, J. (s.f.) Una aproximación histórica al concepto de Educación


Especial, 92-104

Torres, J. A. (2010). Identidad científica de la Educación Especial: Marcando


el sendero de la inclusión educativa. Investigación Ciencias. Sociales, 7(1), 137-
162.

Vergara, J. (2002). Marco histórico de la educación especial. Estudios sobre


Educación, 2(2002), 129–144.

Zaragoza, E. (s. f.). Pedro Ponce de León. Real Academia de la Historia.


Recuperado 11 de junio de 2022, de https://dbe.rah.es/biografias/9952/pedro-
ponce-de-leon

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