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CREATIVIDAD E INNOVACIÓN EN

LAS ORGANIZACIONES

"La prueba de una innovación no es su novedad, ni su contenido científico,


ni el ingenio de la idea... es su éxito en el mercado".
Peter Drucker

EL PRODUCTO CREATIVO Recopilado por:

LUIS MARTÍN TRUJILLO FLÓREZ

La siguiente lectura más que una creación es la reunión de una serie de apuntes que he realizado de diversas
lecturas, este texto ante nada es un homenaje a esos y otros tantos autores que me permitieron generar
algunas ideas, espero haber hecho un buen trabajo.

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CONTENIDO

1 Estrategia de innovación de productos

2 La creatividad en los negocios

3 Hacia una creatividad corporativa

4 Productos creativos

5 ¿Qué es un producto creativo?

6 Calidad frente a cantidad

7 Valor y moda

8 Originalidad y utilidad

9 Productos y propósito

10 Productos internos

11 Referencias

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1. Estrategia de innovación de productos
La primera definición de la estrategia de innovación está relacionada con qué tipo de innovación de
producto o servicio hay que realizar para mantener la competitividad de una empresa. Estas pueden ser:

• Nuevos productos o servicios en el mercado, que son innovaciones radicales y que demandan una
inversión importante en Investigación y Desarrollo (I&D) y aún más en Mercadeo, ya que algunos de
ellos pueden cambiar hábitos en los clientes o oportunidades para satisfacer necesidades de manera
diferente a la actual. Por lo general, se integran con innovaciones de procesos.

• Nuevas líneas de productos y servicio relacionadas con líneas existentes en la empresa, que por lo
general no demandan grandes inversiones en I&D, aunque sí pueden relacionarse con innovaciones
incrementales en productos y procesos.

• Mejoramiento significativo de productos o servicios existentes, que son innovaciones incrementales


cuando los productos pueden seguir siendo consumidos en el mercado y se pueden aumentar sus
ventas con esas mejoras.

• Adiciones a los productos o servicios existentes que pueden representar la necesidad de incorporar
nuevas presentaciones en las líneas de productos, tales como tamaños, variedades, entre otros,
relacionadas con innovaciones incrementales de productos existentes.

• Reducción significativa del costo del producto o del servicio, que se realiza cuando se puede seguir
competiendo basado en un precio cada vez menor al consumidor, que representan innovaciones
incrementales en materias primas o mejoras de la productividad y calidad.

• Entonces, la pregunta estratégica de la empresa es: ¿Cuál es el portafolio de innovaciones de


producto que la empresa necesita para mantenerse la competitiva en el mercado?

La segunda definición de la estrategia de innovación está relacionada las innovaciones de procesos, las
cuales podemos clasificar en:

• Introducción de nuevos procesos que permitan mejorar la capacidad de ofrecer un producto o servi-
cio diferenciado. Por lo general está relacionada con innovaciones radicales, que pueden conducir a
la adquisición de nuevos equipos, conocimientos y habilidades.

• Renovación o actualización significativa de procesos existentes, que representan innovaciones incre-


mentales ya que contribuyen a incrementar la productividad y calidad de los mismos. Pueden verse
en la inversión de máquinas más modernas y más amigables con el medio ambiente, por ejemplo.

• Mejoramiento de las operaciones, que conduce a reducción de costos de producción de un producto


o servicio, y que se relaciona con innovaciones incrementales que, por lo general, se expresan en un
incremento de productividad. Entonces, la otra pregunta estratégica de la empresa es: ¿Qué tipo de
innovaciones de proceso necesito realizar para mantener la competitividad de la empresa de los pro-
ductos y servicios en el mercado¹?
TVELÁSQUEZ LÓPEZ, Guillermo. ¿Por qué y cómo innovar en las pequeñas y medianas empresas centroamericanas? http://www.infoandina.org/sites/default/files/recursos/98.velasquez.pdf
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Consultada 10 de diciembre de 2010.

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El producto creativo

2. La creatividad en los negocios

Un negocio creativo sólo puede serlo en virtud de su gente. Hasta una empresa reconocida perdería su valor
si tuviera a las personas equivocadas al mando o si su creatividad se agotara. Por el contrario, un líder o un
elemento clave creativo puede transformar un negocio. Asimismo, los gerentes necesitan libertad para ser
creativos y para sacar lo mejor de su personal. El trabajo de una organización consiste hasta cierto punto en
utilizar esa creatividad individual y orientarla hacia los objetivos de la corporación.

A veces, las organizaciones tienden a adoptar un método burocrático de trabajo; entonces sofocan la
creatividad, la originalidad, la inclinación a tomar riesgos y prácticamente cualquier característica que
pueda ayudar a su personal a ser creativo. Todo esto ocurre de manera automática e ineludible, pues las
instituciones son entidades inanimadas que no están diseñadas ni equipadas para fomentar la creatividad.

Muchos negocios viven de la creatividad del pasado, incluso de un solo producto o servicio revolucionario.
Una economía marcada por la magnitud y la eficiencia de las compañías permite mantener una ventaja
rentable en lo que es un mercado imperfecto y constituido por clientes fieles a ciertas marcas.

Otra posibilidad es que la organización obtenga la creatividad que necesita de su personal, el cual ocupa sus
tendencias creativas en actividades no laborales y tiene capacidad creativa de sobra. El personal conoce
de sobra los riesgos de sugerir algo fuera de lo común que pueda molestar a un jefe inmediato y que tal vez
nunca llegue a las altas esferas de la dirección, así que ¿para qué molestarse? Es nadar contra la corriente.
La búsqueda de la creatividad corporativa es una tentativa difícil y el sueño creativo individual puede
convertirse en una pesadilla colectiva.

3. Hacia una creatividad corporativa


La creatividad corporativa adopta uno de cuatro enfoques generales. La comprensión de éstos puede ser de
ayuda para el empleado creativo.

1. Separación: el primer enfoque puede llegar al extremo de la separación física del área creativa de
la compañía, sea cual se da la relación jerárquica formal. Lo más probable es que se establezca
una solución de común acuerdo que permita al menos una cultura diferente dentro del ámbito de la
cultura corporativa, lo que reducirá las influencias negativas sobre la creatividad.

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2. El fomento de la creatividad personal: un mejor enfoque consiste en partir de la perspectiva del
individuo creativo, ponerse en sus zapatos. Tenemos una idea bastante buena de la clase de entorno
que fomenta la creatividad, así como de las características que es necesario alentar y fomentar en
las personas creativas. Estas características constituyen el fundamento del cambio cuando se ve la
creatividad desde el punto de vista del individuo creativo.

Figura 1. Creatividad corporativa


Fuente: Elaboración propia (2017)

La manera en que estas necesidades sean trasladadas a cada organización será diferente en cada caso.
Algunas son más fáciles de satisfacer que otras; por ejemplo, la creatividad implica una etapa de incubación,
lo que implica tiempo. De hecho, un periodo indeterminado. Esto requiere largas etapas de concentración
y el abandono de cualquier rutina. Las jerarquías tendrán que ser tan uniformes que prácticamente pierdan
significado. La organización deberá considerar por separado cada uno de los rasgos creativos mencionados
y tomar en cuenta las muchas variables específicas de su compañía. Entre ellas están:

• Los individuos creativos.

• El tipo de productos o servicios, especialmente de los productos creativos.

• El entorno físico (espacios relajantes o ubicación agradable).

• La cultura corporativa, el líder y su estilo.

• Esto traerá varios beneficios:

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• Producirá soluciones más prácticas e ingeniosas. Las personas creativas empiezan por formular las
preguntas correctas. Ellasconocen mejor que nadie sus propias necesidades.

• Incorpora las preocupaciones y percepciones que tiene el personal en vez de las que la administra-
ción cree que tiene, por lo que las posibilidades de éxito aumentan.

• Toma la vía de comunicación más directa, evitando así el frecuente problema de la comunicación
deficiente.

3. Capacitación y técnicas: existe un gran número de técnicas para alcanzar metas creativas, pero
las técnicas no son tan importantes como las personas creativas o la cultura que las sustenta.
Las técnicas pueden utilizarse como parte de una enseñanza continua de la creatividad y muchas
han sido efectivas. La enseñanza de la creatividad ha recibido elogios entusiastas por parte de las
empresas contemporáneas. Aunque los rendimientos de la inversión en este tipo de capacitación no
son fáciles de medir, la cultura y el entorno creativos no pueden sino sumar beneficios en cualquier
análisis de costo-beneficio, del mismo modo que una cultura de servicio al cliente favorece los
procesos de mercadotecnia de una compañía. La naturaleza y medición de la enseñanza de la
creatividad está abierta al debate, pero lo cierto es que ninguna parte de una organización podría
dejar de beneficiarse de una dosis de pensamiento creativo.Algunas empresas llevan la enseñanza
de la creatividad a todo su personal o a su mayor parte. Todavía resta la elección de la técnica y el
método de aplicación y las opciones son casi infinitas. Por desgracia, las técnicas que generan los
productos potencialmente más creativos requieren mayor creatividad por parte de las personas que
las utilizan.

4. Un baño cultural desinfectante: otro enfoque consiste en someter a todo el personal a un


acondicionamiento de creatividad, similar a la manera de abordar el cambio de actitud con respecto
al servicio al cliente. La idea aquí es que cada persona de la compañía debe ser creativa en su trabajo
y tanto los clientes como el personal y los accionistas se beneficien. Un enfoque eficaz consiste en
identificar al personal cuyo pensamiento creativo es fundamental para la compañía y procurar que su
entorno sea propicio para la creatividad. Esto se verá reflejado en las características de las personas
y los procesos creativos. En resumen, la creatividad en los negocios no consiste en crear una función
creativa —similar a un departamento de mercadeo— sino en fomentar y explotar la creatividad de
los individuos. Esto puede requerir elementos de cada uno los cuatro enfoques anteriores, pero todo
dependerá de la cultura única de la compañía y de la medida en que esta cultura, con la estructura y
los sistemas, necesite modificarse. Si éste es el caso, el cambio deberá empezar desde arriba².

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ALDER, Harry. Inteligencia Creativa. México: Santillana, 2003. Capítulo XIII.

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4. Productos creativos

¿Cómo convertimos un pensamiento novedoso en algo de calidad y valor en algo útil? Una vez que tomamos
como base un producto creativo, quizás algo tangible como una pintura, una escultura o una máquina que
ahorre trabajo, la creatividad se hace más fácil de definir y medir. También se presta mejor a la investigación
científica. Los productos que normalmente se mencionan son patentes, obras artísticas y musicales, nuevos
productos de consumo y cosas por el estilo. Para el individuo, una idea es un producto creativo y una gran
idea tiene un valor evidente. Para ser más creativos debemos decidir qué productos creativos queremos
obtener.

5. ¿Qué es un producto creativo?

Obviamente las causas no son tan sencillas. De ser así, el misterio de la creatividad se habría develado
desde hace mucho tiempo. Para empezar, una definición de la creatividad que tome como base los
productos creativos plantea la pregunta ¿cómo definirlos? En la medida en que son mensurables, son
útiles para el análisis de la creatividad. Sin embargo, no son representativos de los millones de frutos de la
creatividad humana.

6. Calidad frente a cantidad

Piense, por ejemplo, en las patentes. Hay una gran diferencia entre registrar una patente e inventar un
producto o servicio ingenioso y exitoso. La patente no es más que una protección legal contra el plagio. Del
mismo modo, existe gran diferencia entre el gran número de patentes que nunca fueron promocionadas ni
comercializadas y las pocas que dieron como resultado productos reales y exitosos, o hasta un producto
de primera como la aspiradora o el walkman. Siempre que consideramos los diferentes méritos de una idea
creativa o de una experiencia de flujo nos enfrentamos al dilema: calidad frente a cantidad.

Esto no sólo plantea la cuestión de la diferencia entre cantidad y calidad, sino también la de quién lo
determina. Un inventor verdaderamente creativo puede estar adelantado por décadas no sólo al mercado
sino a los demás inventores. En muchos casos, las ideas creativas se adelantaron tanto a la tecnología
de su tiempo que ésta no fue capaz de convertirlas en realidad y tuvieron que ser retomadas después.
Además, hace falta ingenio, visión para los negocios habilidades de comunicación y muchas otras cosas
para convertir una idea creativa en un producto rentable. Ahora bien, ¿estas habilidades son particularmente
creativas? ¿Son a lo que nos referimos cuando hablamos de creatividad? Actualmente no estamos más
cerca de contestar estas preguntas, pero destacan la necesidad de identificar la creatividad en términos de
los productos creados.

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Aparentemente, una pintura o una obra musical son ejemplos más claros de lo que es un producto creativo.
Las personas van a las galerías de arte para ver una pintura o pagan grandes cantidades para comprarla, y
compran CDs o van a salas de conciertos a escuchar música. Sin embargo, frecuentemente pasa mucho
tiempo entre la creación de una obra y su aceptación por parte del público como un producto por el que
pagarían dinero o por el que irían a una galería en un día lluvioso. En algunos casos, el artista ha muerto
desde hace mucho tiempo; en otros, pasan años antes de que el nombre de un artista sea lo suficientemente
conocido como para lograr la exhibición necesaria ante el público potencial. Ésa es una labor de divulgación,
mercadeo y relaciones públicas que requiere creatividad, pero no del tipo que normalmente asociamos con
la persona creativa o con la obra de arte en sí.

7. Valor y moda

El arte moderno ilustra mejor que cualquier otra cosa este dilema. Digamos que la obra de arte es una
vaca partida por la mitad. El hecho de que miles vayan en procesión a verla en una importante galería de
arte confirma aparentemente su estatus de producto creativo. Pero ¿en dónde reside la creatividad? O más
concretamente ¿qué parte del paquete mercadotécnico constituye al producto creativo? ¿La habilidad para
cortar la carne? ¿La publicidad y las relaciones públicas? ¿El escenario, la iluminación, la disposición? ¿La
idea en sí? Si es esta última ¿tengo simplemente que pensar ideas locas para ser una persona creativa? Si
éste fuera el caso, una persona que tienda a recordar sus sueños vencería fácilmente a una que no, y un niño
de menos de cinco años tendría poca competencia entre los adultos. Los esquizofrénicos podrían acaparar
el mercado artístico.

Los productos nuevos no son más fáciles de calificar desde el punto de vista creativo. Por supuesto, en el
caso del walkman o de la aspiradora la verdadera creatividad está en el invento, más que en el largo proceso
que llevó a la distribución masiva del producto físico final. Sin embargo, estas innovaciones históricas son la
excepción. Miles de los productos nuevos que aparecen cada año son fundamentalmente versiones con una
nueva imagen o ligeramente mejoradas de la misma cosa. Además, en el mundo empresarial de nuestros
días muchos individuos participan en las ideas, las decisiones y las cadenas de acontecimientos que dan
lugar al producto que el público compra. Incluso en el mundo científico, aunque solemos relacionar a uno
o dos individuos con los descubrimientos importantes. Así pues, al considerar los productos creativos nos
enfrentamos con la misma dificultad de la definición, todo esto antes de medir el valor del producto o el
coeficiente de creatividad de su creador.

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8. Originalidad y utilidad

La palabra producto puede referirse a una idea o producto no material, es decir, a algo que está en la mente
de donde surgió la idea. Las patentes, que suelen utilizarse en las investigaciones para medir la creatividad
relativa de las personas, son simplemente las ideas registradas, la propiedad intelectual. Por tanto, los
criterios para determinar qué es un producto creativo no son distintos a los de la creatividad: originalidad y
utilidad. La originalidad es más común que la utilidad; muchas veces las ideas no son más que disparates.
Por otra parte, pocas obras plásticas, literarias o musicales no han estado inspiradas parcialmente en la idea
de otra persona o en una influencia importante externa al creador.

La utilidad es una cuestión totalmente diferente. Puede estar implícita en la necesidad de protección a través
de una patente o en la disposición del público para comprar un producto o ver una obra. Sin embargo, la
utilidad y el valor son conceptos extremadamente subjetivos. ¿Equivale el valor de subasta de una obra de
arte a su valor creativo? Del mismo modo, aunque acudan multitudes a ver a un cantante célebre, puede ser
difícil encontrar en él otro valor aparte de la fama o la notoriedad. La utilidad implica valor, pero ¿valor para
quién? ¿Para el consumidor o para la persona creativa? Estas preguntas dejan de ser puramente teóricas
cuando queremos ser creativos en lo personal y saber a partir de qué criterios serán calificados nuestros
productos creativos.

9. Productos y propósito

Para la persona que quiere ser más creativa, la idea del producto creativo es vital. Es lo que queremos hacer,
obtener o lograr. Uno o más de nuestros objetivos han de ser alcanzados a través de un producto creativo. La
creatividad no se da en el vacío, sigue un propósito concreto. Los destellos espontáneos de inspiración que
solemos relacionar con la creatividad del hemisferio derecho del cerebro, no salen de la nada. Reflejan los
deseos e intenciones que ya estaban en algún lugar de nuestra mente. Aunque pueden ser desencadenados
por algo que veamos o escuchemos en el mundo exterior, la creatividad está en la relación con algo que ya
estaba esperando una solución u oportunidad, algo que tal vez ya habíamos ponderado por mucho tiempo.
Así pues, los objetivos, sueños, intenciones y deseos personales no son desechados, aun cuando por el
momento no podamos encontrar el camino hacia una meta o la solución de un problema.

10. Productos internos

Antes de hablar de los proyectos de innovación debemos pensar en una cultura organizacional que favorezca
Mientras más real o verosímil sea el objetivo o el deseo, más posibilidades hay de marcar un hit creativo. En
otras palabras, hay más probabilidades de que se establezca una relación con uno o más de los billones de
estímulos sensoriales que procesamos día con día (la mayoría pasan inadvertidos). Por tanto, el producto

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creativo es el resultado imaginado de nuestra creatividad. Existe incluso antes de que se convierta en
realidad y no puede convertirse en realidad sin haber sido concebido primero en la mente.

Cuando se trata de una idea espontánea, el producto —para el individuo creativo— puede ser el momento en
que la mente consciente lo recibe. Algunas definiciones de creatividad se detienen ahí, pero normalmente
las personas creativas quieren expresar su creatividad en obras, música, arte o en algún producto físico. En
todos los casos, el producto empieza en la mente como una imagen multisensorial.

Una intención claramente imaginada favorece la creatividad personal. Esto significa que podemos influir en
nuestro nivel de creatividad o incrementar nuestro coeficiente creativo a través de la imaginación. Aquello en
lo que nos concentramos hace surgir las asociaciones vitales y creativas, así como las analogías mentales.
Compre un Audi nuevo y de repente verá Audis por todas partes. Hay un significado en las cosas que
notamos repentinamente o en las ideas súbitas: la mente actúa a propósito. Sin embargo, la creatividad no
termina con una asociación ingeniosa. Podemos convertir nuestra creatividad en objetivos y logros reales.
En otras palabras, obtener lo que queremos de la vida.

Si desea incrementar su coeficiente creativo, cuando piense creativamente piense en producto. Esto hace
que la mente se concentre e incorpore a su originalidad el importante requisito de pertinencia. El producto
creativo no tiene que ser una patente o una gran obra de arte; es lo que usted quiere para su vida a corto,
mediano y largo plazo; consiste en obtenerlo que quiere, hacerlo que quiere y, lo más importante de todo,
ser lo que quiere. Usted puede crear una sensación de bienestar, de significado en su vida, un propósito,
etcétera. Puede crear un mejor empleo, mejores relaciones, un mejor hogar, un mejor entorno. La creatividad
humana no es trivial ni misteriosa, ni es privilegio de unos pocos. Todos poseemos de manera potencial la
creatividad que solemos relacionar con los genios o los dones especiales. Para empezar, todos tenemos
más o menos el mismo cerebro y ahí es donde surge la creatividad. Usted puede fortalecer físicamente
su cerebro si lo utiliza más y de manera adecuada, con lo que tejerá nuevas redes sinápticas. También
puede estimular y explotar la parte creativa de su cerebro a través de la concentración multisensorial en los
objetivos, la relajación en la incubación de problemas, etcétera. Antiguamente se pensaba que esta parte del
cerebro estaba fuera del alcance de la conciencia y que era terreno exclusivo de la suerte. Usted puede crear
incluso un ambiente propicio a los pensamientos creativos, tal como algunas compañías exitosas lo han
hecho en un nivel empresarial. En resumen, la creación de productos creativos está al alcance de su mano³.

3
ALDER, Op. Cit., Capítulo VI.

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Referencias
FOSTER, Jack. Cómo generar ideas. Bogotá: Norma, 2009.

UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO. Técnicas creativas. Mérida: Facultad de Humanidades y


Educación. Escuela de Comunicación Social.

BRUCE Andy, BIRCHALL David. Innovación: Aspectos esenciales y cómo llegar a la altea gerencia. Ed trillas.
México 2011.

VARELA, Rodrigo. Innovación Empresarial. Ed Pearson Prentice Hall. Bogotá, 2008.

SCNARCH, Alejandro. Creatividad Aplicada. Ecoe Ediciones. Bogotá 2006.

VELÁSQUEZ LÓPEZ, Guillermo. ¿Por qué y cómo innovar en las pequeñas y medianas empresas
centroamericanas? http://www.infoandina.org/sites/default/files/recursos/98.velasque z.pdf Consultada 10
de diciembre de 2010.

Pautas Metodológicas en Gestión de la Tecnología y de la Innovación para Empresas, Tomo 1, página 27,
Fundación COTEC, España, 1999.

PONTI Franc, FERRER J.M., Sí funciona cámbielo. Cómo innovar y no morir en el intento. Bogotá, Norma,
2011.

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