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La "guerra chichimeca" fue un círculo vicioso de violencia que duró casi medio siglo en
partes del Norte de México. Ni siquiera los españoles consideraron apropiado llamar
"conquista" a ese proceso estéril, que llego a su fin cuando el virrey marqués de
Villamanrique decidió pactar una "paz comprada” a partir de 1589.
Por ello es por lo que la Nueva España del siglo XVI estaba aún inserta en el
tiempo mesoamericano, con sus altépetl, sus linajes nobles, sus sistemas de trabajo,
sus flujos de mercancías y excedentes, sus linderos de tierras, su agricultura, sus cultos
locales, sus lenguas y sus valores culturales (o buena parte de ellos), incluso con su
aceptación de la posición dominante que la ciudad de México había tenido y siguió
teniendo. Muchas de esas continuidades tienen presencia todavía en la historia y la
geografía de nuestros días.
Pero fuera de Mesoamérica, en los espacios que algunos han definido como
Oasisamérica y Aridoamérica, los sucesos fueron diferentes. En algunas partes se
intentó adecuar a las condiciones locales la experiencia de las áreas medulares de
Nueva España, cosa que se logró con relativo éxito a través del sistema de misiones.
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Fuente: García Martínez, B. (2001). La guerra chichimeca y la paz comprada. Arqueología Mexicana 51, 58-63.
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Pero en otras la llegada de los españoles se conjugó en una ruptura mucho más
radical, en la casi total ausencia de continuidades, y en el exterminio de la población
precedente. Esto ocurrió sobre todo en las zonas centrales y orientales del altiplano a
partir de lo que se habría de llamar Bajío. Eran áreas habitadas por grupos tribales de
diversas lenguas que no practicaban la agricultura y vivían en la mayor simplicidad
cultural, sin asentamientos fijos. Los nahuas los denominaban, despectivamente,
"chichimecas", y no tenían mayor interés en relacionarse con ellos.
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El círculo de violencia impregnó el "Gran Tunal" y zonas adyacentes, es decir, el área
ocupada por zacatecos, salineros, tecuexes, guachichiles, irritilas, guamares, mecos,
guaxabanas, copuces, pames, nombres imprecisos que en su mayor parte parecen
haber surgido de la mera percepción sin ser congruentes con las distinciones étnicas o
tribales, distinciones que, por lo demás, nadie se preocupó por definir. No en balde se
trataba, según se decía entonces con tanto desprecio como terror, de "naciones"
salvajes de indios gentiles apóstatas sanguinarios. La respuesta española fue la
construcción de puestos militares a lo largo de los caminos los llamados presidios (del
nombre romano de las fortalezas que presidían los avances de conquista). Se les
estableció a partir de 1570 en Celaya, San Felipe, Ojuelos, Aguascalientes y muchos
otros lugares. Nacieron como terregosos patios cercados de muros de adobe y con
unas milpitas alrededor.
No les venía mal que las cosas siguieran así. Esa fue la "guerra chichimeca": un
círculo vicioso de violencia y arbitrariedad que duró casi medio siglo. Ni siquiera los
españoles consideraron apropiado llamar "conquista" a este proceso estéril. Sus rasgos
no deben extrañarnos: se trataba de una frontera de guerra donde no valían ni la ley ni
la vida, como sería después la frontera apache y, luego, el Oeste norteamericano. Por
otra parte, se trataba de una especie de guerrilla sustentada en aras de la
supervivencia de numerosas colectividades. No había otra opción para ellas. Ninguno
de los pueblos de Mesoamérica enfrentó una amenaza similar para su subsistencia.
LA PAZ COMPRADA
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Hacia 1589 el virrey marqués de Villamanrique ponderó inteligentemente la situación y
decidió afrontarla de manera distinta. Los chichimecas, por su parte, se habían
aficionado al consumo de carne de res y no desdeñaban ciertos objetos que adquirían
en sus ataques. Así, Villamanrique y su sucesor, Luis de Velasco el Mozo, buscaron
contactos con los chichimecas y les propusieron paz a cambio de ropa, comida y
pequeños utensilios, a sabiendas de que tal arreglo debía mantenerse operando de
manera constante. Pero, aunque costoso, este sistema de "paz comprada" tenía menos
inconvenientes que el desenfreno ocasionado por las tropas presídiales, una amenaza
potencialmente mayor que los propios chichimecas.
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en estas partes del Norte durante el periodo colonial tuvo poco o nada que ver con las
variedades regionales, o tribales, de su pasado prehispánico.
Guía de Lectura
La guerra chichimeca y la paz comprada
Instrucciones: Al finalizar la lectura del texto “La guerra chichimeca y la paz comprada”,
con la información de este documento responde las preguntas que se te ofrecen. El propósito es
que entiendas que la Guerra Chichimeca fue un movimiento de oposición y resistencia
indígena frente al sistema colonial novohispano que tuvo lugar en el norte de México, en el
cual los llamados pueblos chichimecas defendieron sus formas de vida e identidades
culturales.
1. ¿Cuáles eran los intereses económicos de los españoles que los motivó a expandirse en el
territorio del Norte de México?
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