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Cronología para

Mesoamérica

FECHA CRONOLOGIA

PERIODO 1200 AEC – 250 EC


PRECLASICO
PERIODO CLASICO 250 – 900 EC

PERIODO 900- 1524


POSCLASICO
Mesoamérica
Como región arqueológica, se define como el área que comprende el centro y sureste
de México, Guatemala, Belice, El Salvador y el oeste de Honduras; y en su periodo
más tardío, la zona del pacífico nicaragüense y el noroeste de Costa Rica.

El término “Mesoamérica” fue acuñado en el año 1943 por Paul Kirchhoff, etnólogo y
cofundador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, con el fin de
subrayar la unidad cultural existente entre la zona maya y el centro de México.
Kirchhoff señalaba la existencia de una serie de rasgos culturales compartidos por los
pueblos de ambas regiones, como la evidencia material más elocuente al respecto. Sin
embargo, actualmente, los rasgos-tipo que definen al Área Mesomericana son materia
de eterna discusión entre los expertos, que no alcanzan un consenso en cuanto a que
significa exactamente ser mesoamericano. En este escrito presentaremos una
enumeración de las características más ampliamente aceptadas por los expertos.
área cultural Mesoamericana

Paul Kirchhoff
(1900-1972)
1-La presencia de dos calendarios
Un calendario ritual de 260 días, utilizado por los pueblos mesoamericanos para organizar la vida
religiosa de sus comunidades. Tenía también un aspecto adivinatorio y existían en muchas
sociedades indígenas expertos religiosos capaces de conocer los designios que establecían cada uno
de los días. Está también registrada, desde el periodo postclásico, la práctica de utilizar el
calendario religioso para determinar el nombre de los niños al nacer. Por ejemplo, entre aztecas y
mixtecos era común que la nobleza contara con un nombre calendárico y otro de factura más
personal. Muchos autores han propuesto teorías para explicar porque 260 días pero a la fecha
ninguna se considera satisfactoria (la duración aproximada de la gestación humana, el tiempo
transcurrido entre dos pasos cenitales del sol en la selva, el lapso que transcurre entre la aparición
de Venus como estrella matutina y como estrella vespertina).

El segundo calendario es el civil, conformado por 18 meses de 20 días, y un periodo adicional de 5


días, para un total de 365. Estos últimos cinco días eran considerados nefastos y la gente los pasaba
en sus casas evitando tomar cualquier riesgo. Este se utilizaba, también, con fines religiosos, pero
principalmente para sincronizar actividades colectivas de la comunidad (agricultura). Pese a su
similitud con el Calendario Occidental constituyen construcciones culturales distintas.
Los calendarios mayas:

Tzolkin
20 nombres que se combinan
con 13 números conformando
un ciclo de 260 días.

Haab’
18 meses de 20 días [360 días]
+ 5 días adicionales (Wayeb’)

El tiempo sin nombre: 5


últimos días del año
considerados peligrosos.

Ronda calendárica:
Las fechas correspondientes
ambos calendarios. La misma
combinación no se volverá a
presentar hasta que hayan
pasado 52 años.
Materiales de apoyo:
Para obtener una explicación más detallada sobre el funcionamiento de los calendarios mesoamericanos, pueden
revisar el siguiente video:

https://www.youtube.com/watch?v=UqmsqYMucCk

Si tienen curiosidad respecto a cómo se hubiesen llamado, si hubiesen nacido en tiempos del imperio azteca,
pueden consultar uno de los muchos programas en línea, capaces de convertir fechas del calendario cristiano a sus
equivalentes en los antiguos calendarios precolombinos. Les sugiero revisar la siguientes dirección electrónica:

http://pueblosoriginarios.com/meso/valle/azteca/calendarios/conversor.html

Si desean consultar una fecha de una época anterior al 1582 deben colocar el selector en calendario juliano. Si
desean comprobar su cumpleaños, deben colocar el selector en calendario gregoriano. El primer componente,
corresponde al calendario de 365 días, mientras que el tercero al calendario sagrado de 260 días. Por ejemplo, si
alguno de ustedes hubiese nacido el 17 de mayo del año 98 su nombre sería 2 Cocodrilo.
2-La escritura jeroglífica
Aunque se han descubierto más de una decena de posibles sistemas de escritura jeroglífica en la
región mesoamericana, el corpus tan limitado de inscripciones hace difícil que alguna vez estos
lleguen a ser descifrados completamente (como por ejemplo, el zapoteco, el xochicalca, el
cotuzmalguapa o el epiolmeca).

La identificación de un sistema de escritura no siempre está libre desacuerdos. En el caso de


sociedades complejas como la olmeca o la teotihuacana, muchos investigadores ha asumido la
existencia de un sistema de escritura jeroglífico, y buscan ejemplos de sus signos en obras de arte y
arquitectura; mientras que otros expertos son mucho más escépticos al respecto.

Pueblos como el azteca y el mixteco, contaban con formas visuales de registrar mensajes, pero que,
actualmente, la comunidad académica no considera escritura en el sentido estricto del término. Los
códices (libros) aztecas y mixtecos hacían uso de pictogramas e ideogramas, que no siempre tenían
una correspondencia directa e inequívoca con las palabras de la lengua que hablaban. Estas
circunstancias hacen que esta característica se encuentre muy polemizada entre los expertos.
Olmeca (?) Maya zapoteca

ístmica xochicalca cotzumalguapa


3-La dieta basada el cultivo del maíz

La dieta de las sociedades precolombinas de Mesoamérica se basada en la llamada


“trilogía milpera”, es decir, el cultivo conjunto del maíz, los frijoles y las
cucurbitáceas (ayotes, zapallos, calabazas). Los tallos de maíz ofrecían un soporte a
las plantas de frijol, que podían enroscarse en ellas y crecer sin problemas. Así
mismo las milpas ofrecían sombra a las plantas cucurbitáceas cuyas delicadas flores
se queman fácilmente con el sol. A estos cultivos se añadían otros componentes
dependiendo de la región, como el aguacate, el chayote, el tomate o el chile, cuya
presencia en las milpas es ubicua en México.

El cultivo del maíz estimuló el desarrollo de tecnologías particulares como el sistema


de siembra denominado “agricultura itinerante”; de instrumentos específicos para su
procesamiento, como metates y comales; así como de un complejo cúltico, que
incluye a una gran cantidad de divinidades asociadas al maíz.
3-Economía basada en la trilogía milpera

Metate

Comal
4-Los sacrificios humanos
El sacrificio humano es una práctica ubicua en Mesoamérica, ligada a
la visión de mundo característica de estos pueblos. En este se enfatiza
la idea de que la muerte es el catalizador de todos los fenómenos que
son indispensables para la vida. El sacrificio devolvía a la tierra sus
poderes generativos, a los cielos la fertilidad traída por las lluvias, y a
los dioses celestes la energía para mantener el cosmos funcionando. En
segundo lugar, el sacrificio justifica la guerra, ya que era en esta
actividad que se obtenía las víctimas más valiosas: los nobles
guerreros, que poseen la energía necesaria para fortalecer a los dioses
en sus constantes actividades divinas. Las formas particulares en las
que estas muertes rituales eran llevadas a cabo son, como hemos
estudiado, muy variadas.
Cultura totonaca,
Jugador de pelota 4-sacrificio
humano
decapitado, relieve
en piedra, 700-900
Materiales de apoyo
https://jorgecaceresr.files.wordpress.com/2010/04/el-sacrificio-hum
ano-en-mesoamerica.pdf

https://jorgecaceresr.files.wordpress.com/2010/04/la-ideologia-del-s
acrificio-entre-los-mayas.pdf

Si desean conocer más sobre las prácticas sacrificatorias


mesoamericanas y el pensamiento que las justificaba, les
recomiendo leer los dos textos cortos que encontrarán en estos
hipervínculos.
5-Un panteón compartido de divinidades

Aunque el tema de la continuidad de las ideas religiosas entre los


pueblos mesoamericanos no deja de sufrir de su cuota de polémica, la
gran mayoría de los investigadores reconocen que ciertas divinidades
cuentan con una larga historia de culto en la región, que puede
remontarse, en algunos casos, hasta la época del Preclásico.

Ejemplos de estos dioses antiguos son: Quetzalcóatl (la Serpiente


Emplumada, los dioses mesoamericanos de la lluvia, el dios viejo del
fuego o los llamados héroes gemelos (Hunahpú e Ixbalanqué).
Cultura azteca,
Serpiente
emplumada, basalto
negro pulido, 1400 -
5-un panteón de deidades
1520 dC
6-El juego de pelota sagrado
Este es uno de los rasgos culturales más difundidos del mundo mesoamericano. Canchas
para el juego de pelota se han encontrado en todas las grandes ciudades precolombinas de
México y el mundo maya. No se trata de un deporte en el sentido Occidental del término,
pues el fin del partido no era únicamente la recreación de los espectadores o de los
participante. Era un ritual religioso, parte de un complejo ceremonial cuya simbología
refería a los fenómenos astronómicos, al inframundo y a la fertilidad, y culminaba con un
sacrificio humano.

Se desconoce exactamente como se jugaba, aunque juzgando por las representaciones


artísticas y a deportes similares jugados por algunos grupos indígenas actuales, parece
haber tenido una lógica parecida a la del ping-pong, el badmintón o el tenis. El objetivo
era golpear la pelota de un lado a otro, utilizando el cuerpo. Para anotar un punto había
que impulsar la pelota de manera que el equipo contrario fuera incapaz de interceptarla y
esta saliera del campo de juego. La cancha presenta la forma de un callejón estrecho
flanqueado por muros entre los que se rebotaba la pelota para crear las jugadas.
Cultura zapoteca,
Juego de Pelota,
Monte Albán,
periodo clásico
No obstante, el estudio de la forma de los campos de pelota, de
la iconografía de las imágenes que los decoran y las
representaciones del juego en objetos como cerámicas y
murales, apunta a que la forma de jugarlo cambiaban de región
en región e incluso esta se modificó a través de la historia.

En algunas culturas parece que la bola solo podía ser golpeada


con las caderas o la parte superior del cuerpo; en otras, se
utilizaban batones o manoplas para impulsarla. La presencia de
aros en lo alto de los muros de ciertos campos de juego parece
indicar que la bola debía de cruzar por ellos para anotar un
punto. Y el hallazgo de marcadores móviles, siguiere que era
posible extender o contraer el espacio de juego.
6-El juego de pelota sagrado

Aro de piedra en un campo de juego maya


Representación cerámica de una partido de juego de
pelota, cultura nayarit
La pelota se fabricaba a partir de la savia del chicle (Manilkara
zapota). Para ello, se extraía el latex del árbol y se calentaba hasta
que este se endurecía. Luego a esta sustancia moldeable se le daba
forma de pelota y se le dejaba secar para que terminara de
endurecer. En algunas ocasiones se utilizaba como núcleo del
balón un cráneo que se recubría de tiras de hule. Esto le hacía más
ligero y más propenso a rebotar, además de que revela uno de los
simbolismos fundamentales del juego.

El partido concluía con un sacrificio humano, aunque


desconocemos si se sacrificaba al equipo completo o a su capitán,
al ganador o al perdedor. De hecho, en el idioma maya, para
nombrar el látex del árbol de chicle y la sangre se utilizaba la
misma palabra.
Campesino
preparándose para Manilkara
zapota
poner a calentar el
chicle
La evidencia etnográfica sugiere que en muchas ocasiones el juego
de pelota sustituía la guerra como mecanismo para la resolución de
conflictos entre pueblos o ciudades. También tenía una dimensión
cósmica fundamental pues la pelota se anologaba con el sol, la luna
y Venus en su recorrido diario a través del firmamento. Asimismo, el
campo de juego se relacionaba con la grieta en la espalda del
monstruo terrestre, de donde salió la planta de maíz, y con la
entrada al inframundo.
7-Arquitectura monumental
Las ciudades estado mesoamericanas era grandes conglomerados
urbanos que contaban con un núcleo ceremonial conformado por
grandes edificaciones de naturaleza religiosa y política; por ejemplos,
templos construidos sobre pirámides, grandes plazas, palacios, canchas
para el juego de pelota y observatorios para el estudio de los cielos. La
monumentalidad de la arquitectura era uno de los mecanismos más
efectivos que las élites poseían para afirmar su poder y riqueza. El
remozamiento y la remodelación de los edificios eran actividades
constantes para las élites centroamericanas; que, con toda seguridad,
respondía a imperativos tanto políticos como religiosos.
Cultura Tajín, vista
aérea de la ciudad
de el Tajín,
Veracruz, clásico
tardío
8-La escultura pública

Todas las grandes ciudades mesoamericanas contaban con arte


público, en la forma de monumentos escultóricos colocados en las
plazas o al pie de las plataformas monumentales, como estelas y
altares; o de decoraciones al relieve, ubicadas en las fachadas de los
edificios. La escultura monumental tenía por función principal el
complementar los mensajes políticos y religiosos comunicados a
través de la arquitectura.
 
Cultura maya,
estela M frente a la
escalinata
jeroglífica, copán,
periodo clásico
9-Un mismo modelo cosmológico
La investigación realizada en forma conjunta por arqueólogos, historiadores
y etnólogos apunta a la existencias de una sorprendente grado de
concordancia entre las sociedades indígenas respecto a la estructura general
del cosmos. Las mismas metáforas eran usadas para descubrir la estructura
del universo, las cuales fueron, probablemente, acuñadas durante el periodo
Preclásico, y perpetuadas a través de las generaciones.
En primer lugar, tenemos la idea de un cosmos ordenado verticalmente en
tres niveles (inframundo, mundo terrenal y supramundo) y a travesado por
un axis mundi, una noción común entre las sociedades que practican el
chamanismo. El concepto de axis mundi era representado metafóricamente
por la idea de un árbol cuya identidad variaba de región en región; entre los
mayas, por ejemplo, era una ceiba.
Cultura nayarit,
Festín bajo el 9-un modelo
cosmológico
árbol, cerámica,
300 AEC – 600 EC
En segundo lugar, los pueblos mesoamericanos consideraban que el
espacio estaba ordenado horizontalmente en cuatro partes,
correspondientes a las cuatro direcciones cardinales, y que muchas
culturas simbolizaron como los pétalos de una flor. Dioses o gigantescos
árboles sagrados, ubicados en el extremo de cada uno de estos cuadrantes,
sostenían la bóveda celeste. A cada una de estas cuatro direcciones se
asociaba una cantidad de conceptos tales como: colores, lugares míticos,
dioses o energías cósmicas. El centro era considerado una dirección
adicional y se relacionaba con las nociones de centro y de axis mundi.
El mundo terrenal era percibido como una gran isla flotando sobre un
océano primordial, de ahí que las profundidades cavernosas del
inframundo fuesen imaginadas como un lugar acuoso. La metáfora más
común utilizada para referirse al mundo terrenal era la de un gran cocodrilo
flotando sobre las aguas, cuyas escamas dorsales eran analogadas con las
montañas. Esta imagen podía variar a la de una tortuga, cuyo rugoso
caparazón se correspondía a los accidentes orográficos.

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