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Reimpresión R0512E
Para atraer seguidores, un líder debe ser muchas cosas
para mucha gente.
El truco está en saber hacerlo sin dejar de ser fiel a uno
mismo.
Gestionar la autenticidad
Por Rob Goffee y Gareth Jones
Determinar tu autenticidad
No existe un único modo correcto de determinar y gestionar tu autenticidad. Sin embargo, puedes dar algunos pasos de forma
consciente con el fin de ayudar a que los demás te perciban como un auténtico líder. Algunos de esos pasos incluyen generar
conocimiento del auténtico yo; otros implican aprender más de los otros.
Los detractores del primer ministro británico Tony Blair sostienen que, debido a su deseo de maximizar su atractivo personal, Blair
cambiaba de un estado a otro, diferente y contradictorio, careciendo de toda creencia personal central. Sin embargo, nosotros diríamos
que el éxito de Blair no es el resultado de sacrificarse a sí mismo en aras de su elegibilidad, sino de su consumada capacidad para
gestionar su autenticidad. Su comportamiento durante una particularmente dramática semana a principios de julio de 2005 ejemplificó lo
bueno que es en esta tarea.
La semana empezó con el concierto de pop Live 8, inspirado en Bob Geldof y Bono, un acto para dar a conocer la situación de
pobreza en África. Después vino el viaje de Blair a Singapur para ejercer presión al Comité Olímpico Internacional, durante el cual bailó
una alegre giga en público cuando la puja del Reino Unido para conseguir los Juegos Olímpicos del 2012 era un éxito. También en esa
semana asistió a la cumbre del G8 en Escocia, donde fue capaz de progresar a la hora de tratar algunos de sus asuntos más
importantes. Entonces, Blair fue llamado de urgencia en Londres, debido a los atentados terroristas que habían tenido lugar allí.
En cada uno de estos ejemplos, Blair tuvo papeles distintos para atraer a seguidores de manera distinta. Y a pesar de los diferentes
comportamientos que exhibió, fue capaz de transmitir un yo esencial; siempre conectó poderosamente con sus pasiones personales
conocidas –la música pop, el deporte, la erradicación de la pobreza en África y el rechazo del terrorismo. En efecto, su desempeño en
dicha semana arrancó alabanzas hasta de sus detractores. Como escribió Andrew Rawnsley en The Observer, “la gente empieza a
admirarle cuando ven su capacidad para leer, expresar y moldear momentos políticamente críticos.”