Está en la página 1de 28

ONIROMATIC

Onirismo salida en Astral, ensueño o como se le llame…

Recopilación de la pagina www.plantasagrada.com con el fin de establecer aplicaciones de las


plantas para mejorar o llegar a estados de ensueño.
1-Práctica del nivel Fuego de onirismo

sto lo saque de un foro, el mismo creo que ya no está disponible, y no se el autor, si alguien lo
sabe haganmelo saber asi lo incluyo en el post.
La practica que voy a copiar a continuacion es muy util, y tiene buenos resultados, aca va.

1-Esta es la práctica del nivel Fuego de onirismo.


No hay parte más discutida y más compleja de justificar que el diario de los sueños, y los métodos
para recordar sueños. La gente varía en su capacidad nata de recordar los sueños; algunas
personas recuerdan uno o dos por noche, mientras que otras no recuerdan ninguno. El recuerdo
de los sueños es vital para cualquier técnica posterior onírica…después de todo, si no podemos
conservar el recuerdo, cómo podremos siquiera saber si tuvimos un episodio lúcido?

Para eso, hay un elemento que es vital: nuestro diario de sueños. Este será el repositorio de
nuestros sueños, nuestros progresos y las experiencias de noche a noche. En general, uno
encuentra que es molesto de escribir, y de pasar en limpio, pero es absolutamente vital para el
progreso, por una causa que ahora veremos. Déjenme repetirlo…un diario de sueños es
NECESARIO para poder tener una vida onírica.

Cómo es un ciclo de sueños? En un principio, al dormirse, uno pasa por tres etapas visibles en un
electroencefalograma. Estas etapas, creativamente denominadas 1,2 y 3 son grados de
profundidad en el paciente al dormirse, y se miden por la actividad muscular y cerebral
observable. Cuándo nos dormimos, pasamos del grado 1 (el relajamiento profundo, dónde se ven
las imágenes que se forman frente a nuestros ojos, llamadas hipnagógicas, que luego utilizaremos)
al grado 2 (un relajamiento más profundo) y al 3 (el estado que uno alcanza a las dos horas de
dormirse, más o menos) para luego volver al 2 y finalmente al 1, aproximadamente a las cuatro
horas de haberse dormido. En este proceso se asume que uno no sueña; pero cómo veremos con
el Yoga del cuerpo onírico, es posible mantener una conciencia, y experimentar lo que el budismo
llama “la luz clara”…aunque lo haremos al final del libro.

Una vez que uno volvió al estado 1, empieza el ciclo de sueños, llamado REM (Rapid Eye
Movement, en inglés Movimiento Rápido de Ojos) en el cuál uno sueña. Estos ciclos son ciclos de
un dormir, seguido por un sueño, y terminado por un despertar. Nos despertamos repetidas veces
en una noche, pero por un fenómeno de pérdida de memoria asociada al sueño, no lo
recordamos. Ese fenómeno es el que debemos vencer, para poder recordar los sueños de forma
clara, y finalmente, tomar conciencia en ellos.

Estos ciclos de REM empiezan teniendo un largo período sin sueños, y un sueño corto (de aprox.
10 minutos) a las cuatro horas de dormir, y en cada ciclo sucesivo disminuye el tiempo de dormir
sin sueños, y aumenta el período de sueño, con lo cuál, cuánto más durmamos, vamos a tener
sueños más largos, más fáciles de recordar y más seguidos. Si dormimos ocho horas, podremos
tener entre tres y cuatro sueños. Tres sueños recordados por noche es la meta que nos debemos
fijar antes de pasar a la incubación de los sueños.
Cuándo uno se despierta de un sueño, y empieza a moverse, el recuerdo del mismo desaparece, o
se mezcla con nuestros pensamientos diurnos. Esto es especialmente notable cuándo nos
despertamos pensando en las actividades a realizar en el día siguiente. Por lo tanto, debemos
anotar los sueños antes de que estos desaparezcan…para eso, yo utilizo dos diarios de sueños.
Uno se encuentra al lado de mi cama, dónde anoto los sueños por las noches. En otro, los paso en
limpio. Pero más allá de que utilicemos uno o dos, antes de movernos, cuándo cobramos la
conciencia, debemos intentar recordar el sueño. En general, uno se acuerda de la última imagen, o
de la última sensación. Debemos intentar revivirla, y recordar cómo llegamos a ella. Muchas veces,
el proceso de recuerdo se parece a una investigación: “Cómo llegué a mi escuela primaria?”, “Qué
me sucedió en el barco?”. Lentamente, el sueño se nos va a ir revelando. A veces, debemos
recurrir a la única excepción con respecto a movernos: si normalmente dormimos, por ejemplo,
acostados sobre nuestro lado derecho (la famosa postura “león durmiendo” en la cuál murió buda,
que veremos más adelante en el Yoga Onírico) y nos despertamos acostados boca arriba, al tomar
la postura normal en la que dormimos, pueden despertarse recuerdos. El cuerpo guarda recuerdos
en las sensaciones, pero debemos tener cuidado de no dormirnos de vuelta. Cuándo recordemos
lo posible del sueño, lo anotamos y volvemos a dormir.

Este método puede ser aplicado de dos formas: la gradual o la forma de shock. En un principio,
conviene practicar la gradual. Esta es anotar, por la primer semana, solamente el sueño que
tenemos cuándo nos despertamos. Cuándo empezemos a tomar práctica, debemos concentrarnos
antes de dormir en el deseo de recordar todos los sueños posibles…con el tiempo, y la práctica del
recuerdo, uno no se vuelve a dormir en cuánto termina cada sueño, sino que se despierta con el
sueño fresco en la mente, listo para ser anotado. Luego de un mes de práctica, debemos ser
capaces de recordar tres sueños por noche, y nuestra vida onírica será interesante, refrescante, y
creativa.

Pero qué pasa si no podemos recordar ningún sueño? En mis experiencias, si bien hay gente que
tiene una gran facilidad para recordar, hay gente que no puede recordar ni un solo sueño. Qué se
puede hacer, en ese caso? Aplicar el sistema de shock.
En estos casos, lo principal es recordar que todos soñamos, aunque a algunos nos cueste más
recordarlo. Para recordar los sueños, tendríamos que levantarnos justo después de soñar, así
tendremos los sueños más frescos en la mente. Y cómo podemos hacer eso? Siguiendo nuestros
ciclos de sueño. Cómo antes habíamos dicho, los ciclos de sueño son los siguientes:

1. Un período sin sueños de cuatro horas


2. Un período de una hora y media, con diez minutos aprox. de sueños.
3. Un período de una hora y media con veinte minutos aprox de sueños
4. Un período de una hora con media hora de sueños
5. Dos período de cuarenta y cinco minutos cada uno con media hora de sueño
6. Períodos de media hora con casi media hora de sueños

Dado que los períodos de sueño se dan al final de cada ciclo, tendríamos que despertarnos al final
de cada ciclo, con lo cuál tenemos que tener un programa de despertador ajustado a las horas que
dormiremos. Por ejemplo, si nos acostáramos a las doce, y nos levantáramos a las ocho, un
programa ejemplo sería:

1. A las 5:20 AM
2. A las 6:50 AM
3. A las 7:50 AM

De esta forma, podremos despertanos en el final de cada sueño. Cuándo uno se despierta, debe
tener la alarma cerca para no moverse. Es posible que nuestro ciclo de sueño no sea igual a este,
por lo cuál, si luego de una semana no tenemos resultado, debemos adelantar y atrasar
sucesivamente las horas en intervalos de 10 minutos. Con 10 minutos mas y 10 minutos menos,
debemos despertarnos en el medio de un sueño.

Si bien este sistema consigue resultados rápidamente, he llegado a la conclusión, basada en mi


experiencia personal y en el de las personas de mis grupos, que estos sistemas de shock,
especialemente de moda en los círculos Americanos, si bien ofrecen resultados rápidamente, a la
larga tienden a ser inútiles, por la dependencia en formas mecánicas del despertar y por la forma
en si…es mucho mejor una asimilación gradual y voluntaria, que un saltar con el despertador, en el
medio de un sueño bello, que puede perderse para siempre. Por eso aconsejo que en cuánto se
pueda recordar constantemente un sueño por noche, se vuelva al sistema gradual, y ahí se
progrese de la misma forma…una vez que la memoria de los sueños es ejercitada, pronto se
acostumbra a traernos los tesoros que se esconden en ese mundo onírico que visitamos todas las
noches.

Finalmente, unas últimas palabras para cerrar este capítulo sobre el recuerdo, concerniente al
diario de los sueños. En el diario “final” que se utilice para pasar en limpio los sueños (sea el que
uno tiene al lado de la cama, o en uno especial) es conveniente dejar un espacio para escribir las
anotaciones que empezaremos a hacer ya en el próximo capítulo. Personalmente, yo utilizo la
página izquierda para anotar el sueño en si, y la derecha para las anotaciones, dibujos y análisis del
mismo.

En suma, el recuerdo del sueño está atado con nuestra consideración de los mismos. Si nos
tomamos el trabajo de escribirlos, de buscarlos cómo tesoros de nuestra vida, y los escribimos de
forma regular, accederemos cada día más a ese mundo onírico. Pero si no les damos la
importancia que tienen, pronto se nos volverán a escapar cómo la arena de un reloj roto.

Antes de empezar por la incubación en si, algo importante es cómo llevaremos nuestro diario de
sueños. Asumiendo que recordemos en promedio tres sueños por noche, luego de un mes
deberíamos tenerlo bastante nutrido.

Ya en el capítulo anterior hablamos de dejar un lugar libre tras cada sueño (ya entre sueño y
sueño, ya en la página siguiente). En ese lugar, deberemos anotar lo siguiente, para cada sueño
que tengamos:
* Personajes que aparecen en el sueño (podemos pensar en los personajes cómo toda aquella
persona/objeto que realiza una acción, no necesariamente van a ser personas…en los sueños, es
común charlar con árboles o rocas).
* Las acciones que estos personajes realizan.
* Nuestras acciones, entendiendo por nuestras a aquellas que realiza el personaje o punto de
vista onírico con el cuál nos identificamos (más sobre esto en el capítulo de sueños chamánicos y
yogas).
* Los escenarios dónde ésta obra está representada (y el sueño, cómo lo veremos en el capítulo
de creatividad y sueños, es una obra representada). Es muy importante notar si la transición de
un escenario a otro es gradual o súbita.
* El argumento de nuestra obra, si podemos distinguir uno, sea esta una escena o una sucesión
de escenas.
* Finalmente, marcaremos tres categorías que serán llamadas “claridad”, “control” y
“lucidez” (entendida esta por la conciencia de estar pasando por una experiencia onírica).

Cada una de estas será marcada en una escala de 1 a 3, entendiendo a 1 por casi inexistente (por
ejemplo, 1 de lucidez indica que siempre se vivió la experiencia cómo un sueño, esto es, real en el
momento de vivirla) 2 por intermitente (un 2 en control indica que se realiza una acción debido a
la voluntad conciente, cómo la incubación, pero el resto sucede de manera autónoma, y el 2 en
claridad indica que el sueño es a veces más claro y a veces más oscuro) y el 3 indica un control
cuasitotal en la categoría (un 3 en claridad indica una claridad vespertina, si bien luego
conoceremos formas de aún incrementar esta claridad hasta límites insospechados).

Si bien es provechoso escribir, aparte del argumento de nuestra obra, una interpretación general
de los eventos, este sistema no es una forma de análisis profesional; para eso, es necesario
consultar a un psicoanalista.

Sueño Lucido – Intento 1

(copia de la pagina escrito por el admin en su mayoría)

Pero bueno una buena experiencia real cuenta mas que mucha teoría…

Bueno, hace mucho tiempo comencé a tratar de tener sueños lucidos, ayudado nada más que con
mi voluntad. Primero elimine al mínimo el consumo de cannabis, llevándolo a algunas veces por
semana en dosis extremadamente bajas, luego no comiendo alimentos pesados y sobre todo
cenar comidas livianas, dando tiempo a la digestión antes de acostarme, o sea comer sano y cenar
poco y muy separado de la hora de dormir.
También antes de dormir hacía ejercicios de memoria, sentado en la cama comenzaba a recordar
paso a paso como había sido mi día, que había echo al levantarme, que había desayunado,
almorzado, con quien había hablado, etc.

En fin un reconto del día, al principio no era muy minucioso, pero luego de unos días, uno
comienza a recordar cada vez más y se empieza a vivir el día a día con más conciencia y no de
forma automática como pasa muchas veces.

Luego comencé a anotar los sueños que iba teniendo, (en ese entonces recordaba poco los
sueños, es mas en la semana solo un par de días tenia recuerdos de que había soñado) como con
el ejercicio de memoria con esto de anotar los sueños poco a poco comencé a tener mas
recuerdos.

Y siempre antes de cerrar los ojos me pedía a mi mismo poder despertarme dentro del sueño y
tener un sueño lucido.

Parecen muchos pasos pero en realidad si se tiene la real intención de tener sueños lucidos se
hace todo lo que uno tiene al alcance.

Fue ahí que comencé a recordar que de niño siempre tenía la sensación de estar soñando, pero
cuando se daba, en el momento de tener una pesadilla, justo en la época de mi infancia fue
cuando tuve mayor cantidad de pesadillas, luego al ir creciendo esos miedos fueron
despareciendo, y esas experiencias fueron cada vez más escasas.

Analizándome más profundamente vi. que en el peor momento de mis pesadillas, cuando ya no
había escapatoria y te traga ese miedo es cuando uno ya no quiere soñar mas, quiere escapar de
esa situación a toda costa, y es ahí cuando me daba cuenta que era un sueño y se me presentaba
la opción de despertarme, la cual tomaba casi de forma automática.

Entonces ya con ese dato comencé a trabajar desde ahí, tratando de tener pesadillas para
provocar esos momentos de “no querer estar” para poder tener la opción de despertarme o no.
Bueno aquí va el relato de una de esas pesadillas y como volví al sueño de forma lucida.

stealing_fire_by_kyoht

Llegamos en auto, al bajarme veo un paisaje donde predomina el gris, es un bosque, un bosque
seco, con muchos árboles, sin duda estamos en invierno. En frente a nosotros hay una casa, el
ambiente no me dice nada, la casa es vieja una casa en la cual el tiempo dejo su marca, las paredes
están descascaradas por fuera, aun no entré, pero veo q son dos habitaciones, un comedor
grande, quizás con baño afuera (eso lo veré después).

Al mirarla veo como el lugar me transporta, lo veo cada vez mas q conocido, como si fuera de mi
infancia. cuando entro y veo las paredes me doy cuenta que están igual q por fuera, como si la
casa estuviera abandonada, la textura de las paredes es muy irregular, tiene muchos pozos, las
mismas tienen pedacitos de azulejos, estos dejan ver la pared desnuda, las ventanas son muy
viejas, y están formadas por pequeños cuadrados de vidrio, los cuales están empañados desde el
borde aclarándose hacia el centro, se nota que los bordes estaban pintándoos de color blanco,
ahora el blanco q ya casi ni se ve.

En cuanto la recorro, veo muchas puertas, puertas endebles, fácilmente se caerían de una patada,
y es en ese momento cuando empiezo a ver que tienen cerrojos, me doy cuenta, q el día se esta
yendo, hay luz pero de color naranja, son los últimos. Fue ahí cuando me invadió esa certeza, sabía
que cuando cayera la noche algo nos atacaría.

Y ahora ya se que al llegar sabíamos a q veníamos, veníamos a escondernos, de alguna manera


pienso q es una prueba, cuando me doy cuenta, apuro a la gente que me acompañaba, estaban
mis padres, sentía una sensación muy relacionada con mi infancia, veo por ultima vez por la
ventana, estaba en auto en que llegamos y el paisaje gris era tan lindo, la tierra las hojas en el piso,
los árboles casi blancos.
Al terminar de ver el paisaje y corroborar que todas las puertas estuvieran cerradas ya no tengo
esa sensación de infancia ahora es mas bien de adultez, con cada cerrojo que trabo veo que la luz .
. . la luz afuera ya no está y cada vez es mas de noche.

Ahora recuerdo que es lo que nos acecha, son los lobos, ellos están por llegar porque se q saben q
estoy acá, que estamos acá, pero también se q es algo mas personal, ellos me están buscando, es
raro, pienso q son mas de uno, pero en el fondo se q solo me va a venir a buscar uno en particular,
entonces, la casa cambia de color, ahora es marrón oscuro, comienzo a correr los muebles para
tapar las puertas.

Se q eso no los va a detener, pero es lo único que puedo hacer, cierro las cortinas, casi todo lo q da
al exterior ya esta cerrado, ahora que esta todo cerrado, nos quedamos todos en el comedor q
también es la cocina. Comenzamos a escucharlos, en ese momento, los veo tratar de entrar,
intentan, quieren derribar las puertas y ventanas, y aunque son torpes también son fuertes, muy
fuertes, ya quieren entrar. La puerta principal se mueve, vibra, pero no sede, ahora es la ventana
tratan de entrar por ahí, me levanto, salto a la ventana, la están abriendo, van a entrar, agarro el
picaporte, la ventana intenta abrirse pero la mantengo cerrada, pienso q ahora si, ya no va a
intentar entrar, por dos segundos todo se calma. Chequeo que las puertas y ventanas estén
cerradas, al ir a correr la cortina de la ventana por donde quiso entrar lo veo, esos ojos, feroces,
me quieren despedazar, ya no puedo hacer nada, el entra de un salto, ahora tengo tanto miedo,
tantas ganas de no estar ahí que algo me dice que esto no es mas q un sueño, empujado por el
miedo cierro los ojos y hago fuerza para despertarme y lo logro.

(Me despierto en mi cama, y sin moverme cierro los ojos para volverme a dormir)

Al entrar al sueño tengo la suerte de continuarlo, pero sin perder la conciencia de que en realidad
estoy en mi cama, o sea, además de estar en la casa del sueño tengo la vivida imagen de mi cuerpo
descansando sobre la cama con la cabeza apoyada en mi almohada.

Ahora hay mas luz, no esta todo tan oscuro, igual afuera no se distingue mas que dos o tres
árboles, solo q ahora se q estoy soñando, me doy cuenta q hace un rato estaba acá, pero ahora ya
no hay mas lobos, la ventana ya no esta rota, pero entonces en un instante ese hombre lobo
vuelve, aparece en la ventana, veo que a mi alrededor hay mas gente, pero ahora ellos no
importan, se q no son reales, al igual q el lobo de la ventana, igual me da mucho miedo, no se q
me pueda hacerme cuando entre, aunque se que estoy soñando tengo miedo mucho miedo, pero
se q no me tengo q despertar q es solo es un sueño.

me protejo, creo un campo dorado para q me proteja, esto ya lo había pensado muchas veces, por
fin, la oportunidad de probarlo, pero no funciona, no veo el campo dorado, no pasa nada, y el
hombre lobo ya logro entrar, ahora es marrón, un gran hombre lobo marrón, me quedo quieto, no
lo miro, trato de no despertarme, el hombre lobo va con mi padre q esta al lado mío, el no se
mueve y el lobo solo respira en su cara, parado sobre el respaldo de la silla larga, sabe q estoy acá,
yo se q esto es un sueño, pero no puedo evitarlo tengo miedo, pero ya no tanto, pienso en
claudio(un amigo ensoñador), me dijo q tenia q verme las manos, q eso me hace quedarme en el
sueño y me hace dar cuenta q es un sueño, me las miro esperando encontrar algo borroso algo
poco definido, pero no, son tan claras como en la vida real, todo es muy nítido, pero cuando dejo
de verme las manos, el lobo se para y camina, y se ubica a mi derecha, cuando lo veo, ya se esta
destransformado, es una mujer, esta desnuda, no se porque sus ojos me atraen tanto, me miran y
no me dejan ver otra cosa q no sea su cara, es rubia y de pelo corto, el pelo no llega a tocarle los
hombros, y tiene ojos amarillos, se q es el lobo, me mira como tal.

Entonces, le cuento lo q me esta pasando q es un sueño y que ella me estaba acechando, ella me
mira, sin hablar se comunica conmigo, dice q ya lo sabe, q me conoce, de alguna forma capto lo q
me dice sin necesidad de palabras, es todo muy raro, ahora detrás de ella hay otra mujer, esta
desnuda y se esta masturbando, eso hace que pierda el enfoque de que estoy soñando, y la mujer
que tengo enfrente comienza a convertirse otra vez en lobo, la miro fijamente, y vuelve a ser la q
era, una mujer, ahora veo a mi alrededor, y pienso, “bueno si esto es un sueño, veamos q
podemos hacer”, y se me ocurren muchas cosas, como cambiar de lugar, lo imagino, pienso q si lo
imagino va a suceder, pero no , no pasa nada, sigo ahí, con la misma gente – lobo, jeje, ahora hay
mas lobos afuera, no los veo pero se q están ahí, quiero hacer algo, pero no puedo, la tranquilidad
de esa mujer alado mío con sus ojos amarillos me dicen q me quede, me siento muy tranquilo, en
paz, ahora comienza haber mas luz. La miro fijamente y suena el despertador.

Fin, me despierto
2- Control de los sueños

Antes de intentar esto, recomiendo tener bastante controlado el capitulo anterior.

2- Control de los sueños

En este capítulo vamos a empezar por las técnicas de controles de los sueños, empezando por la
más básica, pero quizás la más efectiva, en nuestro día a día.

Qué es la incubación de sueños? Es, básicamente, la capacidad de buscar un sueño determinado,


para curarnos, resolver problemas, ser creativos, o simplemente disfrutar.

Cómo podemos ver la incubación de sueños en la historia?


Los griegos eran los grandes maestros de estos sueños. En la oneirocrítica, por ejemplo, nos
muestran su gran grado de sofisticación para estos temas. Pero, pongámoslo en ejemplos…si
fueramos un griego de la antigüedad, y tuvieramos que tener un sueño para curarnos, cómo lo
incubaríamos?
Haríamos un peregrinaje hacia algún templo de los dioses, en el cuál, al llegar, nos harían pasar a
una antesala, llena de peregrinos, y nos dirían que escribamos el sueño en todas las tabletas de
arcillas posibles. Cuándo era su turno, era llevado a una cámara sagrada, entre el humo del
incienso dónde dormía frente a las imágenes del dios y este se le aparecía, curándose y
resolviendo sus dudas.

Para los Lakota, por ejemplo, los sueños eran buscados en sesiones de purificación, en sus carpas.
Quemaban hojas, hierbas y vapor, tras quemar un dibujo con la petición de su sueño, y le pedían al
gran espíritu de que les concediera un gran sueño. Luego de pasar tres días en su carpa, tenían el
sueño solicitado.

Un último ejemplo, más occidental. Robert Louis Stevenson escribía muchos de sus relatos
basados en sueños que buscaba para ese propósito. Tenía una serie de espíritus llamados
“Brownies” (cómo cierto tipos de hadas irlandesas) a los que le pedía inspiración. Cuándo
empezaba a escribir una historia, y se quedaba trabado, se acostaba con la hoja de la historia
debajo de su almohada, y quemaba aceites aromáticos. Luego de un par de noches de hacer esto,
se despertaba con la historia ya escrita. Según sus cartas, muchas partes de la isla del tesoro y
todo Dr.Jekyll y Mr.Hyde fueron escritas de esta manera.

Entonces, cómo podemos nosotros adaptar estas técnicas milenarias? Cómo podemos buscar la
acción general del sueño, y nuestras acciones en si? Observando la literatura sobre la incubación
del sueño, podemos encontrar una serie de puntos en común:

1. La persona que busca el sueño lo busca para algo puntual, concreto, cómo la resolución de un
problema, una curación o un momento creativo.
2. Lo escribe o simboliza de alguna manera.
3. Usa inciensos o perfumes cómo estímulos.
4. Hay un período de repetición o búsqueda desde el comienzo del proceso, dónde se reafirma la
intención (en ninguno de los casos se accede directamente al sueño, sino que se debe ir repetidas
veces, esperar en una antesala, pasar algunas noches, etc).
5. Si se cumplen todos los pasos, el sueño finalmente le aparece a la persona, en general luego de
un período fijo.

A fin de adaptar estos puntos a una metodología coherente, haremos lo siguiente:

1. Eligiremos un pequeño espacio en nuestro cuarto dónde estableceremos un pequeño


quemador de incienso o de perfumes. Es importante que no lo cambiemos de lugar, ya que luego,
en los sueños lúcidos, lo utilizaremos para orientarnos.
2. Compramos un tipo de perfume o incienso que sea fácil de conseguir, pero que no usemos
comúnmente. La razón para eso es que queremos relacionar de forma inconciente el olor del
perfume con la incubación del sueño. Si lo utilizamos de forma normal, podemos confundir los
estímulos, y si es un perfume caro o difícil de encontrar, dependeremos de eso para incubar
sueños (luego, tras haber completado el próximo capítulo, nos desprenderemos de esta
necesidad, pero en un principio lo necesitaremos por un par de meses).
3. Nos tomaremos cuatro días seguidos para incubar un sueño. Si bien mucha gente lo tiene en la
primer noche, es necesario ponerse un período en el que se repita la incubación, cómo lo vimos
anteriormente, para reforzar la intención y no desanimarse.
4. El proceso es igual todos los días que se quiera incubar un sueño. Antes de irnos a dormir,
prendemos el incienso o perfume elegido, y, sentados en la cama, con una luz suave (las velas son
perfectas para esto, aparte de reforzar la intención por ser un estímulo extraño en nuestros días
de electricidad) escribimos o dibujamos la situación que queremos experimentar. Puede ser
escribir algo, ver a una persona o divinidad, resolver un problema o experimentar una nueva
sensación. En principio, es aconsejable elegir algo simple pero novedoso, cómo volar (actividad
sobre la que volveremos luego). Podemos escribir una descripción o poema sobre el vuelo,
dibujarnos o intentar visualizar fuertemente, para luego volcar en el papel, el vuelo. Cuándo más
elaborado sea, más fuerte será la incubación.
5. Luego de escribir o dibujar, apagamos la vela o la luz, y nos dormimos con la hoja bajo la
almohada.
6. Cuándo nos despertamos (luego del sueño, o por la mañana) escribimos nuestros sueños en
nuestro diario. Con el tiempo, el sueño buscado terminará por aparecer.

Es necesario aclarar algo: para poder realmente incubar sueños, es necesario poder recordar los
sueños de la noche (paso necesario para cualquier otra técnica, es deber decirlo). Un caso
ejemplificador es el de una pareja que integraba un grupo que conducía yo sobre sueños. El
hombre hizo el método, luego de decirme que recordaba los sueños (al final, comprobamos que
no se había tomado la molestia de anotarlos)…pero un rato antes, había llegado su mujer, y me
había comentado que estaba molesta porque cuándo dormía, su pareja elevaba los brazos cómo
Súperman para volar! El hombre no había recordado el sueño incubado, pero lo había
experimentado.
Es notable cómo el sueño incubado se vive de otra forma que un sueño normal. La persona que lo
sueña lo encuentra más nítido, más vívido, más “real” que el resto de los sueños, y deriva un gran
placer de las experiencias. Un baño en un sueño incubado es el mejor baño que uno experimentó.
Estas sensaciones son el preludio de la experiencia extática que es el sueño lúcido, y su versión
más profunda, el yoga del cuerpo onírico.

Esta técnica tiene una sola recomendación: Si uno es del grupo de personas que tuvo que utilizar
el método de shock para recordar los sueños, y todavía no tiene estable su memoria onírica,
muchas veces esta técnica hace que uno pierda la memoria del sueño incubado. He visto casos de
gente que tuvo que empezar con el método de shock, y tenía tres sueños anotados por noche. De
repente, cuándo incubaba, tenía un día que anotaba dos, y no se podía acordar del tercero. Al
parecer, la experiencia cualitativamente diferente y más profunda del sueño incubado hacía que
su memoria recién adquirida se viera sobrepasada. Para esto, existen dos soluciones, de nuevo,
una más gradual y una más rápida.

La más gradual es seguir practicando la memoria onírica, y probar incubar sueños dos veces por
mes…finalmente, la mente se destraba, y de repente, la incubación es posible sin más problemas.

La más rápida tiene que ver con volver a despertarse siguiendo los ciclos de sueño, pero esta vez
solamente los días en que se incuba un sueño. Generalmente, la persona que sigue este método
se encuentra con que incubaba los sueños, pero simplemente no los recordaba. Cómo en el
capítulo anterior, aconsejo dejar este método en cuánto se consiga una estabilidad de la memoria
onírica: no sólo uno corre el riesgo de despertarse en el medio de un sueño, sino que lo hará en el
medio del sueño que tanto le costó buscar.

Mecanismo de acción de los onirógenos

Mecanismo de acción de los onirógenos

Los datos disponibles de los mecanismos de acción de los onirógenos son muy escasos. En esta
sección queremos presentar algunas limitadas y especulativas hipótesis

Teóricamente, los onirógenos pueden actuar en alguna de las siguientes maneras:


Incrementar las fases del movimiento ocular rápido (REM-rapid-eye-movement) en una
noche.

Incrementar la duración de las fases REM en una noche

Incrementar el numero de sueños en un período de tiempo determinado

Modificar los sueños en, duración, continuidad, complejidad, rareza, presencia de colores,
vividez y lucidez

El incremento en la frecuencia y duración de las fases REM y el número de sueños son en relación
con el período de sueño. El incremento en la frecuencia y duración de los suelos puede o no estar
relacionado con el aumento de las fases REM. Por otro lado el incremento en el número de
sueños puede o no estar relacionado al aumento en la duración y frecuencia de las fases REM. Un
efecto relacionado indirectamente a los onirógenos es el recuerdo de los sueños.

Desde un punto de vista general, el posible mecanismo en la actividad de los onirógenos puede ser
explicado por las acciones específicas de los neurotransmisores durante las fases REM, en directa
relación con la presencia del “principio activo onirogénico”.

En particular, uno tiene que determinar lo siguiente:

Si el mecanismo de acción es diferente a los alucinógenos clásicos

Si el compuesto activo onirogénico actúa solo en el estado de sueño y/o en el estado e


vigilia

Si la acción oniregénica puede ser prolongada y se manifestada durante toda la noche

Teniendo en cuenta las posibles medidas que acabamos de exponer, tendríamos que extender y
generalizar la definición literal de la palabra onirógeno como “productor de sueños”.

Estos datos fueron sacados del libro “Drugs of the Dreaming”.


3-Los sueños chamánicos de curación y poder

3-Los sueños chamánicos de curación y poder

El chamanismo, cómo bien lo indica Mircea Eliade en su clásico tratado, es el conjunto de arcaicas
técnicas del éxtasis y los conocimientos para navegar esas realidades sacras que se abren con
estas técnicas. Una de las técnicas principales que se utilizaban (junto con psicotrópicos y trance
mediante el baile y la música percusiva) era el sueño.
En estas culturas, existían dos tipos de sueños, cómo bien lo señala el antropólogo Michael Harner
en su libro “El viaje del Chamán”. El sueño pequeño era el sueño normal, que uno tiene todos los
días. Pero el gran sueño era un sueño que revestía un carácter sagrado, y tenía poder.

Pero todos los sueños de un chamán se consideraban importantes. De hecho, en muchas culturas
chamánicas (cómo los Jíbaros, los Wichíes, los Guaraníes, los Warao, etc) se intenta no despertar
al chamán dormido, o en cualquier caso, hacerlo de la forma más suave posible, para que no
pierda su sueño. Es importante notar que algunos de estos sueños y métodos para conseguir el
poder se dan en todas las formas de influencia chamánica, desde el tantrismo hindú hasta el
trabajo con los espíritus del medioevo europeo.

Pero qué son los sueños chamánicos, y para que nos servirían?

Los sueños chamánicos son, en realidad, una parte de la experiencia chamánica (que sobrepasa la
intención de este libro y de su escritor, en realidad) mediante la cuál uno puede ganar poder y
control en el mundo de los sueños (qué en la concepción chamánica es parte del mundo de los
espíritus) y consigue aliados, poderes y canciones mediante los cuáles el chamán afirma su control
de esta realidad onírica.
Nosotros utilizaremos los métodos chamánicos para en primer lugar, ganar confianza en el mundo
onírico, luego para ganar “aliados” (personajes oníricos recurrentes en nuestra obra a los cuáles
uno les puede pedir ayuda) y finalmente, para ganar las “canciones” (pequeños parlamentos en
nuestra obra que a veces toman forma de canción, pero otras de poema o de pintura y se reciben
cómo un regalo, llamadas canciones por la tradición chamánica) que nos permiten incubar y
establecer una mayor claridad en nuestros sueños, un paso indispensable para el capítulo próximo
que trata sobre la creatividad de los sueños. Intentaremos llevar nuestra variable de “claridad” en
el cuaderno, del grado 1 al grado 2, y trataremos con los personajes de nuestros sueños y sus
acciones. Pero especialmente, generaremos, al enfrentar a los personajes desestabilizadores, una
base sólida para que nuestras creaciones oníricas reflejen nuestra intención, y no se vea
deformada por nuestro conflicto interno.

Veamos algunos ejemplos de sueños chamánicos:

Si bien son más famosos por el trato que recibieron a mano de los colonos y por su caza de los
búfalos, los Lakota, de Estados Unidos tenían una rica tradición onírica. Cuándo un joven seguía el
camino de un “hombre sagrado” (esto es, un chamán) y se acercaba a la edad de su iniciación, tras
una ceremonia, se retiraba a una montaña, dónde pasaba entre tres y siete días solo, sobre una
manta, rezándole a Wakan Tanka (el “gran espíritu”) para que este le enviara una visión o sueño.
Es importante notar que para su cultura, el sueño o visión no tiene la categoría derogatoria que
tiene en nuestra cultura (que se ha desacralizado hasta el punto en que está en crisis) sino que
ontológicamente eran más “reales” que la realidad diaria. Cuándo este llegaba, Wakan Tanka le
mostraba algo que simbolizaría el camino que llevaría cómo chamán. También le mostraba una
canción, mediante la cuál, al ser cantada, podría curar y tener sueños “grandes” y la forma que
tomara Wakan Tanka (que podía ser la de un búfalo, un conejo u otro animal, una persona, etc)
era la de su primer aliado, al cuál tendría que convencer y hacer un pacto para que este le sirviera
y le diera poderes. De ahí en más, el jóven se podría considerar un chamán.

En Europa, al mismo tiempo, un sacerdote maduro acaba de encontrar un libro prohibido. Puede
ser elGrimorie Verum, el Lemegeton u otro libro que trate con la mal llamada “demonología”
europea (qué en realidad, es una clasificación de espíritus). Lleno de terror, viaja a un cementerio,
dónde sacrifica un cabrito a un demonio e inscribe con su sangre un símbolo de la intención de
forjar un pacto (en si, una forma de incubación).
Hace esto por tres noches seguidas, temblando frente al prospecto de contactarse con los poderes
infernales, y prontamente, un demonio aparece en sus sueños. Este le plantea un pacto, por el
cuál el sacerdote hará sacrificios para él, y este le dará poder sobre los sueños y mentes de su
rebaño. Para sellar el pacto, el demonio le obsequia unos salmos “satánicos”, versos mágicos que
el sacerdote podrá repetir antes de dormirse, a fin de invocar su nuevo demonio “familiar”.

Pasemos a la India de ese momento. Un joven Brahmán, desesperado por vencer un grave caso de
tartamudez, recurre a un yogi tántrico. Este le promete un resultado, pero el Brahmán (quién de
común entraría en un frénesi de autopurificación con solo hablar con un yogui de casta baja) debe
realizar una serie de rituales. Estos son la inscripción de de una serie de yantras (dibujos
geométricos que representan la totalidad, lo que Jung llamaba el si-mismo) y tras realizarlos,
Ghanesa (una emanación de Shiva) se aparece, y le obsequia un mandala (un dibujo circular de
protección) que representa a una deidad menor, frente al cuál debe hacer puja (un acto
devocional). Si realiza estas operaciones, el Brahmán se verá libre de su problema.

Un último ejemplo, que muestra una postura ligeramente diferente. En Malasia, los Senoi (una
tribu descrita por Kilton Stewart, sobre la cuál hay algunas discrepancias) era un grupo de
aborígenes con una gran inclinación al chamanismo onírico. Cada mañana, los integrantes de una
casa se reunían, y se contaban los sueños en cuánto se despertaban (a fin de estimular el recuerdo
onírico). Los padres y madres aconsejaban a los hijos dos direcciones puntuales: si una persona se
encontraba frente a un peligro (por ejemplo, un tigre) se debía atacar al mismo, a fin de poder
destruirlo. En este ataque, todos los aliados oníricos que una persona tuviera ayudaban, y si eran
destruidos (o si la persona era destruida) sólo se reformarían en otro sueño. A fin de continuar la
lucha, cuándo uno se despertaba por la noche debía visualizar sin pausa, mientras se dormía, la
última escena del sueño en el cuál fue destruido. De esa forma, podría volver a tomar presencia en
el mismo, y finalmente, derrotar al debilitado peligro. Una vez que este fuera derrotado, sería
destruido, pero se reformaría al instante. Sin embargo, al reformarse sería un aliado de la persona
que lo derrotó y lo ayudaría frente a los peligros oníricos. Más inmediatamente, le daría un regalo
que podría ser un poema, una canción o una imagen, mediante la cuál esta persona ganaría fuerza
en el mundo onírico. El segundo consejo de los padres era que si una persona estuviera en una
relación placentera con un personaje, aunque este fuera parte de su familia, siempre se debía
intentar llegar al máximo de placer, sea nadando, comiendo o llegándo al orgasmo en el medio de
una relación sexual, para luego solicitarle un regalo. Es importante notar que estas afirmaciones
van en contra de la concepción más Freudiana de nuestra sociedad, dado que era más que posible
que un hijo le contara a su madre el orgasmo que había soñado que ambos compartieran en su
sueño de la noche anterior.

Tampoco existe una simbología de lo sexual en la tradición Senoi: las casas ardientes son peligros
(qué el durmiente debe apagar con agua) y el volar es una forma de representación de la claridad
y lucidez mental (volveremos sobre la simbolización del vuelo cómo lucidez más adelante).

Más alla de las características sociológicas de esta remarcable tribu (según Stewart, no conocían el
crimen, ni la enfermedad mental, características que hoy se encuentra en discusión) no quedan
dudas sobre sus métodos de control onírico.

Y qué podemos sacar en conclusión de estos ejemplos históricos? Que es posible ganar un cierto
control sobre los aspectos del mundo onírico mediante el uso de los aliados espirituales, los
demonios familiares, los aliados oníricos, etc, etc. Nosotros los llamaremos los personajes de
nuestra obra. Para conseguir su ayuda, es necesario o convencerlos o vencerlos totalmente. Es
necesario aclarar que simbológicamente, la reformación ontológica del personaje de enemigo a
aliado es la misma, sea esta efectuada mediante la discusión o mediante la violencia. Una vez que
se consiguió la transformación, se debe solicitar un regalo, por el cuál uno podrá encontrar al
mismo personaje en los sueños.

Y cómo debemos proceder para poner en términos prácticos esta forma de proceder? Deberemos
proceder cómo una incubación, pero con algunos agregados. Imaginemos que tenemos un sueño
(incubado o no) dónde somos perseguidos por un animal (para seguir el ejemplo anterior, digamos
que es el tigre, bello símbolo de lo oculto en la selva, lo otro terrible). En el sueño, el tigre nos
persigue hasta que nos despertamos jadeando.

Esto se repite un par de veces, por lo que decidimos que necesitamos una “curación” al estilo
chamánico. Incubamos un sueño con el tigre (siguiendo los pasos del capítulo anterior) y en
cuánto lo percibimos, podemos proceder de dos formas: mediánte la dialéctica o mediante el
ataque. Personalmente, dejo que la situación dicte la respuesta (no necesariamente por lo
antropomórfico del personaje…en sueños, uno dialoga con tigres y se encuentra con mudos que lo
persiguen) pero cualquier método que parezca apropiado puede adoptarse.

Probablemente lo deberemos incubar junto con el sueño (es decir, cuándo armemos la frase,
poesía, etc de incubación debemos incluir la intención de dialogar o atacar, dado que aún no
tenemos la lucidez onírica para elegir concientemente y volveremos a experimentar la acción que
queremos cambiar, cómo sería huir) y si no tenemos mucho control, seremos derrotados y
volveremos a despertarnos, en cuyo caso si nos concentramos en la última imagen que tenemos
del sueño, mientras nos volvemos a dormir (que si sucede en el medio de la noche, llevará solo
unos segundos) para retomar el combate en el punto en que fuimos derrotados.

Este proceso de muerte simbólica y renacimiento es común a toda experiencia chamánica.


Mediante este proceso, la persona deja su carácter profano y se transforma en un ser sacro; dicho
de otro modo, al morir y renacer, participamos del mundo onírico con una confianza y fuerza
renovada.
Al derrotar finalmente a nuestro adversario, o conseguir que sea parte de nuestro grupo de
aliados, le solicitamos un regalo. Este símbolo, que deberemos anotar con cuidado especial, puede
ser una canción, una imagen o una poesía. Utilizando este símbolo (primero en la incubación de
los sueños, y cuándo alcancemos la lucidez, de forma conciente dentro del mundo onírico)
podremos conseguir habilidades especiales en ese mundo (cómo volar, respirar agua, leer historias
en los árboles) y nos permitirá invocar a nuestro aliado en caso de que lo necesitemos para
defendernos de un ataque de otro personaje. Al pasar el tiempo, nuestros aliados son tantos
personajes que ningún personaje que nos ataque dura más que unos momentos hasta que se
transforma en nuestro aliado, y enriquece nuestros sueños.

En el caso de estar frente a una situación placentera que no hayamos podido consumar (por
despertarse bruscamente, etc) se debe incubar un sueño en el cuál se continúe la relación o
situación hasta su final. Una vez que se haya conseguido, se le puede solicitar un regalo al
personaje (de nuevo es bueno recordar incubar estas intenciones en la frase que da nacimiento al
sueño) con lo cuál el personaje será un aliado nuestro, si bien los aliados conseguidos por este
método son principalmente útiles para vivir situaciones placenteras, creativas y sensuales.

Para finalizar este capítulo, querría mencionar una cierta práctica que realizan tanto los chamanes
Senoi cómo los budistas tántricos Tibetanos (los principales adeptos oníricos de la historia). El
chamán o yogui que quiere incrementar su seguridad y estabilidad incuba o persigue un sueño en
el cuál se realice todo lo más horroroso que puede concebir o tenga relaciones tántricas con la
visión más sensual y hermosa que pueda imaginar. Al ganar de aliados a sus más terribles
pesadillas y consortar con sus visiones más sensuales, el yogui o chamán aumenta cada vez más su
seguridad en el mundo onírico y en el mundo vespertino.
Psiconautica

Psiconáutica: evaluando la actividad onirógena.

Psiconáutica es el neologismo que fue propuesto por primera vez por Ott para describir la
experimentación humana con drogas psicotrópicas. Esto deriva de la palabra psiconauta, la cual
fue originalmente sugerida en 1970, por Ernst Jünger en el libroAnnäherungen: Drogen and
Rausch(Approaches: Drugs and Inebriation). En este libro; Jünger documenta una investigación
pionera, la misma es el resultado de decadasexperimentando consigo mismo el efecto de drogas
psicotrópicas, incluyendo alochol, opio, hashish, mescalina, LSD, y psilocybina, obteniendo viajes a
su espacio interior, al cual nombre como “psicocosmos”.

De acuerdo con Ott, el psiconauta es quien viaja en el universo de la mente.


El termino bioensayo psiconáutico se refiere a la auto experimentación con drogas psicoactivas.

Esto puede ser considerado por algunas personas como un eufemismo para describirnuevas
experimentaciones, no controladas y no reportadas en el consumo de sustancias psicoactivas,
pero el bioensayo psiconáutico es además una fuente muy importante de información
farmacológica en humanos e invaluable en la investigación psicoquímica de compuestos
visionarios.

El bioensayo psiconáutico corresponde a la llamada Técnica Heffter, que toma el nombre del Dr.
Arthur Heffter, quien en 1897 determina con auto-experimentación a la mescalina como agente
visionario del Peyote (Lophophora Williamsii), aún cuando los alcaloides del peyote fueron
aislados diez años antes.

El valor del bioensayo psiconáutico fue vivazmente demostrado en el caso del LSD. En 1938
trabajadores farmacológicos de “Sandoz Pharmaceutical Company” rechazaron al LSD como un
compuesto sin interés farmacológico, basados en los resultados echos en animales de laboratorio.

En 1945 una institución liderada por Albert Hofmann otra vez sintetizo la molécula. Este
experimento fue seguido por su bien conocida ingestión accidental e involuntaria, descubriendo
así un potente alucinogeno. En su investigación subsiguiente, Hofmann encontró durante el
aislamiento del compuesto activo del Psilocybe Mexicana y Turbina Corymbosa experimentando
con animales no daba resultados satisfactorios. Sin embargo su bioensayo psiconáutico
con Psilocybe Mexicana y Turbina Corymbosa ayudó en el descubrimiento de la
spilocybina/psilocin y dietilamida de ácido lisérgico, respectivamente.

Finalmente, tenemos el caso de la Salvia Divinorum. El principio activo “Salvinorina A” fue aislado
utilizando animales de laboratorio, pero fue previamente encontrado durante la investigación con
Novel terpenoides.

En realidad, fueron los llamados “basement shamans” quiénes de manera concluyente


demostraron que la Salvinorin-A era el verdadero agente visionario de la planta.

Ott. a argumentado que la experimentación con animales a probado ineficiencia en alguna areas
de la investigación de compuestos visionarios y la etica de su uso es dudoso. Ha sido sugerido por
algunos defensores supuestamente objetivos en la investigación doble-ciego en animales que el
bioensayo psiconáutico es subjetivo.

Desde el punto de vista ético, Ott afirma que el investigador tiene que ser el primero en ingerir la
supuesta droga psicoactiva.

Estos datos fueron sacados del libro “Drugs of the Dreaming”.


4 – Los sueños creativos

En este capitulo, comenzaremos por encarar la construccion de nuestra fortaleza onirica, nuestro
castillo en ese reino que llamamos el sueño. A partir de este, podremos no solamente incubar
nuestros sueños, sino que podremos cobrar lucidez en ellos (lo que veremos en el proximo
capitulo) y aun mas importante para nuestro desarrollo, podremos estabilizar nuestro mundo
onirico.

Ahora, como lograremos eso? Mediante la creación de un mapeado de nuestros mundos


interiores, generalmente hecho de forma circular. Más adelante lo haremos en forma de esfera,
pero en principio, lo haremos cómo un simple plano bidimensional. Y como ya debemos tener un
diario de sueños nutrido, es el momento de que lo revisemos, y empezemos a esbozar una
pequeña agrupación de los sueños basada en su lugar onirico, que no necesariamente es su lugar
geografico. En general, tenemos tres tipos de lugares:

Los lugares muy familiares (nuestra casa, nuestro trabajo, etc). Estos lugares deberán ser los más
cercanos al centro de la circunferencia, nuestro axis mundi.

Aquellos lugares que fueron familiares, pero ya no lo son (nuestra escuela primaria, la casa de
nuestros abuelos, etc) – Como nota, y siguiendo el modelo Freudiano, se pueden presentar cómo
siniestros, pero se puede intentar trabajar con esos lugares mediante el método del capítulo
anterior, o mediante el método de genius loci que veremos en el siguiente capítulo. Estos lugares
deben estar a una distancia media.

Los lugares que hemos imaginado o sobre los que hemos visto una película, etc, pero nunca
conocimos. Estos lugares pueden ser las creaciones oníricas personales, y se encontraran cerca del
borde de nuestro mapa.

En dónde podemos encontrar paralelos para este mapa?

En la mayor parte de las culturas chamánicas, las representaciones cosmogónicas son un factor
constante. Sea así una rueda Lakota, un kultrun (un tambor mapuche que tiene marcadas las
direcciones del mundo, y los guardianes del machi o chamán), un árbol de los warao o
una thangka en la cuál Ganesha guarda las cuatro direcciones, un mapa de los mundos mágicos se
representa en casi todas las culturas chamánicas. Por otro lado, el mapa cosmogónico con forma
de esfera, con tres o mas niveles, unificados por el axis mundi es la característica clásica de las
cosmologías chamánicas.

Siguiendo con Ganesha, los yogis tibetanos e hindues utilizan thangkas, yantras y pinturas para
representar los niveles de los sueños.

Los taoístas son aquellos que llevaron esta técnica a la máxima expresión, con sus técnicas del
palacio de los sueños (y anécdotas famosas, cómo la de Chuang Tsú y la mariposa).
Una ves que tengamos un pequeño mapa de nuestros lugares, dibujaremos en aquel mapa, justo
en el centro, una pequeña habitación. Será el principio de nuestro castillo, el axis mundi de
nuestro mundo de sueños
En esta habitación, empezaremos a controlar nuestros sueños.

Una vez que tengamos el lugar en el mapa, deberemos empezar a imaginar nuestra habitación. Al
principio es preferible que imaginemos y visualizemos un lugar simple, de cuatro pareder, y una
puerta en el medio de una de ellas. En el centro, pondremos un asiento o sillón, que mire a la
puerta. Por esa puerta, accederemos a los diferentes sueños que busquemos. Debemos
imaginarnos con el mayor detalle ese lugar, que paseamos por el, debemos ponerlo por escrito y si
es posible dibujarlo. Cuánto más detalle volquemos al papel, más fácil será visualizarlo en nuestros
sueños.

En un principio, debemos incubar el sueño de estar sentados en nuestra habitación. Una ves que
podamos mantener un sueño sobre nuestra habitación, debemos soñar que abrimos la puerta
hacia uno de los lugares de nuestro mapa. Por ejemplo, podemos soñar que la puerta de nuestra
habitación se abre hacia nuestro trabajo, hacia nuestra piscina, hacia un lugar que hemos visitado
antes. Con práctica, podremos empezar a combinar estas visualizaciones con situaciones creativas.

Pongamos ejemplos: Tenemos frente a nosotros un problema en nuestra trabajo, que se


desarrolla en una oficina. En ella tenemos una situación a resolver, sobre la cuál queremos
meditar en sueños. Podríamos incubar un sueño directamente sobre la oficina, y ahí intentar lidiar
con la situación, pero aún no tenemos mucho control sobre los sueños, más allá de actitudes de
defensa y ataque, las que no siempre son adecuadas. Cuándo tengamos más práctica (cuándo
tengamos sueños lúcidos), podremos estabilizar todo un sueño y probar más soluciones, pero en
principio, debemos ganar ese control.
Para eso incubaremos un sueño encadenado. Esto es una serie de incubaciones interconectadas,
que dependen una de otra. Al ir pasando por las diferentes condiciones, se va acentuando el
control. Por otro lado, la lucidez también se incrementa, dado que cuánto más soñemos con
nuestra habitación, nuestro axis mundi más fácilmente vamos a reconocer que estamos
soñando…esta es la base de la lucidez. Soñaremos que estamos en nuestra habitación, y que
abriendo la puerta, pasaremos mediante el camino en el mapa que tenemos que recorrer hasta
llegar al lugar deseado (por eso es conveniente empezar con lugares más conocidos, cómo el
trabajo, la casa, etc).
Entonces, incubamos un sueño encadenado con una serie de contingencias tales cómo:

“Quiero soñar con mi habitación, abrir la puerta, y dirigirme al trabajo, para resolver la situación
de N”.

Esto ya presupone una serie de contingencias. Debemos soñar con nuestra habitación, con el
camino que tenemos marcado en el mapa (aunque solamente tengamos la dirección hacia la que
debemos desplazarnos) y soñar con la situación. Las primeras veces, por supuesto, ya será
suficiente con que salgamos de nuestra habitación. Nos perderemos en el camino, conversando
con los personajes oníricos, o nos despertaremos a medio camino.
Pero con el tiempo empezaremos a tener más control, y dado que estamos trabajando en etapas,
podremos llegar a una mayor confianza de nuestras habilidades oníricas. Con el paso del tiempo,
empezaremos a acercarnos a la lucidez y al control consciente de los sueños. Podremos encontrar
soluciones inventivas a los problemas cotidianos, y relajarnos en nuestros ambientes creativos.
Exploraremos cada ves más partes de nuestro mapa y conoceremos a más habitantes oníricos.
Pero antes de pasar a la práctica de la lucidez, tendremos tanta información en el mapa y tantos
personajes oníricos que debemos cambiar ligeramente la forma de organizarlos. Para esto,
tendremos que pasar a una parte de antecedentes chamánicos, la de los ayudantes oníricos.

Experimento con un onirógeno clásico, C. Zacatechichi

El ejemplo de referencia para una posible evaluación objetiva de la actividad onirogénica está
representado por un estudio experimental llevado a cabo por Mayagoitia, probando el efecto de
un extracto (hexano y metanol) de la planta C. Zacatechichi, considerada un onirógeno de
referencia.

La evaluación fue realizada en gatos y humanos.

En el experimento hecho en gatos, los posibles efectos tóxicos del comportamiento de los dos
extractos en diferentes dosis fueron evaluadas prestando atención a los comportamientos
anormales tales como ataxia, posturas extrañas, y movimientos hacia objetos inexistentes.
Se observó que los gatos miraron estos objetos inexistentes durante largos períodos de tiempo y
que, treinta minutos después de la administración de los extractos, se observó somnolencia y con
frecuencia períodos de sueño. También otros efectos fueron observados, estos incluye, salivación
excesiva acompañada con vómitos, aseo compulsivo, nauseas, contracciones bilaterales de los
músculos nasales y maxilares, así como estereotipados movimientos pendulares de cabeza.

No estaba claro si algunos de los efectos fueron directamente producidos por el sistema nervioso
central (SNC) o por una irritación gástrica local causada por algún principio amargo que se
encuentre en la planta.
Varios medicamentos psicotrópicos como el tolueno, quipazine, y agonistas de la dopamina
pueden causar movimientos pendulares de cabeza, por lo que estos efectos no son específicos de
cada una de las diferentes clases de compuestos psicotrópicos. Por otra parte, en el inicio los
movimientos pendulares pueden ser tan solo indicios de somnolencia.
En orden de analizar con mayor precisión los efectos neurales, fueron tomados registros
electrofisiológicos en gatos moviéndose libremente.

En los animales varios compuestos oniromiméticos produjeron diferentes efectos en el electro


encefalograma. Cada gato fue utilizado como su propio control, y los efectos de la administración
oral de extractos de C. Zacatechichi se compararon con los de una droga disociativa
psicodisléptica, como la fenciclidina, Quipacina, la ketamina, y SKF-10047. Ambos extractos de
plantas similares produjeron cambios en el electroencefalograma, que era muy diferente de la
droga disociativa psicodisléptica utilizada, y se observó somnolencia durante la aparición de estos
cambios.
Los resultados muestran que C. Zacatechichi no comparte los efectos neurofisiológicos de los
psicodislépticos disociativos y sólo provoca los síntomas de somnolencia. Dada la toxicidad
aparentemente baja de la planta y los datos etnobotánicos, las investigaciones comprueban una
presencia hipnótica, induciendo el sueño, y otras propiedades psicotrópicas en los seres humanos.

La presencia de compuestos hipnóticos ha sido detectada en humanos usando como medida el


tiempo de reacción a un destello de luz y por la capacidad del sujeto de calcular lapsos de tiempo
fijos. estos experimentos fueron llevados a cabo con voluntarios que fueron informados sobre el
experimento y los efectos conocidos de la ” C. Zacatechichi “, en el diseño de las pruebas doble
ciego aleatorio, fueron empleados extractos activos y placebos, donde ni el voluntario ni el
evaluador sabía que sustancia que había sido ingerida.
Las respuestas fisiológicas registradas incluyeron EEG (electroencefalograma), electromiograma,
electrocardiograma, y la respuesta galvánica de la piel.

Ninguna diferencia fue encontrada en los ritmos de corazón y respiratorios, tampoco se encontró
diferencia en la respuesta galvánica de la piel ni en las grabaciones mediante el
electroencefalograma.

Con el extracto de metanol, los períodos cortos de sueño (la etapa 1) por lo general aparecían
entre intervalos de destello cuando los sujetos fueron despertados con la luz.

Tanto los extractos de “C. Zacatechichi” produjeron una lentitud estadísticamente significativa de
tiempo de reacción como un aumento en el ritmo respiratorio, pero este cambio no era
considerablemente diferente a los controles ya efectuados. La lentitud en el EEG
(electroencefalograma) y al incrementarse el tiempo de reacción del sujeto tratado con el
extracto, sugiere que la planta puede contener los compuestos hipnóticos. Además, un efecto más
significativo fue obtenido mediante la utilización del extracto de metanol, sugiriendo que el
compuesto activo pudiera encontrarse en las fracciones polares de la extracción.

Las grabaciones del sueño con el electroencefalograma fueron realizados con un diseño similar a
las pruebas doble ciego aleatorias, que en este caso, incluyó una dosis baja de una medicina
hipnótica (diazepam).

Se les pidió a todos los voluntarios reducir su tiempo de sueño nocturno quitándole dos horas,
esta reducción fue antes de las pruebas con el extracto, diazepam o placebo.

Las variables fisiológicas que fueron registradas incluyeron, ritmos cardíacos y respiratorios, el
tiempo total que fue desvelado (W), tiempo utilizado en etapas “ondas de sueño lento” (SWS
etapas 1 a 4), y en el rápido movimiento ocular (REM).
El ritmo cardíaco, respiratorio y la frecuencia de cada estado de sueño no cambió en lo más
mínimo con cualquiera de los tratamientos. Sin embargo, fue encontrado que la frecuencia de W y
las etapas SWS-4 se modificaron considerablemente dependiendo del tratamiento.
Más adelante, luego que el experimento fue concluido y comparado con el placebo, apareció que
sobre el inicio del sueño, el extracto de metanol y diazepam aumentaron considerablemente la
frecuencia de etapas W.

En contraste, el extracto de metanol y diazepam disminuyeron considerablemente el número de


etapas SWS-4. También perceptiblemente otras etapas del sueño no fueron modificadas por el
tratamiento.
SWS-1 y SWS-2 mostraron un aumento leve comparado con el placebo, y al contrario SWS-3 y las
etapas de REM se disminuyeron ligeramente. El ritmo respiratorio se vio afectado
considerablemente por el tratamiento.

Las comparaciones mostraron que al ser comparado con otros tratamientos el extracto de
metanol aumentó la el ritmo respiratorio.
Aunque este pequeño aumento pueda carecer de la importancia fisiológica, esto realmente
sugiere un efecto farmacológico sobre el ritmo respiratorio.

Estos resultados apoyan la idea que el extracto de ” C. Zacatechichi ” y en particular la fracción de


metanol, contiene compuestos que producen el equivalente al estado sub-hipnótico con una
disminución tanto del sueño, como de la onda lenta profunda como los períodos REM.

Además de estos resultados experimentales, la pregunta etnobotánica sobre el impacto en la


mejora del sueño, fue evaluado durante el estudio del sueño mediante reportes subjetivos de los
participantes.

Estos datos fueron sacados del libro “Drugs of the Dreaming”.

5-Los ayudantes oníricos

En la literatura chamánica y yógica, es común que el soñador tenga ayudantes oníricos, seres
aliados a él o a ella, que lo ayudan. En realidad, es común a muchas religiones y sistemas de
creencia, tales cómo los espíritus tutelares de la antigua religión Romana, o los ángeles guardianes
en algunas versiones del judaísmo y cristianismo. Sin embargo, estos espíritus, en sus respectivas
religiones, tenían una existencia real tanto dentro cómo fuera de sus sueños. Lo que define a un
ayudante onírico es que es un personaje auxiliar a la obra que se representa en nuestro sueño. La
naturaleza de ese personaje, sea un espíritu exterior (cómo lo verían los guaraníes o los caldeos,
por ejemplo), un espíritu tutelar, cómo el ángel guardían del Cristianismo o el Ishtadeva de algunas
versiones del hinduismo o sólo un arquetipo del inconciente colectivo o recuerdo reprimido de los
padres es algo que se encuentra a discreción del lector. Si bien en la práctica se puede ver que en
general, los ayudantes tienden a tomar las formas de dioses, principios míticos, animales o
maestros sobrenaturales, más que la forma de, digamos, un fontanero, esto no es una regla.

Veamos algunos ejemplos de ayudantes oníricos:

Un curandero Quichua necesita saber por qué siente tanta angustia frente a una situación. Pero
sus preguntas a la Pacha Mama no reciben respuestas. En un sueño, le pide a un Cóndor que lo
lleve a ella, para plantearle sus problemas.

Un chamán Wichí desea crear un chacas (un tipo específico de amuleto) para contrarrestar la
mordida de la serpiente. A tal fin, dado que debe utilizar plumas de avestruz, sueña con un
integrante de esa especie, y le pide que le muestre cómo debe construirse el chacas específico que
necesita.

Un joven yogi Nepalí esta buscando un terma, esto es, un tesoro perdido en las montañas del
inconciente, mediante el yoga de los sueños, pero su búsqueda no rinde frutos. Digamos que el
tesoro tiene que ver con el lenguaje. Entonces, invocará en sueños a Virupaksha para conseguir la
guía que necesita.

Un Bokor (hechicero) de Voudun necesita entrar en contacto con un antepasado suyo en sueños,
para hacerle una pregunta referente a su vida. Para eso contactará a Baron Cimitère, un lwa que
trabaja con la muerte (y el sexo) que lo llevará a la tumba de su antepasado.

Cómo podemos ver, los aliados oníricos son no sólo ayudantes en el sentido que vimos en el
capítulo 4, sino que también son guías que nos ayudan a encontrar el camino para aquellos lugares
que no tenemos en el mapa. Y aún más importante, serán los que ayudarán a edificar el castillo
mediante el cuál podremos acceder a todos los niveles oníricos y a la lucidez.

Pero debemos empezar a trabar contacto con estos ayudantes. Para eso, podemos utilizar alguno
de los que hayamos encontrado en nuestros sueños, o buscar uno puntual. Muchas veces, cuándo
uno empieza a mapear su mundo onírico,y a catalogar a sus habitantes, nos encontramos con que
muchos de ellos cumplen funciones parecidas, o no tienen las mismas de sueño en sueño. A fin de
evitar esto, es conveniente, al menos al principio, buscar un ayudante específico para los objetivos
que tengamos. Es decir, si debemos resolver un problema de trabajo referido a la comunicación,
podremos buscar a Hermes, Thoth o a un gran orador público en nuestros sueños. Si tenemos un
problema afectivo, buscaríamos a Afrodita, a Tara o a la anfitriona de un talk-show. Para
problemas monetarios, tanto Plutón cómo el Tío McPato (de los dibujos de Disney) o el Sr.Burns
de The Simpsons puede funcionar. No importa tanto su fuente, sinó la conexión que nosotros
sintamos entre esa persona o principio y nuestro problema.

Lo más complejo, en el caso de figuras contemporáneas, es que debemos tener un símbolo


asociado a ellas (que en general, las figuras divinas o mitológicas ya poseen). El sistema de
invocación de un ayudante onírico requiere que, al imaginar nuestro cuarto onírico, visualicemos
su símbolo sobre la puerta. Esto es, cuándo incubaremos nuestro sueño, incubaremos ver nuestro
cuarto (qué a esta altura, debería ser medianamente fácil). Y dado que hay múltiples figuras que
pueden ser importantes, pero no tienen un símbolo definido (Ghandi, o Edison no tienen un
símbolo definido, aunque lo podemos simbolizar nosotros, si deseamos, pero tienen mucha menos
fuerza que la cruz cristiana, por ejemplo) lo que podemos hacer es tener un ayudante que englobe
a todas estas figuras.

Dado que suena más complicado de lo que en realidad es, un ejemplo puede clarificar la situación.
Para cualquier figura ya muerta, yo utilizo cómo aliado al Barón Cimitère un lwa de Voudun. Dado
que es un ayudante que trata con la muerte y es el Señor de los Cementerios, y al mismo tiempo
no es sombrío, sino alegre, es un excelente aliado para encontrar a todas aquellas personalidades
que han muerto pero cuyo consejo puede ser de ayuda. Dado que su símbolo (una cruz blanca con
marcas) es fácil de visualizar, también es fácil encontrarlo. Digamos que uno desea visualizar una
situación cómo una pintura de Vermeer o de Van Gogh, para lo cuál uno desea ponerse en
contacto con esos artistas.
Uno incuba el sueño de nuestro cuarto, pero pinta el signo del ayudante sobre la puerta (en este
caso, la cruz de Barón). Cuándo abrimos la puerta, nos encontramos, no en el centro de nuestro
mapa, en nuestro Axis Mundi sino en el cementerio dónde vive Barón, con él esperándonos. Si es
nuestro primer contacto, probablemente se presentará, antes de cualquier otra acción. Si ya
hemos trabajado con él, podremos pedirle que nos guíe hacia el pintor de nuestra elección, para
consultarle.

Cuánto más trabajemos con nuestro aliado, más nítidamente veremos el área dónde existe, y más
nitidez y control encontraremos en los sueños que tengamos dentro de esa área. Con el paso del
tiempo, nuestro mapa se empezará a dividir en secciones en las cuáles tal o cuál ayudante tiene
jurisdicción. Cuándo tengamos por lo menos tres ayudantes que respondan a la mayor parte de
nuestros pedidos, y por lo menos hayamos tratado diez veces con cada uno, podremos empezar a
construir nuestro castillo de sueños.

Antes de pasar a esta tarea, es quizás conveniente aclarar un par de conceptos de los ayudantes. Si
bien los ayudantes en general son abiertos y dispuestos a ayudar, pueden a veces hacernos
pedidos. Estos, en general, tienen que ver con una costumbre nuestra (tales cómo “sería bueno
que dejáras de fumar” o “querría que cambiaras de trabajo”) cuyo desobedecimiento sistemático
puede traer aparejado problemas con los ayudantes, y finalmente, la imposibilidad de
encontrarlos. Huelga decir que incubar sueños con ayudantes para tratarlos mal, o en el momento
en que consigamos la lucidez, insultarlos o atacarlos, hace que se retiren rápidamente. También
puede ser que con el paso de los años, los ayudantes lentamente vayan cambiando.

Si bien es posible cambiar de ayudantes, o recuperar la forma de trabajo una vez que uno se volvió
incontactable, debemos recordar que nuestras exploraciones oníricas son una forma de mapeo de
nuestro mundo de sueños, y en general, no utilizaremos demasiados ayudantes (con el paso del
tiempo, la gente en general termina tratando con tres o cuatro principales), es cómo si un
cuadrante del mapamundi desapareciera. Es posible reexplorarlo, pero se debe invertir un gran
tiempo y esfuerzo.
La razón por la que es necesario por lo menos diez sueños en los que se haya tratado con un
mismo ayudante es que, por su naturaleza, los ayudantes son mercuriales. Es muy común el caso
en que una persona necesite un sueño creativo relacionado con un problema técnico, y sueño con
McGyver (de la serie televisiva) y otro con dinero y sueñe con Rico McPato (de los dibujos de
Disney). En ambos casos, se podría haber utilizado a Barón Cimitère para contactar en sueños a
Charles Babbage y a Rockefeller, o haber soñado con el dios hindú Ganesha que resuelve
obstáculos y trae riquezas, pero quizás la persona no sentía conexión o tenía conocimiento de los
mismos. Por lo que utilizó a estos dos ayudantes. Pero otro día, para una situación de dinero,
utiliza el símbolo de Plutón para contactar oníricamente a ese dios, dado que ha leído sobre ese
dios. Si hiciera siempre contacto con Plutón, este pasaría a ser un gran ayudante y McGyver,
McPato y Ganesha (curioso trío, en principio, pero el postmodernismo impera en más de un
sentido) ayudantes menores. Esta clasificación no se trata del poder de las figuras representadas,
sino el uso que se les da, en general, dictado por la amplitud de sus territorios en nuestros mapas.

Cuándo tengamos tres grandes ayudantes o mas, podemos empezar la construcción de nuestro
castillo.

También podría gustarte