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LA IGLESIA, SACRAMENTOS Y MORAL

Ciudad y toga

El papel del papado en las universidades fue extendido a diferentes


propósitos.
La historia de las universidades en la Edad Media desvela que los conflictos
entre la universidad y el gobierno de la zona no eran sorprendentes. La
población local se mostraba a menudo confusa respecto a los estudiantes
universitarios:
 Por un lado, la universidad era beneficiosa para los comerciantes y para
la economía, puesto que los estudiantes tenían dinero para gastar.
 Por otro, los universitarios también eran irresponsables y poco
disciplinados.

En este contexto, la Iglesia proporcionaba a los estudiantes una protección


especial, al concederles lo que se conocía como beneficio del clero. El clero
gozaba en la Europa medieval de un estatuto jurídico especial: ya que
ponerle la mano encima a un clérigo se consideraba un delito
extraordinariamente grave, y los clérigos tenían derecho a exigir que sus
causas fueran juzgadas por un tribunal eclesiástico, en lugar de uno civil.
Fueron numerosas las ocasiones en las que los papas intervinieron en
beneficio de la Universidad, una de ellas fue cuando los oficiales de la
diócesis local invadieron la autonomía universitaria, por lo que Gregorio IX
promulgó la bula Parens Scientiarum, en favor de los «maestros» de París.
Empezó a ser común que las universidades remitieran sus quejas al Papa de
Roma.
La Iglesia protegía los derechos de la Universidad, construía una comunidad
académica internacional sobre la base del ius ubique docendi. La Iglesia
católica fue la institución que hizo más por difundir el conocimiento, dentro
y fuera de las universidades.

Las universidades medievales presentaban las siguientes características:


a) La Universidad carecía de un edificio o un campus propio.
b) Las conferencias se impartían en las catedrales o en salas privadas.
c) Tampoco había bibliotecas, por lo que era difícil reunir colecciones de
libros.
d) Lo normal era que los estudiantes alquilasen, en lugar de comprar, los
libros necesarios.
LA IGLESIA, SACRAMENTOS Y MORAL
Ciudad y toga

Muchos universitarios medievales procedían de familias humildes, aunque


predominaban entre ellos los hijos de las familias adineradas.
Eran numerosos los jóvenes (entre catorce y veinte años) que asistían a la
universidad con la intención de desarrollar una profesión, de ahí que los
estudios más comunes fueran los de leyes. A ellos se sumaban muchos
sacerdotes que simplemente deseaban ampliar sus conocimientos.
Cuanto más se asentaban las universidades, más traumático resultaba para
la vida de la ciudad que la Universidad decidiera trasladarse a otro lugar.
Así, por ejemplo, la Universidad de Padua nació cuando en 1222 algunos
académicos abandonaron Bolonia. Con el fin de evitar rupturas, las
autoridades civiles ofrecían a estas instituciones una amplia variedad de
ayudas y privilegios.

¿Qué se estudiaba en estos grandes centros de enseñanza?


Las siete artes liberales (para los principiantes) además de Derecho Civil y
canónico, filosofía natural, medicina y teología.
Las universidades se beneficiaron felizmente de los frutos de lo que algunos
historiadores han denominado “El Renacimiento del siglo XII”. Una intensa
actividad traductora permitió recuperar muchas de las grandes obras
perdidas del mundo antiguo, como por ejemplo: la geometría de Euclides;
la lógica, la ética de Aristóteles, y los trabajos médicos de Galeno.
Florecieron asimismo los estudios legales, particularmente en Bolonia,
cuando se redescubrió el Digesto, pieza clave del Corpus Juris Civilis del
emperador Justiniano.

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